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REFUERZO

DE
ELEMENTOS
ESTRUCTURALES

No se puede decir que exista un material único y una técnica determinada para
resolver un problema específico de refuerzo de estructuras sino que afortunadamente
hay muchos, tanto de lo uno como de lo otro, y en cada caso habrá que decidir el
material a emplear y la solución a adoptar. Esto no quiere decir que no se pueda dar el
caso de que una técnica determinada exija la utilización de un material también
concreto.
La elección de un procedimiento de refuerzo está condicionada por factores
estructurales, económicos, de rapidez de ejecución, estéticos, etc. y en ella el ingenio del
técnico cuenta mucho a la hora de elegir la solución más eficaz, menos complicada y
más económica.

1. RECRECIDOS DE HORMIGON ARMADO.


Puede decirse que el sistema de refuerzo mediante un recrecido de hormigón
armado envolviendo al elemento estructural débil o dañado, especialmente
pilares y vigas, es uno de los más antiguos, económicos y eficaces que existen.
Si el refuerzo se ha construido adecuadamente la eficacia y garantía que ofrece
es bastante buena y superior en muchos casos a la dada por otros métodos; sin
embargo, este tipo de refuerzo tiene los inconvenientes de que el elemento
reforzado no puede ponerse en carga hasta que el hormigón haya alcanzado su
resistencia de cálculo (como mínimo 28 días), el que las dimensiones del
elemento aumentan de una forma sensible por razones constructivas con lo que
el cambio de rigidez puede afectar a parte de la estructura, el que al ser grande
el incremento de sección se creen problemas de espacio, estéticos, etc.
Con este tipo de técnica pueden reforzarse elementos frente a compresión,
flexión, cortante y torsión

1.1. REFUERZO DE PILARES.


puede hacerse por dos sistemas fundamentales: uno mediante el recrecido
del pilar inicial con hormigón armado de buena calidad y la otra mediante
un recrecido zunchado. En ambos casos puede utilizarse hormigón
tradicional o bien hormigón proyectado.

1.1.1 REFUERZO CON HORMIGÓN ARMADO


El refuerzo de pilares de hormigón que no tienen la resistencia de
proyecto como consecuencia de una mala calidad del hormigón, falta de
armadura o, de aquellos otros que siendo de buena calidad y estando bien
armados, han de estar sometidos a cargas superiores para las que fueron
proyectados inicialmente, puede hacerse mediante el recrecido de las
caras de los mismos y en toda su altura con hormigón de adecuada
resistencia. A estos pilares se les habrá colocado una armadura principal
de cuantía similar a la existente y los estribos correspondientes.
El refuerzo con hormigón tiene la ventaja de que éste trabaja unido al
pilar original por la adherencia que existe entre los dos hormigones
motivada por el efecto zuncho que produce la retracción del nuevo
hormigón. Esta adherencia hace que las cargas se transmitan no sólo
axialmente sino también por fricción entre los dos hormigones.

