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Próspero Vega,

defensor de Mejía (INAH)

Alegato de Próspero Vega


(AGN, Fondo Reservado,
vol. F, Causa)

Vega dirigió este dramático llamado a los jueces:

No mataréis al Sr. Mejía, no, porque sois agradecidos y no podéis


mandar al infamante patíbulo al que supo conservar vivos a nues-
tros más
. earos companeros- de armas! Don Tomas ,, MeJia,
.,, caud·llo
1
rea~cionario salvando siempre la vida de los liberales [... ] ¡Oh,
qule desventajosa fuera para nosotros la contraposición!, i qué pa-
1 1c1·¡ de sostener satisfactoriamente de nues tra Parte,·
ra elo tan ct·f,
.N
' o lo Permita Dios! 54
Mejía nada tu 55
vo que añadir: fue llevado a la prisión a las 16 horas.

291
El general Miguel Miramón con su reloj de bolsillo (MV)

A las 16 horas, según indica en su diario, 56 Miguel Miramón


sube al escenario. Está vestido con perfecta elegancia y se presen-
ta lleno de orgullo: "El porte de Miramón ... fue tan impresi~nant~
y avasallador", refiere Schmit von Tavera, testigo presencial _de
proceso, "que repetidas veces obligó a los jueces a baj ar la vis/ta
ante su mirada fijada en ellos". Aun en el cautiverio, Miramon
llevaba su reloj de bolsillo, abriendo la tapa y mirando la hora,
según relatan algunos de los presentes.s1

292
Los alegatos de los defensores de Miramón, Ignacio de Jáuregui y A. Moreno, con sus
firmas respectivas (AGN, Fondo Reservado, vol. F, Causa)

Ala tarde Miramón apunta en su diario que los alegatos de sus


defensores eran buenos pero pronunciados sin calor. J áuregui, cuyo
hennano había perecido en la matanza de prisioneros en Tacubaya,
el_11 de abril de 1859, atribuida a Miramón, trató de probar que su
cliente debía ser enjuiciado con base en la Constitución de 1857,
que abolió la pena de muerte para delitos políticos. Impugnó la
~:mpetencia del tribunal. Moreno, con voz casi inaudible, insistió
p~-u~ e~n ~l proceso faltaba la fase probatoria y que Miramón no
ces:.ct ru e~ la fundación del Imperio ni en la Intervención fran-
las ¡8h amon consultó su reloj varias veces con aire aburrido. A
Porta 01:r~ ~e le condujo a su prisión en las Capuchinas, seguido
lllos, estab na de los guardias. "El teatro y las calles que atravesa-
an repletos de gente. " 58

293
d d la memoria de los defensores de Maximiliano, Mariano Riv p
Porta, as d: la Torre publicada en 1867 en México, y de su traducción a1ª alacio y ~
Maronez , . d án d emana, 1-. __
G Paschen, cónsul del princ1pa o a1em e Mecklenburgo en Mé . •,q;ha I>ot
eonrad . x1co, en
1868
MEMORANDUM

m ARCHIDUOUI FRRNANIIO MUIIILl!~O DK AUSTRIA

MAR IANO JI IVA PALACIO


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OU • lhiu ur.
18&7 - - -...- .1811. - -

En México, los alegatos de los dos En Austria, patria de Maximiliano,


jurisconsultos liberales se publicaron pasó todo lo contrario. El lector de
no sólo en las propias memorias de habla alemana sólo disponía de la
éstos, que casi no comentan los traducción por Conrad Paschen
argumentos de la acusación, sino de la memoria de los defensores.59
también en varias ediciones oficiales En las memorias del doctor Bascb
completas del proceso, publicadas y de Salm Salm, que no asistieron al
bajo el patrocinio del gobierno. De proceso, sólo se publicaron algunas
este modo los mexicanos, entre los indicaciones fragmentarias. La
que había aún muchos partidarios del primera edición completa y
Imperio fracasado, podían informarse comentada en alemán publicada en
de los puntos de vista de ambos 1985, es la del autor de este libr060
partidos

