Está en la página 1de 2

Historia del contenedor marítimo

McLean y la caja que cambió el transporte de mercancías

“Qué fácil sería tomar el camión en sí, su caja, y ponerla sobre cubierta”.

Lo que comenzó como una simple idea, se convirtió en el invento que cambiaría para siempre la
historia del tráfico internacional y, por lo tanto, la del comercio.

El día de hoy, esa simple pero genial idea cumplió ¡60 años! por ello les quisimos compartir este
pequeño reportaje, en honor a aquel hombre visionario que le dio un giro al transporte
internacional de mercancías, con la creación del contenedor.

El origen del contenedor es casi tan antiguo como el del transporte. Cuenta la historia que un día,
mientras esperaba en la zona portuaria de Carolina del Norte el momento para entregar la carga
de su vehículo, un joven camionero de tan solo 21 años de edad, observaba cómo con muchísimo
esfuerzo y trabajo, los estibadores traspasaban fardos de algodón de los camiones al buque, para
posteriormente ubicar -con el ritmo que un humano puede hacerlo- la pesada carga en la bodega.
Entonces, el joven pensó:

“Es una verdadera pérdida de tiempo y dinero. ¿Y si mi camión pudiera subirse con todo su
volumen

a bordo del buque de una sola vez?”.

Con esta “pequeña, gran idea”, Malcom McLean, originario de Nueva Jersey, pasó de ser un simple
inventor a un emprendedor, para finalmente con el tiempo, convertirse en el “Gran empresario
del Transporte”, logrando subir la primera carga completa a un buque mediante un contenedor.

Diecinueve años más tarde de haber tenido esa idea descabellada, McLean logró materializar su
sueño, cuando, convertido en un próspero empresario de transporte carretero y ante la negativa
por parte de una ferroviaria a su propuesta de subir sus trailers a los vagones, tomó la decisión de
aventurarse en un terreno completamente nuevo y desconocido.

McLean compró un par de viejos buques ocupados durante la Segunda Guerra Mundial, y con
ayuda de algunas manos ingenieras, hizo construir cajas metálicas con las mismas dimensiones de
sus trailers, pero sin el sistema de rodamiento. Posteriormente agregó en las ocho esquinas del
equipo, dispositivos para su manipuleo y esquineros.

El primer contenedor media 35 pies de longitud, 8 pies de anchura y otros 8 de altura,


dimensiones que hoy en día ya no son utilizadas, pues el ISO establece otras medidas.

Ideal X y Alameda, fueron los nombres de sus dos primeros buques, los cuales tenían una
capacidad para mover 58 de esas primeras cajas metálicas, las cuales terminaron por nombrarse:
“contenedores”.

Buque Ideal
Justamente fue el buque Ideal X el primero en romper olas en el océano, con su viaje inaugural en
abril de 1956 que zarpó de la ciudad de Nueva York hasta Houston.

Pero, McLean no paró ahí, pues más tarde continuó desarrollando incansablemente su negocio.
Con la idea de poder aplicar su invención, compró la naviera ‘Pan-Atlantic Steamship Company’, a
la cual re-nombró: ‘SeaLand’. Esta tomó auge durante la Guerra de Vietnam al transportar equipo
militar y otros suministros a tropas estadounidenses.

Justamente en esa época, el inquieto empresario puso de nuevo a trabajar su imaginación y


decidió, que, en lugar de regresar los buques con contenedores vacíos desde Vietnam, estos
hicieran escala en Japón para traer productos a EEUU, lo que abrió nuevas vías al comercio entre
occidente y Asia.

Años más tarde, la International Organization for Standaritzation (por sus siglas ISO), se encargó de
normalizar el contenedor en aspectos como diseño, capacidad de carga y demás cualidades.
Finalmente, en mayo de 1966, un total de 228 contenedores hicieron su primer viaje
transatlántico partiendo de Nueva York hasta Rótterdam (Puerto más grande de Europa).

Primer contenedor marítimo

Desde aquel primer viaje en 1956, el contenedor continuó evolucionando e innovándose hasta
convertirse en lo que conocemos hoy en día. Con el tiempo, se dieron cuenta que no todas las
mercancías podían ser transportadas de la misma manera, fue así como se fueron creando una
amplia variedad de contenedores especiales: Refrigerados, aislantes, tanques, etc. cada uno con
tecnología única, que protege y maximiza las propiedades de los productos, para que estos lleguen
en perfecto estado a su destino.

El tiempo le dio la razón a McLean sobre lo costoso que resultaba el flete antes de los
contenedores, pues los 6 dólares por tonelada que se gastaban en el movimiento, se convirtieron
en tan solo ¡0.16!. Los buques dejaron de reposar semanas completas, para quedarse tan solo
unas horas en los puertos; dejaron de transportar 10,000 toneladas a 16 nudos, y comenzaron a
mover 40,000 toneladas a 24 nudos.

El transportista y su “invento del siglo” no sólo lograron acortar tiempos de trabajo, sino que el
transporte de mercancías pasó de hacerse de “puerto a puerto” a de “puerta a puerta”; las
instalaciones portuarias se convirtieron en arrendatarios de espacios y al mismo tiempo en
grandes operadores globales logísticos. Se redujeron también las tripulaciones, las estancias en los
puertos y los atraques lejos de los centros urbanos, modificando el estilo de vida de quienes
trabajaban dentro del sector.

Lamentablemente, a pesar de que el invento de este extraordinario visionario transformó la


historia del transporte y el comercio internacional, la trascendencia de McLean ha sido poco
reconocida y falleció en el 2001 casi en el anonimato. Sin embargo, hoy celebramos la valiosa
visión de este hombre emprendedor, que logró llevar más allá de la imaginación cada uno de sus
sueños, pues si algo nos queda muy claro es que, sin aquella brillante creación, nuestro negocio
¡nunca hubiera sido el mismo!

También podría gustarte