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La advertencia de Dios al Mundo

el mensaje desde prisión del reverendo Moon


PARTE 1

INTRODUCCIÓN
"Pues tampoco Cristo buscó su propio agrado; antes bien, como dice la
Escritura: Los ultrajes de los que te ultrajaron, cayeron sobre mí. En efecto, todo
cuanto fue escrito en el pasado, se escribió para enseñanza nuestra, para que con
la paciencia y el consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza".
Romanos 15:3-4

El juicio y prisión del Reverendo Sun Myung Moon ha constituido un impacto


para muchas personas, en muy distintas formas. Los fiscales federales de Estados
Unidos se sorprendieron cuando regresó de Corea, donde gozaba de inmunidad,
para enfrentar los cargos que se le hacían. Los miembros de la Iglesia de la
Unificación se escandalizaron con el tratamiento dado al Reverendo Moon
durante el juicio, y con el veredicto emitido por el jurado. Los enemigos de la
libertad religiosa quedaron sorprendidos ante la variedad sin precedentes de
iglesias y organizaciones laicas que apoyaron la causa del Reverendo Moon
cuando su caso pasó a la Suprema Corte. Estos "amici" que brindaron su apoyo
se sintieron a su vez sorprendidos por la negativa del Tribunal a considerar
siquiera las amenazas que el caso planteaba para la libertad religiosa en los
Estados Unidos.

Pero el mayor de todos los impactos fue el impulso de cooperación surgido entre
la Iglesia de la Unificación y otras iglesias cristianas en todo el territorio de los
Estados Unidos a partir del momento de la excarcelación del Reverendo Moon.
Dentro de la comunidad religiosa, la interacciones con el Movimiento de la
Unificación en los campos de la acción social, el ecumenismo, la reflexión
pastoral y la libertad religiosa cobraron un nuevo y sorprendente impulso. Las
actividades ecuménicas incluyen al Consejo Nacional para la Acción Social y
Eclesiástica, las Conferencias Ecuménicas para el Clero, la Asociación del
Sufrimiento Común, e innumerables sociedades locales y empresas cooperativas.
Los miembros de todas las confesiones cristianas están alabando a Dios por este
resurgimiento del espíritu y de la camaradería. La naturaleza interracial y
ecuménica de estas actividades ha generado refrescante espíritu de amor y buena
voluntad centrado en Dios, así como un nuevo sentido y una nueva dirección para
las iglesias de América.

Dentro de este contexto, muchos ministros desean tener algún tipo de "mensaje
desde prisión" del Reverendo Moon. Históricamente, muchos gigantes cristianos,
desde San Pablo a John Bunyan, y desde Dietrich Bonhoffer a Martin Luther
King, han escrito obras conmovedoras e importantes mientras cumplían
sentencias de prisión impuestas por autoridades hostiles. Como siempre, el
Reverendo Moon ha sido muy prolífico en su caudal de ideas e inspiración
mientras se hallaba en la prisión de Danbury. Diariamente, él continúa enseñando
y compartiendo, con otros su sabiduría. Nos habla especialmente del corazón de
Dios, y de la preocupación de Dios por la era actual. Está pensando también
mucho sobre el futuro de la humanidad; en este aspecto, se refiere a la necesidad
del diálogo religioso y la armonía para la obtención de la paz global; al amor
ideal, y a la educación de los jóvenes para llegar a crear verdaderas familias,
centradas en Dios; al mundo espiritual, y a la relación de lo espiritual con el reino
físico de la vida. Cuando está con otros religiosos, el Reverendo Moon pone el
énfasis en la revelación qué ha recibido respecto al pecado y a la salvación, la
vida de Cristo, y la segunda llegada. Como este libro ha sido preparado para
sacerdotes y pastores cristianos, hemos puesto también el énfasis en este aspecto
de las enseñanzas del Reverendo Moon.

La forma de producción del Reverendo Moon no es la palabra escrita, es un


comunicador oral. La mayoría de los documentos relativos a sus enseñanzas
fueron escritos por sus discípulos, extraídos ya sea de sus sermones o del dictado
directo. Sus pensamientos contemporáneos, por lo tanto, se registran en notas
reunidas por aquéllos que pueden visitarlo. Para poner este contenido a la
disposición de un auditorio más vasto, y en especial del clero, el Reverendo
Moon consintió en la publicación de una selección de sus discursos y sermones.
El contenido que él comunica actualmente desde detrás de los muros de la prisión
tiene una profunda continuidad con estos discursos y sermones. El presente
volumen es entonces una útil recopilación de lo que él manifiesta actualmente
ante los ministros y los discípulos que lo visitan, y constituye su "mensaje desde
la prisión".

El mensaje del Reverendo Moon se basa en la verdad inmutable. Es un fuerte


mensaje profético dirigido a América y al cristianismo. De modo que es una
advertencia de Dios. Puesto que Dios es un Dios de amor, la advertencia
proviene del corazón, y está dada con amor.
La infraestructura de este volumen consiste en tres discursos básicos en el
mensaje del Reverendo Moon a los cristianos americanos, complementados con
extractos de otros de sus sermones. A través de este proceso, los tres discursos de
"La Esperanza de Dios para el Hombre", "La Esperanza de Dios para América",
y "El Futuro del Cristianismo", se vieron ampliados a seis mensajes. El séptimo
mensaje incluido en el presente es su alocución ante varios cientos de miembros
de la Iglesia de la Unificación en el momento de su partida hacia Danbury.

Una palabra sobre la forma de abordar este material. El Reverendo Moon está
hablando como profeta de Dios. La misión del profeta es advertir, castigar, guiar,
interpretar la palabra de Dios para la sociedad que le es contemporánea. La
autoridad primera del profeta emana de Dios, que habla a través de él, y muchas
veces el mensaje se opone a las normas religiosas o sociales salvaguardadas por
las instituciones religiosas y las escuelas teológicas. El Reverendo Moon no es un
teólogo consumado, motivado por el deseo de desarrollar aspectos teológicos
contemporáneos. Tampoco se halla motivado por el deseo de agradar a la
sociedad. Lo motiva solamente el deseo de proclamar la verdad de Dios.

El Reverendo Moon es un orador exuberante. Habla con los miembros de su


iglesia durante horas, cada día y en todos los lugares imaginables: desde servicios
religiosos formales, a reuniones administrativas de la Iglesia, desde celebraciones
de cumpleaños a barcos de pesca, o alrededor de una fogata de campamento. No
importa cuál sea el escenario, su oratoria tiene un gran poder discursivo, que
abarca el más amplio espectro de la realidad humana y divina. A veces habla
durante horas encarando sólo superficialmente su tema, para luego retomarlo otro
día. Sus discursos se caracterizan por una gran cuota de reciprocidad con su
audiencia, y poseen algunas veces un delicioso humor y otras una seriedad y
arrepentimiento profundos, trasuntando siempre una gran visión e ideal.

Por lo tanto, la adecuada comprensión de sus palabras, alejadas como están de su


fuente por el intérprete, el traductor, uno o dos editores, y probablemente toda
una atmósfera, requiere algo especial. El Reverendo Moon se refiere a ese algo a
menudo a través de las charlas que figuran en el presente. Ese algo es un corazón
puro y abierto y una mente lúcida, ambos guiados y protegidos por la oración
sincera.

He sido discípulo del Reverendo Moon durante veintisiete años. Puedo visitar al
Reverendo Moon en la prisión de Danbury dos o tres veces por semana,
escuchando sus palabras durante varias horas en cada una de esas oportunidades.
Me alegra que su contenido pueda estar ahora a disposición de un público más
vasto, y sin embargo, me siento apenado porque lo que se lee aquí no es sino una
ínfima parte del pensamiento del Reverendo Moon. Esperamos con ansia el día
en que se pueda publicar una mayor cantidad de sus enseñanzas.

Me gustaría expresar mi agradecimiento al Dr. Tyler Hendricks, quien supervisó


la edición de este libro. Mi deseo es que Dios os otorgue la misma inspiración al
leer este libro y reflexionar sobre su contenido, que la que nos concedió a
nosotros en su preparación.

Reverendo Chung Hwan Kwak

Nueva York, Noviembre de 1984

 
EL IDEAL DE DIOS PARA EL MUNDO

Mi tema es El Ideal de Dios para el Mundo. Es un tema bastante amplio y


complicado en su contenido. Trataré de atenerme lo más posible a la cuestión
central.

A lo largo de la historia han habido grandes filósofos y filosofías que buscaron el


verdadero significado del comportamiento humano y de la felicidad. Cada uno de
ellos debía contestar siempre una pregunta fundamental: ¿Existe Dios? Todas las
batallas filosóficas se reducen en definitiva a esta cuestión fundamental y sin
embargo, aún no se ha hallado la respuesta. ¿Se podría llegar a una conclusión
definitiva si los filósofos se reunieran en una convención y sometieran el asunto a
votación? Si el resultado fuera positivo, ¿existiría Dios a partir de ese momento?
¿O estaría Dios allí aunque votaran que no? ¿Empezará Dios a existir cuando los
seres humanos lo descubran, o ha existido siempre? Los filósofos tratan de
probar o negar a Dios a través de la lógica, pero Dios es tan grande que no se
ajusta demasiado bien a la lógica humana. ¿Puede alguno de ustedes mostrarme
su mente y explicármela? Si alguien pudiera comprender su mente en un cien por
cien, entonces podría crearla, pero no lo puede hacer, porque no la conoce
totalmente. Esto muestra la grandeza de la mente. Los seres humanos tienen un
aspecto misterioso, y la lógica humana no puede percibir la grandeza de Dios o
de la existencia humana.

Esta es una afirmación muy importante: si usted puede probar la existencia de


Dios por medio de la lógica, Dios sería lo suficientemente pequeño como para
caber dentro de ella, y los seres humanos podrían crear a Dios y saber todo sobre
El. Las personas religiosas son mucho más sabias. Ya han decidido que hay un
Dios, y que, no solamente El existió desde un principio, sino que va a existir por
toda la eternidad.

Dios creó todas las cosas, pero en Su creación la humanidad ocupa la posición
central y suprema. Es muy importante por lo tanto que comprendamos
claramente la relación entre Dios y nosotros. En la historia han existido muchas
teorías con respecto a esta relación. Hay gran cantidad de opiniones diversas,
conceptos teológicos y escuelas académicas, pero la verdadera relación entre
Dios y los seres humanos sigue siendo una cuestión no resuelta.

Como la relación entre Dios y nosotros es fundamental para la vida, nuestro


entendimiento no puede seguir adelante hasta que hayamos aclarado totalmente
esta cuestión. A pesar de que diversas religiones se han desarrollado a lo largo de
la historia humana, debe haber un principio común a todas ellas que pueda
explicar la relación existente entre Dios y nosotros. Dios desea que
comprendamos este principio en su sentido esencial, y a través de Su revelación a
nuestros corazones hoy, esa comprensión es posible. Si hay un Dios, El necesita
absolutamente a los seres humanos, y hará todo lo posible para desarrollar esa
relación.

Para comenzar nuestra discusión, permítanme preguntarles: ¿Qué es lo más


precioso en vuestras vidas? ¿Cuál será la respuesta? Algunos dirán: "El poder".
Otros responderán sin duda que: "El dinero lo es todo". Y otros sugerirán: "La
sabiduría o el conocimiento". Entonces, ¿son esos elementos, el poder, el dinero,
el conocimiento, las cosas más importantes en la vida? Cuando nos enfrentamos
seriamente a esta cuestión, surgen otras preguntas. Y pronto llegamos a la
conclusión de que lo más precioso es el amor. El amor es lo más precioso en la
vida. Y después del amor, la propia vida es lo más precioso. Si tenemos amor y
vida, necesitamos sólo una cosa más: un ideal. Estos tres elementos, amor, vida y
un ideal, no son solamente preciosos y profundos en valor, sino que hacen que
nuestra vida merezca la pena ser vivida.

Todas las personas desean la vida eterna. Del mismo modo, sentimos un deseo
innato de que nuestro amor e ideales sean eternos, inmutables, únicos y
absolutos. Muchos escritores a lo largo de la historia han descrito la belleza del
amor eterno. ¿Qué escritor se ha sentido inclinado a glorificar el amor que
cambia de un día para otro? Las numerosas religiones del mundo que dan
testimonio de una vida más allá de esta vida terrena, afirman la realidad de
nuestro deseo de eternidad.

Además, el amor y los ideales están vacíos y no tienen significado en sí mismos,


si se encuentran de forma aislada. El amor existe sólo cuando hay alguien a quien
amar y alguien que nos ame. Un ideal necesita ser compartido con alguien. El
amor y los ideales cobran vida tan pronto como se manifiestan en una relación
recíproca y complementaria de dar y recibir establecida entre un sujeto y un
objeto. Estamos en la posición de objeto. Estamos en la posición de objetos y
siempre necesitamos de alguien que esté en la posición de sujeto. El amor y los
ideales brotarán y florecerán en plenitud sólo cuando haya dos elementos en una
relación de sujeto - objeto. Podemos decir que todas las cosas importantes en la
vida se producen por medio de relaciones.

¿Son los seres humanos la causa o fuente del universo, o alguien nos creó?
¿Cómo podemos ser la causa del universo, cuando ni siquiera nos hemos creado a
nosotros mismos? Es obvio que somos seres resultantes. Somos producto de
alguna causa. Por lo tanto, debe existir un sujeto o causa. Debe haber una causa
para la existencia de los seres humanos. Este sujeto o causa es entonces la
realidad esencial. Deberíamos estar tan seguros de esto como lo estamos de
nuestra propia existencia. El nombre que elijamos para esa causa no importa. Lo
más importante es que El está allí. Y lo llamamos "Dios".

Hagámosle nuestra pregunta a Dios. "¿Qué es lo más valioso para ti, Dios?" Dios
responderá: "El amor, la vida y mi ideal son las cosas más preciosas para mí".
¿Necesita dinero Dios? El creó todas las cosas. Todo Le pertenece de alguna
forma. No necesita dinero. ¿Necesita poder Dios? El ya es la fuente de todo
poder. ¿Y qué decir del conocimiento? Dios es omnisciente y la fuente de todo
conocimiento. Sí, Dios es todo esto. Pero ¿puede El solo conseguir amor, vida y
Su ideal? El desea compartir, dar y recibir en una relación recíproca con alguien.
Aún Dios todopoderoso no puede experimentar los valores del amor, la vida y Su
ideal cuando está solo. Por esto Dios creó a Su objeto, el hombre y la mujer a Su
imagen

Ahora preguntaré: ¿Porqué los seres humanos actuamos como lo hacemos? La


respuesta es simple: porque Dios actúa de esa forma. Todos los rasgos humanos
se originan en Dios. ¿Por qué somos como somos? Porque Dios es como es. Este
es el significado de haber sido creados a imagen de Dios.

Somos espejos que reflejan las características de Dios. Dios es como usted y yo.
Dios es el origen. Por lo tanto, nuestro amor proviene del amor de Dios. Nuestra
vida proviene de la vida de Dios, y nuestros ideales provienen del ideal de Dios.
Sentimos que éstas son las cosas más preciosas porque Dios sintió primero que
estas cosas eran las más preciosas. Dios es el Sujeto del amor, de la vida y de los
ideales. Nosotros somos los objetos del amor, de la vida y de los ideales. Si Dios
es absoluto, nosotros debemos ser absolutos. Si Dios es inmutable, nosotros
debemos ser inmutables. Si Dios es único, nosotros debemos ser únicos. Si Dios
es eterno, nosotros debemos ser eternos. Nuestra vida eterna no es una simple
fantasía, es una realidad. Puesto que Dios es eterno, Sus objetos, los hombres y
las mujeres, deben haber sido creados para la eternidad. De otro modo, no
podríamos reflejar la naturaleza de nuestro Dios eterno.

Si existe un Dios de amor, vida e ideales, y ese Dios no manifiesta todas estas
cualidades en los seres humanos, Su objeto, entonces Dios ha destruido su propio
propósito de creación. Dios proyectó Su propio valor pleno en Su objeto. Dios es
el Sujeto del hombre y de la mujer, y nosotros somos los objetos de Dios. Los
objetos son el total reflejo del sujeto. De modo que el hombre y la mujer juntos
son la forma visible de Dios, y Dios es la forma invisible del hombre y la mujer.
El sujeto y el objeto son uno. Dios y el ser humano son uno. El ser humano es
Dios encarnado. De otro modo, no sería capaz de reflejar plenamente la imagen
de Dios. Dios no podría convertir en realidad la alegría, que es el propósito de Su
creación. Cuando nosotros como objetos no somos tan perfectos como Dios, no
podemos reflejar plenamente el amor, la vida y el ideal de Dios. De modo que el
hombre y la mujer son tan importantes en valor como el propio Dios.

De la misma forma que nuestras mentes son reales para nosotros, Dios hubiera
sido una realidad viviente para nosotros. La mente nos dicta nuestras acciones, y
la relación entre Dios y los seres humanos debería haber sido la misma. En
nuestro estado actual debemos cuidar nuestras palabras antes de hablar, pero
¿tendría que hacer lo mismo una persona perfecta? Una persona perfecta es
automáticamente un reflejo de la mente universal, es decir, de Dios. Nadie que
fuera perfecto podría negar a Dios. Además, la dignidad y la integridad de los
verdaderos padres originales, los verdaderos Adán y Eva, se mantendrían durante
miles de años, y todos sus descendientes conservarían, como personas, la misma
dignidad e integridad que poseían Adán y Eva.

La relación entre Dios y la humanidad hubiera sido de perfecta unidad. Dios y los
seres humanos hubieran estado juntos por toda la eternidad. No podemos
separarnos de nuestra mente y, de la misma forma, los hombres y las mujeres no
se hubieran podido separar de Dios. Eso hubiera sido la perfección humana. Si no
hubiera existido la caída y esa perfección se hubiera mantenido, los seres
humanos se hubieran convertido en el núcleo del universo.

El hogar perfecto se hubiera convertido en un modelo para la sociedad, la nación


y el mundo, de modo que por más que se expandiese el mundo, siempre se
parecería a un ser humano. Entonces, ¿quién sería el centro del universo? En
realidad el eje central del universo está formado por Dios y Adán y Eva. ¿Por qué
habría de necesitar Dios a Adán y Eva? ¿Por qué lo necesitaban ellos a El? Por
dos motivos.

En primer lugar, el ideal de amor de Dios se cumpliría a través de Adán y Eva.


En segundo lugar, y esto es muy importante, el Dios invisible se habría vuelto
visible a través de los hombres y las mujeres. En otras palabras, Adán y Eva eran
la forma visible de Dios, y a través de ellos el Dios invisible podría establecer
una relación con el mundo físico y visible. El propósito fundamental de Dios al
crear a Adán y Eva era que, una vez alcanzada la perfección en la tierra unidos
con Dios, Adán y Eva pasarían al mundo espiritual. Allí, los cuerpos espirituales
de Adán y Eva serían como el cuerpo de Dios, y moraría dentro de ellos como
sus mentes. El propio Dios sería la mente de Adán y Eva.

Hoy tenemos nuestra mente y nuestro cuerpo en una relación inseparable entre
ambos. Del mismo modo cuando Adán y Eva se perfeccionaran aquí en la tierra y
luego fueran al mundo espiritual, Dios hubiera sido la mente de Adán y Eva y
ellos hubieran sido el cuerpo espiritual de Dios, de modo que Dios y las personas
en el mundo espiritual hubieran sido inseparables, como un solo cuerpo. En este
mundo la gente habla de la muerte, pero en realidad no existe. La muerte es pasar
a un nuevo reino después de entregar el cuerpo físico. El yo espiritual se
convierte en el cuerpo en el mundo espiritual, y Dios se convertirá en el centro de
ese cuerpo como mente del yo espiritual.

Deseo dar un ejemplo del valor que tiene la religión, incluso para Dios. Si yo
hiciera gestos enérgicos y gritara, pero sin dirigirme a nadie, estoy seguro de que
cualquiera que me viera se preguntaría: "¿Está loco ese hombre?" Pero si tengo
alguien con quien hablar, alguien que me pueda responder, aunque sea un niño
pequeño, y me expreso de esa forma, entonces se me considera normal. La única
diferencia es la presencia de alguien como objeto.

De este modo podemos comprender el valor de un objeto con el que


relacionarnos. De hecho el objeto tiene el mismo valor que el sujeto en una
relación plena. Como objetos de Dios, El nos ha colocado en una posición igual a
la Suya. Los seres humanos tienen el mismo valor que Dios y son tan importantes
como El. Aunque Dios es más elevado, noble y poderoso, también Él debe tener
Su objeto. ¿De qué otro modo podría ser feliz? La felicidad se siente al recibir un
estímulo del objeto. Ni siquiera Dios puede ser feliz solo. Espero que
comprendan mi explicación anterior, cuando digo que, si hay un Dios, Él necesita
a los seres humanos. Deben comprender que Dios creó a los seres humanos y al
universo para sentir alegría. Pero la felicidad de Dios permanece en espera hasta
que El tiene una relación plena con nosotros.

Hasta el momento actual, muchas iglesias cristianas han colocado a Dios tan alto
en el cielo, y han hundido tanto a los hombres en el infierno, que ha existido un
abismo infranqueable entre ambos. Un río ancho y embravecido ha separado a
los hombres de Dios. Los hombres no han sabido comprender a Dios como
realidad viva. Hemos sido incapaces de ver que Dios está tan cerca, es tan real,
tan accesible, que hasta podemos vivir con El. San Pablo nos enseñó que
debemos ser los templos vivos de Dios. Sin embargo, el cristianismo
convencional ha sido incapaz de hacerlo realidad.

No importa lo rico y famoso que sea alguien, a menos que tenga a alguien con
quien relacionarse y compartir su alegría, su pena, sus opiniones y sus ideales, no
dejará de ser un hombre o una mujer digna de lástima. Sentimos alegría y tristeza
porque el corazón de Dios puede sentir alegría y tristeza. Nunca antes en la
historia habíamos creído que Dios pudiera sentir pena. Dios puede sentir
excitación o indignación, igual que nosotros. Nosotros, como objetos de Dios,
tenemos la habilidad de experimentar emociones, porque nuestro Sujeto, Dios,
tiene la misma capacidad. Dios es la primera Personalidad y la personalidad
humana proviene de Dios. ¿Qué podemos hacer entonces para convertimos en
verdaderos objetos de Dios? ¿Por medio de nuestros esfuerzos y nuestro trabajo
arduo únicamente? No. Existe un solo camino para unimos con Dios. Ese camino
es el amor, a través de la unidad en amor con Dios.

Voy a explicar esto un poco más. Supongamos que existe un hombre famoso.
Frente a él hay una mujer modesta y humilde, sin belleza ni educación. Sin
embargo, una vez que este gran hombre y esta humilde mujer establezcan una
relación de dar y recibir amor, ella alcanzará instantáneamente su nivel de
prestigio. Digamos que este hombre se apellida Jones y que se enamora de esta
mujer y se casa con ella. Ella se convierte entonces en la Sra. Jones y
corresponde a su amor con todo su corazón. Todo el poder, la autoridad y el
prestigio de que goza el Sr. Jones, son compartidos por la Sra. Jones en todos los
aspectos. ¿Qué es lo que nos enseña esto? Que una vez que tenemos una relación
de amor con Dios y nos unimos a El, nuestro valor aumenta instantáneamente a
Su mismo nivel. Este es el valor que Jesús tenía, un valor divino. Un amor como
éste es eterno, incambiable y único.

Ahora es el momento de hacer realidad esta relación fundamental entre Dios y


nosotros. El sujeto y el objeto deben ser uno como la causa y el efecto son uno.
La Biblia dice: "Yo soy el Alfa y el Omega, principio y fin, el primero y el
último" (Rev. 22:13). Dentro de Dios, dos son uno. El es el principio y nosotros
somos el fin. El es el primero y nosotros somos los últimos. Y la relación entre
Dios y los seres humanos es como un círculo donde principio y fin se unen en la
unidad.

La paz, la felicidad y la alegría son los frutos de la armonía en el amor. Por lo


tanto, el ideal de la creación de Dios, es que la relación entre El y el hombre fuera
una realidad de armonía en el amor, en la vida y en el ideal.

He dicho que Dios es Sujeto y que nosotros somos los objetos y que el objeto es
tan importante como el sujeto. Ahora nos gustaría saber exactamente qué
significa ser objeto de Dios.

Cuando Dios creó al hombre y a la mujer, les dio sabiduría y ambición. La


sabiduría nos da el poder de comparar, y la ambición nos da el deseo de luchar
para conseguir lo mejor. Si tenemos dos opciones para elegir, A y B,
automáticamente las comparamos para determinar cuál es la mejor. Nuestro
deseo nos lleva a elegir y nuestra ambición no nos deja en paz hasta que lo hemos
conseguido por completo.
Me gustaría poner otro ejemplo. Digamos que existe un hombre muy guapo. No
solamente es guapo, sino también inteligente y poderoso. Cualquiera
ambicionaría tener algún tipo de relación personal con este gran hombre. ¿Cómo
desearía que fuera esa relación? ¿Desearía ser nada más que su sirviente? No, en
lo profundo de su corazón, sabe que existe una relación mejor que la de sirviente.
¿Desearía ser únicamente su amigo? No, eso tampoco lo dejaría satisfecho. ¿Le
gustaría ser sólo su hija o hijo adoptivo? ¿Le traería esto una completa felicidad?
No, no lo creo. Anhelaría una vinculación aún más estrecha. Existe una relación a
la que nada puede superar en intimidad. Y es convertirse en un verdadero hijo o
en una verdadera hija de este hombre. Con esta relación habrá alcanzado la
realización más completa y no ambicionará nada más.

¿Por qué pues tenemos la ambición de convertirnos en verdaderos hijos e hijas?


Porque esa es la posición en la que recibiremos amor más plenamente. No existe
una relación más estrecha o profunda en la sociedad humana que la que une a los
padres con sus hijos. Una vez que se tiene el amor de los padres, se posee todo lo
que ellos tienen. Cada alegría, todo el poder del padre, toda la habilidad,
sabiduría, ambición y deseo del padre, todo ha de ser entonces suyo. Al recibir el
amor de un padre no existe ningún procedimiento, ningún documento o
ceremonia necesarios para otorgarle estas cosas a un hijo. El padre y el hijo son
uno automáticamente. Este principio está presente en las familias humanas y se
aplica también a nuestra relación con Dios.

Entonces, ¿qué tipo de relación desearíamos tener con Dios? ¿Nos


conformaríamos simplemente siendo Sus sirvientes? ¿O preferiríamos ser Sus
amigos? ¿Nos gustaría ser Sus hijos adoptivos o desearíamos encontrar una
forma de convertirnos en verdaderos hijos de Dios? Sé que no nos
conformaríamos con otra cosa que no fuera ser hijos e hijas de Dios.

El propósito fundamental de Dios al crear a los seres humanos fue darnos todo Su
amor, toda Su vida y todo Su ideal. Sobre nosotros recaerá todo el amor de Dios,
hasta el fondo mismo de Su corazón. Al convertirnos en Sus verdaderos hijos e
hijas, Su deseo se verá realizado. Ese es nuestro destino último. Entonces nos
saturará el amor de Dios. Conoceremos la alegría total y nos sentiremos llenos de
una atracción total en vuestras vidas.

No existe límite para la alegría. La alegría no tiene fin. Cuando poseemos el amor
de Dios, cada célula del cuerpo se alegra. Respiramos con todo el universo. En
ese estado nuestra vida alcanzará su realización plena. Así es como Dios desea
que vivamos, intoxicados de amor y de alegría. Y a través de nuestra alegría,
Dios, recibe alegría. La alegría de los seres humanos es la alegría de Dios, la
alegría de Dios es la alegría de los seres humanos.
Si la humanidad se hubiera unido a Dios, nuestro Padre, hubiera sido guiada por
El y hubiera vivido con El en el mayor amor, ¡qué felices hubiéramos sido! Y en
cuanto a Dios, qué feliz hubiera sido viviendo con Sus verdaderos hijos. Siendo
superior en todo sentido, El se hubiera sentido lleno de alegría. Hubiera vivido
con nosotros en el mayor amor. ¿Se han parado a pensar alguna vez lo
alegremente que hubiera reído y danzado y cuánto se hubiera alegrado al vernos
y al vivir con nosotros? Nuestra gran aflicción consiste en no haber sido capaces
de vivir con un Padre así, del cual provienen toda la alegría, toda la felicidad,
todas las danzas, todo lo bueno y alegre. Todo lo bueno se hubiera iniciado con
Dios. Pero nunca hemos visto ni experimentado la bondad en una medida tan
grande y completa.

En mi juventud, Dios me llamó para una misión en la que debía ser Su


instrumento. Fui llamado para revelar Su verdad como Su profeta. Me
comprometí inquebrantablemente en pos de la verdad, buscando las colinas y los
valles del mundo espiritual. Pronto llegó el momento en que el cielo se abrió para
mi y tuve el privilegio de comunicarme con Jesús y con el Dios vivo
directamente. Desde entonces he recibido muchas revelaciones sorprendentes. El
propio Dios me dijo que la verdad básica y central de este universo es que Dios
es nuestro Padre y nosotros somos Sus hijos. Todos hemos sido creados como
hijos de Dios. Y dijo que no existe nada más profundo ni más íntimo que cuando
se produce la unión del Padre y del hijo, que pasan a ser uno en el amor, uno en
la vida y uno en el ideal.

El amor, la vida y el ideal están en el punto central donde padre e hijo se reúnen.
Una vez que nos unimos allí, el amor de Dios es nuestro amor, el ideal de Dios es
nuestro ideal y la vida de Dios es nuestra vida. Y no existe ninguna otra relación
en la que pueda haber mayor unidad de vida, de amor y de ideal, que la relación
de padre e hijo. Esta es la realidad esencial del universo.

¿Cómo venimos al mundo? El padre y la madre se unen gracias a su amor y unen


sus vidas y sus ideales. Su amor precede a nuestro nacimiento. El amor es la
fuerza que une. El hombre y la mujer se convierten en uno en el amor. Esto
significa que el amor, la vida y el ideal del marido se convierten en los de la
mujer, y que el amor, la vida y el ideal de la mujer se convierten en los del
hombre. Esta es la forma en que dos personas viven en unidad y se convierten en
una sola carne. Sobre esta base de unidad en el amor puede generarse una nueva
vida.

Cuando una criatura nace, es la manifestación del amor, la vida y el ideal de sus
padres. Cuando alguien mira a su propio hijo, en realidad está mirando a su otro
yo. Está viendo el fruto de su amor, de su vida y de su ideal. Está mirando a su
segundo yo, otra forma visible de sí mismo.

Llevemos ahora esta verdad a una escala universal. Dios creó a los hombres y a
las mujeres como Sus hijos e hijas. El desea verse a Sí mismo en los seres
humanos. La Biblia dice: " . . . creó Dios al hombre a Su imagen, a imagen de
Dios lo creó; varón y hembra los creó". (Génesis 1:27)

Los seres humanos fueron creados a imagen de Dios. En otras palabras, Dios se
encarnó en los seres humanos. Somos el espejo del Dios vivo y cada una de Sus
virtudes, características y cualidades se hallan reflejadas en este espejo.
Ciertamente, Dios desea que los hombres y las mujeres reflejen Su amor, vida e
ideal. La vida humana es el fruto del amor, la vida y el ideal de Dios.

Dios deseó hacerse sustancial en el mundo y se acercó a ese punto con el


nacimiento de los padres originales, Adán y Eva. Dios es el padre de Adán y Eva
y, naturalmente, debe tener algún parecido con ellos. Fue un momento
revolucionario para el propio Dios aquél en el que finalmente fue al encuentro de
Sí mismo substancializado en la carne de Sus hijos. Naturalmente, fue un
momento romántico y excitante aquél en que vio a Adán y Eva por primera vez.
La mañana de gloria para Dios en la creación de todo el universo fue el momento
del nacimiento de Adán y Eva.

Si nos preguntamos cómo es Dios, la respuesta es que es como Adán y Eva.


Antes de que Adán y Eva cayeran, ellos eran el Dios viviente, físico, aquí en la
tierra. Como forma visible de Dios, ellos habrían de ser los señores del mundo
físico, mientras que Dios seguiría siendo el Señor invisible de todo el mundo
espiritual.

Quizá nos hagamos una importante pregunta. ¿Por qué creó Dios a los seres
humanos? Dios deseaba asumir una forma visible y el día en que Adán y Eva
nacieron fue casi como el día del nacimiento del propio Dios. A medida que
Adán y Eva crecían y maduraban, Dios crecía espiritualmente hacia una mayor
realización junto con ellos. Dios y Sus hijos eran la misma persona en realidad y
por lo tanto, cuando Adán y Eva reían, Dios reía, cuando se sentían melancólicos,
Dios también se ponía melancólico y cuando ellos trabajaban, Dios trabajaba.

¿Por qué debería ser así? Todo se dirige hacia la realización, tanto en la tierra
como en el cielo, con Dios y los seres humanos creciendo juntos. El crecimiento
de los seres humanos es también el crecimiento de Dios. Hablamos de
perfección, pero ¿qué significa eso? Perfección significa perfección del amor, sin
carencias de ninguna clase, el amor perfecto.
¿Sabemos que existe el amor por el hecho de haberlo visto? No vemos el amor,
pero sabemos que existe. ¿Manejamos al amor o es el amor el que nos maneja y
nos abraza? Lo segundo es exacto. El amor puede decir: "eres mío", pero nadie
puede decir: "el amor es mío". El amor no le pertenece a nadie, el amor pertenece
a todos. Supongamos que existiese un terrible dictador que deseara poseer el
amor para sí. No importa lo que pudiera decir ese dictador, el amor se reiría de él
porque nunca estará bajo el control de una persona. ¿Se puede unir a Oriente y
Occidente por medio del poder militar, o gracias al poder de la cultura y la
religión? El poder del amor es lo único que puede unirlos.

¡Qué hermoso, sencillamente qué hermoso es experimentar esta vida perfecta de


Dios! Es la verdadera vida de alegría, que no se puede comparar con ninguna
alegría mundana. Una vez que llegamos a este estado de perfección, ya no
necesitamos la oración. ¿Para qué la necesitaríamos? Estaríamos frente a Dios y
viviríamos con El en total sinceridad. Podríamos conversar con Dios. No
necesitaríamos la religión ni un salvador. Todas estas cuestiones de la religión
forman parte del proceso de reparación, del proceso de restauración. Una persona
que está en perfecta salud no necesita un médico. Una persona que está en
perfecta unión con Dios no necesita un salvador.

