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INTRODUCCIÓN A LA CIENCIA JURÍDICA

TEMA 2

TÓPICOS SEGÚN EL PROGRAMA DE ESTUDIOS,CUYA FUENTE ES EL LIBRO


INTRODUCCIÓN AL DERECHO DE ABELARDO TORRÉ:
Tema 2: El conocimiento jurídico. La clasificación de las ciencias y las disciplinas jurídicas
Introducción: El conocimiento vulgar. El conocimiento científico-filosófico. Ciencia y
filosofía.
Clasificación de las ciencias: a) Ciencias jurídicas fundamentales. ...
Introducción al derecho: Concepto. Denominaciones. Carácter. Contenido. Historia.

ESTOS OTROS TÓPICOS DEL TEMA 2, SU FUENTE ES EL LIBRO INTRODUCCIÓN A LA


CIENCIA JURÍDICA DE LUIS P. FRESCURA Y CANDIA (PÁGINAS 11 AL 19 Y 25 AL 30):
Disciplinas jurídicas: su clasificación en fundamentales y auxiliares. Jurisprudencia. Ciencia del
Derecho o Dogmática jurídica. Su objeto y división. La sistematización jurídica: recursos técnicos
empleados. Filosofía del Derecho: definición. Los temas fundamentales de esta disciplina.
Distinción entre Ciencia y Filosofía del Derecho. b) Disciplinas jurídicas auxiliares: Historia
del Derecho: noción y divisiones Método moderno que caracteriza la tarea del historiador del
Derecho. Fuentes del conocimiento histórico del Derecho. Derecho comparado:
denominaciones. Definición y utilidad de su estudio. Sociología Jurídica: definición y objeto. La
Lógica jurídica: instrumento de la Dogmática. El método jurídico.

FRAGMENTO DEL LIBRO DE ABELARDO TORRÉ:


“CAPÍTULO 2
GRADOS DEL CONOCIMIENTO.
LA CLASIFICACIÓN DE LAS CIENCIAS
Y LAS DISCIPLINAS JURÍDICAS

SECCIÓN PRIMERA
GRADOS DEL CONOCIMIENTO

1. Aclaración previa.— A continuación expondré algunos conceptos


necesarios para la mejor comprensión de los temas posteriores. Me referiré
sucesivamente a:
I) Grados del conocimiento en general.
II) Grados del conocimiento jurídico.

