Está en la página 1de 25

EL ESTADO LIBERAL CONTRACTUAL

Alexander Avila Martínez

A manera de Síntesis y de Introducción

En 1992, Norberto Bobbio publica un libro titulado: Thomas Hobbes, en el que afirma
enfáticamente, que el mayor aporte a la filosofía política desarrollado por el autor inglés, es
la construcción de una justificación racional para el nacimiento del Estado moderno. La
principal característica de ese Estado, es la de reglar comportamientos mediante leyes, pues
sólo a partir del cumplimiento irrestricto de las leyes, los seres humanos conseguirán salir de
la anarquía natural y establecer la paz (1992: 7-11). Esa concepción de Estado fundamentada
en un conjunto de leyes establecidas mediante un contrato, que permite el paso del estado de
naturaleza al Estado civil, es la base de lo que Bobbio denomina el Estado liberal contractual,
en la que se sintetiza las propuestas que sobre el Estado establecieron: i. N. Maquiavelo con
su pretensión de un gobierno mixto, que reglado mediante leyes permita la aparición de la
República; ii. T. Hobbes con su visión del Estado ilimitado fundamentado en el Pacto de la
unión, en el que se sustenta que los contratantes son los individuos singulares vinculados
entre sí que se comprometen recíprocamente a someterse mediante obediencia absoluta a un
tercero no contratante: el Estado; iii. J. Locke con su visión de Estado civil, liberal y limitado,
que otorga mediante leyes establecidas por un contrato, a sus asociados derechos de
propiedad y obligaciones.

De manera coetánea a la visión insular del Estado, la Europa continental, generó una
visión del Estado liberal, que centrándose en un contrato reglado mediante leyes, pretende
regular a sus asociados ya no de manera individual como en el pensamiento anglosajón, sino
de manera colectiva, la discusión se seguirá moviendo entre el estado de naturaleza y el
Estado civil; el primer autor que genera una propuesta es vi. Baruch Spinoza, quien muestra
al hombre como un ser pasional que debe ser regulado por un Estado; sin embargo, para el
filósofo neerlandés el poder político parece no gobernar bien, pues la multitud no encuentra
satisfacción a sus necesidad, la tarea por ende del Estado es llevar la utilidad a la vida social
a quienes nunca ha llegado: a la muchedumbre. La propuesta del Estado liberal contractual
debe indagar la razón por la cual el mundo humano no está bien gobernado, y v. es
Montesquieu quien se da a la tarea de indagar por qué. Al respecto afirma, que los seres
humanos son naturalmente limitados y están sujetos al error, por ello requieren ser regulados
por un gobierno de leyes positivas establecidas por el Estado a partir del Derecho (2005: 13-
15). El gobierno de las leyes busca la regulación mediante obligaciones; sin embargo, los
derechos propios de la naturaleza humana en una comprensión realista de la política no se
desplegaban de manera concreta, por ello vi. J. J. Rousseau desde una fundamentación
antropológica y política distinta a las del realismo político, propone que las estipulaciones
del poder político deben cumplirse, pues el Estado entendiendo que el hombre es bueno por
naturaleza, es una construcción comunitaria en la que no se ceden los derechos sino en la que
se hace parte del Estado a partir de la voluntad general, por ello el Estado debe generar a sus
asociados un contrato en el que se estipulen cuáles son sus derechos, que no son otra cosa
más, que las obligaciones que el poder político contrae con sus asociados.

La Alemania de finales del siglo XVII e inicios del XIX genera una comprensión del
contrato del Estado liberal, en la que se conserva la discusión sobre el estado de naturaleza y
el Estado civil. Es vii. I. Kant el autor que genera una nueva comprensión al respecto
sintetizando a Hobbes y Rousseau, estos autores le permiten denunciar las sociedades que él
conoció (estado de guerra de todos contra todos hobbesiano) y la generación de un nuevo
Estado civil (fundamentado en la voluntad general roussoniana). La propuesta de Kant (1989)
fundamentada en la Metafísica de las costumbres, propone una visión formal, racional,
iusnaturalista y a priori de la realidad, sustenta cómo el estado de naturaleza propone un
Derecho privado que no satisface las exigencias de la propiedad privada, que sí se podrían
satisfacer con el advenimiento del Derecho público propio del Estado civil, dar el paso del
Derecho privado al Derecho público, requiere de un contrato en el que el pueblo se constituye
en Estado, convirtiendo a las voluntades particulares en una voluntad general, en otras
palabras, en la voluntad unificada de un pueblo que genera un conjunto de leyes que les
proporciona a sus asociados obligaciones y derechos, con esto Kant propone un contrato que
le otorgue a sus asociados libertad, igualdad y autonomía, pero a su vez el contrato también
genera para sus asociados, obligaciones que permitan la defensa de la libertad, la igualdad y
la autonomía, es decir, el contrato de Kant es el de un Estado de Derecho que les permite a
sus ciudadanos establecer de manera clara la forma en qué se deben dar las relaciones a partir
de leyes establecidas de manera positiva pero fundamentadas en elementos formales. El

2
último autor al que se refiere el Estado liberal contractual es Hegel que desde su comprensión
“real de la realidad” y fundamentado en una visión material, empírica, iuspositivista y a
posteriori, propone en la tercera parte de los Fundamentos de la filosofía del derecho, Hegel
(1993) propone que el Estado es lo racional en sí y para sí, el Dios terrenal, el sujeto de la
historia universal y el momento final del espíritu objetivo, en él se reconocen los individuos
y el pueblo permitiendo la aparición de buenas leyes, buenos ciudadanos y un buen Estado.

1. El gobierno mixto: característica principal de la República de Maquiavelo

La tarea que se propone Maquiavelo es la construcción de un Estado de duración indefinida,


para ello formula una forma de gobierno que garantice en medio del antagonismo, la
estabilidad que requiere una forma de poder político. Para Maquiavelo el Estado debe buscar
los mecanismos que le permitan acceder al bien común, no entendido desde la perspectiva
aristotélica como ya hemos mencionado, sino desde la perspectiva que propone El Príncipe,
la de conseguir y conservar el poder. El bien común, nos sugiere Maquiavelo, sólo podrá
conseguirse si se cumplen tres condiciones: (i) que todos los estamentos sociales tengan
participación en la forma de poder que se instaure; (ii) que el Estado sea libre, por ello ni él
ni sus asociados deben ser servidumbre de ninguna persona o grupo; y, (iii) el Estado debe
buscar la superación de las desigualdades sociales. Para cumplir con esas condiciones
Maquiavelo propone, a partir del estudio de la historia de Roma, una forma de gobierno. Al
respecto escribe: Tratando ahora de esclarecer cuáles fueron los ordenamientos jurídicos de
la ciudad de Roma, y mediante qué circunstancias la llevaron a su perfección, recordaré que
algunos han escrito, refiriéndose al gobierno, que puede ser de tres clases: monárquico,
aristocrático y popular (2015, p. 40).

Luego de mostrar la monarquía, la aristocracia y la democracia, nos sugiere Maquiavelo


que esas tres formas de gobierno van acompañadas de otras a las que denomina malas. Al
respecto afirma: “[…] porque el principado fácilmente se vuelve tiránico, la aristocracia con
facilidad evoluciona en oligarquía y el gobierno popular se convierte en licencioso con
facilidad” (2015, p. 40). Este rápido sondeo por los planteamientos de Maquiavelo, nos
permite identificar una regularidad histórica, los gobiernos pasan sin mayor dificultad de ser

3
buenos a malos, para dar solución a esa problemática, Maquiavelo propone el reparto de
poderes entre todos los estamentos sociales, mediante un gobierno mixto. Al respecto escribe:

Añado, además, que todas esas formas son pestíferas, pues las buenas tienen una vida breve, y las
malas son por sí perversas. De modo que, conociendo este efecto, los legisladores prudentes huyen de
cada una de estas formas de estado puro, eligiendo un tipo de gobierno que participe de todas, juzgando
más firme y más estable, pues así cada poder controla a los otros, y en una misma ciudad se mezclan
el principado, la aristocracia y el gobierno popular (2015, p. 43).