La vida en unión con Dios es la única gran manera de vivir, vida con Dios, vida
en Dios y Dios viviendo en usted. Este era el estado espiritual de Jesús cuando
dijo: "¿No creéis que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí?" (Juan, 14: 10).
Dios y los seres humanos se abrazarán en un solo amor que todo lo consumará.
Este es el estado en el que Dios se convierte en Realidad viva. Ya no creeremos,
sino que sabremos. Y viviremos la verdad. Si realmente experimentamos esta
clase de amor y unidad con Dios, ya hemos probado la suprema experiencia de la
vida. De los muchos líderes cristianos que existen hoy en América, ¿cuántos han
tenido la maravillosa experiencia de recibir el profundo amor de Dios?

Dios nos creó para que viviéramos una vida intoxicada por Su amor. Desde que
perdimos esta capacidad original, buscamos intoxicaciones antinaturales o
artificiales, embriagándonos con alcohol, marihuana o drogas. El hombre y la
mujer, sin embargo, están creados para intoxicarse con el amor de Dios. No hay
nada que supere este sentimiento de felicidad. Cada célula del cuerpo explota de
alegría. Los ojos y oídos, los tejidos de la cara, los brazos y piernas, todo,
renacerá a la vida en una explosión de alegría. Ninguna otra cosa puede
compararse a esta clase de alegría. Una vez que una persona descubre la forma de
intoxicarse con el amor de Dios, rehusará probar las drogas, el alcohol o
cualquier otra cosa. Estas cosas son insípidas comparadas con el amor de Dios.
El amor de Dios es como la electricidad, que puede ser conducida por cualquier
parte del cuerpo. Si el amor de Dios toca la mente, ésta saltará, si toca las
emociones, éstas saltarán, y si toca los oídos o los ojos, éstos saltarán.

¿Hemos experimentado alguna vez el amor de Dios en forma tan vívida? Sentir
el amor de Dios es como recibir una descarga eléctrica; cuando alcanza a una
persona, él o ella pueden parecer inconscientes, pero por dentro están en realidad
temblando de alegría extática. Una vez que sentimos el amor vivo y activo de
Dios, deseamos cerrar los ojos, pero los ojos no se pueden cerrar. El cuerpo
entero está activado de tal forma que no se puede dejar de reaccionar ante ese
amor. Dios es todopoderoso y puede hacer cualquier cosa, de modo que
seguramente El desea que todos formen parte de un amor tan explosivo,
gigantesco y dramático, un amor que no es insulso e insípido.

Si nos ponemos en la posición de Dios y podemos ser capaces de hacer cualquier


cosa, nos gustaría crear un amor de tal magnitud que cuando el amor se moviera,
todo el universo se excitaría y no podría permanecer indiferente. Cuando Dios se
ríe, desea que todo el universo se ría con la alegría de Su amor. Un amor tan
alegre no puede ser creado por alguien egoísta. Cuando nos liberemos totalmente,
dando, podremos probar ese amor, el amor de Dios. Este es el plan de la creación
original de Dios. Cuando decimos: "Padre nuestro que estás en los Cielos"
¿experimentamos realmente el sentimiento vivo y vibrante de la presencia de
Dios? ¿No deseamos escuchar a Dios contestando: "¿Sí, hijo mío?"

El regalo que tengo para vosotros en esta noche es mi deseo de que comprendáis
que la verdadera relación entre Dios y los seres humanos es una relación de
sujeto y objeto. Vosotros sois Sus hijos e hijas. Una vez que hayáis alcanzado la
unidad con Dios, nada podrá perturbaros. Ni la tristeza, ni la soledad, ni la
enfermedad, ni ninguna otra cosa bajo el sol podrá desalentaros. Dios es la
seguridad definitiva. Podríais pagar muchos millones de dólares sin poder
comprar esa clase de seguridad. No tiene precio. No hay dinero que pueda
comprarla. Es la experiencia total de la vida. Fuimos creados para vivir con Dios.

Una vez que os convirtáis en esos hombres y mujeres, seréis el centro del
universo dondequiera que vayáis, ya sea a Marte o a la Luna, al mundo espiritual
o al mundo físico. No importa cuán pequeña sea la porción que ocupéis en el
centro, estaréis hechos a imagen de Dios. Tendréis un lugar en cualquier parte del
universo y seréis aceptado.

Vuestra vida es por lo tanto lo más valioso del universo. Por eso Jesús dijo:
"Porque ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo si pierde su alma? ¿O qué
recompensa dará el hombre por su alma?" (Mat. 16:26) Jesús está hablando de la
vida con Dios. La vida sin Dios es como una lamparilla eléctrica quemada que no
puede dar luz. Una vida sin Dios es la muerte.

Jesucristo es el único hombre que vivió el ideal de Dios en su máxima


realización. Fue el primer hombre de perfección que jamás haya pisado la tierra y
vino para restaurar la verdadera relación entre Dios y los seres humanos. Pero
después de la crucifixión de Jesús, el cristianismo lo convirtió únicamente en
Dios. Por eso la brecha entre Dios y nosotros nunca ha podido ser superada. Jesús
es un hombre en el cual Dios se encarnó. Pero él no es Dios, el propio Dios, el
Padre. Está escrito en I Timoteo 2:5 "Porque hay un solo Dios y un solo
mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre...", la morada de Dios
dentro de Jesús fue una realidad total. El dijo: "¿No creéis que yo estoy en el
Padre y el Padre en mi?..." (Juan 14:10) Jesús es, ciertamente, el hijo unigénito
de Dios, pero Dios no quiere solamente a Jesús como hijo. Toda la humanidad ha
sido creada para poder decir. "Yo estoy en el Padre y el Padre en mí". El
propósito de la llegada de Jesús se puede resumir en una frase: Jesús vino a traer
la resurrección necesaria para que el amor humano pudiera perfeccionarse hasta
el punto de poder llegar al dominio directo del amor de Dios. Esta es la meta
perfectamente alcanzable para cada uno de nosotros.

 
EL MODELO DE BONDAD DE JESÚS
Nuestro primer paso para convertirnos en verdaderos hijos e hijas de Dios es
comprender claramente la idea que Dios tiene de lo bueno y lo malo. ¿Qué es
bondad y qué es maldad?

La eterna medida de lo bueno y lo malo está definida por Dios. La definición


nítida de lo bueno existía en la época de Su creación, mucho antes de que la
maldad apareciera en el Jardín del Edén. La idea de Dios de lo bueno y lo malo
nunca cambiará. Dios es eterno, Su ley es eterna y Su definición es eterna e
inmutable a pesar del paso del tiempo.

Es común que se considere al egocentrismo humano como la base de la maldad.


Examinemos esta idea. Todos nuestros rasgos humanos se originan en Dios.
Reconocemos que existe cierta tendencia humana hacia el egoísmo. Esto es
natural porque en un tiempo Dios estaba centrado en Sí mismo. Este hecho puede
sorprendernos, pero debéis comprender que antes de que Dios creara a los seres
humanos y al universo, estaba solo y no tenía a nadie de quien preocuparse a
excepción de Sí mismo. Sin embargo, en el mismo instante en que Dios inició la
creación, Su concepto total de la vida surgió. Dios vive ahora para Su objeto
complementario, no para Sí mismo.

¿Qué es la creación? La creación significa que el Creador, Dios, se proyecta a Sí


mismo de forma material. Se encarnó a Sí mismo simbólicamente en el universo
y se encarnó a Sí mismo directamente en el hombre y la mujer. La creación
ocurre cuando Dios toma forma. Dios se invirtió a Sí mismo en la creación. La
proyección de la energía, el ideal y el amor de Dios, es la creación.

En la Biblia, en el libro del Génesis, el proceso de la creación suena como algo


simple y fácil. El Génesis nos da la impresión de que la creación de Dios se
cumplió a través de alguna magia de Sus palabras. Dios simplemente dice "Que
exista el mundo" y ¡zas!, aparece el mundo. Luego dice "Que exista el hombre" y
¡zas!, nacen Adán y Eva.

Pero ahora sabemos que no fue así de fácil. Dios empleó todo de Sí mismo en Su
creación. No se reservó ni una onza de poder. La creación fue Su obra total, Su
esfuerzo total al darlo todo de Sí mismo. Cuando Dios puso todo Su corazón y Su
alma en la creación de Su objeto, se estaba empleando a Sí mismo en un cien por
cien. Solamente así pudo crear Su segundo yo, el Dios visible.

Por lo tanto, después de Su creación, Dios ya no existía sólo para Sí mismo. Dios
empezó a existir para Su hijo y Su hija, Adán y Eva. Existe para amar, para dar.
Dios es la existencia totalmente generosa. Dios ya no puede existir solo. El amor
y el ideal sólo adquieren significado cuando hay una relación complementaria
entre dos partes. Dios inició la creación e hizo una inversión. No puede perder.
Cuando Dios impulsó todo Su amor, vida e ideal en Su segundo yo, debería, en
cierto sentido, obtener una ganancia. Dios sabía que al invertir todo lo que tenía
al cien por cien, Su objeto maduraría y le devolvería multiplicados los frutos de
Su amor, vida e ideal. Su objeto, el hombre y la mujer, lo son todo para Dios. La
vida del objeto atrae a Dios. Dios desea ir a vivir con Su objeto sobre la tierra.

Consideremos ahora un ejemplo. Supongamos que existe un gran artista. Si


trabaja al azar sin sentir su trabajo, no puede crear nada que valga la pena. Para
crear la obra maestra de su vida, el artista debe poner todo su corazón y su alma
en su creación. Esta es la única forma de poder producir una gran obra de arte. Si
un artista trabaja de esta forma, su arte se convierte en su vida.

Dios es el más grande de todos los artistas. Cuando creó Su obra maestra, el
hombre y la mujer, infundió (invirtió)Su corazón en el proceso. Invirtió Su alma,
toda Su sabiduría y todo Su esfuerzo en él. Dios sólo deseaba existir para Adán y
Eva y toda la humanidad. No escatimó ni una sola pizca de esfuerzo para
crearlos. Así, la humanidad se convirtió en la vida de Dios.

Dios estableció el patrón para el universo. En un mundo ideal vivimos para los
demás. El sujeto existe para el objeto y el objeto para el sujeto. La definición de
Dios de la bondad es dar totalmente, es el servicio total y la generosidad absoluta.
Debemos vivir nuestras vidas para los demás. Vivmos para otros y otros viven
para nosotros. Dios vive para los seres humanos y nosotros vivimos para Dios. El
esposo vive para su esposa y la esposa vive para su esposo. Esta es la bondad. Y
aquí abundan la unidad, la armonía y la prosperidad.

Deseo que sepáis que el amor es el impulso más sagrado y supremo. Si alguien
puede dar su vida por su esposa, es el más grande de los amantes. Del mismo
modo, aquellos padres que dan su vida por sus hijos poseen el más alto grado de
amor.

Debemos aprender las lecciones de amor que nos ofrece la naturaleza. Las
personas más santas siempre han estado en estrecha vinculación con la
naturaleza. Uno debería naturalmente desear salir cada día a mirar el cielo, los
pájaros y los animales para recibir nuevas lecciones de amor. Nuestro hogar debe
ser un hogar de amor, no sólo para nuestra familia sino también para las cosas de
la naturaleza. Todas las criaturas, incluso los insectos, desearán convertirse en
parte de nuestra "orquesta de amor". Tendremos plantas, animales, flores e
insectos viviendo juntos con amor.
El universo da la bienvenida a los hombres y mujeres que consideran al amor
como el valor supremo. ¿Hay alguien aquí que crea que me equivoco al decir
esto? El amor es todopoderoso, es mayor que la propia vida. No existen adjetivos
lo suficientemente amplios para describir el amor. Es absoluto, es inmutable, es
hermoso, es dulce, sin embargo ninguna de estas palabras puede abarcar al amor.
A través de toda la historia de la literatura y de la poesía, ¿qué es lo que más se
ha ensalzado, la vida o el amor? ¿0 quizás el poder y el dinero constituyen el
centro de la poesía? No, el amor es lo más valioso. La razón es muy simple y sin
embargo quizás la mayoría de los poetas no la comprenden totalmente.

No hemos nacido para nuestro propio bien, sino para el bien de otros. Mientras
que nuestra terminología sea "nosotros", el universo nos apoyará, pero tan pronto
como comencemos a pensar en términos de "yo" y "mi", el universo se volverá
en nuestra contra. En ultimo término, usted será expulsado del universo. ¿Puede
usted quejarse de esta regla?

La belleza del matrimonio es que impulsa a las personas a pensar siempre


respecto a si mismos en términos de otro. Del mismo modo, vivir en una familia
nos exige que pensemos en términos de "nosotros". Los hijos piensan en sus
padres, los padres piensan en sus hijos, cada hijo piensa en sus otros hermanos y
hermanas.

¿Se molestarían los hombres si yo les dijera que han sido creados para las
mujeres? Quizás alguno pueda sentirse orgulloso de su masculinidad y no desea
oír hablar de esto. Pero este es el principio de la creación de Dios, y no debe
apenarnos oír estas palabras. El hombre vive para su pareja, no para sí mismo.

Supongamos una mujer posee una gran belleza. No importa lo hermosa que sea,
su belleza no es para su propia gratificación, sino para el deleite de los hombres.
Hemos sido creados para vivir para el prójimo. Esta es la razón misma de nuestra
existencia. Existimos para otros, para un objeto, para una pareja. Este es el
principio de todas las relaciones humanas en nuestra sociedad. Los padres existen
para sus hijos y los hijos existen para sus padres. Luego tanto los padres como los
hijos, cuando dan generosamente, se unen en un movimiento circular.

Este movimiento circular es el movimiento de la unidad. Cuando alguien da y


recibe, la acción de dar y recibir crea un movimiento circular. El movimiento
circular puede ser eterno, porque allí no hay ni principio ni fin. Toda la creación
de Dios se basa en un patrón de movimiento circular, puesto que El creó para la
eternidad. Nuestras caras son redondas, aunque existe una línea vertical central.
Nuestros globos oculares son redondos y tenemos labios superiores e inferiores
que forman una boca redonda. El sol, la luna, la tierra y todos los cuerpos
celestes son redondos. Todos rotan sobre sus propios ejes y giran unos alrededor
de otros. Todo en este universo obedece a una acción complementaria de dar y
recibir entre sujeto y objeto. La acción de dar y recibir se produce entre las
arterias y las venas y es así como la sangre circula a través del cuerpo. La
enfermedad humana es el estado en el cual el equilibrio de la acción de dar y
recibir se rompe y el movimiento circulatorio normal se detiene. Sin la existencia
de esta acción de dar y recibir entre el sujeto y el objeto, y sin respetar este
principio, nada dura eternamente. El universo existe en una continua acción de
dar y recibir, yendo del núcleo interior al núcleo exterior de la existencia, e
iniciando nuevamente todo el proceso. El poder de todo el universo está dentro
del embrión más pequeño, luego el embrión germina y se da a todo el universo.
Esta es la forma última de dar y recibir.

Cada persona resulta pequeña comparada con el tamaño del universo. Sin
embargo, siente la necesidad de vincularse con todo el universo. ¿Por qué
sentimos esa necesidad? Debe existir una razón para ello. Es porque el vasto
universo está realmente ligado a cada pequeña vida. El universo se relaciona con
cada embrión, con el origen de cada persona y luego cada embrión se expande
hacia el universo. El universo penetra en cada uno y cada uno se relaciona con el
universo, como una espiral de movimiento continuo desde dentro hacia fuera.
Toda existencia que se base en el principio de Dios de la acción armoniosa de dar
y recibir es una buena existencia.

Entonces, ¿qué es la maldad? La maldad es el surgimiento del egoísmo en este


mundo. Si un individuo parte en su propia dirección, esa persona puede decir
"Quiero existir para mi. Este es mi universo y existe para que yo me gratifique al
máximo". Cuanto más se mueva esa persona, más destrucción le acarreará al
universo. Si hubiera un número suficiente de hombres y mujeres que siguieran
este ejemplo, todo sería destruido. El orden y la armonía de todo el mundo se
verían arruinados por una actitud de "amor a la libertad" de este tipo. El principio
de Dios de dar con generosidad se transformó en un principio contrario a Dios,
de tomar egoístamente. La posición contraria a Dios de desear ser servido en
lugar de servir quedó así establecida.

La fuente de todo el mal es Satán. El estaba en la posición de servir a Dios, pero


en lugar de ello, se presentó como otro dios y subyugó al hombre y a la mujer
para su propio beneficio. Dios es la fuerza positiva absoluta en el universo.
Entonces Satán se presentó como otra fuerza positiva. Dos fuerzas positivas se
repelen naturalmente. Satanás es un arcángel caído. Abandonó su posición de fiel
servidor de Dios y de Sus hijos, desafió a Dios y compitió con él. Su motivación
fue el egoísmo. De su egoísmo provino el mal y el pecado.
Lo que sucedió fue que Eva cayó de su posición de primera hija de Dios,
convirtiéndose en la primera víctima de Satanás y transformándose en una
criatura de egoísmo. Juntos Eva y Satán lograron atraer a Adán a su mundo
egoísta. Cometieron pecado a través de una relación amorosa ilícita e inmoral. ¿Y
cómo era la relación amorosa entre ellos? Todo debía empezar con Dios. Luego
pasaría a Adán y Eva y luego al arcángel. Pero las cosas sucedieron al contrario,
primero el arcángel, luego Eva y Adán.

Desde el punto de vista del arcángel, tanto Eva como Adán estaban en la posición
de su Señor. Esto significa que el arcángel sedujo a Eva, la esposa prometida a su
Señor. Después de esa vergüenza Eva quiso justificar su pecado y tentó a Adán
haciéndolo cometer el mismo pecado. Todos ellos desafiaron a Dios. ¿Si usted
estuviera en el lugar de Dios, qué haría? ¿Podría perdonarlos simplemente?
¿Podemos decir que Dios hace las cosas al azar sin seguir ninguna ley o
principio? Decimos que Dios es absoluto, ¿pero debe esto entenderse en el
sentido de que puede perdonarlos en una forma que pueda ser mala? Sabemos
que Dios es un ser absoluto solo en aquellos aspectos que son buenos.

La intención original de Dios al crear a Adán y Eva, al Arcángel y a toda la


creación ha sido invalidada. Pero Dios no los puede abandonar y pisotear. Dios
era el Señor y el Creador de todas esas personas y cosas; así, el pecado se
cometió dentro de Su familia. De modo que era natural que Dios se apenara por
lo que ocurrió. El estaba avergonzado también. En su propia familia, si usted
comete un pecado, o si su madre comete un pecado, ¿su padre se sentiría honrado
o avergonzado? Entonces, ¡cómo no estaría de apenado Dios al tener esa clase de
hijo e hija y esa clase de servidor! Sentía remordimientos, pena y rabia. A la luz
de todo esto podemos decir que Dios es un Dios apenado y un Dios avergonzado.
Es un Dios que ha probado la amargura del pecado. Si su hijo o hija han pecado,
usted siente que es usted el pecador.

A raíz de este trágico acontecimiento, Dios fue aislado por el hombre y la mujer
en el Jardín del Edén. Este es el significado de la versión del Génesis acerca de la
caída. La historia humana empezó mal, sin Dios. Las bases para la historia de
maldad de la raza humana estaban sentadas, y Satanás quedo establecido como el
gobernador de este mundo. Debemos comprender claramente lo que hizo
Satanás. Satanás robó y destruyó el único elemento que Dios estaba tratando de
perfeccionar con el hombre y la mujer: Su amor. La relación de amor entre Dios
y Sus hijos quedó destrozada. El egoísmo nació al comienzo de la historia
humana, y ahora nuestro mundo está repleto de asesinatos, mentiras y robos.
Todas estas acciones en el mundo del mal están motivadas por el egoísmo.
El mal subyuga a otros en su propio beneficio, mientras que el bien se sacrifica
por el beneficio de otros. Desde la caída del hombre, el trabajo de Dios ha
consistido en la restauración de la bondad original. Dios desea abolir el mundo
del mal y recrear el mundo del bien. Hemos perdido nuestra salud. Nos hemos
convertido en personas enfermas. La salvación de Dios es, por lo tanto, la
restauración de los seres humanos a un estado saludable una vez más. Este
mundo, que es el reino del infierno en la tierra, es un lugar que necesita un
salvador.

Cuando los seres humanos consuman su vida en el infierno sobre la tierra, al ser
elevados al mundo espiritual no pueden tener otro destino que el infierno.
Permítaseme una analogía. En el otoño se cosechan manzanas hermosas, pero si
una de esas manzanas está podrida el granjero se deshará de ella. No hay lugar
para ella. Estas personas que terminan en el infierno son basura humana a los
ojos de Dios. Una manzana puede tener la piel dañada, y sin embargo su interior
puede estar bueno, mientras que otra puede tener buen aspecto, pero estar podrida
adentro y no valer nada. Los seres humanos pertenecen a la segunda categoría.
No hay posibilidad de que una persona que ha caído y está corrompida por dentro
sea salvada fácilmente.

Aunque la superficie de una manzana esté algo dañada, si sus semillas están
intactas, todavía tiene valor. Sin embargo, con los seres humanos sucede lo
contrario, ya que están intactos en su exterior, pero podridos en su interior.
Después de la caída los seres humanos vieron pudrirse su interior.

Dios sembró la semilla del bien, pero antes de que El pudiera recoger su fruto,
Satanás invadió con su semilla del mal y cosechó su fruto maligno. Por esta
razón, Dios debe volver a sembrar la semilla del bien. Para este trabajo Dios
necesita ciertas herramientas. Las religiones del mundo han sido las herramientas
de Dios. A través de la historia, las religiones buenas han enseñado la forma de
vivir de Dios, centrada en el amor sacrificado y el deber. Es así que el
cristianismo puede ser considerado como la religión más avanzada y progresista
porque enseña este amor sacrificado y este deber en una forma suprema.

En la historia hay muchas enseñanzas. Una es que si alguien nos trata mal,
debemos pagarle con la misma moneda: ojo por ojo, diente por diente, muerte
por muerte. Sin embargo, la enseñanza más revolucionaria fue la de uno que dijo
"Ama a tu enemigo y reza por aquellos que te persiguen". No es necesario decir
que se trata de Jesucristo

¿Jesús hablaba por sí mismo, o estaba enseñando de acuerdo a la voluntad de


otro, negando su propio ego? ¿Qué pensáis vosotros? Jesús no estaba
proclamando su propio mensaje. Por encima de él estaba Dios. La enseñanza de
Jesús era la enseñanza de Dios; su reacción emocional ante las cosas no era la
suya propia. Esto significa que las declaraciones que hizo Jesús eran de Dios, y
en Dios se puede confiar en un cien por ciento.

En última instancia, podemos concluir que en este universo existe un solo ser en
el que se puede confiar totalmente: Dios; y Sus características se manifestaron a
través de Jesucristo.

Jesús vino como un salvador, pero su enseñanza fue "...el Hijo del hombre no
vino para ser servido, sino para servir ... " (S. Mateo 20:28) Jesús enseñó que el
amor más grande del universo es dar la propia vida por nuestros enemigos. La
enseñanza de la Biblia es contraria a la regla común en nuestra sociedad. Es
exactamente lo opuesto de aquello que es habitual en este mundo egocéntrico. La
Biblia nos enseña la generosidad completa y el sacrificio total. "El que halla su
vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará". (S. Mateo,
10:39). Parece casi insensato pensar seriamente en vivir de esta forma en nuestra
sociedad maligna. Pero una vez que se aprende el principio de Dios, se descubre
que no existe en realidad sabiduría mayor que ésta.

Las enseñanzas de Jesucristo llegan hasta el núcleo mismo de esta verdad


fundamental. Cuanto más demos, más recibimos. Dios recompensa la
generosidad total con el amor total, y el sacrificio total con la vida total. El dar
crea el espacio para que penetre el amor de Dios. Cuanto mayor sea el espacio y
cuanto mayor sea el vacío creado por su acción de dar, tanto más rápido se
sentirá usted repleto con el flujo del amor de Dios.

Para que lo traten bien a usted, primero debe tratar bien a otros. Se recoge lo que
se siembra. Siembre el mal para recoger el mal; siembre el bien para recoger el
bien. Su preocupación debe ser como dar, y como dar bien. En cuanto a lo que
reciba en cambio, debe confiar en Dios. El se ocupará de eso. Todos tenemos
solo una vida; al final de su vida, la pregunta sería que usted deberá contestar es
cuan bien amó usted en realidad a Dios. La pregunta ya fue planteada por Jesús,
tal como se registra en la Biblia. El les pedía a las personas que lo amarán más
que a sus propios cónyuges o hijos o cualquier otra persona.

El amor es de diferentes calidades. ¿Cuál es la medida de amor que debemos


satisfacer antes de estar realmente calificados para decirle a alguien "Te quiero"?
Usted debe saber cual es su situación respecto a esa norma. La medida de amor
de Jesús fue más allá de todo en la vida de una persona: los seres queridos y las
cosas que amamos - todo. Cada persona tiene un lazo en su propio ambiente,
familia, país y mundo. Todo eso debía ser abandonado, de ser necesario, para
amar a Jesús; esta es la medida definida que se da en la Biblia.

Quizás usted piense en estas cosas y rece con esta actitud, pero la verdadera
prueba está en la forma en que usted vive su vida. Consideremos el caso de un
hombre bueno y un hombre malo. Supongamos que hay un hombre que tiene diez
amigos. Día tras día este hombre sirve generosamente a sus diez amigos. La
gente no puede dejar de amarlo. Puede convertirse en el mejor amigo de diez
personas. Entonces su influencia se extenderá a los parientes y amigos de esas
diez primeras personas. Al dar y servir generosamente este hombre se vuelve
próspero. Es un centro de armonía y unidad porque vive el principio de Dios. La
generosidad trae la prosperidad. He aquí un hombre bueno.

Pero supongamos que, por el contrario, este hombre les dice a sus amigos
"Ustedes diez, tráiganme todo a mi; ustedes están aquí para servirme". Antes de
que les diga esto tres veces a sus amigos, todos terminarían cualquier vinculación
con él. Pronto se encontraría solo. ¿No es esto cierto, aún en nuestra sociedad? Es
universalmente cierto: una doctrina egocéntrica, una filosofía egocéntrica, una
forma de vida egocéntrica lo lanzará a usted de lleno por el trágico camino de la
autodestrucción. Pero si usted vive su vida sirviendo a otros, hallará la
prosperidad. Podrá parecerle que ese camino lo conducirá a la ruina, pero no será
así. La única razón por la que no siempre le traerá prosperidad es que usted no
diera hasta el fin. Por la mitad usted súbitamente se vuelve escéptico. Cambia de
opinión o se apiada de sí mismo y se aparta así de la ley de Dios de generosidad
total. El buen resultado nunca se materializa. La generosidad total es el camino
de la prosperidad porque es el camino de Dios.

Si un individuo se sacrifica a sí mismo por otro individuo, ese individuo se


convierte en un héroe para otros. Si una familia se sacrifica por el bienestar de
otra familia, entonces esa familia se transforma en una familia heroica entre todas
las familias. Los pueblos y las naciones que se sacrifican a sí mismos para
beneficio de otros se convierten en campeones de naciones. Un hombre que da su
vida por sus padres es un hijo piadoso. Un hombre que da su vida por su nación
es un patriota. Y un hombre que da su vida por toda la humanidad es un santo.

El designio de Dios no es que el individuo vaya en una dirección, la familia en


otra, y la nación y el mundo por otra distinta. El verdadero camino de la vida
comienza con el individuo pero luego continua hasta el nivel universal. Debemos
pasar por varias etapas, incluyendo el mundo espiritual. Siempre hay una prueba
que pasar en cada nivel antes de avanzar más allá. ¿Quién pone la prueba? No es
Dios, sino Satanás y el mundo satánico los que lo ponen a prueba. Satanás está en
la posición de fiscal mientras que Dios está en la de juez y usted es el
demandado. Jesucristo es su abogado defensor. Hay un tribunal en cada nivel de
su camino y finalmente Dios, el soberano universal, tiene Su propio tribunal.
Nadie puede escaparse de comparecer allí.

Los cristianos predican el amor a nuestros enemigos, pero Jesús también dijo que
debíamos amar a nuestro, vecino. ¿Quién es el vecino más cercano de un
cristiano? Ciertamente, otro cristiano. ¿Pero lo están haciendo? ¿Aman los
católicos a los mormones? ¿Aman los Testigos de Jehová a los Metodistas? No
importa que nos llamen herejes; quienquiera que practique este principio de amar
a sus enemigos está más cerca de Dios y es cristiano ortodoxo. Eso es lo que
creo. El amor puede unir. Si los cristianos practican el amor entonces nos
podemos unir con los cristianos y los cristianos pueden unir a todas las religiones
del mundo.

¿Son herejes los moonies o no? ¿Cómo puede usted saberlo? Si usted les dice a
los cristianos del mundo lo que es la Iglesia de la Unificación, pueden decir que
usted es un hereje. Lo importante es heredar la verdadera tradición y espíritu del
cristianismo, sin embargo, y siempre que heredemos esa doctrina y la
practiquemos, seremos los más ortodoxos.

Aunque los propios cristianos hayan violado muchas de las leyes de Dios, siguen
juzgando a otros, llamándolos herejes o anticristos. Algunos cristianos insisten en
que la Iglesia de la Unificación es falsa y herética, pero ¿están calificados para
juzgar? ¿Les dio Dios autoridad para ello? Si los cristianos sólo se preocupan por
su propia iglesia, serán juzgados por las personas que viven más allá del circulo
de su propia religión, las personas que se dedican totalmente a servir a Dios.

Jesucristo proclamó esta misma verdad. El luchó por el cumplimiento de la


verdad de Dios sobre la tierra. No vino para satisfacer el propósito egoísta de su
nación, sino para lograr la salvación del mundo entero.

Dios deseaba que la nación elegida de Israel sirviera como el instrumento


preparado para el Mesías para su misión de salvación del mundo. La nación de
Israel no sabia esto. Algunos pensaban que la llegada del Mesías suponía el
advenimiento de un líder militar que restauraría el imperio político del Rey David
para gloria de los judíos. ¡Cuán equivocados estaban!

Podría pensarse que Dios está interesado en sólo una familia o una nación en
particular. Hasta el presente, cuando la mayoría de los cristianos rezan
fervientemente, llevando una vida piadosa, ellos o ellas están luchando por la
salvación individual, o a lo más, por la salvación de sus familias. Estamos
acostumbrados a llegar hasta ahí, pero no a ir más allá. No nos hemos dado
cuenta de que si realmente luchamos por establecer una nación regida por la
verdad de Dios, nuestras familias y nosotros mismos quedaremos incluidos en
ella. Al tomar en consideración cosas superiores, estas pequeñas áreas ya estarán
salvadas o incluidas. Hoy el cristianismo está declinando, y ésa es la causa. Y si
el cristianismo en su conjunto decae, aún la familia y el individuo estarán
perdidos. Muchos cristianos creen que cuando el Señor venga por segunda vez, lo
hará sólo para ellos o para su propia familia. ¿Se darán cuenta los cristianos de
que cuando Dios venga de nuevo, establecerá toda una nación elegida por Dios, a
modo de base desde la cual redimirá al mundo? ¿Existe un solo cristiano en el
mundo que crea firmemente que cuando Cristo vuelva debe haber una base
nacional establecida para que trabaje sobre ella? Si a usted le preguntaran qué es
lo que quiere salvar, usted respondería inmediatamente no que desea salvarse a sí
mismo, sino que desea salvar por lo menos a una nación. Porque usted sabe que
si usted pudiera salvar a toda una nación, su familia estaría incluida en ella, y
también usted. De modo que usted y su familia también se salvarían.

Si usted lo piensa, en los tiempos de Jesucristo esto también era cierto. Algunas
personas en aquella época pensaban que Dios había preparado cuatro mil años de
historia para enviar a Jesús a los judíos para salvar a esa nación. Ellos pensaban
que cuando Jesús llegara, se vengaría de sus enemigos, y lo deseaban. Su nación
dirigiría al mundo y todas las demás se pondrían de rodillas frente a ellos. Pero si
usted estuviera en la posición de Dios, ¿desearía usted salvar al mundo entero,
salvar a una nación o solamente a un individuo? La respuesta es clara.

¿Por qué se extendió el cristianismo en todo el mundo? Porque el espíritu de


sacrificio de Jesús es el ideal de la providencia, y ése es el espíritu fundamental
de la providencia de Dios sacrificarse por otros. El cristianismo ha sido muy
perseguido, pero cuanto más se le perseguía, más prosperaba. Jesús no dejó
ninguna ideología como el marxismo, sino que por el espíritu únicamente hizo
tan gran efecto en el mundo. Esto lo hizo no solo Jesús, sino también la
providencia de Dios y la cooperación y la voluntad del Propio Dios. Por lo tanto,
lo mas importante es una nación que sacrifique todas las cosas por el mundo
entero y por toda la humanidad. Desde esa nación provendrá un sistema
desarrollado a partir del propio Jesús. Se desarrollará el futuro mundo ideal. La
nación se sacrificara a sí misma y a su soberanía para beneficio del mundo
entero. No existe una nación así sobre la tierra.

Los Estados Unidos están lejos de esta posición. El individuo y el individualismo


son buenos, pero América y los occidentales ponen demasiado énfasis en estas
dos cosas. Como resultado de ello, han perdido a su nación, su pueblo, su familia,
sus padres, y hasta a sí mismos. Son como halcones que el viento arrastra.
El propósito ultimo de Dios no es la salvación de ningún individuo, iglesia o
nación en particular. El propósito de Dios es salvar al mundo entero. Por lo tanto
la verdadera iglesia debería sacrificarse a sí misma en beneficio del mundo. Dios
sacrificó a Su hijo Jesucristo para salvar a la humanidad; el hijo unigénito de
Dios fue sacrificado para salvar a la humanidad. ¿Estaría bien o estaría mal
sacrificar si fuera necesario a la Iglesia de la Unificación para salvar a América y
al resto del mundo? En el mundo hay gente que está muriendo y que sufre
desesperadamente. Si ellos son sus hermanos y hermanas, entonces usted debe
llegar hasta ellos y pedir por ellos. Los verdaderos cristianos deben estar
dispuestos a sacrificar sus propias vidas para la salvación del mundo y de la
humanidad. Sin embargo, muchas de las enseñanzas cristianas de hoy en día
están centradas en sí mismas. Muchos cristianos están buscando su propia
salvación personal; están clamando por "mi salvación" y "mi cielo". Esto es
contrario a la verdad de Dios y contrario al ideal de Dios. Debemos dar, amar,
sacrificarnos, y vivir por el bien de otros en forma constante.