I. GRADOS DEL CONOCIMIENTO EN GENERAL


2.— El conocimiento humano, desde el punto de vista lógico ', puede ser;
1) vulgar,
2) científico, o
3) filosófico.
3. Conocimiento o saber vulgar (o precientífico, o ingenuo, o imperfecto de
un objeto, es el que tiene una persona sin preparación especial sobre él y derivado
de la experiencia misma de la vida. Saber que al día sucede la noche, que el fuego
quema, que el reloj es un aparato que indica la hora, o el caso de la oficiosa vecina
que conoce un remedio "infalible" contra la jaqueca o el dolor de estómago, son
ejemplos del saber vulgar.
Se trata siempre de conocimientos revelados principalmente por los sentidos
(con una mínima dosis de raciocinio, existente en todo conocimiento humano), que
presentan a su vez una gradación, porque "lo que ahora denominamos saber vulgar,
por lo menos para el hombre de ciudad, está impregnado de nociones científicas y
seudocientíficas que han ido pasando insensiblemente al uso de todos,
organizándose espontáneamente en lo que se suele llamar verdades de sentido
común". Por eso cabe decir que el saber vulgar, en lo que haya sido influido por
nociones científicas, "opera sobre simples asociaciones, precipitadas
generalizaciones nacidas de ejemplos o casos insuficientes, y de semejanzas y
diferencias superficiales, y que el razonamiento por analogía ocupa en él, el lugar
que en la ciencia tiene la inducción científica". Este conocimiento es, por lo general,
mayor en el hombre de ciudad que en el hombre de campo; mayor en el adulto que
en el niño (en el científico, no es a menudo el que más ha visto quien más sabe);
pero es siempre un saber predominantemente empírico, como lo es hasta el del
sabio, sobre lo que no tiene especial preparación.
En consecuencia, este conocimiento es siempre superficial, porque se
desconocen las verdaderas causas que explican cabalmente los hechos y, por lo
tanto, en ciertos casos, las leyes que los rigen. Pero no obstante, creo errónea la
subestimación de este saber, históricamente anterior al científico y base sobre la
cual se asienta, porque a él debemos; a) las verdades de hecho, fruto de la
experiencia sensible, como por ejemplo que los cuerpos tienen longitud, latitud y
profundidad, y b) los primeros principios de la inteligencia, evidentes por sí mismos,
como por ejemplo que el todo es mayor que la parte, etc.
4.— En síntesis, los caracteres principales de este conocimiento son:
a) incierto (aunque a veces verdadero), pues no conoce con certeza;
b) superficial o por los efectos;
c) desordenado o no metódico; en efecto, "el saber vulgar es el resultado de
una ininterrumpida sedimentación; en el fondo de su cauce, el río de la vida va
depositando capas de sustancias de la más diversa naturaleza y arrastradas desde
muy varios lugares. Una especie de gravedad aprieta una contra otra las partículas,
las funde en un todo compacto; el río trajo todo eso, pero suele ser modificado en su
curso por la manera como el depósito se distribuye en el cauce. En el saber común,
saber y vida dependen el uno de la otra y mutuamente se condicionan".
5. Conocimiento o saber científico.— Sin entrar en mayores disquisiciones,
cabe enumerar como caracteres principales los siguientes:
1) Cierto, en el sentido de certeza objetiva (v. Cap. 1, párr. 52, nota 18), es
decir, que pueda ser apreciada por todos. El conocimiento vulgar refleja los hechos
tal como aparecen a los sentidos (realismo ingenuo); el científico, por el contrario,
busca la realidad tal cual es y no tal como se nos aparece, vale decir, busca la
verdad, que suele ocultarse tras engañosas apariencias. Esto no quiere decir que
las ciencias no contengan errores —Radbruch decía exagerando un poco, que las
ciencias son cementerios de errores— pues la historia evidencia que lo tenido por
verdad durante mucho tiempo, como por ejemplo, el sistema geocéntrico de
Ptolomeo, puede resultar un error, pero esto no invalida lo antedicho y sólo
demuestra que la ciencia está en constante progreso.
Sin perjuicio de lo dicho como carácter general, cabe advertir que no todos
los conocimientos que se tienen por científicos, presentan esa certeza absoluta. "Al
lado de los conocimientos ciertos, la masa de los probables es enorme. Ante todo,
toda ley inductiva es meramente probable, por muy elevada que sea su
probabilidad. En ciencias como la geología y la biología, no sólo se admiten
conocimientos de cuya verdad no se está absolutamente seguro, sino que conviven
hipótesis o teorías distintas para dar cuenta de los mismos hechos. En la física
actual ocurre lo mismo"'. Ahora bien, como no cualquier conocimiento probable
puede pretender categoría científica —la órbita de lo probable es infinita— resulta