Maquiavelo asegura que una combinación de las distintas formas de gobierno permite el
control y la estabilidad de los Estados, el principado es en este contexto el primer paso que
permite la aparición de la república y ésta sólo se podrá lograr con un gobierno mixto, que
permita la división de poderes y el acceso al bien común.

2. El Estado hobbesiano: ¿Un Estado absolutista?

Bobbio sostiene que la comprensión del Estado de T. Hobbes tiene una perspectiva tríadica,
que inicia en el estado de naturaleza, pasa luego al hombre artificial y culmina con el pacto
de la unión.

2.1 El estado de naturaleza hobbesiano

La visión del estado de naturaleza de Hobbes, tiene una doble posibilidad de comprensión,
una que tiene que ver con lo que en términos abstractos presenta Hobbes en sus tres textos
políticos, y, otra de tipo concreto que se evidencia del condicionamiento espacio-temporal
que vivió el autor del Leviatán. En relación a la primera comprensión de tipo abstracto,
Bobbio muestra como una igualdad de hecho, sumada a una escasez de recursos y al derecho
sobre todo, está destinada a generar un estado de competencia despiadada, que amenaza en
convertirse en una lucha de todos contra todos. En relación a la comprensión concreta,
Bobbio muestra que Hobbes al referirse al estado de naturaleza, siempre describe la guerra
civil que devastó su país y específicamente las discusiones generadas hacia 1640 por
discordias religiosas, el enfrentamiento entre la potestad civil y la potestad eclesial, y por el
conflicto entre la Corona y el Parlamento

4
A propósito de la perspectiva abstracta del estado de naturaleza, puede notarse en
Hobbes como se reconcilian dos conceptos claros: las condiciones objetivas, y, el problema
del poder. En la obra política de Hobbes, se muestra un tránsito de los conceptos y su relación
con el estado de naturaleza. El propósito es contraponer la sociedad civil como estado del
hombre de razón, con el estado de naturaleza entendido como estado del hombre de pasión.
Las condiciones objetivas, propias del estado de naturaleza, son tres: la igualdad, la escasez
de recursos, y, el derecho sobre todo. Al encontrarse en el estado de naturaleza, están
íntimamente relacionadas con las pasiones humanas, es decir, con una visión pesimista del
hombre, que se funda en el apetito natural. Las condiciones objetivas por ello son la causa de
la aparición del estado de naturaleza. La principal condición objetiva, es la igualdad de
hecho, ya que al ser todos los hombres iguales por naturaleza, son capaces de procurarse uno
a otro el máximo mal, la muerte. Según Hobbes: De esta igualdad se deriva […] la causa de
que si dos hombres desean la misma cosa, y en modo alguno pueden disfrutarla ambos, se
vuelven enemigos, y en el camino que conduce al fin (que es, principalmente, su propia
conservación y a veces de su delectación tan sólo) tratan de aniquilarse o sojuzgarse uno a
otro (2011, p. 101).

La igualdad como condición objetiva se manifiesta como un derecho que la naturaleza,


les da a los hombres de apropiarse de todas las cosas, esa posibilidad de apropiación,
desencadena el deseo de imponerse al otro, incluso mediante la muerte. Surgen entonces de
la igualdad como condición objetiva, el miedo a la muerte, y sobre todo a una muerte
violenta, que genera un miedo reciproco entre todos los hombres, que ven en los otros a su
posible enemigo y asesino, generando una sociedad de desconfianza y conflicto, a la que
Hobbes denomina estado de naturaleza.

La segunda condición objetiva es la escasez de recursos, por la cual puede producirse


que varios hombres deseen una misma cosa. Al existir la igualdad, varios hombres pueden
considerarse dueños de una misma cosa y de hacerla suya para su usufructo, generando un
estado de desconfianza recíproca y de utilización de la violencia como medio para el cuidado
de lo que cada uno considera es su propiedad. Hobbes lo presenta así: “[…] si alguien planta,
siembra, construye o posee un lugar conveniente, cabe esperar que vengan otros, con sus
fuerzas unidas, para desposeerle y privarle, no sólo del fruto de su trabajo, sino también de

5
su vida, o de su libertad”. (2011, p. 101). Por ello surge en el pensamiento político de Hobbes,
la idea, que el afán de poder y la búsqueda de reconocimiento, son elementos propios de la
anarquía presente en el estado de naturaleza. La tercera condición objetiva, es el derecho
sobre todo, y se refleja de manera directa en Elementos de derecho natural y político, y, en
el De Cive. Las condiciones objetivas, están destinadas a generar un estado de amenaza
continua, debido a que los seres humanos están dominados por las pasiones que los disponen
a la insociabilidad. El estado de naturaleza, es entonces, un continuo proceso de poder y de
libertad absoluta que conlleva a la guerra civil y a la infelicidad.

El problema del poder, se ve representado en el estado de naturaleza, pues éste es una


manifestación ilimitada de poder, que le permite a los hombres autogobernarse y por ende
autorregularse. Bajo estas condiciones, la convivencia social y pacífica, son improbables
pues cada quien hará uso facultativo de su libertad para hacer lo que mejor considere incluso
pasando por la libertad del otro, lo que supone que el estado de naturaleza, no permite que lo
pactado se cumpla, en el estado de naturaleza se pueden dar otras probabilidades, que
terminarían con la muerte de uno, o de los dos pactantes. Por este motivo estado de naturaleza
debe superarse por el Estado civil.

2.2 El hombre artificial

Es claro que Hobbes es el constructor del Estado moderno, esta visión del Estado se
diferencia de las anteriores, pues Hobbes, no se fundamenta en la familia, sino que lo hace
en el poder coercitivo del Estado representado en las leyes. También el pensamiento político
hobbesiano, se caracteriza por la dicotomía estado de naturaleza/Sociedad civil. La cuestión
es indagar ¿por qué los individuos salen del estado de naturaleza y dan vida con sus
voluntades concordantes al Estado civil? La razón que esgrime Hobbes es que el estado de
naturaleza, siendo un estado de guerra de todos contra todos, es un estado en el que nadie
tiene garantía de su vida. Para salvar la vida los individuos consideran necesario someterse a
un poder común que sea tan fuerte que pueda impedir el uso de la fuerza y permita la
consecución de la paz. Bobbio, en La teoría de las formas de gobierno en la historia del
pensamiento político, asegura: “El Estado surge de un pacto que los individuos establecen
entre ellos y que tiene el objetivo de obtener la seguridad de la vida mediante la sumisión
recíproca a un solo poder”. (2010, p. 101). Someterse a un solo poder, le permite a los

6
individuos superar el deseo de reconocimiento presente en el estado de naturaleza, mediante
la recta razón, que busca la construcción de la seguridad en la Sociedad civil. Es por ello, que
Hobbes presenta que la unión entre el Estado y el Derecho, se convierte en el único camino,
para que el hombre pueda vivir en sociedad, superando la anarquía natural, y, estableciendo
la paz. Bobbio lo resume así: “[…] el hombre teme morir, y sobre todo teme a la muerte
violenta. De estos dos principios, nace la política como ciencia, es decir, que surge una
construcción, realizada con un método científico, del Estado”. (1992, p. 82).

