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de Sexología

... diciembre 2014


Anuario de Sexología
nº 13 | 2014

aeps
asociación estatal de profesionales de la sexología
ÍNDICE

CIENTIFISMO SEXOLÓGICO 3
Roberto Martínez de Benito

ASESORAMIENTO SEXOLÓGICO:
NUEVAS REFLEXIONES Y APORTACIONES
DESDE LA SEXOLOGÍA 21
Samuel Díez Arrese

INVENCIÓN DE ENFERMEDADES 33
Ana García Mañas

LO TRATADO Y AQUELLO DE LO QUE SE TRATA


EN TERAPIA SEXUAL 47
Manuel Lanas Lecuona

MI RELATO DE OTROS RELATOS 69


Ester Pérez Opi

ANÁLISIS SOBRE LA INFLUENCIA


DE LA EDUCACIÓN SEXUAL EN MENORES
DE 13 A 15 AÑOS EN LOS DIFERENTES
CENTROS EDUCATIVOS 85
Equipo educativo de Sexkuntza
CIENTIFISMO SEXOLÓGICO

JORNADAS TEMÁTICAS
DE LA ASOCIACIÓN ESTATAL DE SEXOLOGÍA

Roberto Martínez de Benito


Psiquiatra, Psicoanalista
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CIENTIFICISMO SEXOLÓGICO

JORNADAS TEMÁTICAS DE LA ASOCIACIÓN


ESTATAL DE LA SEXOLOGÍA

.......................................................................................................................
Roberto Martínez de Benito
.......................................................................................................................

Hospital Santa Isabel (León)


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tos insuficientes, como el de autorizar


una posición teórica –disfrazada de
verdad– que remite a actitudes ideo-
Parte de lo que voy a explicarles
lógicas no explícitas en nombre de la
está en la base de ese empuje de
ciencia. Estas actitudes no son otras
la industria a dirigir su fármaco a la
que el cientificismo y el autoritarismo
nueva nosotaxia como tan gráfica
científico.
y contundentemente nos ha expli-
cado Ana García Mañas en su an-
Estas posturas aplican de forma direc-
terior exposición. Desconozco la
ta y sin crítica el método reduccionista
definición exacta de salud sexual,
necesario para la investigación a to-
pero supongo venga inspirada por
dos los aspectos de la vida humana,
la que la OMS conceptualizó en
pero de una forma extraordinariamen-
1946 en Alma Ata, por lo que es-
te radical, llamada reduccionismo on-
tará recorrida por el mismo ideal
tológico.
imposible de no solo no padecer
sino de ser feliz. Concepto inal-
Buen ejemplo de ello son las ideas eu-
canzable, que además, en manos
genésicas que se impusieron en la se-
de los que sólo sabemos del en-
gunda década del siglo pasado en los
fermar, invita al desastre, como es
Estados Unidos y que, importadas por
obvio. Sobre todo si el malestar se
la ideología nazi, dio lugar a los extre-
interpreta exclusivamente desde
mos por todos conocidos. Si la ciencia
la inadecuación (inadaptación)
no debiera ser sin ética, la ideología
conductual y social. Por eso estoy
autoritaria basada en el cientificismo
de acuerdo con Ana García en
prescinde de ella, o mejor, pretende
que no deberíamos utilizar, NADIE,
una ética fundamentada en la neuro-
la DSM.
ciencia.

Las teorías biologicistas expuestas por


El título de esta conferencia quiere se-
Richard Dawkins en su obra "El gen
ñalar el hecho de que la sexología,
egoista" o la sociobiología de Edward
ciencia transversal y transdisciplinaria,
O. Wilson son otros ejemplos más mo-
se ve sometida a las mismas tensiones
dernos de esta corriente de pensa-
epistemológicas que algunas de las
miento.
ciencias de las que se nutre y, tam-
bién, a la ideología subyacente que
Si bien siempre ha habido científicos
desde ellas se pretende imponer: la de
críticos contra estas posturas abusivas,
un determinismo genético radical del
por ejemplo, Stephen Jay Gould en
ser humano, cuyo mayor riesgo no es
"La falsa medida del hombre" o "En no
tanto el de hipotetizar sobre la identi-
está en los genes" de Lewontin, Rose y
dad humana a la luz de conocimien-
Kamin (genetista evolucionista, neuro-
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biólogo y psicólogo, respectivamen- 2. m. Teoría según la cual los únicos


te), el problema es que siempre son conocimientos válidos son los que
silenciados por una divulgación cientí- se adquieren mediante las ciencias
fica, acrítica, que es la que se está positivas.
trasladando a la opinión pública.
Creo que la sexología no está exenta 3. m. Confianza plena en los principios
de estos problemas, desde el momen- y resultados de la investigación
to en que puede reducir su campo al científica, y práctica rigurosa de sus
organismo y más en concreto a la ge- métodos.
nitalidad y, en última instancia, a
través del aforismo de que el auténti- 4. m. Tendencia a dar excesivo valor a
co órgano sexual es el cerebro al mis- las nociones científicas o pretendi-
mo tipo de reduccionismo que pro- damente científicas.
mueven la psiquiatría, la psicología
cognitivo-conductual y la neurocien- Esta última acepción sería la más
cia en general. apropiada para dar cuenta de este
fenómeno, tanto para ilustrados de la
Aún en mayor medida si acude a las ciencia y la tecnología, como para los
trampas propuestas por las neurocien- legos.
cias y la psiquiatría como representan-
Sitúa a quien la adopta en una
te de la medicina.
servidumbre voluntaria que es biyec-
Y a demostrar estos puntos me voy a
tiva del autoritarismo científico, que
aplicar, primero explicando el meca-
podríamos definir como una ideología
nismo de reducción en la ciencia, su
en la que todo se quiere científico,
impacto en las neurociencias y clasifi-
pero también todo se impone desde
caciones psiquiátricas y su proyección
lo pretendidamente científico. El
en la sexología.
método científico aplicado a todos los
aspectos de la vida humana, redu-
Aclararé primero a qué me refiero por
cida así a un objeto de estudio y ma-
cientificismo y autoritarismo científico.
nipulación. Vida sin libertad, pero
también sin responsabilidad; esclavi-
El cientificismo atendiendo a la defini-
tud a cambio de un goce insufrible e
ción del diccionario de la RAE en su
inalcanzable. La promesa de que
22ª edición, tendría cuatro acepcio-
siguiendo sus premisas la vida será
nes:
mejor, más larga, más plena a cambio
1. m. Doctrina según la cual los del disciplinado acatamiento de di-
métodos científicos deben exten- rectrices basadas en pruebas contras-
derse a todos los dominios de la tadas y ciertas que, al ser científicas,
vida intelectual y moral sin excep- son válidas para todos; para las ex-
ción. cepciones se encontrará una nueva
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teoría, verificada y falseable que las Se efectúa una reducción episte-


asuma. En definitiva, la ciencia como mológica "cuando se demuestra que
ideología, como amo acéfalo, como las leyes experimentales de la ciencia
tirano bondadoso que nos promete la secundaria (y si ésta posee una teoría
felicidad, el bienestar pleno, la salud adecuada, la teoría también) son
plena física y mental siempre y cuan- consecuencias lógicas de las de las
do nos atengamos a su saber y reglas; suposiciones teóricas de la ciencia
un ideal imposible, entre otras cosas, primaria" (sirvan como ejemplo las
porque no es la ciencia, sino el merca- ecuaciones de campo de Maxwell
do, verdadero poder, quien rige el que integraron las teorías eléctrica y
mundo; y la ciencia cada vez más magnética en un cuerpo teórico úni-
debe rendirse a ese régimen autori- co: el electromagnetismo).
tario en las mismas condiciones que
propone para los demás. En el reduccionismo ontológico se su-
pone "que las entidades de un nivel
¿De dónde se nutren el cientificismo y superior no sólo estarían compuestas
el autoritarismo científico? por entidades de un nivel inferior, sino
que sus propiedades serían casual-
De la aplicación de un tipo de reduc- mente determinadas exclusivamente
cionismo radical, más allá del re- por los componentes del nivel inferior y
duccionismo metodológico que re- sus interacciones". Es un reduccionismo
quiere y posibilita la investigación extremo, que encuentra dificultades
científica. según se avanza hacia niveles jerár-
quicos más complejos; en resumen,
que según avanzamos en compleji-
Es cierto que la reducción metodoló- dad es más difícil asumir que el todo
gica es inherente al avance científico, es equivalente a la suma de las partes.
pues solo el aislamiento de las varia-
bles implicadas permite la compren- Es este último mecanismo de reduc-
sión de un fenómeno. Pero el tipo de ción ontológica, que se confunde con
reducción que se ha efectuado en la reducción metodológica inherente
estas ciencias biológicas aplicadas al al método científico, el que está en el
ser humano es de otra índole. corazón de las teorías neurocientíficas
al uso, y postula que el cerebro es el
Según Nagel –citado en el libro de Ja- asiento de la mente y que este órgano
vier Peteiro Cartelle "El autoritarismo funciona al dictado de los genes y las
científico"– existirían otros dos tipos de proteínas que codifican.
reduccionismo, el epistemológico y el
ontológico. A tenor del estado de la ciencia, los
conocimientos son aún muy insuficien-
tes para dar una explicación que va-
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ya más allá de los escasos fenómenos es que aquello a lo que nos solemos
estudiados, distando aún mucho de lo referir como mente es un conjunto
que sería un modelo integrado de la de funciones llevadas a cabo por el
mente. Sin embargo, desde el cientifi- cerebro [...]. En consecuencia, los
cismo no hay impedimento en usar trastornos del comportamiento ca-
este reduccionismo extremo para dar racterísticos de las enfermedades
cuenta de todo lo que nos hace ser mentales son alteraciones de la
humanos. función cerebral, incluso en aque-
llos casos que sea evidente que es-
Se ve bien en Eric R. Kandel, Nobel de tas alteraciones tienen un origen
Medicina en el año 2000, quien reco- ambiental.
noce que para el estudio de los me-
canismos de la memoria y el aprendi- 2º.- Los genes y las proteínas que codi-
zaje precisa de un "reduccionismo fican determinan en gran medida
radical"; elige el caracol marino Aplis- el patrón de interconexiones entre
ya como modelo de investigación en las neuronas cerebrales y los deta-
la asunción de que lo que ocurre en lles de su funcionamiento. Por ello,
las neuronas de este organismo, al ni- los genes, y especialmente sus
vel de la memoria, es similar a lo que combinaciones, ejercen un control
ocurre en las neuronas humanas. Así sobre la conducta. La conclusión
expuesto, estaríamos hablando de un de todo ello es que la genética es
reduccionismo metodológico sobre un uno de los principales factores que
modelo animal habitual en la neuro- influyen en la aparición de las en-
biología y que ha dado buenos resul- fermedades mentales.
tados (como la elucidación de los
mecanismos de la percepción visual 3º.- Las alteraciones genéticas no justi-
que sirvieron a Hubel y Wiesel para fican por sí solas toda la varianza de
conseguir el premio Nobel en 1981). las principales enfermedades men-
Pero en su artículo de 1998, "Un nuevo tales. Los factores sociales o del
marco intelectual para la psiquiatría", desarrollo tienen una importancia
propone que el nuevo marco concep- fundamental [...]. El aprendizaje, in-
tual para la psiquiatría debería ba- cluso el que genera una conducta
sarse en cinco principios que resumen disfuncional, produce modificacio-
la posición de los biólogos en la rela- nes en la expresión genética. Por
ción de la mente con el cerebro: este motivo todo lo "aprendido"
termina expresándose como "na-
1º.- Todos los procesos mentales, in- turaleza".
cluso los procesos psicológicos más
complejos, son consecuencia de las 4º.- Las alteraciones de la expresión
operaciones del cerebro. El princi- genética inducidas por el aprendi-
pio fundamental de este concepto zaje provocan cambios en los pa-
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trones de conexión neuronal. Estos Podríamos, por ejemplo, sin salir del
cambios no solo contribuyen al fun- campo de las ciencias positivas, ma-
damento biológico de la individua- nejar otros modelos de investigación
lidad, sino que, al parecer, son in- más globalizadores y complejos.
ducidos por los imprevistos sociales. Así, el denominado emergentismo
postula que en cada nivel de organi-
5º.- Cuando la psicoterapia o la asis- zación surgen propiedades que no se
tencia psicológica son eficaces y encontraban en los niveles inferiores
producen cambios a largo plazo en (serían, pues, irreductibles), de forma
el comportamiento, cabe suponer que del conocimiento completo de
que los consiguió a través del los complementos de un nivel inferior
aprendizaje, provocando cambios tomados aisladamente o en distintas
en la expresión genética que modi- combinaciones no podrían deducirse
fican la fuerza de las conexiones las propiedades del nivel jerárquico
sinápticas y modificaciones estruc- superior. Esto es, el todo es más que la
turales que alteran el patrón suma de las partes que lo constituyen.
anatómico de interconexiones en-
tre las neuronas cerebrales [...]. Está claro que no es este el camino
privilegiado en la actualidad.
No hay mejor ejemplo para lo que ex-
ponía de la reducción ontológica y el Espero que estos apuntes hayan con-
cientificismo, pues estos postulados seguido transmitirles la idea de que
son una inferencia abusiva de los me- mucho de lo que se defiende como
canismos de la memoria y el aprendi- científico no es sino una ideología o,
zaje a nivel neuronal y genético en- como se decía en los albores de la
contrados en Aplisya. Sobre todo en lo clínica psiquiátrica un "mito cerebral",
que se refiere a hacerlos extensivos a presente ya en los albores de la clínica
la complejidad, tanto de las enferme- psiquiátrica que iniciaron los alienistas
dades mentales como de las "accio- y que llega al culmen en lo que aca-
nes cognitivas complejas como pen- bo de explicarles.
sar, hablar, escribir literatura o música
o crear arte". Pero, ¿es que hemos de Esto me da pie para adentrarme en
reducir los avatares de la condición otro de los puntos que anuncié: la
humana únicamente a su dimensión asunción de estas ideas en la psi-
biológica? A menos que, al estilo de quiatría y las nosotaxias que utiliza.
Kandel, Dawkins o Wilson, rebajemos lo
que entendemos por vida humana al Para empezar, la psiquiatría no ha sido
nivel de la biología como ciencia posi- ajena al mismo proceso reduccionista
tiva, incluida la sexualidad (que tam- que ha sufrido la medicina en general.
bién privilegia al cerebro como órga-
no sexual por antonomasia).
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La medicina ha ontologizado la en- otros campos de la medicina al apli-


fermedad como algo separable del car los postulados antes menciona-
enfermo, que le sobreviene y que es dos, junto a los avances de la psico-
un objeto de estudio previo a una de- farmacología. Renuncia al sujeto, al
cisión clínica. Desde la introducción enfermo, para volcarse en las enfer-
del método anatomoclínico, la quími- medades mentales y vuelca gran par-
ca y la física, así como los métodos de te de su esfuerzo no ya en la explica-
diagnóstico complementarios, la cre- ción psicológica y la psicoterapia si no
ciente orientación de la medicina ha en la construcción de nosotaxias, en la
sido hacia la progresiva biologización ilusión de crear un objeto de estudio
de la enfermedad; si ésta es un proce- "natural". Se desnuda de todos los an-
so estrictamente biológico entonces tecedentes de la gran psicopatología,
es reductible; en adelante ya no hay fundamentalmente del psicoanálisis y
enfermos sino enfermedades. Se olvi- otras corrientes psicológico-filosóficas
da el sujeto y el objeto fundamental (como la psiquiatría fenomenológica),
de estudio de la medicina hasta en- para revestirse, todo lo más, de un
tonces, que no era otro que la rela- barniz neurocientífico y un descarado
ción médico-paciente. Se niega al su- empirismo estadístico (y como decía
jeto y su dolor reduciéndolo a un Claude Bernard, fisiólogo introductor
organismo que sufre una enfermedad. del método científico en medicina: la
Como sabemos esto no es sin conse- estadística es la expresión más eleva-
cuencias: el médico no interroga más da del empirismo científico. Se aseme-
que en busca de unos signos y sínto- ja a la ciencia, pero no es todavía la
mas del que el paciente sería mero ciencia). Esto está explicitado en el
portador, ya no se interesa por escu- llamado credo neokrepeliniano publi-
char el relato propio de la dolencia en cado en un artículo de Gerald Kler-
un supuesto de que las pruebas obje- man en 1978. Hay una toma de posi-
tivas revelarán cualquier problema ción axiomática de lo que debe ser la
existente. psiquiatría; sus postulados son:

Así vemos cómo, separada del enfer- • La psiquiatría es una rama de la


mo, la enfermedad puede medirse, medicina.
compararse, someterse a norma; la • La medicina debe usar modernas
medición se hace a través de méto- tecnologías científicas y basar su
dos estadísticos fundamentalmente en práctica en el conocimiento cien-
lo que a gravedad y respuesta a tífico.
fármacos se refiere. • La psiquiatría trata a las personas
que padecen una enfermedad
La psiquiatría está en el mismo empe- mental y precisan de tratamiento
ño aunque, a mi entender, más ple- para la misma.
namente conseguido aún que en
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• Existe un límite entre lo normal y lo derna; pero esto no encajaría en el


patológico. cientificismo biológico al que se quiere
• Existen enfermedades mentales abocar la psiquiatría.
distintas. Las enfermedades men- Hablemos, pues, de las clasificaciones
tales no son un mito. No existe una, aclarando que no me opongo a las
sino muchas enfermedades men- clasificaciones como tales, sino a su
tales. La tarea de la psiquiatría uso actual en la psiquiatría. Desarro-
científica, como la de otras espe- llaré este punto.
cialidades médicas, es la de es-
tudiar las causas, el diagnóstico y Es evidente que la complejidad del
el tratamiento de esas enfer- orden natural de las cosas es tal que
medades mentales. se asemeja a un caos y como dice
• El enfoque del médico psiquiatra Levi-Strauss: "cualquier clasificación es
debe situarse fundamentalmente superior al caos; e incluso una clasifi-
en los aspectos biológicos de la cación a nivel de las propiedades sen-
enfermedad mental. sibles es un paso hacia un orden ra-
• Asimismo, debe ser explícita e cional".
intencional la preocupación por el
diagnóstico y la clasificación. Así pues, las clasificaciones son nece-
• Los criterios diagnósticos deben ser sarias, aunque en ningún modo son
codificados y su validación por di- pertenencia única de la ciencia;
ferentes técnicas debería ser con- cualquier saber las utiliza para el co-
siderado como un dominio de nocimiento de su objeto de estudio.
investigación legítima y preciosa.
• En los esfuerzos de investigación Clasificar es un instrumento útil para la
dirigidos a mejorar la validez y la ciencia, para cada ciencia; pero no
fiabilidad de diagnósticos y clasi- es la ciencia, sino que se sirve de los
ficaciones, deberían ser usadas conocimientos de la misma para or-
técnicas estadísticas. ganizar el saber que se va descu-
briendo. Dicho de otro modo, clasifi-
Se pretende una visión esencialista de car da una visión del conocimiento de
los trastornos mentales, esto es, la exis- una ciencia en particular, pero la
tencia independiente de estos trastor- taxonomía resultante no es la ciencia
nos del mismo modo que existe la en sí.
tuberculosis, frente a una visión nomi-
nalista –la posición que da pie a las Las taxonomías, nosotaxias en nuestro
enfermedades mentales como inven- caso, son útiles siempre y cuando no
to– que sólo otorga a estas divisiones sean un mero recopilatorio de des-
un valor funcional que no tendría refle- cripciones que no mantiene ninguna
jo en el mundo real, o sea, que serían relación entre sus clases, que es lo que
una invención útil, una mitología mo- parecen las clasificaciones psiquiátri-
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cas al uso. Y más en concreto las su- comparables y no un continuo evo-


cesivas DSM. lutivo.

Estas clasificaciones tienen un soporte 2.- Spitzer diseñó el DSM III como una
científico, pero en el nivel más bajo de descripción exhaustiva de los tras-
certidumbre: el de los consensos de tornos sin contemplar la etiología ni
expertos. la fisiopatología de los mismos; esta
presunta postura ateórica tiene dos
Para hacer una clasificación de las explicaciones:
enfermedades podemos distinguir con
Rösch cinco niveles de definición de Primero, la etiología de la mayor
las enfermedades, cuyo grado de parte de los trastornos mentales se
precisión va decreciendo: 1/ Nivel de desconocía –como se recoge en la
la epimediología; 2/ nivel de la etio- introducción de la DSM III– y de los
logía; 3/ nivel de la lesión; 4/ nivel del que se conocía la causa, sitúan al
síndrome y 5/ nivel de los síntomas. Es- borde de la exclusión hacia la neu-
ta situación propia de la medicina, es rología y otras disciplinas a los cita-
incomparable con la precisión de dos trastornos. Mucho menos se
otros campos de la biología (botánica sabía y sabemos de la posible pato-
o zoología), y para el campo de la fisiología.
psiquiatría los niveles habituales son el
4 y el 5 (síndrome y síntomas) que Segundo, no se intenta ninguna
aportan, habitualmente, definiciones aproximación psicopatológica para
muy imprecisas. Esto nos sitúa en una la definición de los trastornos, sino
posición no muy diferente de la de los que solo se pretende establecer un
siglos XVIII y XIX. glosario de definiciones de trastor-
nos y síntomas; la justificación es la
Por otra parte en la DSM III y sus secue- heterogeneidad de las escuelas
las están subsumidos errores concep- psicopatológicas y su evidente de-
tuales groseros, falacias, desafectos y clive como modelos explicativos.
sobreentendidos ocultos de partida: De hecho la psicopatología había
quedado ya reducida a una mera
1.- La falacia mitológica de un progre- descripción de los síntomas, pura
so clasificatorio desde los alienistas fenomenología, sin interrogarse por
hasta nuestros días; cuando los sus causas desde su propio método.
clásicos utilizaban los mismos térmi-
nos, distaban mucho de referirse al 3.- Es una clasificación de psiquiatras
mismo concepto [esta es una críti- para psiquiatras, esto es, médicos
ca recurrente en Berrios], por lo que que habían encontrado en la inci-
los distintos intentos de clasificación piente psicofarmacología el apoyo
son en realidad discontinuidades no perfecto para hacer una revolución
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frente a la psiquiatría dinámica aún ciales para aquellos casos en los que
dominante en EE.UU. y situar a la tal cura no exista. Lo que me lleva a
psiquiatría en el mismo plano de destacar uno de los ejes fundamenta-
otras especialidades médicas [la les de los DSM a partir de la IV revisión:
vieja aspiración de los alienistas]. la adaptación del sujeto, expresada
Razonaban que si los psicofármacos como deterioro en su actividad social
actuaban en el cerebro, es en este y/o laboral, adaptación que si no se
órgano, no en la psique, donde consigue es en base a su dotación
asienta la patología psiquiátrica; genética de vulnerabilidad; no a me-
además, la entonces incipiente bio- canismos sociales.
logía molecular que estaba dando
cuenta de algunos mecanismos ce- Pongo dos ejemplos de dos nuevas
rebrales sería la vía regia para una entidades propuestas en el DSM V y
explicación etiológica, opinión ava- que interesan al campo de la sexuali-
lada por los prometedores estudios dad: el trastorno coercitivo parafílico y
genéticos en otros campos de la el trastorno por hipersexualidad. Elegi-
medicina y que serían más tempra- dos por los problemas diagnósticos e
no que tarde importados al campo incluso sociales que pueden generar,
de la psiquiatría. Este ánimo está pero también porque son innecesarios,
implícito, pero patente en toda la salvo desde las posiciones que de-
DSM III y posteriores. nuncio.

