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“La bandera que honró el gran Stalin”.

Discurso nacionalista soviético a


partir del análisis de Lucharon por la patria de Mijail Sholojov.

1. Introducción
1.1. Marco Teórico

Para este ensayo decidí tomar la teoría de Anderson del surgimiento de los
nacionalismos, expuesta en su libro Comunidades imaginadas, pues me parece la
más adecuada para hablar del tipo de nacionalismo que se desarrolló en la URSS,
un tipo de nación-estado heredera del nacionalismo oficial instaurado por la
dinastía zarista.

1.2. Objetivo.

Mi objetivo general es analizar la novela “Lucharon por la patria” para ejemplificar


el modo en el que el realismo socialista, la corriente artística que se instauró a
partir de 1932, sirvió para difundir el nacionalismo que entró en el discurso oficial
después de la Segunda Guerra Mundial; y que tenía el doble propósito de
“rusificar” las republicas periféricas a Rusia y crear una cohesión que previamente
era muy endeble entre las naciones que conformaban la URSS.

Para esto haré un breve recuento del contexto en el que se encontraba la


URSS, la posición oficial con respecto al nacionalismo y como esta se fue
modificando para adaptarse a la realidad de la Unión, los cambios que se vivieron
a partir de la Gran Guerra Patria y la función de ésta como afianzador del
estalinismo. Después analizaré la novela identificando los rasgos nacionalistas
que hay en ella para mostrar como corresponden a las intenciones del régimen.

2. La Gran Guerra Patria y el contexto de las naciones periféricas.


2.1. La pugna dentro de la URSS entre el comunismo internacional y el
“socialismo en un solo país”.

Antes de referir los hechos de la Gran Guerra Patria, es importante hacer un


paréntesis para explicar la posición sobre el nacionalismo que poco a poco se fue

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consolidando en la URSS. En primer lugar hay que mencionar que desde un
principio Marx se pronunció totalmente en contra de los nacionalismos, pues para
él el nacionalismo no es más que una herramienta de la burguesía dominante para
mantener sojuzgadas a las masas proletarias. El nacionalismo dentro de la teoría
marxista no tiene otra finalidad que la de dividir al proletariado y ponerlo a pelear
para que los burgueses obtengan más beneficios. El proletario no tiene patria
porque en todos los lugares del mundo sus condiciones son igual de precarias.
[ CITATION Kar97 \p 21-22 \l 2058 ] . Uno de los deberes de la revolución es por tanto
derrumbar todas las fronteras y unir a los proletarios del mundo en la lucha por un
mundo mejor.

Al inicio de la revolución de octubre todos tenían claro que ese era uno de
los objetivos, pero el panorama cambió con la Guerra Civil, el enfrentamiento entre
rojos y blancos y la instauración de la NEP en 1921 [ CITATION Zap05 \p 35 \l 2058 ] . La
grave crisis en la que estaba sumida la Unión Soviética obligó a cambiar la teoría
para adecuarla a las características del momento que estaban viviendo. Del
mismo modo la población (principalmente rusa) empezó a ver con malos ojos que
las altas esferas del partido comunista estuvieran integradas por extranjeros y
rechazaron la tesis de la revolución internacional, exigiendo por el contrario que la
atención se centrara en Rusia[ CITATION Zap05 \p 42 \l 2058 ]. Esta exigencia se
materializó en la tesis del “Socialismo en un solo país”, defendida por Stalin a
partir de 1925. Tras la muerte de Lenin, La tesis de la revolución internacional
(defendida por Trotski) y la del socialismo en un solo país entran en pugna, y
finalmente Stalin se hace con la dirección del partido y se abandona
completamente la idea de la revolución internacional. Este hecho es el origen del
virulento nacionalismo que a partir de entonces se irá colando en el discurso oficial
del régimen, pero el empuje final se lo dio la Gran Guerra Patria.

2.2. La Gran Guerra Patria y la consolidación del discurso nacionalista.

La gran Guerra Patria es el nombre que le dio oficialmente la URSS a la invasión


alemana de la Unión Soviética en 1941. En el discurso, la defensa a la que estaba
convocando el CC del PCUS era a la patria Soviética, es decir al conjunto de

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naciones que la conformaban. La realidad fue que muchas de estas naciones
invadidas recibieron a los alemanes como libertadores del yugo soviético,
especialmente Ucrania y las naciones bálticas, y que la preocupación principal del
PCUS era proteger Rusia, y para esto usaron los recursos humanos y económicos
del resto de las repúblicas[ CITATION Jea97 \p 371 \l 2058 ].