La idea de hombre artificial en Hobbes, está ligada a la concepción de cuerpo político y


se fundamenta en la idea de naturaleza como gran máquina, que requiere ser estudiada para
comprender las leyes que regulan sus mecanismos. Hobbes considera que el estudio de la
naturaleza, le permite al hombre no sólo imitarla, sino también recrearla y perfeccionarla,
construyendo máquinas que suplan las deficiencias que en la naturaleza se presentan. Una de
estas máquinas producidas por el hombre es el Estado, es decir, el Estado es un ente artificial
que quiere emular a la obra más perfecta de la naturaleza, el ser humano. El método con el
que Hobbes pretende comprender las leyes que regulan la naturaleza y con el cual también
pretende recrearla mediante el Estado, es el método de la composición y de la resolución.
Este método se fundamenta en la lógica y le permite a la Política ser rigurosa y demostrativa.
Hobbes desarrolló su teoría del hombre artificial y su cuerpo político, entre 1640-1652, de
las obras políticas de Hobbes, la que menor énfasis hace sobre el hombre artificial es
Elementos derecho natural y político, allí se propone a manera de antítesis a la idea de cuerpo
místico de la edad media, la denominación secular de cuerpo político. La concepción
hobbesiana de cuerpo político en este primer momento se inspira en el modelo romano del
populus. Un segundo momento del cuerpo político, para Bobbio se encuentra en el De Cive,
allí Hobbes compara al Estado con una máquina, con el reloj. Hobbes escribe: “Así como en
un reloj u otra máquina […] no pueden conocerse bien sino son desmontados para conocer
sus partes, así también para realizar una investigación más cuidadosa acerca de los derechos
de los Estados y deberes de los súbditos […] para establecer un gobierno civil, y cómo deben
los hombres ponerse de acuerdo entre ellos mismos en un Estado” (2010, p. 43).

El interés primordial de Hobbes en el De Cive, es determinar los derechos de los Estados


y los deberes de los súbditos; y para ello estima necesario que se entienda que el Estado es

7
una máquina que se compone de muchas partes, que requieren ser estudiadas minuciosamente
para poder comprender su función, es decir, el Estado es un hombre artificial, que se compone
de diversas partes, cada una con una función determinada. Es en la Introducción del Leviatán,
donde Hobbes muestra su tercera visión del cuerpo político ya como un hombre artificial.
Hobbes lo afirma diciendo:

La Naturaleza (el arte con que Dios ha hecho y gobierna el mundo) está imitada de tal modo, como en
otras muchas cosas, por el arte del hombre, que éste puede crear un animal artificial. Y siendo la vida
un movimiento de miembros cuya iniciación se halla en alguna parte principal de los mismos ¿por qué
no podríamos decir que todos los autómatas (artefactos que se mueven a sí mismos por medio de
resortes y ruedas como lo hace un reloj) tienen una vida artificial? ¿Qué es en realidad el corazón sino
un resorte; y los nervios qué son, sino diversas fibras; y las articulaciones sino varias ruedas que dan
movimiento al cuerpo entero tal como el Artífice se lo propuso? El arte va aún más lejos, imitando esta
obra racional, que es la más excelsa de la Naturaleza: el hombre. En efecto: gracias al arte se crea ese
gran Leviatán que llamamos la república o Estado (en latín civitas) que no es sino un hombre artificial,
aunque de mayor estatua y robustez que el natural para cuya protección y defensa fue instituido; y en
el cual la soberanía es un alma artificial que da vida y movimiento al cuerpo entero; los magistrados y
otros funcionarios de la judicatura y del poder ejecutivo, […] son los nervios que hacen lo mismo en
el cuerpo natural; la riqueza y la abundancia de todos los miembros particulares constituyen su
potencia; la salus polpuli son sus negocios; los consejeros, que informan sobre cuantas cosas precisa
conocer, son la memoria; la equidad y las leyes, una razón y una voluntad artificiales; la concordia, es
la salud; la sedición, la enfermedad; la guerra civil, la muerte. (2011, p. 3).

El Leviatán de figura humana, es la sociedad como conjunto de hombres unidos, el gran


Leviatán es una maquina concebida como un organismo, que posee movimiento propio y no
depende de otros para existir. El cuerpo político, afirma el Prólogo de Elementos de derecho
natural y político: “[…] es en efecto, estático y la cabeza (la razón) es activa gracias a la
imaginación; el corazón (la soberanía o el alma) media entre el cuerpo y la cabeza
vinculándolos orgánicamente”. (2005, p. 58). La comprensión bobbiana del Estado de
Hobbes, se sustenta en el Capítulo xvii del Leviatán, allí Hobbes afirma: “Hecho esto, la
multitud así unida en una persona se denomina Estado, en latín, civitas. Esta es la generación
de aquel gran Leviatan, o más bien (hablando con más reverencia), de aquel dios mortal, al
cual debemos, bajo el Dios inmortal, nuestra paz y nuestra defensa”. (2011, p. 141).

8
Revisado el desarrollo del cuerpo político en el hombre artificial, es decir, en el Estado,
es pertinente mostrar las definiciones que sobre éste brindó Hobbes. La primera definición
de Estado, se encentra en Elementos de derecho natural y político, allí Hobbes afirma: “La
unión así realizada es lo que los hombres llaman hoy día un Cuerpo político o sociedad civil;
los griegos lo llamaron Πόλις, es decir, ciudad; lo que se puede definir una multitud de
hombres unidos como una sola persona, por un poder común, para su paz, defensa y beneficio
común” (2005, p. 211).

En la segunda definición de Estado, se elimina el término beneficio, de los fines del


Estado. La definición se encuentra en el De Cive, allí Hobbes estipula: “Pues bien, una unión
así lograda recibe el nombre de ciudad; y también de persona civil. Porque cuando hay una
voluntad de todos los hombres, debe ser tomada como si fuera una persona, y por la palabra
una debemos entender que es distinta y separada de todos los hombres particulares, una
entidad que tiene sus propios derechos y propiedades. (2010, p. 118). La tercera definición
del Estado se encuentra según Bobbio en el Leviatán, allí Hobbes dice que el Estado se puede
definir como: […] una persona de cuyos actos una gran multitud, por pactos mutuos,
realizados entre sí, ha sido instituida por cada uno como autor, […], para asegurar la paz y
defensa común. El titular de esta persona se denomina Soberano, y se dice que tiene poder
soberano; cada uno de los que le rodean es Súbdito suyo. (2011, p. 141).

La comprensión del hombre artificial y del Estado en Hobbes, muestra una idea
fundamental, la conexión entre el Estado soberano, que regula comportamientos a sus
súbditos, mediante las leyes estipuladas por el Derecho. Evidentemente, para Bobbio, en
Hobbes solo hay un paso entre la Teoría del Estado y la Teoría del derecho civil este paso se
representa en la Ley, a la que Hobbes define como “[…] el mandato de aquella persona, ya
sea ésta un individuo o una asamblea, en cuya voluntad misma de dictar procesos se contiene
la razón de la obediencia”. (2010, p. 227). Dicho de otra manera, la ley, es un mandato del
soberano que los hombres están obligados a obedecer. La Ley civil, estipula también Hobbes
es: “[…] para cada súbdito, aquellas reglas que el Estado le ha ordenado de palabra o por
escrito […], para que las utilice en distinguir lo justo de lo injusto”. (2011, p. 217). Bajo esta
consideración la libertad no es otra cosa, que el cumplimiento estricto de los mandatos del

9
Estado estipulados en la ley, el Estado tiene por ello en Hobbes una perspectiva ilimitada que
regula la libertad a partir del gobierno de las leyes.