En definitiva, que el esfuerzo clasifica- Respecto a las parafilias, el subgrupo


dor, como en siglos anteriores, sigue de trabajo propone distinguir entre
siendo estrictamente descriptivo; ateó- parafilias y trastornos parafílicos razo-
rico porque no hay una teoría que nando que las parafilias se podrían
avale el continuo tráfago de dia- determinar por la naturaleza de los
gnósticos de una clase a otra, pero no impulsos, fantasías o comportamien-
sin una ideología subyacente. tos, que se codificarían para cada ca-
tegoría en los criterios "A", pero no
A nivel práctico, además de lo ante- comportaría un diagnóstico psiquiátri-
riormente apuntado sobre el hecho de co ni alteración psicopatológica; esto
hacer prevalecer la enfermedad so- solo ocurriría en el caso de que estas
bre el enfermo, tiene el efecto de una conductas causaran malestar o dete-
irresposabilización del sujeto ante sus rioro o daño a otros. Tener una parafi-
conductas, pues estas son patológicas lia es, pues, una condición necesaria,
y por lo tanto incoercibles, ajenas a él. pero no suficiente para padecer un
Esto nos lleva a una demanda inaca- trastorno parafílico. Este enfoque deja
bable de tratamientos a nivel de los intacta la distinción entre comporta-
sujetos, pero también a una indefen- miento normativo y no normativo, pe-
sión de los mismos ante los ideales so- ro sin etiquetar este último como psi-
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copatológico. Esto está bien; espero sádico rumiativo recibiría este dia-
que el siguiente paso sea que solo gnóstico –no el de neurosis obsesiva–
existan filias, sin "para-" por ningún la- aunque clínicamente sabemos que la
do. propia angustia ante sus pensamientos
Respecto al trastorno específico en inhibiría el acto.
cuestión no puede por menos que Por otra parte, admiten que la mayor
embrollar las cosas, al intentar separar parte de los pacientes solo son reco-
a violadores criminales de no se sabe nocidos tras ser detenidos por un delito
qué enfermos mentales. Los criterios de índole sexual, o sea, que no hacen
para su diagnóstico son: por sí mismos demanda alguna. Dicen
de ellos que son poco confiables en
A. Durante un período de al menos sus relatos, digamos mentirosos, res-
seis meses, presentar de forma recu- pecto a sus impulsos y fantasías sexua-
rrente excitación sexual intensa por les; son no colaboradores y poco fia-
medio de la coerción sexual, mani- bles en el diagnóstico realizado por
festada a través de fantasías, impul- autoinformes de fantasías sexuales e
sos o comportamientos. impulsos.
B. La persona tiene angustia clínica-
mente significativa o deterioro en Pueden leer razonamientos algo más
importantes áreas del funciona- extensos en la web oficial de desarro-
miento, o ha buscado la estimula- llo de la DSM V (dsmv.org), pero no
ción sexual por medio del sexo for- mejor elaborados.
zado en tres o más personas que no
consienten en distintas ocasiones. Entonces, ¿qué justifica este dia-
C. El diagnóstico de trastorno parafíli- gnóstico? Nada. Expandiría el cúmulo
co coercitivo no se realiza si el pa- de delincuentes sexuales susceptibles
ciente cumple los criterios para un de castigo civil indefinido por tener un
diagnóstico de trastorno de sadis- presunto trastorno mental que incluye
mo sexual. casos de coerción sexual, pero que
serían indistinguibles de los violadores
Una crítica somera y rápida: no dife- por otras causas ajenas a un trastorno
renciar en el criterio A entre fantasías, mental basándose el diagnóstico ex-
impulsos o comportamientos no permi- clusivamente en el comportamiento
te distinguir, por ejemplo, a un neuró- personal en palabras de Francis Allen,
tico obsesivo de un criminal; esto es, anterior director del DSM IV.
de quien mantiene sus fantasías en
privado, salvo que pida atención por El segundo ejemplo es el trastorno por
la angustia que le provocan, y de hipersexualidad.
quien pasa al acto sin necesidad de
psicopatología subyacente. Siguiendo En este trastorno, cito, "[...] los tres prin-
con el ejemplo el obsesivo fantasioso cipales modelos fisiopatológicos su-
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puestos son el deseo sexual / desregu- perjudiciales de índole personal, rela-


lación de la excitación, la adicción cional y de salud pública asociados
sexual y compulsividad sexual. Cada con esta dolencia lo ubican como
criterio específico es empíricamente uno de los más graves, pero todavía
soportado por al menos dos de los tres descuidado trastornos psiquiátricos
modelos". Se puede apreciar que los contemporáneos. Además de las difi-
modelos coinciden más con un tras- cultades en la relación de pareja y
torno adictivo que con una disfunción disfunciones conyugales, incluido el
sexual. divorcio, las personas que sufren de
trastorno hipersexual pueden ser
Se justifica su proposición como nueva sexualmentel arriesgadas presentando
categoría diagnóstica en una "impor- un riesgo sustancialmente mayor para
tante necesidad clínica, incluso una adquirir y diseminar enfermedades de
demanda de los consumidores de sa- transmisión sexual, incluida la infección
lud mental hacia los servicios de salud por VIH [...]. Con el advenimiento de
mental para reconocer y diagnosticar Internet, la visualización y descarga de
a un grupo determinado de hombres y imágenes y vídeos pornográficos se ha
mujeres que han estado buscando y disparado. El uso de pornografía por
ya están recibiendo atención de salud los empleados en el lugar de trabajo
mental tales como la psicoterapia se había vuelto lo suficientemente
individual, grupos de apoyo tipo 12 problemático para generar una indus-
pasos (de Alcohólicos Anónimos), la tria basada en los sistemas especiali-
farmacoterapia, tratamientos especia- zados de filtrado y monitorización [...]".
lizados y residenciales. Estos hombres y
mujeres se presentan a los médicos a Como ven la salud pública y el mismo
causa de repetidas actividades sexua- orden social en la forma de baja pro-
les incontroladas que no son social- ductividad laboral son los garantes del
mente desviadas inherentemente ", trastorno; y podríamos añadir la rijosi-
que no son parafílicas. dad estadounidense. Si me permiten
la ironía, dudo que Tiger Woods se
Hasta ahora estas personas eran diag- hubiera arrepentido de nada sin la
nosticadas de "trastorno sexual no es- presión social, mediática y financiera
pecificado", un diagnóstico residual a la que fue sometido; de hecho, de
inespecífico que para el esfuerzo clasi- cama en cama y mujer en mujer, era
ficatorio es preciso reducir al mínimo el "número uno" del mundo.
[uno de los motivos para incluirlo].
Continuemos.
Otro de los pilares de su proposición
como diagnóstico son las consecuen- Para establecer el diagnóstico se re-
cias adversas que estos comporta- quieren 4 de 5 ítems del criterio "A" y se
mientos conllevan: "Las consecuencias explicita que la decisión es por con-
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senso del grupo de trabajo y dos ase- El criterio "D" especifica que hay que
sores externos, en base a criterios clíni- tener más de 18 años [ya sabemos
cos dada la heterogeneidad y multi- que esto es normal en adolescentes].
plicidad de comportamientos,
intentando evitar una alta incidencia Finalmente pide especificar si habla-
de falsos positivos ("El número ideal de mos de masturbación, pornografía,
criterios necesarios para determinar sexo con otros adultos, sexo telefóni-
una conducta hipersexual y el umbral co, cibersexo o clubs de striptease,
para el trastorno hipersexual debe ser aunque ya en las justificaciones avisan
sometido previamente a pruebas rigu- de que no pretende ser una lista ex-
rosas"). haustiva.

Y para terminar, reconocen que hay En conclusión, yo diría que este tras-
importantes lagunas en los conoci- torno lejos de ser uno de los más gra-
mientos básicos sobre este trastorno, ves y descuidados, como se dice, no
con especial intensidad en el caso de es un trastorno ni sexual, ni adictivo.
las mujeres; vienen a decir que no se Toda la justificación en la que se basa
sabe prácticamente nada de los vali- tiene un fuerte tufo a control social de
dadores del trastorno. comportamientos que más que afec-
tar a los individuos afectan al sector
Los criterios "A" son: tiempo excesivo productivo o a la imperiosa necesidad
dedicado a las fantasías, impulsos y de imponer a la población el ideal
actividades sexuales o su planifica- imposible de salud física y mental [el
ción, bien en respuestas a estados de "biopoder", que diría Foucault].
ánimo disfórico o a eventos vitales es-
tresantes; con intentos reiterados para Los que acudan a solicitar ayuda,
disminuir o suprimir dichas manifesta- creo firmemente, lo harán por causa
ciones; por último, el involucrarse en de culpabilidad neurótica a título per-
actividades sexuales sin tener en sonal, o presionados por sus parejas,
cuenta el riesgo de daño físico y emo- jefes, medios de comunicación, difi-
cional para sí mismo u otros. cultades económicas, etc. Deman-
darán cambiar, curarse, puesto que
El criterio "B" nos remite, una vez más, a les dicen que es una enfermedad;
la angustia personal o el deterioro como los adictos se mostrarán siempre
funcional. al borde de la recidiva, confesando
para siempre su adicción como jacu-
Un criterio "C" excluye que se produz- latoria para espantar la tentación y
ca por efectos de sustancias exóge- reconocimiento de su "carga" genéti-
nas o episodios maniacos. ca (su propensión a la degeneración,
dirían hace 150 años); no serán res-
ponsables éticamente de lo que les
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sucede y escaparán a sanciones lega- naban en ese órgano. La verdad es


les por sus actos si las hubiere, con las que dos siglos después y armados de
espaldas cubiertas por una sanción una impresionante tecnología, nada
psiquiátrica de enfermedad mental. concreto se ha podido decir de la
¿Y los psiquiatras? Con tan escasos etiología de estas patologías. Tampo-
medios diagnósticos, solo tendrán la co ha sido salvada la dualidad carte-
opción de ceder al autoritarismo de la siana mente-cerebro a este nivel on-
clasificación ofertando más y más ve- tológico; sí la de alma-cuerpo, pues la
ces el diagnóstico o tacharlos de simu- ciencia ya no precisa de Dios para dar
ladores, puesto que la única fuente cuenta de una teoría del conocimien-
para el diagnóstico es creer en la ver- to. Aquí yo creo que todos podemos
dad del paciente en una entrevista; estar de acuerdo.
en ambos casos, fuegos fatuos. La
única clínica que cabe en estos casos, Ahora, la articulación de lo que lla-
no es la de la conducta manifiesta, mamos mente con el órgano en el
sino la de la angustia, afecto que no que se producen los procesos menta-
engaña y señala a un conflicto in- les, el cerebro, dista mucho de ser
consciente en quien la padece. Y que aclarada. No me convence que se
corresponderá a una estructura clínica afirme que la mente es un artefacto
–neurosis, psicosis o perversión– en las perceptivo del propio cerebro, que
que las manifestaciones comporta- precisara negarse su autoscopia co-
mentales son accesorias. mo máquina.

Valgan estos dos ejemplos, de los que Pero en base a este conocimiento
está plagada toda la DSM desde Spit- parcial en el que el cientificismo se
zer, para demostrar la baja consisten- impone y bajo el signo dominante del
cia científica en la que se funda; es autoritarismo: solo la ciencia tiene la
imposible hacer una clasificación sin respuesta; en nuestro caso, la biología
una teoría que lo sostenga; a lo más, como ciencia básica y sus derivadas
se consigue un inventario. aplicadas. Es esta actitud e ideología,
no la ciencia en sí, la que hay que
Espero haber logrado transmitirles has- combatir; máxime cuando está en
ta aquí que muchas de las ideas que juego la naturaleza humana. No se
creemos científicas, en el sentido que trata de renegar de conocimientos
este término adquiere en las ciencias sino de no aplicarlos, cuando menos
positivas, no lo son en el sentido de prematura e injustificadamente, ob-
algo demostrado fehacientemente; viando, entonces que lo que se están
en realidad, asistimos a una renova- construyendo son mitos. En el campo
ción de la mitología cerebral del siglo de las ciencias biológicas en general,
XIX; ya entonces, se decía que todas y de las ciencias "psi" en particular,
las enfermedades mentales se origi- aplicadas a la descripción del funcio-
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namiento humano asistimos a un injus- como psicoanalista distingo entre or-


tificable salto desde la conjetura a la ganismo y cuerpo. En tanto que el
certidumbre que no puede ser apo- primero es un real del cual puede dar
yado ni por los métodos, ni por la tec- cuenta la ciencia positiva, el segundo
nología que se utiliza, como espero es una imagenería recorrida por los
haberles mostrado. significantes, un mito propio y único
para cada cual, en el que los enredos
En más, esta posición que no dudo en del deseo pueden plasmarse en multi-
llamar ideológica, propicia una paula- tud de respuestas diferentes a ese de-
tina deshumanización en la que el su- seo: desde el placer al dolor, pasando
jeto convertido en objeto de la cien- por la propia extrañeza –caso de las
cia ya no tiene su palabra para dar anoréxicas–, la desrealización, el vac-
cuenta de su verdad. Se articula una ío, la angustia. Sensaciones y afectos
verdad universal a la que solo resta que se sienten en el cuerpo, pero no
adaptarse. La única libertad que resta necesariamente por una razón orgá-
es la del consumo de todo tipo de ob- nica. Aceptando que es en el cerebro
jetos, entre los que destacan los otros y no en un alma inmortal donde resi-
sujetos cosificados. Si aparece el ma- de la causa necesaria de nuestra
lestar en forma de angustia o senti- humanidad, sin embargo, el órgano
mientos de vacío, se trata de readap- no es el sujeto humano; olvidamos que
tarse al ideal social, que si bien lo sus manifestaciones, fundamental-
tolera todo en apariencia, propone sin mente el lenguaje desde mi punto de
embargo la justa medida como nor- vista y formación, producen un más
ma. Olvidando que el goce es un más allá que a su vez modifica al propio
allá de la simple satisfacción placente- cerebro, que no podemos ser reduci-
ra. Si el sujeto no se atiene a ella, si go- dos a la metáfora del ordenador o –en
za atendiendo al imperativo de nues- el caso de la sexología sería su equiva-
tra sociedad, recae sobre él el lente– a la mecánica de una técnica
señalamiento de la enfermedad; co- sexual correcta provista mediante in-
mo decía antes, ya no es responsable formación y educación con la garant-
de sus síntomas, de sus deseos; pero a ía de que si se practica de manera
costa del precio de una libertad vigi- adecuada se garantiza el buen pla-
lada a perpetuidad. cer.

La sexología incurre en los mismos erro- Es verdad que este enfoque ha tenido
res si reduce todo el problema de la efectos beneficiosos a nivel de la
sexualidad al sexo biológico, entendi- apertura en lo social. Ya no se aprecia
do exclusivamente desde la organici- lo sexual desde la moral religiosa o la
dad de lo genital, la emotividad cere- mirada de un dios, sino desde el lado
bral y niveles hormonales. Y digo de lo natural. Y por supuesto que esta
organicidad y no corporeidad, porque
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liberalización es un logro de gran va- con ese mítico objeto perdido y, a la


lor. vez, la experiencia del fracaso de tal
búsqueda y el replanteamiento del
Pero a nivel de los individuos, las cosa trauma de la pérdida. El sujeto nunca
no van tan bien. Persisten las disfun- encuentra en el Otro el objeto capaz
ciones, la angustia ante el encuentro de completarle y representa la expe-
sexual tanto en el que se abstiene riencia originaria de la mítica expe-
como en el promiscuo, los impases an- riencia de satisfacción. En este senti-
te el deseo. Y la promoción educativa do, el encuentro sexual es siempre
de buenas prácticas y técnicas no ha para el ser humano un encuentro par-
erradicado estos problemas, de la cialmente frustrado, una satisfacción a
misma forma que la educación univer- través de la pérdida. Es lo real de la
sal no ha conseguido erradicar la vio- pérdida del objeto de satisfacción y su
lencia en nuestras avanzadas socie- repetición en la experiencia sexual, lo
dades. que constituye el presupuesto de la
dimensión traumático-enigmática del
Hay que dar a la sexualidad, repito sexo para el ser humano. Esta dimen-
que no al sexo en sentido exclusiva- sión es lo que convierte la sexualidad
mente biológico, una dimensión más en algo no simplemente natural para
allá de la biología o las neurociencias; el hombre; en algo que no se puede
más allá de lo emocional, de lo pasio- enseñar a través de la educación».
nal. Entender la sexualidad no como la
plenitud sino como una pérdida par- Por esto, por más castings que se rea-
cial. licen, nunca se encuentra la pareja
"adecuada"; sí la que nos va sirviendo.
Les ofrezco unas pinceladas de la
concepción lacaniana, como invita- He querido con mi exposición darles
ción a reflexionar; extraigo estas pala- un esbozo histórico y epistemológico
bras del libro "Jacques Lacan y el pro- de la situación de las clasificaciones,
blema de la técnica en psicoanálisis" del pretendido poder psiquiátrico y en
de Domenico Cosenza: «Para Lacan el que ideología insidiosa se fundamen-
sexo es un real, y por lo tanto irrepre- tan, así como los riesgos que corre la
sentable simbólicamente, que se sitúa condición humana de la amebiana
en la experiencia estructural de pérdi- expansión del cientificismo a todos los
da de satisfacción, de placer parcial- campos del saber.
mente frustrado, que sitúa al partenai-
re sexual en la posición de sustituto del
objeto perdido de la mítica primera Gracias por su atenta escucha.
experiencia de satisfacción. En ello, la
relación sexual representa para el ser
humano la tentativa de reencuentro
ASESORAMIENTO SEXOLÓGICO:
NUEVAS REFLEXIONES Y APORTACIONES
DESDE LA SEXOLOGÍA

Samuel Díez Arrese


Sexólogo, Ingeniero t. industrial
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ASESORAMIENTO SEXOLÓGICO:
NUEVAS REFLEXIONES Y APORTACIONES
DESDE LA SEXOLOGÍA

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Samuel Díez Arrese
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Profesor en el Instituto de Sexología (in.ci.sex, Madrid)


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A propósito del asesoramiento sexoló- parafilia es un tipo de peculiaridad o


gico, se me ha pedido algo nada que la disfunción es un tipo de dificul-
sencillo como son “nuevas reflexiones tad.
y aportaciones desde la sexología” en
el marco de unas jornadas tituladas También es probable que, en su em-
“Discursos, modelos y perspectivas en pleo indistinto, ronde un planteamien-
intervención sexológica”. to que, en mi opinión, supone otro (de
tantos) de los problemas que posee
Título que, por otra parte, me gusta actualmente la sexología de mano,
mucho y me parece bien acertado. precisamente, de sus profesionales: la
No tengo tan claro, en cambio, que fórmula “para entendernos” o “para
las reflexiones que traigo sean dema- que se entienda”.
siado nuevas aunque posiblemente
todavía haya alguien a quien le resul- Así, para que nos entiendan, se habla
ten novedosas. de relaciones sexuales, coito, autoes-
tima, prácticas de riesgo, transexuales,
No ha sido sencillo escoger los puntos eyaculación precoz, vaginismo, rela-
o aspectos donde centrar esta re- ciones saludables, y así un largo etcé-
flexión. Básicamente, mis dudas han tera de términos y formulaciones que
surgido entre centrarme en lo que hay son ajenas a este campo de conoci-
y abundar en “más de lo mismo”, o miento pero que se emplean con la
sea, hablar de asesoramiento como pretensión de que “nos entiendan”.
producto, o ahondar en la interven-
ción sexológica en consulta como ac- Maniobra que sabemos que no pro-
tividad. duce otra cosa que confusión unas
veces, problematización en otras y, en
Haciendo una analogía, considero definitiva, poca mejora en la pobla-
que lo que distingue al asesoramiento ción, a quienes en cierta forma nos
(como producto) de la intervención debemos, y en definitiva poco avan-
sexológica en consulta (como activi- ce epistemológico en la profesión (no
dad) es bastante similar a lo que dis- así en las “cuotas de mercado”).
tingue las parafilias de las peculiarida-
des, o las disfunciones de las En todo caso, para comenzar a re-
dificultades entre los sexos. flexionar en torno al asesoramiento en
sexología considero interesante entrar
Quien se esfuerza por seguir sin ente- mínimamente en el marco desde el
rarse seguirá pensando que son sinó- cual se ha venido ubicando: en el lla-
nimas, aunque peculiaridad y dificul- mado "continuo educaciónasesora-
tad sean más adecuadas, o sea, mientoterapia."
políticamente más correctas, como
también habrá quién considere que la
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Un continuo que ha sido una fórmula centros de formación cuyos progra-


pragmática muy divulgada desde mas en ocasiones transmiten más la
hace algún tiempo y ha servido, entre idea de crear plantillas de “talleristas y
otras cosas, para distinguir unos pro- terapeutas” que de “estudiosos de los
ductos de otros en un esfuerzo por sexos”. También han entrado y entran
adecuarse a las fórmulas que tanto muchos profesionales y entidades, a
profesionales como usuarios y servicios veces con gran insistencia.
podían entender y comprender, y que
ciertamente ha dado sus frutos. Acercándose peligrosamente así a
una concepción del estudio de la
Uno de los frutos más claros es que sexología más cercano a la antigua FP
podemos decir que nos encontramos que al ámbito académico y contribu-
en un momento en el que, cuando yendo sobremanera a la acertada y
alguien tiene una duda, puede acudir premonitoria afirmación de Amezúa,
sin muchos reparos a un servicio de hace ya más de 20 años, de que ca-
asesoramiento; cuando alguien en- da vez hay más sexólogos y menos
tiende que tiene algún problema, sexología.
puede acudir a un servicio de terapia
y a casi todo el mundo le han venido En este sentido, resultaría interesante
con alguna charla o curso sobre edu- (y sus resultados posiblemente revela-
cación sexual en los centros de ense- dores) comprobar las horas de forma-
ñanza reglada u otros. ción que se dedican a las metodolo-
gías de los talleres y/o las terapias en
Al adjetivarse como sexual, no se ha relación con otras salidas profesionales
hecho extraño que quien interviene en (por ejemplo: cómo se escriben libros,
esos espacios sea alguien con estudios columnas, artículos científicos, cómo
más o menos afortunados, más o me- se teoriza, cómo se habla en la radio,
nos específicos en sexología. cómo se investiga, cómo se preparan,
presentan y ejecutan los cursos de
Por ello, en términos de mercado se formación a distintos profesionales,
constata bien claro que educación, etc.) y, sobre todo, esas horas en rela-
asesoramiento y terapia aparecen ción a las dedicadas al estudio de la
como productos donde se puede tra- disciplina como tal.
bajar desde la sexología de manera
profesional. Colocar el adjetivo Baste recordar que en esta disciplina
“sexual” (al margen de su incoheren- que llamamos sexología, por no existir
cia epistemológica) ha facilitado este grado universitario, las escuelas de
proceso. formación cumplen la función de las
universidades. Con lo cual se puede
Proceso en el que, por ser de merca- afirmar que su responsabilidad en que
do y como es obvio, entran los propios
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esto suceda es, cuando menos, nota- Sea como fuere, una aproximación
ble. mínimamente crítica a este continuo
puede evidenciar su inexistencia,
Así que me imagino qué pasaría si, por además de su escasa operatividad
ejemplo, en la carrera de Biología de- actual, como fórmula pragmática pa-
dicaran proporcionalmente un año de ra avanzar en el necesario ordena-
carrera o más (junto con todas sus miento del mapa del ejercicio profe-
asignaturas de ése o esos años) a la sional en intervención sexológica. Con
“didáctica en el aula”, por si alguien respecto a la formulación “educación
que cursa la carrera llega un día a sexual”, se comprueba que resulta
trabajar como profesor en secundaria, doblemente desafortunada.
bachiller o universidad.
Primero, por respeto a las distintas dis-
Por otro lado, formular así los diferentes ciplinas que se dedican a educar de
productos considero que ha generado manera profesional. Lo que requiere al
también un efecto colateral de aco- menos de la construcción y el esta-
modamiento teórico. De tal manera blecimiento de una relación educati-
que lo que ha venido sirviendo para va a lo largo de un proceso educati-
que los usuarios (o las propias institu- vo. Metodológicamente, requiere
ciones) nos entiendan, se ha instaura- articular la intervención en proyectos
do como esquema teórico desde educativos individuales y grupales, así
donde la práctica o actividad profe- como comunitarios cuando la inter-
sional se plantea. vención es socioeducativa.