¿Podremos encontrar una nación así en la tierra? No existe una nación como ésta
que se sacrifique a sí misma. Por lo tanto , la religión debe sacrificarse a sí
misma. La religión debe sacrificarse a sí misma por una nación, y esa nación
debe sacrificarse a sí misma por el bien del mundo.

Y el mundo debe sacrificarse por el bien de Dios. De esa forma se podrá alcanzar
el ideal de Dios de un mundo unido. Si esa religión está en América, entonces
debe sacrificar todo cuanto posee para salvar a América. Esa religión no deberá
luchar para multiplicar sus iglesias, sino que deberá trabajar para salvar a la
nación, sacrificando a sus propias iglesias. Si trabaja con ese espíritu, entonces
esa nación se convertirá a esa religión y finalmente se unirá con ella. Y cuando
esa religión se una con su nación, deben avanzar para salvar al mundo,
sacrificándose a sí misma. Por lo tanto, sin sacrificio, la voluntad de Dios no
puede ser realizada.

Estamos en posición de tener que liberar el corazón de Dios, que ha estado muy
dolorido debido a la caída del hombre. Debido a la caída, Su felicidad ha estado
comprometida, de modo que debemos liberarlo y aliviar Su pena, consolarlo. Sin
estar conscientes de este hecho , los cristianos o los miembros de cualquier otra
religión le han estado pidiendo a Dios que los libere y que haga esto y aquello
por ellos, sin tener noción de que somos nosotros en cambio quienes tenemos que
liberar a Dios.

La Iglesia de la Unificación se creó en esta tierra con esa misión, de liberar el


corazón de Dios. La cuestión o problema más importante es cómo aliviar su
corazón restaurándonos a nosotros mismos a nivel individual, familiar, nacional y
mundial. Lo que Dios desea no es el mundo tal cual es, no es el cristianismo tal
cual es. Desea que el mundo y el cristianismo y Su pueblo liberen Su corazón,
conscientes del hecho de que Su corazón es presa de la pena, o de la tristeza.
¿Cuántos cristianos hay que pensaron en eso?. ¿Existió alguna vez una nación
elegida de Dios en la que la gente haya estado pensando en liberar el corazón de
Dios de la pena?

Todos debemos trabajar por el modo de vida ideal. Yo existo para mi familia, mi
familia existe para nuestra sociedad, nuestra sociedad existe para nuestra nación,
nuestra nación existe para el mundo, todo el mundo existe para Dios, y Dios
existe para usted y para mí, para toda la humanidad. En este gran circulo de dar y
recibir hay armonía, unidad, y existe un proceso natural de prosperidad creciente.
Más aún, puesto que en este circuito toda existencia cumplirá con su propósito de
creación, existe una abundante y profunda alegría. Este es el reino de los cielos,
desbordante de sentimientos de felicidad.

En nuestro mundo, el egoísmo lo arruina todo. El egoísmo en la familia acarrea la


falta de armonía, que luego se traduce en amargura y peleas. Cada uno desea ser
servido en lugar de servir a otros. Las esposas les dicen a sus maridos lo que
deben hacer y luego tratan de ser servidas. Los maridos quieren que los sirvan
sus esposas. Los padres esperan servicios de sus hijos y los hijos dan por sentado
que sus padres deben servirlos. Esto está demostrado en nuestras familias, en
nuestras sociedades y en nuestras naciones.

Si los seres humanos se amaran, no habrían deseado separarse, habrían deseado


acercarse y abrazarse y hablar entre sí; dondequiera que fueran desearían
asociarse e ir de un lado a otro, y no habrían olvidado su propia lengua Pero si
existe falta de armonía, si hay peleas, usted no desea estar con su oponente; usted
quiere ir para este lado si el desea ir para aquel, y usted jamás comería lo que
preparó su adversario. La causa de la falta de armonía reside en la caída.

En este mundo actual las naciones existen solamente para sus propios intereses
nacionales. Maquinan, se confabulan, estafan y mienten. Destruyen a otras
naciones para su propio beneficio. ¿Existe siquiera una sola nación en la tierra
que le prometa a Dios: "Dios, tu puedes usar esta nación como tu sacrificio y
como tu altar, si esa es la forma en que puedes salvar al mundo"? Díganme,
¿existe esa nación? ¿En donde?

Es un hecho reconocido que cuando América demostró su espíritu de servicio y


de sacrificio para cumplir con su deber en el mundo, y se esforzó por ayudar a
otros que lo necesitaban - cuando América dio vidas, dinero, y tendió su mano,
disfrutó de una edad de oro. Pero ahora América tiene una actitud egoísta. Los
problemas internos son hoy muy severos. América está pasando por un momento
crucial. Hoy hay cada vez más divisiones, mayor corrupción, y más y más
cantidad de flagrante inmoralidad, que ahogan a esta tierra.

No estoy diciendo estas cosas simplemente para criticar a América. Estoy


proclamando la verdad divina que Jesús reveló hace dos mil años.

Yo fundé la Iglesia de la Unificación. Si la Iglesia de la Unificación existe


solamente para el beneficio o el bienestar de la propia Iglesia de la Unificación,
entonces está condenada a perecer. Yo fundé la Iglesia para poder dar mi vida, mi
corazón, y mi alma para el progreso de la salvación del mundo. Les enseño a los
miembros de esta Iglesia a tener como única motivación el deseo de servir a
otros, de salvar a esta nación y al mundo.

No todas las religiones son buenas. Hay religiones centradas en Dios y religiones
centradas en Satanás. ¿Cómo podemos distinguir entre ambas? Podemos
distinguirlas observando sus acciones. Aquellas religiones que tratan de lograr las
posiciones más fuertes y conquistar a los débiles son las religiones malas. Las
buenas religiones siempre tratan de ocupar la posición inferior y tratan de
sacrificarse y servir. La religión de una nación debería inspirarla a trabajar por el
bien del mundo, y no solamente para sí misma. Una religión buena trata de
promover el espíritu de servicio en todo el mundo.

Jesús no les enseñó a sus discípulos a tomar represalias. Les dijo: ". . . a
cualquiera que te hiriere en tu mejilla diestra, vuélvele también la otra; . . . y a
cualquiera que te cargare por una milla, ve con él dos." (S. Mateo, 5: 39,41)
Nunca se deben tomar represalias; todo lo que se debe hacer es dar completa y
totalmente, y luego Dios nos lo devolverá aún con mayor abundancia.

El mayor enigma de la historia es cómo el nombre de Jesús, ese hijo de


carpintero, desconocido y sin educación llegó a ser conocido en todos los hogares
en los últimos dos mil años. Jesús no fue bien aceptado durante su vida. No tenia
una educación formal y su aspecto era humilde y pobre. Se hacia amigo de los
pescadores del mar de Galilea, de los recaudadores de impuestos y de las
rameras. Cuando Jesús fue de pueblo en pueblo con ellos, diciendo cosas
asombrosas e inauditas, la gente penso que estaba loco y que era peligroso.
Finalmente lo crucificaron.

¿Cómo pudo el nombre de un hombre así llegar a ser universalmente conocido


durante dos mil años? Jesús vivió de acuerdo con la formula de Dios. Es un
hombre universal en este aspecto y esto es lo que lo distingue. Fue totalmente y
absolutamente una persona publica que abarcó al universo. Así es precisamente
como Dios ha estado viviendo a través de la historia. Las filosofías de Dios y de
Jesús fueron absolutamente paralelas, y después de la muerte de Jesús, Dios llevó
su nombre a todos los rincones del universo.

Cuando Jesús fue crucificado, los soldados romanos lo atravesaron con sus
lanzas. Y Jesús rezo por sus enemigos: "Padre, perdónalos, porque no saben lo
que hacen." (S. Lucas 23:24). Aún en el momento de morir en la cruz Jesús fue
tan sincero en su perdón. Su ultimo acto fue motivado por su amor hacia sus
enemigos. Su mente compasiva se apiadaba no sólo de su propio pueblo, sino
también de los enemigos de su pueblo. Encarnó la suprema forma de dar - un
modelo de amor. No estaba rezando solamente por ese soldado romano que le
clavaba su lanza; rezaba por el perdón de todo el Imperio Romano. Llego con
una misión universal, internacional, que no iba dirigida a una sola alma o a un
solo grupo. Hoy muchos cristianos están buscando su propio Cielo, su "pequeño
espacio allá arriba", pero ésa no es la forma en que lo ve Dios. O se gana todo el
mundo, o nada puede ganarse.

Aquellos que se sacrifican a sí mismos por el bien de la humanidad merecen ser


llamados hombres y mujeres de verdad. Jesús fue el hombre que se sacrificó a si
mismo por la humanidad. Jesús fue el primero en comprender el hecho de que
debía morir por Dios, la nación de Dios y todos los pueblos de Dios. Por lo tanto,
la gente admira a Jesús, y Dios lo ama. Pero el amor de Dios y el amor humano
verdadero fueron revelados a través de Jesús. Un nuevo mundo comenzó a partir
de Jesús. El ejemplo de Jesucristo es el patrón absoluto para toda la humanidad.
Imaginen toda una nación compuesta de hombres y mujeres semejantes a
Jesucristo. ¿Cómo la llamarían? El Reino de los Cielos sobre la tierra no podría
ser nada menos que eso.

Jesucristo reinó sobre todo lo viviente debido a su forma de amar, de dar y de


sacrificarse sin precedentes. Seguirá siendo el Señor para siempre. De la misma
forma, nadie en este universo supera el amor y la entrega totales de Dios. De
modo que Dios es Dios para siempre. Reina sobre toda la creación.

Consideremos la caída de Roma. Todo el Imperio Romano resulto derrotado


frente al ejercito sin armas, el ejercito de Jesucristo. ¿Con qué medios
conquistaron Roma los cristianos? La conquistaron con amor, con sacrificio, y
con la entrega total, aún a costa de sus propias vidas. La historia es testigo de que
ningún imperio puede resistir ante el ejercito del amor que se sacrifica. Y esta
historia se repetirá.

La humanidad no distingue con claridad la definición de lo bueno y lo malo. No


estamos seguros de donde debe estar nuestro compromiso, de cuando debemos
actuar, de donde debemos servir. Esta ha sido la fuente de la mayor confusión en
las vidas humanas. No debemos convertirnos en los cristianos que simplemente
anhelan fervientemente su propio bienestar. Como cristianos, debemos vivir la
vida de Jesús y darnos totalmente para beneficio de otros, de modo que otros
puedan vivir. Este es el designio de Dios.

El mundo actual evoca la ira de Dios. Merece en verdad su juicio inflexible. Pero
Dios es amor, y El es paciente. Dios está reprimiendo Su ira porque El desea
salvarnos. Nos está dando la oportunidad de cambiar. Está esperando.

Sé que la cultura occidental se caracteriza por su individualismo. Les advierto, el


individualismo egoísta está condenado. El individualismo de sacrificio florecerá.
La individualidad en sí misma es buena. Dios le dio a cada uno de nosotros una
forma única de servir. Pero el individualismo sin Dios sólo puede construir
castillos sobre la arena de la decadencia.

Veo un gran cambio, una nueva gran oleada revolucionaria llegando a América -
no con fuego ni con balas, sino con la verdad de Dios avivando la revolución del
corazón humano. He llegado hasta aquí para encender esta revolución espiritual.
La respuesta última no son las manifestaciones o las batallas legales. La
respuesta está en los corazones de los hombres y de las mujeres, en la revolución
pacifica que nos llevara del egoísmo a la generosidad.

¿Pueden imaginar cuán hermosa será la sociedad ideal? Los individuos


pertenecerán a sus familias, la familia pertenecerá a la sociedad, la sociedad
pertenecerá a la nación, la nación pertenecerá al mundo, el mundo le pertenecerá
a Dios, y Dios le pertenecerá a usted. La persona que más dé será la que conozca
más profundamente a Dios.

Algunas personas podrán decirme: "Reverendo Moon, usted tiene unas teorías
interesantes, pero su contenido teológico debe ser examinado con mayor
atención". Pero esto se basa en un malentendido con respecto a mi. Hablo a partir
de la vida, no de la teoría. Les digo que estamos todos aquí para vivir la verdad,
como Jesús vivió la verdad.

Esto no es una teoría, una filosofía o una doctrina teológica. Es la verdad final de
Dios - no está para que se hable de ella, sino para vivirla.

Cuando un pueblo le infunde vida a esta verdad, ha de producir un cambio total


sobre la faz de la tierra. Aunque en cierto sentido ustedes comprenden la verdad
de las cosas que he estado diciendo, ninguno cree verdaderamente en ellas.
Puesto que nadie cree en la verdad, nadie la vive nunca. Esta verdad es tan
antigua como Dios, y tan nueva como el siglo veintiuno. Debéis vivir la verdad.
Si la revelación del Principio de la Unificación ha convertido en realidad en
vuestros corazones esta verdad inmemorial, entonces habéis descubierto en
efecto una nueva verdad. La enseñanza de la Unificación está conmoviendo los
corazones de millones de personas, mostrándoles el camino hacia nuestros muy
reales Dios y Jesucristo. La gente en todo el mundo está aprendiendo que Dios es
absoluto y perfecto, y que el Dios perfecto reclama seres humanos perfectos
como Sus objetos. Jesús dijo: "Sea, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre
que está en los cielos es perfecto." (S. Mateo 5:48) Está indicando claramente
que nuestro patrón de valor es la perfección de nuestro Padre que está en los
cielos. De otro modo no podemos ser los objetos de Dios y Dios no puede
aceptarnos.

Todos nosotros deseamos ser perfectos. Todos deseamos el cielo en la tierra, pero
preguntamos "¿Cómo se puede lograr?"

Nos preguntamos si es en realidad posible que los seres humanos seamos


perfectos. Algunos afirman, con aparente justificación, que todo lo que hay que
hacer es observar simplemente a la raza humana para ver el grave error de esta
aspiración. Señalamos el pecado y el sufrimiento inherente a todas las cosas, aún
las cosas que son mas sagradas. Decimos: "Sólo Dios es perfecto". Sin embargo,
cuando comprendamos plenamente el designio de Dios para el hombre y la mujer
en Su concepto de la creación, comprenderemos que la perfección está a nuestro
alcance.

En el ideal de la creación de Dios fuimos creados para ser los templos de Dios,
los templos del espíritu de Dios, en donde Dios es el amo. "¿No sabéis que sois
templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?" (I Cor. 3: 16)

Fuimos creados para ser los templos de Dios. Cuando alcancemos ese estado,
dejaremos de tener una voluntad corruptible. Las fronteras y las leyes ya no serán
necesarias, porque Su voluntad será nuestra voluntad. Con Su espíritu viviendo
dentro nuestro completamente, nos moveremos solamente adonde El nos guíe.
Entonces seremos perfectos, porque la fuerza que nos guiará y que nos dirigirá
será la fuerza perfecta.

Cuando alcancemos esta meta final estaremos en perfecta unión con Dios. Ya no
estaremos viviendo únicamente en el nivel humano, sino en el nivel divino.
Tomaremos las cualidades de Dios porque el Espíritu morara en nosotros y nos
poseerá como un templo perfecto; reflejaremos la virtud y el poder de Dios. Así
podremos ser tan perfectos como el Padre que está en los cielos. Este fue el
modelo original que Dios tenia destinado a la humanidad a través de Adán y Eva.
El matrimonio es el medio más importante de establecer el reino de Dios sobre la
tierra. Adán y Eva fueron los primeros hijos de Dios. Nacieron de Dios, crecieron
en Dios, y debieron madurar a la perfección en Dios. El designio de Dios era unir
a Adán y Eva en matrimonio divino. Entonces hubieran procreado hijos sin
pecado y se hubieran convertido en el padre verdadero y la madre verdadera de
toda la humanidad. Hubieran sido los "Padres verdaderos", estableciendo el
Reino de los Cielos en la tierra.

¿Existió este reino alguna vez? No. En lugar de ello, la historia se inició en la
dirección equivocada. Desde la primera mala acción, Satanás ha sido el dios de
este mundo. Por lo tanto, el propósito de la restauración de Dios, Su propósito de
salvación, ha sido restaurar la familia perfecta de modo que El pueda tener
verdaderamente su reino sobre la tierra. Para esto Dios necesitaba un modelo.
¿Quien podía establecer los criterios de perfección en la tierra?

Para satisfacer esta necesidad, vino el Mesías. La historia de la providencia de


Dios es una historia muy triste. Para consolar el corazón de Dios y cumplir con
Su obra, debemos comprender claramente Su proceso de restauración, y la
insuficiencia de la respuesta humana a Dios, especialmente en la época de Cristo.

Jesús vino a la tierra para ser el Padre verdadero eterno de la humanidad. Es por
eso que dijo que los verdaderos creyentes negarían a sus padres falsos, a la falsa
sociedad y a las relaciones falsas - para volver a su padre verdadero. La esencia
del cristianismo es la tradición del amor verdadero. Pero mientras se encontraba
cumpliendo con esta importante misión, Jesús fue crucificado. No hubo
posibilidad de que la tradición del verdadero amor alcanzara toda su plenitud en
la época de Jesús, y Jesús no quedó establecido como el padre eterno antes de su
crucifixión.

Cuando Dios creó a la humanidad, El colocó a Adán y Eva, el hombre y la mujer,


en el Jardín del Edén. Ambos se unieron con Satanás y cometieron pecado,
dejando así aislado a Dios. En el proceso de restauración, Dios debe restaurar
tanto a Adán como a Eva. Jesús llegó como el Adán sin pecado o el Adán
perfecto. Llegó como el Mesías, como el modelo de perfección en todos los
niveles: el individual, el familiar, el tribal, el nacional, y el mundial. Vino a
establecer el mundo perfecto en la época durante la cual vivió, y no sobre cierto
numero de siglos. Es por eso que en I Corintios 15:45 se dice que Jesús es el
"postrer Adán", el segundo Adán. Su primera misión era, por lo tanto, restaurar a
su esposa y formar la primera familia de Dios. Todas las generaciones caídas se
hubieran injertado en él como el olivo verdadero. Las familias, las tribus y las
naciones centradas en Dios habrían sido restauradas de esa forma. La perfección
hubiera reinado. El estado sin pecado del reino de Dios hubiera sido una realidad
durante los pasados dos mil años.

¿Qué es lo que distingue a Jesús de todos los otros líderes religiosos? Primero,
dijo que era el hijo unigénito de Dios, que poseía por lo tanto todo el amor de
Dios. Cuando se tiene el primer hijo, él o ella son el centro de un tremendo
desborde de nuestro amor. Si los seres humanos sentimos esta alegría extática
con nuestro primer hijo, ¿qué no sucederá con Dios? Porque Dios ve Su propia
imagen en su primer hijo y a través de él puede manifestar Su imagen a todo el
mundo, puede comprenderse cuan crítica es esa persona. ¿Qué puede hacer ese
hijo? ¿Necesita Dios únicamente un hijo? Dios sabía con antelación que El
necesitaba un par, lo que incluía a una hija. Debemos hablar de la hija de Dios,
especialmente aquí en América. Dios será más aceptado en este país cuando
hablemos de Su hija unigénita también.

Un hijo que vive sólo seria como una persona con un solo pie. Jesús sabía que
Dios esperaba a Su hija unigénita, de modo que Jesús procuró restaurar a una
mujer en esa posición. Es por esto que uno de los temas centrales en el Nuevo
Testamento es el de la esposa y el esposo. Los cristianos tienen que conformarse
actualmente con una visión bastante abstracta de esta relación matrimonial,
diciendo que tanto el hombre como la mujer están en la posición de esposos de
Jesús, y no solo ellos, sino que también la Iglesia. ¿Qué tiene que ver la iglesia
como institución con la esposa de Jesús? Sin duda que existe aquí cierto
significado simbólico, pero el deseo ultimo de Dios es darle una esposa física a
Su hijo.

¿Cómo podría Jesús besar a una institución? ¿Es cierto que vuestro presidente es
una institución de tanta importancia que no sabe como dar un beso? ¿Son los
grandes líderes tan grandes que no necesitan besar a nadie? Jesús fue el Rey de
Reyes; en ese sentido fue la institución más grandiosa, en consecuencia debió
permanecer célibe el resto de sus días, ¿verdad? No, era humano y necesitaba una
esposa como el resto de los hombres. ¿Debería sentarse en su trono y proclamar
el celibato como el modo de vida más sagrado, imponiéndoselo a sus súbditos?
Una enseñanza así no tendría sentido.

Supongamos que Jesús hubiera recibido la bendición de una esposa perfecta,


¿creéis que porque era un hombre santo, Jesús siempre habría permanecido lejos
de ella? ¿Hubiera besado a su esposa solo a modo de sacrificio o porque
realmente quería demostrarle su amor? Como hombre sagrado ¿hubiera
contemplado a su esposa de vez en cuando y se habría alejado luego, o habría
sentido un profundo amor en su corazón para brindar a su esposa? ¿Habría sido
un pecador si lo hubiera hecho?
Jesús vino a cumplir la voluntad de Dios y para hacerlo tuvo que rehabilitar a su
propia esposa. La totalidad del mundo cristiano se conmueve al oír esta
revelación, y por ello, los cristianos me han llamado hereje. Jesús puede escuchar
esta conversación que se lleva a cabo aquí en la tierra. ¿Creéis que sonreiría al
escucharme decir que El debería haber tenido una esposa o creéis que
permaneció célibe porque creyó que esa era la forma de vida más sagrada?
¿Quién creó al hombre y a la mujer y quién fue la madre de Jesús? Dios creó al
hombre y a la mujer para que fueran uno, para que se casaran y vivieran como
marido y mujer. Esa es la relación más sagrada de la creación Divina. El Génesis
dice que Dios creo a Adán y Eva. Dios nunca dijo "es bueno" hasta que hubo
creado a Adán y Eva. Muchas religiones predican el celibato. La Iglesia de la
Unificación sostiene que la familia, y no el individuo, es la piedra fundamental
del Reino de los Cielos.

Jesús no solamente dijo que El era el único Hijo de Dios, sino que también negó
al mundo. No importa cuan hermoso o maravilloso pareciera el mundo, no
significaba nada a los ojos de Dios, en consecuencia, el ministerio de Jesús tenia
que comenzar con una negación del mundo. Jesús vino como el único hijo de
Dios para restaurar a la Hija unigénita de Dios y crear la familia única, la nación
y el mundo de Dios.

¿Cuál es el tema central de Dios, el que llegaría a conmover Su Corazón? Dios


no necesita ni dinero ni poder. Cuando Jesús vino y se declaro el Hijo Unigénito
de Dios, conmovió a Dios como nada antes lo había conmovido. Muchos
hombres justos llegaron a la tierra 4.000 años antes que Jesús, pero si Dios
hubiera preguntado a Jesús: "¿Crees que eres más grande que Moisés o que
Abraham y que todos los demás?" Jesús le hubiera respondido que sí. Nunca
existió antes otra persona que fuera la excepción a la afirmación de Jesús o que
pudiera ser elegido para ocupar su lugar. Jesús estaba tan absolutamente seguro
de ser el Hijo unigénito de Dios que nada lo hubiera hecho dudar. Un hombre así
o una mujer así, nunca había existido antes.

Jesús conmovió el corazón de Dios y siempre estuvo dispuesto a aceptar


cualquier instrucción de parte de Dios. Ningún otro santo ha logrado ese objetivo
en forma tan perfecta. Todos los demás santos predicaron una forma de vida
buena y la verdad, pero nadie lo hizo en forma tan absoluta tanto en lo que se
refiere a la convicción de que Dios era su Padre como a la negación total del
mundo como lo hizo Jesús.

Llamándose el Hijo Unigénito de Dios, Jesús quiso decir que El y Dios eran la
única existencia verdadera y que su voluntad era cambiar al resto del mundo para
que éste también tuviese una existencia verdadera. Lo primero que trató de
recrear fue la Hija de Dios. Después intentó crear la familia, la sociedad, la
nación y el mundo de Dios.

La campana nunca había tenido un sonido tan renovadoramente refrescante antes


de la llegada de Jesús. El sonido de la campana de Jesús no sólo se escucho en el
mundo, sino también en el mundo espiritual. Ese sonido atravesó la mente y el
corazón de Dios, y ambos mundos resonaron juntos. Ese sonido conmovió a Dios
y lo hizo sentir bien porque era el sonido del amor.

¿Por qué necesita El amor? Porque Dios quiere embriagarse con el regocijo del
amor. Solamente el amor puede embriagarlo totalmente y provocarle un regocijo
que conmueva al mundo. Ese regocijo no inspiraría solamente cantos y danzas,
sino mucho más. Dios desea sentir el amor hasta el grado de poder olvidarse de
Sí mismo y de Su dignidad Divina y poder transformarse totalmente en un niño.

Antes de que Dios enviara a Su paladín Jesucristo, preparó el campo con la


nación elegida, Israel. Esas fueron las razones para la venida del Mesías. El
pueblo y la nación de Israel podrían haberse perfeccionado si se hubieran unido a
la llegada del Señor. El Reino de Dios podría haber sido una realidad física en
aquel momento.

La intención de Jesús estaba solamente dirigida a la creación del Reino de Dios


aquí en la tierra pero hablando prácticamente, ¿qué es el Reino de Dios? La
Biblia no lo dice claramente, pero el Reino de Dios que Jesús trataba de construir
aquí en la tierra, se basaba en una enseñanza muy simple. Tanto como amas a
Dios, tu Padre, debes amar a tu país, a tu sociedad y a tu propio hogar. Cuando
esa tradición de amor una a todos y cada uno de los aspectos de la vida, el Reino
de Dios será realidad. Cuando todos rindamos culto a Dios como nuestro Padre,
no quedara barrera alguna, ni fronteras nacionales ni de idioma ni de sectarismo.
Todas las barreras deben desaparecer.

Si Jesús solamente hubiera venido a establecer una nueva religión entonces no


hubiera sido el Mesías. En realidad a Jesús no le interesaba la religión, lo que si
le interesaba era un Reino centrado en Dios y ese Reino no puede construirse a
través de la religión. Ese Reino será construido por la familia. Jesús vino a crear
la primera familia verdadera para traer a Dios a un hogar verdadero donde El
habitaría como soberano, como el Padre verdadero. No hay otra forma de cumplir
la voluntad de Dios. No existe otra forma de construir el Reino de Dios aquí en la
tierra.

Pero esta nación no aceptó a Jesús. En lugar de una bienvenida encontró el


rechazo a todos los niveles, se le negó a Jesús la oportunidad de tomar una esposa
que ocupara la posición de Eva restaurada y de establecer la primera familia
celestial centrada en Dios. En cambio fue clavado a la cruz. Así Jesucristo no
pudo terminar su misión en la tierra. Y esa es la razón por la que Jesús prometio
su segunda venida. Jesucristo debe volver a completar su misión como el Mesías.
Permítaseme repetir: Jesús fue el Adán perfeccionado y su misión fue la
salvación de la humanidad.

El paso más importante era restaurar a su esposa, Eva. Jesús era el hombre, Dios
y Jesús formaban una unidad, pero el no era Dios, el Padre. Cuando vuelva a la
tierra, va a hacerlo como hombre en la posición del tercer Adán.

Estas son revelaciones que Dios me hizo y quiero que vosotros entendáis bien los
puntos más importantes. Dios quería que Adán y Eva se unieran en un
matrimonio celestial en el Jardín del Edén. Como ello no sucedió en aquellos
tiempos, Dios quiso que Jesús cumpliera con Su voluntad de llevar a cabo ese
matrimonio. Pero tampoco Jesús lo hizo porque nadie creyó en él como el Mesías
en la tierra.

Jesús fue el segundo Adán. Era la voluntad de Dios bendecirlo con el matrimonio
celestial con la segunda Eva, su esposa restaurada.

Dios quiso traer a sus hijos a la tierra libres de todo pecado. Entonces, Jesús y su
esposa se hubieran transformado en los Padres Verdaderos de toda la humanidad
y toda la humanidad hubiera encontrado la vida uniéndose a ellos.

En el Apocalipsis, al final de la Biblia, se nos muestra claramente que el ideal de


Dios es este hombre y esta mujer perfectos; cuando se regocijen uniéndose en el
matrimonio sagrado, esta es una verdad universal. Una vez que Dios haya
logrado que este ideal elevado se transforme en norma, entonces se multiplicarán
los individuos y las familias de ese tipo, Dios se ha esforzado para lograr esto. En
consecuencia éste es el más elevado ideal de Dios y de la humanidad. Este es el
deseo más profundo de Dios y también el deseo más profundo de la humanidad.
Sólo alrededor de este centro, todas las personas y Dios podrán vivir eternamente
felices y como si fueran uno.

Jesús advirtió a las personas "Vosotros sois de vuestro padre el diablo" (San Juan
8:44) porque en el comienzo de la Historia humana nacimos como hijos de
Satanás. Por medio de la restauración de los Padres verdaderos, renaceremos
como hijos de nuestro Padre Celestial, Dios. Ello significara la salvación total
como Sus hijos verdaderos, no la mera salvación como sus hijos adoptivos a la
que se refiere San Pablo {Romanos 8:23)
No se cumplió la voluntad de Dios en los tiempos de Jesús. Esa es la razón por la
que viene otra vez. En el libro del Apocalipsis está la profecía del matrimonio del
Cordero. Esta boda se llevaría a cabo realmente. Los Padres Verdaderos de toda
la humanidad vendrán en nuestros tiempos. Dios impondrá su verdadera Familia
sobre la faz de la tierra. Todos estaremos facultados para traer hijos libres de
pecado al mundo. Ello sucederá cuando Jesucristo reaparezca. Entonces
comenzara el Reino de los Cielos en la tierra. Ese será el día de la esperanza, el
día de la llegada del Señor en el Segundo Advenimiento.

Ese será el día en que el ideal original de Dios se realizara por primera vez. Será
el día en que Dios habitara con hombres y mujeres. Dios estará lleno de regocijo.
Su propio hijo perfeccionado como el tercer Adán comenzará una historia
totalmente nueva sobre la tierra. En ese día nos transformaremos en imágenes
vivientes de Dios. Dios traerá Su Reino a la tierra.

Esta realización última de la idea ha sido la esperanza tanto de Dios como de


toda la humanidad. Os ruego de todo corazón que facilitéis la realización de esta
esperanza en la eternidad de Dios.

 
LA PROVIDENCIA DE DIOS EN LAS ESCRITURAS
Sabemos que el mundo en que vivimos hoy no es literalmente el Reino de Dios.
Sabemos que la historia humana comenzó con el mal paso, del lado del mal. Esa
es la razón por la cual la Biblia dice que el dios de este mundo es Satanás.
Debido a la caída humana, Satanás nos domina en lugar de Dios. En
consecuencia, somos la encarnación de Satanás. Y pertenecéis al linaje de
Satanás en lugar del de Dios. Ello contradice la ley de la creación establecida por
Dios. Esa es la razón por la que ha habido mártires en el mundo religioso. En las
religiones primitivas, a veces se han matado personas como ofrendas o
sacrificios. Ello representó una forma equivocada de derramar la sangre satánica.
A los ojos de Dios no somos criaturas de Su creación. No somos verdaderos seres
humanos, somos simplemente seres satánicos, Sus enemigos. Somos los hijos de
Satanás que es el hijo de Dios. Ello es el resultado de la caída humana. Esta es la
razón por la que Jesús dijo: "Vosotros sois de vuestro padre el diablo" (S. Juan
8:44). Contra los deseos de Dios, nuestros primeros ascendientes humanos
cayeron en una relación amorosa pecaminosa y prematura. Para que logremos la
salvación perfecta, debemos tener padres verdaderos, y tenemos que ser parte de
su linaje a través de un proceso de renacimiento. Leemos en la Biblia que cuando
Nicodemo visitó a Jesús y lo escuchó hablar del renacimiento, le preguntó
"¿Cómo podemos volver al vientre de nuestra madre?" Se dice que Jesús le
contestó "¿eres uno de los líderes de Israel y todavía no sabes lo que significa el
renacimiento?" En conclusión dijo: "Si no vuelves a nacer, no entraras en el
Reino de Dios".

Volver a nacer y ser parte de un nuevo linaje significa la resurrección. Siendo


hombres y mujeres de la caída y perteneciendo al linaje satánico, estamos
destinados a renacer, sólo entonces podremos entrar en el Reino de Dios. El
camino de la redención es la forma de revertir el camino de la caída. Ello
significa que debéis restituir el linaje original. Para transformar nuestro linaje
satánico en linaje divino, debemos llevar una vida ascética, una vida llena de
dificultades y sacrificios. Para que se nos redima debemos recorrer ese camino.

Durante la caída, Adán y Eva confiaron más en Satanás que en Dios. Esa fue la
primera etapa. Durante la redención, debemos creer férreamente, absolutamente
en Dios. El resultado final de la caída fue el linaje satánico, sometidos a Satanás.
Se manchó nuestra sangre. Para que Jesús creara las condiciones para que
nosotros negáramos nuestro linaje satánico, finalmente él tuvo que derramar su
propia sangre. Hemos tenido que recibir su sangre para pertenecer a su linaje. En
la Comunión sagrada, el vino simboliza el linaje divino. Compartiendo el pan y
el vino nos transformamos en parte de su linaje. De esa manera pasamos de
pertenecer al linaje satánico a pertenecer al linaje divino.

La humanidad caída ha tenido que sufrir una carga de sangre, sudor y lagrimas.
Si se le pide a Dios que nos cuente algunas de sus experiencias desde la caída, El
no puede contar más que una historia de sudor, lagrimas y sangre. No tiene otra
historia. La mayoría de los cristianos no saben lo que significa Dios. Se Lo
imaginan sentado en Su trono disfrutando de la vida, pero eso no es para nada
verdad.

Alguien tiene que liberar a Dios y El no puede hacerlo sólo. Los padres, los
cónyuges, no pueden sobreponerse a sus angustias solos. Sólo los hijos pueden
librar de angustia a los padres, sólo la esposa puede librar de angustia al marido,
y sólo puede hacerlo el marido con respecto a su esposa. La única forma de
liberar a Dios de su dolor es transformándose en hijo de la piedad filial y así
terminar con Su angustia.

Dios quiso perdonar a Adán y a Eva pero no estaba en posición de hacerlo


porque ellos no merecían ser perdonados. Debemos imaginar lo siguiente:
supongamos que hubo otra persona que no cayó - un hermano de Adán, que
totalmente ajeno a la caída se presentara ante el Padre y le pidiera que perdonara
a sus hermanos, ¿qué hubiera sucedido? Si aquel hombre virtuoso se presentara
ante Dios y le pidiera que perdonara a su hermano por la caída, y si le dijera al
Padre que él ayudaría, haciéndose responsable él mismo, que estaría dispuesto a
ser azotado o a cualquier otra cosa por la caída de sus hermanos, Dios los podría
haber perdonado. Se supone que ése era el camino del perdón, o de la salvación
de los pecadores.