2.3 El pacto de la unión hobbesiano

Es oportuno iniciar el estudio del pacto de la unión, reiterando que la comprensión bobbiana
sobre Hobbes se mueve de manera tríadica, en un primer momento, se muestra como el
hombre hostil por naturaleza, se enfrenta a otros hostiles hombres, generando la guerra de
todos contra todos y la anarquía; en un segundo momento, el miedo a la muerte, y sobre todo
a una muerte violenta, genera en el hombre la necesidad de paz y seguridad. En un tercer
momento, el Estado con su noción de ley, emana órdenes que deben ser cumplidas por los
hombres en busca del detrimento de la guerra y de la consecución de la seguridad y la paz.
La comprensión bobbiana de la filosofía político-jurídica de Hobbes, establece como
condición preliminar para conseguir la paz, un acuerdo entre todos para salir del estado de
naturaleza, ese acuerdo utiliza como médium a la recta razón, pero ésta no es condición para
que los otros hombres decidan salir del estado de naturaleza, si lo fuera, no se requeriría de
leyes civiles, pues la sociedad funcionaría solo con la ley natural. Para Bobbio es necesario
que los hombres acuerden instituir un “[…] Estado que haga posible la vida según la razón.
El acuerdo es un acto de voluntad. En ese sentido, el Estado no es un hecho natural sino
producto de la voluntad humana: es el hombre artificial”. (1992, p. 50).

Bajo estos condicionamientos, la comprensión bobbiana del pacto en la filosofía


política-jurídica de Hobbes, se mueve a partir de la dicotomía, pactum societatis-pactum
subiectionis, que se reconcilian en el pacto de la unión. En el primer pacto los individuos
deciden de común acuerdo vivir en sociedad, éste es el pacto de los hombres en el estado de
naturaleza. En el segundo, los individuos reunidos se someten a un poder común, éste es el
pacto del Estado. Para Bobbio, en el pactum societatis, Hobbes ve una simple asociación de
personas que persiguen un fin común de manera desorganizada y con exceso de libertad, que
genera un estado de naturaleza gobernado por la inseguridad general. Para fundar una
sociedad, afirma la comprensión bobbiana de Hobbes, se debe estipular un acuerdo
preliminar establecido para crear las condiciones de seguridad de cualquier acuerdo posterior,
pues, sólo mediante este acuerdo el hombre puede salir del estado de naturaleza y fundar el
Estado.

10
El pacto de la unión es presentado por Hobbes en el Leviatán, allí Hobbes escribe:

Esto es algo más que consentimiento […] por un pacto de cada hombre con los demás, en forma tal
como si cada uno dijera a todos: autorizo y transfiero a este hombre o asamblea de hombres mi derecho
de gobernarme a mí mismo, con la condición de que vosotros transferiréis a él vuestro derecho, y
autorizareis todos sus actos de la misma manera (2011, p. 141).

El pacto de la unión de Hobbes, es una reconciliación entre el pactum societatis y el


pactum subiectionis, el pacto de la unión, es un pacto de sumisión y por ello se diferencia
del pactum societatis, que se caracteriza por la simple asociación. El pacto de la unión,
también se diferencia del pactum subiectionis, pues en éste los contratantes son el pueblo y
el soberano. El pacto de la unión es la reconciliación entre el pactum societatis y el pactum
subiectionis, pues, sustenta que los contratantes son los individuos singulares vinculados
entre sí que se comprometen recíprocamente a someterse a un tercero no contratante, el
Estado. Para Bobbio, el pacto de la unión es:

“a) Un pacto de sumisión estipulado entre los individuos singulares y no entre el pueblo y el soberano;
b) consiste en atribuir a un tercero por encima de las partes el poder que cada uno tiene en el estado de
naturaleza; c) el tercero, al que se le atribuye este poder, es, como queda reiterado por las tres
definiciones anteriores, una sola persona (1992, p. 52).

La comprensión de Bobbio, sobre el pacto de la unión hobbesiano, se fundamenta en el


De Cive y puede resumirse así, al ser el pacto de la unión, un contrato en favor de un tercero,
los signatarios asumen una obligación, no sólo uno con el otro, sino también con el tercero
que es el Estado, en cuyo favor se ha estipulado el contrato. El pacto de la unión le permite
a Hobbes, constituir los principios fundamentales del Estado moderno, éstos son la unidad
política y la unidad jurídica. Mediante la primera se consigue un ordenamiento único del
Estado, y, mediante la segunda, la unificación de las leyes que regulan los comportamientos
humanos. Dicho a manera de síntesis, el elemento básico de la sociedad política de Hobbes
es la obediencia al soberano, el pacto de la unión, obliga a los individuos a obedecer todo
aquello que el soberano mande, independientemente de que el contenido de la orden sea ésta
justa o injusta. El fundamento del contrato, es evidentemente, una visión pesimista de la
naturaleza humana. Para Bobbio: “Con esa actitud de desconfianza en el hombre sólo se
podía crear un Estado inhumano”. (1992, p. 90). Lo que quiere decir que el resultado del
pacto de la unión, es un Estado amenazador que regula comportamientos mediante un miedo

11
organizado. Por esta razón el contractualismo que sustenta la aparición del Estado en Hobbes,
no es de tendencia democrática, por el contrario, el contractualismo hobbesiano se mueve en
un horizonte absolutista, que piensa en la libertad como un pretexto para el desenfreno de las
humanas pasiones y que por ello propende por la unidad en contra de la multiplicidad, por la
norma objetiva contra al derecho subjetivo y por la obligación contra lo arbitrario. El pacto
de la unión, permite la aparición del Estado hobbesiano como máquina monstruosa de
carácter absolutista, que permite la superación del estado de naturaleza y su visión de libertad
y sólo libertad, por un Estado que tiene que ser autoridad y sólo autoridad. El Estado estipula
Bobbio en La lección de los clásicos, existe: “Cuando en una sociedad determinada una sola
persona tiene el derecho, o ejerce legítimamente el poder de constreñir por la fuerza, o
recurriendo en última instancia a ella, a los individuos a obedecer sus disposiciones. […] el
Estado es el que ostenta de manera exclusiva el poder coactivo. (2003, p. 150)”.

3. El Estado de J. Locke: ¡Un Estado liberal

3.1 El Estado como sociedad política

El Segundo Tratado sobre el gobierno civil, es la primera y más completa formulación del
Estado liberal, este Estado es el resultado de la aplicación de una triada, que según Bobbio
se determina así: primero en el estado de naturaleza, nacen los derechos humanos
fundamentales, como la libertad, la igualdad, y, la propiedad, luego en el estado natural real
(que se equipara con el estado despótico), no se garantizan los derechos naturales; y, el estado
civil en la que el estado de la naturaleza no se suprime, pero si se restaurada (1963: 215-216).
Es decir, el estado ideal o estado de naturaleza, en la perspectiva lockeana, se niega y se
reconcilia con el estado real o estado de guerra, en la perspectiva hobbesiana, para generar el
Estado político. La negación y la reconciliación se evidencian cuando se muestra que el
Estado civil es una perfección del estado natural que requiere para su adecuada función de
un gobierno y de un juez, que permita superar mediante la razón el estado de guerra.

3.1.1 El estado de naturaleza


Para Locke el Estado civil es la afirmación del estado de naturaleza, generándose una
ambigüedad en el concepto estado de naturaleza, lo ambiguo tiene que ver con que el inicio
del concepto –estado de naturaleza- se da con Hobbes. Puffendorf y Locke retoman al estado

12
de naturaleza del pensamiento hobbesiano y lo ubican en contextos distintos. El estado de
naturaleza en Locke, responde a la dicotomía entre el estado de naturaleza ideal, o estado de
paz, fundamentado en Puffendorf, y, el estado de naturaleza real, o estado de guerra de todos
contra todos, fundamentado en Hobbes.