adecuado limitar esta referencia a lo muy probable, poniéndolo así en la definición.
En síntesis, conocimientos científicos son los ciertos y los muy probables.
6.— 2) Explicado y fundamentado. La ciencia nos da una explicación
satisfactoria de la realidad material y espiritual, fundamentada en rigurosas
comprobaciones. "No se limita a recoger el saber que buenamente llega al científico,
sino que lo somete a prueba, le exige sus comprobantes. Indagaciones y prueba
suelen ir juntas en la metodología científica, y los métodos de la inducción, por
ejemplo, contienen todas las precauciones imaginables para el rigor y seguridad de
los resultados. El hombre de ciencia no expone dogmáticamente sus resultados; los
somete a la consideración de los colegas con sus justificativos, muestra el camino
recorrido y los procedimientos empleados para que pueda apreciarse la justeza de
una y otros".
Nótese que he dicho conceptos explicados y fundamentados; esto se justifica
porque definir el saber científico como un conocimiento por las causas —como ya
decía Aristóteles— si bien es exacto con relación a las ciencias naturales (sólo hay
verdaderas "causas" en el mundo de la naturaleza), no ocurre lo mismo en lo que
respecta a las ciencias culturales. Tampoco resulta exacto definirlo como el conjunto
de "leyes" que explican las relaciones entre los fenómenos, como sostenía el
positivismo comteano, porque no abarcaría muchas ciencias, como la Historia por
ejemplo, que no formula leyes. Por último, agregaré que también es inexacto afirmar
que sea un conocimiento de "lo general", porque a la ciencia le interesa también lo
individual, al punto de que hay ciencias referidas a lo singular (p. ej., la Historia —v.
párr. 104—). En síntesis, estas definiciones tradicionales y muy corrientes, son hoy
objetadas por no abarcar muchas ciencias culturales como la Historia, la Ciencia del
Derecho, etc., reconocidas hoy con tal jerarquía.
7.— 3) Sistemático. El conocimiento científico, "por más probado y justificado
que esté, no es ciencia si no está organizado metódicamente, si no está
sistematizado. La ciencia es un sistema, saber jerarquizado y ordenado según
principios" ^°. Como es lógico, cuando se dice "ciencia", o "la ciencia", así en
general, se hace referencia a esa forma peculiar de conocimiento que es el saber
científico, porque en realidad, no hay una "ciencia general" distinta de las ciencias
particulares. Quede pues bien aclarado que lo único existente en verdad, son las
ciencias particulares (Física, Química, Sociología, etc.) y, además, que el único
saber "general" —en el sentido de absoluto— es la filosofía.
8.— 4) Sentido limitado. Esto significa que las ciencias consideran sí,
determinados sectores del universo —a veces amplísimos—, mas lo hacen
concretándose a ese sector o región, que constituye el objeto propio '' de cada una
de ellas. El estudio puede ser muy profundo, pero aun así no debe trascender el
marco impuesto por el respectivo objeto, ya que de pasar tal límite, se estaría
incursionando en el ámbito de otra disciplina.
Ahora bien, es cierto que en algunos casos, el hombre de ciencia se pone a
reflexionar sobre el sentido, el método, etc., propios de su disciplina, pero entonces
debo advertir que ha salido del plano científico, para incursionar en el terreno
filosófico; por otra parte, tal proceder es muy justificado, por la necesidad de una
concepción filosófica que aclare al científico la estructura y caracteres de la ciencia
que cultiva, las diferencias con otros sectores del saber científico, etc., para que así
comprenda mejor su propia ciencia.
También es cierto que hay ciencias —como la Astronomía, la Matemática,
etc.— que nos proveen de conocimientos de validez "universal", entendiéndose esta
palabra en el sentido de que dicha verdad se verifica tanto aquí como en China o en
el Polo Sur. Pero, evidentemente, no es éste el sentido filosófico de la palabra
universal, al que ya se ha hecho referencia en la primera frase del párr. 8 (es decir,
como sinónima de absoluto), y esto sin contar que, por otra parte, el conocimiento
científico no tiene el carácter de autónomo que corresponde al saber filosófico (v.
párr. 11).
Vale decir entonces que un conocimiento puede ser "universal" en el sentido
científico de esta palabra (en rigor se tratará de un concepto "general" y, por lo
tanto, contingente), pero seguirá siendo siempre "limitado" para la filosofía. Por
último, para evitar un malentendido, conviene aclarar que estas reflexiones no
implican una subestimación de las ciencias, a las que, por otra parte, tanto debe la
humanidad, pues han posibilitado y posibilitarán grandes progresos de toda índole.
Lo único que quiere destacarse, es que se trata de conocimientos de distinto tipo y