Se puede decir que la persona que no ha caído no tiene nada que ver con Satanás.
Dios puede usar Su providencia de salvación a través de ese individuo. Ese tipo
de persona es "Abel", o sea uno que se encuentre en una situación similar a la de
Abel. Se supone que Abel es la persona que puede recibir el amor perfecto de
Dios. El o ella deben poder triunfar sobre Satanás, Abel debe sacrificarse por la
humanidad. En otras palabras debe haber una persona que desee sacrificarse por
sus hermanos pecadores para liberarlos.

El hermano del sacrificio se transformará en el Cristo. ¿Cuál es la misión de


Cristo, el Mesías? Es el portador de nuestra carga y de nuestra recompensa, por
eso es el Salvador. Si uno sobrelleva las cargas de la vida de otra persona, uno es
su salvador. Su hermano o hermana pecadores serán liberados si se cumple esa
condición solamente. Puede existir la esperanza de la salvación con la llegada de
esa persona. Esas lagrimas que aliviarán el dolor de Dios y de la humanidad
abrirán los portones de la salvación.

Entonces ¿por qué necesitamos al Mesías? ¿Cuál es su propósito? Es devolvernos


al punto que nos une al amor de Dios. Queremos volver a ese punto, pero hemos
heredado el linaje satánico. El linaje de sangre de los pecadores no está unido al
amor de Dios. Ello debe ser reparado. La reparación tiene como significado
último, la purificación del pecado original.

El problema fundamental es como librarnos del pecado original. Los pecadores


no pueden hacerlo solos. En consecuencia necesitamos un Mesías. Sin embargo
para que Dios envíe al Mesías, la humanidad debe comprometerse a cumplir
ciertas condiciones que sean aceptables para Dios.

En la consecución de este objetivo, la estrategia de Dios ha sido convocar


paladines extraídos de este mundo satánico. Examinemos los caminos de la
Providencia Divina para así entender la estrategia divina.

La familia de Adán fue la primera familia dentro de la creación divina. Existía en


esta familia un hombre llamado Abel a quien Dios eligió para ser su primer
paladín. Abel sirvió a Dios de todo corazón y fue el primer hombre que entregó
su vida para cumplir con los designios de Dios. Abel tuvo que rechazar a Satanás
y volver a Dios luchando contra Satanás y venciéndolo. Tuvo que separarse de
Satanás y ser diferente de su hermano pecador. Por estar en esa posición, podía
recibir el amor de Dios. Estas tres etapas constituyen la formula más importante,
el que quiera salvar al mundo debe combatir a Satanás y salir victorioso, entonces
él o ella debe venir al amor de Dios; y entonces sintiendo el corazón de Dios y de
los pecadores, él o ella deben querer sacrificarse por los pecadores. Sólo
cumpliendo esa condición se podrá redimir a los pecadores.

Así, Abel debería haberse separado de Satanás, o de Caín, entregarse al amor de


Dios, sintiendo y experimentando el amor de Dios y el dolor de su hermano, y
debería haberse sacrificado por ellos. Abel debería haber querido morir por Caín
en vez de ser tan arrogante. Debería haber salvado a su hermano arriesgando su
vida, al precio de su propia vida.

Abel no debía haberse sacrificado muriendo, debería haber permanecido vivo,


sacrificándose para que Dios pudiera realizar su obra a través de él. Debería
haberse sacrificado sin ser sacrificado por Satanás; su sacrificio en el altar fue
una ofrenda a Dios. Pero en el proceso de hacerlo, Caín lo mató.
Luego Dios eligió a Noé como su paladín. Y Noé llevó a cabo una misión muy
extraña. Dios dio instrucciones a Noé para que construyera un arca en la cima de
una montaña. Pero, es una cuestión de sentido común que para construir un arca
se necesita un astillero junto a alguna corriente fluvial o marina. Pero las
instrucciones que recibió Noé fueron construirla en la cima de la montaña y no en
las costas del mar o en la ribera de un río. ¿Cuántos de nosotros aquí presentes
aceptaríamos una misión como ésa? Cuántos de nosotros obedeceríamos una
orden así y nos pondríamos a trabajar sin rastro de duda?

En los tiempos de Noé, nadie podía creer que Noé hubiera recibido un mandato
de Dios, tampoco nadie lo aceptó en su misión reveladora del diluvio que
vendría. ¿Pueden imaginar lo que la gente de la época pensaba de Noé? Durante
120 años subió y bajó aquella montaña trabajando en la construcción del arca.
¿Le gustaría a alguna de las señoras aquí presentes imaginarse en el lugar de la
esposa de Noé? No creo que se sentirían muy felices.

La esposa de Noé debe haberle preparado el almuerzo para llevar todos los días,
consumiendo sólo un poco de comida. Noé estaba tan ocupado con el arca que no
tenia tiempo para encontrar el sustento para su familia. A los pocos meses los
problemas familiares deben de haber surgido pero la esposa de Noé no tuvo que
aguantar la situación por 12 meses ni por 12 años, sino por 120 años. ¿Por qué
entonces Dios asignó a Noé una misión tan absurda? ¿Por qué Dios tiene que
actuar de esa forma? Hay una razón. Es por la existencia del mal. Dios no puede
habitar donde existe el mal. La dirección de los designios de Dios es 180 grados
opuesta a la dirección del mal. Dios aborrece el mal. Dios no puede aceptar las
cosas que acepta el mundo del mal. En consecuencia, Dios no quiere tener nada
que ver con el mundo del mal, o con cualquier cosa manchada por éste.

Fuimos todos creados a imagen de Dios y podemos encontrar rasgos similares a


los Suyos en nuestra naturaleza humana. Pensad que si tenéis un enemigo contra
el que sentís un sentimiento muy profundo, no queréis ni siquiera mirarlo.
Igualmente, Dios no quiere tener relación alguna con el mundo satánico del mal.
En consecuencia, tratándose de ese mundo, Dios elige formas que son
incomprensibles para los seres humanos.

Dios quiere también poner a prueba la fe de hombres y mujeres. No puede


hacerlo si solo pide a los humanos que realicen cosas corrientes. Debemos tener
la voluntad de actuar según las instrucciones extraordinarias de Dios. Debemos
demostrar a Dios nuestra fe incondicional. Ello no es tarea fácil. La gente pensó
que Noé estaba loco cuando construyó el arca. Nadie supo que él ocupaba una
posición clave para Dios.
No sólo Noé sino que también otros hombres de Dios parecían actuar en forma
muy extraña cuando se les considera desde una óptica mundana . Consideremos
el caso de Abraham.

Dios llamó a Abraham que no provenía de una familia a cuya cabeza hubiera un
hombre de Dios, sino que provenía de una casa que construía ídolos, y le ordenó
que se separara del ambiente en que reinaba el mal y abandonara su tierra. Dios
quiso que Abraham fuese su paladín. Fue el mandato personal de Dios. Si
Abraham hubiera discutido el asunto con su padre, el constructor de ídolos, éste
le hubiera preguntado ¿estás loco? Abraham sabia bien que no debía contar a su
padre, las instrucciones de Dios. ¿Quién le hubiera creído? Su misión no era
simplemente saludar a su vecino. Dios le dio instrucciones para que viajara a
tierras lejanas, hasta Egipto.

Abraham tomó su decisión solo, basado en su fe y en su confianza en Dios. Sólo


en razón de su fe tomo la decisión de partir y nada más que seguir el mandato de
Dios ocupaba su mente. Sé que escapó de noche. De pronto se encontró vagando
como un gitano. Vivió en la abnegación, renunció a todo.

Los paladines de Dios tienen una característica en común. Comienzan sus


misiones negándose a sí mismos y a su medio. El hijo de Isaac, Jacob, no fue una
excepción. Jacob fue un hombre de voluntad férrea puesta al servicio de Dios.
Quería servir a Dios como antes nadie lo había hecho. Quería establecer una
forma ejemplar logrando algo que ninguna otra persona pudiera superar.

En la Biblia hay muchos relatos sobre Jacob. Uno de ellos describe un ardid muy
ingenioso cuando compró a su hermano mayor el derecho de primogenitura a
cambio de pan y un guisado de lentejas. Y después, obtuvo la bendición de su
padre que estaba dirigida a su hermano mayor, Esaú. En este incidente, Jacob
sabia sin duda, que su hermano mayor se transformaría en su enemigo. Se
comprometió de todas formas. Esa voluntad, ese ardiente deseo de Jacob de
obtener la bendición de Dios era tan fuerte en su corazón que Dios se sintió
realmente reconfortado. Luego de obtener la bendición de Isaac, Jacob escapó al
peligro de que su hermano mayor lo matara, abandonando su tierra y dirigiéndose
a Harán.

Durante 21 años, Jacob sufrió una vida llena de tribulaciones en Harán. Durante
ese periodo, Jacob fue engañado muchas veces por su tío Labán. Labán engañó a
Jacob diez veces y éste nunca se quejó. El solo perseveró y esperó el día en que
pudiera volver a su patria bendecida.
Entonces, ¿de qué forma Jacob estableció la tradición de la creencia que le
permitió recibir la bendición y la protección de Dios? Puede parecer simple, pero
Jacob y su ofrenda no fueron suficientes: se necesitaba algo más, la ofrenda no
tenia que ser por Jacob solamente, él tuvo que hacerla por los israelitas y su
nación que era la nación elegida por Dios. En otras palabras, el sacrificio es algo
que debe ofrecerse para llevar las cosas a una dimensión más elevada y amplia y
de naturaleza más pública, tal como la dimensión familiar y nacional, para así
llegar a Dios y relacionarse con El. El hecho de recibir la bendición y la
cooperación de Dios depende de cuan arraigada se encuentre esta idea.

Cuanto más Labán se opuso y persiguió a Jacob, más intensamente el pensó en su


sierra natal, a donde el debería llevar lo que obtuviera de Labán. No quiso
simplemente disfrutar de su vida en Harán con las bendiciones que Dios le
concedió, sino que deseaba compartir esas bendiciones con su hermano y sus
padres en su hogar original. Este deseo de compartir con su propia familia fue la
base de su idea de amar a su propio pueblo y eventualmente a su nación.

El deseo principal de Jacob fue compartir todas las bendiciones que poseía con su
hermano y sus padres y así transformarse en una unidad en armonía con ellos.
Jacob llevó la vida solitaria de un pastor pero durante todo este tiempo su
propósito último fue ganar dinero o la bendición material. Extrañaba su hogar.
Lamentaba lo que había hecho a su hermano mayor. Comprendía que Esaú
quisiera matarlo cuando le arrebató el derecho de primogenitura por medio del
engaño y sentía compasión por su hermano.

Lo que poseía Jacob y que era aceptable como ofrenda a Dios era que cuanto más
difícil se ponía la situación y más solo se sentía para enfrentarla debido a la
persecución a la que lo sometía Labán, más profundo se volvía el arraigo que
sentía con respecto a sus padres y hermanos. Ello siempre lo impulsaba a
preguntarse que podía hacer por ellos, ésta era su pregunta más importante.
Pensaba que podría compartir en su hogar lo que había adquirido pasando
veintiún largos años sometido al trabajo duro. Si se hubiese sentido centro en lo
más mínimo, creyendo que todo lo que había adquirido le pertenecía, Jacob
hubiera resultado un fracaso. Ello era así porque Dios bendijo a Jacob no por su
propio bienestar y prosperidad sino para que estableciera la piedra fundamental
en base a la cual los israelitas pudieran disfrutar la bendición. En otras palabras,
debía pensar en términos del beneficio publico para así poder triunfar. Cuando
Jacob completó el periodo de veintiún años con éxito, Dios le concedió, la
bendición del poderío económico y todo lo demás necesario pare llevar a cabo su
misión.
Aquel día finalmente llegó, y en el arroyo de Jabbok, en el camino de vuelta a
casa, Dios envió a un ángel a luchar con Jacob. Ahora, considerad esto: un ángel
enviado de Dios apareció repentinamente y se transformó en enemigo mortal de
Jacob. Dios estaba realmente sometiendo a prueba a Jacob y a la fuerza de su fe.
Jacob tuvo que luchar con el ángel y así lo hizo.

Jacob tuvo que luchar toda la noche. Nunca se dio por vencido. Y entonces, Dios
supo de la determinación de Jacob de pelear hasta el fin, incluso hasta la muerte.
¿Cuál fue la motivación y la significación de la lucha? Si Jacob hubiera sido
derrotado por el arcángel, todas sus posesiones, sus hijos, sus esposas, él mismo,
todos los que deberían estar unificados en una unidad total podrían haber sido
destruidos por manos satánicas. Sin embargo, si él ganaba, todo eso le
pertenecería a Dios y a sí mismo.

Lucharon toda la noche hasta que ambos se sintieron exhaustos, pero la lucha
todavía no había terminado. ¿Cómo les parece que fue la pelea? No fue pareja.
Hubo momentos en que Jacob estuvo casi derrotado. ¿Qué creen? ¿Quién cayó
más veces, Jacob o el arcángel? Es comprensible que Jacob cayera más veces
pero no se dio por vencido aunque enfrentaba a la muerte; peleó
desesperadamente para derrotar al arcángel. Se aferraba al arcángel una y otra
vez arriesgando su vida. Eso es lo que lo hizo feroz. Eso es exactamente lo que
sucede con nuestra vida dentro de la fe. Estáis desesperados por derrotar a
Satanás, pero Satanás es tan feroz que caéis una y otra vez. No importa cuantas
veces os encontréis al borde de la derrota, lo atacareis una y otra vez.

El arcángel sabía que tenía que dejar a Jacob al amanecer. Por lo tanto, poco
antes del alba, se desesperó y rompió el muslo de Jacob. ¿Cómo creéis que el
arcángel rompió el muslo de Jacob? Lo debe de haber hecho en un momento de
debilidad de Jacob, si en ese momento Jacob hubiera estado siendo derrotado, no
lo hubiera hecho. Sin embargo, Jacob no podía darse por vencido. Considerando
que perdía se enfureció aun más y atacó al ángel una y otra vez. Prefería perder
su vida atacando que perder la batalla. Jacob finalmente pasó la prueba. El ángel
de Dios se rindió y le dijo "No se dirá más tu nombre Jacob sino Israel porque
has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido" (Gen. 32:38).

Ahora Jacob iba camino a casa a encontrarse con su hermano Esaú. Podría
haberse dirigido a otro lugar a disfrutar de su poderío económico si no hubiera
considerado la voluntad divina. Podría haber dicho: Esaú es Esaú y yo soy yo;
¿qué tengo yo que ver con su vida? Pero su mente estaba tan ocupada con los
designios de Dios que quería encontrarse con su hermano y reconciliarse con su
pasado y calmar su corazón hasta que desapareciera el resentimiento. ¿Qué
debería hacer cuando encontrara a su hermano mayor, Esaú? En primer lugar
estaba dispuesto a renunciar a todas sus pertenencias, sus sirvientes y a sus hijos,
diciendo a su hermano que todo eso le pertenecía. Su actitud era: "Todo lo que
me pertenece es tuyo excepto la voluntad de Dios y su bendición que me
pertenecen eternamente". Adán, que ignoró la voluntad de Dios, fue egoísta,
importándole solo su persona, y perdió a sus hijos y todas las demás bendiciones
Divinas. Por el contrario, Jacob amaba tanto a Dios que estaba dispuesto a
renunciar a todo por la voluntad de Dios.

Ello es lo que diferencio a Jacob de Esaú. Así a nivel familiar, Jacob podía luchar
con Esaú arriesgando todo lo que poseía. Jacob pensaría: "Esaú, no puedes tener
toda esta riqueza a menos que me superes en la exaltación de la voluntad de
Dios". Con esta actitud, desafiaría a su hermano y negociaría con él. Pensaba
"Mientras tomes mis pertenencias, ello significa que los dos somos uno exaltando
la voluntad Divina".

Cuando Esaú recibió los obsequios de Jacob, su corazón se ablandó. Asó, los dos
hermanos que hasta ese momento habían sentido resentimiento y hostilidad uno
por el otro, se abrazaron, derramando lagrimas y bendiciéndose recíprocamente.
Una nueva era de la historia comenzaba en ese momento en una dimensión
mucho mayor. Allí, Esaú también compartió la bendición de ser Israel, el
victorioso. El relato de Jacob puede parecer muy simple, pero tiene un
significado histórico, ya que todo lo que debía llevarse a cabo de acuerdo con la
Providencia Divina se encuentra condensado en ese proceder.

Posteriormente, Dios eligió a Moisés como Su paladín. Imaginaos cuan


afortunado fue Moisés al crecer en el palacio del Faraón, donde disfrutaba de una
vida lujosa. Pero entonces, un día, cuando era ya un joven, repentinamente se
transformó en el paladín de su pueblo; se le hizo insoportable la opresión que
ejercían los egipcios sobre su pueblo. En ese momento supo que Dios estaba con
el. Rechazó su medio, se negó a sí mismo, y se dirigió a Madián. Esperó su
misión última durante cuarenta años, perseverando y esperando ser merecedor de
la bendición Divina. La vida de Moisés fue muy humilde y modesta. Cada día se
sometía a los designios de Dios y rogaba por su guía Divina, ansiosamente
esperando su misión final: guiar a su pueblo fuera de Egipto.

Hombres como Abel, Noé, Abraham, Jacob y Moisés fueron paladines de Dios.
Ahora también consideremos a Juan el Bautista. Descrito en la Biblia como un
gran santo y profeta, Juan el Bautista recorrió el país como un vagabundo común.
Andaba descalzo, vestía piel de camello y un cinturón de cuero y se alimentaba
de langostas y miel salvaje. Esta no era una forma muy común de vivir aun en los
tiempos de Juan; y no creo que los padres de Juan el Bautista se sintieran muy
orgullosos de su hijo. Deben de haberse sentido avergonzados.
Suponed que os encontráis en la posición de los padres de Juan el Bautista y que
vuestro hijo año tras año se interna en la soledad del desierto y vive como un
vagabundo. ¿Cómo os sentiríais? He viajado por Israel y no creo que se
encuentren demasiadas langostas o miel silvestre en el desierto. Juan el Bautista
muchas veces tuvo que mendigar su comida. Imagínenlo, vistiendo una piel de
camello, su cuerpo medio desnudo, descalzo y con barba, yendo de un lado al
otro mendigando su comida. Si esta noche, me presentara aquí, descalzo, con
barba y vestido con una piel de animal, y luego afirmara que estoy proclamando
la palabra de Dios, estoy seguro que pensaríais que estoy loco. Debemos sentir
curiosidad por los objetivos y motivos de estas figuras providenciales. Todos
estos grandes hombres comenzaron su vida de fe, centrados, no en sí mismos,
sino en Dios.

¿Por qué los respetamos y los honramos y creemos en la contribución que ellos
han realizado? Simplemente porque fueron instruidos por Dios. También
deberíamos saber qué clase de vida llevaron en aquellos tiempos para satisfacer
los designios de Dios. Encontramos que se hallaban enfrentados a un conflicto -
sus vidas de fe y sus vidas de realidad. Sabemos que no poseían una sola
voluntad cuando enfrentaban un conflicto. También sabemos que solucionaron el
conflicto cuando se centraron en Dios y no en sí mismos. También sabemos que
debido a este conflicto entre Dios y el mundo aumentó su persecución y su
sufrimiento. Esa es la razón por la que son grandes hombres.

Siempre encontramos que su vida en este mundo fue una vida de soledad porque
sufrieron mucho, pero mucho, y fueron perseguidos por el mundo. Cuando no
tenían a nadie en quien confiar lo que pensaban y sentían, solo podían recurrir a
Dios y hablarle. También cuando consideramos sus vidas en este mundo, sus
vidas materiales - vivían tan pobremente, recibían tan pocas cosas materiales;
naturalmente ellos tenían que dedicar sus corazones y sus vidas a Dios. Cuando
pensamos como vivían en este mundo, el alcance de sus conciencias estaba tan
limitado que tenían que conocer todo a través de Dios. Así eran sus vidas.

Naturalmente tenían que vivir su vidas centrados en su unidad con Dios. En todas
las áreas -recreación, conocimiento - se lanzaban a una relación con Dios, porque
no había nadie más en quien confiar excepto Dios. No existía lugar donde
encontrar reciprocidad, buscar el objetivo, en consecuencia, se concentraron en
encontrar su objeto en Dios, de manera más seria de la que buscaban un objeto en
este mundo. Ya que la realidad de este mundo les resultaba tan estrecha, tuvieron
que confiar en los cielos para lograr llegar a Dios y de esa forma establecieron un
nuevo dominio uniéndose a Dios.
Aun si debemos desviarnos un poco para llegar a Dios, ni ellos ni nosotros
debemos sentirnos deprimidos. Existe una salida. No podemos estar
descontentos. Dios todo lo creó con el fin de lograr la felicidad, la satisfacción y
el contento. Cuando lleguemos a este estrecho desvío, encontraremos una salida
con la ayuda de Dios. Ese es el lugar donde encontraremos la verdadera felicidad
y contento. A partir de ese punto, surgirá la relación entre Dios y nosotros. Por
ejemplo, San Francisco ponía énfasis en la pobreza total, la nada en la que él
podía encontrar la felicidad, el agradecimiento y la satisfacción. A partir de ese
punto, Dios podía actuar y permitirle sentir la felicidad y el regocijo. La unidad
con Dios se puede crear a partir de ese punto. Debemos comprender que nosotros
como pecadores nos encontramos en medio de dos líneas, entre el mundo y Dios.
Debemos saber cuando limitarnos, así sabremos cuando la nueva era de felicidad
y regocijo comenzará.

Sigamos esta línea y examinemos la situación del propio Jesucristo . Estoy


seguro de que hay muchos Cristianos devotos entre ustedes que tienen opiniones
diversas sobre la vida de Jesús. ¿Cómo creen que era Jesús físicamente? ¿Qué
hizo Jesús en los treinta años que precedieron a su ministerio publico? ¿Estaba
estudiando en la universidad? La Biblia ni siquiera dice que asistió a la escuela
primaria. Era un trabajador, un ayudante de carpintería. Hay tanto para aprender,
tantas verdades ocultas dentro de la Biblia, verdades no escritas explícitamente.
Si revelara alguno de esos secretos, estoy seguro de que se sorprenderían
muchísimo. Aunque yo conozco esos relatos, no podría contároslos, porque
vosotros me preguntareis ¿cómo sabe eso?

Lo aprendí de Jesús. Sí, y aprendí de Dios. Recordad en los tiempos de Noé,


nadie podía creer a Noé. En los tiempos de Abraham nadie podía creer en
Abraham. Por la misma razón aunque yo os diga honestamente lo que sucedió en
los tiempos de Jesús, nadie me lo creería.

¿Quién es el Mesías? El Mesías está totalmente unido al corazón de Dios, como


una importación directa del cielo a la tierra. Cuando Dios envió a Jesús como el
Mesías, ¿simplemente lo trajo como un niño y lo puso sobre la faz de la tierra, o
por lo menos usó el cuerpo de una mujer para que naciera?.

Jesús nació de María, ¿por lo tanto ello significa que María era Dios? ¿María
tenía padres aquí en la tierra o proviene del cielo? Como María tenía padres ella
debe descender del linaje de los pecadores. María también provenía de padres
pecadores, debe existir entonces prueba de que ella no tenia nada que ver con el
linaje de los pecadores. Aun más nos debemos preguntar ¿cómo sabemos que
Jesús es realmente el hijo de Dios? ¿Cuál es la prueba ? En lo que se refiere a la
tarea religiosa, Buda realizó un trabajo mucho más importante, porque tuvo
muchos más discípulos durante su vida. Lo mismo se aplica a Confucio, Mahoma
tuvo mucho más éxito como líder que Jesús. ¿Cuál es el criterio que usamos para
decir que Jesús fue el Hijo de Dios?

La explicación comienza por el mismo principio Jesús es el Hijo de Dios porque


proviene del linaje Divino, mientras que los otros fundadores religiosos como
Buda, Confucio y Mahoma no provienen de ese linaje celestial. No importa lo
que ellos hayan logrado, no poseen la misma calificación que Jesucristo.

Para comprender como María se separó del linaje de los pecadores, debemos
remontarnos a Jacob y a sus descendientes inmediatos. Jacob y Esaú tenían
aproximadamente cuarenta años cuando cumplieron la voluntad de Dios, sin
embargo, su éxito sólo afectaría a las personas de su edad o mayores. Nadie por
debajo de esa edad, podía beneficiarse por esa etapa de la restauración. En
consecuencia, Dios preparó otro paso en Su designio Divino que protegería a Sus
hijos desde su periodo de vida en el vientre de la madre hasta la edad de cuarenta
años. Este designio fue estampado en las tres generaciones siguientes de los
descendientes de Jacob. Está establecido en el Libro del Génesis, cap. 38.

Judá era el cuarto hijo de Jacob y el hijo mayor de Judá se casó con una mujer
cuyo nombre era Tamar. Según la Ley, si un hijo moría sin dejar descendencia,
su hermano debería actuar como esposo de la viuda de su hermano. Tamar no
tenía hijos cuando su esposo murió y cuando el hermano se negó a cumplir con
su obligación, también murió. Tamar había perdido toda esperanza de tener hijos.

Sabía que su misión era continuar la familia de su esposo y de Judá, su padre, y


decidió finalmente sacrificar hasta su honor para cumplir dicha misión.
Disfrazándose de prostituta, Tamar sedujo a su suegro. Sin saber que se trataba
de su nuera, Judá consintió. En aquella época el adulterio se castigaba con la
muerte. Para salvar su vida y la de su hijo Tamar pidió a Judá su anillo y su
bastón como pago y los tomó para sí.

Tres meses más tarde cuando fue evidente que la viuda Tamar estaba
embarazada, fue conducida ante Judá para ser juzgada. Podéis imaginaros el
horror de Judá, "Sacadla, y sea quemada", y ella contestó: "Del varón cuyas son
estas cosas, estoy preñada" y mostró las cosas que Judá le había entregado.

La caída de Adán y Eva se produjo a través de la fornicación y Tamar fue un


ejemplo de cómo Dios usaba a mujeres de carácter no común para la
restauración. ¿Por qué Dios usaría mujeres adúlteras en el logro de sus designios?
Actúan en una posición satánica pero haciéndolo niegan la naturaleza satánica a
través de la total obediencia a Dios, entonces pueden restaurarse pasando de un
extremo al otro Dios eligió a sus paladines entre los que se encontraban en
situaciones más miserables. Tamar era una mujer justa y aunque estaba colocada
en una situación de pecado, se dedicó totalmente a la misión de Dios, arriesgando
su vida, su honor y su prestigio. Así como Eva mintió a Dios y a su futuro esposo
en la caída, Tamar engañó a su suegro y a su futuro esposo, el tercer hijo de Judá.
Revirtió la posición de Eva, revirtiendo la acción de Eva, y lo más importante es
que haciéndolo, arriesgó su vida en la misma forma que lo hizo Eva cayendo a
costa de su vida. Así Dios podría haber tenido derecho sobre el vientre de Tamar,
sobre la propia vida proveniente de ese vientre.

Tamar concibió mellizos, y la lucha entre Caín y Abel comenzó dentro de su


propio vientre. La Biblia relata como los mellizos de Rebeca también lucharon
dentro del vientre de su madre. Rebeca rogó a Dios para que la ayudara a
comprender lo que estaba sucediendo y el Señor le respondió diciendo: "Dos
gentes hay en tu seno, y dos pueblos saldrán de tus entrañas: y un pueblo será
más fuerte que el otro pueblo, y el mayor servirá al menor. Jacob obtuvo el
derecho de Primogenitura de su hermano mayor Esaú.

Cuando llegó el momento del nacimiento de los dos hijos de Tamar, la lucha se
produjo directamente dentro de su vientre. El Primer niño comenzó a nacer y la
partera ató una cinta roja en su muñeca. Este signo anunció la aparición del
comunismo en los últimos días. Se llamó también "Edón", que significa "rojo", a
Esaú (Gen. 25:30). Sin embargo, antes de que naciera el primer niño hubo una
lucha, y el hermano más joven hizo meter al otro nuevamente dentro del vientre y
él nació primero. A aquel hijo se lo llamó Fares y al otro Zara.

El resultado de esta lucha es que por primera vez la restauración de Caín y Abel
tuvo lugar dentro del vientre de la madre, el hermano menor sometió al hermano
mayor aún antes del nacimiento. La extraordinaria conducta de Tamar purificó el
linaje de Judá y lo liberó completamente de la influencia satánica desde el
momento de la concepción.

A través de esta victoria de los tiempos de Tamar y también a través de la


victoria prematura de Jacob, Dios pudo establecer los fundamentos que abarcaran
toda la vida humana. Jesús proviene del linaje de Judá, y Satanás no tenía forma
de influenciar su vida en el vientre de su madre porque el proceso de purificación
ya había terminado. Jesús vino años después del designio divino de Jacob y
Tamar, porque Dios tenía que esperar para establecer el fundamento nacional de
Israel. Los fundamentos se cumplieron a nivel familiar en los tiempos de Jacob,
Tamar y Judá, pero Dios necesitaba crear las bases para recibir al Mesías dentro
de una nación donde fuera recibido en la forma más fácil posible a nivel nacional
e internacional.
Por fin, Dios eligió una mujer cuyo nombre era María. María era una
revolucionaria de la fe que podía seguir las tácticas revolucionarias de Dios. Ya
que la caída vino a través del arcángel, se necesitó a un ángel para ayudar a
comunicar a María la revelación Divina. María creyó todo lo que el ángel le dijo
referente a su misión, el ángel le dijo que concebiría un niño que seria grande y
sagrado y que debería llamarse Jesús.

La situación de María era similar a la de Eva en el Jardín del Edén. María y José
estaban comprometidos pero no casados . Adán y Eva también se encontraban en
el periodo de compromiso porque estaban madurando. Un ángel hizo que Eva
pecara, pero un ángel hizo que María cumpliera los designios celestiales. María
también se encontraba en la posición de engañar a su marido y a su padre. ¿Creen
que María discutiría con su padre o con José sobre la concepción milagrosa de su
bebe? Estaba arriesgando su vida porque en aquellos tiempos una mujer adúltera
podía ser muerta a pedradas.

María fue la tercera mujer elegida por la providencia Divina. El linaje de Jesús
había sido purificado de toda influencia satánica a través de las victorias
anteriores de Rebeca y Tamar y aunque María concibió fuera del matrimonio,
Satanás no la pudo acusar. Aun dentro del vientre de su madre, Jesús ya era el
Unico Hijo de Dios, y después de su nacimiento, todo lo que el hizo lo hizo con
la autoridad de Hijo de Dios.

Si no hubiera tenido un comienzo totalmente diferente, no había forma de que


Jesús fuera el Hijo elegido de Dios. ¿Cuál es la diferencia entre Jesús y cualquier
otro niño que tuviera padres desde el punto de vista físico? La diferencia es el
tiempo histórico , superficialmente los padres pueden parecer iguales pero sus
antecedentes son totalmente diferentes. María fue una figura histórica. Durante
miles de años de historia, Dios y Satanás negociaron y lucharon y por fin
llegaron a un acuerdo aun antes de que María hubiera nacido. Dios sabia que
tenia que usar el cuerpo de una mujer para que Su Hijo naciera en la sierra, y para
lograrlo, Dios preparó esto durante miles de años.

Sin embargo, desde el punto de vista de la sociedad de aquellos tiempos, Jesús


fue un hijo sin padre, un hijo ilegitimo. ¡A los ojos de Dios fue concebido por el
Espíritu Santo pero no había forma de probarlo! En consecuencia, pensad en
forma realista y considerad lo que voy a decir.

María concibió a Jesús fuera del matrimonio. De acuerdo con la Ley judía, una
mujer así debía ser condenada a muerte a pedradas. José se sintió indignado por
la situación de María y esperó silenciosamente a que llegara el momento
adecuado para romper su compromiso. Luego un ángel se le apareció a José y le
dijo: "Debes tomar a María como mujer. No la condenes porque ella tiene que
cumplir una misión especial que le fue encomendada por Dios. Si José no hubiera
sido un hombre justo, María hubiera sido automáticamente condenada a morir a
pedradas.

Ahora bien, creéis que José podría haber discutido este asunto con sus padres
diciendo, "Madre, Padre, mi futura esposa, mi prometida, ha concebido un hijo,
pero un ángel me ha dicho que ésta es la voluntad de Dios, en consecuencia debo
tomarla como esposa y cuidarla como tal". ¿Qué hubieran dicho los padres de
José? Hay muchas parejas mayores entre la audiencia esta noche. Poneos en la
posición de los padres de José. No habríais creído a José si él hubiera dicho eso.
Nuevamente, José tuvo que tomar su decisión solo, sin discutir el asunto con
nadie, llevó a su prometida a un lugar secreto para ocultarla.

Ahora bien, imagináoslos dirigiéndose a Belén. Era casi el momento de que


María diera a luz. Si el medio ambiente se lo hubiera permitido, ella hubiera
preparado todo para la llegada del niño, lo hubiera hecho, pero no pudo preparar
nada para la llegada del niño. Cuando el niño nació, lo envolvió en pañales y lo
acostó en un pesebre. Si Jesús hubiera tenido parentela relacionada con María y
José, ¿no le habrían ayudado a María a prepararlo todo? Considerando todo eso,
llegamos a la conclusión de que María dio a luz a su hijo y estaba muy sola.

En el momento del nacimiento de Jesús, Dios envió a tres hombres muy sabios.
Dios los guió hacia aquel lugar y ellos deberían proveer por Jesús, criándolo
hasta el momento de su matrimonio.

¿Qué hubiera sucedido si cuando se les dijo a los sabios que volvieran a su país, a
través de diferentes caminos de los que ellos esperaban, ellos hubieran llevado a
María y al santo niño? Si Jesús hubiera crecido oculto allí, los sabios se hubieran
transformado en figuras históricas de relevancia mundial. No se si eran los tres de
la misma nacionalidad o si eran de diferentes nacionalidades, hubiera sido aun
mejor si hubieran sido de tres nacionalidades diferentes. Si después de llevar a
Jesús a una de las naciones, todavía fuera perseguido, se lo podía ocultar en las
otras. Si hubieran ayudado a Jesús a crecer saludablemente, totalmente a salvo de
la invasión satánica, ¡cuán famosos serian! Entonces, los tres sabios podrían
haber sido los discípulos de Jesús. Las cosas hubieran sido mucho mejor. Como
nada de eso sucedió, como sabéis Jesús tuvo que buscar a sus propios discípulos.