Lo cual no sólo ha dificultado avanzar, Segundo, por coherencia epistemoló-


o ha contribuido significativamente a gica. Si "sexual" no hace referencia a
dicha dificultad, sino que además ha los contenidos sino a los destinatarios,
limitado los campos de dedicación los sexos, la educación sexual será la
profesional que pueden desarrollarse educación de hombres y de mujeres,
en sexología, en la medida que se han en tanto hombres y mujeres en rela-
circunscrito básicamente a terapia- ción como sujetos sexuados. Puesto
asesoramiento (generalmente priva- que se refiere a destinatarios y no a
da) y educación (generalmente esco- contenidos, no puedo aceptar que
lar). Campos, dicho sea de paso, profesionales de la sexología hagan,
donde no cuesta mucho percibir dife- profesionalmente, educación de los
rentes “estatus profesionales” en la sexos cuando no son educadores.
medida que tiende a no verse o valo-
rarse igual “hacer talleres en grupos” De hecho, como alguien que ha esta-
que “ser terapeuta”. do bastante involucrado en la profe-
sión de educación social, me produce
un profundo desagrado teórico y pro-
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fesional escuchar o leer la denomina- varios tipos de vendajes. Tal vez, como
ción “educador/a sexual”. en todo, parece que aquí también
hay líneas que unas se respetan y otras
Sintiéndolo mucho, ha de decirse que se cruzan con toda impunidad.
no existe intervención educativa pro-
fesional alguna cuando apenas se Aunque no es el momento de dete-
conoce el nombre del presunto edu- nerme demasiado aquí, sí diré que
cando, no se establece relación edu- otra cosa bien diferente es la divulga-
cativa alguna y no se elaboran pro- ción del conocimiento sexológico y
yectos educativos individuales y/o que no puede ser confundida con la
grupales. educación de los sexos, aunque en
multitud de ocasiones se nombre co-
Esto, hasta donde conozco, en el mo tal. Actividad para la que, a priori,
mercadeo de las profesiones se llama sí que estamos capacitados para
intrusismo profesional y, en mi opinión, hacer.
es una consecuencia entre otras de
entender la educación sexual como También diré que lógicamente su me-
un producto dentro de un mercado. todología y didáctica (no así su objeti-
vo) necesariamente ha de estar
Con todo y con eso, no me cabe du- adaptada al formato y destinatarios
da de que haya quien se considere a para lograr la mayor eficiencia y efec-
sí mismo como educador o educado- tividad posible en su ejecución.
ra, siempre en términos profesionales,
en este tipo de intervenciones sobre Divulgación del conocimiento sexoló-
todo cuando el ámbito es el llamado gico en general o sobre temas con-
“no formal”. cretos. Siendo su destinataria desde la
población en su conjunto, hasta pe-
Tampoco resulta extraño pues se trata queños grupos concretos, pasando
de un ámbito en el que históricamente lógicamente por la formación de los
el intrusismo profesional, sumado a su profesionales que realizan sus inter-
falta de regulación, ha alcanzado co- venciones (educativas, sanitarias, asis-
tas demasiado altas. No obstante, por tenciales, comerciales, culturales, la-
suerte, cada vez en menor medida. borales, etc.) directamente con la
gente y en las que muchas veces el
Curiosamente y también por suerte, factor sexual no está conscientemente
nadie se nombra profesionalmente introducido, pese a que éste influya
como médico sin haber estudiado ineludiblemente.
medicina o enfermero sin haber estu-
diado enfermería, por mucho que se En resumen, así como no se ha de
conozcan algunas enfermedades y confundir educación y escuela, tam-
sus tratamientos o se sepan realizar poco podemos confundir, desde una
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perspectiva profesional, divulgar (in- ría que realizan tal afirmación posee
cluso enseñar) y educar. La educa- una formación académica previa en
ción de hombres y de mujeres, o sea medicina y/o psicología. Campos del
la educación sexual, no nos corres- conocimiento donde la terapia es una
ponde por el hecho de ser profesiona- realidad.
les de la sexología. Menos aún es pa-
trimonio nuestro. Esto me plantea que, así como ha lle-
vado y lleva tiempo drenar el pensar
En cambio, sí que nos corresponde médico y psicopatológico de la teori-
divulgar, o sea, hacer llegar a la po- zación de los sexos, también es pro-
blación, el conocimiento sexológico bable que nos lleve tiempo drenar el
que poseemos de los sexos. Y no ya pensar y hacer sanitario y psicotera-
tanto por cuestiones de patrimonio o péutico de la intervención sexológica
exclusividad sino por coherencia y éti- en consulta.
ca interdisciplinar, ya que es un cono-
cimiento que sólo un profesional de la Por ello, considero de poco interés,
sexología puede tener. por no decir nulo, todo este tema del
asesoramiento y la terapia como pro-
Con respecto al par asesoramien- ductos diferentes. Todavía más desin-
to/terapia la cosa no luce mejor. Des- terés me genera, si cabe, construirlas
de mi punto de vista, los debates so- como actividades coexistentes en el
bre si el asesoramiento y la terapia son campo profesional de la sexología
dos productos diferentes (con el aña- pues, de hecho, rechazo tal coexis-
dido de los eternos debates sobre sus tencia.
fronteras) generalmente resultan de lo
más tediosos e interesados, ya que Ahora bien, aun siendo mala y no sin
responden a razones que están com- reparos, considero más adecuada la
pletamente al margen del interés de formulación “asesoramiento” por es-
esta disciplina y su ejercicio profesio- tar, en mi opinión, algo menos conta-
nal. minada y ser algo más coherente con
la labor realizada en las intervenciones
Tampoco dudo de que haya profesio- profesionales en consulta, si no fuera
nales que honesta y coherentemente por el riesgo que posee de seguir en-
consideren que el asesoramiento y la tendiéndose como aquél asesora-
terapia realmente son dos productos miento conceptualizado como el
diferentes, más allá de los intereses de hermano menor de la primogénita Te-
mercado, marca o estatus. rapia (con mayúsculas). De tal mane-
ra que lo grave iba o se derivaba a
No obstante, haciendo un breve repa- terapia y lo leve o sencillo podía aten-
so por estos perfiles profesionales, voy derse desde el asesoramiento.
comprobando que la inmensa mayo-
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En fin, lo que verdaderamente me re- alta”, “tal vez tenga que derivarlos a
sulta interesante, en cambio, es la in- terapia”.
tervención sexológica singular y parti-
cularizada tanto cuando esta labor se Son algunos ejemplos, pero desafortu-
realiza de manera puntual o aislada, nadamente hay más: terapia, tera-
como cuando lo hace continuada- peuta, alianza terapéutica, encuadre
mente, al margen de su frecuencia. Y, terapéutico, procedimientos y técni-
desde luego, me interesan cada uno cas terapéuticas, relación terapéutica,
de los diferentes formatos en los que proceso terapéutico, clínica, historia
esta intervención se lleva a cabo. clínica, caso, alta, abandono, resis-
tencias, tengo un caso de vaginismo,
Sucede que para avanzar en la des- eyaculación precoz, deseo inhibido,
cripción y definición de este tipo de disfunción genital, eréctil, sexual (inclu-
intervenciones y con ello poder ofre- so erótica o amatoria; que de todo se
cer alguna aportación útil me encuen- lee y escucha), despistajes médicos
tro constantemente con un obstáculo, y/o psicopatológico, etc.
o más bien un escollo, pues no siem-
pre es fácil verlo ni siempre se poseen Es decir, todo un campo léxico que
los suficientes recursos conceptuales y pertenece a la intervención sanitaria y
terminológicos para sortearlo. psicoterapéutica y que se ha adheri-
do a la intervención sexológica, mime-
Se trata de algo tan elemental y bási- tizándose con aquél. A tal punto que si
co como el lenguaje utilizado entre venimos diciendo que a los sexólogos
profesionales. No ya con profesionales nos cuesta entendernos con otros pro-
de otras disciplinas, que ya de por sí es fesionales, a mí me cuesta cada vez
un tema aparte, sino entre profesiona- más entenderme con una buena par-
les de la sexología. te de los sexólogos. Sobre todo cuan-
do hacen terapia.
Por un lado, el conocido y nunca sufi-
cientemente manido punto del em- En este sentido, tal vez debamos
pleo de las unidades diagnósticas, hacer un mínimo caso al construccio-
cuando se intercambia información nismo social y más concretamente a
entre profesionales con el pretexto o lo que Mark Beyebach, bromeando,
con intención de resumir “lo que pa- denominó hace 15 años “tercera ci-
sa” o, de nuevo, “para que se entien- bernética”. Proponía con ello analizar
da”. Por ejemplo: “Tengo a una mujer las interacciones que ocurren entre
anorgásmica que....”, “tengo un caso profesionales, el lenguaje que se em-
de vaginismo...”. Paralelamente, y el pleaba para hablar de sus clientes y
que quiero subrayar más, cuando se cómo esto podía repercutir negativa-
habla de la propia intervención en sí. mente en sus intervenciones.
Por ejemplo: “A estos ya les he dado el
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Junto a esta propuesta, relacionada cología clínica de hablar de sexología


con una forma más respetuosa y posi- clínica, o de casos clínicos, organiza-
tiva de hablar sobre quien consulta y da siempre desde la demanda.
con la que no puedo estar más de
acuerdo, cabe incluir este campo Una clínica, dicho sea de paso, en
léxico referido a la intervención en sí ocasiones peligrosamente más cerca-
misma con el fin de descontaminarla, na de la casuística sobre experiencias
para entendernos, de la omnipresente problematizadas (lo que sabemos que
herencia médica y psicopatológica. a su vez problematiza) que de la re-
Todo ello con la esperanza que po- copilación y clasificación de hechos
damos avanzar hacia una interven- de diversidad, como correspondería a
ción más propia y genuina, o sea, la sexología en el caso de su vertiente
sexológicamente más coherente. clínica y organizándose desde la ofer-
ta.
Qué duda cabe, a estas alturas, que
lo que distingue unas intervenciones Obviando este pequeño matiz, en el
de otras dentro del conjunto de disci- caso de que fuera posible, con inten-
plinas que se encargan de los proble- ción de contribuir a una coherencia
mas y dificultades humanas no está mayor en la intervención en consulta
tanto en los procedimientos o en las desde esta disciplina, recurriré a la Re-
metodologías que siguen, que tam- vista Española de Sexología, número
bién aunque lógicamente estos as- 163-164 de Incisex, publicada hace
pectos vienen después, sino en la bien poco, en 2011.
perspectiva desde donde observan
estos fenómenos y que da lugar a las De ella extraeré la matización del ad-
distintas descripciones y definiciones, jetivo sexológico: La adjetivación
léase construcciones, de su objeto y “sexológica” en la intervención en-
material de intervención. tendemos que hace referencia a tres
aspectos diferentes: los contenidos, el
Si tenemos en cuenta que en sexolo- abordaje y los profesionales.
gía no hay consenso sobre cuál es el
objeto de estudio, ni tan siquiera alre- • Los contenidos serán todos aque-
dedor de la adjetivada como sustanti- llos aspectos y temas relacionados
va, hablar con anhelo integrador y con el hecho de ser los hombres y
con un mínimo de rigor sobre la inter- mujeres que somos, siéndolo ine-
vención en consulta, resulta un tanto ludiblemente en relación. Por ello,
complicado. Tal vez por ello exista tal no están centrados en el funcio-
diversidad interna de formas de des- namiento conductual o funcional
cribir y definir “en lo que consiste” la de los genitales, la pericia orgás-
intervención sexológica en consulta mica, la profilaxis amatoria, o la
hasta ese punto mimético con la psi- planificación familiar. Como tam-
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poco se circunscriben a las urgen- mente desde el modelo amezuano, a


cias más o menos mediatizadas su ars amandi.
del momento.
• El abordaje de dichos contenidos Así, en las intervenciones sexológicas,
se realiza tomando el marco de todo abordaje médico, psicológico,
reflexión epistemológica que su- psicopatológico, etc., queda desarti-
pone, desde la sexología sustanti- culado, no teniendo cabida alguna.
va amezuana y de la cual partici- Desde ahí, se puede entender fácil-
po, el mapa del hecho sexual mente que, por ejemplo, una consulta
humano, mediante la (co)elabo- sobre diferencias en la demanda de
ración del relato de su experiencia orgasmos compartidos en una pareja
en torno a la situación consultada. o sobre lo mucho que discuten, se
Además de este marco, propio y atienda de forma radicalmente dife-
genuino de nuestra disciplina, dis- rente (y sin entrar en cómo) desde la
ponemos de otros dos elementos medicina, la psicología o la sexología.
definitorios de la intervención: la
actitud comprensiva o comprensi- Un último apunte consistiría en precisar
vidad y el enfoque biográfico. que es preferible emplear los descrip-
• Por su parte, los profesionales res- tores necesarios de la intervención,
ponsables de la intervención son antes que un término concreto, si con
sexólogos, y no otros profesionales ello se gana en claridad. Algunos de
desde otras disciplinas, pues lógi- estos pueden ser:
camente son quienes tienen el
conocimiento y la destreza para • Descriptores de formato: presen-
articular, gestionar y en definitiva cial, telefónico, online en sus dife-
aplicar este abordaje de los con- rentes versiones (chat, vídeo con-
tenidos, esta teoría, al relato de la ferencia, email, etc.)
experiencia sexualmente significa- • Descriptores de tiempo: puntual o
tiva que trae quien consulta. asilado, esporádico, continuado o
mantenido.
Con todo ello, el carácter “sexológi- • Descriptores de los destinatarios:
co” de la intervención se logra por el individual, pareja, grupo.
abordaje conceptual garantizado por • Descriptor de la disciplina: sexoló-
el sexólogo, y por los contenidos que gico.
los usuarios ofrecen por el hecho de
ser sexuados. Se genera así un diálogo Con todo, seguirá habiendo profesio-
intenso entre el usuario con su expe- nales a quienes nada de esto sirva,
riencia y el profesional con su cuerpo pues tal vez sigan entendiendo y sos-
teórico (conceptual y metodológico) teniendo que hacen educación y/o
que derivará en la confección de un que hacen terapia. Como también los
relato determinado en torno, nueva- habrá que entiendan que parafilias y
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peculiaridades son más o menos sinó-


nimas o, cuando menos, que hacen
referencia a las rarezas con posible
problematicidad asociada que se dan
en los sexos.

Sin embargo, en este punto de llevar a


la población desde la práctica profe-
sional los conocimientos de nuestra
disciplina, creo importante reflexionar
sobre si lo que decimos es realmente
lo que hacemos porque, en caso con-
trario, igual terminamos haciendo lo
que decimos. Y, por tanto, a base de
hablar para entendernos, terminemos
sumándonos a esa corriente que, con
la excusa del sexo, aplica terapias
sexuales a disfunciones sexuales y pa-
rafilias en pro de relaciones sexuales
más saludables.

En resumen y para concluir, he pre-


tendido compartir una serie de re-
flexiones y aportaciones en torno al
asesoramiento, para entendernos, y
en torno a la intervención sexológica
para avanzar.
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INVENCIÓN DE ENFERMEDADES

JORNADAS DE SEXOLOGÍA
Y SALUD SEXUAL
AEPS. Madrid, noviembre, 2011

Ana García Mañas


Sexóloga, Psicóloga
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INVENCIÓN DE ENFERMEDADES

JORNADAS DE SEXOLOGÍA
Y SALUD SEXUAL
AEPS. Madrid, noviembre, 2011

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ANA GARCÍA MAÑAS

.......................................................................................................................

Profesora en AEPCCC (Madrid)


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El disease mongering o la “inven- dedicando a revisar los difusos límites


ción/tráfico de enfermedades” se de- entre la salud y la enfermedad, entre
fine como la estrategia de ampliar los un estado normal y un estado patoló-
límites de las enfermedades con el fin gico. Esto coincide con un momento
de expandir los mercados de quienes histórico en el que la salud se define
venden tratamientos médicos (Moy- como algo más que la ausencia de
nihan y Henry, 2006). Una de las estra- enfermedad (OMS, 1948), lo cual ayu-
tegias empleadas para conseguirlo da a que se hayan empezado a me-
consiste en convencer a la gente sana dicalizar y a tratar no sólo las enfer-
de que está enferma. Según Ray Moy- medades sino también ciertas etapas
nihan y otros autores que están inves- o funciones que hasta ahora habían
tigando sobre el tema, hemos llegado sido consideradas normales en la vida
a un momento en el que no aparecen de los individuos. La solución que apa-
nuevas enfermedades y eso hace que rece para dar respuesta a esta nueva
la industria no tenga manera de au- y artificialmente creada necesidad ha
mentar sus ingresos, a no ser que apa- aparecido con las llamadas lifestyle
rezcan nuevos enfermos. Es la misma drugs o medicinas para personas sa-
industria farmacéutica quien se está nas.

Problematización de los caracteres sexuados

Entre los ejemplos clásicos de disease fármaco que anula o promete solu-
mongering encontramos, por ejemplo, cionar nuestras diferencias.
el síndrome disfórico premenstrual, la
menopausia, la calvicie, la timidez, las Ante la imposibilidad de tratar en este
dificultades de erección o el llamado artículo todos los caracteres sexuados
deseo “inhibido” o “hipoactivo”. Si nos que están siendo problematizados y
acercamos a estos fenómenos desde por tanto tratados farmacológicamen-
una perspectiva sexológica, nos da- te, nos centraremos en dos ejemplos
remos cuenta de que muchas de las concretos que todos conocemos por
enfermedades con las que se trafica su implicación en la erótica y amatoria
no son otra cosa que caracteres de los sujetos sexuados. Son la erec-
sexuados. ¿Por qué estos caracteres ción y el deseo/excitación o su ausen-
diferenciadores empiezan a molestar cia. Nos centraremos en la estrategia
de marketing y comercialización de
hasta el punto de convertirse en un
Viagra y de medicamentos orientados
problema? Estos procesos de proble-
hacia el aumento del deseo en muje-
matización del proceso de sexuación
res como son Intrinsa o Flibanserin.
suelen coincidir con la aparición de un
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Cuando la erección se convierte en el objetivo

Viagra apareció en 1998 como un bres por tanto asociados al desempe-


medicamento para unos pocos hom- ño y a la competición, hombres que
bres: aquellos afectados por diabetes asociaban el encuentro erótico con la
con daño prostático que podían tener necesidad de logro y la idea de victo-
dificultades de erección. Desde en- ria y triunfo.
tonces hasta ahora, Pfizer, la farma-
céutica que lo comercializa, ha con- De esta forma, como las ganancias
seguido que sean muchos más del fármaco, destinado a una pobla-
hombres los que lo soliciten y lo con- ción tan limitada, serían escasas, Pfizer
suman: hombres de casi cualquier buscó una población más amplia y se
edad, y también con casi cualquier empezó a difundir la idea de que la
grado de dificultades eréctiles, inclu- mayoría de los hombres mayores de
yendo las pérdidas de erección raras u 40 años podían ser víctimas de la “dis-
ocasionales (Lexchin, 2006). Para al- función eréctil”. Esta afirmación se ba-
canzar grandes objetivos de ventas, sa en un estudio que hizo Pfizer extra-
las grandes compañías farmacéuticas polando datos de un centro clínico de
que buscan más beneficios no actúan urología a la población normal (Feld-
solas: los medios de comunicación man, 1994). De ahí se pasó a afirmar
dan cobertura a las estrategias de que cualquiera de los tipos y grados
venta, el personal sanitario propone y de dificultades de erección puedan
prescribe, y los grupos de usuarios pre- ser tratados con Viagra, aunque se
sionan para que se encuentre (y en trate de algo que antes era conside-
ocasiones se financie) una solución a rado parte común de la vida de indi-
lo que consideran que es su problema, viduos sanos o como un proceso de
y no una necesidad creada por moti- simple envejecimiento al que había
vos puramente económicos. que adaptarse (Marshall, 2002, 2006).
Esta estrategia es una pauta común
Si nos remontamos a los inicios de este que podemos observar en los proce-
medicamento, podemos ver cómo en sos de invención y tráfico de enferme-
una de las primeras campañas publici- dades: siempre que se comercializa un
taria de Viagra aparecía Bob Dole, un fármaco, aparecerá previamente un
senador estadounidense maduro, estudio que justifique que hay muchas
anunciando el uso del fármaco. El uso personas afectadas por el problema
de esta medicación fue ampliado a que el fármaco soluciona. Para ello, se
hombres jóvenes en los siguientes difunden mediante diferentes medios
anuncios de la farmacéutica, la mayor publicitarios (televisión, prensa, inter-
parte relacionados con deportes net, etc.) resultados de estudios que la
competitivos, como Rafael Palmeiro, población usuaria no suele leer. La in-
jugador de béisbol de 39 años. Hom- dustria necesita de la colaboración
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tanto de científicos como de publicis- dad que no solo no es real sino que
tas para conseguir vender tanto el para muchos hombres y sus parejas
fármaco como el problema. tampoco es deseable. Ahora el hom-
bre puede seguir estando siempre dis-
Volviendo a las campañas publicita- puesto a todo y con cualquiera, no se
rias, en general, los anuncios de estos cuestionará ni se estudiará el deseo o
fármacos están construidos como si las la excitación masculina, ya que sim-
dificultades de erección fueran la plemente es el pene el que puede
causa de los problemas en la pareja, y tener “problemas médicos”. La gran
por tanto todos los problemas (los de posibilidad que supuso el descubri-
erección y los de pareja) parecen po- miento de Viagra y su acción vasodila-
der ser resueltos con una pastilla. Esta tadora para ayudar a unos pocos
visión unidireccional y simplista no tie- hombres con dificultades orgánicas se
ne en cuenta que muchas dificultades ha convertido, gracias al ánimo de
de erección tienen precisamente que lucro de la compañía farmacéutica,
ver con factores interaccionales en la en un mandato para todos los hom-
pareja, y que por más recursos farma- bres de cualquier edad y condición: el
cológicos que se utilicen en el trata- deber estar siempre dispuestos, ya que
miento, y por más erecciones que se el impacto de Viagra en el entramado
consigan, los factores que generan social y cultural no es pequeño y se
insatisfacción van a quedar desaten- filtra en las vidas de los usuarios y no
didos. Esta visión, además, refuerza usuarios a través de chistes, imágenes,
una idea que ya parecía obsoleta que escenas en cualquier película o serie
es la del hombre siempre con ganas, que se precie, anuncios etc. (Vares y
siempre dispuesto, y nos vuelve a in- Braun, 2006).
tentar vender un ideal de masculini-

Dónde los fármacos no llegan

Al trabajar con pastillas, también de- favoreciendo otro tipo de obligacio-


jamos fuera de la intervención algo nes, como la de mantener encuentros
muy importante, especialmente para con penetración porque “se puede” y
nosotros como sexólogos, y es ¿qué no porque “se desea” en el momento
opina el otro miembro de la pareja? en el que él ha tomado ya el fármaco.
En parejas heterosexuales, mientras De esta forma Viagra, poniendo el fo-
algunas mujeres parece estar confor- co en la erección, parece haber con-
mes, otras pueden referir sentimientos seguido volver a colocar la penetra-
inquietantes, como la sensación de ción en parte central y obligatoria en
que algo no va bien si su compañero todo encuentro erótico (Marshall,
necesita tomar fármacos para mante- 2002).
ner relaciones eróticas, y puede estar
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Aunque la idea que se ha populariza- continuaban usándolo dos años más


do es que Viagra, al fin y al cabo, tarde.
“funciona”, no todo son buenas noti-
cias: si analizamos cautelosamente la Viagra puede estar generando más
expansión comercial del fármaco nos dificultades que las que fue diseñado
daremos cuenta de que lo que fun- para tratar, no solamente para las pa-
cionaba para unos no soluciona las rejas sino también para los propios
dificultades de todos, pues no todos usuarios, que en consulta refieren en-
los hombres que empiezan el trata- frentarse a un mayor estrés de ejecu-
miento se encuentran satisfechos con ción al tratar de dejar de tomar el
los resultados. Existen estudios en los fármaco: “¿Lo conseguiré por mis pro-
que se observa una discontinuidad de pios medios?” es la pregunta que
tratamiento alta: Souverein y sus cola- puede revolotear en la mente de
aquellos que interrumpen el tratamien-
boradores (2002) refieren datos de
to. Curioso efecto secundario que, iró-
que aproximadamente la mitad (un
nicamente, puede hacer por sí solo
48%) de los hombres que empezaban
que la erección no se produzca.
un tratamiento con el fármaco no

¿Y para ellas?