Entre las 18 y las 20 horas hicieron uso de la palabra los defe~-


sores de Maxirniliano, Vázquez y Ortega. Sus alegatos fueron publi-
61
cados en el "memorándum" de 1867, arriba reproducid0 - . al
.~us argumentos principales eran la incompetencia del tnbun
militar, así como la discrepancia con la Constitución de 1857 ' qu~
no reconocia ,. 1a pena de muerte ni leyes pnvattvas.
. . c·t1 ªndo rnu
294
Coronel Platón Sánchez, presidente del consejo de guerra
(Grabado tomado de Arias, 1867)

c~os ejemplos históricos, intentaron probar que Maximiliano ba-


bia o~rado de buena fe. Ya que una sentencia condenatoria equi-
valdría a la muerte, pidieron que Maximiliano fuera absuelto.
P_Iat?n Sánchez y los vocales del consejo,62 que por falta de co-
n~c_muentos juódicos dependían de las aclaraciones del asesor
mll~t~ Joaquín Escoto, escuchaban visiblemente aburridos la ex-
f osici~n formalista y seca de Jesús María V ázquez. Tampoco los
:presionaron los ejemplos históricos de Eulalio Ortega de las
b nestª.8 consecuencias de regicidios en Inglaterra Y Francia, ni el
eUen e1e 1 · ·d t de ,la
J mp O de la clemencia concedida al ex presi en e
0nfeder · Para e11os, segun
· , sureña vencida Jefferson Dav1s.
laI . acion
eg1slac· , d ' · ·, · 'd' a esta-
ba lllá ion e la República victoriosa, la s1tuac1on JUD ic
8 que clara.

295
La princesa Inés Salm Salm (
MV)

Casa en que se alojaba Inés de Salm S


(Hidalgo 15) (CP) alm

Mientras que el proceso se desarrolla en el escenario del Teatro


de lturbide, la pareja Salm Salm no peflJlanece inactiva. Los dos
organizan el segundo gran intento de huida para Maximiliano. Ya
muy de madrugada, Inés anda aprisa por los pasillos bien vigilados
del ex Convento de Capuchinas, entregando a Maximiliano un es-
crito del príncipe Salm que contiene un plan de fuga.63 La idea es,
luego de haber sobornado a los guardias, salir del convento, mon~
los caballos, que Carlos Rubio había financiado,64 y escaparse hacia
la Sierra Gorda. Con este fin, Inés quiere sobornar a los dos corone-
les Miguel Palacios y Ricardo Villanueva, para que apoyen la fug ·
~n la tarde, Maximiliano encarga al barón Lago buscar formu ..
lanos de letras de cambio. Firma dos pagarés y de momento se 10
65
guarda. Los dos documentos extendidos por valor de 100 OOo
d'l
0
ares cada uno, a nombre de los dos coroneles, eran pagaderos
por la familia imperial de Austria.
296
Patio de la casa donde
se hospedaba Inés
Salm Salm (CP)

º
2
de1a horas.
· ·, Inés Salm Salm invita al comandante de la guardia
di . P:sion, coronel Miguel Palacios, hombre que a juzgar por su
cuano es sencillo y sobrio, a su habitación. Inés reside en dos
te artos del precioso palacio propiedad de la viuda Pepita Vicen-
ca man·do, partidario
' cuyo
Dicha · del Imperio, murió durante e 1 s1t10.
··
hecto sa se encuentra a pocos pasos del cuartel general de Esco-
1
de s ' ªCasa de los Tratados ubicada en la entonces calle Tercera
an Antonio. '

297
Recibidor de Inés Salm Salm (Y) Recámara de la princesa (Y)

Cuando tiene lugar la entrevista entre Palacios y la princesa, los


pagarés no están siquiera en posesión de la norteamericana, que
quiere utilizarlos para el soborno. Se encuentran en manos de
Maximiliano, que siguiendo el consejo del príncipe Salm Salm,
quiere obtener las contraseñas de Lago y los colegas diplomáti-
cos. Por tanto, Inés sólo puede prometer a Palacios uno de los dos
pagarés, pero no enseñárselo, como aseguró en sus memorias. En
todo caso, para Palacios, que ya sabe lo que esperaba de él la bella
princesa, los pagarés, prometidos o reales, sólo constituían prue-
b~s de que el plan de fuga era cosa seria, apoyada por algunos
diplomáticos extranjeros.
·
El intento de soborno tuvo lugar en un cuarto pequeño situa· do
por_el lado d~l patio en el primer piso de la casa señorial- ro:
recibe a Palacios en lo que llama en inglés su parlor. A travé~
eSta ~ntesala se llega a su recámara, que da a la que hoy es e e
de H1dalgo_61

