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Gabriela Boccoleri

20141804

Informe de Animales racionales y dependientes

MacIntyre comienza Animales racionales y dependientes planteando dos preguntas que


guiaran la obra, ¿por qué es importante estudiar y entender lo que el ser humano no
tiene en común con miembros de otras especies animales inteligentes? y ¿por qué es
importante que los filósofos de la moral estudien la vulnerabilidad y la discapacidad
humanas? Para el autor, es imposible entender una ética independiente de la biología,
porque el desarrollo tiene como punto de partida la condición animal originaria. Una de
las ideas centrales este libro es que las virtudes que el ser humano necesita para
desarrollarse a partir de su condición animal inicial y llegar a ser un agente racional
independiente, así como las virtudes que requiere para hacer frente a la vulnerabilidad
discapacidad, pertenecen a un único conjunto de virtudes: las virtudes propias de los
animales racionales y dependientes.

MacIntyre plantea que los seres humanos son vulnerables a una gran cantidad de
aflicciones y enfermedades en algún momento de su vida, lo que lo hace dependiente de
los demás. La vulnerabilidad y las aflicciones, y el grado de dependencia de una persona
con respecto a otras son relevantes para explicar las virtudes en la vida del ser humano.
Sin embargo, la filosofía moral en occidente no ha reconocido su importancia porque ha
ignorado e incluso rechazado la dimensión corporal al relacionarla con la animalidad
porque el ser humano se concibe a sí mismo como diferente a este por su racionalidad.
Sin embargo, el autor propone entender la dependencia, racionalidad, y animalidad en
sus relaciones recíprocas. Por lo tanto, para tener en cuenta debidamente los fenómenos
de la discapacidad y la dependencia, es necesario comenzar con una nueva afirmación
de la animalidad humana.

Según MacIntyre, es una tendencia cultural prestar atención casi exclusivamente a lo


que nos distingue de las demás especies. Existe una corriente filosófica que concluye
que los animales no humanos no poseen lenguaje por ende carecen de la capacidad de
pensar, tener creencias o actuar movidos por razones. Sin embargo, hay animales no
humanos inteligentes como el delfín, el perro, el chimpancé, etc, que a pesar de que
carezcan de recursos lingüísticos no existe impedimento para que se les atribuyan
razones a sus acciones o que no tengan creencias. Existen para el autor dos aspectos en
los que se asemejan las creencias del ser humano con la de los animales: en primer
lugar, que los humanos también pueden tener creencias indeterminadas al ser
prerreflexivo o irreflexivo. Y, en segundo lugar, aún haciendo uso del lenguaje depende
de reconocimientos perceptivos con los que contaba antes de poder usar el lenguaje. Lo
que significa que utiliza los mismos reconocimientos, discriminaciones y ejercicios de
atención perceptiva que utilizan ciertas especies animales no humanos. Además, los
animales no humanos pueden aprender de experiencias pasadas, por lo que pueden
realizar lo que Santo Tomas llamó “juicios naturales” por lo que se puede argumentar
que los animales mas evolucionados tienen razones para actuar, al igual que los bebes
prelingüísticos. Reconocer que existen estas precondiciones animales para la
racionalidad humana obliga a pensar acerca de la relación entre el ser humano y los
miembros otras especies inteligentes en términos de un espectro y no una línea divisoria
entre ellos y nosotros.
Para MacIntyre, el florecimiento humano implica juzgar la mejor manera de de ser o
hacer para un individuo o un grupo. Estos juicios pueden variar según cultura pero
desde una temprana edad surge la pregunta ¿por qué debo hacer esto en lugar de
aquello? Y eso lo diferencia de otros animales, por qué los humanos son razonadores
prácticos independientes ya que toman distancia de sus deseos al evaluarlos. Desde la
infancia, y en su transito hacia ser un razonador práctico independiente, el niño forma
parte de un conjunto de relaciones sociales que lo definen. Aprender a ser un razonador
práctico independiente supone aprender a cooperar con los demás en la formación y el
mantenimiento de las relaciones que hacen posible el logro de bienes comunes. Esta
actividad cooperativa supone de antemano una cierta comprensión compartida de
posibilidades presentes y futuras. Al preguntar en qué consiste el florecimiento humano
estamos preguntando cuáles son las virtudes y qué significa vivir la clase de vida que
requiere el ejercicio de las virtudes.