Podemos ver reflejada la importancia que adquiere Rusia como aglutinador


y corazón de la URSS en el cambio de terminologías que se operó a partir de ese
momento. El frío “camarada” fue convertido en un “hermanos y hermanas” y
aparece de nuevo la Madre Rusia. Incluso son resucitados viejos símbolos
nacionalistas como Alexander Nevsky, cuya victoria contra los teutones en 1242
fue celebrada a pesar de que años antes se había prohibido toda rememoración
del pasado zarista [ CITATION Zap05 \p 45 \l 2058 ] . En este sentido también se
pusieron en boga las evocaciones de los grandes músicos, los grandes poetas y
los grandes generales zaristas [ CITATION Mic05 \p 538 \l 2058 ] . Rusia y su pasado es
lo que hay que defender del invasor alemán.

Por otro lado, las naciones invadidas por los nazis pronto se dieron cuenta
de que el régimen nazi no era mucho mejor. Para los jerarcas nazis la raza eslava
era sub-humana y cuando se completara la invasión europea por parte de
Alemania, los pobladores de dichas naciones pasarían a ser esclavos, y como
esclavos empiezan a tratar a los ucranianos y bielorrusos. En 1942 se crea en
Ucrania la UPA, un ejército guerrillero compuesto por entre 30 y 40 mil personas
que busca liberar Ucrania del yugo nazi, pero también del yugo soviético y de las
pretensiones polacas. La guerrilla ucraniana permaneció activa tiempo después de
terminada la guerra (hasta 1950) y fue un problema constante para los jerarcas
soviéticos [ CITATION Mic05 \p 574 \l 2058 ] . En muchos casos, la población sometida
a los invasores nazis no tiene otra opción que responder al llamado patriótico de
Stalin y esforzarse por expulsar a los invasores de sus tierras. Hacia el final de la
guerra, cuando los nazis empezaron a perder terreno, aceptaron colaboracionistas
sin importar que sus rígidos patrones raciales estuvieran en contra. Así se admitió
un batallón de cosacos que combatieron para expulsar a los rusos de sus tierras, e

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incluso se admitieron voluntarios, entre los cuales el más famoso es Andrei
Vlasov, un exitoso militar soviético que había caído preso después de perder su
ejército en una maniobra planeada por un alto mando incapaz [ CITATION Jea97 \p 372
\l 2058 ].

2.3. El fin de la Gran Guerra Patria y el destino de las naciones


periféricas.

Cuando la guerra terminó en 1945, una cosa era obvia para el PCUS: en realidad
no tenía el control total de las republicas que conformaban la URSS. El primer
movimiento del alto mando del partido fue erradicar todos los obstáculos que le
impedían tener el control absoluto. Por eso a partir de 1943 iniciaron las
deportaciones masivas de pueblos enteros considerados conflictivos: en 1943,
calmucos, carachais y balcares; en 1944 le tocó el turno a chechenos, ingushetios,
tártaros de Crimea y turcos mesjetas de Georgia; cuando en 1945 se hicieron con
el control de Moldavia establecieron colonias de deportados ucranianos que de
esta manera eran castigados por el alzamiento del UPA [ CITATION Car10 \p 172-173 \l
2058 ]. Los atropellos contra los países bálticos iniciaron desde 1941, donde en pro
de la “rusificación” de la región, exiliaron a más de 16 000 habitantes [ CITATION
Mic05 \p 575 \l 2058 ].

En el ámbito cultural se puso freno a la multiculturalidad inicial de la URSS y


se inició una campaña de “rusificación” que en el mejor de los casos incluyó la
enseñanza obligatoria del ruso en las escuelas y la introducción del alfabeto
cirílico en algunas regiones, y en el peor la destrucción de todos los elementos
que podían relacionarse con un nacionalismo que no fuera el ruso, incluso la
depuración de palabras en lenguas extranjeras (como ocurrió con las palabras
polacas en el bielorruso o las árabes en los países de Asia Central) [ CITATION Car10
\p 158-159 \l 2058 ].