298
Inés Salm Salm (INAH) Coronel Miguel Palacios (fotografía
tomada de Arroyo Llano, 1977).
Miguel Palacios era un joven de diecinueve
años. Había participado en la defensa de
Puebla contra los franceses. Después de la
caída de la ciudad fue deportado a Francia;
regresó a México en 1864, luchando a las
órdenes del general Negrete. En 1865
estuvo en el sitio de Matamoros, y en 1866
en la batalla de Santa Gertrudis. Restaurada
la República, se le ascendió a general de
brigada. Derrocado Lerdo de Tejada como
presidente, llegó a ser cabecilla
revolucionario, pasando algún tiempo en la
cárcel. Rehabilitado bajo el porfiriato,
murió en 1886 en Zacatecas68

coEl jo~en coronel resiste el intento de corromperlo por dinero o,


favmo dice un chisme queretano de la época el ofrecimiento de los
ores e ,, · '
ro
P Vocado d roticos de Inés. 69 Consciente de su deber--como agente

noch r e Escobedo-- y habiendo estado desde las diez · de 1ª


do a elaen. compan1a
- ,, de Ricardo Villanueva, que tamb'1en
" ha ac udi-
cita, no le cuesta resistir.
299
Ex.
Convento de Capuchina8,
vista de la celda de
Maximiliano (a la
izquierda) (CP)

Patio del Hotel de


Diligencias, en que se
hospedó Lago (CP)

Entre las 21 y las 22:30 horas tiene lugar el llamado "episodio de


los pagarés". A las 21 horas Maximiliano convoca a Lago. Le pide
insistentemente, con toda su autoridad moral, que ponga su contra-
seña en los pagarés, ya que según la carta de Salm Salm, la firma del
emperador no bastaría a los dos coroneles que debían asistirlos en la
fuga. Lago, a pesar de ser bien consciente de que cualquier intento
de fuga estaba condenado al fracaso, accede a las instancias de
Maximiliano e inscribe su contraseña en la letra de cambio.
22:30 horas. Lago regresa a la Casa de Diligencias, y por orden
de Maximiliano, pide a los demás diplom áticos que firmen la_s
letr~s. Sin embargo éstos, encabezados por el italiano Curtopassi,
se n_iegan a esta solicitud, ya que no quieren comprometer a sus
gobiernos. Persuaden al mismo Lago de eliminar su firma d~~ do-
cumento. Esto se hace cortándola de los pagarés con una tijera.
Cuand0 e sta noticia llegó a Austria fue una razón más para echar
sobre Lago toda la culpa por el fra~aso del intento de fuga.
300
Conclusión de la "Gran apología" del barón Lago, escrita en 1874
(HHStA, Adm. Reg. F4 181, pp. 31-218)

Difamado en las memorias de Inés de Salm Salm como causan-


te del fracaso del plan de fuga, Lago perdió su puesto en el cuerpo
diplomático de Austria. En vano justificó su acción en Querétaro
por una "Gran apología"7º sometida a su ministro de Asuntos Ex-
teriores. Aunque a él no le sirvió, a los que estudian los sucesos
ocurridos durante el proceso de Maximiliano, su exposición mi-
nuciosa de la cronología del episodio de los pagarés permite pro-
bar que el hecho de faltar las firmas diplomáticas en ellos, no fue
det~rminante para el fracaso del proyecto de fuga. El coronel Pa-
lacios, quien no había visto el pagaré destinado a él porque estaba
e? la mesa de Maximiliano o de los diplomáticos mientras éstos
discutían si debían firmar o no, simplemente se dio cuenta, por las
~:~bras de la princesa, de que el plan de fuga era una realidad.
le bastó para delatado a Escobedo.
14
, de junio. Escobedo, quien por la delación de Palacios dispo-
nia
de Sde la prueba deseada, decidió la expuls1on· " 1nme
· d'1ata de I nes
"
Tav alm Salm, así como de los diplomáticos Lago, Schmit von
era, ' Curtopass1,
Qu~~
· Forest y Hoorickx que tuvieron
· que sa1·ir de
0 ' .
para San Luis Potosí y Tacubaya, respectivamente.