1.1.2 Refuerzo con hormigón zunchado


Este tipo de refuerzo es más racional que el realizado solamente con
hormigón armado debido a que por el efecto del zunchado
aumentamos la carga de rotura del pilar original con lo cual podemos
contar con su capacidad resisten te.
En el caso del pilar reforzado con hormigón armado, como es el caso
que se ha visto anteriormente, sabemos que el refuerzo hay que
preverlo para que pueda absorber la totalidad de los esfuerzos que se
produzcan sobre el pilar, debido a que en muchos casos el núcleo
puede llegar al agotamiento y pasar a soportar el refuerzo toda la
carga. Esto conduce a tener que emplear secciones grandes en los
pilares cuando estos han de soportar cargas importantes. Si, por el
contrario, el pilar se zuncha, al aumentar la capacidad resistente del
núcleo por la compresión lateral que produce el zuncho, podemos
considerar la colaboración de este hormigón a efectos resistentes con
lo cual las secciones obtenidas serán más pequeñas que en el caso de
hormigón armado. El zunchado consiste en recubrir al pilar de una
envolvente, generalmente cilíndrica, capaz de oponerse a las
deformaciones transversales del hormigón cuando éste se somete a
un esfuerzo de compresión axial. La envolvente puede llevar una
armadura continua formada por una hélice de pequeño paso, o
simplemente discontinua formada por cercos redondos de tal forma
que aumente la resistencia transversal del pilar.
1.2. REFUERZO DE VIGAS
Las vigas de hormigón pueden presentar fallos que hagan necesario
proceder a su reparación. Los dos casos más frecuentes que se presentan en
el refuerzo de una viga son: el refuerzo frente a flexión y el refuerzo frente a
cortante. El tratamiento en cada uno de los casos es diferente.
En flexión el fallo puede producirse por varias causas entre las que hay que
destacar:
- La falta de armadura de tracción que habrá provocado fisuración en la parte
central de la viga y que incluso puede provocar la rotura de la misma si la
deficiencia de armadura es grave. El error puede ser debido al proyecto, a la
ejecución, a los dos juntos o, simplemente puede que no se trate de un error
y lo que se pretenda sea aumentar la capacidad resistente de la viga para que
pueda soportar unas sobrecargas de uso superiores a las de proyecto y que
van a aparecer como consecuencia de un cambio de destino del edificio. En
la práctica estos tipos de deficiencias son los más frecuentes.
- La falta de capacidad resistente de la viga bien como consecuencia de la
falta de sección de acero en la zona comprimida o bien por baja resistencia
del hormigón.
En cortante los fallos pueden producirse fundamentalmente por falta o mala
colocación de la armadura transversal, aunque también los fallos pueden
estar motivados por errores de cálculo o de ejecución, pudiendo ser también
consecuencia no de errores sino de cambio de destino de la estructura con
aumento de las sobrecargas de uso sobre las previstas en el proyecto inicial.
Si la viga tiene falta de armadura en la zona traccionada, cabe la
posibilidad de hacer un refuerzo colocando la armadura adicional que falta
dentro de un recrecido en el canto de la viga
2. REFUERZO CON PERFILES LAMINADOS DE ACERO.
una de las más antiguas dentro del campo de los refuerzos, sin embargo, esta
técnica tiene detractores como consecuencia de los fracasos que se han
producido y que más que achacables a la misma en sí, lo son a la falta de
cuidados con la que se ha aplicado en algunas ocasiones. Esta falta de atención
ha hecho que los refuerzos no trabajasen en las condiciones para las que fueron
proyectados y que aparecieran, además, una serie de efectos secundarios que
podían ocasionar el agotamiento de otros elementos próximos al reforzado.
Como consecuencia de lo anterior hay que indicar que estos refuerzos hay que
realizarlos, como todos, con la debida atención en el proyecto y en la ejecución;
el no actuar así puede dar lugar a que el refuerzo no sólo no cumpla con su
misión principal, sino que, además pueda debilitar a otros elementos al
someterlos a acciones para los que no estaban proyectados.
2.1. REFUERZOS DE PILARES
el técnico es el empleo de perfiles laminados de acero (fig. 14.18). Esta
técnica se utiliza frecuentemente debido a la rapidez que permite en la
ejecución y puesta en carga de la estructura reforzada.
Los pilares suelen reforzarse por medio de angulares de acero colocados en
sus cuatro esquinas y sujetos lateralmente entre sí por medio de presillas
soldadas. La parte superior y la inferior del refuerzo terminan en un capitel y
base metálica, respectivamente, que, en general, están formados también por
angulares. En otros refuerzos se emplean, en vez de angulares, perfiles en U
si bien este tipo de refuerzo es menos empleado por exigir mayor peso de
acero y ser menos adaptable al pilar.
2.2. REFUERZO DE VIGAS
Este tipo de refuerzos no siempre es factible de realizar en la práctica y a
veces su eficacia no es muy buena, pues al no existir una adherencia franca
entre el hormigón y el acero, los angulares no entran a trabajar a tracción
simultánea y conjuntamente con el hormigón y las armaduras, sino que lo
hacen de una forma independiente al flexionar y deformarse la viga a la que
refuerzan.