3.1.1.1 El estado ideal de naturaleza


El estado de naturaleza ideal se muestra en el Segundo tratado sobre el gobierno civil, como
el estado en el que se hallan los hombres por naturaleza y que les permite entender
correctamente el poder político. Según Locke: “Es […] un estado de perfecta libertad para
que cada uno ordene sus acciones y disponga de posesiones y personas como juzgue
oportuno, dentro de los límites de la ley de la naturaleza.” (2012, p. 36). En este apartado
encontramos que la libertad en el estado de naturaleza, es una libertad negativa, que se
acompaña de un estado de igualdad en el que afirma Locke, “[…] todo poder y jurisdicción
son recíprocos, y donde nadie disfruta en mayor medida de los demás.” (2012, p. 36). El uso
facultativo de la razón cumple una labor fundamental en el estado de naturaleza, pues les
permite a los hombres vivir en comunidad, también en el estado de naturaleza según Locke
existe una ley que obliga y enseña a los hombres que al ser todos iguales y libres “[…]
ninguno puede dañar a otro en su vida, salud, libertad o posesiones”. (2012, p. 36).
Sin embargo, existe en el estado de naturaleza, la posibilidad de castigar a quienes
atenten contra la ley que obliga a que todos los hombres sean iguales y libres, según Locke,
la doctrina de que en el estado de naturaleza cada hombre tiene el poder ejecutar por sí mismo
ley natural, “[…] se le pondrá, sin duda, la objeción de que no es razonable que los hombres
sean jueces de su propia causa; que el amor propio los hará juzgar en favor de sí mismos [sic]
y su deseo de venganza los llevarán demasiado lejos al castigar a otros. (2012, p. 43). Por
ello entre el estado de naturaleza y el Estado civil la distancia es corta, según Bobbio: “Lo
que le falta al estado de naturaleza para ser un estado perfecto es sobre todo la presencia de
un juez imparcial, de una persona que pueda determinar a quién asiste la razón y a quién no
sin ser parte del asunto”. (1985, p. 126). De esta manera Bobbio concluye que el estado ideal
de la naturaleza de hecho ya es un Estado civil, en el que los conflictos son parciales o
intermitentes y se solucionan con el establecimiento de un gobierno y de una ley común,

13
asegurando que los derechos naturales y de razón del estado de naturaleza se conserven en el
Estado Político.

3.1.1.2 El estado real de naturaleza


La comprensión del estado de naturaleza de Locke, se mueve también en el contexto del
estado de naturaleza real, para ello Locke se fundamenta específicamente en hacer fuertes
críticas a la perspectiva hobbesiana del Estado. La pretensión de Locke es negar y reconciliar
el estado de naturaleza con el estado de guerra, o, estado real, generando así una nueva visión
del Estado político. Lo comprensión de Locke muestra, que el estado real fundamenta su
teoría política, en una visión pesimista de la naturaleza humana, que genera la guerra de todos
contra todos, que sólo puede ser solucionada con la paz que trae consigo un Estado que regula
mediante leyes. Lo que sustenta Hobbes en su estado de naturaleza, es que en todos los
hombres, hay un deseo perpetuo de poder que los lleva a actuar en función de su propio
beneficio, a tal punto, que puede pasar por encima de los otros hombres, causándoles daño y
violentándoles su integridad y su vida. Por ello, supone Hobbes debe existir un Estado
absoluto que regule los malvados comportamientos humanos. Locke no está de acuerdo con
la postulación hobbesiana del estado de naturaleza y por ende tampoco con la del hombre
artificial –Leviatán-, y en el Segundo tratado sobre el gobierno civil, presenta un movimiento
dialectico entre el estado de guerra y el estado de naturaleza. Al respecto afirma Locke:
Aquí tenemos la clara diferencia entre el estado de naturaleza y el estado de guerra; y a pesar de algunos
los han confundido, se diferencian mucho el uno del otro. Pues el primero es un estado de paz, buena
voluntad, asistencia mutua y conservación, mientras que el segundo es un estado de enemistad, malicia,
violencia y mutua destrucción. […], el estado de naturaleza es aquel en el que los hombres viven juntos
conforme a la razón, sin un poder terrenal, común y superior a todos, con autoridad para juzgarlos.
Pero la fuerza, o una intención declarada de utilizar la fuerza sobre la persona de otro individuo allí
donde no hay poder superior y común al que recurrir para encontrar en él alivio, es el estado de guerra
(2012, p. 48).

Para Locke en el estado de naturaleza cada individuo disfruta de todos los derechos de la
ley natural, sin un poder común que los regule; en el estado de guerra los egoístas seres
humanos utilizan la fuerza para hacer valer sus derechos. Aunque por caminos distintos, uno
parado en una visión racional del hombre, el estado de naturaleza; y, el otro en una visión
pesimista de la naturaleza humana, el estado real, los dos permiten a los individuos juzgar y
14
ejecutar por si mismos las agresiones contra su vida, libertad y propiedad, por ello los dos
requieren de un Estado que regule los comportamientos humanos en la sociedad. Es decir, el
estado de naturaleza comparte deficiencias que también tiene el estado real, por ello, sugiere
Locke la necesidad de superar el estado de naturaleza que podría caer en algo mucho peor
“[…] el estado de naturaleza de pura anarquía.” (2012, p. 216). Las deficiencias que
encuentra Locke (2012) en el estado de naturaleza son tres, la primera tiene que ver con la
falta de una ley que siendo aceptada por los hombres, les permita identificar y distinguir
entre lo bueno y lo malo. En segundo lugar, falta en el estado de naturaleza un juez público
e imparcial, que resuelva los problemas entre los hombres según la ley establecida, y, por
último, carece el estado de naturaleza de un poder que respalde las decisiones del juez en
relación a la ley. Locke al respecto afirma: “Así, la humanidad, a pesar de todos los
privilegios que conlleva el estado de naturaleza, padece de una condición de enfermedad
mientras se encuentra en ese estado; y por eso se inclina a entrar en sociedad cuanto antes”.
(2012, p. 136). De esta manera se concluye que el estado real de la naturaleza, le permite
identificar a Locke la necesidad de un Estado civil, en el que los conflictos generados por la
falta de una ley, de un juez y de un poder, se solucionan con el establecimiento de un
gobierno.

3.1.1.3 La reconciliación entre el estado ideal y el estado real de naturaleza


Locke no está muy lejos de la visión hobbesiana, la niega y la reconcilia. Una diferencia
sobre el estado ideal y el estado real que salta a la vista, es que para Locke la principal
deficiencia del estado de naturaleza es la inexistencia de un juez, en tanto que para Hobbes
la principal deficiencia del estado de naturaleza que genera la guerra, es la inexistencia de
una ley. El pensamiento lockeano quiere un Estado que conserve lo fundamental del estado
de naturaleza, o sea, la ley natural con los derechos subjetivos que de ella se derivan,
específicamente la libertad. El estado ideal y el estado real se niegan y se reconcilian para
generar el Estado político, que en medio del conflicto propio de la naturaleza humana y
fundamentándose en la razón, salvaguarda a partir de la ley natural la vida, la libertad y la
propiedad. El estado de naturaleza en Locke, se muestra entonces, como un estado en el que
la idea de libertad negativa cumple un papel fundamental, pues los hombres al pasar al Estado
político, deben hacer respetar su derecho natural a conservar su libertad, igualdad y

15
propiedades, por ende, la libertad debe entenderse en Locke como libertad negativa, que le
permite a los individuos realizar ciertas acciones sin ser impedidos por el poder estatal.