El ejemplo por excelencia de disease comercializar el parche de testostero-


mongering, de esta invención de en- na Intrinsa, se definió como una defi-
fermedades, dice Ray Moynihan en su ciencia hormonal, y cuando el labora-
libro Sex, Lies and Pharmaceuticals torio Boehringer trabajó sobre
(2010) que es la conocida como “dis- neurotransmisores, la causa última de
función sexual femenina”, de la que la llamada disfunción sexual femenina
tanto se ha hablado y en la que tanto se atribuyó a un desequilibrio en la
dinero se ha invertido en investigar y química cerebral. Ninguna de estas
diagnosticar. Ahora bien: ¿Qué es, en hipótesis se hizo al revés, es decir, que
qué consiste esta disfunción? La dis- se trató en cada una de estas tres
función sexual femenina parece de- etapas de adaptar la definición de lo
pender de las soluciones que la propia que quiera que fuera que les sucedía
industria farmacéutica baraja en un a las mujeres (si es que algo estaba
momento determinado. Así, cuando sucediendo) a los resultados de la ex-
Pfizer estaba investigando con la apli- perimentación que las propias com-
cación de Viagra para mujeres, esta pañías farmacéuticas llevaban a ca-
disfunción fue definida como una insu- bo en ese momento en relación a
ficiencia en el flujo sanguíneo genital, otros fármacos.
cuando la farmacéutica Procter &
Gamble se encontraba a punto de
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Según Leonore Tiefer (2008) no sería “frigidez” en 1950 cuando apareció en


mala idea que la industria farmacéuti- el Journal of the American Medical
ca se dedicara a fabricar y vender Association un artículo (Kroger y Freed,
afrodisiacos, pero eso no es negocio si 1950) en el que se definía como la in-
nadie los compra. Han de ser medi- capacidad para llegar al orgasmo
camentos caros, y la única forma de durante el coito, entendido coito co-
que se apruebe la comercialización mo penetración vaginal, y concluía
de un medicamento caro es que éste entonces que el 75% de las mujeres
sea considerado la solución para una debían de ser frígidas o padecer este
enfermedad: la construcción de la trastorno, ya que no tenían orgasmos
disfunción sexual femenina se ha con- de esta manera. Podemos ver como
vertido en un primer paso necesario la definición del problema afecta di-
para poder empezar a obtener bene- rectamente a la realidad y a cómo los
ficios. individuos pueden hacerse una u otra
idea de lo que les sucede. La pregun-
Este supuesto trastorno, si bien ha es- ta que merece la pena hacerse en
tado más o menos recogido en el Ma- estos casos es: ¿Puede el 75% de las
nual Diagnóstico y Estadístico de los mujeres padecer un trastorno? Si la
Trastornos Mentales, (antes como “Dis- mayoría de las mujeres, o muchas mu-
función sexual femenina” y a partir de jeres, o la mitad de las mujeres no lle-
los ochenta como diferentes desórde- gan al orgasmo de esa manera, ¿no
nes de la excitación, orgasmo, deseo, merece la pena plantearse que a lo
etc.), también es cierto que el DSM mejor hay algo en cómo las propias
recibe muchas críticas, fundamental- mujeres alcanzan el orgasmo que es
mente dos: una debido a su afán pa- diferente pero no patológico? Ante
tologizador y otra, que es la que nos una evidencia tan brutal, convendría
interesa ahora, es debida a los víncu- revisar si estamos generando un pro-
los de sus paneles de expertos con la blema donde sólo hay una diferencia
industria farmacéutica. Hay estudios sexuada.
que han encontrado que en la defini-
ción de las llamadas disfunciones Para empezar a investigar sobre un
sexuales, el porcentaje de miembros medicamento, como hemos visto an-
del panel DSM vinculados económi- tes, la industria va a necesitar apoyar-
camente a la industria farmacéutica se en datos: necesitarán justificar que
era del 40% (Cosgrove, 2006, 2012). van a gastarse dinero en un problema
importante y que afecta a un gran
Estos intentos de patologización de la número de individuos. Esto, unido a
erótica de las mujeres no son nuevos, que es la propia industria la que favo-
Ray Moynihan (2010) detecta intentos rece la creación de determinados
similares de patologizar la erótica fe- instrumentos de medida (Moynihan,
menina basándose en el concepto de 2010), va a producir efectos inquietan-
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tes. Por ejemplo, al profundizar en la solamente un 18% de esas mujeres


famosa encuesta de Laumann que pensó que eso le suponía algún tipo
decía que el 43% de las mujeres pa- de problema, y si se les preguntaba
decían “disfunción sexual femenina” además que si el problema generaba
(Laumann, 1994), nos encontramos malestar en sus vidas, el resultado fue
con una interpretación de los resulta- de 6%.
dos muy particular, ya que se pregun-
taba a las mujeres si habían tenido Lo que estamos viendo es cómo estas
dificultades ocasionalmente, periódi- compañías farmacéuticas financian y
camente o frecuentemente pero al a veces incluso modifican las investi-
proporcionar en los resultados el dato gaciones para adaptarlas a sus pro-
total se juntaban todas aquellas que pios intereses, y eso contribuye a crear
habían tenido, según vemos, alguna un problema que pueda ser aborda-
dificultad alguna vez, sin importar ni do con los fármacos que ellos ya están
siquiera si era algo que había sucedi- fabricando. Estos estudios generan
do en alguna ocasión o todos los días. opinión pública y atraen la atención
Esos porcentajes difieren de los que de medios de comunicación y de per-
encontraríamos si solo nos fijáramos en sonas con dificultades, que serán los
las personas que dicen tener dificulta- usuarios finales del medicamento y por
des frecuentemente, que no serían el tanto de la etiqueta de “disfunciona-
43% sino el 7%. les”. Con los resultados exagerados y
presentados de forma alarmante, pa-
Cuando aparecen estas cifras con rece casi un rescate lo que estas
frecuencia estamos hablando de re- compañías ofrecen a la población.
sultados de encuestas en las que no se
tiene en cuenta la opinión de los suje- De un lado tenemos a las compañías
tos sobre aquello que les sucede. Si farmacéuticas, cuyos lazos llegan has-
una persona contesta que tiene ganas ta el DSM y por tanto a los instrumentos
de acostarse con su pareja menos de de diagnóstico de los profesionales de
dos veces a la semana, ese es el dato la medicina y la psicología. Esta em-
que se va a tener en cuenta y no si a presas tratarán de ampliar el límite de
esa persona le va perfectamente o si la definición de deseo hipoactivo has-
su relación se resentiría si la frecuencia ta que encuentren alguna forma de
propuesta fuera mayor. Por eso, en vender sus productos. Hasta ahora se
algunos estudios se ha encontrado han fijado en la satisfacción, pero
puede que modifiquen la forma de
que aunque un número alto de muje-
medir ya que no les está dando resul-
res fueran diagnosticadas como dis-
tado. Por otro lado, una larga tradi-
funcionales, por ejemplo el 38% como
ción de estudios sexológicos nos ofre-
sucedió en el estudio dirigido por Mi-
cen explicaciones alternativas al
chael King en el Reino Unido (2007),
fenómeno del deseo femenino.
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Algunas propuestas no problematizadoras

Desde la publicación en 1970 de “La tas culturas, países con distinta legisla-
inadecuación sexual humana” de ción, etc. También parece sensato
Masters y Johnson se viene hablando que exista un mayor control en las vías
de la importancia de la relación. Las actuales de decisión sobre cómo se
definiciones que se manejan hoy de decide qué es una enfermedad y qué
deseo hipoactivo y de disfunciones no: por ejemplo, controlar los paneles
femeninas están centradas en el indi- de expertos para que estos sean de
viduo, pero el deseo es algo relacio- personas sin conflictos de intereses, así
nal, en interacción con el otro. Recien- como que incluyan no solamente des-
temente hay autoras que vienen tacados investigadores sino también a
clasificando el deseo en dos tipos o grupos de ciudadanos/consumidores
modos, “push” y “pull”: uno que em- que no reciban financiación de la in-
puja, sale desde el individuo y otro dustria farmacéutica (Moynihan, 2006)
que es incitado desde fuera y que tira Ambas propuestas son razonables.
de nosotros. Si esto fuera cierto y el
deseo de muchas mujeres se despierta No me gustaría terminar sin reflexionar
de forma prioritariamente contextual sobre las posibles vías que desde la
como respuesta a claves de la situa- sexología tenemos para evitar esta
ción, nada podría hacer una pastilla. invención o tráfico de enfermedades
Autoras como Rosemary Basson, Lori en un área de nuestro conocimiento
Brotto, Ellen Laan y Leonore Tiefer tan importante como la erótica/ ama-
están investigando en esta línea, que toria, pero que como hemos visto
implica que existen diferencias en el afecta a multitud de características
modo de desear de los sexos, y que sexuadas de los individuos. Desde la
estos son dos modos diferentes que sexología podemos perfilar algunas
nosotros deberíamos considerar legíti- propuestas, como pueden ser, por
mos y cultivables en igual medida, y ejemplo, huir de la clasificación dia-
no tratar de promover uno, patologi- gnóstica de las disciplinas de la salud
zando el otro. (Basson, 2000, 2002; Brot- con términos como “dificultades co-
to, 2010; Laan, 2008, Tiefer, 2010) munes” (Amezúa, 1999) en lugar de
“disfunciones” o “trastornos”. Asimis-
Las propuestas que se vienen hacien- mo, parece sensato evitar etiquetar
do desde otras disciplinas para evitar médicamente a las personas que ca-
estas situaciones son diversas. Puede recen de trastornos, esto es, no diag-
resultar especialmente interesante fa- nosticar fenómenos de la vida coti-
vorecer mayor investigación acadé- diana y no actuar como si se tratara
mica sobre la evolución de las enfer- de enfermedades, sino hablar de ma-
medades, vigilar cómo cambian y se lestares cotidianos, o dificultades que
redefinen, cómo se afrontan en distin- muchas personas pueden encontrar
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en determinados momentos de sus bres no tienen la regla ni osteoporosis,


vidas. Es nuestro trabajo también pro- pero que un determinado fenómeno
porcionar una alternativa a la patolo- afecte de forma mayoritaria a uno de
gización, demostrando la eficacia de los dos sexos no es percibido como
otros métodos no farmacológicos co- una diferencia legítima sino como al-
mo el asesoramiento/consulta sexoló- go que hay que eliminar. Todo lo que
gica o la educación de los sexos. Y por implique o evidencie que somos distin-
supuesto promover la diversidad, tos es susceptible de intentar ser
haciendo especial hincapié al trabajar homogeneizado, pero como profesio-
con los medios de comunicación nales de la sexología no deberíamos
(académicos y no académicos) pu- dejar que las diferencias se conviertan
blicando investigaciones y artículos en en algo eliminable y que se promueva
los que las diferencias sexuadas sean una visión ideal del ser humano
asexuada, personas uniformes sin dife-
consideradas un valor y no un síntoma.
rencias individuales ni de sexuación.
Esta es nuestra disciplina y nosotros
Como hemos apuntado anteriormen-
tenemos muchas cosas interesantes
te, muchos de los fenómenos patolo-
que decir y que aportar para que
gizados y vendidos como enfermeda-
hombres y mujeres puedan vivir su
des y no como diferencias son
proceso de sexuación, sus sexualida-
fenómenos de sexuación. Las mujeres
des y sus eróticas de la manera más
no envejecen igual que los hombres,
satisfactoria posible.
ellas no se quedan calvas y los hom-

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LO TRATADO
Y AQUELLO DE LO QUE SE TRATA
EN TERAPIA SEXUAL

Manuel Lanas Lecuona


Sexólogo, Médico, Psicólogo, Doctor en Filosofía
ANUARIO DE SEXOLOGÍA © AEPS
2014 | nº 13 Página 49 de 108

LO TRATADO
Y AQUELLO DE LO QUE SE TRATA
EN TERAPIA SEXUAL

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MANUEL LANAS

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Práctica psicoterapéutica privada ( Donostia/San Sebastián)


ANUARIO DE SEXOLOGÍA © AEPS
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Resumen

En la actualidad, las terapias sexuales se caracterizan por el abordaje clínico


de los trastornos sexuales. Estos trastornos son definidos como funciones o con-
ductas que no se ajustan a lo establecido como normal en los distintos mode-
los de respuesta sexual. De lo que se trata es de aportar una configuración no
clínica de la experiencia alterada de los pacientes: una configuración antro-
pológica, propuesta desde la sexología y sustentada en la praxis comprensiva
de esta disciplina. Desde esta perspectiva, los trastornos sexuales desaparecen
como tales: son más bien manifestaciones indeseables de una experiencia
que pierde su significado sexual o que llega a ser insatisfactoria.

Palabras clave: terapias sexuales, trastornos sexuales, configuración antropoló-


gica, manifestaciones indeseables.

Summary

WHAT HAS BEEN THE OBJECT OF TREATMENT IN SEX THERAPY UNTIL NOW AND
WHAT SHOULD BE THE OBJECT OF TREATMENT FROM NOW ON.

Sex therapies are presently characterized by the clinical approach to sex disor-
ders. These disorders are defined as functions of behaviours that do not adjust
to what is considered as normal in the different patterns of sexual response.
What should be done is to bring forward a non clinical configuration of the
patiens altered experience. An anthropological configuration proposed from
the point of view of sexology and based on an understanding praxis of this dis-
cipline. From this point of view, sex disorders disappear as such: they are rather
undesirable expressions of an experience that loses its sexual meaning or that
becomes unsatisfactory.

Key words: sex therapies, sex disorders, anthropological configuration, undesir-


able expressions.
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1. Introducción

Hoy en día, se entiende que la dedi- las expectativas asignadas a cierta


cación de los terapeutas sexuales condición sexuada.
consiste, básicamente, en el estudio y
abordaje terapéutico de los trastornos A partir de ahora, voy a efectuar un
o disfunciones sexuales. Psicólogos y recorrido analítico y crítico por los pa-
médicos comparten ese ámbito cuya rajes más graves de la intimidad
naturaleza clínica no cuestionan, humana. El discurso clínico, sustan-
cuando la sexología produce descon- cialmente psiquiátrico, de los trastor-
cierto con la tortuosa defensa de su nos sexuales y de la identidad sexual
especificidad. será cuestionado desde una perspec-
tiva comprensiva de la vida sexual y
Dentro de la literatura clínica se sostie- sus dificultades.
ne la idea de que los trastornos sexua-
les constituyen una categoría especí- La crítica que aquí se sustancia es, en
fica en el conjunto de los trastornos última instancia, de índole epistémica.
mentales. Es fácil de explicar que así Los trastornos sexuales no serán mos-
suceda. La psiquiatría contemporánea trados como tales sino como posibles
maneja una poderosa herramienta. manifestaciones indeseables de una
Una suerte de canon que conceptua- experiencia que pierde su significado
liza los hechos, precisamente, de esta sexual. Una experiencia fallida. Mani-
manera. festaciones, por tanto, de experiencias
o sexualidades que consideramos fa-
[El canon diagnóstico y estadístico ac- llidas.
tualizado es para todos los clínicos el
DSM-IV-TR. Y un texto que, dentro de la Cuando se efectúa este desplaza-
literatura psiquiátrica, se acomoda a miento del foco preferente de aten-
ese canon de referencia es el Tratado ción hacia la experiencia de los pa-
de Psiquiatría Clínica, de Hales y Yu- cientes, no se plantea ni la necesidad
dofsky (2004)]. ni la conveniencia de inscribir en esta
última la objetivación de trastorno
Los trastornos clínicos referidos a nues- sexual alguno. No se defiende la exis-
tra vida sexual suelen ser definidos tencia de una patología de la expe-
como conductas, comportamientos, riencia sexual ni de una patología
funciones, acciones, actuaciones, ex- sexual de la experiencia.
periencias o sintomatologías que no se
ajustan a las especificaciones carac- Lo que se muestra es una manera no
terísticas de los modelos clínicos de clínica de configurar el daño narrado
respuesta sexual, o que se alejan de por los pacientes en clave clínica. El
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diagnóstico clínico cede aquí su lugar Nuestro recorrido vivencial es radical-


a la configuración antropológica de mente coherente con nuestras condi-
los hechos advertidos por el sexólogo ciones mentales y en todo caso la
en la narración de sus pacientes. La mente lo es con nuestra condición
configuración antropológica lo es de orgánica, y con la condición expresiva
esa experiencia fallida con sus condi- de nuestro organismo. La vivencia fa-
ciones de posibilidad. llida adquiere carta de naturaleza
como hecho biográfico, en un contex-
to y en una situación.

2. Patologías

Este es el apartado correspondiente a cias sociales, la reflexión acerca de


las actualmente consideradas, en este concepto padece demasiadas
términos vulgares y también en térmi- limitaciones.
nos clínicos, como causas orgánicas
de los trastornos sexuales. Se trata de La cuestión es que no hay mente, no
aportar una concepción diferente del hay experiencia, ni por lo tanto expe-
daño que los clínicos señalan y tratan, riencia sexual, sin organismo. La mente
cuando toman como referencia mo- e, inevitablemente, la experiencia tie-
delos de respuesta sexual. nen su fundamento en el cerebro. Las
modificaciones de la experiencia
Aquí la objetivación se aplica al orga- emergen, o son causadas, por las mo-
nismo. No se defiende un modelo de dificaciones que, paralelamente, van
causa opuesto o alternativo a otro de teniendo lugar en el cerebro.
causa psicológica. Se mantiene, en
todo caso, una notoria reserva con Este capítulo representa una apuesta
respecto a los usos habituales o clíni- por destacar la organicidad de cual-
cos del término “causa”. Aunque se quier manifestación de la vida sexual
entiende que para explicar la expe- humana. Una cualidad básica que se
riencia de una persona hay que recu- registra como estructuración sexuada
rrir a su organismo, a su cerebro. del organismo y, al mismo tiempo, y en
diferentes niveles, como realidades
El concepto de causa se puede apli- procesuales que dan experiencias
car adecuadamente, aunque no sin (sexuales) y posibilidades funcionales
reservas, dentro de la biología o las (eróticas) a las personas.
ciencias comprometidas con ella co-
mo, por ejemplo, la Medicina. Dentro Las causas orgánicas de los trastornos
de las ciencias de la mente o las cien- sexuales suelen ser referidas a las mo-
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dificaciones no deseadas en el área Las enfermedades inciden negativa-


genital del organismo. Y suele conside- mente en nuestra propia vida sexual y
rarse que las causas psíquicas de los afectan a nuestras relaciones íntimas.
trastornos sexuales son aquellas que Difícilmente cabe esperar otra cosa.
carecen de una referencia explícita u La enfermedad tiene que ver con la
observable en el área genital, pero pérdida de la salud del cuerpo.
que pueden alterar, al igual que las Cuando la persona afectada por la
primeras, la función sexual normal. enfermedad es consciente de su pa-
decimiento, se abre a una nueva ex-
Las llamadas “Medicina Sexual” o periencia: la experiencia de paciente.
“Medicina de la Sexualidad” han con-
formado capítulos novedosos para el Los terapeutas sexuales estudian los
estudio de la salud humana. Desde efectos de las enfermedades sobre las
una perspectiva clínica, han aportado manifestaciones particulares de la vi-
una dialéctica entre la diversidad del da sexual de sus pacientes. Esta de-
hecho patológico y la vida sexual. claración profesional trata de romper
Han conseguido, al fin, dar legitimidad con el mensaje médico, comúnmente
científica y social al concepto de sa- aceptado en terapia, que defiende la
lud sexual (v. Kolodny et al. 1983). evaluación de los aspectos médicos
de los trastornos sexuales.
Estas disciplinas han estudiado las ba-
ses anatómicas y fisiológicas del ciclo En este capítulo, no se sostiene lógi-
de la respuesta sexual, y también los camente el concepto de trastorno
factores genéticos y endócrinos del sexual. Los trastornos no son propia-
desarrollo sexual. Han formulado un mente sexuales. Los trastornos son más
modelo de función sexual normal, pro- bien patologías que deterioran la vida
fundizando en los factores médicos sexual. Estas patologías, que ocasio-
que perturban dicha función, y pro- nalmente asientan en el área genital,
porcionando alternativas terapéuticas acaban planteando las interferencias
para las disfunciones. en el funcionamiento sexual.

Más allá de los trastornos que concier- La etiopatogenia de las enfermeda-


nen a la respuesta sexual, estos enfo- des que merman nuestra capacidad
ques no dejan de aportar conocimien- de desenvolvimiento sexual es diversa
tos clínicos acerca de los restantes y compleja. Las patologías asentadas
trastornos sexuales y de la identidad en el área genital pueden derivarse,
sexual, que constituyen junto a los pri- en muchas ocasiones, de trastornos
meros una de las imprescindibles ca- originados fuera de ella. La anatomía
tegorías entre los trastornos psiquiátri- patológica de las alteraciones genita-
cos, dentro de la literatura psiquiátrica les puede ser diversa, y diferente a la
contemporánea. del trastorno originario.
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Las terapias sexuales del presente no Los terapeutas sexuales van a afrontar
podrían, en ningún caso, prescindir del así las condiciones patológicas de la
saber ofrecido por la Medicina Sexual. función sexual. Y se refieren a ciertas
Un terreno donde lo que parece más lesiones, circunscritas al área genital,
pertinente es la utilización del término tanto en el hombre como en la mujer.
“lesión”, cuando de lo que se trata es Lesiones que se producen como resul-
de objetivar la incapacidad del indivi- tado de patologías localizadas en esa
duo para el despliegue funcional de área o de patologías generales que
su respuesta sexual. también afectan a otros sistemas del
organismo.
En este tipo de enfoques, el valor refe-
rencial de la llamada “respuesta Entre los procesos degenerativos ge-
sexual humana” deja las cosas claras: nerales con repercusiones locales ma-
las enfermedades que afectan a la nifiestas en el área genital, destacan
función sexual son confrontadas con los relativos a las patologías circulato-
las distintas fases de la citada respues- ria y nerviosa. Estas constituyen una
ta. Se observa entonces cómo cada parte nada desdeñable del objeto de
patología muestra sus efectos inde- atención de la andrología actual y un
seables en alguna de las distintas fases sólido argumento en la terapéutica
de la respuesta sexual. farmacológica de la llamada “disfun-
ción eréctil” del varón.
Hay diferencias constatables entre las
respuestas sexuales de los hombres y Las lesiones genitales, en la mayoría
las mujeres. La explicación de las mis- de estos casos, no son apreciables a
mas se suele basar en las también evi- simple vista. Pero pueden llegar a ser
dentes diferencias anatómicas y fi- objetivadas mediante diversas técni-
siológicas entre un sexo y otro, cuando cas. No sólo se recurre a las pruebas
se plantean desde la tradicional dico- físicas, sino también a las pruebas fun-
tomía bipolar entre dos sexos. cionales y a la evaluación del labora-
torio. Y teniendo siempre en cuenta la
fase de la respuesta sexual alterada.

3. Manifestaciones sexuales indeseables

Este es el capítulo correspondiente a gonismo lo tiene la narración de la ex-


lo que en términos coloquiales y en periencia personal del individuo, en su
términos clínicos son consideradas las relación consigo mismo y con los de-
“causas psicológicas” de los trastornos más.
o problemas sexuales. Aquí el prota-
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Por lo general, los terapeutas sexuales rapéutico libre de la terminología psi-


afrontan la tarea inicial de escuchar la cológica básica.
queja que sus pacientes refieren con
respecto a su vida sexual. Suele tratar- Los factores psicológicos de las disfun-
se, generalmente, de una queja este- ciones sexuales corresponden en otro
reotipada en un lenguaje que se ase- lenguaje a las causas psicológicas de
meja al de los clínicos. Los pacientes esas mismas disfunciones. Pero eviden-
dicen padecer problemas, trastornos o temente, existen alternativas diversas
disfunciones sexuales, y no tanto en- para formular atribuciones causales a
fermedades sexuales. ciertos tipos de desenvolvimiento eró-
tico no deseado, entre las cuales
Los pacientes pueden referir sus pro- están las de índole psicológica.
blemas a fases concretas del ciclo de
respuesta sexual: deseo, excitación y Cabe preguntarse dónde está el daño
orgasmo. Indican que sus trastornos de los trastornos sexuales o, más es-
son por exceso o por defecto. Los pecíficamente, de las disfunciones
problemas los ubican en su propia per- sexuales. Porque las modificaciones no
sona o en sus parejas o los señalan deseables de una respuesta sexual
como inevitables emergentes conflic- que no se ajustan a un modelo formal
tivos de su particular relación de pare- de conducta o función no tienen por
ja. qué constituirse necesariamente co-
mo un daño diagnosticable.
En estos casos, todo parece indicar
que las conductas, los comportamien- El daño que los clínicos pretenden re-
tos o las funciones son anómalos, y parar radica, inequívocamente, en
puede que realmente lo sean porque cierto “lugar” de la respuesta erótica
discrepan en relación a unas reglas de de los pacientes diagnosticados de
índole clínica que los profesionales disfunción sexual. Sin embargo, nadie
han establecido: existe para todos puede impedir que se abran nuevas
una respuesta sexual normal, propues- perspectivas pragmáticas del daño.
ta como modelo funcional y conduc- Por añadidura, todo daño es consus-
tual. tancial al objeto construido y nombra-
do por el terapeuta.
Hay modificaciones indeseables, y
Aquí se aporta una propuesta avala-
más o menos persistentes, de la res-
da desde la praxis terapéutica. Una
puesta sexual que se deben, según se
sugerencia para que pueda prevale-
dice, a factores psicológicos. En todo
cer otra perspectiva a propósito de la
caso resulta imposible dedicarse a la
objetivación del daño en terapia
terapia sexual sin tener en cuenta es-
sexual. Las manifestaciones indesea-
tos factores y alumbrar un discurso te-
bles de la respuesta sexual son las ma-
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nifestaciones propias del daño viven- principio metodológico como el de la


cial, de la experiencia perturbada por recepción abierta, el panorama se
la actuación erótica: no son el daño. volvería mucho más complejo. Los
pacientes irían desbordando los estre-
Las funciones o las conductas sexuales chos márgenes de la respuesta sexual
que estudian los clínicos tienen su co- (Lanas, 1997).
rrespondencia en la experiencia de
quien las manifiesta. Esas funciones y Podríamos hacer desaparecer como
conductas sexuales tienen lugar corre- tales los trastornos o disfunciones
lativamente a la corriente de expe- sexuales, y plantear que lo que está
riencia o al despliegue de vivencias trastornada es la experiencia de quie-
que tiempo más tarde serán narradas nes mantienen sus encuentros eróticos.
por cada paciente en el contexto te- Desde acaso mucho antes de un epi-
rapéutico. sodio concreto e, incluso, hasta mu-
cho tiempo después del mismo, la ex-
Toda reflexión crítica a propósito de la periencia en cuestión puede perder su
respuesta sexual, normal o fallida, de significado sexual.
los pacientes remite a su experiencia
propia, o a la experiencia de quienes La preocupación, el nerviosismo, el
comparten con ellos algo más que los desasosiego, el miedo, la ansiedad, la
breves encuentros eróticos. Aunque angustia, y otros sentimientos y sensa-
los discursos emanados desde las ex- ciones que no son precisamente satis-
periencias señalen el daño en el or- factorios, contaminan el continuo flujo
ganismo o en las manifestaciones cor- de la experiencia sexual en muchos
porales de su inquietud. casos y la van echando a perder. Los
síntomas así nombrados son formula-
Los pacientes pueden padecer lesio- dos como causas de los trastornos
nes corporales en momentos o situa- sexuales en la literatura clínica.
ciones concretas de sus vidas. Las le-
siones pueden dejar un rastro Esas causas consideradas próximas de
estructural y funcional en sus organis- las disfunciones sexuales no lo son
mos, y repercutir negativamente en desde el enfoque aquí defendido.
las experiencias que gracias a él pue- Nuestro enfoque sitúa en la experien-
den tener. Y obviamente, no sólo cia alterada el problema no clínico
habría que evocar al respecto lesiones que el paciente tendrá que resolver, o
del área genital. en la dificultad que este mismo habrá
de superar. Pero las experiencias alte-
Pero la casuística de los terapeutas no radas tampoco son, en nuestro voca-
solamente reproduce las variaciones bulario, trastornos.
de la respuesta sexual ya reconocida.
Porque si adoptaran en su praxis un
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A pesar de todo lo expuesto, no es alterada, y las condiciones contextua-


posible renunciar tan fácilmente a la les que acompañan al desencade-
complicidad con el mundo clínico. namiento de aquellas. Se precisa una
Admitir que la erótica pueda ser for- psicopatología (Lanas, 2009).
zada, plantea incomodidades. Cual-
quier persona, sin embargo, podría Cabe preguntarse entonces si es posi-
reconocer en este hecho el sufrimien- ble o resulta inaceptable plantear una
to más descarnado o las sintomatolo- etiopatogenia del flujo alterado de la
gías más tortuosas y floridas. experiencia sexualmente significativa,
de esa impregnación nociva de la ex-
Quizás entonces no nos valga la ne- periencia sexual, y paralelamente de
gación del daño mental sin más. Si- sus manifestaciones corporales no de-
tuando siempre en la experiencia seadas. Quizás, no sea posible otra
nuestro foco de atención, será preciso respuesta genérica. Todo lo aquí ex-
comprender las condiciones mentales puesto remite al cerebro.
de una experiencia ocasionalmente

4. Identidades sexuales conflictivas

Actualmente se habla mucho, en la Animados por nuestra praxis resuelta-


calle y en los medios, de la identidad mente identificada con el enfoque
de género. Parece que la posibilidad antropológico de la sexología, hemos
temática de la identidad sexual inte- entendido que la identidad de género
resa menos, o se nos presenta incluso es una herramienta conceptual para
como una posibilidad conceptual a la usos sociales. Y que lo que más inte-
que hay que desahuciar. Pero el resa aquí es el reconocimiento con-
género, sin añadidos, apasiona dema- sensuado de un daño que también se
siado a ciertos sectores de nuestro registra en los pacientes que se identi-
ámbito académico o funcionarial. fican por su sexualidad.