Por supuesto que en detrimento del resto de las nacionalidades, el


nacionalismo ruso tuvo un espacio privilegiado en el discurso. Ya desde el final de
la guerra el camarada Stalin pronunció estas palabras: "Siendo como es la más

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notable de las naciones de la Unión Soviética, bebo a la salud del pueblo ruso, no
solo porque es el pueblo dirigente, sino también por su clara inteligencia y su firme
carácter".[ CITATION Car10 \p 187 \l 2058 ]. Este tipo de declaraciones aumentaron
conforme pasaron los años, pues una vez concluida la guerra, los altos mandos de
la Unión Soviética se propusieron presentar a la URSS como el heredero legítimo
del imperio ruso en la política internacional, además del timón y guía de todas las
luchas anticapitalistas en el globo[ CITATION Mar74 \p 192 \l 2058 ]

3. Lucharon por la patria de Mijail Sholojov.


3.1. Contexto del autor.

Mijail Sholojov es un novelista ruso adscrito a la corriente del realismo socialista.


Nacido en 1905 en una familia de clase media y criado en la región del Don, desde
muy joven participó en la guerra civil y al concluir esta vivió en Moscú donde tuvo
que ganarse la vida como trabajador manual, se afilió al partido comunista y en los
siguientes años fue escalando posiciones dentro de este mientras prosperaba su
carrera como escritor. En 1928 se publicó el primer tomo de su novela El don
apacible lo que le ganó una fama inmediata en la URSS. Entre 1928 y 1940
publica los tres tomos restantes[ CITATION Mar74 \p 226 \l 2058 ] . La novela (con
notables tintes autobiográficos) tiene como protagonista un cosaco del Don que
tiene que vivir la experiencia de la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa y
la Guerra Civil, y ver como su tranquila aldea cambia conforme cambian los
tiempos en Rusia. Esta obra ha sido comparada con La guerra y la paz tanto por
su extensión como por su temática.

En 1932 se toma una pausa de El don apacible para escribir su segunda


novela Campos rotulados que también fue publicada con notable éxito. En su
segunda novela el autor habla de los cambios sociales que se viven en una aldea
a orillas del Don con el proceso de deskulakización y la entrada de los koljoz en la
vida rural de la URSS. Su tercera novela (la que nos ocupa) se titula Lucharon por
la patria y a grandes rasgos trata de un grupo de combatientes cuyo pelotón
decide no rendirse ante los nazis y hacerles frente a pesar de ser numéricamente

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inferiores. Fue publicada en forma de folletín entre 1943 y 1960 [ CITATION Mar74 \p
235 \l 2058 ].

El autor fue galardonado en 1965 con el premio Nobel de Literatura y en la


URSS gozaba de un lugar privilegiado en las altas esferas, solo comparable con el
que ostentaba Máximo Gorki unos años antes [ CITATION Mar74 \p 226 \l 2058 ]. Murió
en 1984.

3.2. Contexto de la obra.

La obra está enmarcada como dije en la corriente llamada realismo socialista (de
la cual el autor es uno de los más grandes exponentes). El realismo socialista fue
la corriente oficial autorizada por el régimen en 1932, después de la disolución de
la RAPP y la creación de la Unión de Escritores Soviéticos. La corriente es creada
por Máximo Gorki, gran intelectual y escritor del régimen y Andreí Zhdranov,
político soviético. A grandes rasgos la corriente estética propugna por un arte
doctrinario; un arte que sirva para educar a las masas en el socialismo; un arte
sencillo, que, olvidando el arte figurativo y conceptual tan de moda anteriormente,
busque la asociación entre símbolos e ideas claras. Pero también se buscaba un
arte que tuviera una actitud positiva hacia la realidad socialista, hacia la
problemática social y hacia el trabajo, se buscaba la descripción positiva y la
enseñanza de los valores socialistas [ CITATION Hel68 \p 47 \l 2058 ] . Aquellos artistas
que no se cuadraban al modelo del realismo socialista eran marginados y su obra
censurada como le ocurrió a cineastas, artistas plásticos, músicos y por supuesto
a escritores.

En la novela Lucharon por la patria Sholojov cumple a rajatabla con los


mandatos del realismo socialista. Es una historia clara y precisa sobre la vida en la
Gran Guerra Patria, sus protagonistas son campesinos que antes de la guerra
llevaban vidas apacibles a la orilla del Don, sus problemas no tienen ningún
aspecto filosófico profundo (como acostumbraban tener los protagonistas de la
literatura rusa del siglo XIX) y todos ellos tienen un amor incondicional al
socialismo. A lo largo de la novela se les puede ver oscilar entre la esperanza y la

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desesperación, entre la certeza y las dudas, pero siempre presentan una
resolución positiva y fraterna a sus problemas.