nada más.
9.— La filosofía, a su vez, puede estudiar también un determinado sector del
mundo de los objetos —el derecho o el arte por ejemplo—, pero para estudiarlos, se
los proyecta sobre el telón de fondo del universo —valga la expresión—
considerando su sentido absoluto, es decir, aquello que ese objeto tiene de
esencial, relacionándolo con una concepción integral del mundo y de la vida. Por
eso se dice que la filosofía, a diferencia del saber científico, es un conocimiento
absoluto (o universal o pantónomo).
10. Definición de ciencia.— Luego de estas reflexiones, podemos decir que
una ciencia —en el sentido estricto de este vocablo— es un sistema (3) de
conocimientos verdaderos o muy probables, rigurosamente explicados y fundados,
que se refieren con sentido limitado, a un cierto sector de objetos.
A su vez, si hablamos de "la ciencia" o del "conocimiento científico", diremos
que es una forma peculiar del conocimiento, que se caracteriza por los rasgos
explicados.
11. Conocimiento o saber filosófico.— Ortega y Gasset ha dicho en
magnífica síntesis, que la filosofía es un conocimiento autónomo y pantónomo. A
continuación, explicaré ambos caracteres:
1) Es autónomo, en el sentido de que es un saber sin supuestos. En efecto,
mientras el conocimiento científico es un saber que presupone ciertos conceptos, la
filosofía, "no sólo carece de supuestos, sino que dedica gran parte de su esfuerzo a
la dilucidación de los supuestos científicos '3. Así por ejemplo, la ciencia presupone
la posibilidad de conocer la realidad; en cambio, la filosofía, hace de ello un
problema y lo somete a un riguroso análisis.
Tan cierto es este carácter, que la filosofía comprende también el problema
del conocimiento filosófico, o por decirlo con otras palabras, se examina a sí misma.
Por eso se ha dicho que hay también en ella, una "filosofía de la filosofía".
2) Es pantónomo, en el sentido de que abarca la totalidad de los objetos, en
aquello que tienen de esencial, es decir, en los problemas de mayor profundidad, lo
que implica manifestar que cualquier objeto puede ser materia de reflexión filosófica.
Prueba de lo afirmado es que hay no sólo una filosofía de lo cultural (filosofía de la
historia, del derecho, del arte, etc.), sino también de lo natural (genéricamente
denominada filosofía de la naturaleza), de los objetos ideales (filosofía de la
matemática, etc.), etc.
Como es lógico, estos caracteres que permiten diferenciar nítidamente la
ciencia de la filosofía, no significan que carezcan de rasgos comunes; prueba de ello
es que, sin duda alguna, la filosofía tiene también los tres primeros caracteres
asignados al conocimiento científico. En conclusión, diremos que no son opuestos,
pero sí distintos.
II GRADOS DEL CONOCIMIENTO JURÍDICO
12.— Aplicando ahora los conceptos anteriores al saber jurídico, resulta que
éste puede ser de tres grados:
1) Conocimiento jurídico vulgar: entre otros aspectos, es el que se refiere:
a) al concepto del derecho que tiene la generalidad de las personas, limitado
a la ley, al decreto, a la ordenanza municipal, etc., según los casos y al carácter
obligatorio de estas disposiciones;
b) al conocimiento de casos particulares resueltos por los tribunales;
c) a la información de que hay normas jurídicas que han regido o rigen en un
lugar determinado. Por ejemplo, que las leyes de Estados Unidos y México,
permiten que la gente se divorcie más fácilmente o en forma absoluta, etc.
13.— 2) Conocimiento jurídico científico. Aclarémoslo mediante un ejemplo
sencillo: una persona, por el hecho de haber celebrado un contrato de locación,
puede saber cómo se realiza, qué cláusulas contiene, etc., lo que configura un
conocimiento vulgar. Pero, si sobre esa base nos remontamos al estudio del
régimen jurídico de este contrato en nuestras leyes, jurisprudencia, etc. y, más aún,
al análisis de los elementos permanentes y accidentales de todo contrato, por
ejemplo, estaremos haciendo ya Ciencia del Derecho.
El enfoque científico de la realidad jurídica, es lo que da origen a las Ciencias
Jurídicas que, por ser varias, la encaran desde distintos puntos de vista. Más
adelante, se hará referencia en especial, a las diversas Ciencias Jurídicas (v. índ.
alfab.).
14.— 3) Conocimiento jurídico filosófico. Aclarémoslo también con un
ejemplo: las ciencias jurídicas dan por supuestos una serie de conceptos, como la
noción del derecho, de la justicia, etc., que son problematizados por el pensamiento
filosófico y estudiados intensivamente, analizándose así los fundamentos mismos
sobre que reposan las ciencias jurídicas.
El conjunto de todos estos problemas —los esenciales y más profundos que
se refieren al derecho— es lo que origina la Filosofía del Derecho.