El de la identidad es un tema muy La identidad sexual siempre interesó a


candente dentro de las ciencias so- los clínicos. En la actualidad se puede
ciales. En concreto, la identidad de comprobar el esfuerzo de la psiquiatría
género es un asunto estelar en la cas- por desgravar la carga simbólica de
cada literaria de estas disciplinas. A algunos términos comunes y por ca-
pesar de esta compulsiva producción, muflar aquellos otros que suscitaron
que repercute sin duda en los clínicos, tanto odio o terror en tiempos no tan
la de la identidad es por lo demás una lejanos, en la práctica totalidad de las
cuestión a debatir en el terreno men- culturas y sociedades.
tal.
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La identidad sexual “hace referencia que contar con la experiencia propia


a la percepción que tiene un individuo de cada sujeto en relación al sexo.
de sí mismo como hombre o mujer. El
término disforia sexual denota senti- Para nosotros, es posible defender la
mientos intensos y persistentes de ma- idea de la afectación de la identidad
lestar con el sexo asignado, así como sexual del sujeto. Nuevamente, nos
con el deseo de poseer el cuerpo del conviene destacar que, en principio,
otro sexo y de ser considerado por los la afectación indicada concierne a la
demás como un miembro del otro experiencia del sujeto en cuestión. Si
sexo”. se pretende hablar de una identidad
sexual dañada, lo adecuado parece
El texto establece una posibilidad ser reclamar una referencia vivencial
diagnóstica, específica para los de- del daño al sujeto.
nominados “trastornos de la identidad
sexual”, dentro de una categoría de Cualquier casuística a este respecto
los trastornos de la mente, que lleva no podría ser numerosa. No, si se pre-
por título “Trastornos sexuales y de la tende troquelarla según los criterios
identidad sexual”. Se trata de un texto del manual. Pero, en todo caso, no
que ha eliminado las referencias co- hay nada que objetar con respecto al
munes al “transexualismo” o la “tran- cómo pueden desplegar estos pa-
sexualidad”. cientes su vida sentimental o su vida
erótica. No al menos desde una pers-
Una identidad sexual es una propues- pectiva clínica o sociocultural actuali-
ta social en la asignación sexual del zada.
sujeto desde antes, incluso, de que
haya nacido. De este modo, el sujeto No hay alteración que señalar en los
se vuelve identificable, según un sexo comportamientos, o en la conducta,
de asignación. Existen dos posibilida- de estos pacientes que sea de rele-
des consideradas normales: sexo vancia clínica, salvo esa demanda
varón y sexo hembra. Y una serie de exigente y obsesiva de un cambio de
posibles estados intersexuales fuera de sexo cuya operatividad anticipan co-
lo común. mo una liberación. Es evidente que
para los profesionales de la terapia la
Aparte de esta perspectiva social o clave no está en ese cuerpo que
cultural en la determinación de un podrá ser tratado médica o quirúrgi-
sexo para los sujetos de cualquier co- camente.
munidad, es cierto que cada sujeto
tiene seguramente una conciencia ¿En qué consiste la materialización del
más o menos clara –o incisiva– acerca daño padecido en estos casos? Una
de quién es –o de qué es–, con res- respuesta “real” a esta pregunta ser-
pecto a su propio sexo. Es decir, hay viría tanto para tratar adecuadamen-
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te los casos, como para argumentar la Se apela a unas condiciones biológi-


denuncia de la construcción de un cas que predisponen al individuo a
problema nombrado en términos clíni- padecer determinado trastorno de la
cos o sociales. Y lo único real común a identidad sexual. Para su explicación,
estos pacientes es que se hacen notar se recurre, invariablemente, a factores
por lo mal que viven. endócrinos, cuando no a alguna
anomalía específica del lóbulo tempo-
En primer lugar está la queja, una que- ral. Estos argumentos médicos perfilan
ja que concierne al ser de uno mismo. pobremente la etiopatogenia de estos
El deseo más o menos persistente de trastornos.
ser de otro sexo. Del otro sexo. Tende-
mos a utilizar un concepto muy mani- Los síntomas que sostienen el dia-
do: el de identificación del sujeto con gnóstico clínico de los trastornos de la
el otro sexo. Lo cual parece un dispa- identidad sexual no siempre resultan
rate cuando solo se pretende recurrir muy convincentes para los terapeutas.
a las atribuciones sociales consigna- Los profesionales toman buena nota
das para ese otro sexo. del malestar persistente e intenso con-
fesado por los pacientes, con respecto
El organismo de estos pacientes no a esa asignación sexual indeseable
está aparentemente dañado. Y pue- para ellos. Y también la imperiosa ne-
de no haber queja por su parte con cesidad de reasignación.
respecto a sus funciones. Les fue asig-
nado un sexo que años más tarde lo El malestar exhibido por los pacientes
viven como algo impropio, sintiéndo- suele ser ese tipo de daño que noso-
se presos de él. Y, al parecer, lo apro- tros referimos a la esfera mental. Un
piado, lo adecuado, y lo realmente daño que concierne a la experiencia
deseable para estos pacientes consis- del paciente, en cuanto al significado
tiría en disfrutar en un cuerpo del otro sexual de su cuerpo. Y el significado
sexo. doliente de la pertenencia a una ca-
tegoría sexuada que le fue asignada
No hay, en estos casos, lesiones cons- en otro tiempo, que le aliena, y que él
tatables en cualquier estructura ha aprendido a denunciar.
sexuada del organismo que justifique
una sintomatología de esta naturale- Y es precisamente en el concepto de
za. Y, desde la perspectiva psiquiátri- malestar donde los clínicos que habi-
ca, se han descartado, para el dia- tualmente tratan a estos pacientes
gnóstico de esta casuística, aquellos pueden confluir con nosotros. Un ma-
síndromes que se derivan de las de- lestar para cuya comprensión no que-
nominadas “enfermedades físicas in- da más remedio que acudir al perfil
tersexuales”. constructivo de una personalidad, por
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lo general inestable, desde el punto cha por las autoridades psiquiátricas


de vista sentimental o emocional. se efectúa de acuerdo con la edad
del paciente.
La inestabilidad es obvia allí donde es
vívida y persistente la necesidad de no Los niños o las niñas que se identifican
ser (sexuado) como uno es, y la de con el otro sexo tienen muchas opor-
serlo como el otro es, según una bipo- tunidades para ponerse a prueba. Su
laridad estereotipada y rigorista. Bipo- comportamiento puede volverse com-
laridad que no habría que interpretar prometedor o perturbador en los gru-
como una cuestión que el paciente pos o ambientes donde se relacionan
ha de resolver, sino como una viven- o realizan sus actividades cotidianas:
cia excesiva e inquietante que racio- compañeros, familia, amigos o familias
nalmente trata de disipar. de estos.

Pero el malestar se expresa en un len- En los niños o las niñas se suele poner
guaje común, que la psiquiatría utiliza en evidencia la dicotomía entre lo
ampliamente en su empeño por desa- que se desea y lo que se rechaza a
rrollar una nosología pragmatista. La veces con vehemencia. Una dicoto-
ansiedad, la angustia, la evitación, la mía que se manifiesta en la elección
fobia, el miedo, el dolor, la anticipa- de sus compañeros y amigos, la
ción, etc. son algunas de las ya des- adopción de determinados hábitos
gastadas teselas de los mosaicos corporales y la preferencia estricta o el
emocional o sentimental de estos pa- rechazo de ciertas actividades, juegos
cientes. y juguetes.

El paso a la acción de cara a una Este doble perfil de la disforia sexual


nueva –y a veces muy compromete- parece impregnar radicalmente la
dora– configuración del cuerpo por actividad mental de los pacientes a lo
parte del paciente no nos tiene que largo de su desarrollo, aunque es sus-
distraer de lo esencial en nuestro tra- ceptible de modificaciones, al menos
bajo. Las vivencias propias del sujeto en determinados casos. Y la mentali-
bastan para justificar la adopción de zación conflictiva se manifiesta inexo-
unas alternativas radicales con la in- rablemente en los comportamientos o
tención de paliarlas. mediante sus lenguajes.

La conflictividad referida a la identi- Las quejas de estos pacientes a veces


dad sexual individual puede manifes- se refieren a sus dificultades sociales,
tarse en la niñez, y también en la ado- profesionales, o en otros ámbitos rela-
lescencia o en la vida adulta. El tivos a sus actividades. Se supone que
procedimiento de tipificación dia- estas quejas tienen su anclaje en una
gnóstica de los casos puesto en mar- especie de vivencias insatisfactorias
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con respecto a la adscripción sexual bres, por las mujeres, por ambos, o
impuesta. Las perturbaciones de esas que pueden no sentir por sexo alguno.
experiencias exhiben una poderosa
relevancia clínica. Las especificaciones relativas a la
orientación sexual del estos pacientes
Los clínicos toman nota de ciertas es- no necesariamente suministran luz es-
pecificaciones que atañen a los pa- clarecedora acerca de la disforia ex-
cientes aquejados de estas dificulta- hibida. Más allá de una proclividad en
des, por ejemplo, las relativas a su la orientación sexual, según el mo-
orientación sexual. Y así dejan cons- mento vital de su aparición, es eviden-
tancia de la atracción sexual que esos te que las vivencias del deseo hacia el
pacientes pueden sentir por los hom- otro, con todas sus peculiaridades, no
siempre les facilitan la vida.

5. Desorientaciones sexuales

Podemos entender la orientación compleja. En primer lugar, la atracción


sexual como una suerte de atracción sexual no se despliega sin unas condi-
particular entre unas personas y otras ciones biológicas que la posibiliten. Y,
en función de su naturaleza sexuada. en segundo lugar, la atracción sexual
Evidentemente, la atracción sexual y interpersonal es un asunto de relevan-
su pérdida son hechos sentimentales cia social. Es pues un concepto cuya
ordinarios y comunes de nuestra vida. construcción concierne a disciplinas
Y nos pueden atraer los hombres, las muy diversas.
mujeres o ambos. A veces se pierde o
no se siente esa atracción. Se dice que los homosexuales son suje-
tos que sienten atracción sexual por
De la orientación sexual se puede de- otros sujetos del mismo sexo. Los hete-
cir básicamente que es un hecho vi- rosexuales se sienten atraídos por suje-
vencial o un suceso de nuestra expe- tos del otro sexo. Y también se entien-
riencia. Pero también es un hecho que de que a los bisexuales les pueden
la experiencia exige la presencia o la atraer ciertos sujetos de su propio sexo,
representación fantaseada de un ob- o del otro: en estos casos se plantean
jeto sexual o erótico. La orientación las cuestiones de las alternativas o de
sexual requiere una suerte de investi- las alternancias.
dura sexual de ese objeto.
La homosexualidad ha sido descabal-
El concepto de orientación sexual tie- gada como categoría diagnóstica en
ne que abordar una realidad muy los textos actuales de psiquiatría y psi-
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cología. Hasta hace poco, la homo- La homosexualidad, al igual que la


sexualidad era un problema a tratar heterosexualidad, es una cualidad de
en los debates acerca de la identidad la experiencia, que se significa por la
sexual. Actualmente, los comporta- particularidad de un deseo sexual. Pe-
mientos eróticos ya no son, necesa- ro que a su vez se caracteriza por su
riamente, carne de diagnóstico bajo dimensión social, por comportamien-
el prisma clínico. tos de emparejamiento con sujetos del
mismo sexo. No hay en ello nada clíni-
Las prácticas homosexuales eran camente destacable. En principio, al
prácticas socialmente dañinas, pero menos.
también constituían el resultado inevi-
table de algunas mentes dañadas por Los comportamientos sexualmente
inefables patologías. Se podía enten- orientados pueden resultar perjudicia-
der, incluso, que era en los cerebros les para quienes los efectúan, o para
donde asentaban las patologías. Evi- los demás, por las repercusiones físicas,
dentemente, el rigor del moralismo mentales o sociales que se derivan de
religioso o jurídico alimentaba el dis- su ejecución. Pero, como tales com-
curso social de los clínicos. portamientos, no requieren un trata-
miento clínico. No tiene sentido la
Decimos que las cosas han cambiado, consideración de la conducta no
que ya no son como antes, aquel aceptada como daño tratable.
tiempo de redadas. En las sociedades
consideradas avanzadas, los homo- Cuando los clínicos entendían que los
sexuales pueden llegar a decir que su homosexuales eran enfermos, inverti-
socialización es mucho más fácil y sa- dos o desviados, se sentían apremia-
tisfactoria que la de los heterosexua- dos a dar respuestas hoy inverosímiles
les. Y puede que tengan razón quie- a una casuística que, seguramente, les
nes se benefician de ello. desbordaba. Pero sus esfuerzos se
consumían en erradicar comporta-
Las cosas no parece que cambien mientos anómalos y en impedir su difu-
tanto cuando se observa el retraimien- sión. Y fueron arraigando los métodos
to, o la renuencia, de tantos terapeu- de modificación de conducta.
tas ante la cuestión de la identifica-
ción en clave biológica de las La homosexualidad nos ha interesado,
diferencias o las diferenciaciones en tiempos más recientes, de otra
sexuadas. Dicho más específicamen- manera. Se erigió la figura de la
te, no se soporta que se prueben las homosexualidad egodistónica, como
diferencias orgánicas interindividuales concepto que dotaría de legitimidad
en cuanto a la orientación sexual de clínica a esa insatisfacción personal
cada sujeto. que, en no pocos casos, podía teñir el
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desarrollo y el despliegue sexual de los los homosexuales que entre los hetero-
homosexuales. sexuales, con un perfil institucionaliza-
do dispar.
La figura conceptual, que correspon-
de a una realidad personal extraña- La duda homosexual es históricamen-
mente contradictoria, deja muy a las te persistente aunque, curiosamente,
claras que incluso la literatura psiquiá- quienes padecen su compulsiva tira-
trica genera ideas favorables a nues- nía pueden disfrutar en ocasiones o
tro punto de vista acerca de lo que ya definitivamente de su reversibilidad. Su
no hay que tratar. La conducta de los aparición no siempre es fácil de con-
homosexuales cede el protagonismo cretar. El dilema inquietante tiene una
del tratamiento clínico al desasosiego evolución no siempre constante, ya
que la acompaña. que el paciente puede sufrir exacer-
baciones críticas.
Al poco de iniciar mi trayectoria profe-
sional, pronto tomé conciencia de un La resolución de este conflicto perso-
problema que con inusitada frecuen- nal que viven los pacientes no viene
cia se hacía presente en la vida de mis de la mano de las ejecuciones eróti-
pacientes. A este problema o dificul- cas programadas. De hecho, las
tad o trastorno –en el lenguaje habi- comprobaciones prácticas efectua-
tual de los clínicos– le di, con cautela, das para determinar nítida y definiti-
el nombre seguramente poco agra- vamente la posibilidad de una orien-
ciado, de duda homosexual. tación homosexual del deseo se
revelan, al cabo de un tiempo relati-
La duda homosexual era una suerte vamente corto, ineficaces.
de interrogante que permanecía irre-
suelto en la vida de los pacientes a Lo que la narración de los pacientes
pesar de las medidas tomadas por pone en evidencia es que la actua-
ellos mismos con la intención de resol- ción, o la realización erótica, acaban
ver un dilema (soy o no soy homo- desbaratándose. Llega un momento
sexual) y recuperar de este modo la en el desarrollo de los acontecimientos
calma. Las medidas que tomaban en que se nota una desgana para
consistían en pruebas eróticas con su- seguir adelante. El deseo homo-
jetos buscados del mismo sexo. sexualmente orientado que pudiera
percibirse acaba muchas veces des-
Aquella duda desde luego florecía en vaneciéndose.
el mundo masculino aunque también
era perceptible, pero denunciada ve- Sin embargo, los pacientes pueden
ladamente, en el mundo femenino. perder este conocimiento tan infla-
Era una duda que surgía en un gran mado de certidumbres poco después
abanico de edades. Lo mismo entre de la secuencia erótica que estratégi-
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camente programaron. Quizá no de- Después de iniciado un recorrido rela-


bamos de interpretar sin más que lo cional de naturaleza tan especial, que
suyo constituya el resultado de una el paciente capta muchas veces co-
pérdida de memoria. Están necesita- mo una necesaria y deseada imita-
dos de una absoluta nitidez en la per- ción de la persona en quien él no pre-
cepción de la orientación sexual del tende dejar de confiar, no es de ex-
deseo. trañar que se suscite la duda homo-
sexual. No es improbable que llegue
Al encuentro erótico se llega después confundir el sujeto que le refuerza su
de una búsqueda. Y la búsqueda em- identidad con el objeto de su deseo
prendida por estos pacientes no suele sexual.
ser ingenua. Sienten muchas veces
una irresistible atracción por personas Sin duda, existen personas que tienen
concretas, que reúnen determinadas serias dudas acerca de su hetero-
características que, comúnmente, no sexualidad. Entonces podríamos caer
sólo tienen que ver con los estereoti- en la tentación de plantear la viabili-
pos eróticos masculino o femenino. dad funcional de otro concepto –no
sé si opuesto o especularmente inver-
Esta búsqueda homosexual tiene un so– al de la duda homosexual. El con-
sentido en la narración de los pacien- cepto denominado de la duda hete-
tes, una coherencia biográfica cuyo rosexual. Pero lo cierto es que esta
tejido argumental llega hasta los últi- duda no inquieta mucho a los homo-
mos detalles. Sus vivencias reproducen sexuales.
la búsqueda y el encuentro real con
un otro del mismo sexo, que les pro- La duda homosexual es un constructo
porciona un modelo anhelado y fan- con resonancias psicopatológicas. El
taseado de identificación. psicoanálisis ha ofrecido inestimables
referencias conceptuales para mane-
Este tardío proceso, esta necesidad jarlo en el abordaje sexológico de las
de acabamiento para llegar a ser dificultades sexuales humanas. Y, ac-
como el otro ideal, suele plasmarse no tualmente, se puede tejer un paren-
pocas veces en un recorrido vital tor- tesco conceptual entre la duda
tuoso desde el punto de vista senti- homosexual y la llamada “desorienta-
mental o emocional. La búsqueda rei- ción sexual” (Wilton, 2005).
terativa de encuentros, y la tenacidad
por el establecimiento de relaciones La duda homosexual y, por supuesto,
sexualmente significativas, parecen la confusión que precede y subyace a
entonces alimentadas por la confu- su expresión, no dejan de pertenecer
sión. a la esfera mental del paciente. La
duda es la formulación lingüística de
un estado particular, de una ansiedad
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que episódica o críticamente se exa- pacientes, que corresponde a la des-


cerba, sosteniendo una disposición a orientación o la duda llamada homo-
la acción, a veces compulsiva, de sexual, es la manifestación fragmen-
búsqueda, encuentro. tada o fragmentaria de una
determinada condición biológica que
La duda homosexual no es el nombre da fundamento o posibilidad a dicha
de ninguna enfermedad, de ningún experiencia.
trastorno conocido. En todo caso, es el
nombre de una formulación descripti- No nos puede resultar extraño que al-
va de un hecho. Un hecho relativo a guien se atreva a explicar, en términos
la experiencia de los pacientes, que de causa-efecto, cómo el desenca-
hay que contemplar teniendo en denamiento biológico de ciertos
cuenta sus antecedentes biográficos, acontecimientos proporciona una
desde una perspectiva evolutiva y aparente detención en la estructura-
comprensiva. ción cerebral que es preciso de algún
modo completar, para que la incom-
Indudablemente, hay que dar por su- petencia cognitiva temporal de la
puesto que este tipo de hechos relati- orientación sexual se desvanezca.
vos a la experiencia dañada de los

6. Peculiaridades o particularidades sexuales

La orientación del deseo sexual ad- gnósticos: malestar significativo, dete-


quiere su perfil más arriesgado y tosco, rioro de la vida social, etc.
desde el punto de vista clínico, cuan-
do las manifestaciones de la vida Como categoría nosológica, el capítu-
sexual humana se ajustan a los criterios lo de las parafilias constituye un cajón
nosográficos de las aún denominadas de sastre que da cobijo a una mezcla
“perversiones” o “desviaciones” sexua- de entidades clínicas muy heterogé-
les. Ha llegado el momento de fijar neas e inevitablemente sospechosas.
nuestra mirada crítica en las parafilias. Estas entidades clínicas carecerían del
mínimo rigor como tales si no remitie-
Las parafilias suelen ser definidas co- ran la atención de los clínicos a las
mo fantasías excitatorias, que se repi- consecuencias previsibles de determi-
ten y persisten, al menos durante me- nadas conductas eróticas.
dio año, y que implican a objetos no
humanos o a personas que no ceden Nuevamente, se podría objetar el
su consentimiento. La definición es- carácter clínico de unos comporta-
pecífica de algunas de ellas requiere mientos que buena parte de los psi-
su realización. Hay más criterios dia- quiatras y psicólogos de las socieda-
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des avanzadas siguen considerando Pero aún es posible conceder que los
aberrantes. Lo evidente es que la psi- comportamientos eróticos socialmen-
quiatría sigue aportando sus propues- te inaceptables no constituyen nece-
tas biológicas, farmacológicas o inclu- sariamente un trastorno mental. La ex-
so quirúrgicas, para impedir el paso a periencia que subyace a su ejecución
la acción de algunos forzados pacien- no es tampoco, en todos los casos,
tes. una experiencia trastornada. Una ex-
periencia trastornada no es tampoco
Con los tratamientos médicos de las un trastorno clínicamente diagnosti-
parafilias se pretende impedir que los cable y susceptible de tratamiento.
pacientes abusen sexualmente y que
posteriormente reincidan. Son inter- No hay deriva erótica en las experien-
venciones que obedecen a una lógi- cias y acciones sin que ambas vayan
ca jurídica implacable. Una lógica sustentadas por su debido soporte bio-
que, por supuesto, se aleja de cual- lógico. Se han identificado diversas
quier objetivo facilitador de la vida anormalidades orgánicas en personas
sexual de los sujetos en cuestión. con parafilias: alteraciones neurológi-
cas, endocrinológicas, cromosómicas,
El padecimiento de estos previsibles etc. Pero se duda del valor causal de
pacientes puede ser consecuente al las mismas y puede que hasta sean
comportamiento en cuestión. Se tra- incidentales.
taría entonces de una sintomatología
inducida por el sentimiento de culpa, Se han realizado diversas propuestas
o por el miedo a las repercusiones de teóricas para explicar el desarrollo de
dicho comportamiento. Pero hay un las parafilias. El psicoanálisis, la teoría
hecho inapelable al respecto: el de la del aprendizaje, los planteamientos
experiencia sexualmente significativa organicistas y los fundamentados en el
que precede a ese padecimiento. estudio de las distorsiones cognitivas
aportan formulaciones conceptuales
En estos casos, las fantasías sexuales hoy por hoy imprescindibles para la
pueden resultar satisfactorias y, por lo visión integradora que se va impo-
tanto, no tienen por qué constituir un niendo.
problema clínico ni para los profesio-
nales ni para la vida del paciente. La Las parafilias como tales lo son para
experiencia del paciente se perturba los clínicos: conceptualmente hablan-
cuando pasa a la acción porque los do, no pertenecen al ámbito de quie-
demás no tienen por qué mostrar ni la nes abordan antropológicamente las
reciprocidad ni la comprensión que él dificultades sexuales. Si los abordajes
necesita. comprensivos de la sexualidad pro-
blematizada son incompatibles con
una estrategia clínica, la sexología te-
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rapéutica tendría que hacer valer su se, de vestir, etc. Un cambio temporal
lenguaje. que se repetirá cíclicamente.