3.3. El nacionalismo dentro de la obra.


3.3.1. El nacionalismo.

Siguiendo el análisis de Benedict Anderson, el nacionalismo que empezó a


prosperar en la URSS fue un tipo de nacionalismo heredero de las políticas
zaristas de rusificación. La rusificación de las diferentes regiones que pertenecían
al imperio se dio por una necesidad de afianzar el poder del zar y crear un vínculo
que unificara las diversas regiones. Después de lo ocurrido en la Gran Guerra
Patria con las repúblicas occidentales y las pequeñas identidades nacionales, los
jerarcas soviéticos usan la misma técnica de rusificación para mantener la
hegemonía sobre los territorios, convirtiendo a las otras repúblicas prácticamente
en colonias. A este respecto, Benedict Anderson nos dice “La pertinencia es
mayor en la medida en que incluso los revolucionarios más decisivamente
radicales heredan siempre, hasta cierto punto, el Estado del régimen derrocado.
Algunos de estos legados son simbólicos, pero no por ello son menos
importantes”[ CITATION Ben06 \p 224 \l 2058 ]

Además de las prácticas de destierro y movilización masiva de poblaciones


y de la destrucción de elementos de identidad cultural que ya hemos referido, el
régimen usó a nivel cultural una serie de símbolos y asociaciones para implantar la
idea de que Rusia era la parte más importante de la URSS y por lo tanto su cultura
era superior, y por otro lado crear una idea de patriotismo soviético que estuviera
por encima de (y eventualmente acabara con) los nacionalismos locales.

La mayor parte de las novelas del realismo socialista utilizan tres momentos
históricos para generar este nacionalismo: la revolución bolchevique, la guerra civil
y la Gran Guerra Patria. Son momentos que apelan a la defensa incondicional del
suelo y del modo de vida soviético, del estado bolchevique y del ideal socialista.

3.3.2. Nacionalismo directo en la novela.

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En este punto es importante hacer una distinción entre el nacionalismo directo que
se deja translucir en la obra y el nacionalismo más discreto, simbólico. El
nacionalismo directo no necesita ninguna interpretación, salta a la vista y apela a
los sentimientos más inmediatos.

En un primer momento tenemos a los héroes. Nuestros héroes para


empezar son simples campesinos. El primer capítulo se dedica enteramente a
describir su vida en el campo. El protagonista tiene algunos problemas maritales y
pleitos con otros trabajadores del koljoz, pero su vida discurre tranquila.
Abruptamente en el segundo capítulo traslada a estos trabajadores al frente de
batalla en un momento terrible de la guerra; los alemanes están a punto de entrar
en Stalingrado y el ejército rojo no puede dejar de retroceder ante las embestidas
nazis. El batallón al que pertenecían nuestros héroes ha sido destruido y solo
quedan unos cuantos en pie. A lo largo de la novela se mantienen en pie
venciendo absolutamente todas las adversidades. Los héroes de la novela están
plenamente convencidos de que pueden resistir “¿Qué puede detenerlos? Se
romperán las uñas, sangrarán, pero llegarán a la cima. ¡Aunque sea a gatas, pero
llegarán!” [ CITATION Mij84 \p 43 \l 2058 ].

Con respecto al héroe del realismo socialista Helen Von Ssachno nos dice
que “Nunca producen los héroes un efecto más conmovedor que cuando van
hasta el extremo de lo posible, a sacrificarse, trabajar y soportar lo sobrehumano
en nombre del futuro” [ CITATION Hel68 \p 50 \l 2058 ] . En ese sentido los héroes de
Sholojov están diseñados para ser extremadamente conmovedores. El
protagonista a la mitad de la novela se queda sordo en una batalla cerca de
Jarkov en la que pierden aún más camaradas y eso no le impide salir antes por
voluntad propia a combatir de nuevo. Los héroes de la novela no solo se
sacrifican, sino que constantemente están impulsando a otros personajes de la
novela a combatir también. En ese sentido el capitulo 17 y 18 son ejemplos
notables. En dichos capítulos se desarrolla una amarga discusión entre Lopajin,
amigo del protagonista y soldado antitanques y Nekrasov, servidor de
ametralladora. Nekrasov mantiene una posición muy cínica frente a la guerra, y su

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objetivo es salir de ahí lo más rápido posible, ir a la retaguardia, conseguir una
amante y vivir plácidamente el resto de la guerra. Lopajin llega a insultarlo y a
llamarlo perro, condenado su tibieza. Al final del capítulo 18 ambos hacen las
paces y Nekrasov decide continuar con ellos en la guerra.