3. REFUERZOS CON ARMADURA POSTENSADA


La técnica del pretensado en su modalidad de postensado encuentra en el
refuerzo de estructuras una acogida muy favorable, especialmente en los casos
en que se ha llegado a una situación grave de debilidad estructural de elementos
horizontales tales como vigas. Esta técnica permite, además, mediante el empleo
de elementos auxiliares, más o menos sofisticados, poder llegar a resolver
problemas que no hubiesen tenido solución mediante otro sistema de refuerzo.
Una de las principales ventajas que presenta el postensado es que permite actuar
sobre elementos deformados y sometidos a las cargas de servicio sin necesidad
de tener que descargar a los mismos y eliminar de ellos las deformaciones
existentes. Los elementos recuperarán sus formas iniciales bajo la acción del
postensado mientras éste va entrando progresivamente en carga. Con el
postensado se consigue, por tanto, realizar un traspaso de esfuerzos del
elemento estructural a los cables de tesado, de tal forma que los esfuerzos
indeseables para una zona de la estructura se canalizan por medio de éstos hasta
transportarlos a una zona más adecuada, más resistente y capacitada para
absorberlos. Otra de las ventajas que ofrece el postensado en el refuerzo de
estructuras, consiste en que para generar las fuerzas que han de asegurar el
equilibrio y la resistencia de la estructura no es preciso que éstas sigan
deformándose bajo la acción de las solicitaciones exteriores. Esta es la diferencia
fundamental con otras técnicas de refuerzo en las que el nuevo material de
refuerzo, aunque garantice la estabilidad, no puede ser eficaz sino a costa de
nuevas deformaciones del conjunto, lo que en ocasiones puede dar lugar a la
inutilización del elemento para sus fines funcionales. El postensado encuentra un
campo de aplicación idóneo en el caso de estructuras que presentan daños
debidos a proyecto, ejecución o a causas accidentales que hayan disminuido de
una forma notable la capacidad de carga prevista. En estos casos, el esquema
estructural sobre el que deben actuar las fuerzas de postensado es difícilmente
imaginable, debido a que poco se puede asegurar sobre la situación,
importancia y papel de las previsibles rótulas plásticas, fisuras, etc. Los cálculos
en estos casos deberán extenderse a las posibles situaciones extremas, fijando
modelos estructurales probables que limiten el abanico de casos posibles. Los
coeficientes de seguridad deberán ser amplios, a discreción del proyectista y
ligados a la condición de la estructura y a los daños que presente.

4. REFUERZO CON BANDAS DE ACERO ENCOLADAS CON EPOXI.


Gracias a la buena adherencia que sobre el hormigón y el acero poseen las
resinas epoxi, éstas encuentran aplicación en el campo de las reparaciones y
refuerzos especialmente de vigas, y tanto frente a flexión como a cortante, al
permitir unir el acero con el hormigón.
La eficacia de las uniones es tan elevada que rara vez se produce el fallo en ellas
por falta de adherencia y cuando, en alguna ocasión, se ha producido un defecto
se ha podido comprobar que ha tenido su origen en una deficiente realización del
refuerzo por estar mal proyectado o ejecutado.
Mediante el encolado con resinas epoxi la armadura suplementaria a introducir
en la viga, forjado o elemento deficitario en acero, se coloca en forma de bandas
o pletinas de acero pegadas al hormigón en el lugar adecuado, no repercutiendo,
por tanto, de forma sensible en las dimensiones finales de la sección y no
afectando, por consiguiente, en la redistribución de acciones en el resto de la
estructura. La técnica de refuerzo mediante pegado de chapas de acero a los
elementos estructurales se puede decir que es reciente, no obstante, su eficacia
esta avalada por la gran cantidad de obras que hasta ahora se han realizado,
algunas de gran importancia y en las que el éxito ha sido total.

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