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¿Cómo incrementar la innovación tecnológica en

México?
Por Armando Bonilla

Ciudad de México. 24 de febrero de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- En


México, menos de 10 por ciento de las patentes registradas pertenece a
mexicanos, según datos del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial
(IMPI). Ante ello, la pregunta obligada es ¿acaso en el país no se realiza
investigación e innovación tecnológica?

En ese contexto, es necesario precisar que el Consejo Nacional de Ciencia y


Tecnología (Conacyt) cuenta con un Registro Nacional de Instituciones y
Empresas Científicas y Tecnológicas (Reniecyt), precisamente los artífices de la
producción científica —tecnológica en particular— del país.

De acuerdo con información contenida en el sitio web del Conacyt, las entidades
que concentran más empresas adscritas al Reniecyt son: Ciudad de México, 941;
Nuevo León, 486; Jalisco, 445; Estado de México, 379; y Guanajuato, 287. Tan
solo entre estas cinco entidades existen dos mil 538 empresas cuya actividad se
relaciona con ciencia e innovación tecnológica.

Entonces, ¿qué sucede con la producción de innovaciones tecnológicas? ¿Por


qué no se ven reflejadas en el registro de patentes en el IMPI? Una de las posibles
causas en torno al bajo registro de patentes es la falta de programas de
seguimiento a proyectos que ya han sido apoyados, los cuales permitan escalar
los prototipos desarrollados a nivel industrial y que al final del camino deriven en
su comercialización; asimismo, la falta de esquemas que permitan un mayor
vínculo entre el sector científico (académico) y el sector empresarial, incluidos
canales de difusión de la ciencia adecuados.

Antes de abordar la postura de las empresas que hoy en día han llevado un paso
más allá sus desarrollos científicos, concretando productos comerciales, es
necesario mencionar los esfuerzos que se han hecho para avanzar en el camino
hacia una mayor producción de innovaciones tecnológicas.

La primera de esas acciones importantes tiene lugar en las modificaciones a los


artículos 40 y 51 de la Ley de Ciencia y Tecnología y de la Ley Federal de
Responsabilidades de los Servidores Públicos, cambios de los cuales se
desprende que ahora los científicos pueden concretar acuerdos con la iniciativa
privada para explotar (comercialmente) los derechos de sus inventos.

Otro esfuerzo más tiene lugar en el Programa de Estímulos a la Innovación (PEI)


del propio Conacyt, a través del cual se busca incentivar la inversión de las
empresas en actividades y proyectos relacionados con la investigación, desarrollo
tecnológico e innovación.
Impacto del programa a nivel empresarial

Derivado de dicho programa, existen empresas que han obtenido apoyo para
realizar investigación e innovación tecnológica. Tal es el caso de la empresa
Meebox, que en sus inicios recurrió a los recursos de un programa Conacyt para
concretar un proyecto y que tras ese arranque, hasta cierto punto incierto, hoy en
día es una de las pocas empresas mexicanas que acudieron al Consumer
Electronics Show (CES) 2016.

En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, Carlos Koch, director general de


Meebox, explicó la importancia de contar con dichos apoyos de cara al gran reto
que significa incrementar la participación de México en cuanto a innovación
tecnológica se refiere y que a su vez ello repercuta en el desempeño de la
economía nacional.

“Somos una empresa que nace en 1994 (en medio de una crisis económica);
comenzamos a trabajar con anticipos de clientes y a través de créditos. Hemos
sido afortunados porque también contamos en un inicio con el apoyo de un Fondo
Conacyt, el Fondo Alberta, Canadá-Conacyt, para generar soluciones tecnológicas
en ambos países”.

Recordó que aquella ocasión desarrollaron una plataforma multiasientos para


evaluación académica que desafortunadamente no tuvo el impacto deseado, pero
que sentó las bases para que la empresa entendiera que la ruta a seguir era hacer
innovación tecnológica.

Al respecto, subrayó que es ahí donde existe un hueco que debe ser llenado a
través de un programa Conacyt, orientado al seguimiento de los prototipos
desarrollados a través de los proyectos que ya apoyó financieramente.

“(Una vez logrado un prototipo) hacen falta más pruebas piloto, es necesario que
la tecnología mexicana cuente con un escaparate para que llegue a ser utilizada, y
no sé si en este último paso la solución sea algo que tenga que ver directamente
con el gobierno”.

Propuesta de las empresas para detonar innovación tecnológica

En ese contexto, Carlos Koch colocó sobre la mesa una propuesta muy concreta
para que, desde el Conacyt, se fomente la comercialización de las innovaciones
tecnológicas que en las empresas mexicanas, así como universidades y centros
de investigación, se llevan a cabo.

“Creo que es importante que las empresas mexicanas exhiban sus desarrollos y
tal vez Conacyt puede organizar grupos de empresas, incluso por estado, para
apoyarlos a asistir a eventos como el CES, pero en calidad de expositores, y que
lo hagan llevando las tecnologías que han desarrollado o que están desarrollando
a nivel prototipo”.

Relató que, con base en su experiencia en el CES, existen ya este tipo de


ejercicios en otros países, por ejemplo Japón, donde sus grupos de empresas
acuden a dichos eventos apoyados, respaldados y coordinados por algunas de
sus instituciones gubernamentales de ciencia y tecnología.

Entrevistado en otro momento, Francisco Martínez García, director general de


Cóatl, otra de las empresas mexicanas que asistió a la edición 2016 del CES,
coincidió con la propuesta de Carlos Koch al mencionar la importancia de que
instituciones como el Conacyt se involucren más en el seguimiento de las
innovaciones tecnológicas que los investigadores y científicos nacionales
desarrollan.

Pese a que su empresa (startup) no se ha visto beneficiada con algún apoyo


Conacyt, señaló que le resulta muy importante contar con apoyos como los que
otorga el Consejo y que incluso, aun cuando ellos ya tienen un producto
terminado, están analizando constantemente las convocatorias de Conacyt con la
intención de acceder a recursos para otros de sus proyectos.

“Debería haber más empresas mexicanas participando en eventos como el CES,


pero tomando en cuenta que no es tan fácil estar en eventos como estos —ferias
que demandan de ciertos recursos— el escenario se complica (…) Ojalá el
Conacyt pudiera estar pendiente también de eso y otras empresas que requieren
de apoyos cuando llegan a una etapa en la que quieren vender sus productos”.

Finalmente, Roberto Elizalde, CEO de Gowin, startup que también vio actividad en
el CES 2016, dijo al respecto que efectivamente uno de los problemas más
comunes a los que se enfrentan aquellas personas que realizan investigación
orientada a la innovación tecnológica radica en la falta de recursos suficientes en
todas las etapas del proyecto.

“(Nosotros consideramos que) hay mucho potencial en el mundo para los


desarrollos que desde México se realizan; no obstante, lo único que hace falta en
la mayoría de esos casos son recursos para convertir las innovaciones en
productos globales”, concluyó.

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