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La mujer rural

La Ley 731/02 en su artículo 2°, define a la mujer rural como “toda aquella que sin
distingo de ninguna naturaleza e independientemente del lugar donde viva, su
actividad productiva está relacionada directamente con lo rural, incluso si dicha
actividad no es reconocida por los sistemas de información y medición del Estado
o no es remunerada”.
De igual forma, establece que la actividad rural comprende actividades
tradicionales como las agropecuarias, forestales, pesqueras y mineras, y las no
tradicionales como el desarrollo de agroindustrias y microempresas, y otras
actividades realizadas en el marco de la ruralidad .
En Colombia se han formulado diferentes políticas para las mujeres rurales a lo
largo de la historia. En 1984, el Conpes 2109 de mayo de 1984 estableció la
“Política sobre el papel de la mujer campesina en el desarrollo agropecuario”. En
1993, el Conpes 023 de 1993 se presentó como un conjunto de medidas
adicionales a las previstas en el Documento de Política para el Desarrollo Rural
Campesino; y en el 2013, el Conpes Social 161 de 2013 de Equidad de Género
para las mujeres, señaló que la situación de las mujeres rurales merece atención
especial. Al respecto, resaltó cifras que evidencian la desigualdad económica
entre hombres y mujeres, las dificultades de las mujeres para acceder a la
propiedad de la tierra, y los estereotipos de género que afectan en mayor medida
a las mujeres, como el de “mujer-ama de casa”.
También se han promulgado varias leyes que reconocen los derechos de las
mujeres rurales. Primero la Ley 51 de 1981 “por medio de la cual se aprobó la
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer”, la cual en el artículo 14 establece como deber de los Estados Partes tener
en cuenta lo problemas especiales a que hace frente la mujer rural y el papel que
desempeñan en el sostenimiento de la economía familiar, y establece como
algunos de sus derechos, el derecho a la participación en la elaboración de los
planes de desarrollo; el acceso a la atención médica e inclusive información,
asesoramiento y servicios como el de planificación; seguridad social; gozar de
condiciones de vida adecuadas, entre otros.

Por otra parte, la jurisprudencia también se ha referido a las mujeres


rurales, en ese sentido, la sentencia C-077/171, señala algunos artículos
de la Carta Política que hacen referencia a los campesinos y a los
trabajadores agrarios, a pesar de no reconocerlos como sujetos de
especial protección constitucional per se. Por ejemplo, el artículo 64,
establece como deber del Estado adoptar medidas de acceso a la tierra y

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Sentencia C-077 del 8 de febrero de 2017, M.P Luis Ernesto Vargas Silva.
a otros servicios públicos como salud, vivienda, seguridad social,
créditos, entre otros.
La Corte constitucional en algunas sentencias como la C-021 de 1994,
M.P. Antonio Barrera Carbonell; C-006/02, M.P. Clara Inés Vargas
Hernández; C-1006 de 2005, M.P. Álvaro Tafur Galvis; y C-623 de 2015,
M.P. Alberto Rojas Ríos; “ha reiterado que los campesinos y trabajadores
agrarios son una población vulnerable que se ha encontrado
históricamente invisibilizada y, con ello, ‘tradicionalmente condenada a la
miseria y la marginación’ por razones económicas, sociales, políticas y
culturales”.

Según el estudio sobre el empleo de las mujeres rurales publicado por la CEPAL y
la FAO  en el año 2009, la población rural de América Latina y el Caribe asciende
a  121 millones de personas, de las cuales 58 millones son mujeres (48 %). (CEPAL Y FAO , 2009)
Para el caso Colombiano,  el Censo General de población del año 2005 muestra
que la población total censada compensada es de 42.090.502 habitantes, de los
cuales 31.566.276  (75%) viven en zonas urbanas; mientras que 10.524.226, ó sea
el 25%,  viven en zonas rurales. De este número,   4.999.007 son mujeres (47.5%) y
5.525.218  son hombres (52.5%) (DANE, 2005).
https://www.javerianacali.edu.co/sites/ujc/files/IMCE/mujer_rural_guias.pdf

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