30 1
El fiscal Manuel Azpíroz Conclusión de la requisitoria en que el fiscal pide
(Grabado tomado de Arias, que los tres reos sean pasados por las armas (Acta
1867) del proceso de Maximiliano)

Transcripción:

65. Por tanto, hallándose suficientemente convencidos de haber


cometido delitos contra la independencia y seguridad de la nación
y contra la paz pública y el orden, Femando Maximiliano de Haps-
burgo, que se ha titulado emperador de México, y sus generales Mi-
guel Miramón y Tomás Mejía, sus cómplices, y los tres en el caso
del artículo 28 de la ley de 25 de enero de 1862.
Concluyo por la nación, pidiendo que sean pasados por las ar-
mas los expresados reos; el primero conforme a los artículos trece
y veinticuatro, y los otros dos conforme a los artículos primero,
fracción cuarta y trece y primera parte del veintiséis de la ley de
veinticinco de enero de mil ochocientos sesenta y dos.

Querétaro, 13 de junio de 1867, Manuel Azpíroz

En la noche del viernes 14 de J.unio Azpíroz había estudiado el


,., d'10~ su
ª egato de defensa de los abogados de' Maximiliano. Ana
l
ª
requisitoria, en que pedía que los reos fueran pasados por las ar-
mas, argumentos adicionales para refutar algunas afirmaciones de
302
El presidente del consejo de guerra,
teniente coronel Rafael Platón
Sánchez (CP)

Palcos en el Teatro de la República (Lass)

los de~ensores.71 Además, esperó hasta el final para jugar su baza,


el escnto de abdicación de Maximiliano, que se había encontrado
en SU ce!da el día de la toma de Querétaro, y en el que el empera-
~or habia decretado la formación de una regencia. Desde luego,
os defensores protestaron contra el proceder de Azpíroz de pre-
sentar
· cargos Y documentos de peso que no habian ,, figura
· do en e1
interrog t · · 1
g ª ono, Y después de que ellos habían pronunciado sus a e-
atos Seg, 1 . 1·t· t
co d · un e diario de Miramón los defensores ca i icaron es ª
n ucta e . , " A , n
A 1 omo infame, y en sus réplicas "acabaron con zpuoz.
claus as 12:30, Platón Sánchez presidente del consejo de g~erra,
final ura 1ª vi·sta pública. El consejo
' i eraciones
continúa sus de l'b
es a PUert 73
as cerradas hasta la medianoche.
303
Voto particular de uno de 1
, , OS VOCaJea
fose C. Verastegui (AGN , Fondo ,
Reservado, vol. F, Causa)

Transcripción:

Encontrando a los re~s Ferna~do ~aximili~no de Hapsburgo y sus


llamados generales Miguel M1ramon y Tomas Mejía, comprendidos
el primero en las fracciones primera, tercera, cuarta y quinta del pri:
mer artículo, fracción quinta del artículo segundo y fracción décima
del artículo tercero de la ley de veinticinco de enero de mil ochocien-
tos sesenta y dos, y a los segundos en las fracciones segunda, tercera,
cuarta y quinta del artículo primero, fracción quinta del artículo se-
gundo de la misma y en el artículo veintiocho que comprende a todos
igualmente, los condeno, conforme a las penas que demarca por la
infracción de estos artículos la ya citada ley por la cual se les juzga, a
ser pasados por las armas.