Hemos preferido hablar de peculiari- No habría, según nuestro criterio, una


dades, particularidades, etc. Nuestros equivalencia entre el daño señalado
casos son estudios cualitativos de fun- por los pacientes clínicos y el motivo
damento antropológico. Casos en los de la queja de los también pacientes
que se instaura un proceso narrativo de una terapia sexual comprensiva.
que se va liberando, en la medida de Nos gustaría ver que la expresión de
lo posible, de una u otra consideración esta queja reflejase antes las dificulta-
normativa de la conducta erótica y des de adaptación social para el
de la sexualidad fallida. cumplimiento del deseo que el estig-
ma de un diagnóstico médico.
Nuestra vida sexual se expresa bajo la
forma de rituales eróticos. Rituales que Más allá de sus márgenes terapéuti-
son complejos en cualquier caso. Po- cos, la sexología va dejando sus hue-
demos referir las particularidades a un llas en una literatura emparentada
amplio abanico de posibilidades. En metodológicamente con la propia de
cada caso, estas particularidades se las ciencias sociales. Pero se trata de
observan a lo largo de una actuación una literatura que, librándose del rigo-
que se despliega acompañándose, a rismo clínico, deja constancia de ex-
veces, de personas o de objetos. periencias sufrientes y satisfactorias
que acompañan o impregnan al des-
Quienes participan concertadamente pliegue de un deseo que será sancio-
con los señalados por sus peculiarida- nado. (V. por ej., Cuerpo de hombre,
des, o sus parejas, marcan el acento experiencia de mujer, Burgos, 2010).
en el cambio de actitud que obser-
van, desde la solicitud del ritual erótico Hemos realizado un recorrido temático
o desde los prolegómenos del mismo. por aquellas manifestaciones de la
El protagonista parece que entra en vida sexual que los profesionales de la
una suerte de trance que expresa un clínica han establecido como objeto
salto cualitativo notable en su inacce- de estudio, de tratamiento o de abor-
sible recorrido vivencial. daje terapéutico. En esta revisión se
ha mostrado que dichas manifesta-
Este cambio de actitud facilita la ape- ciones sexuales no constituyen, nece-
lación a un desdoblamiento de la per- sariamente, ni trastornos sexuales ni
sonalidad de estos sujetos, en el des- trastornos mentales.
pliegue de sus rituales eróticos. El
cambio es perceptible en el habla, en Ciertamente, hemos afrontado algu-
la voz, en la mirada, en los gestos, en nas de las manifestaciones sexuales, y
la manera de caminar, de comportar- no solo eróticas, que suelen exhibirse
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como subjetivamente indeseables, o al contrario, hemos pasado el testigo


socialmente indebidas. No se ha ne- del protagonismo de sus actuaciones
gado ni el sufrimiento ni la insatisfac- a sus experiencias.
ción sexual de los pacientes. Más bien

REFERENCIAS

BURGOS, G. (2010). Cuerpo de hombre, experiencia de mujer. Barcelona: Mar-


ge.

DSM-IV-TR (2002). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales.


Barcelona: Masson.

HALES, R.E. Y YUDOFSKY, S.C. (2004). Tratado de Psiquiatría Clínica. Barcelona:


Masson. (4ª edición).

KOLODNY, ET AL. (1983). Tratado de Medicina Sexual. Barcelona: Salvat.

LANAS, M. (1997). Razones para la existencia de una ciencia sexológica. Revista


española de sexología, 83-84.

LANAS, M. (2009). Apuntes de una psicopatología para la sexología. Anuario de


sexología, 11, 83-88.

WILTON, T. (2005). [Des]orientación sexual. Género, sexo, deseo y automodela-


ción. Barcelona: Bellaterra.
MI RELATO DE OTROS RELATOS

Ester Pérez Opi


Sexóloga, Psicóloga, Pedagoga
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MI RELATO DE OTROS RELATOS

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ESTER PÉREZ OPI

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Práctica profesional privada y codirección de Biko Arloak (Bilbao)


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1. Varios apuntes previos

Quiero hacer, con este relato, un las características culturales y sociales


homenaje a los cientos de relatos que de una zona como es el País Vasco,
muchas personas me han confiado en con su diversidad lingüística, con sus
estos 20 años de trabajo en la consulta valores pero también con sus limita-
de sexología clínica. Sin ellos, esto que ciones. Todo esto para decir que tal
os voy a contar no habría sido posible. vez mis conclusiones no sean extrapo-
Os confieso que ha sido y es un placer lables a otras Comunidades. O tal vez
para mí haber podido escuchar sus sí. Me parece importante recalcar en
historias de vida, sus relatos sobre las este punto que los relatos tienen lugar
dificultades que traían, y sus vivencias en un contexto determinado y que de
sobre aquello que les hacía infelices, y alguna forma el contexto en el que se
por supuesto haber podido ayudarles halla inmerso el individuo determina la
a resolver y a aclarar muchas de sus vivencia y por ende el relato de la
dudas. misma.

Lo segundo, dibujar el mapa en don- Por último, mencionar también mi op-


de todo esto tiene lugar, una consulta ción sexológica. Es probable que haya
privada, establecida en Bilbao en el muchas sexologías, o muchas formas
año 1992, y que responde al nombre de hacer sexología, pero la mía es una
de Centro de Atención a la Pareja Bi- y solo una, la que algunos han dado
ko Arloak, que ya muchos conocéis en denominar Sexología Sustantiva,
aunque solo sea de oídas. Allí, con con todo lo que ello conlleva; es decir
mucho esfuerzo pero también con algo que no cuelga ni de la medicina,
mucha pasión, he pasado mi vida pro- ni de la psicología, ni de cualquier otra
fesional escuchando y atendiendo a ciencia, algo que sustantivamente se
personas, hombres y mujeres, que de basa en los sexos, sus diferencias, sus
manera voluntaria han venido a con- sinergias, y sus enredos y desenredos
sultar y contar sus vidas. convivenciales. Algo que no entiende
la división entre terapia de pareja y
Creo que es interesante también acla- terapia sexual. Algo que claramente, y
rar el contexto en el que todo esto eso también he de agradecérselo,
transcurre, en estos últimos 20 años, han aceptado mis clientes a la hora
con los cambios políticos, económicos de dejarse influir por mí.
y sociales que han ido pasando, con
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2. Influencia del contexto en la construcción del relato

Nada ocurre en el vacío, nada se Dos son básicamente los reproches


cuenta en la nada. Todo lo dicho y que se les puede hacer a los mass
expresado se halla inmerso en un con- media, por un lado la invasión de titu-
texto social, legal, cultural, de valores lares, artículos y entrevistas en los que
y de ideas. Son varias las cuestiones se divulgan investigaciones supuesta-
que a mi entender han influido en la mente contrastadas y científicas que
construcción de los relatos, y que ana- sirven para que la población se auto-
lizaremos sucintamente ahora. diagnostique, utilizando vocablos ten-
dentes a la patologización y la alar-
Influjo de los Medios de Comunicación ma, contribuyendo con ello a la
que han modificado sustancialmente socialización del concepto de “salud
los relatos sexual” (entre otros) y augurándonos
un futuro repleto de enfermedades y
Vivimos en la era de la información, lo trastornos varios. Por otro, la exposición
que significa que todo el mundo tiene descarnada de casos no anónimos a
acceso a la misma a través de la tele- través de la intromisión en sus vidas
visión, la radio, y la prensa... y que por privadas y en su intimidad –me refiero
tanto todos somos los principales des- con esto a la vida de los famosos–
tinatarios de mensajes que no siempre convirtiéndolos así en modelos, y en
soplan de nuestro lado. En este punto donde queda escenificado a modo
quiero hacer hincapié en la gran res- de escarnio público el tristemente co-
ponsabilidad que considero tenemos nocido refrán de “cuando las barbas
los profesionales de la Sexología en lo de tu vecino veas cortar, echa las tu-
referente a nuestra participación en yas a remojar”. Lamentablemente,
los medios de comunicación. Ellos di- son muchas las referencias encontra-
vulgan, educan y enseñan a la pobla- das en los relatos de los consultantes
ción, pero nosotros tenemos el deber atribuibles a hechos de este tipo; en
de señalarles cuáles deberían de ser concreto nos referimos a cuestiones
los contenidos adecuados y, con fre- como la infidelidad, el divorcio, el mal-
cuencia hacemos dejación de nuestro trato, la promiscuidad, etc.
cometido. Es por ello que los relatos de
los consultantes suelen estar atiborra- Ni que decir tiene que también hay
dos de falsas creencias, datos manipu- cosas que agradecer a los medios, en
lados, referencias pseudo científicas el sentido de la labor que han realiza-
erróneas y opiniones morales harto do en lo concerniente a la visibiliza-
sospechosas, que lógicamente noso- ción y denuncia de ciertas lacras de
tros tenemos que contribuir a corregir. nuestra sociedad como son el maltra-
to y los abusos, además de la normali-
zación y popularización que ha su-
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puesto el fenómeno homosexual. Ob- registradas en el aparato o en su fac-


servamos por los relatos que mayorita- tura, de forma que podríamos afirmar
riamente la realidad homosexual es que en cierto modo se nos ha infiltra-
aceptada, y se vive como algo justo y do un detective privado en nuestra
normal (“tienen derecho”). En este propia casa. En el relato de los consul-
sentido hay que reconocer que la in- tantes es harto frecuente todo tipo de
fluencia en las actitudes generales de quejas y comentarios a este respecto,
la población ha sido más que positiva. y un elemento vertebrador en las con-
sultas sobre celos, infidelidades y des-
Avances tecnológicos confianzas varias.
que han modificado sustancialmente
los relatos Algo similar a lo anterior ocurre con la
generalización de los ordenadores, el
Uno de los avances tecnológicos que acceso a las webs, el uso del correo
más han influido en los relatos de los electrónico, mensajería y chateos va-
clientes es la generalización en el uso rios. Ni que decir tiene que la gran re-
del teléfono móvil. Como la mayoría volución es Internet.
de los avances, éste ha supuesto ven-
tajas e inconvenientes. Como primera A todo esto hay que añadir las posibi-
ventaja podríamos decir que ha per- lidades que estas nuevas tecnologías
mitido otro modo o canal de comuni- han aportado en la búsqueda y elec-
cación, tanto verbal como escrita (a ción de pareja. Uno descubre en la
través de los sms), y que es a menudo consulta que son muchas las personas
utilizado para hablar de cosas que por que buscan y encuentran pareja a
la vía verbal han quedado atascadas, través de los chats y empresas de
e incluso para solventar conflictos a mercadeo amoroso. En este sentido
través del perdón. Es frecuente tam- dos aspectos a señalar que quedan
bién su uso para expresar afectos, reflejados en los relatos; por un lado un
mensajes de cariño, e incluso propues- cierto pudor a la hora de reconocer y
tas eróticas. En la parte de las desven- contar cómo y a través de dónde se
tajas observamos que el móvil restrin- han conocido; y por otro la posibilidad
ge la libertad del individuo y limita su de hacer verdaderos castings, es decir
intimidad: estamos o debemos estar tener cientos de entrevistas hasta dar
siempre disponibles para la pareja, y con la persona adecuada, para pos-
son muchas las discusiones que tiene teriormente expresar en sus propios
como origen la no atención del telé- relatos que no siempre la elección ha
fono. Así mismo ha permitido la fiscali- sido la acertada.
zación en la intimidad del otro, dando
pie al control del sujeto a través del Por último el acceso de personas no
seguimiento de sus movimientos, men- profesionales a información científica
sajes y llamadas privadas que quedan que en principio cabe suponer era
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destinada exclusivamente a profesio- pública en el ámbito de la vida priva-


nales, con el consiguiente desconcier- da.
to a la hora de la autoevaluación y
diagnóstico, de manera que este ac- Son varias las cuestiones a enumerar
ceso a la cultura científica ha permiti- en este apartado. Con mayor asidui-
do que el consultante no solo se acer- dad los consultantes hacen referencia
que a la consulta con el diagnóstico en sus discursos a cuestiones relativas
hecho, sino que incluso le indique a su a la “higiene sexual”, es decir todo lo
médico o terapeuta el tratamiento a relativo a enfermedades del aparato
llevar a cabo. urogenital (cistitis, infecciones por
hongos, protección frente a infeccio-
Avances médicos, farmacológicos, nes, prácticas seguras, etc.) y enfer-
científicos y otros que han modificado medades de trasmisión genital, lo que
sustancialmente los relatos incorpora de fondo una preocupa-
ción por su salud.
Este es sin duda uno de los capítulos
más extensos y complejos a la hora de Segundo y en lo concerniente a los
discernir lo malo de lo bueno, y sin du- tratamientos farmacológicos (viagra,
da el aspecto que más vertebra el antidepresivos, ansiolíticos), plantean
cambio en la construcción de los rela- dudas sobre su eficacia, manifiestan
tos de nuestros clientes. su temor a la dependencia del fárma-
co o cuestionan su interacción con
Básicamente ha supuesto: a) una in- otros tratamientos, entre ellos la misma
fluencia clave en los diagnósticos de terapia. Una vez más y esto no es na-
las dificultades sexuales, al contemplar da novedoso, observamos en sus ex-
éstas como un aspecto importante de posiciones la vinculación entre placer
la salud sexual y por ende del bienes- y peligro; o dicho de otro modo, las
tar del sujeto, b) una importación de consecuencias peligrosas del placer
vocablos sanitarios y médicos con la en el plano de su salud.
consiguiente generalización en el uso
de determinados conceptos (como Son harto frecuentes también todas
pueden ser trastorno, patología, diag- las manifestaciones referentes a la au-
nóstico, tratamiento, salud sexual, cla- toestima física, imagen corporal, y la
sificación, manual diagnóstico, unidad vivencia del cuerpo deseable, con las
diagnóstica, DSM, etc.) y c) la exten- opciones que nos brinda hoy la medi-
sión en el uso de nuevos tratamientos cina a través de la cirugía estética de
farmacológicos que sin duda han su- remodelar y adaptar ese cuerpo a los
puesto la medicalización de la vida cánones exigidos. En este sentido nos
cotidiana. Todo ello conlleva una cier- encontramos con curiosidades tales
ta invasión de aspectos de salud como “me regaló las tetas”, rejuvene-
cimientos faciales, dietas de adelga-
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zamiento, depilaciones completas, fernalia de juguetería erótica, que sin


operaciones de alargamiento de pe- duda tienen una gran influencia en las
ne, o la ablación de los labios meno- demandas amatorias de los clientes.
res, con el fin todo ello de gustar más y Así como la generalización y desmitifi-
ser más deseable y deseado. Si esto cación en el uso de la pornografía,
no tiene su correlato en una vida eró- que inevitablemente Internet ha traí-
tica más satisfactoria, que es lo que do.
con frecuencia ocurre, nos hallamos
ante personas tremendamente de- La parte positiva es que con todo esto
cepcionadas y con relatos que refle- se ha impuesto la necesaria colabo-
jan su infelicidad, dado que no siem- ración entre los diferentes profesiona-
pre es posible la vuelta al estadio les de la salud con el profesional de la
anterior. He así el gran fracaso de la sexología, algo que sin duda nos ha
cirugía del embellecimiento. acercado y nos ha otorgado un valor
añadido.
Así mismo todos los avances médicos
en lo relativo a Técnicas de Repro- Generalización y presencia
ducción Asistida, han supuesto cam- de Servicios Sexológicos públicos
bios revolucionarios tanto en la dimen- y gratuitos
sión del deseo de ser padres, como en
los aspectos prácticos de lo misma. Un elemento nuevo que aparece en
escena y que modifica esencialmente
Es interesante mencionar también lo los relatos de los consultantes es sin
que ha supuesto en la modificación duda la posibilidad de consultar su
de los relatos cierto conocimiento a dificultad de forma anónima, o bien a
nivel divulgativo de investigaciones través de páginas web que tienen en-
relativas a hormonas, feromonas, neu- tre sus servicios la opción de asesoría
rociencia, química del amor, química online, o bien a través de la consulta
del deseo, fisiología de los sentidos, telefónica con entidades que osten-
etc., en el sentido que muchos mitos tan este servicio. Así también apare-
del amor romántico han quedado in- cen servicios de asesoramiento
validados, de manera que los clientes sexológico en ayuntamientos e univer-
expresan con frecuencia sus dudas sidades que contribuyen lógicamente
razonables a la hora de creer en algo a aumentar el campo de intervención
para toda la vida, a la vez que que- y la utilidad de la ciencia sexológica,
dan instaurados otros nuevos mitos aunque también, y esta es sin duda la
que sirven para justificar, entre otros, parte negativa, a la sobredimensión
los desengaños amorosos. de las carencias y dificultades sexuales
de la población, sembrando así una
Otros avances a caballo entre la tec- vivencia problematizada de la vida
nología y la ciencia son toda la para- erótica.
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Cambios legislativos en los últimos Ley Orgánica 1/2004, de 28 de di-


20 años que han condicionado ciembre, de Medidas de Protección
la construcción de relatos Integral contra la Violencia de
Género. Y posteriores modificacio-
Qué duda cabe que vivimos en unos nes.
tiempos en los que el legislador surge
como figura transversal a todo lo que 3) Ley del Matrimonio Homosexual
acontece en la sociedad, a la vez que
se impone como figura de autoridad Ley 13/2005, de 1 de julio, por la
aceptada y debida. Se legisla para que se modificó el Código Civil en
prohibir, pero también para aprobar y materia de derecho a contraer ma-
permitir, recogiéndose así el sentir de trimonio y que ha permitido con-
la sociedad o de una parte de la mis- traer matrimonio a parejas del mis-
ma, la llamada “mayoría”. Ni qué de- mo sexo otorgándoles iguales
cir tiene que tales regulaciones han derechos que las uniones hetero-
servido a la normalización de cuestio- sexuales, incluida la adopción.
nes relacionadas con la sexualidad,
cuando no a su normativización. 4) Ley de Divorcio

He aquí algunas de ellas que conside- Ley 15/2005, el 10 de Julio de 2005


ro relevantes por su influjo en la cons- el Boletín Oficial del Estado (BOE)
trucción de los relatos. publicó la reforma de la ley del di-
vorcio, norma que agilizaba los
1) Ley de Protección de Datos procesos de ruptura al suprimir la
exigencia de separación previa.
Ley Orgánica 15/1999, de 13 de di-
ciembre, de Protección de Datos 5) Ley de Reproducción Asistida
de Carácter Personal, modificada
por la Ley 62/2003, de 30 de di- Ley 14/2006, de 26 de Mayo, por la
ciembre, de medidas fiscales, ad- cual se aprueba el uso de técnicas
ministrativas y del orden social. de reproducción humana asistida. Y
(LOPD), y que tiene por objeto ga- reconoce a toda mujer mayor de
rantizar y proteger, en lo que con- 18 años el derecho a poder ser
cierne al tratamiento de los datos usuaria o receptora de estas técni-
personales, las libertades públicas y cas con independencia de su esta-
los derechos fundamentales de las do civil y orientación sexual.
personas físicas, y especialmente
de su honor, intimidad y privacidad 6) Ley de Mediación Familiar
personal y familiar.
Ley vasca 1/2008, de 8 de febrero,
2) Ley de Violencia de género de Mediación Familiar, y que regula
la mediación familiar como proce-
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dimiento de resolución extra-judicial objeto garantizar los derechos


de los conflictos que se plantean en fundamentales en el ámbito de la
el seno de la familia. Y otras leyes salud sexual y reproductiva, regular
autonómicas similares en Cataluña, las condiciones de la interrupción
Andaucía, Aragón, etc. Existe un voluntaria del embarazo (IVE) y
proyecto de ley estatal que está establecer las obligaciones de los
paralizado. poderes públicos para garantizar
estos derechos. Los principios que la
7) Ley de Identidad de género orientan son: el derecho a una
sexualidad en libertad, consciente,
La Ley de Identidad de Género segura, placentera y saludable y el
aprobada por las Cortes Generales derecho a una maternidad libre-
el 1 de marzo de 2007, y que regula mente decidida.
el procedimiento por el que las per-
sonas transexuales pueden rectificar 9) Ley del aborto
la mención de sexo en su partida
de nacimiento y, en consecuencia, La Interrupción Voluntaria del Em-
su nombre y sexo en el DNI sin ne- barazo en España o Aborto Induci-
cesidad de someterse a una ope- do se regula en el Título II de la Ley
ración genital y mediante un proce- Orgánica 2/2010 de salud sexual y
so más ágil. reproductiva y de la interrupción
voluntaria del embarazo. Esta ley
8) Ley de Salud Sexual y Reproductiva despenaliza la práctica de la inte-
rrupción voluntaria del embarazo
Ley Orgánica 2/2010, de salud durante las primeras 14 semanas del
sexual y reproductiva y de la embarazo. La ley entró en vigor el 5
interrupción voluntaria del emba- de julio de 2010. La regulación ante-
razo, que entró en vigor el día 5 de rior (Ley Orgánica 9/1985) despena-
Julio de 2010 y que tiene como lizó el aborto en varios supuestos.

3. Construcción de los relatos y demandas

Como cuestión previa aclarar que la dolo con los comentarios de aquellos
construcción del relato no la realiza que le rodean: familia, amigos, pareja,
solo el consultante, sino que es una y con los cuales ha compartido su his-
co-construcción entre el consultante y toria y por supuesto con los profesiona-
otros; la hace como decimos inmerso les a los cuales consulta, a su vez me-
en un determinado contexto, con las diada lógicamente en este caso por
influencias sociales, políticas y cultura- aquellos valores, conceptos, y teorías
les de ese contexto, co-construyén- a los que los profesionales consultados
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somos afines, es decir que, a quien dudas sobre la eficacia de la terapia y


acude el cliente para consultar, de- exigiendo resultados.
termina en bastante medida el discur-
so o relato sobre su problemática. Así Así mismo vienen después de hacer
mismo los derivantes (profesionales una selección respecto al profesional
médicos, ginecólogos, urólogos, abo- por el cual quieren ser atendidos así
gados, psicólogos, psiquiatras, etc.) como del centro y por tanto de su filo-
contribuyen también a la co-cons- sofía, gracias al estudio de nuestras
trucción del relato a través de un len- páginas web en donde pueden en-
guaje específico de su ciencia. De contrar todo tipo de información sobre
manera que nos topamos con expre- su dificultad y los tratamientos posibles.
siones tipo “tengo derecho a”, “rela- Un añadido en este punto es el mayor
ciones de pareja sanas o insanas o grado de angustia generada que los
tóxicas”, “lo normal”, “lo que sabemos clientes expresan, ya que todos sa-
que deberíamos hacer”; todas ellas bemos que leer en Internet solo sirve
muestras de que el lenguaje es un para aumentar nuestra preocupación.
vehículo que va más allá de su uso.
En cuanto a las demandas eróticas
Respecto de la erótica masculinas podemos decir que clara-
y los encuentros mente manifiestan deseos, temores y
dudas sobre la eficacia o convenien-
Como ya hemos visto anteriormente cia del uso de fármacos; utilizan un
hallamos bastantes elementos de con- lenguaje más técnico y por tanto más
texto que han influido en los relatos. En auto-etiquetado, que de alguna for-
lo que se refiere a las demandas eróti- ma luego tenemos que deconstruir; y
cas explicitas remarcar la influencia un claro aumento en las demandas
de Internet y el correspondiente acce- de DSI en hombres, hecho que delata
so a literatura científica en varios sen- la exigente expectativa social sobre
tidos: por un lado la posibilidad del cuánto tiene que desear un hombre,
autodiagnóstico, con el consecuente cómo debe expresar su deseo y cómo
auto etiquetado, que no hace sino debe mostrarse ante la nueva y re-
dar sentido identitario a la dificultad clamante sexualidad femenina.
expresada, (con frases tipo “soy eya-
culador precoz” o “tengo vaginismo”) En lo referente a las demandas eróti-
y por otro el conocimiento de las op- cas femeninas, vemos que las dificul-
ciones de tratamiento, hasta el punto tades de orgasmo son menos frecuen-
de encontrarnos con casos que rela- tes, en parte debido a los avances
tan haber practicado las técnicas tecnológicos, en concreto al desarro-
propuestas sin haber logrado solucio- llo de la juguetería erótica (con seme-
nar la dificultad, y en ese sentido lle- jantes artilugios podemos afirmar que
gan a la consulta manifestando sus no hay clítoris que se resista) y sin em-
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bargo sí se plantea la inadecuación nes y dudas que constantemente aso-


con la pareja, en el sentido de incom- lan a nuestros clientes salpicando sus
patibilidad del coito con el uso de ju- relatos de trasfondos morales.
guetes, bien por actitudes de la pareja
renuentes a su uso, bien por pudor en En general, la expectativa de logro es
reconocer ante la pareja las ventajas más alta, y por tanto la presión para el
de utilizarlos. Respecto de las dificulta- terapeuta, así como para los propios
des para la excitación y las relativas al consultantes, mayor.
deseo, suelen reivindicar con cierto
enfado el por qué no existen fármacos Respecto del hecho de ser padres
expresamente diseñados para los
“trastornos femeninos” (como si fueran Sin duda uno de los hechos relevantes
menos graves y por ende menos tra- y que más han influido en el relato de
tables), así como pornografía específi- los clientes ante la dificultad o imposi-
ca en claves femeninas. bilidad de ser padres por la vía natural
ha sido la recurrencia a todo tipo de
Otra demanda que venimos escu- métodos de ayuda para la fecunda-
chando en los últimos tiempos es la de ción, o técnicas de reproducción asis-
personas que viven su relación erótica tida. Sobre todo cuando éstas no re-
y amatoria de manera problematiza- sultan eficaces, lo cual lleva a los
da, quedando así patente que la difi- sujetos a la desesperación y la frustra-
cultad se da en el encuentro y no en ción, cuestión ésta que queda refleja-
el individuo, sin responder sus síntomas da en sus discursos.
a ningún cuadro clínico concreto, es
decir, ni ellos mismos pueden “etique- A pesar de tratarse de cuestiones que
tar su problema”, lo que no significa están a la orden del día, no deja de
que no lo tengan, sencillamente lo su- sorprendernos observar en los consul-
fren, están agobiados, no coinciden tantes cierto pudor a la hora de reco-
sus niveles de deseo, y sus orgasmo nocer que para conseguir un embara-
son flojos (“sin fuegos artificiales”), así zo han tenido que recurrir a este tipo
que su demanda no es ni más ni me- de técnicas. Algo parecido ocurre en
nos que la de mejorar su vida sexual, y los casos en que se ha practicado
aumentar su satisfacción erótica. una interrupción voluntaria del emba-
razo, e incluso si éste ha ocurrido de
El mundo de las fantasías eróticas es forma fortuita. Y por supuesto lo mismo
otro campo no exento de tribulacio- podemos decir en los casos de adop-
nes, desde si es bueno compartirlas o ciones, teniendo la oportunidad de ser
no en pareja, hasta la conveniencia o testigos del impacto psicólogico que
no de realizarlas en la práctica sacán- ha supuesto para muchas personas
dolas así del plano de la fantasía para tener conocimiento de que no son
llevarlas al de los deseos, son cuestio- hijos naturales de sus padres.
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De alguna manera vemos que el perdura es la preocupación por el im-


hecho de no poder tener hijos clara- pacto psicológico de la ruptura en los
mente influye en sus relatos, confir- menores (el famoso trauma) aun y
mando una vez más que vivimos en un cuando empieza a ser norma y no ex-
tiempo en el que hemos pasado de cepción en el sentido de que los niños
“los hijos del deseo al deseo de los en la actualidad están socializados en
hijos”. el divorcio.