Este tipo de aleccionamientos morales no sirven tanto para reflejar la


mentalidad de los héroes (que ya conocemos desde el 6 capitulo) sino para
presentar un modelo nacionalista de hombre soviético que no se deja amedrentar
y que continúa en la resistencia a pesar de las circunstancias adversas. Escenas
como la del capítulo 17 se repiten constantemente y sirven para afianzar la idea de
que la patria se debe defender hasta las últimas consecuencias.

Opuesto a los héroes de la novela tenemos al enemigo fascista, un


enemigo que es presentado como duro, férreo y destructivo. A lo largo de la
novela el odio al invasor fascista va incrementando más y más, al grado de
encontrar estas afirmaciones: “¡Matemos al maldito alemán! Meterse ya se han
metido, pero ¿quién los va a sacar de aquí cuando reunamos fuerzas para dar el
golpe? Si ahora combatimos retirándonos, cuando se produzca la invasión será
diez veces más difícil enfrentarnos a ellos” ó “Pero esto ocurre, «excelencia»,
porque tú y yo no hemos aprendido a luchar como debemos y nos falta odio
auténtico. Cuando sepamos entrar en combate de modo que la espuma de la rabia
hierva en nuestros labios, entonces los alemanes darán la espalda al
este”[ CITATION Mij84 \p 34 \l 2058 ] . El enemigo fascista no solo está dispuesto a
destruir el orden socialista, sino que también busca quedarse con la tierra, las
mujeres y los hijos del hombre soviético. El elemento contrapunteado de los
héroes de la novela también funciona como elemento resaltador del nacionalismo,
una identidad completamente opuesta y deshumanizada, un enemigo que siempre
está al acecho y siempre buscará destruir a la sociedad soviética.

El elemento más obvio de nacionalismo en toda la novela es la bandera. Al


inicio de la novela (capitulo 2) se nos presenta la bandera prácticamente como un
elemento incidental: “El sargento Liubchenko llevaba sobre el hombro, envuelta el
asta en una funda, la bandera del regimiento, que había podido ser salvada en la

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retirada” [ CITATION Mij84 \p 14 \l 2058 ] . El origen de esta bandera no se explica
hasta el final, pero en un inicio es todo lo que queda del diezmado batallón. A lo
largo de la novela los héroes se irán asociando indisolublemente a esa bandera,
como un elemento aglutinante que les da una identidad. La defienden a capa y
espada porque esa bandera es el símbolo de su regimiento diezmado y de todas
las penurias que han tenido que pasar “Hemos perdido mucho en estos últimos
días pero hemos conservado la bandera del regimiento; es preciso conservar,
asimismo, el honor del regimiento. ¡Resistiremos hasta el final!” [ CITATION Mij84 \p 46
\l 2058 ].

En la escena final (una escena plagada de melodrama) un anciano y


cansado general Marshenko nos revela el origen de dicha bandera: “—En dos
ocasiones rindió honores militares a esta bandera nuestro gran Stalin en el año
1919; era cuando estaba en el frente sur y su regimiento combatía contra las
tropas de Danikin. Esta bandera la vio en Sivasch el camarada Fruse. También los
camaradas Vorochilov y Budeny la han visto desplegada muchas veces…”
[ CITATION Mij84 \p 207 \l 2058 ] . Esta última escena le sirve al autor para hacer una
triangulación precisa entre la figura de Stalin, la bandera del regimiento (que
además incorpora en ella dos de los tres momentos históricos que referí antes) y
los héroes. La idea de autor es crear una amalgama entre Stalin (o en su defecto
el gobierno soviético) el pueblo y el ideal soviético de vida y su defensa. El inicio
del discurso del general Mashenko en este sentido adquiere una dimensión
importante “—¡Soldados! ¡Vuestra patria y Stalin no olvidarán nunca vuestra
heroicidad y vuestro sacrificio!”. El nacionalismo soviético tiene entonces dos
pilares fundamentales: la patria y Stalin, por ambos se combate, por ambos se es
capaz de dar todo.