Para llegar a ser un razonador práctico independiente, el ser humano ha recibido


contribuciones que se refieren directamente a la existencia animal de su ser, como son
los cuidados que recibe desde la concepción hasta la niñez, al igual que otros animales
como los delfines. El ser humano puede desestimar este hecho, imaginándose como una
persona lockena o una mente cartesiana, pero también, a diferencia de los delfines, tiene
la posibilidad de entender la necesidad de contar con el cuidado otras personas en
diferentes etapas de la vida pasada y futura. Es decir, sabe que ha recibido atención y
cuidado, y sabe que se espera que exprese esos cuidados debes en cuando. Además, para
desarrollar la capacidad propia del razonador práctico independiente, necesita a los
demás de varias maneras: para mantener relaciones que estimulen la capacidad para
evaluar modificar o rechazar sus propios juicios prácticos, la capacidad para preguntar
si lo que considera que son buenas razones para actuar son realmente buenas razones,
los necesita para desarrollar la capacidad de imaginar futuros alternativos posibles, de
modo que pueda elegir racionalmente entre ellos, lo necesita para adquirir la capacidad
de distanciarse de sus deseos, para poder indagar racionalmente lo que es necesario para
buscar su propio bien y orientar sus deseos hacia ello.

Orientar sus deseos hacia los bienes de las diferentes etapas de su vida son las virtudes
morales e intelectuales. De acuerdo a la perspectiva aristotélica, el razonamiento
práctico es el razonamiento junto con otros, dentro de un conjunto determinado de
relaciones sociales de reciprocidad. No es posible buscar el bien de cada uno sin buscar
a la vez el bien de todos, puesto que un individuo no puede tener una buena
comprensión práctica de su propio bien independientemente del bien del conjunto
entero. Un individuo logra su propio bien sólo en la medida en que los demás hacen de
su bien un bien suyo, ayudandolo en periodos de discapacidad, y él a su vez se convierte
en la clase del ser humano que ayuda a los demás.

La intención de MacIntyre es imaginar una sociedad política que parta del hecho de que
la discapacidad y dependencia es algo que todos los individuos experimentan en algún
momento de la vida. Por lo que es interés de la sociedad política que las necesidades de
las personas que padecen discapacidades sean adecuadamente atendidas en el concepto
del bien común. Tanto el estado moderno como la familia no pueden dar cabida al tipo
de asociación necesaria para alcanzar dicho bien común. Es el lugar lo de ocupar una
comunidad de tamaño intermedio, en la que haya espacio para las actividades de la
familia y el trabajo, escuelas, congregaciones religiosa y clubes. Finalmente, para poder
alcanzar el florecimiento individual y colectivo, las ideas deben ser resultado de
decisiones políticas que surjen de una deliberación racional compartida. Ademas, las
normas de justicia deben ser coherentes a la virtud sobre todo con los que están en una
situación de dependencia. Y es necesario darle voz a quienes tengan un razonamiento
práctico o aún no lo posea.

En conclusión, MacIntyre, ha hecho un análisis de las caracteristicas compartidas entre


los humanos y otras especies no humanas, demostrando las similitudes para
contraargumentar la tradición que niega o ignora nuestra animalidad. Hace esto con la
finalidad de reconocer nuestra corporalidad, y con ella nuestra condición de
dependencia con otros para sobrevivir y florecer. En dicho florecimiento ha demostrado
la importancia de las relaciones de dependencia y de reciprocidad para aprender las
virtudes necesarias que nos llevan hacia el bien individual y colectivamente. Por último
ha desarrollado la relevancia de repensar el bien común desde las necesidades de las
personas que sufren alguna discapacidad o están en una situación de dependencia desde
comunidades intermedias y a través de decisiones políticas.

A manera de comentario, a partir de la lectura del libro Animales racionales y


dependientes, desarrollaré tres reflexiones que han surgido en torno a los diferentes
puntos que ha tratado la obra. En primer lugar, reflexionaré sobre nuestra propia
naturaleza humana; en segundo lugar, sobre nuestra relación con los otros animales; y
por último, sobre nuestro trato los unos con los otros. Este libro ha logrado de manera
efectiva contra argumentar la tradición filosófica que ha negado nuestra animalidad.
Como ha demostrado, las corrientes filosóficas han relegado la corporalidad a un
segundo plano al darle una importancia central a la capacidad racional que tiene el
hombre. De esta manera se ha cuestionado implícitamente las oposiciones tradicionales
del pensamiento que oponen la razón a la naturaleza, ya que la experiencia humana
parte de una animalidad que es biológica. Reconocer nuestra parte animal como lo que
hace posible nuestra razón nos permite tener una mirada menos incompleta de lo que
somos y el papel que jugamos en el mundo, pues nos permite relacionarnos con otros
animales desde una posición más equitativa.

A pesar de que no fue el objetivo principal de MacIntyre desarrollar expresamente las


relaciones de explotación que tienen los humanos con los animales, el libro sucita esa
reflexión en el lector. Esto se debe a que el autor, en los primeros capitulos, trata las
similitudes que hay entre los animales y los humanos a quienes denomina “animales
racionales”. Creo que MacIntyre hace un buen trabajo convenciendo de que los
animales y las personas no somos tan diferentes como ha propuesto la tradición del
pensamiento. A pesar de esto, y porque su objetivo iba en otra dirección, se le puede
criticar que recae en hacer esta comparación desde los parámetros humanos de la
racionalidad. Porque demuetra que los animales a pesar de no tener lenguaje tienen
deseos y razones para actuar. Como se sabe, estos dos elementos están tradicionalmente
asociados al razonamiento, aunque el autor intenta desligaros de este les presta atención
porque los humanos valoran la racionalidad, entonces tiene sentido de que valoremos a
los animales por los acercamientos que tienene los animales a razonar. Un ejemplo de
esto es la fascinación que tenemos hacia las mascotas como los perros y gatos a quienes
consideramos “muy inteligentes” y que hasta podrían tener una especie de personalidad
porque repiten patrones de comportamiento que nos apelan.