3.1.2 El estado civil como sociedad política


El estado de naturaleza sirve para llegar a una idea de orden justo del Estado, en donde el
estado natural es una ficción que sirve de punto de partida para la generación del Estado civil.
Pero, ¿cómo se da el paso del estado de naturaleza al Estado civil? El proceso es presentado
por Locke en el capítulo sobre El origen de las sociedades políticas, del Segundo Tratado
sobre el gobierno civil, allí Locke (2012), estipula que la sociedad política requiere del
consentimiento de cada uno de los miembros que la conforman, pues de no ser así, los
individuos no renunciarían a su libertad natural y no se someterían a la sociedad civil. Según
Locke: “Así, cuando un grupo de hombres ha consentido formar una comunidad o gobierno,
quedan con ellos incorporados a un cuerpo político en el que la mayoría tienen el derecho de
actuar y decidir en nombre de todos”. (2012, p.111). Otro elemento esencial de la sociedad
política, tiene que ver con el consenso de la mayoría, pues, lo que hace actuar a una
comunidad es el consentimiento de los individuos que la conforman, sólo así, estipula Locke:
“[…] cada uno está obligado, por consentimiento, a someterse al parecer de la mayoría.”
(2012, p. 112). La aceptación del consenso es la única posibilidad de que los individuos
salgan del estado de naturaleza, pues, aunque el consenso absoluto es casi imposible de
obtener, y por ello, el consenso es efímero, sí permite la aparición del respeto a las decisiones
de la mayoría. Locke lo estipula así:
Por lo tanto, quienesquiera que salgan del estado de naturaleza para integrarse a una comunidad debe
entenderse que lo hacen entregando a la mayoría de esa comunidad, o a un número más grande que el
que la simple mayoría, si así lo acuerdan, todo el poder necesario para que la sociedad alcance esos
fines que buscaban y que los convocaron a unirse. Esto es que acuerdan por el mero hecho de unirse a
una sociedad política, y esto es lo que se necesita para que se establezca el pacto entre aquellos
individuos que se integran para formar un Estado. (2012, p. 114).

La constitución de la sociedad política lockeana se deriva del consentimiento de una


pluralidad de hombres libres que aceptan la regla de la mayoría, por ello, la sociedad política
se origina en un pacto social de la comunidad, que supone la renuncia al poder natural de
juzgar y ejecutar por sí mismos, admitiendo la regencia de una ley común y de un organismo
judicial que se encarguen de la regulación de los comportamientos de los individuos, en
16
términos latos, se requiere de un Estado. La función del Estado, es hacer leyes y castigar
cualquier daño que se le haga a un miembro de la sociedad, para Locke: “Ambos poderes
están encaminados a la preservación de la propiedad de todos los miembros de esa sociedad
hasta donde sea posible”. (2012, p. 103).
El Estado según Locke se divide en tres poderes el legislativo, el ejecutivo y el judicial,
el más importante de los poderes es el legislativo, pues en él se representa el consenso de la
mayoría, a la legislatura, estipula Locke (2012), se le autoriza hacer las leyes según el bien
público, también es potestad del legislativo organizar al ejecutivo en un gobierno, éste puede
seguir características de democracia, oligarquía o monarquía; otra característica del
legislativo, es propiciar al Estado, el establecimiento de unas leyes que le permitan al poder
judicial generar los castigos a los miembros de la comunidad que afecten a cualquier otro
asociado del Estado. La sociedad política, es entonces, la aparición de un Estado que protege
los derechos naturales que los individuos temían en el estado de naturaleza, mediante el
consenso de la mayoría representado en el poder legislativo, que genera la forma de gobierno
para ese Estado y las normas que establecen las sanciones para quienes atenten contra la vida,
libertad y propiedad de los asociados a ese Estado.
Locke quiere un Estado que conserve dos elementos del estado de naturaleza que para él
son esenciales, el primero tiene que ver con la condición natural del hombre, el segundo con
la observancia de la ley natural. La finalidad, por ello del cuerpo político, es la de otorgar a
los individuos seguridad en su vida, su libertad y sus bienes, es decir, la función del Estado,
es asegurar y garantizar los derechos poseídos por el individuo en el estado de naturaleza. Se
requiere para conseguir tal fin, de un elemento contractualista que establezca los límites del
Estado, dichos límites vienen impuestos al Estado por la ley de la naturaleza y por un acuerdo
de confianza entre gobernantes y gobernados que se deriva del consenso de la mayoría.

El contrato social lockeano, es la instancia de la ley natural que garantiza la satisfacción


de los derechos subjetivos de los seres humanos, que en el estado de naturaleza no se pueden
satisfacer debido a la inadecuada aplicación de la ley natural. Este contrato social no se basa
en una teoría del Estado absoluto a la manera de Hobbes, sino en un Estado limitado que
garantice los derechos de propiedad de sus asociados. Así las cosas el Estado de Locke es un
Estado liberal y limitado, que considera los principios del derecho natural como preexistentes
a la creación de la sociedad política, salvaguardando por ello, desde la ley natural los

17
derechos individuales de los seres humanos, en una comunidad que se organiza desde el
consenso y subordina el poder ejecutivo al poder legislativo, generando también, la aparición
de un poder judicial, que juzgue y sancione desde el derecho natural y mediante jueces
imparciales, a quienes atenten contra los derechos naturales de los hombres (vida-libertad-
propiedad).

4. J. J. Rousseau y la aparición del Estado democrático

Rousseau (2008) muestra en sus Confesiones, como al evidenciar que todo en la existencia
humana depende de la política y que un pueblo es lo que hagan de él sus leyes e instituciones,
tuvo la visión de encaminar su reflexión a la construcción de un proyecto político. Por ello
se da a la tarea de construir una nueva comprensión del Derecho desde una perspectiva
política, que partiendo de una visión optimista de la naturaleza humana, proporcionará un
nuevo Contrato social.

4.1 El estado de naturaleza de Rousseau


Es pretensión del estado de naturaleza rousseauniano ser el primer momento de un
movimiento revolucionario que consiga un nuevo orden y la configuración de una nueva
nación, el ideal de esa nueva nación surge en Rousseau al igual que en la mayoría de sus
coetáneos a partir del estado de naturaleza; sin embargo, en el ginebrino dicho estado es una
hipótesis que le permite armar la estructura de su reflexión. Rousseau (2013) en el Discurso
sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres, estipula que ante la
posibilidad de encontrar las características principales de la sociedad y la forma en que
participa en ella el ser humano, los filósofos sintieron la necesidad de remontarse al estado
de naturaleza, transfiriendo a dicho estado sus ideas y atribuyéndole a dichos seres humanos
y a sus sociedades rasgos propios del hombre y la sociedad civilizada. Por ello la pretensión
del proyecto político de Rousseau es que el nuevo Estado recupere características del estado
primitivo en el que vivían los seres humanos. Bobbio y Bovero (1985) en Origen y
fundamentos del poder político, aseguran que en Rousseau se evidencian tres momentos del
desarrollo del Estado: “a) el estado de naturaleza de la inocencia y de la felicidad primitiva;
b) la “sociedad civil”, que reproduce algunas características del estado de naturaleza de
Hobbes; c) el Estado del contrato social”. (1985, p. 70). Estos tres momentos del Estado
18
estipulados por Bovero y Bobbio, en nuestra comprensión se relacionan con la visión
antropológica de Rousseau, el hombre animal con el estado de naturaleza; el hombre social
con la sociedad civil; y, el hombre moral con el Estado del contrato social. Por ello el estado
de naturaleza es una fase elemental y transitoria del desarrollo del Estado rousseauniano,
elemental pues allí se ubica la característica central de la antropología rousseauniana, la idea
de bondad natural como elemento característico del hombre-animal. Transitoria ya que el
estado de naturaleza no es un proceso permanente sino de transformación que trajo consigo
a la propiedad generando desigualdades que requieren ser superadas mediante el contrato
social. El Estado del contrato social es una versión mejorada del estado de naturaleza, que le
permite a los seres humanos asociarse libremente para recuperar la libertad y la igualdad que
les fueron arrebatadas por los elementos artificiales del Estado de la sociedad civil y su visión
antropológica del hombre-social.