SECCIÓN SEGUNDA
CLASIFICACIÓN DE LAS CIENCIAS
15. Clasificación.— Como es evidente, las ciencias pueden ser clasificadas
desde distintos puntos de vista. Aquí nos interesa recordar la que atiende a la
naturaleza del objeto estudiado; pues bien, con este criterio, pueden distinguirse:
1) Ciencias de objetos ideales, como la Matemática.
2) Ciencias de objetos naturales (o ciencias naturales), como la Física, la
Química, la Botánica, la Geología, la Astronomía, etc.
3) Ciencias de objetos culturales (o ciencias culturales), como la Economía
Política, la Sociología en su orientación moderna, la Historia, la Ciencia del Derecho,
etc.
16.— Como aclaración terminológica agregaré que es más exacto decir
ciencia de objetos naturales o culturales, que ciencias naturales o culturales
simplemente, porque aún las ciencias "naturales", en tanto que sistemas de
conocimientos, son un producto cultural, es decir, son cultura. No obstante ello y por
razones de brevedad, se habla corrientemente de ciencias ideales, naturales y
culturales.
17. Las disciplinas jurídicas en la clasificación de las ciencias.— Después de
haber aclarado el carácter de objeto cultural que tiene el derecho, no puede
plantearse duda alguna respecto al carácter cultural de las ciencias que lo toman
por objeto. Por lo tanto, la Historia del Derecho, la Sociología Jurídica y la Ciencia
del Derecho stricto sensu (así como sus ramas), son todas ciencias de objeto
cultural.
18. Ubicación de la Filosofía Jurídica.— Ahora bien, la Filosofía del
Derecho, ¿es una ciencia? La respuesta variará según se considere a la filosofía
como ciencia o no, ya que al respecto, las opiniones se encuentran divididas, pues
mientras para unos la filosofía no es sino una ciencia más, para otros, se trata de un
orden de conocimientos de distinto grado. Por mi parte, creo acertada la segunda
opinión, pero claro que entendiendo la palabra ciencia, en el sentido estricto que le
he dado al hablar de los grados del conocimiento en general (párr. 10). Para
comprenderlo mejor, basta con tener en cuenta que la filosofía nos da no sólo la
fundamentación de las ciencias, pues investiga y esclarece los presupuestos de las
mismas, sino que es también una coronación de las ciencias, porque nos da el
sentido último de los objetos a que se refiere (el derecho, p. ej.), dentro de una
concepción total del mundo y de la vida. Y esto, entiéndase bien, referido a
cualquier sector óntico, pues hay no sólo una filosofía de lo cultural, sino también
como he dicho, de la naturaleza, de los objetos ideales, etc.
19. Las ciencias jurídicas como ciencias sociales y como ciencias culturales.
— Según se ha explicado, el derecho es un objeto cultural. Ahora bien, sin perjuicio
de ello, y considerando que existe allí donde hay sociedad, se lo califica también de
fenómeno social. Es por ello que las ciencias jurídicas que lo toman por objeto, han
sido calificadas de ciencias culturales o sociales, según el aspecto enfocado.
Cabe entonces preguntarse si ciencia social y ciencia cultural son la misma
cosa. Por mi parte creo que no, aunque hay entre ellas muchas semejanzas; en
efecto, el concepto de ciencias culturales es más amplio que el de ciencias sociales,
pues abarca algunas disciplinas que estudian manifestaciones individuales, como la
Literatura en tanto ciencia, etc., que, estrictamente hablando, no pueden ser
consideradas como ciencias sociales, pero sí como ciencias culturales (p. ej., la
literatura es un objeto cultural).
En lo que se refiere a la terminología, conviene aclarar que estas
denominaciones distintas responden a orientaciones filosóficas también diferentes,
pues mientras la expresión ciencias sociales nació de la filosofía positivista, siendo
empleada por autores positivistas y neopositivistas, la locución ciencias culturales
surgió de la filosofía culturalista.
20. Sociología General, Sociología Especial y Ciencias Sociales
Particulares.— Dentro del grupo de ciencias que estudian la realidad social, se
distingue actualmente entre Sociología General, Sociología Especial y Ciencias
Sociales Particulares.
La Sociología General, que encara el aspecto general de los fenónemos
sociales, ha sido definida por Alfredo Povifia, como "la ciencia que estudia, desde un
punto de vista general, el proceso de interacción humana y sus productos, tales
como se dan en la realidad". Los llamados "productos" de la interacción humana,
constituyen lo que Durkheim denomina "instituciones".
A su vez, las Ciencias Sociales Particulares, estudian determinados sectores
de la realidad social, desde un punto de vista propio y con métodos propios (p. ej..
Economía Política, Ciencia Política, Historia, Ciencia del Derecho, Pedagogía,
Lingüística, etc.). Es por ello que estas disciplinas, agrupadas bajo la denominación
genérica de Ciencias Sociales Particulares, en razón del carácter social de sus
respectivos objetos, difieren entre sí por los métodos y otros caracteres.
Por último, la Sociología Especial que tiene tantas ramas como ciencias
sociales particulares existen, enfoca el estudio de limitados sectores de la realidad
social, pero con el enfoque propio de la Sociología General (ejs.: Sociología
Económica, Sociología Política, Sociología del Derecho, Sociología de la Educación,
etc.).
Con estas aclaraciones, no es posible confundir la Sociología Jurídica con la
Ciencia del Derecho (o Dogmática Jurídica), pues esta ciencia, según veremos (v.
párrs. 24 y sigs.), tiene un enfoque y un método propios y originales.
21. Ciencias del espíritu.— Como también se emplea esta expresión con
sentidos diversos, conviene aclarar sus acepciones.
Para muchos autores, las expresiones "ciencias culturales" y "ciencias del
espíritu", son sinónimas. Por lo tanto, es evidente que en este orden de ideas cabe
hablar de las ciencias jurídicas como ciencias del espíritu; no obstante ello, de
ambas denominaciones, me parece mucho más clara y precisa la de ciencias
culturales.
Otros, en cambio, hacen un distingo entre ambos conceptos, y así por
ejemplo, F. Romero y E. Pucciarelli', sostienen que "las llamadas ciencias del
espíritu estudian el ámbito propiamente humano de la realidad, el hombre en su
peculiaridad y como creador y habitante del mundo de la cultura y la cultura misma.
El dominio de estas ciencias excluye en principio lo que en el hombre hay de común
con los demás seres vivos, lo que en él es naturaleza, y comprende dos grandes
apartados: la indagación del hombre en cuanto ente psíquico-espiritual (psicología)
y la de las estructuras que crea y convierte en su ambiente específico, como el
derecho, la sociedad, la ciencia, el lenguaje, la técnica, etc. (ciencia de la cultura)".
Como es obvio, también en este concepto, las ciencias jurídicas, si bien
genéricamente encuadran en las ciencias del espíritu, quedan catalogadas
específicamente como ciencias culturales.
...