Estoy seguro de que José debe haber pasado un periodo muy duro en el cual
estaba lleno de sospechas con respecto a María. José debe haber preguntado a su
futura esposa, "María nos encontramos muy unidos y no debe haber secretos
entre nosotros. Ahora dime lo que realmente te sucedió. ¿Quién es el verdadero
padre del niño que llevas en tu vientre?". Estoy seguro que cualquier marido
sentiría curiosidad en ese aspecto. Si yo hubiera estado en el lugar de José
hubiera hecho la misma pregunta a María. Pero María decía la verdad cuando
afirmaba: "Realmente no sé quien es el padre de este niño. Fue concebido por
Dios". ¿Cuántos de nosotros creeríamos en esa afirmación? Es más fácil creer
ahora porque nosotros sabemos quien es Jesús, pero eso no sucedía durante el
periodo de la vida de Jesús.

En consecuencia, José sentía sospechas y su corazón se encontraba dolorido.


Penso: "Mi esposa no es realmente honesta conmigo". Debido a esas
circunstancias hubo confusión y trastornos en el seno de la familia de Jesús
después que el nació.

Hay un incidente en particular que ilustra este hecho. Un día, Jesús se encontró
con su madre en una boda en Galilea y María dijo a Jesús que se les había
terminado el vino. Contestó a su madre diciéndole "¿Qué tienes conmigo,
Mujer?" (S. Juan 2:4) El punto es que no la llamó "Madre", sino "Mujer".
Posteriormente, un discípulo de Jesús vino a él diciendo: "He aquí tu madre y tus
hermanos te buscan afuera." Y Jesús respondió: "¿Quién es mi madre y mis
hermanos?... He aquí mi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la
voluntad de Dios, éste es mi hermano, y mi hermana, y mi madre" (S. Marcos 3:
33-35) Ello indicaba que a los ojos de Jesús, los miembros de su familia no
estaban cumpliendo con la voluntad de Dios.

Jesús experimentó una gran angustia en el seno de su propia familia. Hay muchas
historias que aun no han sido reveladas. Se desconocen muchos hechos referentes
a su sufrimiento. La Biblia se refiere muy someramente a lo que sucedió a Jesús
en los primeros treinta años que precedieron a su ministerio publico. Si se tratara
de un relato glorioso, estamos seguros de que Dios y los discípulos de Jesús lo
hubieran revelado. Pero Jesús vivió en el dolor y el sufrimiento, fue una figura
oscura durante treinta años.

Cuando niño, Jesús sabía perfectamente que era especial. Oía lo que la gente
común pensaba sobre él, pero la imagen que tenia de sí mismo era
completamente diferente. Desde que era pequeño, nunca pudo hablar
abiertamente a su manera. El único consuelo que encontraba era en sus
conversaciones con Dios, y pasaba la mayor parte del tiempo orando a Dios y
pidiendo Su guía. Como resultado, Jesús se fortaleció durante ese periodo y las
circunstancias lo empujaron en una sola dirección hacia Dios y hacia la
realización de Su ideal. Sabia que la forma de pensar de la humanidad era muy
diferente de la de Dios y que debía ser corregida, también sabia que la sociedad
no comprendía en absoluto los designios de Dios y que El mismo debería
cambiarla.

Debido a estas circunstancias adversas, Jesús realmente tenia que orar a Dios
hasta que Dios le hablara y lo instruyera sobre lo que necesitaría en su tarea en el
futuro. A medida que Jesús maduraba y conocía más a Dios y en que consistiría
su propia misión, la angustia crecía en su corazón y le era más difícil tolerar su
medio.

El cumpleaños de Jesús - Navidad - no significaba nada en aquellos tiempos. La


persona más apreciada por Jesús hubiera sido quien se le hubiera acercado, no
con regalos y felicitaciones, sino con un corazón lleno de compasión, lo
consolara en su situación y discutiera con él lo que él debería hacer en el futuro.
Si alguien así hubiera existido, entonces Jesús hubiera sido mucho más feliz que
si alguien hubiera venido a ofrecerle regalos. Esa persona podría haber sido uno
de sus propios hermanos o hermanas. Conociendo su sufrimiento, él o ella podría
haberle traído en su cumpleaños un simple trozo de torta envuelta en un pañuelo
diciéndole: "La gente no te entiende pero yo trataré de ayudarte. No debes
sentirte desilusionado." Por cierto Jesús hubiera dado una mejor bienvenida a una
persona así que a una que le hubiera traído un obsequio costoso y luego lo
hubiera abandonado. Si hubiera existido un hermano o una hermana así en la
familia de Jesús, entonces Jesús lo hubiera recordado por mucho tiempo y lo
hubiera mencionado.

Jesús siempre deseó que sus propios padres, hermanos y parientes lo ayudaran en
su misión. Si sus padres no lo hicieron ¿quién podría ayudarlo? Jesús fue la
figura central, el personaje de la misión Divina que envió Dios después de una
preparación de cuatro mil años. Existía gente preparada para poder hacerlo, para
poder establecer el Reino de Dios sobre la tierra, él debería haber podido
establecerlo entre su familia primero. El conocía la ley celestial de la familia
divina, en consecuencia, su propia familia debería someterse a esa ley. De
acuerdo con esa Ley Divina, José debería haber amado y educado a Jesús y ni
que hablar de su madre María. Jesús tuvo que educar a su propia madre y a sus
hermanos y hermanas. Ellos tendrían que haberlo amado más que nadie,
protegiéndolo, ayudándolo en su misión. Jesús fue un príncipe del Reino
Celestial. No fue un príncipe común del Reino de la tierra. Fue el Unico Hijo de
Dios y fue enviado a realizar su misión como única figura central enviada por
Dios. Aquella familia tenia que dar el ejemplo y establecer la tradición asistiendo
al niño. Debían ser muy sinceros y poner toda su dedicación al preparar su
comida, sus ropas, al hacerlo todo por él. Sus otros hijos deberían haber ayudado
a Jesús a llevar a cabo su misión. Pero la situación era conflictiva. Con todo esto
sucediendo en su medio, su vida tiene que haber sido muy desgraciada cuando se
preparaba para su misión sólo hasta que cumplió los treinta años.

Jesús conocía los planes que Dios tenía reservados para él, para Israel y para todo
el resto de la humanidad. Dios no posee existencia física, pero teniendo un
cuerpo, Jesús pudo experimentar la condición humana, y supo que tenía que ser
el centro para hacer volver a este mundo hacia Dios. ¿Creéis que él deseaba
profundamente que alguien le demostrara que lo comprendía o que quería oír
aunque fuera una sola palabra de amor dedicada a él, sabiendo que sin él nadie
tenia la posibilidad de tornar a Dios? Jesús deseó escuchar al sacerdote mayor
decir: "Debemos prepararnos para recibirte porque ese es el único camino de
nuestro retorno a Dios."

¿Conocemos a alguien que lo haya entendido y haya expresado eso? Los líderes
no sólo no lo recibieron, sino que se le opusieron directamente. La gente se
asombró un día cuando lo oyeron decir: "Yo soy la Ley" y "Moisés escribió de
mí". Proclamó "Soy el Hijo de Dios y El Padre Celestial me ha enviado". "Soy el
camino, la verdad y la vida, nadie alcanza al Padre si no es a través de mí".
¿Cuántos de nosotros hubiéramos aceptado esas afirmaciones extraordinarias si
hubiéramos vivido en esos días? Jesús asombró a la gente. Parecía tan
extravagante. Hasta Juan el Bautista tenia dificultades para aceptar a Jesús como
Hijo de Dios y Juan debía preparar a la gente y facilitar los caminos del Señor.

El único objetivo de Jesús era traer el Reino de Dios a la tierra a escala nacional
en primera instancia y luego a escala mundial. Con eso en el corazón ¿qué puede
haber predicado Jesús? ¿Habría dicho: "Hermanos, soy el Hijo de Dios y poseo
muchas bendiciones y obsequios para ofreceros. Si os unís a mí, os daré buenas
casas, vidas cómodas y muchas bendiciones. Os haré reyes y reinas poderosos en
el mundo". ¿No habrá dicho en cambio: "Hermanos, aun si vosotros y yo
debemos sacrificarnos, Dios desea que salvemos al mundo. Seamos los paladines
de la salvación del mundo"?

Hoy en día, es muy fácil aceptar a Jesús como el Hijo de Dios porque durante dos
mil años, la Cristiandad lo ha glorificado como Dios. Pero en aquellos tiempos,
los mayores no lo aceptaron. Y los sacerdotes tampoco lo aceptaron. No eran
menos inteligentes de lo que somos nosotros hoy en día, en realidad nosotros
hubiéramos cometido los mismos errores si hubiéramos vivido en los tiempos de
Jesús de Nazaret. Sólo lo consideraron un paria, un blasfemo y un hereje
extravagante. Simplemente no comprendieron que era el Hijo de Dios.

Jesús había sido esperado durante mucho tiempo. Se esperó al Mesías durante
dos mil años. Pero cuando finalmente apareció no hubo bienvenida para él. La fe
del pueblo de Israel en aquellos tiempos no era más intensa que la fe de los
Cristianos en la actualidad. Sin embargo, sabemos que la gente con que se
relacionó Jesús no era igual al resto de la sociedad. Sabemos que se mezcló con
prostitutas, con cobradores de impuestos y con pescadores. Conocemos el relato
sobre una joven que untó el cuerpo de Jesús con ungüento, luego le lavó los pies
con sus cabellos. Si hubiéramos presenciado todo eso, ¿Cuántos de nosotros
podemos afirmar que aceptaríamos de buen grado a Jesús como el hijo de Dios?

Jesús hizo afirmaciones que aseguraron su crucifixión. Afirmó que cualquiera


que amara a su familia más que a Jesús no merecía a Jesús, lo que significaba la
negación de todos, por lo tanto todos se le opusieron porque promovía la
desunión entre la familia. La gente afirmaba que Jesús estaba destruyendo los
lazos familiares y sociales.

Los tres años del ministerio publico de Jesús no se acercaron para nada al
Mesiazgo. Nadie comprendió la verdadera misión de Jesús. La gente juzgó al
Hijo de Dios con la óptica de los pecadores, según sus normas mundanas, y lo
trataron como les pareció mejor. Muchas veces, en la ciudad de Jerusalén, Jesús
se enojó por la conducta inmoral de la gente. Incluso llegó a voltear las mesas de
los cambistas en un momento de ira. De acuerdo a las normas comunes debería
haber sido arrestado y ningún tribunal civil lo hubiera puesto en libertad. Pero de
acuerdo a la Ley Divina, Jesús no había cometido pecado alguno. La ley civil no
es la Ley Celestial. Pero este mundo pecador nunca podría brindar hospitalidad a
la pureza de Cristo.

Como lo he mencionado anteriormente, todos los santos, los profetas y los


hombres justos que aparecen a través de la historia, primero tuvieron que negarse
totalmente a sí mismos y entregarse a Dios. Cuando El los llamó, abandonaron
sus hogares, sus fortunas, sus familias y sus naciones. Dios desea paladines a
nivel individual, a nivel familiar, a nivel tribal, a nivel nacional y a nivel
mundial. Ha convocado a sus paladines a todos los niveles. Y los requisitos de
los paladines de Dios siempre son los mismos. El o ella necesitan tener una fe
absoluta y seguir Su mandamiento cualquiera sea . Dios exige total obediencia a
Su voluntad.

Debemos examinar entonces cual es la voluntad de Dios. ¿Por qué somete a Su


pueblo a pruebas tan duras? La salvación del individuo es sin duda importante a
los ojos de Dios. Dios no descuida ese aspecto. Sin embargo, ése no es el
propósito último de la tarea de Dios. ¡La voluntad de Dios es la salvación del
mundo! Dios convocó a una familia para que se convirtiera en el instrumento de
la salvación del mundo. Dios convoco a Su pueblo para lograr la salvación del
mundo. Dios quiere tener una nación como su paladín para el logro ultimo de la
salvación del mundo.

La gente en los tiempos de Cristo esperaba al Mesías ansiosamente. Pero muchos


consideraban solamente la gloria de su nación. No entendieron la misión
universal de Jesucristo. El propósito de Dios era enviar al Mesías al pueblo
elegido de Israel para que el Mesías se uniera al pueblo elegido. Entonces se
transformarían en soldados de la fe para luchar y lograr la salvación del mundo.

El fundamento del Mesías fue establecido a través de Jacob como paladín de la


familia y a través de Moisés, el paladín de su pueblo.

Finalmente el Mesías vino a la nación de Israel. El iba a ser el paladín de la


nación y de todo el mundo. El propósito de Dios no es la salvación de una iglesia
o de una nación solamente. Es la voluntad de Dios que se sacrifique lo menos por
lo más. En consecuencia sacrificará a la iglesia o a la nación por el mundo. Si los
Cristianos en la actualidad piensan sólo en su salvación, su propio paraíso y
bienestar, entonces no viven de acuerdo con el propósito de Dios. Si sólo nos
preocupamos de la salvación de nuestras propias familias, no somos merecedores
de la bendición de Dios. Si las personas se preocupan por beneficiar solamente a
su propio pueblo, o solamente a su propia nación, entonces contradicen
totalmente la voluntad de Dios.

Dios os dará vuestra propia salvación. Cuando os transforméis en los paladines


de Dios para lograr la salvación del mundo, vuestra propia salvación estará
asegurada. Probablemente, la población cristiana constituye un séptimo de la
población mundial total. Pero entre ellos, muy pocos son cristianos devotos. Y
entre los cristianos devotos ¿cuántos de nosotros nos esforzamos por la salvación
de la humanidad? ¡Todos debemos abocarnos a la salvación del mundo!

Dios no puede estar satisfecho con nosotros si vivimos egoístamente. Conocí a


Jesús personalmente y recibí una revelación a través de la cual supe que el dolor
de Dios es grande. Su corazón está destrozado. Hoy en día, Dios trabaja
incesantemente por la salvación última de la humanidad entera. Es necesario que
su paladín tenga éxito en la empresa. El objetivo de la Iglesia de Dios es salvar al
mundo entero. La Iglesia - la Israel de Dios - es el instrumento de Dios, y fue éste
el hecho que se olvidó en los tiempos de Jesús.

Durante la era del Antiguo Testamento se usaban las cosas de la creación para
hacer ofrendas. La ofrenda física suponía una ofrenda nacional con el Mesías
como símbolo del sacrificio universal por la humanidad. ¿Por qué se necesita al
Mesías como la consumación física del sacrificio? Jesucristo vino para ser
sacrificado en el altar de la nación de Israel, pero el Mesías necesitaba seres
humanos para completar el sacrificio porque ellos serian los beneficiados, no el
Mesías. El Mesías no viene por sí mismo, sino por toda la humanidad. El Mesías
universal llegó a la nación de Israel, el altar universal, y el pueblo debía unírsele
y así ofrecerse como una unidad en el altar. Sin embargo, esa unidad no existió.
Jesús fue ofrecido como sacrificio en el altar, pero no había nadie que ofreciera
ese sacrificio a Dios. No hubo nadie unido con Jesús.

¿Cuál era la diferencia que existía entre Jesús y los corderos ofrendados en la
época del Antiguo Testamento? Los corderos lo ignoraban pero Jesús sabía muy
bien el mal que la humanidad había realizado y conocía bien lo que se requería
para terminar con ese pecado, y al mismo tiempo se sentía muy dolorido por
tener que ser ofrendado. Con anterioridad a Jesús ni los seres ofrendados ni los
seres humanos entendieron completamente por qué se necesitaba de las ofrendas
ni cual era el defecto de la ascendencia humana, pero en los tiempos de Jesús la
ofrenda misma conocía la totalidad del pecado humano.

¿Cómo fue que Jesús se transformó a sí mismo en una ofrenda? Haciendo de su


propia vida un ejemplo del camino que debe seguir la humanidad. En realidad, lo
que Jesús quería decir era: "Lo que yo estoy haciendo ahora es lo que deberíais
estar haciendo, pero como no lo entendéis, os lo debo mostrar". ¿Qué camino
siguió Jesús? ¿Fue su estilo de vida luchar y exhibir su poder? Jesús no enseñó a
la gente a través del conocimiento; sus enseñanzas fueron mucho más profundas.
Por cierto que no exhibía su poder ante la gente. Dicho simplemente, él mostraba
el camino hacia el paraíso celestial. ¿Qué caminos siguió Jesús? Lo único
importante es sacrificarse y establecer el amor verdadero.

Entonces, ¿por qué fueron necesarios el sufrimiento y el sacrificio? Es por la


misma razón por la que cualquiera en este mundo sufre luego de actuar mal.
Hemos violado la Ley Divina de tal manera que lograr el ideal se hizo totalmente
imposible y para desvanecer el mal se requiere el sufrimiento. El Reino de los
Cielos y el amor dentro del hombre y de la mujer se han perdido, y Jesús enseñó
que no pueden recuperarse sin pagar un precio; lo que nos mostró fue como
debemos sacrificarnos. ¿Por qué fue necesario que él y todos nos sacrificáramos?
A costa de su propio sufrimiento, Jesús quiso enseñarnos como vencer al pecado.

¿Creéis que los pecadores se regocijaron por haber encontrado al hombre que los
podría librar del pecado? Jesús trajo con él el amor perdido, pero ¿cuál es la
respuesta más probable cuando viene el Mesías - que la gente se regocijara y
olvidara lo que ha hecho, o que ellos deban superar un sentimiento de confusión
antes de sentirse merecedores del salvador? ¿Puede una persona ignorar el mal
que ha hecho y aproximarse al salvador, o debería tal persona sentir tal
arrepentimiento sobre la seriedad de su pecado en el pasado que ni siquiera sabe
como conducirse? Es muy posible que cuando uno comprenda la magnitud del
propio pecado, uno tiemble ante el simple pensamiento sobre la inmensa
diferencia entre el Mesías y uno mismo.

Cuando el Mesías venga a terminar con el pecado, ¿el pecador va a indicar al


Mesías lo que debe hacer? En vez de decir a Jesús lo que él debería hacer,
sentiremos que no deberemos pronunciar palabra alguna. Luego de verlo, lo
primero que debe sentirse es el derramamiento de tantas lagrimas que ni siguiera
podremos ver a nuestro derredor. Después de la caída, la humanidad se encontró
inmersa en tal oscuridad que no supimos qué hacer y estas lagrimas nublarían a
tal punto vuestros ojos que no podríais ver nada. Sin embargo, a la vez
deberíamos sentir la esperanza en nuestro interior.

En los tiempos del Antiguo Testamento, la gente hacia ofrendas sin saber su
significado, pero Jesús hizo su sacrificio por la humanidad sabiendo que moría
por ella. Si un hombre o una mujer están dispuestos a morir por el Mesías
entonces puede que la muerte real no sea necesaria. Este ha sido un valor
tradicional dentro del Cristianismo, pero observamos que comparado con esta
norma, el Cristianismo se ha desviado de las enseñanzas de Jesús. Podemos
volver a vivir si nos sometemos completamente y morimos sin establecer
ninguna exigencia. Si una persona está dispuesta a morir, entonces esa persona
vivirá, podrá morar en el paraíso. Esas fueron las enseñanzas de Jesús. Sin
embargo cuando conquistemos nuestras vidas a nivel personal, ese será
solamente el comienzo; luego tendremos que morir por el resto de la humanidad.
Y deberemos establecer esa relación con ellos para que ellos estén dispuestos a
morir por nosotros, y sobre esas bases podremos ir al paraíso.

¿Qué hubiera sucedido si los doce discípulos hubieran estado dispuestos a ser
crucificados antes que Cristo? ¿Cómo hubiera sido la historia del mundo?
¿Creéis que Dios hubiera resucitado sólo a Cristo y no a sus discípulos? No, Dios
es imparcial y ama a todos por igual y por cierto los hubiera resucitado a todos.
¿Los discípulos hubieran ascendido al cielo con Jesús? No hubieran abandonado
al mundo sino que hubieran vuelto junto con Jesús y hubieran ayudado a revivir a
la gente en el mundo. Antes de la caída, los ángeles participaban continuamente
en el mundo humano sobre la tierra , y lo mismo podrían haber hecho los
discípulos.

¿Por qué fue que Jesús ascendió a los cielos solo? Fue así porque no hubo nadie
dispuesto a morir con él. Si todos hubieran estado dispuestos a morir con Jesús,
Dios hubiera elevado a toda la nación al paraíso junto con Jesús? Puede ser que
sí. Pero como su propósito es salvar al mundo, Dios probablemente hubiera
creado el paraíso en la tierra en ese momento. La influencia de Israel se hubiera
extendido sobre la faz de la tierra en un periodo muy breve. Si ello hubiera
sucedido entonces la historia humana hubiera alcanzado su punto culminante y el
Cristianismo no, hubiera sufrido derramamiento de sangre. Dios hubiera
establecido el Reino de los Cielos en ese momento y no seria necesario que Jesús
volviera.

También fue necesario que los discípulos derramaran su sangre y murieran antes
de ir al paraíso porque Jesús fue allí solo. Solamente después podrían tener una
relación profunda con Jesús. Durante cuatrocientos años los Cristianos tuvieron
que literalmente derramar su sangre. Muchos se preguntan por qué Dios exige el
derramamiento de sangre y el martirio de las personas religiosas y ahora está muy
claro que todos debíamos haber seguido el camino de Jesús.

Cuando Jesucristo fue crucificado, ninguno de los que lo aceptaron estaban


presentes. Los sacerdotes y todos los discípulos desaparecieron . Nadie se
encontraba allí para ofrendar el sacrificio de Jesús en el altar. Se hace una
ofrenda a Dios por toda la humanidad, pero si no hay nadie que se beneficie,
entonces ¿qué valor puede tener el sacrificio? La única forma posible en que el
sacrificio fuera todavía efectivo seria considerar que el espíritu y el cuerpo de
Jesús se separaron. De esa forma, el cuerpo de Jesús representaba a la nación,
mientras que el espíritu de Jesús, fue lo realmente sacrificado. Al unir su espíritu
con Dios, Jesús hizo que su sacrificio fuera aceptable a los ojos de Dios. La
ofrenda de Jesús se aceptó como ofrenda espiritual; el sacrificio que ofreció fue
de carácter espiritual. Desde ese tiempo, Jesús ha obrado sobre esa base para
establecer la base espiritual, de la familia a la sociedad, la nación, y al mundo,
hasta que llegue el momento de hacer la ofrenda material.

Como la nación como un todo no pudo unirse a Jesús, no fue restaurada y


establecida como la nación de Dios. La responsabilidad de Jesús consistió en
reparar esa situación, en consecuencia, Jesús hizo un gran sacrificio para
preservar y expandir la soberanía de Dios. Los tiempos del Antiguo Testamento
en que uno se acercaba a Dios por medio de la ofrenda de sacrificios terminaron
con la llegada de Jesús, y una nueva era en la que Jesús se transformó a sí mismo
en el sacrificio comenzó. Los cristianos desean llegar a formar una unidad con
Dios y con Jesús, lo que significa que Dios, Jesús y los seres humanos están
unidos. Ese es el propósito del Cristianismo.

A partir de este principio, el Cristianismo pone énfasis en la unidad con


Jesucristo, afirmando: "Amad a Jesucristo más que a nadie. Haciéndolo, podréis
conquistar la salvación más fácilmente, porque Jesús ya ha establecido las bases
de la salvación espiritual. En consecuencia uniéndoos a él, podréis lograr vuestro
objetivo sin demora". El cristianismo pone énfasis en el logro de unir nuestros
corazones al de Jesucristo. Ese es el punto más importante de la fe y de la
creencia. Vuestras vidas deberían ser paralelas a la de Jesucristo, el secreto es
inclusive compartir el dolor de Jesucristo. Cuando él se regocija, podéis
regocijaros, cuando se esfuerza y sufre tribulaciones, compartidlas con él. Este
tipo de unidad es el ideal Cristiano.

Si los creyentes constituyen el cuerpo de Cristo, entonces ¿podría existir más de


una iglesia? Existen muchas denominaciones y tipos de Cristianismo, lo que
significa que el cuerpo de Jesús se encuentra dividido. Esto no es aceptable a los
ojos de Dios. Es como si el cuerpo de Jesucristo hubiera sido despedazado.

De acuerdo con los designios de Dios, debería haber otra ofrenda universal muy
importante en la que no existiera la separación entre el espíritu y el cuerpo. Ello
puede ser logrado a través de la gente unida que ofrende un sacrificio vivo que
sea aceptable para Dios. Para establecer una base, el Cristianismo debe estar
unido en un solo cuerpo. Esa es la condición primera y más importante que
debemos lograr. El corazón de Jesucristo sufre cuando contempla su cuerpo tan
desvergonzadamente separado. El Cristianismo en la actualidad es el cuerpo de
Jesús, pero cuando hay una sola mente ¿cómo pueden existir 1.000 cuerpos?
Debería existir sólo un cuerpo y una mente.

¿Son todas las jerarquías del Cristianismo realmente el cuerpo de Cristo? ¿Puede
el Papa en Roma afirmar que el está unido completamente a Cristo, y que la
mente de Cristo y el cuerpo del Papa son uno? Originariamente la intención de
Dios era que el Papa fuera el símbolo del cuerpo de Jesús, que representara a la
totalidad del Cristianismo.

En la realidad existe una separación insalvable entre Jesús y los hombres, a pesar
de lo mucho que se ha hecho para tratar de superarla. Es imposible que los
Cristianos en la actualidad se unan completamente con Jesús porque hace dos mil
años, la propia mente y el cuerpo de Jesús no fueron sacrificados juntos. Se
requiere aun otro paso gigantesco para completar la ofrenda universal profetizada
en la que el cuerpo de Jesús y la mente de Jesús estén totalmente unidos para
transformarse en el sacrificio viviente en el altar.

Jesús vino a lograr la unidad con su sacrificio. Debéis entender una cosa muy
claramente: cuando Jesús vino, ¿debería haber descendido a unirse a los
hombres, o los hombres deberían haber ascendido para unirse con él como
sacrificio?
¿Pediríais a Jesús que viniera a vosotros, prometiéndole que lealmente lo
esperaríais? ¿O le diríais: Señor, permanece sentado allí. Correré adonde te
encuentres? Somos nosotros los que debemos actuar y hacer algo. Esto es lo que
Dios y Jesús esperan de nosotros. Jesús no dijo que se arrepentiría por nosotros y
después traería el Reino de los Cielos mientras nosotros permanecemos sentados.
El dijo: "¡Arrepentíos porque se acerca el Reino de los Cielos!" Somos nosotros
los que debemos adaptarnos. Jesús no vino para cambiar. Somos nosotros los que
debemos cambiar. Este punto debe estar totalmente claro.

Pensad en vuestra situación de la misma manera que Jesús pensó en la suya.


Caminando por los valles de Israel, Jesús no los considero como pertenecientes a
nadie más. Pensó: "Dios es mi Dios. Israel es mi nación. Este es mi pueblo".
Hubo siempre una profunda sinceridad en su corazón. ¿Pensáis vosotros lo
mismo? ¿Pensáis: Dios es mi Dios. La humanidad es mi pueblo y aquí estoy para
salvarlos?"

¿Cuáles eran las convicciones y la filosofía de Jesús? ¿Simplemente se


alimentaba bien y pasaba sus días plácidamente planeando una larga vida? Jesús
pensaba: "Dios es mi Dios, la humanidad mis hermanos, y la totalidad de este
mundo espera ser creado nuevamente por el Hijo de Dios. Me encuentro aquí
para llevar a cabo esa misión. El pensamiento de Dios coincidía con el de Jesús.

Jesús quiso dejar su herencia al mundo cristiano, a sus hermanos; ha querido


legar a cada cristiano su convicción: "Dios es mi Dios, la humanidad son mis
hermanos. Esta tierra me pertenece y soy responsable ante Dios de crear un
nuevo mundo según los designios de Dios". Esos líderes sectarios que están
solamente interesados en llevar a cabo solamente sus propios intereses sectarios
están tan equivocados. En cambio debemos heredar la ideología y la filosofía de
Jesús. El sectarismo es un obstáculo en los caminos de Dios. Debemos terminar
con todas las barreras del sectarismo para realmente llegar a la gente.

Si los ministros y los sacerdotes que hacen sus sermones los domingos de
mañana no pueden hablar de Dios como "mi Dios" o de la humanidad como "mi
pueblo" o del mundo como "el hogar de la familia humana", entonces son
herejes. Son fraudes si no pueden hablar de estas cosas con convicción.

¿Quiénes sois vosotros entonces? ¿Sentís que "Dios es mi Dios"? ¿Habéis


pensado en las tierras que os pertenecen más allá de los limites de los Estados
Unidos? ¿Alguna vez, habéis pensado: " Soy responsable de esta tierra? Debo
esforzarme para restaurar esta tierra ante los ojos de Dios"? Esta es la clase de
religión que Dios ha estado esperando. Debemos sentirnos totalmente
responsables, como si este mundo nos perteneciera, porque nadie más cuidará de
él. "Yo debo responsabilizarme porque las iglesias se están desmembrando en la
actualidad. Los jóvenes están moralmente corruptos, en consecuencia debo
responsabilizarme. Veo al mundo desmembrarse por la infiltración comunista y
en consecuencia debo responsabilizarme del comunismo". Cada uno de nosotros
debe pensar así.

Cuando estáis en el lecho, debéis pensar que sois Jesús recostado en el lecho. "Mi
cuerpo es el cuerpo resucitado de Jesús. Revivo el aliento de Jesús que fue
extinguido hace dos mil años". ¿Es esto ilícito de acuerdo con la Biblia? En
absoluto. La Biblia nos enseña que debemos formar una unidad con Jesús; Jesús
enseñó "Yo soy en el Padre y el Padre en mí". Jesús quiso decir que cualquiera
puede ser representante del Mesías. Que os transforméis en la manifestación
física del Mesías es la esencia de la ideología de Dios y de Jesús. Dios nos creó a
todos para ser el Mesías. Mientras existan personas que necesiten la salvación, se
necesita al Mesías.

 
EL CRISTIANISMO EN CRISIS
A partir de Jesucristo se podía establecer un mundo nuevo de salvación. Esa es la
historia del Cristianismo. Siguió el mismo curso que Jesús. Toda vez que el
Cristianismo se estableció en un país, los hombres y las mujeres que se
convirtieron a él, sufrieron dificultades y derramaron su sangre. Aquellos que
murieron soportaron ese sufrimiento para separarse del mundo y de Satanás. Se
pusieron en la posición en que pudieran recibir el amor divino y sacrificarse por
los demás. Si hubieran querido maldecir a los que los mataron, no hubiera habido
providencia para la restauración. Ellos tuvieron que orar por quienes los mataron.
Sin esa mentalidad el cristianismo no hubiera proseguido en la forma en que lo
hizo. Todo eso sucedió porque Dios tenia la intención de perdonar a Adán y a
Eva después de la caída si sólo un hermano o una hermana que no hubieran
pecado hubiera consolado a Dios en su dolor, hubiera pensado en su hermano o
hermana pecadores, y se hubiera sacrificado por el otro.

A través de toda la historia de la humanidad, la providencia de Dios ha estado


fundada en las ofrendas. En los tiempos del Antiguo Testamento se ofrendaban
animales, pero en los tiempos del Nuevo Testamento, el mismo Jesucristo se
transformó en la ofrenda. Jesús fue "la ofrenda importante" que se esforzó en
total obediencia a Dios y se sacrificó. En consecuencia, en esa situación, toda la
humanidad debe formar una unidad con Jesús, y hacer la ofrenda poniéndose en
la posición de Jesús. Si en su misión y en la providencia divina, Jesús hubiera
logrado salvar a toda la humanidad, tanto material, como espiritualmente,
entonces nosotros nos hubiéramos salvado también en ambos planos, pero él no
logró la salvación en el plano físico y sólo la logró en el plano espiritual. Ya que
formamos una unidad con él, significa que hemos realizado la salvación sólo en
el plano espiritual.

Con la crucifixión, Jesús perdió su base en el mundo físico - su cuerpo físico. En


consecuencia, el propósito del Cristianismo es también restaurar ese cuerpo físico
perdido de Jesús. Pero el Cristianismo no puede llevar a cabo su fin sin restaurar
la tierra, el pueblo, y la soberanía. Los Cristianos deben colocarse en una
posición en que puedan cumplir con la providencia del sacrificio a nivel de la
sociedad, la nación y el pueblo. En otras palabras deben tomar la decisión de
sacrificarse.

Después de la crucifixión de Jesús y de su resurrección, la iglesia cristiana se


extendió a través de toda Asia Menor. El empuje principal fue hacia Roma.
Roma fue el lugar elegido porque en aquellos tiempos Roma era "el mundo".
Para salvar al mundo, el ejercito de Jesús tenia que conquistar a Roma. Pero ésta
fue una batalla imposible, un fin inconcebible. El imperio romano parecía una
fortaleza inexpugnable, imposible de conquistar. El ejercito de Jesús tenía las
manos vacías. No usaban armas, ni la espada ni la lanza. Su única arma era su
amor por Dios y por Jesucristo. Marcharon intrépidos, impulsados por la
convicción y la fuerza. El precio que pagaron fue su sangre y su sacrificio.

No existe ejército más fuerte que aquel que no teme la muerte. Ningún ejército
resulta invencible para un ejercito de fe. La historia es testigo de las hazañas de
ese ejército de Jesús. El imperio romano por fin cayó y Jesús conquistó Roma. El
Catolicismo Romano se transformó en el centro del designio de Dios de
salvación del mundo. El Papa estaba en la posición de transformarse en el paladín
de Dios.