Bajo esta consideración el estado de naturaleza rousseauniano es la primera parte de un


movimiento dialéctico en el que se muestra un recorrido histórico del desarrollo del Estado
desde su origen lleno de igualdad y libertad, hasta las apariciones de la propiedad privada y
la desigualdad aportadas éstas por la sociabilidad. El estado de naturaleza es lo que debe
recobrarse en la construcción del nuevo hombre y del nuevo Estado, pues de él se debe
derivar un nuevo pacto social para fundamentar, en lugar de una sociedad injusta y desigual,
una sociedad de hombres iguales y libres.

4.2 El Contrato social de J. J. Rousseau


La pretensión de J. J. Rousseau reconciliar la institución del Estado con la idea de libertad,
mediante una nueva comprensión del contrato social. El Contrato Social pretende dar
solución a dos problemas que Rousseau considera fundamentales, la forma de asociación
entre los seres humanos y la manera en que la libertad ha de realizarse en dicha forma de
asociación. Sobre la forma de asociación entre los seres humanos es claro para Rousseau,
que cuando el hombre-animal como consecuencia de la sociabilidad se extravía de su estado
originario, corrompe su naturaleza, volviéndose vanidoso e indolente. Por tal razón es
necesario ubicar una sociedad que le permita al hombre recuperar su naturaleza extraviada
mediante un Estado que en su normatividad civil, ubique de nuevo las leyes naturales que el
hombre-animal poseía en el estado de naturaleza. Al respecto escribe Rousseau en el

19
Contrato social o fundamentos de derecho político escribe: “Encontrar una forma de
asociación que defienda y proteja de toda fuerza común a la persona y a los bienes de cada
asociado, y gracias a la cual cada uno, en unión con todos los demás, solamente se obedezca
a sí mismo y quede tan libre como antes”. Este es problema fundamental que resuelve el
contrato social” (2009, p. 16).

Esta forma de asociación requiere de una cláusula que permita la aparición de un nuevo
pacto social que garantice la posibilidad de recuperar la naturaleza extraviada de los
hombres, la cláusula tiene que ver con la alienación total de cada asociado con todos sus
derechos a toda la comunidad. Al respecto Rousseau afirma que: “Cada uno de nosotros pone
en común su persona y todo su poder bajo la suprema dirección de la voluntad general,
recibiendo a cada miembro como parte indivisible del todo”. (2009, p. 17). Aramayo (2015)
en Rousseau. Y la política hizo al hombre (tal como es) afirma que la cláusula fundamental
del contrato social tiene como propósito conciliar el interés individual con el interés de todos
los miembros del cuerpo social, armonizando elementos del contractualismo con la idea de
libertad.

En relación a la manera en que la libertad ha de realizarse en esta nueva forma de


asociación, en la que los seres humanos alienan todos sus derechos en favor de la comunidad,
El Contrato social culmina la tarea que Rousseau se plantea en el Discurso sobre la
desigualdad, ya que a partir del nuevo pacto social pretende recuperar la verdadera libertad
que el hombre tenía en el estado de naturaleza, no como la posibilidad de hacer todo lo que
quiera, sino como una libertad limitada por lo que estipule el pacto social. Rousseau al
referirse al tema del Contrato social escribe que: “El hombre ha nacido libre y en todas partes
se encentra encadenado, algunos se creen los amos de los demás aun siendo más esclavos
que ellos. ¿De qué manera se ha producido este cambio? Lo ignoro. ¿Qué puede hacerlo
legítimo? Creo poder solucionar dicha cuestión (2009, p. 4). Lo que se nota en Rousseau, es
una preocupación por la libertad, no entendida desde el estado de naturaleza y su posibilidad
ilimitada de hacer cuanto considere, sino una libertad mediada por el contrato social, que le
permite a los seres humanos participar en la construcción del Derecho que los regula, al
cumplir ese Derecho los seres humanos desarrollan una libertad limitada por la voluntad
general, esto quiere decir, que la función de la libertad es otorgar a los seres humanos el

20
dominio moral de sus libertades conforme a la decisión de la voluntad general. Cabe ahora
preguntarse cómo ha de realizarse dicha forma de asociación, lo que hace Rousseau es
proponer una triada que se mueve así, primero sustenta las características del pacto social;
luego propone a la legitimidad como el elemento central del contrato del Estado; y, culmina
mostrando a la voluntad general como garante del pacto establecido entre los hombres.

El nuevo pacto social que propone Rousseau tiene como finalidad recuperar la condición
moral que él esbozó en el estado de naturaleza presente en el Discurso sobre la desigualdad.
La sociedad que nace del nuevo pacto debe ser para Rousseau una sociedad que vive la
verdadera libertad, pues tiene la capacidad de pensarla y decidirla, y no la libertad del estado
de naturaleza en la que la libertad se vivía sin reflexionar sobre ella. Rousseau en el Contrato
social lo estipula así: “Lo que el hombre pierde con el contrato social es su libertad natural y
un derecho ilimitado a todo lo que se le apetece y puede alcanzar, lo que gana es la libertad
civil y la propiedad de todo lo que posee” (2009, p. 22). La nueva libertad que se deviene del
pacto social, es una libertad moral, que le permite al hombre ser amo de sí mismo, mediante
la obediencia a la ley que ha prescrito el Estado. Ser libre es entonces, cumplir los mandatos
del nuevo pacto social, también Rousseau en su comprensión del nuevo pacto social estipula
que la propiedad debe basarse en la posesión del primer ocupante, al que se le debe garantizar
su derecho mediante la ley positiva del Estado.

Es claro que Rousseau propicia un giro en la comprensión del Estado, al sustentar que
más importante que la legalidad, lo que debe hacer la política es generar un Estado legítimo.
Para conseguir tal propósito de legitimidad, el Estado debe nacer de un contrato en el que los
seres humanos ponen su persona y sus bienes bajo la dirección de la voluntad general y no
en un acuerdo de dos voluntades individuales que a partir de unas exigencias presentes en el
contrato regulan sus comportamientos a partir de lo que éste estipule. Es decir, la legitimidad
del Estado no debe recaer sobre los postulados del Derecho privado, sino sobre las
perspectivas del Derecho público. El contrato social que se basó en el Derecho privado
además de proteger la propiedad y de incentivar la desigualdad, le impide al hombre ser amo
de sí mismo y, lo convierte en esclavo de los mandatos que el Estado estipula mediante el
derecho de la constricción.

21
El contrato social del Derecho privado tal cual como lo presentaron Hobbes y Locke, les
exige a sus asociados el cumplimiento irrestricto de sus mandatos, los asociados a dicho
contrato poseen obligaciones en relación a la legitimidad de las normas que establece el
Estado. El contrato social que propone Rousseau se fundamenta en las perspectivas de la
voluntad general, lo importante ya no son las obligaciones que se devienen de la legalidad,
sino los derechos que se producen en la legitimidad que aporta el pacto social. Rousseau al
respecto escribe: “[…] el pacto social establece entre los ciudadanos una igualdad tal que
pactan todos en las mismas condiciones y deben gozar de los mismos derechos”. (2013, p.
35). La legitimad se ve representada cuando el Estado después de recibir los derechos
naturales de sus asociados, se los retribuye de manera inmediata convertidos en derechos
civiles, asegurándole a los ciudadanos el goce de aquellos derechos inherentes a su naturaleza
humana.