SECCIÓN CUARTA
INTRODUCCIÓN AL DERECHO
137. Concepto.— Es la asignatura que tiene por objeto dar una noción
panorámica y sintética de las diversas disciplinas jurídicas, al par que una noción
elemental de los principales conceptos jurídicos por ellas estudiados.
Su razón de ser estriba en una exigencia pedagógica, como es la de dar en
forma sencilla a los que se inician en los estudios jurídicos, las nociones
elementales que han de servir de base al análisis de la ciencias jurídicas especiales
que se realizará a lo largo de la carrera. En fin, así como al finalizar los estudios de
abogacía, se impone la Filosofía del Derecho, es necesario al comienzo de la
carrera un curso de introducción, que sea para el estudiante lo que una guía de viaje
y una brújula para el explorador. Esta materia le dará una idea previa de lo que va a
recorrer, evitando así que se pierda o desoriente en la consideración de las ciencias
jurídicas particulares y de los problemas jurídicos concretos.
"Víctor Cousin, decano de la Facultad parisiense, explicaba en 1840, con
ocasión de inaugurarse el respectivo curso, que este estudio iniciativo venía a ser
una carta geográfica y un vocabulario indispensable a quienes iban a penetrar en el
país desconocido del Derecho, donde se hablaba un lenguaje técnico. Pepere
compara la Introducción Enciclopédica (o Enciclopedia Introductiva) a la vista
panorámica que se obtiene desde un observatorio, desde el cual el peregrino mira el
país extendido a sus pies, mide la extensión y contempla el conjunto".
138. Denominaciones.— Entre otras, recordaré las siguientes: Introducción
al Derecho, Introducción al Estudio del Derecho, Introducción a las Ciencias
Jurídicas, Introducción General al Estudio del Derecho, Introducción a la Ciencia del
Derecho, Introducción Enciclopédica al Derecho, Enciclopedia Jurídica,
Prolegómenos del Derecho, Introducción a las Ciencias Jurídicas y Sociales,
Introducción al Derecho y a las Ciencias Sociales, etc.
No corresponde entrar aquí en discusiones terminológicas, pues
indudablemente, la exactitud de una u otra denominación depende del contenido
que se asigne a la materia. Pero tal como se la encara hoy predominantemente,
creo preferible llamarla "Introducción al Derecho", no sólo por razones de brevedad,
sino sobre todo porque se trata de una de esas denominaciones consagradas por
un largo uso, cuyo significado todos entienden sin duda alguna. Por otra parte, en su
amplitud, permite abarcar no sólo la introducción a la Dogmática Jurídica, sino
también una síntesis de las otras ciencias que se refieren al derecho y una
introducción a la filosofía jurídica.
Sin embargo, es indudable que tiene el inconveniente de incluir un término
equívoco, la palabra "derecho", que tanto puede significar el régimen jurídico como
las disciplinas que lo estudian. A pesar de ello y por las razones consignadas,
prefiero mantener la denominación tradicional.
139. Carácter.— A este respecto se han sostenido dos opiniones
irreductibles: una que la consideraba como "ciencia general del derecho" —y por
tanto autónoma— y otra, predominante en la actualidad, que le asigna el carácter
de...
-Asignatura meramente formal o no autónoma.
Ésta es indudablemente la opinión acertada y la que hoy día prevalece. En
efecto, la "Introducción al Derecho" no es una disciplina jurídica autónoma, en el
significado auténtico de la expresión —tal como las estudiadas hasta aquí—, sino
que se trata por el contrario, de una materia puramente formal, entendiendo este
vocablo en el sentido de que no tiene un contenido propio y exclusivo. Tan cierto es
esto, que el contenido de la Introducción al Derecho pertenece fundamentalmente, a
las cinco disciplinas ya estudiadas. Veamos algunos ejemplos: esta Introducción
estudia el concepto del derecho, sus diferencias y relaciones con la moral, el
problema de la justicia, etc., temas que pertenecen a la Filosofía Jurídica, si bien
tratados en forma elemental. Además, entre otros aspectos, se estudian en forma
sencilla las distintas ramas de la Ciencia Dogmática, problemas de Historia del
Derecho, etc., todo lo cual indica evidentemente, que la Introducción al Derecho
contiene temas que son objeto de otras disciplinas, encarados con los respectivos
enfoques y métodos propios de cada una de ellas, si bien con la particularidad de
exponerlos en forma breve y elemental.
En síntesis, la Introducción al Derecho no es una disciplina jurídica
autónoma, sino una materia puramente formal, cuya existencia se funda en razones
pedagógicas. Lo dicho no significa restar jerarquía a esta asignatura didáctica —
como lo son todas las "introducciones" a diversos estudios— pues
indiscutiblemente, es imprescindible y muy eficaz para el que comienza la carrera de
abogado. Por otra parte, cabe reconocer que resulta particularmente difícil
exponerla con claridad y método, porque presupone el conocimiento más o menos
preciso de todas las disciplinas jurídicas.