Querétaro, junio catorce de mil ochocientos sesenta


y siete.-José C. Verástegui

En Europa el texto original del proceso se desconoció hasta muy


entrado el siglo XX. Curiosamente, el relato del príncipe Salm Sa)m,
que no asistió al juicio, constituyó la fuente de historiadoreS
prestigiosos como E. Conte Corti, Joan Haslip y otros. Salm 11
S:
da la versión errónea de que sólo la mitad de los vex:~es vf pcttie-
pena capital, mientras que la otra mitad se pronuncio por Sólo
rro (pena que no estaba prevista en la ley del 25 de enero).

304
Tres tinteros que los jueces usaron para poner siete firmas debajo de la sentencia de muerte
(Museo Regional de Querétaro) (Y)

voto dirimente del presidente hubiera determinado la sentencia de


muerte. En realidad, según consta en el acta del proceso, dicha sen-
tencia se tomó por unanimidad. 75 Según las disposiciones legales,
sólo procedían o bien la sentencia capital o la absolución.76
. Los votos particulares de los seis vocales son prácticamente idén-
llcos. Como ninguno de ellos poseía conocimientos jurídicos, pa-
r~en haber copiado, con algunas variantes, un texto propuesto por
~s~s~r militar, Joaquín Escoto, cuya presencia y actividad "acla-
na_ durante las deliberaciones del tribunal estaba expresamente
prescnta 11
iban por a ey del 25 de enero. El hecho de que los tres reos
cipioa~er condenados a la última pena estaba claro desde un prin-
ron 8' be acuerdo con la letra de esa ley. Los vocales sólo delibera-
º re q , d' ..
cidido 1f ue 1spos1c1ones de ella eran aplicables a los reos. De-
los voc:ie:~lo, la sentencia se redactó y firmó por el presidente y

305
.11{/.M. l'AII A ACTUAOlO.\'J.h .SU.O t. • UAIUt.lTÁbO
PlWVISIO.N.U.ME~'l'E PA KA L PJU;SE~ Tl: A . O
1!)194'lll'Utl{ll).
Direccion Ge,;eral de t·enl<U de Quert'taro, Mago 23 tú 1867.
u~. u,«,.._._ a...
r¡......,;.00
;· olf-.;.
"
~-
-~-
-~ ·. ~ ' ., ,,,

Facsímil del texto original de la sentencia de muerte de los tres reos77


(AGN, Fondo Reservado, vol. F, Causa)

~ Finalme_nte, el presidente del consejo de guerra, Rafael Platón


Sanchez, dio lectura a la sentencia fechada el 14 de junio, Yclausuró
la sesión celebrada a puertas cerradas.
306
. ción de la sentencia
rranscrtP
den del ciudadano General en Gefe del día veinte y
6
,,vista lad rMayo para la instrucción de este proceso· la de v ~uatro
sa o M' · · d G , emte y
del pa . mo mes del m1steno e 1a uerra, que se cita en la
uno del ~itsud de las cuales han sido juzgados Femando Maximi' l~nte-
. en vir . , d d M, . iano
oor, burgo que se tltu1o empera or e ex1co, y sus General
, M .,
de. lfaps ' 'T' d 1·
uel Miramón y 1omas eJ1a, por e 1tos contra la Nación, el órden
es
M~! az pública, el derecho de gentes, y las garantías individuales:
Y. Plproceso formado contra los espresados reos con todas las dili-
v1sto e y constancias
crencias · lqFu~ con,;.1e~e,
· de to do 1o cu~l ha hecho relación
: Consejo d~ Guerra e 1sca_1 1emente corone.1de mfantería c. Manuel
1
Azpíroz, habiendo codmparfec1d~ ante el Consejo de Guerra que presidió
el Teniente coro_nel e m antena per~anent~, Rafael Pla~on Sánchez:
todo bien exammado c?n la conclus1on y ?1~tamen de dicho Fiscal y
defensas, que por es~nto y de pal_abra h1c1eron ~e dichos reos sus
Procuradores respectivos: el ConseJo de Guerra ha Juzgado convenci-
dos suficientemente: que los delitos contra la Nación, el derecho de
gentes, el órden y la paz_ pública qu~ especi~ican las f~acciones prime-
ra, tercera, cuarta y qumta del articulo pnmero, qumta del artículo
segundo y décima del artículo tercero de la Ley de veinte y cinco de
enero del mil ochocientos sesenta y dos a Fernando Maximiliano; y
de los delitos contra la Nación, y el derecho de gentes, que se expresan
en las fracciones segunda, tercera, cuarta y quinta del artículo prime-
ro, y quinta del artículo segundo de la citada ley, a los reos Miguel
Miramón y Tomás Mejía; con la circunstancia que en los tres concu-
rre, de haber sido cogidos infraganti en acción de guerra el día quince
del próximo pasado Mayo en esta plaza, cuyo caso es el del artículo
veinte y ocho de la referida ley; y por tanto condena con arreglo a ella
alos expresados reos Fernando Maximiliano, Miguel Miramón y To-
más Mejía a la pena capital, señalada para los delitos referidos.
Querétaro, junio catorce del mil ochocientos sesenta y siete.- R.
Pla~o_n Sá~chez.- Una rúbrica.- Ignacio Jurado.- Una ~br~ca.-
Emiho LoJero.-Una rúbrica.- José V. Ramírez.- Una rubrica.-
Juan Rueda y Auza.- Una rúbrica.-Lúcas Villagrana.- Una rúbri-
ca.- José C. Verástegui.- Una rúbrica78