Si bien no fue su objetivo proponer una relación más equitativa con los animales, el
autor parece valorar más a los animales que se acercan al razonamiento que pueden
tener los humanos. Y no solo porque son los que usa como objeto de comparación, sino
porque, como mencione, todo su análisis parte de la elementos relacionados a la
racionalidad para demostrar que los humanos tenemos una parte animal. A pesar de
esto, rescato que la obra de MacIntyre sucite a una reflexión sobre el trato que les
damos a los animales. Esto se debe a que tuvo éxito en demostrar que los humanos no
somos tan diferentes a los animales. Aun que no lo desarrolla, es de suma importancia
repensar desde la ética la relación que tenemos con otros seres vivos, sobretodo con los
animales que forman parte de la industria alimentaria, en especial, la industria ganadera
que es uno de los negocios más rentables y crueles en el mundo.

No solo la industria ganadera es una de los mayores causa de contaminación del


medioambiente, liberando el 80% de los gases invernaderos, y es una de las principales
razones de desfertilización de los suelos y del consumo de agua en el planeta. Sino que
es una industria basada en la crianza de seres vivos para su explotación sistemática. El
objetivo de esta industria ganadera es acabar con la vida del mayor número de animales
que cria a la mayor velocidad posible. No solo las técnicas con las que se lleva a cabo
esto son sumamente crueles, sino que esto ha tenido como consecuencia que los
humanos cada vez se distancien más de los animales viendolos solo como objetos de
consumo, o incluso disociandolos de los productos finales que consumen. Mientras
antes era normal que se consuman animales que se criaban en los hogares, ahora en los
supermercados se compran productos completamente diferentes a como sabemos o
imaginamos que es una vaca o un pollo, ya que solo compramos productos o se nos
esconde el proceso que han pasado en los mataderos. Los tratos de esta industria a los
animales ha sido justificada por el hecho de que puede disminuir el hambre mundial, lo
cual como han probado múltiples estudios no ha logrado, y por la creencia, en parte
justificada, de que los animales no poseen un sistema de creencias o razones para actuar.
Sin embargo, como ha desarrollado MacIntyre muchos animales, en especial, los de la
industria ganadera tienen capacidades similares a las humanas. Por ejemplo, algunos
estudios sostienen que los cerdos tienen la capacidad cognitiva de un niño de tres años,
aprenden su nombre entre 2 y 3 semanas de nacidos, y les “cantan” a sus crias cuando
las amamantan.

Además, otro tema importante que se relaciona al tercer punto que desarrollaré es que el
consumo de carne causa enfermedades como cáncer, diabetes y problemas
cardiovasculares, como han demostrado múltiples estudios a los cuales los medios y la
opinión pública no le han dado la suficiente importancia. Esto se relaciona con el libro
de MacIntyre porque a lo largo de la obra se busca desarrollar la dependencia que
tenemos los humanos hacia con otros por las diferentes enfermedades o discapacidades
que podamos sufrir en algún momento de nuestra vida. Para el autor entender esto, y
tenerlo como un punto principal para repensar la ética es central, puesto que es la única
manera en la que los seres humanos podremos florecer individual y colectivamente. Y
es clave para esto reconocer nuestra animalidad, corporalidad y dependencia entre unos
y otros. La sociedad en la que vivimos esta sumamente enfocada en nuestra capacidad
productiva y por eso no se valora a los niños, a los ancianos ni a las personas enfermas o
que sufren de alguna discapacidad. Sin embargo, la realidad, es que en algún momento
todos vamos a probablemente formar parte de esos grupos por lo que es necesario que
repensemos la ética teniendo eso en mente. Y no solo porque en algún momento nos va
a tocar estar en esa posición, sino porque es lo necesario para acercarnos al
florecimiento colectivo al que debemos aspirar como especie. Es importante que
reconozcamos nuestras limitaciones biológicas al tener en cuenta nuestra animalidad
para replantearnos nuestras relaciones con los grupos mencionados y también con los
animales.
Bibliografia:

Anima Naturis. “Lo que no conocemos sobre los cerdos”


https://www.animanaturalis.org/p/1127/lo-que-no-conoces-sobre-los-cerdos

elDiario.es. “Dentro del matadero: una investigación sobre la matanza industrial de animales en
España”
https://www.eldiario.es/caballodenietzsche/dentro-matadero-investigacion-mataderos-
espanol_132_1158970.html

MacIntyre, A, (2001), Animales racionales y dependientes. Barcelona, España: Paidos.

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