Sin embargo, en la Edad Media surgió la corrupción dentro de la iglesia y


disminuyó el espíritu del Cristianismo. Los funcionarios de la iglesia medieval se
interesaban demasiado en su propio poder, su propia autoridad y su propio
bienestar. La iglesia detentó un inmenso poder tanto en lo político como en lo
económico. La jerarquía conservó su poder, abusó de ese poder y olvidó el
designio Divino. Los líderes de la iglesia se aferraron tenazmente a su poder y
persiguieron a sus oponentes. La jerarquía afirmaba descender del linaje de los
discípulos de Jesús, sin embargo no podía elevarse por sobre sus propios
pecados. El espíritu Cristiano en muchos de estos hombres había desaparecido
totalmente. Pero Dios tenia que continuar su tarea. Solo una respuesta total puede
satisfacerlo. En la época medieval, cuando existía mucha corrupción en la
sociedad, personas como San Francisco negaron todo y se separaron del mundo.
En lugar de perseguir objetivos mundanos, fue leal a su visión de que se debía
revitalizar el espíritu de la iglesia. Fundó un movimiento que permitiría a los
cristianos abandonar aquello que los esclavizaba, y dio todo en nombre de ese
objetivo. Superando lo mundano pudo realizar grandes avances y también guió a
aquellos que compartían su objetivo. Sin embargo, la Orden Franciscana se
transformó en una organización sujeta al disenso. La iglesia necesitaba una
reforma más profunda, por lo tanto se produjo la revolución religiosa, Martín
Lutero comenzó la Reforma Protestante, y también surgieron reformadores
importantes en el seno del Catolicismo. En toda Europa, hombres justos estaban
decididos a liberarse de las doctrinas y las practicas caducas y abusivas. Querían
rendir culto a Dios y a Jesús, no a la iglesia como institución mundana. La
Proclama Protestante consistió en afirmar el sacerdocio de todos los creyentes.
Su deseo verdadero era la directa comunicación con Dios. Colaboraron con Dios
para guiar al mundo paso a paso hacia el objetivo último.

Posteriormente en Inglaterra, el pueblo comenzó a cuestionar y a resistir las


prácticas autocráticas de la iglesia del estado. Se exigió una reforma profunda de
la Iglesia de Inglaterra. Comenzó el movimiento Puritano que se extendió
rápidamente a pesar de la persecución. Estos creyentes de la nueva fe
significaban una amenaza para los líderes de la iglesia establecida, quienes
usaron casi todos los medios para suprimir a este movimiento nuevo.

Quienes realmente querían la libertad de cultos tuvieron que escapar o terminaron


encarcelados. Poseían un espíritu fuerte pero no poseían el poder para resistir al
gobierno en aquella época. Se escaparon para Holanda. Pero todavía deseaban un
nuevo mundo, un paraíso nuevo y una nueva tierra donde pudieran encontrar la
libertad para rendir culto a Dios.

Los Estados Unidos deben haber sido muy atractivos a los ojos de aquellos que
sonaban con un nuevo mundo. Aunque los Estados Unidos eran un territorio
desconocido, les prometían la libertad de cultos que ellos tanto deseaban. Los
Peregrinos deseaban formar una comunidad propia. Los Estados Unidos parecían
el lugar ideal, en consecuencia, tomaron la decisión valiente de establecerse allí.
Se sometieron al arriesgado viaje a través del Atlántico. Arriesgaron sus vidas,
encontrando fuerza en su fe que era más fuerte que el propio deseo de vivir.

Considerad lo siguiente: Tuvieron que abandonar a sus familias, a su país, y se


dirigieron a tierras desconocidas. Su única esperanza era Dios. Dependían de
Dios en cada paso que daban. El viaje era muy largo y había muchas tormentas.
Incesantemente oraron a Dios. No tenían a nadie a quien recurrir. Solamente
tenían a Dios. Cuando se encontraban enfermos y a punto de morir en el viaje, no
poseían medicinas ni doctores que los curaran; recurrían a Dios. Aquellos
hombres y mujeres. Peregrinos formaban una unidad con Dios. Y así
sobrevivieron.

Poneos en su posición de total dependencia de Dios. ¡Que fe tan maravillosa!


Estoy seguro de que la fe de los peregrinos conmovió el corazón de Dios. Y
cuando Dios se conmueve hace promesas y cuando promete algo, lo cumple.
Dios decidió brindar a estas personas lo que más deseaban: la libertad de cultos.
Después decidió darles aún más.

Estoy seguro que sabéis que el Mayflower llegó a Plymouth Rock en Nueva
Inglaterra casi en pleno invierno. Noviembre en Nueva Inglaterra es muy frío. El
destino de los recién llegados era seguramente morir de hambre porque había
muy poco que comer. Considerando este hecho, realmente me inspira saber sobre
el depósito de grano en la bodega del Mayflower que no tocarían aunque
murieran de hambre. Guardaron ese grano para plantarlo en la primavera. Este
fue realmente un ejemplo de sacrificio supremo. Preferían morir con la esperanza
de un mañana antes que actuar llevados por la desesperación para vivir solo unos
días más.

Los Peregrinos llegaron a estas tierras llenos de esperanza y propósitos. Sabían


que ese su propósito era más importante que sus propias vidas. Nada pudo
haberles dado este coraje, esta dedicación, este espíritu de sacrificio, excepto su
fe en Dios. Cuando llegaron a Plymouth Rock, los cuarenta y un sobrevivientes
del viaje se reunieron y organizaron sus ideas en cuanto a la forma de gobierno.
El Pacto del Mayflower resultante se firmó. "En el nombre de Dios, Amen". Esta
es en realidad una historia maravillosa. Este pequeño grupo de personas
abandonó Europa con la esperanza puesta en Dios. Se enfermaron y, murieron en
Dios; sobrevivieron en Dios. Formaron su primer gobierno y firmaron sus
papeles oficiales "En el nombre de Dios".

La historia de los peregrinos es un clásico de la historia de Dios. Se ajusta al


modelo de los hombres justos de la historia como Abraham, Isaac y Moisés.
Estos Peregrinos fueron los Abrahames de la historia moderna. En consecuencia,
tuvieron que someterse a muchas durezas aún después de que se firmó el Pacto
del Mayflower.

La población de valientes sobrevivientes del Mayflower se vio diezmada a la


mitad durante el primer invierno en los Estados Unidos. Cada día ese invierno
provocó una separación dolorosa de los seres queridos. Uno por uno, estos
pioneros valientes murieron.

Sin embargo su vida, de la mañana a la noche, del atardecer hasta el amanecer, se


centraba en la voluntad de Dios. Dios era su único consuelo, su única esperanza y
su única seguridad. Dios era su principal compañero. Este es un ejemplo de un
grupo esencialmente puro y poco común del pueblo de Dios. Ellos demostraban
una fe inagotable y Dios les daba fuerza y coraje. Nunca perdieron su fe en Dios
y su visión del futuro. Su propósito al venir a América era el de construir una
mancomunidad centrada en Dios; para establecer un mundo donde Dios pudiera
morar, donde pudieran compartir la hermandad entre ellos y regocijarse en la
hermandad con Dios. Esto estaba sólo en la providencia de Dios, porque El
necesitaba una nación cristiana para servir como Su paladín para la postrera y
permanente salvación del mundo.

Y los Peregrinos recibieron otro milagro. Cuando apenas estaban sobreviviendo y


su población se había reducido a la mitad, los Americanos nativos podrían
haberlos echado fácilmente de un sólo plumazo. El primer grupo que encontraron
los sobrevivientes del Mayflower no fue hostil. Les dieron la bienvenida a los
colonos. ¿Cómo debemos interpretar esto? Dios intervino aquí, en América, para
salvar a su pueblo. Dios quería que ellos se establecieran y les dio una
oportunidad a los peregrinos.

Como la población de los colonos fue creciendo, finalmente los propios nativos
se tuvieron que correr para que los peregrinos agrandaran su propia colonia. Por
supuesto que esta tierra no pertenecía originariamente al nuevo pueblo
americano. La tierra ya estaba habitada, y desde ese punto de vista, los colonos
eran invasores. ¿Por qué entonces es que Dios les dio esa oportunidad a los
colonos? He aquí mi interpretación: Dios amparó a los colonos porque esto
estaba en Sus planes. Además, estos peregrinos cumplían con los requisitos de
Dios y le demostraban una fe inquebrantable. Dios no podía menos que ayudarles
y darles Su promesa para después cumplirla.

La existencia de América coincide con las providencias de Dios. Dios necesitaba


crear una nación cristiana poderosa sobre la tierra para luego poder hacer Su
trabajo futuro. Después de todo, América primero le perteneció a Dios y sólo
después al pueblo que vivió allí. Esta es la única interpretación que puede
justificar la posición de los colonos peregrinos. Y esto implica que si la nación
americana, que tiene su origen en los peregrinos, no cumple con la voluntad de
Dios, un severo juicio recaerá sobre los nativos americanos.

Este continente estuvo escondido por un motivo especial y no fue descubierto por
los Cristianos Europeos hasta que llegó la hora indicada. El pueblo de Dios llegó
en el momento apropiado. Llegaron a moldear el nuevo estilo de vida. Su
principal compañero era Dios. En la casa, en el cuidado de sus hijos, en el
campo, en la cocina o en la construcción, ellos dejaban que Dios compartiera su
trabajo. Era la única seguridad que tenían. Un granjero podría dedicarle su
familia y su granja a Dios, sellado con oraciones alrededor del hogar y en los
campos. Su vida cotidiana era vivida en nombre de Dios.

Luego que los visitó la primera primavera, ellos limpiaron los campos, plantaron,
cultivaron y recogieron la cosecha. Y atribuyeron toda su cosecha a la gracia de
Dios. Así fue que comenzó la preciosa tradición de la Acción de Gracias. Luego
del próximo invierno severo, lo primero que hicieron fue construir una iglesia. La
primera calle que construyeron fue la que conducía a la iglesia. De noche, al
amanecer, en la mañana y en la tardecita le rezaban a Dios. Estoy seguro que en
sus plegarias decían: "Dios, queremos construir un mundo para Ti que debe ser
mejor que el Viejo Mundo. Queremos construir un lugar donde Tú puedas morar
y ser el amo".

Y también tenían una visión que en el futuro esta nación cristiana haría más por
el resto del mundo que ningún otro país sobre la faz de la sierra. Estoy seguro
que después de construir la Iglesia construyeron un colegio. Querían colegios
sobresalientes para sus niños, que fueran mejores que cualquier otro colegio que
existiera en el Viejo Mundo. Y lo último fueron sus casas. Luego de construir sus
casas, se las dedicaron a Dios. Este es el legado de sus ancestros, lo sé. Puedo
visualizar la América temprana y veo una América hermosa porque Dios estaba
en todas partes. En el colegio, en la Iglesia, en la cocina, en la calle, en una
asamblea, en la feria, en todos lados estaba Dios.

Entiendo que en América están por cumplir su bicentenario. Examinemos al


pueblo que condujo el movimiento de independencia en este país, allá, en el año
1776. Esos luchadores por la libertad eran traidores a los ojos de la Corona
Británica; pero Dios podía usar a estos traidores como Sus instrumentos, como
Su pueblo, y a través de ellos El concibió y construyó la mejor nación sobre la
faz de la tierra.

Jorge Washington, Comandante en Jefe de la Armada Continental, conoció el


sabor de la derrota en muchas, muchas batallas. Cuando, finalmente, debió
enfrentar el último invierno desgarrador en Valley Forge, su posición era firme.
Estoy seguro que Jorge Washington, en sus oraciones rezaba lo siguiente: "Dios,
Tu trajiste a nuestro pueblo desde Europa a este Nuevo Mundo. Tu no quieres
que se repita la historia de Europa. Tu nos liberaste y nos diste libertad. Tu no
quieres ver que los errores de Europa se repitan en esta tierra. Déjame que te
ofrezca mi compromiso. Yo construiré una nación bajo Dios". De ese modo,
Jorge Washington hizo de su batalla la batalla de Dios y por lo tanto la victoria
ganada fue una victoria para Dios.

Yo sé que esta victoria y la independencia de América llegaron porque Dios


aceptó las plegarias de Jorge Washington así como las plegarias de muchos otros
americanos. Dios sabía que sus paladines trabajarían para Su nueva nación. Pero
Jorge Washington no tenía nada con que luchar y la armada Británica tenia todo -
poder, autoridad, tradición y equipo. Estaban orgullosos de su fortaleza militar.
La Armada Continental Americana no tenía municiones y sólo tenía unos pocos
soldados. Jorge Washington tenía sólo un arma: su fe en Dios. Creo que la
posición de Jorge Washington puede compararse con David en su lucha contra el
gigante Goliat. David ganó su batalla en nombre del Señor. Jorge Washington
ganó su batalla en el nombre de Dios. Ambos dejaron que Dios venciera a su
enemigo. Cada uno de ellos puso todo su corazón, todo su ser, todo su espíritu de
sacrificio, en la batalla, y ganaron.

Es un hecho significativo que a lo largo de la historia el pueblo de Dios no haya


podido ser nunca bendecido en su tierra natal. Dios los hace dejar su tierra natal y
los hace establecerse en suelo extranjero y sólo allí pueden convertirse en pueblo
y nación de Dios. Fieles a este patrón, el pueblo americano está formado por
personas que viajaron, abandonando su tierra natal, cruzaron el océano hacia el
Nuevo Mundo y en ese Nuevo Mundo recibieron la bendición de Dios. Dios ya
tenía un plan definido para América. El necesitaba que esta nación prosperara
como una nación protegida por Dios. Con Dios, nada resulta imposible. Así fue
que aunque pareciera imposible, la independencia de América fue un hecho, y
luego de que fue fundada, gozó de una gran prosperidad.

La armada británica luchó en nombre de su rey. Para ellos, la Corona Británica es


suprema. La armada americana luchó por su Rey. Dios era su único Rey y sólo El
era Supremo. El Nuevo Mundo fue fundado en el nombre de Dios. América es
llamada "la tierra de las oportunidades". Ese es el lugar y el suelo en que los
pueblos encuentran la oportunidad en Dios.

La tradición cristiana en Estados Unidos es algo hermoso que los extranjeros


perciben cuando van a ese país. Me enteré que sus fieles se reúnen todos los días
a orar. El Presidente de los Estados Unidos jura sobre la Biblia cuando es
investido en el cargo. Un día visité un pequeño cuarto de oraciones en el edificio
del Capitolio. Cuando vuestros líderes tienen que tomar decisiones importantes
van a ese lugar, se arrodillan humildemente ante Dios y le piden Su ayuda. Hay
un vitral con la figura de Jorge Washington arrodillado orando. Aquí percibí la
verdadera grandeza de los Estados Unidos. Desde los más altos niveles del
Congreso hasta el nivel de la gente del campo se puede ver la dependencia que
todo el pueblo estadounidense tiene con Dios.

A este respecto, Estados Unidos es una nación única en el mundo. Hasta vuestra
moneda, los billetes y las monedas tienen una inscripción tan hermosa como
"Creemos en Dios". Ninguna otra nación ha hecho algo semejante. Entonces, ¿de
quién es ese dinero? ¿Es dinero estadounidense? No, es dinero de Dios. Todos
los billetes y las monedas lo dicen. Vosotros sois los administradores y Dios ha
depositado su riqueza en vuestras manos. Sí, así es, esta nación no es la nación
americana, es la nación de Dios. Y esta nación existe para todo el mundo, no sólo
para América. Sí, América (Estados Unidos) se formó como una nueva nación,
una nueva nación cristiana, a la luz de una nueva tradición. La cadena de las
viejas tradiciones ya no existe en Estados Unidos. Deben desear construir sobre
esta fundación, una nueva nación protegida por Dios.

El propósito de Dios es la salvación del mundo y de toda la Humanidad. Por lo


tanto los americanos hoy no deben pensar que tienen esa riqueza porque vosotros
mismos sois grandes. Debemos darnos cuenta humildemente que la bendición de
Dios ha caído sobre Estados Unidos con el fin de que Dios pudiera usar esta
nación como Su instrumento para la salvación del mundo. Si los estadounidenses
traicionan a Dios, ¿dónde podrá ir Dios? Si los estadounidenses reniegan de Dios,
¿dónde irá Dios para cumplir con su objetivo? ¿Desean que se vaya al mundo
Comunista? ¿A los países subdesarrollados? Dios quiere tener a los Estados
Unidos como Su base, como Su paladín. Y los Estados Unidos comenzaron en el
espíritu del sacrificio persiguiendo el fin de Dios. Estados Unidos debe consumar
su historia en el mismo espíritu de sacrificio para el fin de Dios. ¡Sólo así Estados
Unidos vivirá para siempre!

Dejadme comparar dos ejemplos sorprendentes. Los que vinieron a América - a


Norteamérica - venían buscando a Dios y a la libertad de culto. El motivo
dominante de los primeros colonos fue Dios. Cuando vinieron buscando a Dios
no sólo encontraron a Dios, sino que también encontraron libertad y riqueza. Al
mismo tiempo muchas personas fueron a América del Sur. Su motivo dominante
era el de buscar oro. América del Sur es una tierra fértil, tan fértil como la de
América del Norte. Pero cuando el motivo de los colonizadores era el oro, no
encontraron ni oro, ni a Dios, ni la libertad. Y los países sudamericanos siguen
siendo países relativamente subdesarrollados.

Los Estados Unidos de América son el milagro de la historia moderna. Han


construido la más poderosa nación en la historia en muy poco tiempo. ¿Fue este
milagro posible sólo porque los americanos trabajaron duro? Porque ciertamente
trabajaron duro. Sin embargo, el hecho de que hayan trabajado duro no es
explicación suficiente. Si Dios no hubiera sido su principal compañero y socio,
hubiera sido imposible crear los Estados Unidos de hoy. Dios jugó un rol
principal en la historia de los Estados Unidos y desea que América lo sepa.

¿Qué fue, entonces, lo que hizo que América del Norte fuera tan próspera? ¿Qué
lo hizo posible? Fue la ideología cristiana. Sin la ideología cristiana no se podrían
haber unido orígenes nacionales europeos trascendentes, ni los cincuenta Estados
que ustedes conocen podrían haber aceptado un gobierno federal.

Entonces, sin la ideología cristiana hubiera habido ruptura, y se hubiera creado la


segunda Europa. Como en el Viejo Mundo, habría faltado la armonía. Antes de
que vuestros ancestros vinieran a este continente había habido en Europa una
falta de armonía internacional, ruptura religiosa y persecución a los cristianos.
Ese fue el motivo por el cual vuestros antepasados dejaron sus propios países
para establecerse en este continente. Y su estilo de vida era el de venerar a Dios
en libertad.

Ha llegado el momento de que el pueblo norteamericano despierte. Dios le envió


a este pueblo Su bendición y Su promesa por causa de su noble comienzo. La
devoción y el sacrificio de vuestros antepasados fue el pilar para la bendición de
Dios. Si ustedes reniegan de sus antepasados, si ustedes reniegan de Dios, a
Estados Unidos sólo le queda un camino: la destrucción. Ya que América se
construyó sobre los pilares de la fe en Dios, si Dios desaparece de la vida de los
norteamericanos esa nación ya no tendrá apoyo. La declinación será rápida.

En la Biblia dice que es más difícil que un camello pase por el ojo de una aguja
que una persona rica vaya al Paraíso Celestial. Del mismo modo, es tan difícil
que una nación rica vaya al Paraíso Celestial. Realizar el Reino de los Cielos
sobre la tierra a través del pueblo norteamericano es tan difícil como encontrar
una aguja en un pajar. Sería mucho más fácil para una nación pobre como una de
Sudamérica o de Africa. La única manera de superar esto sería que ustedes los
norteamericanos se despojaran de todos los resultados de vuestra educación y
sofisticación y se dieran a los otros con sacrificio y para el bien de esos otros. De
ese modo, los norteamericanos podrían tener esperanzas; pero si desean mantener
todo lo que tienen y tratar de seguir a Dios, no funcionará. Si voluntariamente se
hacen cargo de una situación desgraciada, quizás haya esperanza para vosotros.
De hecho, si lo hicieran, el Reino de los Cielos en la tierra surgiría rápidamente.

Cuando miramos hacia atrás en la historia vemos que Dios se valió de la religión
para enseñarle a las personas a ser humildes y a perdonar. La Cristiandad se
distingue de otras religiones en que la práctica del amor cristiano es más
avanzada que ninguna otra en la historia, ya que se centra en el perdón y en el
sacrificio. Sin este ideal del perdón y del amor Dios no podría nunca salvar a la
humanidad.

Si miramos alrededor del mundo ¿cuál es la religión que practica el sacrificio y el


amor? ¿La cristiandad que hoy está perseverando es de aceptación, de amor hacia
todo y hacia todos? No, la mayoría de los cristianos han construido muros a su
alrededor y sólo se preocupan por su propia salvación.

Muchos de los cristianos de hoy están abandonando el mundo y desean vivir


aislados. ¿Y qué hay con Dios? ¿Está aislado de la miseria del mundo? ¿Es que
sólo le importa un determinado tipo de gente? No, El está en todas partes. Es
posible que el Islam sea la segunda religión más importante en el mundo hoy en
día, pero los Musulmanes están actuando igual que los Cristianos a este respecto.
Muchos veneran a sus propios creyentes y su país, pero no se preocupan tanto de
los otros pueblos y las otras naciones. Con muchos Budistas sucede lo mismo; no
piensan en abrazar a los Cristianos, no saben cómo hacerlo y no les importa. No
salen a ver cómo pueden resolver los problemas del mundo.

Se recoge lo que se siembra. Hoy el mundo está dividido en dos campos


principales y una lucha nos amenaza.
¿Por qué ha ocurrido esto? La historia ha sembrado en la era de Jesús. Jesús fue
la semilla de la historia. Su crucifixión fue la siembra. Junto con Jesús había dos
ladrones crucificados, uno a su derecha y otro a su izquierda.

Como Jesús ingresó al reino de los cielos a través de la crucifixión, en el


momento de la cosecha volverá también a través de la crucifixión. Las
circunstancias que rodearon la crucifixión de Jesús forman el modelo que se
repetirá en la escala global en el momento de su retorno. Y ese momento ha
llegado.

Hoy somos conscientes que el Comunismo es una fuerza poderosa en este


mundo. Los comunistas niegan la existencia de Dios. Y el mundo democrático, o
el mundo libre, dice que hay Dios. ¿Por qué se llaman a las facciones políticas
democráticas de "derecha" y a la facción comunista de "izquierda"? ¿De dónde
surge esta terminología? Existe una razón vista desde la perspectiva que hemos
estado siguiendo. Esta terminología se determinó en el momento de la crucifixión
de Jesús. El ladrón crucificado a la derecha de Jesús representaba al mundo
democrático y el crucificado a su izquierda representaba al mundo Comunista.

El ladrón ubicado a la izquierda de Cristo lo condenaba a Jesús en la cruz y le


decía: "Si tu eres el Cristo sálvate a ti mismo y a nosotros" (Lucas 23:39). Lo que
él quería decir era lo siguiente: Si tu realmente fueras el hijo de Dios, tu bajarais
y te salvarais y me salvarais . Jesús permaneció en silencio. No le contesto.
También había un defensor de Jesús, el ladrón a la derecha. El ladrón de la
derecha le dijo al ladrón de la izquierda: "¿Ni aun temes tu a Dios, estando en la
misma condenación? Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque
recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo" (Lucas
23:40-41).

¡Qué fe demostró ese hombre a la derecha de Jesús! Olvidó su propia muerte y lo


defendió. Y Jesús le respondió: "De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el
Paraíso" (Lucas 23:43).

En ese momento la semilla fue sembrada por el ladrón de la izquierda para que el
mundo que negara a Dios se convirtiera en el mundo comunista que hoy existe. Y
la semilla para la existencia de un mundo que tema a Dios fue sembrada por el
ladrón de la derecha. El mundo libre está en la posición del ladrón de la derecha.
Y Norteamérica está en el centro de esas naciones del mundo libre que le temen a
Dios. América ha sido elegida como la defensora de Dios, mientras que el
Comunismo le dice al mundo "No hay Dios".
Con el Renacimiento empezó la tendencia del pensamiento humano que eliminó
a Dios y lo puso fuera del universo; los seres humanos deseaban sentir que no
necesitaban a Dios. Ahora, 500 años después, vemos que desde el punto de vista
de Satanás esa tendencia resultó formidable para eliminar a Dios de la faz del
mundo. Hoy la gente está tratando de terminar para siempre con la religión.
Aquellas personas que creían en Dios tenían una gran dignidad, pero hoy en día
son objeto de burla. Las cosas están totalmente al revés. El cristianismo ha sido
dejado de lado por la ideología comunista de anti-Dios, que mofándose dice
"muéstrame a Dios y entonces te creeré". Pero los cristianos no tienen forma de
mostrarles a Dios porque ellos tampoco están seguros.

Los comunistas están completamente seguros de que pueden controlar las iglesias
y usarlas como sus herramientas. Están repartiendo dinero a sus miembros que
deberán convertirse en fieles asistentes a la iglesia. Aparecen como devotos
cristianos y dan grandes cantidades de dinero para la iglesia y de este modo
controlan al pastor, la administración de la iglesia y a veces hasta ellos mismos se
infiltran como pastores. Estos jóvenes revelaron que muchos curas comunistas,
pastores y ministros ya se han infiltrado en varias jerarquías eclesiásticas.

Los comunistas están promoviendo el Cristianismo porque quieren utilizarlo un


día para hacer la revolución. Las iglesias tienen el tipo de atmósfera que les
permite convertirse en instrumentos para que los comunistas en última instancia
tomen el poder. Esto es lo que está sucediendo hoy. En Corea hay muchos
cristianos que siguen una política que ayuda a los comunistas. En nombre del
Cristianismo y de los derechos humanos están tratando de quebrantar la postura
anticomunista y desacreditar ese liderazgo. Estos curas están proclamando que
Jesucristo fue el primer comunista porque bendecía a los pobres y castigaba a los
ricos. Los comunistas son lobos con pieles de ovejas. Un día los comunistas
utilizarán las iglesias cristianas como base de sus operaciones. Esta es una
realidad que está ocurriendo hoy en día en América. Una de las principales
tácticas comunistas es dividir. Crean la división en todas partes: cuando se
infiltren en el Cristianismo dividirán entre el Judaísmo y el Cristianismo. Los
comunistas ahora están uniendo al Judaísmo y al Cristianismo, a Protestantes y a
Católicos para que se opongan a la Iglesia de la Unificación. Cuando este plan
haya tenido éxito seguirán con la próxima etapa, y luego que hayan dividido al
Judaísmo y al Cristianismo, opondrán al uno con el otro.

Las iglesias cristianas se han convertido en una etapa para algunos que ni
siquiera creen en Dios. La confusión generada por la teología de "Dios ha
muerto" ha entrado en la corriente principal de la Cristiandad. Los cristianos que
siguen a esos líderes están muy confundidos y se vuelven a Dios a preguntarle
"¿Dónde estás Dios?" "Contéstame. Estoy indefenso". Pero parecen no recibir
respuesta. Al mismo tiempo, las personas que niegan a Dios parecen demostrar
una gran confianza en ellos mismos y un gran entusiasmo, hablando de utopía y
del cielo en la tierra.

La lucha que comenzó con Caín y Abel hoy se ha expandido a nivel mundial.
Dios tira hacia su mundo y Satanás tira hacia el suyo. Dios está tirando de Abel y
Satanás está tirando de Caín. El designio divino de Caín y Abel es que el más
joven debe lograr la posición del mayor y que el mayor debe tomar el lugar del
menor. Este proceso de restauración del derecho de nacer debe cumplirse desde
la escala individual hacia arriba, por etapas, hasta llegar a la escala mundial. Dios
ha estado ganando etapas a través de la lucha celestial, lentamente colocando las
cosas en su orden original. Por el proceso del reverso, Dios comenzó su trabajo
en el extremo, trayendo todo nuevamente hasta su consumación en el centro.

El mundo religioso de hoy está en la posición de Abel, el hermano menor,


mientras que el mundo no religioso está en la posición de Caín. Caín siempre
tratará de perseguir a Abel, y la historia nos dice que el mundo religioso siempre
ha sido perseguido. Caín siempre ha sostenido que Abel debe sometérsele.
Siempre ha sido el mundo satánico que toma la iniciativa para suprimir al mundo
religioso, y siempre ha habido lucha.

La posición de Estados Unidos debe ser la de decir a los comunistas: "¿De qué
están hablando? Dios existe. Dios vive aquí, con nosotros". ¿Estados Unidos está
tomando esa posición? ¡No! Hoy por hoy los Estados Unidos están rápidamente
volviéndose autosuficientes y alejándose de Dios. Parecería que a los Estados
Unidos no les importase el resto del mundo. Pero América debe entregarse al
resto del mundo como paladín de Dios. Cuando los Estados Unidos ayudaban a
otros, enviaban misioneros y más ayuda a los que se morían de hambre, vivieron
su época de oro. La confrontación con el comunismo podía hacerse con fuerza en
aquel momento.

Pero hoy, América está retrocediendo. No es sólo accidente que la tragedia esté
constantemente azotando al mundo americano, como por ejemplo con los
asesinatos del Presidente Kennedy y del Dr. Martin Luther King, como también
con la muerte repentina del Secretario General de las Naciones Unidas, el Sr.
Hammarskjold y la del Papa Juan XXIII en la misma década. Desde entonces, el
espíritu de América ha declinado. Si esta nación, si los líderes de esta nación no
viven para cumplir con la misión que Dios les ha encomendado, esta nación será
azotada por graves problemas. Dios está empezando a alejarse de América. Esta
es la advertencia de Dios.
En nuestro tiempo todos los cristianos deberían convertirse en paladines
mundiales destinados a cumplir con Dios y con el rol del ladrón de la derecha.
Los cristianos deben levantarse y luchar voluntariamente por la salvación del
mundo. Pero los cristianos de hoy están demasiado ocupados perfeccionando sus
denominaciones separadas y los intereses de sus iglesias. Debemos unirnos con la
venida del Señor. El fin del mundo significa que está próximo el segundo
advenimiento del Señor. El Señor debe tener una base en alguna parte, un pilar
preparado sobre el cual pueda empezar a cumplir su misión. Dios sabía que el
Segundo Mesías necesitaría un nuevo entorno. Con ese fin Dios trabajó 2000
años para establecer un puntal importante: la creación de la democracia. Aquí en
los EE.UU, existe una democracia que apoya y sostiene los derechos
garantizados por la Constitución, incluyendo el derecho de libertad de expresión,
de reunión y libertad de cultos religiosos. Eso es lo más importante de lo que
Dios ha estado preparando para la llegada del Mesías. Si esta nación no
garantizara los derechos de la libertad religiosa, ¿podría yo predicar libremente
como lo estoy haciendo? ¿Estaría yo seguro en este país? Pero aún dentro de esta
democracia ha habido algunos mártires religiosos en América. América ha sido
creada para ser la base de la voluntad de Dios hacia el progreso, pero hoy
América está en un grave conflicto.

Hoy en día los cristianos siguen siendo minoría en el mundo. ¿Son respetados por
el resto de la población? Los cristianos se han vuelto arrogantes pensando que
son un pueblo de Dios especialmente privilegiado y que el resto del mundo está
condenado a morir. Muchos cristianos piensan que cuando vuelva Jesús ellos
serán elevados por los aires para encontrarse con el Señor mientras que el resto
del mundo se consumirá en el fuego del juicio final. ¿Cómo es posible que el
resto del mundo sienta admiración por gente así?.

Cuando llegué a los EE.UU., fui a Nueva York y me paré en la Quinta Avenida
durante la hora de más transito. Repentinamente comencé a llorar. Observé la
maravilla del Empire State Building y la magnificencia del nuevo Trade Center
(Centro de Comercio). Los dos edificios más altos del mundo. Pero me pregunté:
"¿Dios habita esos edificios?", Nueva York se está alejando cada vez más de
Dios. Es una ciudad para el crimen.. Una ciudad tan bella se está derrumbando.
Esta ciudad está llena de inmoralidad y signos de ausencia de Dios. Durante ese
tiempo que estuve contemplando la ciudad sólo pude sentirme espantado. Vi
tantas cosas juntas, y todas ellas resultaban intolerables a los ojos de Dios.

Y le pregunté a Dios "¿Es con este fin que Tu le diste la bendición a América?
Yo sé que Dios desea ver que Su espíritu es el que prevalece en esos grandes
edificios. En esos bellos automóviles. Desea que los jóvenes tengan un amor
fuerte hacia Dios y hacia los otros. No es necesario construir el "Empire State"
para glorificar a Dios. No es necesario tener un auto nuevo para glorificar a Dios.
Aun una simple roca sirve como altar cuando sobre ella se vierten lagrimas y
esperanzas al servicio de Dios; allí Dios estará con nosotros. Realmente puedo
ver que Dios está abandonando la gran ciudad de Nueva York. Nueva York se
está convirtiendo en la ciudad del mal.

América ha sido conocida como "el crisol donde se funde toda clase de gente";
donde personas de todos los colores, credos y nacionalidades se funden en una
sola raza. Para que algo se funda, es necesario calor. ¿Saben Uds. quién le
suministró ese calor a América? Dios fue quien le suministró ese calor. Sin Dios
nunca hubieran podido unir a toda esa gente que hoy conforma el pueblo
norteamericano.

América sólo pudo lograr la verdadera hermandad a través del espíritu del
Cristianismo, pero al empezar a perder este pilar, la fibra moral de América se
deteriorará. Hoy hay muchos signos de declinación en América. ¿Qué hay de los
jóvenes americanos? ¿Qué hay del problema de las drogas y de la delincuencia
juvenil? En el tiempo de Jesús el gran problema era la lepra. Las drogas son para
los EE.UU. de hoy lo que la lepra era en aquel entonces. Los jóvenes se están
corrompiendo con el uso del LSD , la heroína y otras drogas. China Comunista
fabrica opio para exportar a otros países. Contrabandeaban drogas hacia Vietnam
donde soldados americanos peleaban contra el Viet Cong. Cuando los soldados
volvieron llevaron con ellos las drogas a los EE.UU. Vendiendo la heroína en los
EE.UU. ganaban 10 veces más de lo que habían pagado por ella. En el pasado era
Inglaterra la que exportaba opio hacia China e India para corromper a los
jóvenes. Hoy China Comunista utiliza la estrategia para corromper a la juventud
occidental y nuestros jóvenes no se resisten a ello. Una vez que los jóvenes se
convierten en drogadictos, por más que traten de abandonar esta adición ya no lo
pueden hacer. Pero esta práctica es muy costosa. Los drogadictos harán cualquier
cosa por conseguir dinero. América pierde miles de millones de dólares por año
por el fenómeno de la droga. El otro día me enteré que el 92% de los miembros
de la Iglesia de la Unificación de los EE.UU. habían usado drogas antes de unirse
a nuestro movimiento. Podemos calcular que la mayoría de los jóvenes se
drogan. En Alemania los nazis asesinaron a seis millones de judíos. Pero muchas
más personas están muriendo a causa de la droga. Si dejamos que esto continúe
así, se extenderá por toda la nación, llegará a todas las personas. Pero, los
comunistas que están trabajando clandestinamente en este país, ¿consumen
drogas? No. Ellos prohiben a los jóvenes de su país que usen drogas. Ellos
utilizan las drogas como arma para corromper a los jóvenes del mundo libre.