Respecto a la ruptura Respecto de la gestión


de las emociones
Lo primero que observamos es una
cierta asunción de la posibilidad de la Si hay un espacio en donde se gene-
ruptura. Y un fenómeno que no por ralizan lo temores y se amplifica la
novedoso resulta menos curioso, que alarma social es en todo lo referente a
es el del contagio en las separaciones. la expresión y gestión de las emocio-
Es frecuente escuchar en la consulta nes. Son muchos los relatos de los
que personas de su entorno han deci- clientes que atendemos en los que se
dido divorciarse y que eso ha supuesto refieren preocupación, e incluso cierto
una crisis en el seno de la relación, temor en el manejo y gestión de la ira
provocando un claro efecto dominó. de sus parejas (“a ver si un día me
Por ese mismo motivo una de las de- hace algo”). Algo similar ha ocurrido
mandas que plantean en su relato es con lo celos, que han pasado de ser
el deseo de intentar salvar la relación un estado a convertirse en una carac-
y, si eso no fuera viable, poner las ba- terística identitaria del individuo, o sea:
ses para hacer una separación lo me- se es celoso, no se está celoso. Así
nos trágica y lo más pacífica posible mismo la socialización y alarma social
(“o para arreglarlo o para acabarlo generada por los casos de violencia
bien”). Es obvio que los cambios en la doméstica no hacen sino incorporar
legislación vigente, y la normalización en sus discursos, o bien un aumento de
de la ruptura, han allanado el camino, expresiones tipo “maltrato psicológi-
propiciando también que los consul- co” (acompañado a veces de la per-
tantes planteen con más regularidad tinente encuesta sobre maltrato reali-
su intención y deseo de utilizar la tera- zada por Internet, que no arroja más
pia y la mediación como fórmula de que cifras escalofriantes sobre la pre-
resolución de conflictos a la hora de valencia del mismo en nuestra socie-
disolver la relación de mutuo acuerdo dad), tanto por parte de hombres
y no litigante. Así mismo expresan como de mujeres, en lo que antes
también la posibilidad de la custodia venía a denominarse peleas conyuga-
compartida o alterna como mecanis- les; así como la excusación y defensa
mo de igualdad en el cuidado de los de la pareja, ante la sospecha infun-
menores. Y cómo no, lo que todavía dada, con frases como “pero no me
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ha puesto nunca la mano encima” Algo similar ocurre en personas con


cuando hablamos de peleas o en discapacidad intelectual o física. Con
términos harto frecuentes de las “faltas frecuencia son sus propios tutores los
de respeto” que dicen haberse que les traen a la consulta y vemos
hecho. cómo personas con capacidad inte-
lectual limitada o limitaciones en su
Respecto de la diversidad movilidad expresan sus dificultades
y la discapacidad eróticas en los mismos términos que
personas sin discapacidad, siendo así
En parte debido a los cambios legisla- mismo usuarios de pornografía, jugue-
tivos, pero en parte también a la ge- tes eróticos, servicios de prostitución,
neralización y popularización en el relaciones homosexuadas, etc.
acceso a la información, llegamos a
gente a la que antes no llegábamos, o Por último habría que hablar de los
dicho de otro modo: más patologías menores con delitos de abusos sexua-
requieren de tratamiento y por tanto les y de pederastia por descargas de
de nuestra ayuda. material pornográfico de menores en
la red, que obviamente manifiestan su
Ya no es un problema ser homosexual, perplejidad ante el desconocimiento
aunque todavía hay gente que con- de la gravedad de los hechos que se
sulta porque no lo llevan bien del to- les imputa y que, curiosamente, son
do; pero las parejas del mismo sexo sí “castigados” (como medida alternati-
son compradores de terapia por dife- va de condena) a realizar un progra-
rencias de criterios en la convivencia, ma psicoeducativo de educación
y manifiestan tener conflictos en el or- sexual que tenga como finalidad su
den de ser padres, y llevan una vida rehabilitación.
erótica conflictuada susceptible de ser
tratada y mejorada. Respecto del momento
en el ciclo vital
Es frecuente también la consulta por
parte de padres preocupados que Veinte años de consulta dan para
observan en sus hijos problemas de mucho y nos ha permitido la posibili-
identidad (transexualidad en menores) dad de conocer largas historias de
o de orientación del deseo erótico, y vida, siendo en ocasiones testigos de
ya sabemos, los padres hacen lo que la evolución de los clientes en diferen-
sea porque sus vástagos sean felices, tes momentos de su ciclo vital. De esta
hasta convertir los problemas de sus manera escuchamos distintos relatos
hijos en propios, construyendo de esta de una misma persona condicionados
forma un problema, donde antes te- por el contexto concreto y cambiante
níamos un momento difícil en el ciclo en el que éstos son relatados. Atender
evolutivo del sujeto. las dificultades de alguien cuando
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empieza una relación, seguirles en la Así mismo, decir que el rango de edad
iniciación al hecho de ser padres, de los consultantes se ha ampliado a
acompañarles cuando empiezan a límites antes insospechados; desde
tener conflictos y crisis convivenciales, personas muy mayores que vienen
ayudarles en la separación y posterior traídas por sus propios hijos hasta per-
ruptura, y todavía ser testigos de pos- sonas muy jóvenes que vienen acom-
teriores relaciones de esa mismas per- pañadas de sus padres, o de jóvenes
sonas nos permite un estudio longitu- a los que les pagan las consultas
dinal del relato de gran interés. Lo que sexológicas sus padres porque son es-
se denomina Historias de Vida. Dicho tudiantes y no disponen de ingresos.
de otra forma y en palabras llanas “la
vida da muchas vueltas”.

4. El cambio a través de la modificación del relato:

Ya para terminar hablaremos de la nos y fracasos cuya única explicación


inducción al cambio a través de la es el intento obcecado del terapeuta
modificación creativa del relato. Co- por forzar una modificación del relato
mo terapeutas, nuestra intención y que el sujeto no puede encajar. Es ex-
esfuerzo van encaminados a esa tremadamente importante validar tan-
transformación aportando nuevas to los aspectos cognitivos como los
perspectivas a la dificultad planteada, emocionales de los clientes y sus rela-
ampliando los focos de atención, in- tos, porque lo verdaderamente impor-
corporando otros vocablos y una ter- tante es que el relato resultante sea
minología más alejada de la proble- más benévolo para su narrador y le
matización, proponiendo otras teorías permita vivir la experiencia de manera
explicativas, resaltando los logros y más positiva.
minimizando las dificultades de los
consultantes; en suma, describiendo En último extremo quiero poner sobre
un nuevo marco para la comprensión la mesa cuánto nos urge la creación
de la experiencia; todo ello con mu- de un lenguaje sexológico propio, que
cho cariño y paciencia, aceptando incorpore claves de comprensión y
las resistencias y ponderando las dis- cultivo en su esencia a la vez que la
crepancias, respetando sus tiempos y redacción de un mapa clasificatorio
acompañando en todo momento a la de las dificultades eróticas de los suje-
persona que nos pide ayuda. A me- tos desde la Sexología, los sexos y sus
nudo nos encontramos con abando- encuentros y desencuentros.
ANÁLISIS SOBRE LA INFLUENCIA
DE LA EDUCACIÓN SEXUAL
EN MENORES DE 13 A 15 AÑOS
EN LOS DIFERENTES
CONTEXTOS EDUCATIVOS

Informe de Investigación 2013

Ismene Camarero Piñol


Sendoa Gómez Guerra

SEXKUNTZA
Equipo educativo sexopedagógico
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ANÁLISIS SOBRE LA INFLUENCIA


DE LA EDUCACIÓN SEXUAL
EN MENORES DE 13 A 15 AÑOS
EN LOS DIFERENTES
CONTEXTOS EDUCATIVOS

Informe de Investigación 2013

.......................................................................................................................
Ismene Camarero Piñol
Sendoa Gómez Guerra

SEXKUNTZA
.......................................................................................................................

Programa de educación sexual del Instituto SÔMA (Bilbao)


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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN

JUSTIFICACIÓN

RESUMEN DE DATOS ESTADÍSTICOS

RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

CUESTIÓN 1: Me parece interesante y necesario este taller de educación sexual.

CUESTIÓN 2: Puedo hablar de sexo con…

CUESTIÓN 3: En las relaciones sexuales se puede sentir…

CUESTIÓN 4: En una buena relación de pareja tiene que haber…

CUESTIÓN 5: En las relaciones de pareja lo que más he visto es…

CUESTIÓN 6: Aprendo de sexo y mi sexualidad en…

CONCLUSIONES Y REFLEXIONES FINALES


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INTRODUCCIÓN

Con este informe queremos presentar do y el análisis y reflexión de todos


los resultados de una encuesta reali- ellos. Aunque la investigación, se con-
zada a todo el alumnado de 2º de la forma de una encuesta inicial de 9
ESO de centros educativos de Sestao ítems y una encuesta final de 7 ítems
(Bizkaia). La encuesta se realizó duran- (repetidos algunos de estos en ambas
te los talleres de educación sexual que encuestas), hemos recogido los 6
se impartieron durante el año 2013 en ítems que nos parecían más interesan-
los distintos centros educativos, gra- tes para este informe, puesto que los
cias al Centro de Información Juvenil restantes estaban pensados para tra-
de Sestao, el cual lleva apostando por tar algunos contenidos del programa
la educación sexual más de 15 años con el propio alumnado. Finalmente,
ininterrumpidamente. el informe acaba con unas conclu-
siones y reflexiones que esperamos
A lo largo de este informe exponemos puedan servir de guía para próximas
los datos y resultados estadísticos de 6 intervenciones educativas con el
ítems pertenecientes a la encuesta alumnado.
inicial y final que respondió el alumna-

JUSTIFICACIÓN

Cada año, desde 2008, a través del y carencias del alumnado, así como
Centro de Información Juvenil de Ses- sus potencialidades y recursos. En este
tao, se ofrecen los talleres de educa- informe presentamos los resultados ob-
ción sexual a todos los centros educa- tenidos. A través del análisis y reflexión
tivos de secundaria que quieran sobre estos, pretendemos impulsar una
participar. Trabajamos, generalmente educación sexual de calidad, mejo-
con el alumnado de 2º de la ESO, la rando el trabajo en el aula y, al mismo
sexualidad y las emociones que tiempo, proponiendo mejoras en el
acompañan esta realidad. Durante contexto educativo cotidiano.
estos talleres y a través de la relación
que se genera con las chavalas y los En definitiva, el objeto de esta encues-
chavales, somos capaces de detectar ta ha sido analizar la situación actual
distintas necesidades y, en algunos del alumnado en materia de educa-
casos, carencias con respecto a la ción sexual; su predisposición para es-
educación sexual de los alumnos y tudiar la materia, su grado de satis-
alumnas. facción con el programa Sexkuntza, su
idea sobre las relaciones sexuales y de
Este año hemos querido recoger de pareja y las fuentes de información de
manera más objetiva las necesidades que disponen. Para ello, se ha tenido
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en cuenta los diferentes contextos de está en manos de todos y cada uno


estos adolescentes; personal, escolar, de los agentes educativos que rodean
familiar y social. al alumnado y Sexkuntza quiere jugar
un papel decisivo en la actualización
La idea que tenemos sobre la sexuali- del modelo de educación sexual
dad ha sufrido grandes cambios en los acercando el Hecho Sexual Humano
últimos tiempos. La educación sexual a los contextos educativos de una
cada día está más presente y se valo- forma sencilla, cercana y, sobre todo,
ra más importante en la educación de proporcionando información y forma-
niñas, niños y, especialmente, de ado- ción de calidad a todos los agentes
lescentes. Hoy en día sabemos que la que lo soliciten.
educación sexual es una materia que

RESUMEN DE DATOS ESTADÍSTICOS

Este año el Centro de Información Ju- En las encuestas realizadas hemos


venil ha conseguido hacer llegar el querido recoger datos sobre la edu-
programa Sexkuntza a todo el alum- cación sexual que reciben los partici-
nado de 2º de la ESO de Sestao, ya pantes en sus contextos cotidianos, el
que todos los centros educativos de interés sobre la sexualidad, la visión
Sestao han participado de éste. En que tienen sobre las relaciones de pa-
total, el programa se ha desarrollado reja y sexuales, los modelos que reci-
en 11 grupos de 2º de la ESO, llegando ben en su entorno, así como las emo-
a 183 adolescentes; 82 chicas y 101 ciones asociadas a esas relaciones,
chicos. entre otras cuestiones.

RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

Mostramos a continuación algunos de 3-. En las relaciones sexuales se puede


los resultados de la encuesta inicial y sentir…
final organizados por preguntas con el 4-. En una buena relación de pareja
siguiente orden: tiene que haber…
5-. En las relaciones de pareja lo que
1-. Me parece interesante y necesario más he visto es…
este taller de educación sexual. 6-. Aprendo de sexo y mi sexualidad
2-. Puedo hablar de sexo con… en…
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1. ME PARECE INTERESANTE Y NECESARIO ESTE TALLER DE EDUCACIÓN SEXUAL

TOTAL ALUMNADO

VALORACIÓN INICIAL VALORACIÓN FINAL

TOTAL ALUMNADO POR SEXOS

VALORACIÓN INICIAL VALORACIÓN FINAL


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La primera cuestión que se aborda en ma, crea cierta inquietud en los alum-
la encuesta tiene la finalidad de valo- nos que, en algunos casos, hace des-
rar, antes y después de la impartición pertar algo de ansia, acompañada
del programa, cuál es el grado de in- de prisa y descentramiento. En gene-
terés y necesidad que suscita entre el ral, valoramos de manera muy positiva
alumnado el Taller de Educación el recibimiento del programa entre el
Sexual y Emocional Sexkuntza. alumnado.

En este primer ítem podemos observar Al finalizar el programa el porcentaje


que antes de recibir el programa el del alumnado que valora algo, bas-
89% del alumnado valora como algo, tante o muy positivamente este taller,
aumenta hasta el 95%, llegando al
bastante o muy interesante y necesa-
100% en el caso de las chicas. Con
estas cifras, podemos concluir que el
Antes de recibir el programa el 89% del
alumnado está satisfecho tanto con el
alumnado valora como algo, bastante
contenido del programa, el aprendiza-
o muy interesante y necesario este je realizado y la validez de éstos para
programa. su vida cotidiana. Aún así, tanto estas
encuestas como las evaluaciones del
rio este programa. Podemos extraer programa, nos serán de gran utilidad
de estos datos, que la educación para seguir mejorando y adaptando
sexual es una matería motivadora pa- los contenidos y la metodología a las
ra las y los adolescentes ya que nece- necesidades del alumnado, las cuales
sitan cubrir un vacío existente en este están en continuo cambio.
aspecto. El alumnado recibe con de-
seo y altas expectativas el programa. Al finalizar el programa el porcentaje del
Esta motivación facilita la exposición alumnado que valora algo,
bastante o
de contenidos y la participación en las muy positivamente este taller, aumenta
dinámicas. Al mismo tiempo, las altas hasta el 95%, llegando
expectativas y la temática en sí mis- al 100% en el caso de las chicas.

2. PUEDO HABLAR DE SEXO CON...


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La segunda cuestión que se lanzó en bajo en el díalogo entre el profesora-


la encuesta, hacía referencia a la po- do y el alumnado, así como en la
sibilidad que el alumnado percibe te- educación sexual que reciben en el
ner para hablar de sexo en su contex- centro escolar.
to más próximo. Debían valorar en
mayor o menor grado la viabilidad Esta cuestión en concreto, por un la-
que tienen de conversar sobre sexo do, nos hace reflexionar sobre el bi-
con figuras referentes como: amista- nomio figuras educativas y educación
des, familia, profesorado,… en su vida sexual de los menores. Los datos a este
cotidiana. respecto, nos llevan hacia dos reali-
dades bien distintas pero que, en defi-
La percepción del alumnado con res- nitiva, tienen un mismo resultado, que
pecto a esta cuestión es especialmen- es la falta de comunicación y diálogo
respecto a la sexualidad de los meno-
Pueden hablar de sexo con amigos o amigas res.
más de un 80%
de las chicas y chicos encuestados. La primera de estas realidades es la
existencia de un modelo de educa-
te llamativa. Por un lado, manifiestan
ción sexual con muchos tabúes y, pre-
que pueden hablar de sexo con ami-
sumiblemente, muy individual, muy
gos o amigas más de un 80% de las
restringido a lo íntimo y, por lo tanto,
chicas y chicos encuestados, lo cual
podemos valorar positivamente. Esto El 66% de los encuestados dice no hablar
puede siginificar que comparten sus nada de sexo con el profesorado.
inquietudes con sus iguales. Sin em-
bargo, si ponemos el foco en el papel poco compartido en la cotidianidad
de los adultos, la valoración cambia entre figuras educativas y educandos.
radicalmente y el 73% dice no hablar Lo cual nos muestra que, aunque es-
de sexo nada, poco o muy poco con temos en un cambio de modelo, to-
su familia y este dato aumenta hasta davía arrastramos muchas cuestiones
el 92% cuando se pregunta sobre sus antiguas y oxidadas, al tiempo que
profesoras y profesores. Cabe desta- vivimos pequeñas dosis de frescura y
car especialmente que el 66% de los nuevos aires de modernidad sexual.

El 73% dice no hablar de sexo nada,poco La segunda de estas realidades se


o muy poco con su familia y este dato asienta sobre la cultura más moderna
aumenta hasta el 92% cuando se pregunta y apegada al libertinaje sexual, la cual
sobre sus profesoras y profesores. está carente de un modelo concreto
de educación sexual y, por lo tanto,
encuestados dice no hablar nada de avanza sin objetivos ni metas educati-
sexo con el profesorado, dejando la- vas, más allá del aumento de la sen-
tente una evidente necesidad de tra- sación de libertad sexual que, por otro
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lado, difícilmente se consigue sin una mación sexual que intercambian los y
mayor claridad sobre el Hecho Sexual las adolescentes entre sí. Es fácil dirimir
Humano y su puesta en escena en la que la calidad de esta información se
educación cotidiana. corresponderá directamente con el
contraste informativo que estos meno-
Ambas cuestiones pueden dar un pe- res puedan hacer entre distintas fuen-
queño (aunque no exacto) marco pa- tes. Pero si sólo pueden acudir a fuen-
ra poder entender mejor los datos que tes de baja calidad o que distorsionan
arrojan estas estadísticas, siempre en- el Hechos Sexual Humano, reducién-
tendiendo que son múltiples y, posi- dolo al coito u otras prácticas, nor-
blemente, inabarcables los factores malmente, podemos concluir que se-
que nos llevan a los resultados aquí ría de gran ayuda aumentar las
expuestos. fuentes de información sexual de cali-
dad donde familia y profesorado tie-
Por otro lado, esta reflexión y los datos nen un especial papel que cumplir,
de este ítem nos permite cuestionar- como veremos a lo largo de esta in-
nos qué calidad puede tener la infor- vestigación.

3. EN LAS RELACIONES SEXUALES SE PUEDE SENTIR...


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La tercera pregunta pretende ofre- Sin embargo, hay una emoción agra-
cernos una idea de cuáles son las dable que disminuye notablemente su
emociones que este colectivo tiene porcentaje. Solo un 41,5% del alum-
más asociadas a las relaciones sexua- nado reconoce la libertad como una
les desde su propia perspectiva. Con emoción ligada a las relaciones
ello queremos saber cuáles son las sexuales. Desde Sexkuntza considera-
emociones agradables y desagrada- mos que el concepto de libertad está
bles que el alumnado puede percibir y inevitablemente ligado a la alegría, el
se dan en las relaciones sexuales. Para deseo, el amor y el placer, anterior-
este ítem se han facilitado 19 palabras mente mencionados. Por ello, sería
interesante que el alumnado tenga
Las cuatro emociones agradables que más acceso a este tipo de reflexiones. De
identifican los y las adolescentes con las
relaciones sexuales son la alegría, el de- Las emociones desagradables que más vin-

seo, el amor y el placer. culan los menores a las relaciones sexuales


[…] el enganche, la vergüenza
y el dolor.
que designan diferentes emociones y
sentimientos, y la opción “otros” para modo que la libertad pueda volver a
recoger otras opciones. Emociones ser vinculada con estas emociones
que se pueden considerar agradables: agradables y puedan ser vividas en su
alegría, amor, deseo, placer, libertad y plenitud y, en consecuencia, también
en ocasiones sorpresa. Las emociones las relaciones sexuales.
que podemos considerar desagrada-
bles son: celos, miedo, enfado, tristeza, En cuanto a las emociones desagra-
confusión, perdido, rabia, enganche, dables que más vinculan los menores
vergüenza, asco, ahogo, humillación, a las relaciones sexuales caben des-
dolor, exigencia y sorpresa en ocasio- tacar: el enganche (37,7%), la ver-
nes. güenza (33,3%) y el dolor (31,1%), y en
menor medida; el miedo (17,5%), los
Si atendemos a los porcentajes de la celos (15,3%), la confusión (11,5%) y la
encuesta general, se puede observar
que las cuatro emociones agradables
Es por ello que este programa
que más identifican los y las adoles-
pone un especial énfasis
centes en las relaciones sexuales son
en ampliar el Hecho Sexual
la alegría (59,6%), el deseo (72,1%), el
Humano más allá de la educación
amor (85,8%) y el placer (90,7%), ésta
sexual tradicional, queriendo
última destacando por encima de to-
mostrar la importancia
das.
de la gestión emocional,
especialmente en el encuentro
Por tanto, entre un 59,6% y un 90,7%
y la relación, en el desarrollo
del alumnado vincula emociones
de esta materia.
agradables con relaciones sexuales.
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exigencia (9,3%). Una vez más, los da- tiempo, destacan el peso que tienen
tos nos resaltan la importancia de las emociones en la forma de vivir las
ofrecer una educación sexual que fa- relaciones sexuales.
vorezca relaciones saludables y, al
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Observando la misma pregunta dife- bos sexos. A diferencia de las chicas,


renciada por sexos, podemos observar más del 45% de los chicos dicen que
la realidad de otra manera. Por ejem- se puede sentir enganche y libertad
plo, en los valores más altos: placer en las relaciones sexuales. En cambio,
(90,7%), amor(85,8%), deseo(72,1%) y a diferencia de los chicos, más de un
alegría(59,6%), destaca una diferencia 41% de las chicas dicen que se puede
de 12,5% más de chicas (92,7%) que sentir vergüenza y dolor en las relacio-
de chicos (80,2%) que dicen que se nes sexuales. Atendiendo a otros as-

Entre las emociones que más valo- Y las emociones que más valoran
ran las chicas por encima los chicos por encima de la valora-
de la valoración de los chicos en- ción de las chicas destacan:

Vergüenza (dif.: +23,7%) Enganche (dif.: +17,5%)


chicas 46,5%/chicos 22,8%, chicos 45,5%/chicas 28%,
Dolor (dif.: +18,7%) Libertad (dif.: +13,4%)
chicas 41,5%/chicos 22,8%, chicos 47,5%/chicas 34,1%,
Amor (dif.: +12,5%) Exigencia (dif.: +8%)
chicas 92,7%/chicos 80,2%, chicos 12,9% / chicas 4,9%,
Miedo (dif.: +10,3%) Placer (dif.: +7,5%)
chicas 23,2%/chicos 12,9% y chicos 94,1%/chicas 86,6% y
Deseo (dif.: +6,3%) Alegría (dif.: +4,1%)
chicas 75,6%/chicos 69,3%. chicos 61,4%/chicas 57,3%

puede sentir amor en las relaciones pectos, cabe destacar que casi el
sexuales. Y una diferencia de 7,5% doble de chicas (23,2%) que de chi-
más de chicos (94,1%) que de chicas cos (12,9%) dicen que se puede sentir
(86,6%) que dicen que se puede sentir miedo en las relaciones sexuales. Del
placer. Del mismo modo, existe una mismo modo, más del doble de chicos
diferencia del 6,3% más de chicas (12,9%) que de chicas (4,9%) apuntan
(75,6%) que destaca el deseo por en- a la exigencia como emoción asocia-
cima del valor de los chicos (69,3%). Y da a las relaciones sexuales.
por último existe una diferencia del
4,1% más de chicos (61,4%) destacan Aunque no vamos a extendernos en
la alegría por encima del valor de las las causas de estas diferencias entre
chicas (57,3%). los sexos, por ser múltiples y variadas, sí
queremos constatar que existen. Y
De todos estos datos nos llama mucho consideramos imprescindible dar valor
la atención las grandes diferencias a esas diferencias para elaborar obje-
que se observan en la percepción de tivos educativos en el ámbito de la
algunas de las emociones entre am- sexualidad.
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4. EN UNA BUENA RELACIÓN DE PAREJA TIENE QUE HABER...