Después de revisar las características del pacto y los elementos fundamentales del
contrato, Rousseau quiere armonizar a la libertad individual con la libertad colectiva, para
conseguir tal objetivo propone a la voluntad general, que no es otra cosa que la búsqueda del
interés común, al respecto estipula Rousseau: “Cuando varios hombres reunidos se
consideran a sí mismos un solo cuerpo, no tienen más que una voluntad, que se refiere a la
común conservación y al bienestar general”. (2013, p. 119). La voluntad general al reconciliar
la libertad individual con la colectiva, presenta un Estado que no sacrifica al individuo y sus
derechos innatos, sino que por el contrario presenta a un Estado que salvaguardando al
colectivo participa activamente en la construcción de los derechos que el Estado debe
salvaguardarle, esta comprensión de Rousseau se distancia de la filosofía política y la teoría
del Estado de los modernos para retomar los ideales democráticos de los antiguos. Bobbio en
Liberalismo y democracia, lo estipula así: “El autor de El contrato Social había ideado, bajo
una fuerte influencia de los autores clásicos, una república en la que el poder soberano una
vez constituido por la voluntad de todos, es infalible y no tiene necesidad de proporcionar
garantías a los súbditos, porque es imposible que el cuerpo quiera perjudicar a los miembros
(2012, p. 9). Para Bobbio el contrato social rousseauniano tiene una concepción democrática
que pretende evocar a la democracia de los antiguos, pero no es un simple volver a los
antiguos, es recobrar la fuerza del poder del pueblo como constituyente primario,
acompañándolo de la idea de voluntad general y de la yuxtaposición del Derecho público

22
sobre el Derecho privado. Para Bobbio Rousseau al centrarse en una visión del contrato desde
el Derecho público genera una nueva comprensión del Estado ya no liberal sino
fundamentado en el colectivo, ahora bien, al tener que sujetarse los seres humanos al
cumplimiento de lo que ellos mismos designaron en el pacto, el contrato social rousseauniano
le proporciona al Estado un poder absoluto; sin embargo, el poder absoluto no puede cargar
a los seres humanos de ninguna cadena que les sea inútil, por ello Rousseau le asigna al
Estado la función de eliminar la libertad natural para transformarla en libertad civil,
asegurando que la verdadera libertad tiene que ver con la adecuación de la voluntad
individual a la voluntad colectiva representada en el Estado, esto muestra a Rousseau como
un autor que propende por una libertad política en la que los seres humanos deben cumplir
lo que ellos mismos han estipulado en el contrato social.

A manera de conclusión
Revisar los aspectos que Bobbio designa el Estado liberal contractual nos permite realizar
una comprensión y una crítica a dicho Estado. Maquiavelo abrió la posibilidad de generar
una forma de poder político que centrado en las leyes, estableciera mandatos y derechos para
sus asociados. Luego Hobbes muestra a los seres humanos como niños regulados por parte
de un padre autoritario con posibilidades ilimitadas (Estado) que yuxtapone la seguridad a la
libertad. Con Locke se muestra que el poder del Estado debe ser limitado, permitiéndoles a
los individuos la posibilidad de decidir si aceptan o no, las regulaciones estatales, que
cambiando la forma de entender al Estado, le han pedido a ese padre autoritario, que entienda
que ellos poseen libertades que son inherentes a su naturaleza humana, que no es del todo
malvada, y que por ello pueden decidir si aceptan o no lo que él estipula. Con Rousseau la
situación se ha modificado notoriamente la teoría moderna del Estado, el padre (Estado) es
abandonado y en lugar de él se genera una construcción social donde los mandatos son
estipulados por los que antes eran hijos (ciudadanos), que deciden la forma en que deben ser
regulados por las normas que ellos mismos dispusieron, el Estado liberal contractual
sustentado en el Derecho privado y en la legalidad ha perdido la solidez con la que Hobbes
como arquitecto lo construyó. Rousseau ha dirigido la libertad al camino de la comprensión
de lo moral, de la construcción política y social y, del Estado democrático.

23
La comprensión bobbiana sobre la idea de libertad en el Estado liberal contractual niega
y reconcilia las ideas de libertad de Hobbes, de Locke y de Rousseau, pues el Estado que
inició en Hobbes emitiendo mandatos de inexorable cumplimiento estipulados por él mismo
y regulados por el Derecho terminó en Rousseau siguiendo esas mismas consideraciones, ya
que en la comprensión de Rousseau lo que dispone el Estado debe cumplirse y, al igual que
en Hobbes los asociados al cumplir las normas establecidas por el Derecho del Estado se
hacen libres. Lo que cambió fue la forma de construir al Estado a partir de las características
del pacto, que en Hobbes es una cesión de todos los derechos a un ente artificial y en
Rousseau una construcción comunitaria en la que no se ceden los derechos sino en la que se
hace parte del Estado a partir de la voluntad general. Otro elemento que cambió fue la forma
de entender a los destinatarios de las normas que dejan se der entes pasivos en la concepción
de Hobbes para ser entes activos en la de Rousseau, el punto arquimédico que permite esa
nueva comprensión en la comprensión bobbiana es Locke, quien considera que los individuos
no son necesariamente malos por naturaleza y que la libertad que gozaban antes de la
aparición del Estado les permitía tener derechos inalienables que deben seguirse
salvaguardando en el Estado civil, específicamente el derecho a la propiedad, idea de carácter
netamente liberal que se conserva en las tres ideas de libertad del Estado liberal contractual.
Así entendidas las cosas, la idea de libertad en el Estado liberal contractual que pretendemos
elucidar sostiene la necesidad de cumplir las obligaciones que estipule el Estado exigiendo
de él una esfera de derechos que permitan la convivencia y la regulación de los seres
humanos. Sin embargo, quedan varios elementos por dilucidar qué hacer con una visión del
Estado que centrado en el individuo o en el colectivo propone libertades individuales y para
garantizarlas, sosteniendo la idea de que cada individuo es empresario de sí mismo y que la
función del Estado es sólo la de proteger dichos derechos y garantizar el cumplimiento de los
deberes. Se requiere, sin lugar a dudas, de otra comprensión en la que el Estado se encargue
de proporcionar bienestar a sus asociados.

24
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Aramayo, R. (2015). Rousseau. Y la política hizo al hombre (tal como es). Madrid: Bonalletra
Alcompas
Bobbio, N. (1963). Locke e il diritto naturale. Torino: Giapichelli
Bobbio, N. Bovero, M. (1985). Origen y fundamentos del poder político. México: Grijalbo
Bobbio, N. (1992). Thomas Hobbes. México D. F: FCE
Bobbio, N. (2003). La lección de los clásicos. En: Teoría general de la política. Madrid:
Trota
Bobbio, N. (2012). Liberalismo y democracia. México, México D. F.: FCE
Hegel, G. W. (1993). Fundamentos de la filosofía del derecho. Madrid: Libertarias/ Prodhufi
Hobbes, T. (2005). Elementos de derecho natural y político. Madrid: Alianza
Hobbes, T. (2010). De Cive. Madrid: Alianza
Hobbes, T. (2011). Levitan. México D. F: FCE
Kant, I. (1989). La Metafísica de las costumbres. España, Madrid: Tecnos
Locke, J. (2012). Segundo Tratado sobre el gobierno civil. Madrid: Alianza
Maquiavelo, N. (2015). Discursos sobre la primera década de Tito Livio. Madrid: Alianza
Montesquieu. (2005). Del espíritu de las leyes. Madrid: Tecnos
Rousseau, J. J. (2008). Las confesiones. Madrid: Alianza
Rousseau, J. J. (2009). El contrato social o Principios de derecho político. Madrid: Tecnos
Rousseau, J. J. (2013). Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre
los hombres. Medellín: Editorial Universidad de Antioquia

25

También podría gustarte