¿Qué hay de la ruptura de la familia americana? Me enteré que de cada dos


matrimonios americanos uno termina en divorcio. El gobierno del Estado de
California otorga más partidas de divorcio que de casamiento. ¿Qué hay de la
pornografía que invade nuestra sociedad? Alrededor de 25 mil niños desaparecen
o son abandonados todos los años en América. Muchos terminan en situaciones
brutales para satisfacer los apetitos de los que trabajan en pornografía infantil y
que sólo buscan lujuria y dinero. El carácter de vuestros medios de
entretenimiento nacionales refleja la rápida desaparición del sentido de la moral
del continente americano.

La sociedad de los EE.UU. se ha degenerado a un punto que Sodoma y Gomorra


parecen juego de niños.

El movimiento de "liberación de los homosexuales" está ganando un gran apoyo


y esto es ni más ni menos que una herramienta de Satanás mediante la cual
pretende destruir los valores más preciados y fundamentales de la enseñanza de
Dios. El movimiento de los homosexuales busca justificarse obteniendo respaldo
legal, político y hasta moral, pero esto es deplorable a los ojos de Dios.

La palabra "pecado" se refiere a la violación de la ley de amor de Dios. Dios


aborrece el pecado y el mal uso del amor es el crimen que Dios más aborrece. En
ultima instancia, lo que prevalecerá será la ley y el amor de Dios. Por lo tanto,
aquel que cometa el pecado de incurrir en un amor sin principios, perecerá. Los
EE.UU. de hoy no son la excepción a esta regla; no deben violar la ley del amor
de Dios, o también el país perecerá. La caída se produjo a causa de una relación
de amor impura. Podemos decir que los últimos días, que predice la Biblia,
llegaran cuando el amor egoísta e individualista llegue a la perfección. En un
mundo tal se desprecia todo lo que no sea el amor individualista. No hay lugar
para el amor hacia el país, para el amor hacia el amor, para el amor hacia la
humanidad, y por cierto que no hay lugar para el amor hacia Dios.

Esta tendencia se inició en el mundo de los adultos, pero ahora ha llegado al


mundo de los jóvenes. Es por ello que tenemos la "generación yo". Podemos ver
que esto está pasando en la sociedad de hoy; entonces, sabemos que hemos
llegado al fin de este mundo. No hay ningún modo de controlar la promiscuidad
y la inmoralidad de la mayoría de los jóvenes de hoy. Sus padres no los pueden
controlar, los maestros no tienen poder sobre ellos y tampoco la sociedad puede
hacer nada. Por cierto que ni la nación ni el mundo pueden hacer nada para
controlarlos.

El objetivo final de Satanás es el de destruir cualquier forma ideal de amor;


mientras que Dios está trabajando para conducir a la humanidad hacia la forma
ideal y total del amor. Las personas más susceptibles a las tentaciones de Satanás
son los norteamericanos. Los EE.UU. son la nación central para la cultura
cristiana, sin embargo, al mismo tiempo, esta nación se ha degradado
moralmente, en especial en lo que se refiere al amor.

¿Y qué hay de los problemas raciales? Si realmente amamos al mundo ¿cómo es


posible que estén segregados los blancos, de los amarillos y de los negros? Esto
debería resultar imposible. Es por todo esto que América debe sentirse
avergonzada frente a Dios. El hecho de que en este país existan problemas entre
blancos y negros, demuestra que el Cristianismo ha sido un fracaso en este país,
en el cual encontramos iglesias orientadas hacia los blancos e iglesias orientadas
hacia los negros. Cuando llegue el momento de una nueva era universal, una
nación que persiga el curso racista irá al fracaso. ¿Y qué hay con los problemas
de la pobreza que persisten en la nación más rica del mundo? ¿Por qué ocurren
estos problemas? Estos son los signos de que Dios está abandonando a los
EEUU. Puedo leer el cartel que dice "Dios está abandonando a América ahora".
Si esto continua así, en muy poco tiempo Dios los habrá abandonado. Dios
abandonará los hogares americanos, Dios abandonará la cultura norteamericana.
Dios abandonará las escuelas de este país, Dios abandonará vuestras iglesias.
Dios está abandonando a los Estados Unidos de América. Hoy hay muchos
signos de ateísmo en esta nación que una vez estuvo centrada en Dios. Se han
promulgado muchas leyes que sólo una sociedad desamparada por Dios puede
aceptar. Hace años, en los Estados Unidos se rezaba todos los días. Hoy ya no se
reza más en los colegios americanos.

La razón por la cual el americanismo de los EE.UU. no sobrevivirá es que la


razón básica de ese país es el humanismo y el pragmatismo. El pragmatismo está
siendo muy destructivo porque lo único que le interesa es sacar alguna ventaja de
todas las situaciones, y esa ventaja la mayoría de las veces se centra en valores
materiales y no espirituales. Este es el problema central de los Estados Unidos de
hoy. Ni el humanismo ni el pragmatismo ayudarán a los Estados Unidos a
encontrarse con la voluntad de Dios.

Sé que seria ridículo si pretendiera que la América laica comprendiera estas


cosas. Esta cultura está saturada de humanismo y pragmatismo y prácticamente
no ha conocido otra forma de pensamiento. Obviamente, esta cultura me
denunciará. Los americanos desean escuchar que digan cosas hermosas de su
país. Pero no puedo hacerlo. No me importa si me odian por ello, yo debo decir
la verdad. Si los americanos desean escuchar cosas lindas sobre su país, deben
vivir de tal modo que eso pueda decirse.

Quizás ustedes quieran preguntarme: "¿Quién es Ud. para decirle estas cosas al
pueblo norteamericano?" Y quizás ustedes quieran responderme qué persona se
está haciendo responsable por este país. El futuro de América depende de los
jóvenes, y las iglesias e instituciones norteamericanas no están inspirando a sus
jóvenes correctamente. En América necesitamos una revolución espiritual. Los
americanos deben sentir que ha llegado el momento de una revolución en su
corazón. El individualismo debe arraigarse en una ideología centrada en Dios.
¿Quién hará esto? ¿Quién encenderá los corazones de la juventud americana? ¿El
Presidente lo hará? ¿Lo harán los prósperos hombres de negocios? ¿Lo harán las
iglesias norteamericanas?

Dios ni siquiera desea posar los ojos sobre el mundo de Satanás. Sin embargo el
Cristianismo, sin conocer los estrictos estándares de amor de Dios, se está
degenerando en una institución con fines sociales, para bailar y tomar y que
acepta fácilmente los valores del amor que declinan rápidamente. América
necesita arrepentirse. Teólogos, ministros, universitarios, y todos los americanos
deben arrepentirse juntos. Hace poco mi señora y yo recibimos a algunos
filósofos y teólogos en East Garden. Un Ph.D. de la Universidad de Harvard me
dijo: "Yo soy un Moonie. ¿Qué puedo hacer por Ud.?" Quizás él haya esperado
que le dijera que viajara predicando nuestras enseñanzas y que recibiera fama;
pero le dije que fuera un pararrayos y que fuera más perseguido de lo que había
sido Jesús por el bien de los jóvenes de esta nación, aun si por ello debía morir.
Le dije que si hacia eso la gente le brindaría siempre honores a su tumba. ¿Creen
ustedes que fui muy cruel o que fue una bendición lo que le dije?

Debemos recuperar la moralidad centrada en Dios o de otro modo América se


destruirá. El Imperio Romano se destruyó desde adentro, por su propia
corrupción moral; no fue porque lo atacaran desde afuera o porque hubiera
habido algún tipo de infiltración. América está mucho peor de lo que estaba el
Imperio Romano porque ya no hay más tradición en esta nación. Cuando el
centro moral abandone a América, esta se destruirá y no quedarán rastros de ella.
América es una nación predominantemente cristiana y aun así muchos
americanos no saben donde están. No están seguros de qué es la democracia o de
cual es su religión y no están seguros de cual será su futuro. Por lo general
cuando los jóvenes de una sociedad están confundidos, son los adultos que los
guían desde su punto de partida de los valores de la tradición. Pero esto ya no es
así. Los adultos están tan confundidos como los jóvenes.

Yo sé que Dios me envió a América. No vine aquí para vivir cómodamente en la


vida lujosa que ofrecen los Estados Unidos. ¡No lo piensen! Vine a los Estados
Unidos de América porque Dios me envió. Durante más de 6.000 años Dios ha
estado trabajando para construir esta nación. El futuro de todo el mundo depende
de los Estados Unidos de América. Alguien debe venir a América y evitar que
Dios la abandone.
Mis fieles en Corea lloraban cuando me fui. Sé que todavía hay muchas cosas por
hacer en Corea. Pero si sólo trabajara en Corea se demoraría la salvación del
mundo. América debe ser el paladín de Dios. Sé claramente que la voluntad de
Dios se centra en América. Yo vengo de Corea, abandoné mi propia tierra, igual
que han hecho muchos en la historia de la providencia de Dios. No vine a este
país en busca de dinero. Cuando vine a este país dediqué mi fortuna, mi familia y
toda mi vida a los Estados Unidos de América. Vine a un nuevo país donde podré
servir la voluntad de Dios.

Si en medio de la declinación del mundo cristiano surge un grupo que piensa con
amor en la relación de amor que debe existir entre la humanidad y Dios y que
estaría dispuesto a sacrificarse para la salvación de la humanidad, creo que esa es
la religión que Dios usaría como su instrumento. Si lo miramos desde el punto de
vista de Dios, a Dios le gustaría que un grupo de cristianos establecerá la
dimensión superior desde donde enseñarían el amor divino en la vida. Si se
encuentra ese grupo, el mundo cristiano nunca morirá; en cambio, habrá
reanimación y revitalización y el mundo volverá a la vida.

Muchos cristianos hablan de su salvación y de poder tener su pequeño sitio en el


cielo. La mayor parte de ellos no tienen ningún interés por los demás ni por el
mundo. No quieren gastar sus energías en el mundo. Pero el cielo no es un lugar.
El cielo es amor. A menos que perfeccionen su amor, a menos que posean el
ideal de Dios y lo practiquen sobre la tierra, no hablen del cielo. ¿Existe la
corrupción en el mundo cristiano en América? ¿La gente está contenta de ello, o
está triste? La mayoría de las personas se sienten libres y dejan la iglesia y luego
se sienten como si estuvieran liberados. Es un signo de peligro que se acerca a los
Estados Unidos. A menos que las personas se junten y hagan algo para cambiar a
América y al mundo no hay esperanza para el mundo, no podrá cambiar ni
salvarse. En otras palabras, necesitamos un grupo cristiano más fuerte, con una
ideología más fuerte, ya que se ha demostrado que todas las otras formas han
fallado. Sí, quizás, los negros surgen con una ideología y liderazgo más fuerte
que los otros, debemos ser capaces de seguirlos. Debemos seguir a los líderes y
debemos darnos cuenta que el deseo del mundo comunista o del mundo satánico
en general es el de destruir este mundo de religión, este mundo en el que la gente
cree en Dios. El primer objetivo de destrucción para el poder satánico es el
Cristianismo y el objetivo final dentro del Cristianismo es la familia, que es el
núcleo del amor divino.

¿Dónde creen ustedes que el Cristianismo ha sido arruinado? Aquí, justamente


aquí, en América. Se ha convertido en algo apático y se ha comprometido, y no
se puede evitar el juicio por algo semejante. América es la nación que redujo el
cristianismo a una religión trivial. En el mundo existen cientos de millones de
cristianos, y aquí en América solamente, hay millones de ellos. Todas esas
personas podrían haber ayudado en la salvación de América, sin embargo dejaron
que esta nación sufriera la influencia comunista y se degradara moralmente, hasta
convertirse en una nación totalmente egoísta. Deberían sentirse totalmente
avergonzados. Jesús les enseñó a los cristianos que ellos deberían levantar la
cruz.

Los Estados Unidos de América fueron preparados por Dios para que fueran el
pilar de su voluntad. Las grandes riquezas naturales de este país no les pertenecen
a los americanos, le pertenecen a Dios, y ellas han sido puestas aquí por Dios
para que cumplan su voluntad. Así es como yo lo veo. Porque la ideología de la
fundación de esta nación es el Cristianismo, y el Cristianismo es la base para
poder recibir el corazón de Dios. Dios bendijo esta nación que se centraba
alrededor de personas cristianas. No la bendijo sólo para que los ciudadanos de
los Estados Unidos gozaran de prosperidad. Los bendijo para unir a todas las
personas del mundo en una sola en el amor de Dios, intercambiando bienes
materiales como expresión de su amor. Si esta poderosa nación pierde el amor de
Dios, la abundante bendición material que Dios les concedió les será retirada y
será nuevamente vertida en otra nación donde las personas reciban el amor de
Dios.

Cuando camino por las calles, veo muchas iglesias que se erigen hacia lo alto
como los símbolos del amor hacia Dios y del cristianismo. Debemos amar a esta
nación, ahora, con más intensidad que los cristianos en el pasado y debemos
desarrollar la cultura cristiana y convertirla en una cultura mundial de dimensión
superior. Esta gran ideología de democracia debería usarse en todo el mundo; sin
embargo los Estados Unidos sólo la usan para los ciudadanos de los Estados
Unidos. Debemos ayudar a convertir al mundo en un lugar mejor donde vivir y
no debemos dejar de lado esta responsabilidad, como los norteamericanos están
haciéndolo ahora.

El espíritu fundamental del Cristianismo es el de vivir para los otros. El


Cristianismo para el bien de la nación es algo más grande que el Cristianismo en
sí mismo. Si el Cristianismo se centra en sí mismo y trabaja sólo para que
prospere en cuanto tal, entonces, está condenado a perecer. Dios ve al
Cristianismo existiendo en futuras generaciones y para todos. Dios no ve en el
Cristianismo en sí mismo lo más importante, sino que, mediante él, usando el
Cristianismo como sacrificio, Dios desea salvar a todo el mundo. Dios creó el
Cristianismo para salvar a toda la humanidad. Pero los cristianos han llevado
vidas autosuficientes, centradas sobre sí mismos, y esto nos está diciendo que el
Cristianismo ha caído.
Debemos ser humildes. Debemos empezar ahora, en este mismo momento, el
movimiento más crucial posible, el movimiento que haga que Dios vuelva a casa.
Todo vuestro orgullo, vuestra riqueza, vuestros autos y vuestras grandes ciudades
son sólo polvo si Dios no está con vosotros. Debemos hacer que Dios regrese.
Debemos comenzar a trabajar para ello desde nuestras casas, desde las iglesias,
desde las escuelas y también desde la vida publica. Trabajemos para que Dios
vuelva y que Su presencia en América sea una realidad viviente.

He iniciado un nuevo movimiento de jóvenes para la salvación de América. Este


es un nuevo movimiento de peregrinos. ¿Les parece extraño que un hombre de
Corea esté iniciando un movimiento de jóvenes americanos para Dios? Cuando
en vuestras casas hay un enfermo, ustedes llaman a un doctor para que venga a
verlo y a curarlo, y ese doctor viene de otro lado; no vive en la casa de ustedes.
Cuando vuestra casa se incendia, llegan los bomberos, desde afuera, a apagar el
incendio. Dios tiene una manera extraña de cumplir con su propósito y sus fines.
Si en América no hay nadie que cumpla con los requisitos, no hay razón por la
que no pueda venir alguien desde afuera para cumplir con ese objetivo. América
pertenece a aquellos que la amen más y mejor.

El gran numero de cristianos en los Estados Unidos no impresiona a Dios. Dios


no se impresiona con los números; si le importa la verdadera fe. ¿Cuántos
cristianos en América claman por Dios? ¿Cuántos cristianos en América sienten
realmente que el trabajo de Dios es su propio trabajo? ¿Cuántas personas
anteponen a Dios frente a toda otra cosa? ¿Cuántas personas están dispuestas a
morir por Dios?

Alguien debe ser el primero, y debe hacerlo ya. Aun cuando haya persecución.
Alguien debe entregar su vida para servir a Dios y hacer que Este vuelva a los
Estados Unidos. América es una nación cristiana, pero el Cristianismo actual no
puede erradicar el mal y por lo tanto ese Cristianismo no puede solucionar los
problemas; no tiene ninguna fuerza. Más aún, ha sido durante y en la cultura
cristiana que se han sucedido todos estos problemas; es por ello que debe surgir
una nueva fuerza que crezca con el Cristianismo para poder cumplir esta tarea.
Debemos lograr que nuestras iglesias se colmen nuevamente de autentica fe,
debemos crear nuevos hogares donde nuestras familias sean realmente felices, y,
finalmente, debemos crear una nueva sociedad, una nueva nación basada en los
valores espirituales, donde Dios pueda habitar. América debe ir más allá, debe
superar a la propia América. Es la única forma de que este país sobreviva. No os
preocupéis más de vuestro propio cielo, preocupaos de que el Reino de Dios baje
a este mundo, que venga a esta sociedad y que esté entre nosotros. Si podéis
lograrlo, cuando le digáis a Dios, "No quiero ir al Reino de los Cielos", Dios irá
tras vosotros y os instalará personalmente en la más alta posición de Su Reino.
Los verdaderos cristianos son aquellos que están deseosos de sacrificarse, de
sacrificar su propia iglesia y su propia denominación para cumplir con la
voluntad de Dios para la salvación del mundo.

Un verdadero cristiano no rezará buscando la ayuda de Dios y su bendición sólo


para que proteja a su familia o a su persona. Lue20 de saber la verdad, de conocer
la encrucijada en que Dios se encuentra hoy, sólo podemos orar así: "Dios, estoy
listo (a) para ser instrumento de tu sacrificio. Haz de mí tu instrumento. Cumple
con tu voluntad para la salvación del mundo a través de mi persona. Si crees que
es necesario puedes contar con mi familia mi iglesia y mi nación". Esa es la gente
que creará el Reino de Dios.

Aquellos que sólo oran por su parte de la bendición de Dios terminarán en el


infierno. Si el objetivo final de Dios y su preocupación, es la salvación del
mundo, ¿creen ustedes que El dará apoyo a las personas que sólo se interesan en
sí mismas, sus familias, o sus propias iglesias, o por el contrario, protegerá a
aquellas personas que se preocupan por la salvación del mundo?

Por un minuto traten de ponerse en el lugar de Dios y miren las iglesias


norteamericanas. No sólo existe un gran numero de ellas, sino que además
persiguen fines y objetivos muy diferentes. Los blancos tienen sus iglesias, los
negros organizan las de ellos y los amarillos tienen otras iglesias para su gente.
¿Creen ustedes que esto es bueno a los ojos de Dios? ¡Por supuesto que no! Si
hubiera un líder cristiano, quienquiera que fuera, que bregara por la unión de la
gente sin importar la raza, entonces, esa persona sería considerada un verdadero
líder cristiano.

Conozco bien esto. Esta es la voluntad de Dios. Es por eso que yo he venido a
América, donde me he convertido en una voz que clama en medio de la vorágine
del Siglo XX. Después de la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos
supuestamente estaban centrados en Dios y tenían conciencia que el mundo se
estaba moviendo hacia "el gran y terrible día del Señor". Debería haber existido
en este país una posición y una actitud que sostuviera que lo más grande en este
mundo es el amor, es servir a Dios, que lo más importante es ir más allá del amor
hacia uno mismo y amar a la nación. Las personas deberían haber sentido la
inspiración para ser pioneros para la nueva era que estaba por llegar. Esa era la
visión que los Estados Unidos supuestamente deberían haber transmitido al
mundo. Si ese despertar se hubiera producido después de la Segunda Guerra
Mundial, hoy la situación de América no sería trágica.

¿Qué ha sucedido? Los Estados Unidos no tuvieron esa visión. Durante 40 años
este país ha estado transitando el camino del deterioro, de la auto-indulgencia y
del placer. Las drogas se han infiltrado en todo el país; los jóvenes han sido
corrompidos y han entrado cada vez más en el terreno de la delincuencia; el amor
libre se ha convertido en un estilo de vida. Pero no ha sido solamente en los
Estados Unidos que ha sucedido esto. Este país es pionero del mundo libre, de
modo que ha afectado a todo el mundo. Y lo ha afectado para mal. La actitud de
los norteamericanos se ha desparramado por todo el mundo.

Las personas dicen que en América hay mucha libertad. Pero ¿existe en América
la verdadera libertad? Aquí en América la gente habla de la paz, la libertad y la
unidad; pero no existe la paz ni la libertad real en América. Libertad es una
palabra de moda, pero cuando uno va a la verdadera raíz de esa palabra, a su
verdadero significado, no es lo que los americanos entienden por libertad; para
ellos es egoísmo. Hoy en día el mundo occidental está degradado por el abuso de
la libertad. La verdadera libertad está regida por las leyes del amor y junto con la
libertad está la responsabilidad. A menos que vosotros viváis de acuerdo con la
ley de amor de Dios, el destino de vosotros será la destrucción. Nadie puede
violar una ley y prosperar. La Biblia dice que si tu brazo o tu pierna te estorban te
los debes cortar. La Biblia utiliza un lenguaje muy severo para el pecado; no hay
otra realidad. Esto es exactamente lo que Jesús quería decir cuando dijo: "Si
vosotros queréis perder vuestra vida, cuidad bien de ella; si vosotros queréis
ganar vuestra vida, deberéis perderla". Deseaba revolucionar el mundo en el que
las personas estaban demasiado centradas sobre sí mismas y no pensaban en los
otros. A nadie le gustan las personas arrogantes y que sólo piensan en sí mismas.
Si, por el contrario, las personas son humildes y exaltan a los otros, son queridas
por todos. Debemos ser capaces de revolucionar la idea de individualismo y
convertirlo en altruismo. Esto es lo más importante.

Todos ustedes se deben haber encontrado en algún momento con gente de la


Iglesia de la Unificación, ya haya sido en las calles, en la iglesia o en el
vecindario. Probablemente parezcan agresivos y ambiciosos; quizás ustedes hasta
estén cansados de ellos. Pero pónganse en el lugar de ellos. ¿Por qué están
haciendo esto? ¿Obtienen con ello alguna ventaja material? El ochenta y cinco
por ciento de los jóvenes de nuestro movimiento son graduados de la
universidad.

Están capacitados para ganar decenas de miles de dólares por año; sin embargo
están trabajando en misiones eclesiásticas y llevando vidas de sacrificio. Sus
corazones son piadosos. Tienen un propósito: salvar a América. Desean que Dios
vuelva a América y saben que si sirven al mundo indirectamente están salvando a
América.
Estos jóvenes están trabajando para volver a encender el espíritu de América.
América tiene una gran tradición. Todo lo que hay que hacer es revivirla.
Necesitamos un nuevo movimiento de peregrinos con una nueva visión. Esto es
inevitable, porque Dios no le dejó a América otra alternativa. No tienen otro lado
a donde dirigirse. Ha llegado el nuevo movimiento de los peregrinos y no ha
llegado sólo para América, sino para todo el mundo. En otras palabras, el
movimiento para la salvación del mundo debe comenzar en este país. América es
la base, el pilar, y cuando América cumpla con su misión, recibirán la bendición
eterna.

Esta es la voluntad y el deseo de Dios para América. Este es el ardiente deseo de


Dios para todos vosotros. No hay otro lugar a donde ir. Cuando vosotros hagáis
que Dios regrese a vuestras casas, vuestras casas estarán seguras. Cuando
vosotros hagáis que Dios regrese a vuestro país, vuestro país estará seguro. Ya no
habrá más problema de delincuencia juvenil. No hay ninguna buena respuesta
para el problema racial; sólo Dios puede darla. El comunismo ya no será una
amenaza cuando Dios sea real. Dios incrementará vuestras riquezas y vuestro
bienestar. Esta es la única forma de la que puede salvarse América.

Deseo desde lo más profundo de mi corazón que América vea el glorioso día de
la renovación.

 
EL JUICIO POR LA PALABRA DE DIOS
De Corea a América hay un largo camino, sin embargo Dios me ha estado
indicando este camino desde hace mucho tiempo. Si yo no tuviera algo nuevo
para revelar no hubiera venido hasta aquí a hablarles a todos vosotros. ¿Con qué
fin vendría yo a repetir cosas que vosotros ya sabéis? Me gustaría que vosotros y
yo, juntos ahora, abriéramos nuestros corazones a Dios, sin ningún tipo de
prejuicios, para que Dios pudiera hablarnos y nosotros recibir sus enseñanzas.
Jesús enseñó lo siguiente en el Sermón de la Montaña: Bienaventurados los
pobres en espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.


Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán
saciados. (Mateo 5:3, 5, 6)

Esta noche os pido a vosotros que seáis los pobres en espíritu, que seáis los
mansos y que seáis los que tienen hambre y sed de justicia. Entonces, todos
juntos veremos el Reino de los Cielos, y estaremos satisfechos. Comencemos
ahora.

Los cristianos y el propio Cristianismo tienen un cerro final que cruzar. La


profecía bíblica dice que los cristianos deben pasar por el fin del mundo y
enfrentarse con el juicio del incendio en el gran y terrible día del Señor. La Biblia
dice que seremos testigos de muchos fenómenos extraños, en el cielo y en la
tierra, cuando este fin se aproxime.

Cuando Jesús prometió que vendría por segunda vez, transmitió un sentimiento
de gran inminencia. Desde el día que Jesucristo ascendió a los cielos, los
cristianos han estado esperando su regreso a la tierra. Todos los cristianos han
esperado, durante los últimos 2.000 años de historia, que Dios regresara a la
tierra. Pero este extraordinario hecho nunca ha sucedido. Muchos se cansaron de
esperar. Algunos finalmente decidieron que este segundo advenimiento de Jesús
no se produciría. Y llegaron a pensar: "Este no es más que otro de los métodos de
Dios para mantenernos alerta".

No sólo el Cristianismo predice el fin del mundo; muchas otras religiones


también lo hacen. Sin embargo, si bien predicen el fin del mundo, no tienen una
definición clara de cómo será. Cada uno tiene su propia definición del fin del
mundo de acuerdo con la del fundador de su propia religión o denominación.
¿Quién representa realmente la comprensión universal?
Debemos clarificar el significado del fin del mundo de acuerdo con las profecías
de la Biblia. También debemos saber en qué forma, cómo, aparecerá Dios.

Primero que nada debemos comprender que Dios no creó al mundo para que
finalizara. Siempre pretendió que el mundo del bien durara para siempre. Un
Dios que no cree para la eternidad no puede ser un Dios todopoderoso. El mundo
actual debe terminar, sin embargo, porque la caída inició una historia del mal. Es
necesario que se produzca el fin del mundo porque no hemos logrado el mundo
del bien que Dios quería. En lugar de convertirnos en personas del bien nos
hemos convertido en criaturas del mal.

Adán y Eva cayeron en tentación en el jardín del Edén. En ese momento ellos no
podían comprender totalmente cual era la voluntad de Dios. Entraron en un
estado de confusión e hicieron la elección equivocada. Debieron enfrentarse con
la obediencia a Dios - que hubiera traído como resultado el mundo bueno - o con
la obediencia a Satanás - que trajo como consecuencia su caída. Entre dos
opciones claras, Adán y Eva tomaron la equivocada. Trajeron el mal al mundo.
La intención original de Dios era la de crear su mundo ideal, un mundo próspero
y donde reinara la bondad que duraría para toda la eternidad. Pero los seres
humanos cayeron en tentación y la historia humana comenzó en la dirección
equivocada.

Es por eso que la historia del mundo es la historia del mal. Dios sembró una
semilla buena y sus intenciones eran las de recoger una buena cosecha. Pero
Satanás le robó su cosecha antes de que estuviera madura y cosechó el mal. La
historia humana es una cosecha de malezas.

Examinemos entonces cuando llegará el fin del mundo. Esto es muy importante
para nosotros. El evangelio dice que en los últimos días Dios separará las ovejas
de las cabras. ¿En qué se diferencian estos dos animales? Las ovejas reconocen a
su amo, el pastor, mientras que las cabras no siguen a un pastor. Hoy en día
vosotros sabéis que el mundo está dividido en dos campos opuestos. Uno es el
mundo democrático, el otro es el mundo comunista. Nuestro mundo libre dice
"Dios existe". Aceptamos nuestro pastor. El mundo comunista dice "Dios no
existe". Niegan a su pastor. De ese modo las ovejas pueden estar simbolizadas
por el mundo libre, y las cabras por los comunistas. En el momento en que se
formen estos dos mundos conflictivos en combate, sabremos que hemos llegado
al fin del mundo.

Otra señal de los últimos días es la flagrante inmoralidad. Satanás se convirtió en


tal por un amor impúdico. El amor es un arma formidable de Satanás. Uno debe
tener un amor mayor y más justo que Satanás para poder conquistarlo. Satanás
está siempre intentando engañar a la gente con el amor barato. Pero el amor
celestial es hermoso y constructivo en su darse al sacrificio. El amor que Satanás
ofrece es un amor en el que no se puede confiar y que durará poco tiempo. El
amor divino es eterno.

Finalmente, estos dos amores chocarán y se enfrentarán en los últimos días.


América está enfrentada a la realidad de los últimos días. Ya. En este momento.
Y podemos ver que hay dos extremos de amor en este país. El amor carnal, el
amor sucio, el amor libre; y el amor divino de raíces profundas que está siendo
proclamado ahora por los hombres justos. El amor profano y el amor divino se
están enfrentando ahora en América. Si el amor difundido por Satanás sigue
creciendo habrá más destrucción, las familias se destruirán, la gente se
corromperá, la vida será lamentable y la mayoría de las personas se suicidarán.
Pero, en la medida en que el amor divino crezca, nuestras vidas serán más ricas.
Hay una línea de juicio que separa estos dos mundos de amor y debemos optar:
¿de qué lado de la línea estamos? No podemos estar de los dos lados.

Los últimos días serán aquéllos en que deberán dividirse, separarse, el mal del
bien, ya que hoy en día están tan mezclados. Ni aún el más fiel creyente en Jesús
o la iglesia más justa sobre la tierra puede proclamar con orgullo que están
totalmente libres de la influencia satánica y del pecado y que siguen al pie de la
letra las enseñanzas de Jesús. Nadie puede decir que está viviendo en un amor
total, en un mundo ideal, donde no hay sufrimiento ni llanto. No hay en el mundo
ninguna iglesia ni ningún cristiano que pueda afirmar esto.

Esto significa que Satanás está también en las iglesias, Y que dentro de las
iglesias hay pecado como en cualquier otra parte. Si esto es cierto, si lo que los
fieles que asisten a las iglesias aman y odian es lo mismo que lo que ama y odia
el resto del mundo, entonces, hay muy poca diferencia entre el mundo y las
iglesias. ¿Cuáles son los pecados que más disfruta Satanás, los que se cometen en
el mundo o los que se cometen en las iglesias? Satanás prefiere los pecados que
se cometen en las iglesias, porque de ese modo le puede protestar a Dios: "¡Mira
a esas personas en la iglesia, no se aman, se odian!" "Tampoco son fieles, ésta
debe ser mi iglesia". Si las iglesias siguen en estas condiciones, cuando llegue el
momento de los últimos días habrán caído en la perdición junto con el mal y el
mundo profano. Esta es la forma en que Dios actúa: juzgará primero a las iglesias
y luego al resto de la sociedad.

Lo que me sorprendió realmente cuando recién llegué a América fue la forma en


que los americanos usaban los nombres de Dios y de Jesucristo no para alabarlos
sino por el contrario. Me preguntaba que querrían decir los americanos cuando
decían "¡Jesus Christ!" ("¡Qué barbaridad!") y me di cuenta que estaban
describiendo algo malo. ¿Cómo surgió esta costumbre? ¿Qué tienen que ver las
dos palabras más hermosas del mundo con aquello de malo que les pueda pasar a
las personas? ¿Han observado alguna vez que algunos cristianos son peores que
las personas del mundo profano? Aquellos que dicen que creen en Dios muchas
veces son peores personas que los que no creen, más egoístas, menos amorosos y
generosos, etc.

La nación americana fue fundada sobre principios Judeo - Cristianos, sin


embargo los americanos se han vuelto muy individualistas. ¿Fue Jesús una
persona individualista? ¿Cómo es que los americanos llegaron a ser tan egoístas e
individualistas cuando Jesús no era nada de eso? Podemos llegar a la simple
conclusión de que si las personas realmente creyeran en Dios, nada de esto
hubiera pasado. En lugar de creer en Dios por el bien de Dios, algunas personas
creen en Dios para su propio beneficio. En otras palabras, utilizan a Jesús y a
Dios para su beneficio propio. ¿Qué piensan ustedes de esto?

¿Qué significa entonces el fin del mundo? ¿Qué es lo que se va a terminar? Se va


a terminar el mal. Dios le pondrá punto final al mal. Del nuevo comienzo de Dios
surgirá también una nueva esperanza, una nueva oportunidad para la raza
humana. Y quizás la bondad que Dios pretendía originalmente pueda ser una
realidad. ¿Qué hará Jesús cuando venga? ¿Vendrá a limpiar este mundo? La
palabra "juicio" a menudo es mal interpretada, dándole el significado de que Dios
arrasará con furia con todo lo que hay sobre este mundo. Ese no es el fin de la
venida del Mesías. El único propósito es el de cumplir con el ideal que quedó
incompleto en el jardín del Edén, o sea, el de trabajar para los individuos, para la
familia, y para la perfección de la sociedad, de las naciones y del mundo. El
juicio es el trabajo constructivo de Dios para ver que se cumpla el Reino de Dios
sobre la tierra.

En el jardín del Edén, Adán y Eva cayeron en pecado en lugar de desarrollar la


bondad que había en ellos. Ellos fueron tentados por Satanás y se convirtieron en
los hijos del pecado. Por lo tanto la Biblia dice: "Vosotros sois de vuestro padre
el diablo ... " (Juan 8:44). Si la caída no hubiera ocurrido, entonces el que
verdaderamente reinaría en este mundo sería Dios. Pero hoy, no es de Dios el
reino de este universo, porque Satanás está sentado en su trono. Dios tiene que
hacer desaparecer todos los resultados de la caída humana antes de que realmente
pueda reinar sobre este mundo.