Lasenten
de . . eta · de muerte tomada por votación unánime del consejo de guerra, fechªd eldí 14
ª ª
es~:? d~ 1867 , ha sido muy controvertida desde entonces a la fecha. Sin duda, el fallo . .
que d' J:tificado desde el punto de vista legalista, basado en la ley del 25 de enero. Se cnuca
situat1 ley no fue promulgada por el Congreso, sino decretada por Benito Juárez en, u~a d
1857 qon de emergencia nacional. Es dudoso si corresponde al espíritu Yla letra del C~igo e
basan, eue1abolió lª pena de muerte para delitos políticos. Los que detiienden la sentencia se
M~ ªtazón de Estado: había que impedir a toda costa un posible retomo ?e .
ano a MéXlco·
para terminar una contienda que había agota ª
dO la nación mexicana.

307
Noticia sobre el consejo de guerra en la hoja local queretana recién fundada, La Sombra
de Arteaga, del 16 de junio de 1867

Un reportaje sobre el proceso contra Maximiliano, Miramón Y


Mejía se publicó el 16 de junio en la revista local queretana 1A
Sombra de Arteaga, título que evoca la memoria del general
Arteaga, ex gobernador de Querétaro, fusilado por orden del g~
neral imperial Ramón Méndez en virtud del "decreto negro" del 3
~e octubre de 1865. El propietario director de dicha revista, q~e
imprimía en los sótanos del ex Convento San Antonio, Luci~o
~~as YSoto, fue al parecer el único periodista mexicano que asis-
tio al proceso como testigo presencial.
308
ción de una certificación de la enfermedad de
d más men
hacía.ano·
serJaxifllÍhª e
en es
te documento se hace constar que este Señor pade-
d. , d' .
. ~ea consecutiva a una 1sentena agu 1s1ma y grave; que
cede una _di_~ debía adoptarse, además de los medios terapéuticos, un
ara su ahvt .d ncia a un lugar donde respirara el enfermo aires más
p . de rest e ' .6 d 1 , .
cambio viciados por la aglomerac1 n ~ numero tan considerable
puros Yno . aconsejaba además que se le procurara todo el reposo
de persona~/~sible. Esta certificación la firmaban el General Rivade-
flsic0 Y_mo tor del cuerpo médico militar y médico del C. General
ne~ra, ~~pe:el Basch, médico particular de Maximiliano, y los mé-
en Jefe: .ª1ems ce José Siurob, Antonio Aguirre, José Arana e Hilarión
. s c1Vl
dico •
Soto que fueron llamados en consulta.
frías Y '