En este cuarto ítem hemos querido (94%), el respeto (94%) y la confianza


recoger del alumnado la idea que tie- (91,3%) como aspectos más desea-
nen sobre qué elementos han de apa- bles en una relación. Tras ellos, men-
recer en una buena relación de pare- cionan la necesaria presencia de los
ja. Para ello, se les invitó a imaginar mimos (79,2%), la fidelidad (77%) y la
una relación de pareja deseable para atracción (73,2%), seguidos de la
ellas y ellos. amistad (61,7%) y el deseo (60,1%). En
algunos de estos aspectos más de-
Con respecto a la idea sobre las rela- seables para los participantes se per-
ciones de pareja que tiene el alumna- ciben diferencias entre los sexos. Ob-
do, la gran mayoría nombran el amor servamos, por ejemplo, una diferencia
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del 9,6% más de chicas (82,9%) que centaje, es el control. El 40,4% de los
de chicos (72,3%) que valoran la fide- participantes considera el control co-
lidad como aspecto que debe estar mo elemento importante en una rela-
presente en una buena relación de ción de pareja. Desde Sexkuntza con-
pareja. La atracción como elemento sideramos el control como un indica-
presente en una buena relación de indicador de falta de confianza y de
pareja, también presenta una diferen- seguridad en uno mismo o en el otro,
cia de valor del 8,7% más por las chi- así como potenciador de relaciones
cas (78%) que por los chicos (69,3%). de pareja poco saludables. Este dato
Cabe destacar otra pequeña diferen- nos invita a reflexionar sobre el modelo
cia ya que las chicas (96,3%) valoran de pareja que el alumnado está cons-
un 4,2% más que los chicos (92,1%) el truyendo, siendo una de las piezas
amor y el respeto, ambos con los mis- fundamentales el control, según indi-
mos porcentajes. Entre los demás can las encuestas.
elementos que más valoran en una
Una pequeña parte del alumnado considera
relación de pareja no se encuentran
que tiene que haber en una buena relación de
diferencias significativas ya que éstas
pareja: discusiones, celos, peleas,
no sobrepasan el 2,9%. Desde Sexkunt-
miedo y también insultos
za, aunque valoramos positivamente
y violencia.
gran parte de estos elementos como
indicadores de relaciones saludables, Nos parece importante resaltar que
somos conscientes de que es necesa- sería de gran ayuda para las y los me-
rio trabajar estos conceptos puesto nores tener acceso a modelos de pa-
cada chica o chico le da un significa- reja alternativos basados en la con-
do diferente a cada uno de ellos, co- fianza y la seguridad en uno mismo y
mo por ejemplo las variadas ideas so- en el otro. Así como facilitarles un es-
pacio para expresar las emociones
El 40,4% de los participantes considera el relacionadas con la necesidad de
control como elemento importante en una control en la pareja y formarles en la
relación de pareja. gestión de sus propias emociones, pa-
ra que puedan utilizarlas a favor y no
bre el concepto del amor. Otro aspec- en contra de su propio bienestar.
to que aparece es el cuidado (39,3%),
donde se observan diferencias entre También vemos como dato destaca-
los sexos. Un 10,4% más de las chicas ble en este ítem que una pequeña
(45,1%) que de los chicos (34,7%) opi- parte del alumnado considera que
na que el cuidado debe estar presen- tiene que haber en una buena rela-
te en una buena relación de pareja. ción de pareja discusiones (12%), ce-
los (11,5%), peleas (6%), miedo (3,3%)
Otro elemento destacado entre las y y, también, insultos y violencia (1,6%
los participantes que nos llama espe- ambos). Desde Sexkuntza considera-
cialmente la atención, por su alto por- mos que, aunque sea un porcentaje
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reducido, ningún menor debería tener rompiendo la base de la idea que


como referente de una relación salu- muestra el alumnado. Por otro lado, los
dable la violencia, los insultos, el mie- celos son una emoción que nace del
do o las peleas. Por eso, vemos nece- miedo a la pérdida del otro y del en-
sario atender esta realidad para que fado por haber sobrepasado los límites
estos aspectos sigan reduciendo su que, cada uno entiende, tiene la rela-
presencia. ción. Cuanto mayor es el miedo y el
enfado, más intensos son los celos. Por
Los celos, concretamente, son tam- ello, creemos que los celos no tienen
bién un elemento del que se habla relación directa con el amor, sino con
mucho durante las sesiones y que mu- estas emociones. Una vez más hemos
chos menores consideran como indi- de destacar la importancia que tiene
cador de amor. La idea que se sostie- educar en la gestión de las emociones
ne es la siguiente: cuantos más celos, en relación con la educación sexual,
mayor es el amor que se siente. Frente puesto que ambas están íntimamente
a esto creemos, por un lado, que el ligadas.
amor no se puede medir en cantidad,

5. EN LAS RELACIONES DE PAREJA QUE CONOZCO LO QUE MÁS HE VISTO ES...

En este ítem recogemos cómo percibe ciones de pareja que conocen. El res-
el alumnado las relaciones de pareja peto, es señalado por un 9,3% más de
que observan en su vida cotidiana, chicas (77,4%) que de chicos (67,7%)
con el fin de comprender los modelos como aspecto observable en las rela-
de relaciones a los que están expues- ciones que conocen. Y por último, la
tos los y las menores. confianza, la han visto un 5,3% más de
chicas (75%) que de chicos (69,7%) en
Según las y los encuestados los aspectos las relaciones de pareja que conocen.
que más observan en las parejas
que conocen son: el amor Los mimos y la atracción (67,8% am-
el respeto y la confianza. bos) son los siguientes elementos que
Según las y los encuestados los aspec- más se destacan en este ítem, aunque
tos que más observan en las parejas con algunas diferencias entre los
que conocen son: el amor (85,5%) el sexos. Un 9% más de chicas (72,6%)
respeto (72,1%) y la confianza (72,1%). que de chicos (63,6%) manifiestan ob-
Si atendemos a estos tres aspectos ob- servar la presencia de mimos y un
servando las diferencias por sexos se 4,2% más de chicos (69,7%) que de
puede destacar que: un 8,9% más de chicas (65,5%) dicen percibir atracción
chicos (89,9%) que de chicas (81%) en las relaciones que les rodean.
manifiestan percibir amor en las rela-
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En las relaciones de pareja que


En las relaciones de pareja que conozco,
conozco, lo que más he visto es:
lo que más he visto es:
Chicos Chicas
12,6%
Otros 15,2%
12,0% Otros 9,5%
16,2%
72,1%
Confianza 7,1%
69,7%
67,8% Confianza 75,0%
69,7%
36,1% 65,5%
Admiración 40,4%
32,2% Admiración 31,0%
41,4%
21,4%
Amistad 67,2%
Amistad 65,7%
69,0%
32,2% 36,4%
27,4%
Insultos 10,4%
Insultos 14,1%
6,0%
54,6% 51,5%
58,3%
Violencia 6,0%
Violencia 10,1%
1,2%
66,1% 69,7%
61,9%
Respeto 72,1% Respeto 67,7%
77,4%
16,9% 20,2%
13,1%
14,1%
Miedo 13,1% Miedo 11,9%
63,6%
67,8% 72,6%
Celos 37,7% Celos 34,3%
41,7%
89,9%
85,8% 81,0%
43,4%
Cuidado 41,0% Cuidado 38,1%

Siguiendo el orden por porcentaje de El cuidado (41%) y la admiración


puntuación encontramos la amistad (36,1%) son los siguientes aspectos
(67,2%), el deseo (66,1%) y la fidelidad que señalan los encuestados que han
(54,6%) como aspectos que se ven en visto en las relaciones de pareja que
las relaciones de pareja que conocen conocen. Ambos aspectos son de
los encuestados. Aquí las diferencias gran interés para la construcción de
entre los sexos son más pequeñas. relaciones saludables.
Cabe destacar que:
Con respecto a este ítem, nos resulta
El 7,8% más de chicos (69,7%) que de mucho más llamativo y a tener en
chicas (61,9%) mencionan el deseo, el cuenta a nivel educativo, los porcen-
6,8% más de chicas (58,3%) que de tajes sobre los celos (37,7%), el control
chicos (51,5%) mencionan la fidelidad (32,2%) y las discusiones (32,2%) que
y el 3,3% más de chicas (69%) que de podemos observar en los gráficos. Pa-
chicos (65,7%) mencionan la amistad rece que para más de un tercio del
como elementos que más ven en las alumnado estos tres aspectos son
relaciones de pareja que conocen. habituales en las relaciones de pareja
que observan a su alrededor. Esto
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visto anteriormente. En este caso, que


Resultan mucho más llamativos […]
los porcentajes sobre los celos (37,7%), el
los chicos observen en mayor medida
control (32,2%), las discusiones (32,2%)… el control en las relaciones de pareja
puede tener múltiples explicaciones.
puede acabar teniendo una relación Ahora bien, nos parece de interés con
directa con el modelo de pareja que los chicos ayudarles a poner en duda
los y las menores están construyendo, esa idea, con el fin de que adquieran
donde los celos, el control y las discu- mayor seguridad en las relaciones
siones pueden jugar un papel esencial afectivas. Desde Sexkuntza nos pare-
en las relaciones de pareja de muchos ce que el control es un elemento im-
de ellos. Si el interés de la educación portante a trabajar para conseguir
se centra en ofrecer un crecimiento uno de los objetivos más importantes
personal y de pareja desde un modelo en educación sexual: potenciar rela-
crítico y constructivista, resulta de gran ciones saludables, justas e igualitarias
interés proporcionar herramientas que entre los sexos y apostamos por mejo-
posibiliten poner en cuestión los mode- rar la confianza y el diálogo.
los de relación de pareja más cerca- […] la observación, por parte
nos. Del mismo modo es necesario fa- del alumnado encuestado, de peleas,
cilitar herramientas para que los y las miedo, dolor, insultos
menores construyan su propio modelo y violencia en las relaciones
de pareja, de forma saludable y co- de pareja más próximas.
herente con sus propias experiencias y
necesidades. Otros elementos que destacan en este
gráfico son la observación, por parte
En este caso concreto también obser- del alumnado encuestado, de peleas
vamos diferencias notables entre los (16,9%), miedo (13,1%), dolor (12%),
dos sexos: las chicas (41,7%) mencio- insultos (10,4%) y violencia (6%) en las
nan los celos un 7,4% más que los chi- relaciones de pareja más próximas.
cos (34,3%), y los chicos (36,4%) men- Entre estos aspectos también desta-
cionan las discusiones un 9% más que camos diferencias significativas entre
las chicas (27,4%). El dato que más nos las chicas y los chicos. El 8,9% más de
ha llamado la atención a este respec- chicos (10,1%) que de chicas (1,2%)
to es, el control. Un 20% más de los manifiestan ver violencia en las pare-
chicos (41,4%) que de las chicas jas que conocen y un 8,1% más de
(21,4%) han visto control en las rela- chicos (14,1%) que de chicas (6%) di-
ciones de pareja que conocen. Es po- cen observar insultos entre las parejas
sible que el control en la relaciones de que conocen. También un 9,1% más
pareja tenga una unión directa con la de chicos (16,2%) que de chicas (7,1%)
falta de seguridad o con la falta de perciben el dolor y un 7,1% más de
confianza en uno mismo o en el víncu- chicos (20,2%) que de chicas (13,1%)
lo con la pareja, tal y como hemos observan las peleas como elementos
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que suelen aparecer en las parejas pectos como peleas, miedo, dolor,
conocidas. insultos y violencia en las relaciones de
pareja, nos invita a ofrecer otros mo-
Aunque son porcentajes bajos, nos delos de referencia más saludables
parece importante tenerlos en cuenta. para que puedan sumarlos e incorpo-
Pueden darnos pistas sobre modelos rarlos a su vida. El programa Sexkuntza
de pareja cercanos que estos meno- ofrece modelos diferentes de relación,
res puedan tomar como referencia. donde puedan expresarse con liber-
Ya sea en su contexto diario o, muy tad, asertividad y comprensión hacia
posiblemente, a través de los medios sí mismo y hacia las personas con las
de comunicación, que observen as- que se relacionan.

6. APRENDO DE SEXO Y MI SEXUALIDAD EN...

Aprendo sobre sexo Aprendo sobre sexo


y mi sexualidad en y mi sexualidad en

Chicos Chicas

Otros 10,9%
13,9%
Otros 7,3%
Libros 11,5%
8,9%
Libros 14,6%
Revistas 15,8%
18,8%
Revistas 12,2%
Profesores/as 14,8%
12,9%
Profesores/as 17,1%
Televisión 32,2%
27,7%
Televisión 37,8%
Internet 47,5% 62,4%
Internet 29,3%
Sexóloga 37,2% 33,7%
Sexóloga 41,5%
Videojuegos 5,5% 8,9%
Videojuegos 1,2%
Amigos/as 67,8% 64,4%
Amigos/as 72,0%
Familia 24,6% 15,8%
Familia 35,4%
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A través de esta última pregunta que los procesos escolares y, más aún, en
aquí reflejamos, queremos recoger las la relación educador-educando,
fuentes de información y aprendizaje donde el profesorado pueda ser una
que estos adolescentes perciben en su fuente de información accesible y de
contexto diario. calidad ante las necesidades educa-
tivas del alumnado en cuestiones
Las fuentes donde el alumnado considera que sexuales.
aprende más sobre sexo son las amistades
e Internet… Otro dato que nos llama especialmen-
te la atención es que la familia es
Observamos que las fuentes donde el fuente de información para un 24,6%
alumnado considera que aprende del alumnado. Este dato nos parece
más sobre sexo son las amistades destacable puesto que sólo 2 de cada
(67,8%), Internet (47,5%), la sexóloga 10 participantes manifiesta que la fa-
(37,2%) y, por último, la televisión milia es una fuente de información
(32,2%). Entre las fuentes menos men- sexual. Nuestra sexualidad es el reflejo
cionadas encontramos en primer lugar de nuestra identidad más íntima y es
los videojuegos (5,5%), seguido de en familia donde aprendemos las ba-
“otros” (10,9%), los libros (11,5%), el ses para crear nuestra propia idea de
profesorado (14,8%) y las revistas intimidad. En la mayoría de los casos,
(15,8%). Entre estos últimos, nos llama en la adolescencia comenzamos a
especialmente la atención el bajo reproducir modelos de relación que
porcentaje de alumnas y alumnos que hemos aprendido en distintos ambien-
consideran al profesorado como un tes, sobretodo en el hogar. Cada día
recurso de información sexual. Pode- nos estamos acercando más a con-
mos observar que sólo 1 de cada 10 textos que facilitan hablar de sexuali-
estudiantes encuestados considera al
profesorado una fuente de aprendiza- Sólo 2 de cada 10 participantes manifiesta
je sobre su sexualidad. Hoy en día que la familia es una fuente

asumimos que la educación sexual es de información sexual.

imprescindible para ayudar a nuestros


menores a desarrollarse como indivi- dad, especialmente en entornos más
duos completos. El profesorado es íntimos como es el de la familia. Cada
consciente de la importancia de este día existe más información, más liber-
tad para hablar, más profesionales a
Sólo 1 de cada 10 estudiantes encuesta- los que acudir y más interés con res-
dos considera al profesorado una fuente pecto al tema. Por eso, vemos impor-
de aprendizaje sobre su sexualidad. tante aprovechar estas oportunidades
para crear diálogo en la familia y dar
aspecto humano. Sin embargo, pare-
la vuelta a estadísticas como las que
ce que aún queda camino por andar
aquí presentamos. Ante esta realidad,
en la integración de esta materia en
nos cuestionamos qué está sucedien-
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do para que en este momento de li- la educación de las nuevas genera-


bertad social y sexual las encuestas ciones. La incursión de Internet en
nos hablen de ausencia de diálogo en nuestras vidas y su fácil acceso a
la familia con respecto a la sexuali- través de las herramientas digitales
dad. (smartphones, tablets,…) nos condu-
cen a pensar que su uso y manejo de-
Si ponemos el foco en las diferencias berá formar parte de la educación
visibles entre los sexos, podemos des- sexual lo antes posible. La información
tacar especialmente dos elementos: sexual (imágenes, vídeos, textos o au-
Internet es una fuente de aprendizaje dios…) a la que el alumnado tiene
un 32,7% más frecuente entre los chi- acceso a través de estos dispositivos,
cos (62,4%) que entre las chicas va en aumento. Cada día más meno-
(29,3%), y la familia es una fuente un res y jóvenes, tiene acceso “ilimitado”
19,6% más común entre las chicas a los contenidos de la red. Son capa-
(35,4%) que entre los chicos (15,8%). ces de manejar y compartir, a través
de dispositivos individuales, informa-
También podemos apreciar con- ción sexual de baja calidad y muy
trastes, aunque menores, en los datos centrada en un modelo sexual coi-
siguientes: la televisión sirve de recurso tocéntrico, al margen de figuras adul-
informativo para un 10,1% más de chi- tas. Eso genera en muchas ocasiones
cas (37,8%) que de chicos (27,7%), así una falta de contraste de esos conte-
como la sexóloga es considerada nidos convirtiéndolos en desinforma-
fuente de información para un 7,8% ción.
más de chicas (41,5%) que de chicos
(33,7%) y las amistades son, también, Estos datos respecto a las fuentes de
fuente de información para un 7,6% información, donde destacan el papel
más de chicas (72%) que de chi- de las amistades e internet por un la-
cos(64,4%). do, y por otro la familia y el profesora-
do, nos dan pistas claras para deter-
Como ya hemos comentado ante- minar la importancia que tiene la
riormente, es importante tener en educación sexual y emocional. Al
cuenta las diferencias que existen en- mismo tiempo, nos enfoca directa-
tre los sexos para ofrecer una educa- mente hacia las claves y potenciales
ción de mayor calidad. Sin embargo, líneas educativas que se pueden tejer
lo que queremos destacar de todos para fomentar y practicar una edu-
estos datos es la importancia que las cación sexual accesible, saludable y
nuevas tecnologías están teniendo en de calidad.
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CONCLUSIONES Y REFLEXIONES FINALES

Un 89% del alumnado valora intere- portantes en una relación de pare-


sante y necesaria la educación ja.
sexual. El 40,4% del alumnado encuestado
Cerca del 100% del alumnado valo- opina que el control es necesario
ra positivamente el programa Sex- en una buena relación de pareja.
kuntza. Un tercio de los menores encues-
El 92% del alumnado dice que no tados observan celos, discusiones y
habla de sexo nada, muy poco o control en las relaciones de pareja
poco con el profesorado. que les rodean.
El 73% del alumnado dice que no Las fuentes de información sexual
habla de sexo nada, muy poco o donde las y los adolescentes consi-
poco con su familia. deran que aprenden más sobre
sexo son las amistades (67,8%) e In-
Un 80% del alumnado encuestado
ternet (47,5%).
manifiesta que puede hablar de
sexo con sus amistades. Sólo 2 de cada 10 participantes
considera que la familia es una
Las emociones más significativas
fuente de información sexual.
para los y las adolescentes en las re-
laciones sexuales son: el placer, el Sólo 1 de cada 10 estudiantes en-
amor, el deseo y la alegría. cuestados considera al profesorado
una fuente de aprendizaje sobre su
Solo un 41,5% de adolescentes en-
sexualidad.
cuestados reconoce la libertad
como algo a sentir en las relaciones Hoy en día asumimos que la edu-
sexuales. cación sexual es imprescindible pa-
ra ayudar a nuestros menores a
Un tercio de adolescentes encues-
desarrollarse como individuos com-
tados vincula el enganche, la ver-
plejos y completos. El profesorado
güenza y el dolor a las relaciones
es consciente de la importancia de
sexuales.
esta cuestión. Sin embargo, parece
Los chicos asocian las relaciones
que aún queda camino por andar
sexuales más con el enganche, la
en la integración de esta materia
exigencia, la libertad y el placer.
en los procesos escolares y, más
Las chicas asocian las relaciones aún, en la relación educador-
sexuales más con la vergüenza, el educando, donde el profesorado
dolor, el amor y el miedo. pueda ser referente, claro y accesi-
Más del 90% del alumnado encues- ble, ante las necesidades educati-
tado considera el amor, el respeto y vas del alumnado.
la confianza como elementos im-
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Antes de comenzar el programa de de la gestión emocional en el desa-


educación sexual Sexkuntza, el rrollo de esta materia, especialmen-
alumnado muestra un alto interés te en el encuentro y la relación.
en él. Sabemos que la unión entre Atendiendo a esta realidad, el pro-
necesidad y motivación es ineludi- grama Sexkuntza, a través de la
ble para el aprendizaje y la forma- gestión de las emociones, orienta a
ción del alumnado. Y podemos las y los participantes en la búsque-
concluir que la educación sexual es da del propio equilibrio emocional,
una matería motivadora y necesa- trabajando aspectos como: la ex-
ria para adolescentes. Además po- posición personal ante la relación
demos destacar la implicación del con el otro, el grado de dependen-
alumnado en esta materia y el éxito cia e independencia que se genera
del programa Sexkuntza. en una relación de pareja y cues-
tiones relacionadas con el dolor
En lo que respecta a los agentes
físico y/o emocional, entre otras.
educativos más cotidianos (familia y
profesorado) el diálogo con el Observamos que existen diferencias
alumnado sobre la sexualidad, las sustanciales entre los sexos en la
relaciones sexuales y de pareja, tie- idea que tienen sobre las relaciones
ne mucho que mejorar. Teniendo sexuales. Las diferencias, tanto en-
en cuenta la baja calidad de la in- tre los sexos como intrasexos, lejos
formación sexual que puedan estar de ser un hándicap, nos ayudan a
intercambiando los y las adoles- comprender las diversas realidades
centes entre sí, se vuelve evidente y, por tanto, a entendernos mejor
el importante papel que estos entre todos. Por ello, son un valor a
agentes estan jugando en la edu- cultivar en educación sexual. Des-
cación sexual. Podemos concluir de Sexkuntza creamos un programa
que es importante y necesaria la atendiendo a las necesidades es-
formación en educación sexual pa- pecíficas de cada sexo, pero tam-
ra familias y profesorado, con el fin bién concretas de cada individuo,
de fortalecer y potenciar espacios respetando la diversidad y peculia-
de encuentro entre adultos y meno- ridad existente.
res para tratar cuestiones sexuales. Los modelos de relación que tiene
Como hemos visto a lo largo del el alumnado en su vida diaria son
estudio, las emociones están estre- esenciales para construir el suyo
chamente ligadas a la construcción propio. Es necesario potenciar la re-
de las relaciones sexuales y de pa- flexión y el espíritu crítico con res-
reja. Es por ello que este programa pecto a los modelos de relación
pone un especial énfasis en ampliar que les rodean. Desde el programa
el Hecho Sexual Humano más allá Sexkuntza apostamos por la
de la educación sexual tradicional, búsqueda de un modelo de rela-
queriendo mostrar la importancia ción propio y saludable, donde
ANUARIO DE SEXOLOGÍA © AEPS
2014 | nº 13 Página 108 de 108

puedan expresarse y compartirse La nueva misión de educadores en


con libertad. esta sociedad de la información pa-
Observamos que las principales sará por enseñar a buscar, seleccio-
fuentes de información como las nar, rechazar, cuestionar e interiorizar
amistades, Internet o la televisión dicha información. En definitiva, ense-
pueden ser fuentes de baja calidad ñarles a ser dueños de sus propios pro-
y emitir mensajes deformados de la cesos y a respetar sus propios ritmos
realidad, fomentar problemáticas en aspectos íntimos y sexuales.
en aspectos sexuales y crear mode-
los de relación, belleza y sexualidad Es imprescindible que los agentes
limitantes. Desde Sexkuntza consi- educativos asumamos nuestra respon-
deramos necesario crear espacios sabilidad con respecto a las nuevas
de diálogo y debate entre adultos y generaciones para atender esta reali-
adolescentes, de modo que estos dad con seriedad, profesionalidad y
últimos puedan compartir y contras- coherencia, abriendo posibilidades
tar la información que reciben con para ofrecerles una educación sexual
un referente adulto. Hemos de tener y emocional de calidad. Una educa-
en cuenta que la información de ción sexual que les brinde la oportuni-
calidad, por parte de los adultos, dad de descubrir su propia identidad y
brinda la oportunidad de recibir peculiaridad, aceptar la inevitable y
una perspectiva crítica y/o ade- necesaria diversidad, así como desa-
cuada al modelo familiar específico rrollar un espíritu crítico con respecto
de cada menor, potenciando las los mensajes externos. En definitiva,
relaciones familiares saludables y el ofrecer nuevos canales y espacios pa-
propio espíritu crítico de las y los ra que niñas, niños, adolescentes y
menores. jóvenes puedan transformarse y crear
contextos sociales e íntimos cada día
más satisfactorios y saludables para el
encuentro entre los sexos.

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