3.3.3. Nacionalismo simbólico en la novela.

Por otro lado el nacionalismo simbólico es ligeramente más discreto, no es tan


abierto, sino que se esconde detrás de símbolos que apelan a sentimientos
muchos más básicos y cercanos al pensamiento del campesino y del cosaco (el
tipo de persona mucho más cercana a Sholojov).

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En primer lugar tenemos la tierra. Sholejov nació en una población cercana
al Don, y todas sus novelas están ubicadas en el mismo escenario. El autor
conoce perfectamente el medio que describe, y se mueve con soltura en las
descripciones de los sitios. En esta novela el énfasis está puesto en la agricultura,
en los ciclos agrícolas y en la flora de las orillas del Don. Los héroes, a pesar de
estar en medio de una resistencia imposible y dando hasta el último aliento en la
defensa de una colina, no dejan de pensar en el crecimiento del trigo y en su
trabajo en la tierra “Después comentaron que aquel año habría trigo en todas
partes, que las trilladoras y segadoras tendrían mucho trabajo, que las mujeres
estarían muy atareadas en la recolección”. El autor se detiene en múltiples
ocasiones para hacer descripciones sobre encinas, ciruelos e incluso nos presenta
una escena tan bella como grotesca en la que se permite hacer una reflexión
sobre el estado del campo durante la guerra:

Cerró los ojos un instante y vio de nuevo los girasoles florecientes entre los
cuales se encontraba muerto el servidor de la ametralladora.
Incoherentemente le asaltaban pensamientos extraños; se preguntaba por qué
no habían recogido las semillas de girasol; quizá porque en el koljós no había
suficiente mano de obra, muchos koljoses estaban ahora cubiertos de
hierbajos y aún no se habían recolectado las semillas de los girasoles desde
la primavera. [ CITATION Mij84 \p 16 \l 2058 ]

La tierra está asociada durante toda la novela a la patria. Tanto la tierra cultivable
como el pueblo natal son una representación en miniatura de la Gran Patria
Soviética, una patria que el enemigo alemán busca quedarse para trabajar o
simplemente busca destruir. “…allí, en el lejano oeste, estaba su ciudad natal, con
su familia, con su pequeña casa paterna y los esbeltos arces sembrados por su
propio padre…Todo lo que habían amado en su vida y que tanto les había
alegrado sus corazones allí quedaba, en poder de los alemanes.” [ CITATION Mij84 \p
152 \l 2058 ].

El otro elemento importante con una carga simbólica significativa son los
hijos. En palabras de uno de los protagonistas “Los hijos, amigo, son lo principal.

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Yo creo que en ellos se encuentra el fundamento de la vida. Ellos serán los
encargados de reordenar la destrozada existencia; la guerra habrá servido para
algo” [ CITATION Mij84 \p 20 \l 2058 ] . Los hijos en la novela representan el futuro por
el que se pelea, las personas a las cuales se les legará la tierra (la gran Patria
soviética). En varias ocasiones los personajes piensan en sus hijos y en el futuro.
Ellos son parte fundamental de la patria soviética y el enemigo alemán también
buscará hacerles daño. Esta asociación hijos-tierra queda patente en un reproche
que le hace Lopajin a Nekrasov “deja que mientras tanto los alemanes labren la
tierra de tu mujer y que tus hijos se mueran de hambre como perros” [ CITATION
Mij84 \p 174 \l 2058 ]. Si no se defiende la patria, los alemanes se la quedarán y
dejarán morir todo el futuro soviético.

4. Conclusiones.

En conclusión, el esquema de realismo socialista que se implementó a partir de


1932 le permitió a las altas esferas del PCUS difundir un tipo de nacionalismo en
el que era necesario estar siempre alerta ante los embates enemigos y no
claudicar nunca a pesar de que las condiciones fueran extremadamente adversas.
Un tipo de nacionalismo que como hemos visto funde la figura de la patria con la
del gobernante y crea la idea de una única identidad nacional a la que hay que ser
completamente fiel si no se quiere que el enemigo (un enemigo ante el cual se
genera un odio absoluto) termine por dominar la patria y aniquile el futuro
soviético. Este tipo de nacionalismo les fue muy útil para tratar de extirpar los
nacionalismos locales y las identidades culturales minoritarias en aras de
mantener mejor el control y centralizarlo en torno a Rusia.

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Bibliografía
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Valencia: Universidad Politécnica de Valencia.

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