Este certificado no está incluido en la causa porque se encontra-


ba en poder de Escobedo. Según menciona Basch en sus memorias,
tenía fecha del 7 de junio, es decir, se escribió una semana antes·de
empezar la vista del proceso. Esto indica que Azpíroz o Escobedo
no querían obligar al austriaco a comparecer, pues era incalculable
el efecto que su presencia y sus eventuales declaraciones harían so-
~re el consejo de guerra y el público. Se le trató pues de modo dis-
tinto que a Tomás Mejía, quien sí tuvo que comparecer, a pesar de
estar gravemente enfermo de fiebres reumáticas.
. E~tre los espectadores del proceso se halló también como pe-
nodista Clark, corresponsal del diario neoyorquino New York
Herald, que había estado en Querétaro durante todo el sitio. Por
no do~nar lo suficientemente el español para poder seguir las
:ctuaciones del tribunal, mandó a Nueva York una versión inglesa
sta
10 nte literal del reportaje de La Sombra de Arteaga. Debido a
:
861¿r~~lemas_
6
d~ comunicación de la época, esta reseña se publicó
un te~ de Jnho de 1867. Se añadió un comentario de Clark en
ble qu:grama d:l 4 de julio enviado desde Matamoros: "Es proba-
se les atnis oficiales más prominentes querían evitar la tara de que
escogie uyera la culpa de la muerte de Maximiliano, por lo que se
ron hombres menos caractenzados . o reputados" .19
309
Transcripción:

Conformándome con el dictamen que antecede del C. Asesor, se con-


firma en toda su parte la sentencia pronunciada el día 14 del presente
por el Consejo de guerra que condenó a los reos Femando Maximiliano
de Hapsburgo y a sus llamados generales Don Miguel Miramón y Don
Tomás Mejía a ser pasados por las armas.
Remitan esta causa al C. Fiscal para su ejecución.

Querétaro, Junio 16 de 67
M . Escobedo

Carta de Escobedo que confirma la sentencia de muerte (AGN, Fondo Reservado, vol. F,
Causa)

Domingo 16 de junio. Por la mañana el general Escobedo po~e


en vigor por su firma la sentencia de muerte. Por deseo propio
cesa en sus funciones el fiscal, licenciado Manuel Azpíroz, ag~ta-
do por la tensión nerviosa de los días pasados. Había conventd0
antes con Escobedo que en caso de una sentencia de muerte, n~
fuese él quien la comunicara a Maximiliano con quien había tem-
do ~na relación muy humana. 80 También ~iden su cese los dos
escnbanos Meléndez y Cortés.
310
Transcripción:

Acto continuo el C. fiscal pasó acom-


pañado de mí, el escribano, a la prisión
militar donde se halló el reo Fernando
Maximiliano de Hapsburgo a quien ha-
llándose presente fue leída la sentencia
que le condena a la última pena y ente-
rado de ella contestó que se hallaba pron-
to y para que conste lo firmo ante el C.
Fiscal de que doy fe.

González Félix Dávila

General Refugio J. Acta de la comunicación de la sentencia de muerte a


González, fiscal después de Maximiliano (AGN, Fondo Reservado, vol. F, Causa,
la d'im1·s1on
·, de Azpíroz 16 de junio)
(INAH)

~omo nuevo fiscal se nombra al general Refugio González,


cunado
n;
del doctor Vicente
. . .6n es comu-
Licea y cuya primera m1s1
•ttcar la sentenc1a
irn · de muerte a los
' presos. Quizá en prevision
· · " de1
esi ~bcto psicológico de esta noticia en los reos, nombró como nuevo
n ano a p --¡· .
e 1x Dávila, segundo cabo sanitano.
311
A las once de la mañana González, acompañad
Palacios y una tropa de soldados que forman filaº pdor el coron
celda, comunica· a Maxirru
· ·1iano
· 1a sentencia. Ést 8 elante de e1
. / ./ e, que n 1a
esperado otra cosa, dorruno su emocion, que únicam o había
/ . . Est oy " pronto", palab ente se act·1v¡..
na por su respuest a 1aconica.
itali~no -idioma q~~ el ex gobernador del reino lo~~ que Sólo en
domina a la perfeccion- se usa en el sentido de "d' ardo-véneto
18
PUesto''.

312

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