141. Contenido.— Con lo explicado, resulta claro a nuestro entender que la
Introducción al Derecho no debe ser sólo una introducción a la Filosofía del
Derecho, sino también una introducción a la Dogmática Jurídica, a la Teoría General
del Derecho, a la Sociología respectiva y a la Historia del Derecho. Además, por
razones obvias, debe comprender algunos temas de diversa índole (tales los
referentes a la profesión de abogado, la vocación jurídica, la ética profesional, etc.),
constituyendo una parte preliminar. Es por ello que nuestra materia tiene
simultáneamente perfiles filosóficos, dogmáticos, sociológicos, históricos, etc.
142.— No obstante, es obvio que el contenido de nuestra materia varía
según la concepción de los autores y a veces también por razones prácticas de
organización universitaria. Así, por ejemplo, en las facultades que no cuentan con
una cátedra especial de Sociología, se le agrega a la Introducción al Derecho,
algunos temas de Sociología General (y entonces se la denomina preferentemente,
"Introducción al Derecho y a las Ciencias Sociales"). Por mi parte, dada la
importancia y extensión que tiene actualmente la Sociología, pienso que requiere
ser objeto de un curso especial; por tal motivo no ha sido tratada en la presente
obra, salvo alguna que otra referencia de carácter general.
143. Historia.—
l) En general. Desde poco antes de promediar el siglo XIX, comenzó a
establecerse esta materia en las facultades europeas. Tuvo lugar por primera vez en
Francia, en 1840, y se la denominó "Introducción General al estudio del Derecho".
Desde entonces, ha sido implantada prácticamente en todas las universidades.
...

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