Ahora, el fin del mundo es el momento en la historia cuando Dios va a ponerle


fin a esta historia del mal y va a dar comienzo a su nueva era. Es el cruce de la
vieja historia del mal y la nueva historia del bien.
A la luz de esta definición, ¿por qué es que la Biblia predice fenómenos
celestiales extraordinarios para indicar que ha llegado el fin del mundo?
¿Realmente sucederán las cosas que se han predicho? La Biblia dice: "E
inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá y
la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias del
cielo serán conmovidas". (Mateo 24:29)

¿Qué significa esto? ¿Qué debemos esperar? En primer lugar, por favor quedaos
tranquilos porque estas cosas no sucederán así, literalmente. Dios no destruirá
nada que esté sobre el universo. Dios a menudo expresa Su verdad a través de
símbolos y parábolas y estas cosas que se dicen en la Biblia sucederán
simbólicamente. Segundo, no hay ninguna razón por la que Dios debe destruir el
universo. No es el universo el que ha cometido pecado, sino las mujeres y los
hombres que en él habitan. Nos hemos desviado del plan original que Dios tenía
cuando nos creó. ¿Por qué debería Dios destruir a los animales, o a las plantas, o
a nada en la creación que hubiera cumplido con Su propósito, de la forma que El
lo hubiera querido? Dios no destruirá esas criaturas inocentes.

Quiero que comprendan que cuando decimos "el fin del mundo" no nos referimos
a la destrucción del mundo físico, sino que lo que queremos significar es que se
terminará con el viejo estilo de vida y comenzará una nueva era de la humanidad.
La Biblia dice: "Generación va y generación viene; mas la tierra siempre
permanece" (Ec., 1:4). En el Apocalipsis, leemos: "Y vi un cielo nuevo, y una
tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no
existía más" (Apocalipsis 21:1). Esa nueva tierra y ese nuevo cielo se refieren a
la venida de una nueva historia de Jesús, una época de un dominio nuevo.
Después que uno compra una casa nueva se muda con todas sus pertenencias y su
familia a ella ¿no es así? Entonces dirán que tienen hogar nuevo y que son
dueños de una nueva casa. Del mismo modo, cuando este universo esté ocupado
por hombres de Dios, se convertirá en un nuevo paraíso, en una nueva tierra.

Todos sabemos que cuando termina el invierno empieza la primavera. Pero no


podemos decir exactamente en que momento se produce la transición de una
estación a la otra. ¿Quién puede establecer exactamente el punto de transición, el
instante exacto en que ésta se produce? No puede saberse, porque el pasaje de
una estación a la otra se produce silenciosamente, imperceptiblemente. El final
del invierno es similar al comienzo de la primavera, no existe un momento
discernible de transición.

¿En qué momento termina el día que estamos viviendo y empieza el día de
mañana? Si bien el cambio se produce en la oscuridad, no hay duda que pasamos
de un día al otro. El cambio es imperceptible al principio pero también es
inevitable e irrevocable. A pesar que hay cuatro mil millones de personas sobre la
tierra, no creo que ni siquiera una sola de ellas pueda señalar el momento exacto
en que termina un día y comienza el otro. De modo que podemos comprender
que desde el punto de vista humano no siempre se puede saber el momento
exacto en que suceden las cosas. Pero Dios sabe cuándo la noche se convierte en
día y cuándo termina el invierno y comienza la primavera. Y Dios puede señalar
la transición hacia una nueva historia.

Nuestro paso hacia una historia nueva es como un glorioso amanecer que emerge
de la noche más oscura. El punto en que se entrecruzan el mal y el bien no es
obvio. No se darán cuenta cuando esto ocurra, pero ocurrirá, ocurrirá como que el
sol saldrá mañana.

¿Cómo podemos saber entonces que se está aproximando el final? Dios no nos
ocultará el momento. No traerá repentinamente el juicio sobre la tierra: nos
avisará. Dios anunciará la venida del gran y terrible día por medio de sus
profetas. Amos 3:7 dijo: "Porque no hará nada Jehová el Señor sin que revele su
secreto a sus siervos los profetas". Dios elige Sus instrumentos y a través de ellos
es que anuncia Sus planes. Esto ha sido lo que ha sucedido en toda la historia de
la Biblia.

La persona que Dios elija como su profeta debe vivir entre las personas que
habitan en este mundo del mal. Pero él o ella debe ser una persona de fe que
pueda demostrar virtudes para que Dios la elija como su instrumento. Para ello,
esta persona debe renunciar al éxito y a la fama en este mundo y apartarse
completamente de este mundo del mal. Debe purificarse cortando todo vínculo
con el mal. No será una persona popular en el mundo del mal. Dios es absoluta
bondad y por lo tanto el opuesto exacto es el mal. Esa es la razón por la que el
mal siempre persigue a las personas de Dios.

Noé fue un hombre elegido por Dios y el mundo del mal se burló de él. Dios le
dijo a Noé que construyera una barca. Le dijo que fuera a lo alto de una montaña
en lugar de ir a la vera del río o a la orilla del mar. El mandato de Dios era tan
ridículo a los ojos del mundo del mal que muchos se reían de Noé. Lo
ridiculizaban no porque pensaran que era un hombre en especial gracioso sino
porque seguía al pie de la letra las instrucciones de Dios. Los ojos del mundo no
podían entender la forma en que Dios obraba. De esta forma, mediante estas
instrucciones tan ridículas, Dios pudo comprobar la fe del hombre que había
elegido como Su paladín. Esto es lo que sucedió en el tiempo de Noé.

Y lo que le sucedió a Abraham fue similar. Dios llamó a Abraham, hijo de un


hacedor de ídolos, y le ordenó: "¡Abandona tu hogar ahora mismo!" Dios no
permite que haya ningún otro compromiso. Dios toma su lugar en aquel sitio
donde el mal se niega totalmente. El bien no puede comenzar de ninguna otra
manera.

Dios ha dicho que comenzará una nueva historia en la que no habrá ningún signo
del mal. Dios exige una respuesta total de los seres humanos. Aquellos que
quieran seguir el camino de Dios deben empezar por abandonar y negar
totalmente el mundo del mal. Por eso es que las enseñanzas de Jesucristo fueron:
"El que halla su vida, la perderá, y el que pierde su vida por causa de mí, la
hallará" (Mateo 10:39). También dijo: "... y los enemigos del hombre serán los de
su casa" (Mateo 10: 36).

Quizás ustedes se pregunten, ¿qué tipo de mensaje es ese? Este es el camino de


Dios, el que El elige para elegir a Su propia gente y ponerlos en una posición en
la que serán rechazados por el mal. De otro modo Su paladín no podrá hacer nada
por Dios. Por lo tanto, desde el punto de vista de Dios, los cristianos modernos
han estado llevando una vida demasiado fácil. Esto es muy extraño porque las
enseñanzas cristianas jamás indicaron una vida fácil. Me gustaría saber cuántos
cristianos están realmente convencidos de seguir el camino de Dios. El mandato
de Dios es absoluto. No admite medias tintas.

Dejadme que os cuente sobre mi pasado. Me educaron en el cristianismo. Soy


nativo de Corea. El Cristianismo es el centro de todas las religiones. La razón es
que en el Cristianismo se enseña el amor y la relación con Dios y el camino y la
forma en que debemos sacrificarnos por los otros. Ese es el motivo por el que
elegí el Cristianismo. Pensé que era evidente concluir que sólo en el Cristianismo
podemos lograr la salvación de todo el mundo, porque es el Cristianismo el que
nos enseña a tener una relación con Dios basados en el amor y la vida divina de
Jesús.

En la primavera de mi juventud pasé cada uno de los días experimentando las


situaciones más desesperadas de sufrimiento en la vida humana: campos de
trabajos forzados, minas de cobre, mendigando, trabajando en el puerto,
trabajando en una granja, pescando. Observé todos los aspectos de la vida
humana, inclusive el mundo de las prostitutas. Comprendí por qué las mujeres se
daban a la prostitución y también por qué los hombres buscaban a las prostitutas.
Estudié todas las miserias de la vida humana.

Cuando fui estudiante en Tokio, andaba en tren buscando los lugares donde vivía
la gente que más sufría. Aun en los días lluviosos, me bajaba del tren y me iba a
sentar en los bancos junto a las personas con aspecto de sufrimiento y me hacía
amigo de ellas. Siempre pensaba "¿Y si este hombre fuese mi hermano mayor o
mi padre y estuviera sufriendo por mi causa, qué podría hacer por él?"

Me gustaba observar a los estudiantes en mi universidad. Siempre se estaban


riendo, siempre estaban conversando y comportándose alborotadamente. Me
comparaba con ellos y pensaba: "Vuestra risa no tiene ningún sentido, no tiene
ningún peso. Pero a través de mi silencio y mis oraciones, en la medida que
busque soluciones a los problemas de la vida, las personas podrán tener
esperanza en el futuro". Sabía que la alegría estúpida de mis compañeros de
facultad pasaría como una nube de humo, pero que el pesar y la tristeza que yo
estaba compartiendo con los oprimidos de la sociedad traerían un nuevo futuro
para el mundo.

Así es como pasé mi juventud. Yendo a lugares donde reinaba la pobreza y la


miseria, visitando los hogares de mineros y de trabajadores . También me
relacioné con gente de clase media y con gente de clase alta, ahorrando dinero y
pasando una semana en el mejor hotel. En la ciudad donde yo vivía, aun cuando
nunca cometí un crimen, las personas empezaron a pensar mal sobre mí y no
podía moverme con libertad ni vivir mi vida en libertad. Yo estaba pensando en
la nación y en el mundo. Nadie me comprendía por ello. Se reían de mi y me
señalaban con el dedo. Una vez que me había decidido y había encontrado la
misión de mi vida, lo único que encontré fue oposición, a todos los niveles. Mi
ciudad me hacía la oposición, la sociedad se me oponía y la nación también se
me oponía. La oposición más severa me la hizo el Cristianismo establecido. Los
ministros y los jerarcas de la iglesia me apuntaban con el dedo y me acusaban de
herejía, diciéndoles a sus parroquianos: "¡Nunca se acerquen al Reverendo Moon
- es el demonio!" Mi familia fue maltratada solo por estar emparentados
conmigo. Si iba a una pensión o a un restaurante, no era bienvenido. No hice
nada malo, ni cometí ningún crimen. Todo lo que estaba haciendo era perseguir
el objetivo más puro posible, y ellos no podían entenderlo. En esas
circunstancias, no fue fácil encontrar un verdadero amigo, ni poder crear una
pequeña organización. Pero Jesús y el mundo espiritual siempre estuvieron de mi
lado. Cuando recién comenzaba la Iglesia de la Unificación nadie declaraba a
favor de la Iglesia. Sus fieles vinieron guiados por el Espíritu y por contactos.

Durante la guerra de Corea, me llevó cuatro meses viajando a pie llegar desde
Corea del Norte hasta Pusan. En Corea los hombres usan un tipo de pijama
blanco. En cuatro meses, no podéis imaginaros la mugre que tenía. Tuve que
darlo vuelta. No había lugar donde dormir; sólo al aire libre. Era diciembre, así
que cuando llegué a Pusan hacía mucho frío. Para pasar un poco mejor el frío de
la noche fui a pedir trabajo al puerto militar; era mejor trabajar que dormir.
Durante el día iba a las montañas; había entre los árboles un sitio donde podía
dormir y tenía tiempo para mí mismo. Lo disfrutaba. Cuando iba a trabajar,
contaba historias interesantes y los trabajadores se agrupaban a mi alrededor y
me traían comida. Pero no podía vivir así durante toda mi vida, de modo que tuve
una pequeña choza, apenas un poco mejor que una casilla de perro; un lugar
donde dormir cuyas paredes y techos eran hechos de roca y de barro. No había un
lugar llano donde construirla, de modo que la construí sobre una pendiente. El
lugar donde la construí era inclinado y por el medio del terreno pasaba un
manantial. En el techo puse unas cajas. El cuarto tenía dos metros. Todavía usaba
el pijama sucio de cuatro meses; no había una lavandería para mandarlo limpiar.
En esa situación de pobreza y humildad me encontraron personas buenas de
espíritu. No les importaron mis ropas, igual vinieron.

Entonces, ¿cómo podemos saber exactamente cual es el camino de Dios?


Examinemos la historia de la providencia de Dios. Hoy estamos anticipando el
fin del mundo. Dios ya ha hecho otros intentos de terminar con el mundo del mal.
Por ejemplo, en la época de Noé. Ese fue un punto crucial en la historia, cuando
Dios quiso terminar con el mal e iniciar el mundo del bien. Noé fue la persona
central, elegida por Dios para hacerlo. Para comprender mejor la misión de Noé y
el significado del fin del mundo, debemos saber cómo comenzó la historia del
mal.

En el jardín del Edén. Dios lo creó, y también creó a Adán y a Eva, y les dio un
mandato. El mandato fue la palabra de Dios. Luego apareció Satanás y los
engañó con una mentira. Y esa mentira era el mundo del mal. Adán y Eva
debieron elegir entre dos mundos: de un lado estaba la verdad; del otro, la
mentira. Ellos eligieron la mentira.

Así como este fue el proceso para la caída, Dios traerá la verdad para la
humanidad con el fin del mundo. La palabra de Dios se escuchará a través de Su
profeta. Cuando la gente acepte la palabra de Dios, pasaran de la muerte a la
vida, porque la verdad conduce a la vida. El ser humano murió con una mentira y
renacerá con la verdad.

Por eso, el juicio viene por la palabra. La palabra del juicio de Dios será revelada
por Sus profetas, los que El haya elegido. Este es el proceso del fin del mundo.
Aquellos que obedezcan y que escuchen la nueva palabra vivirán. Aquellos que
se nieguen a escuchar la palabra de Dios, continuarán viviendo en la muerte.

Dios eligió a Noé para que transmitiera su palabra. Noé dijo: "Viene la
inundación. El arca es la salvación". Si hubieran escuchado a Noé, todos se
hubieran salvado. Sin embargo, lo trataron como a un loco, y así, murieron
porque se opusieron a la palabra de Dios. De acuerdo a la Biblia, sólo las ocho
personas que formaban la familia cercana de Noé fueron con Noé en el arca. Sólo
estas ocho personas creyeron, y sólo estas ocho personas se salvaron.

Y dijo Dios a Noé: "He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de
violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra". (Génesis
6:13). ¿Sucedió esto o no? Sabemos que las personas del mal murieron, pero, ¿se
demolió el mundo físico en el proceso? No. No se cumplió exactamente con estas
palabras; Dios no destruyó la tierra. Dios erradicó a las personas y abolió la
soberanía del mal dejando sólo a las personas bondadosas de la familia de Noé.
Esta fue la manera que tuvo Dios para restaurar el mundo original de bondad: a
través de Noé.

Si Dios hubiera consumado en ese momento Su restauración, entonces nunca más


hubiéramos escuchado hablar del fin del mundo. Una vez que se hubiera
realizado el mundo perfecto de bondad, no sería necesario otro fin del mundo.
Nada podría interferir con el reinado eterno del Reino perfecto de Dios.

Pero el hecho de que estamos hoy anticipando el fin del mundo es prueba de que
la providencia no tuvo éxito en el tiempo de Noé. Debería explicar lo que le
sucedió a Noé después del diluvio; pero no puedo dedicarle mucho tiempo a ese
tema esta noche. Para abreviar, una vez más: el pecado entró en la casa de Noé a
través de su hijo Cam. Por lo tanto, el juicio de Dios a través de la inundación no
surtió efecto, fue nulo. Así, la historia del mal continuó, llevándonos al tiempo de
Jesucristo.

Con la venida de Cristo, Dios hizo un nuevo intento de terminar con el mundo.
Jesús vino a comenzar con el Reino de los Cielos en la tierra. Por eso, las
primeras palabras de Jesús fueron: "Arrepentíos, pues el reino de los cielos está a
vuestro alcance". El tiempo del ministerio de Jesús fue la época para el fin del
mundo. Ese gran y terrible día había sido anunciado en las profecías de
Malaquías 400 años antes del nacimiento de Jesús.

"Porque he aquí viene el día ardiente como un horno; y todos los soberbios, y
todos los que hacen maldad, serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha
dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz, ni rama (Mal. 4:1).

El juicio de Jesús ¿se llevó a cabo por medio de un incendio, en el sentido literal
de este termino? ¿Es que el día que vino Jesús todo quedó literalmente
convertido en cenizas? No. Sabemos que no fue así. Ya que esas profecías no se
cumplieron literalmente en aquella época, algunos dicen que ocurrirán cuando se
produzca el Segundo Advenimiento de Jesús. Pero esto no puede ser.
Juan el Bautista llegó al mundo como el ultimo profeta. Jesús dijo: "Porque todos
los profetas y la ley profetizaron hasta Juan" (Mateo 11:13). La venida de Juan el
Bautista debería haber aportado una profecía cercana en el tiempo y la Ley de
Moisés. Eso es lo que Jesús dijo que iba a pasar. El propósito de todas las
profecías que precedieron a Jesús era el de preparar al mundo para su llegada, y
el de indicar qué era lo que debería hacerse cuando el viniera. Estas profecías no
son para el momento del segundo advenimiento del Señor. Dios envió a su hijo
Jesús al mundo para la salvación total del espíritu y de la carne. La segunda
venida se hizo necesaria sólo porque la primera vez el resultado no se produjo.

¿Por qué entonces la época de la venida de Jesús fue el tiempo del fin del
mundo? Ya conocemos la respuesta. Porque Jesús vino a terminar con el mundo
del mal y a traer la soberanía de Dios a la tierra. Este fue el fin del Viejo
Testamento y el comienzo de la era del Nuevo Testamento. Jesús trajo la verdad.

¿Cómo recibió la gente su evangelio? No lo recibieron, ni honraron sus


enseñanzas. Eran prisioneros del Viejo Testamento y no podían ver la presencia
del espíritu de Dios en la nueva revelación. Resulta irónico que Jesús haya sido
víctima de las propias profecías que lo identificarían como al hijo de Dios. Según
lo que nos dice la Ley de Moisés, fue rechazado y considerado un ofensor.
Fueron ciegos a sus enseñanzas y a su amor, y lo rechazaron.

En la época de Jesús, mucha gente educada, líderes religiosos y personas


prominentes de la sociedad enteradas de la Ley y de los Profetas, estaban
esperando la venida del Mesías. ¡Qué felices que se hubieran quedado si su
Mesías les hubiera recitado exactamente el Viejo Testamento, sílaba por sílaba,
palabra por palabra! Pero Jesús no vino a repetir la Ley de Moisés. Vino a traer
un nuevo mandato de Dios. Y la gente no entendió nada. Y Jesús fue acusado.
Sus oponentes le decían: "por buena obra no te apedreamos, sino por la
blasfemia; y porque tu, siendo hombre, te haces Dios." (Juan 10:33)

Y la Biblia dice: "Y le injuriaron y dijeron: Tu eres su discípulo; pero nosotros,


discípulos de Moisés somos. Nosotros sabemos que Dios ha hablado a Moisés;
pero respecto a ése, no sabemos de donde sea". (Juan 9:28-29) Esta era la forma
en que la gente veía a Jesús. Muchos que obedecían con diligencia la Ley de
Moisés, le desobedecieron a Jesús. Los más devotos líderes religiosos fueron los
primeros en ser juzgados por las palabras de Jesús y su resurrección.

Creo que es el momento de aclarar el significado de "juicio por medio del


incendio". En el Nuevo Testamento leemos: "... los cielos, encendiéndose, serán
deshechos y los elementos siendo quemados, se fundirán". (2 Pedro 3:12).
¿Cómo es posible que se cumpla esta fantástica profecía? ¿Sucederá de ese
modo? No. Lo dicho tiene un significado simbólico. Dios no destruiría Su tierra,
Sus estrellas y toda la creación sin realizar Su ideal sobre la tierra. Si lo hiciera,
entonces se convertiría en el Dios de la derrota. ¿Y quién lo habría conquistado?
Satanás. Esto no puede sucederle nunca a Dios.

Aun desde nuestro nivel humano, cuando nos proponemos lograr algo, luchamos
hasta conseguirlo. ¡Cuánto más Dios, que es Todopoderoso! Cuando Dios en la
Biblia habla del juicio por el incendio no quiere decir que el juicio se hará en
medio de llamas. Utiliza esta imagen simbólicamente.

Consideremos otro pasaje de la Biblia que habla de un incendio. Jesús proclamó:


"Fuego vine a echar en la tierra: ¿y qué quiero, si ya está encendido?" (Lucas
12:49) ¿Jesús hizo que se encendiera el fuego por todas partes? No, por supuesto
que no.

El incendio es simbólico en la Biblia. Reemplaza la palabra de Dios. Por ello es


que Santiago (3:6) dice: "... la lengua es un fuego". La lengua habla la palabra, y
la palabra viene de Dios. El propio Jesús dijo: "El que me rechaza, y no recibe
mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en
día postrero". (Juan 12:48).

En la sociedad contemporánea es la palabra de los tribunales la que hace justicia.


La palabra es la ley. En este universo, Dios está en el lugar de los jueces. Jesús
vino como el abogado con autoridad para oponerse a Satanás, el fiscal publico de
los seres humanos. Satanás nos acusa con sus palabras, pero estos son cargos
falsos. Jesús apoya la causa de los creyentes y su estándar es la palabra de la
verdad. Dios pronuncia la sentencia: Su amor es el patrón, y el amor es Su
palabra. No hay diferencia entre los tribunales de la tierra y el tribunal del cielo
en cuanto a que en ambos los juicios se hacen por la palabra, y no a través de
incendios.

De modo que no habrá un incendio propiamente dicho cuando se juzgue al


mundo. La Biblia dice: "... el Señor matará (al malo) con el espíritu de Su
boca ..." (2 Tes. 2:8). La palabra de Dios es el espíritu de su boca. Jesús vino a
matar a los malvados con la palabra de Dios, y "... herirá la tierra con la vara de
su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío." (Is. 11:4) ¿Qué significa
entonces, "con la vara de su boca"? Tomamos este símbolo para significar su
lengua a través de la cual habla la palabra de Dios.

Resolvamos este punto completamente. Veamos lo que Jesús le instruía a su


gente: "De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra y cree al que me ha
enviado, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte
a vida." (Juan 5:24). Pasamos de la muerte a la vida a través de las palabras de la
verdad. Dios no os enviará al Mesías para quemaros. No enviará al Mesías para
incendiar vuestros hogares ni para destruir vuestra sociedad. Pero si rechazamos
la Palabra de Dios que habla el Señor, no tenemos otra opción que la de ser
condenados en el juicio. Ahora os diré por qué.

Al principio, Dios creó a los seres humanos y al universo por medio de Su


Palabra - el logos. El hombre y la mujer rechazaron la palabra de Dios y cayeron.
Desde entonces ha reinado la muerte espiritual. A través de su trabajo de
salvación Dios ha estado volviéndonos a crear una y otra vez. Caímos por
desobediencia a la Palabra de Dios y seremos nuevamente creados por obediencia
a la misma palabra de Dios. La palabra de Dios la escuchamos a través del Señor.
La aceptación de la Palabra hace que de la muerte surja la vida. Esa muerte es el
infierno en el que vivimos. Por lo tanto, la Palabra de Dios es el juez y traerá
sobre vosotros consecuencias mucho más profundas que las más hirvientes
llamas.

 
JESÚS Y LA SEGUNDA VENIDA
Hablaré de algunas nuevas revelaciones de Dios que son vitales para la
comprensión de todos los cristianos. A menudo haré referencia a los elegidos de
Israel. Estoy seguro que entre los que hoy están aquí hay muchos Judíos y
Cristianos. Amo profundamente a todos los hermanos y hermanas Cristianos y
tengo una alta estima por los Judíos. Les ruego que comprendan, antes de que
comience mi exposición, que no reflejaré en ningún momento mis convicciones
personales. Solo estoy aportando la verdad.

Hay veces que decir la verdad se convierte en una tarea difícil. Sin embargo, es
mi misión y debo cumplirla. El contenido de mi mensaje de esta noche quizás se
oponga a lo que vosotros creíais anteriormente. Quizás algunas cosas os resulten
nuevas. Algunas veces parece que en la providencia, Dios busca que os enojéis.
Jesús fue un mensajero de Dios que criticó a las personas por ser blasfemos y ser
como serpientes y por cierto que muchas personas se enojaron. Si Jesús les
hubiera dicho a las personas de su tiempo que eran criaturas de Dios, ¿le habrían
matado? Otros santos, como Confucio y Mahoma, también le dijeron al mundo
cosas que no quería escuchar. Por eso os pido que penséis seriamente sobre lo
que escucháis.

¿Qué hubiera sucedido si en Israel hubieran aceptado a Jesús y le hubieran


abierto su corazón? Imaginaos la nación de Israel unida con Jesús. ¿Qué hubiera
significado? En primer lugar, Jesús no hubiera sido asesinado. La gente lo
hubiera glorificado como el Dios viviente. Luego, hubieran ido a Roma con el
Cristo viviente y Roma lo hubiera recibido como el Hijo de Dios durante su
propia vida. Pero en la triste realidad de la historia, tuvieron que pasar
cuatrocientos años para que los discípulos de Jesús conquistaran Roma. Jesús
nunca conquistó a los elegidos de Israel ni tampoco el apoyo que necesitaba de
ellos. Vino a levantar el Reino de Dios en la tierra, pero en vez de ello tuvo que
decir a sus discípulos que guardaran su identidad en secreto porque la gente no lo
aceptaba como el legitimo Mesías, y por lo tanto no tenía el poder de ser el Rey
de Reyes.

Hoy tenemos mucho que aprender; y no debemos confiar ciegamente. Debemos


conocer la verdad oculta detrás de la Biblia. Jesús fue crucificado no por su
propia voluntad, sino por la voluntad de otros. Jesucristo fue asesinado porque la
humanidad no creía que el fuera el Mesías.

Estoy haciendo una declaración muy importante, y que requiere valentía. Jesús
no vino a morir. Jesucristo fue asesinado. Líderes de las religiones más
preparadas lo entregaron para su crucifixión. Pilatos, el gobernador romano, lo
quería liberar, pero fue obligado a liberar a Barrabás en su lugar. ¡Qué lástima!
¡Qué tragedia!

Quizás esto les resulte sorprendente y les llame la atención, pero si eso es todo lo
que les provoca, sorpresa, entonces no logré transmitirles lo que deseaba. La
gente que vivió en la era de Jesús cometió una gran equivocación. ¿Pero ustedes
creen que ellos eran mucho más ignorantes y que estaban menos alertas de lo que
hoy podemos estar nosotros? No, en absoluto. Ellos habían aprendido el Viejo
Testamento palabra por palabra y se habían aprendido de memoria la Ley de
Moisés. Y de acuerdo a lo que ellos sabían, Jesús no reunía las condiciones que
debería tener el Mesías.

La nación de Israel en ese punto estaba en una posición muy difícil. Si querían
cumplir con la ley y los profetas tenían que abandonar la ley de Moisés como
ellos la entendían. Dos mil años de tradición se habían basado en el Antiguo
Testamento. Era muy difícil que la gente se despertara una mañana, revisara
totalmente su interpretación de la Ley y aceptara totalmente a Jesucristo como el
Hijo de Dios. Los líderes que tenían sus ojos pegados a la letra de la ley
simplemente no entendían el espíritu de la ley.

Examinemos la profecía de Malaquías en el Antiguo Testamento, "... yo os envío


el profeta a Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. El hará
volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los
padres ..." (Mal. 4:5-6) El pueblo de Israel conocía claramente la promesa de
Dios. Lo sabían de memoria. Y esperaban la llegada de Elías antes de que
apareciera el Mesías. Cuando llegó el Mesías naturalmente preguntaban,
"¿Dónde está Elías?"

Elías había sido un profeta que había hecho obras milagrosas alrededor de 900
años antes de Cristo. Y estaba escrito que subiría al cielo en un carro de fuego.
Como ascendió al cielo se esperaba que volviera. ¿Ocurrió ese milagro antes de
la llegada de Cristo? ¿Tuvo el pueblo alguna noticia de la llegada de Elías? No.
Pero lo que sí oyeron un día fue la voz de Jesucristo declarando que El era el
único Hijo de Dios. Y Jesús no hablaba tímidamente sino con autoridad y poder.
Un hombre así no podía ser ignorado.

Esto representó un gran dilema para la gente. Inmediatamente preguntaron "Si


este Jesús es el Mesías, entonces ¿dónde está Elías?". Esperaban al Mesías en esa
época, así que también esperaban a Elías. Creían que vendría directamente del
Cielo, y que el Mesías vendría poco tiempo después en forma similar.
Así que cuando Jesús se proclamaba Hijo de Dios la gente que lo escuchaba
quedaba confundida. Si no había venido Elías, entonces no podía haber Mesías.
Y nadie les había dicho que había venido Elías. Los discípulos de Jesús también
estaban confundidos. Cuando salían a predicar el Evangelio, la gente negaba que
Jesús fuera el Hijo de Dios, porque los discípulos no podían probar que Elías
había llegado. En cada lugar que iban enfrentaban el mismo problema.

Los discípulos de Jesús no sabían el Antiguo Testamento. Mucha gente culta les
preguntaba cuando salían a predicar, "¿No conocen el Antiguo Testamento? ¿No
conocen la Ley de Moisés?". Los discípulos se sentían avergonzados cuando eran
atacados con los versículos de la ley y los profetas. Un día fueron a Jesús y le
preguntaron a él:

"... ¿por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?
Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas
las cosas. Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron; sino hicieron en él
todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos.
Entonces los discípulos entendieron que les había hablado de Juan el Bautista".
(Mat. 17:10-13)

Según Jesús, Juan el Bautista era Elías. Esto era la verdad. Hemos determinado la
verdad según las palabras de Jesucristo. Pero los discípulos no podían convencer
a sus mayores y a los sacerdotes principales y a los escribas de este hecho. La
única autoridad que apoyaba esa noción era la palabra de Jesús de Nazaret. Por
eso el testimonio de Juan el Bautista era tan crucial. ¡Pero el propio Juan negó
que él fuera Elías cuando se lo preguntaron! Su negativa hizo que Jesús pareciera
un mentiroso. Dice la Biblia:

"Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén


sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tu, quién eres?... Y le preguntaron:
¿Qué pues? ¿Eres tu Elías? Dijo: No soy. ¿Eres el profeta? Y respondió: No".
(Juan 1:19-21) El propio Juan dijo: "Yo no soy Elías", pero Jesús había dicho:
"El es Elías".

Juan hizo casi imposible que la gente supiera que había llegado Elías. Pero Jesús
declaró la verdad de todos modos. Dijo "... si queréis recibirlo, el es aquel Elías
que había de venir". (Mat. 11:14) Jesús sabía que la mayoría de la gente no podía
aceptar la verdad. En vez de eso, cuestionaban las motivaciones de Jesús. Para
que Jesús pareciera el Mesías, Elías tenia que llegar primero, de manera que la
gente pensaba que él mentía con el fin de su propio engrandecimiento. El Hijo de
Dios era cada vez más incomprendido por la gente.
Esta situación era muy grave. En esos días, la influencia de Juan el Bautista se
sentía en cada rincón de Israel. Pero Jesucristo era una figura oscura y ambigua
en su sociedad. ¿Quién estaba en posición de tomar las palabras de Jesús como
verdaderas? La falla de Juan fue la causa principal de la crucifixión de Jesús.

Juan el Bautista ya había visto el espíritu de Dios descendiendo sobre la cabeza


de Jesucristo en el Río Jordán. En ese momento atestiguó: "Vi al espíritu que
descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. Y yo no le conocía;
pero el que me envió a bautizar con agua, aquel me dijo: "Sobre quien veas
descender el Espíritu, y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con
Espíritu Santo. Y yo le vi y he dado testimonio que éste es el Hijo de Dios."
(Juan 1: 32-34)

Sí, Juan el Bautista fue testigo y realizó la tarea que Dios le había asignado en
ese momento. Pero más tarde, le vinieron dudas y finalmente sucumbió ante los
rumores circulantes sobre Jesús. Uno de esos rumores declaraba a Jesús sin
padre, hijo ilegitimo. Juan el Bautista por cierto oyó ese rumor y se preguntaba
como una persona así podía ser Hijo de Dios. Aunque había sido testigo de Jesús,
luego Juan sospechó y se alejó de él. Si Juan el Bautista se hubiera unido
verdaderamente con Jesucristo, podía haber convencido a la gente para que
aceptara a Jesús como el Mesías, ya que el poder y la influencia de Juan eran
muy grandes en esos días.

Os estoy diciendo muchas cosas inusuales, y os podréis preguntar con qué


autoridad estoy hablando. Es la autoridad de la Biblia, la autoridad de la
revelación. Leamos la Biblia juntos y veamos palabra por palabra como actuó
Juan el Bautista: "Y al oír Juan, en la cárcel, los hechos de Cristo, le envió dos de
sus discípulos, para preguntarle: ¿Eres tu aquel que había de venir, o esperaremos
a otro?" (Mat. 11:2-3)

Esto fue mucho después de que hubiera atestiguado que Jesús era el Hijo de
Dios. ¿Cómo podía preguntar "¿eres el que viene como el Hijo de Dios?" luego
del testimonio que le había dado el Espíritu? Jesús estaba realmente triste. Estaba
enojado. Jesús se negaba a responder directamente a la pregunta de Juan el
Bautista. En vez de eso respondía, "... bienaventurado es el que no halle tropiezo
en mí".

Déjenme explicar lo que quería decir Jesús. "Juan, lamento que me ofendas. En
un momento me reconocías, pero ahora dudas de mi. Lamento que tu fe haya
resultado ser tan débil." Después de este incidente, Jesús habló a las multitudes
con respecto a Juan. Les hizo una pregunta retórica: "¿Qué salisteis a ver al
desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? O ¿qué salisteis a ver? ¿a un hombre
cubierto de vestiduras delicadas? He aquí, los que lleven vestiduras delicadas, en
las casas de los reyes están. Pero ¿qué salisteis a ver? ¿a un profeta? Sí, os digo, y
más que profeta. Porque éste es de quien está escrito: He aquí, yo envío mi
mensajero delante de tu faz, el cual preparará tu camino delante de ti " (Mat.
11:7-10)

Aquí Jesús afirmó que Juan era Elías, el llamado por Dios para volcar el pueblo
hacia el Mesías. El alabó a Juan desde su perspectiva, concluyendo con las
palabras: "De cierto os digo: Entre los que nacen de mujeres no se ha levantado
otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos,
mayor es que él". (Mat. 11: 11)

Las interpretaciones cristianas convencionales nunca han explicado


completamente el significado de este versículo. Las misiones de los profetas a
través de los años eran de prepara la llegada del Mesías o de atestiguar por é. Los
profetas siempre habían atestiguado desde un tiempo muy distante. Juan el
Bautista era el más grande de los profetas porque era el único profeta
contemporáneo del Mesías, el profeta que podía ser testigo, en persona, del
Cristo viviente. Pero Juan no reconoció al Mesías. Aun el menor de los profetas
que vivían en ese momento en el cielo sabía que Jesús era el Hijo de Dios. Por
eso es que Juan, a quien se le había dado la principal misión, y había fallado, era
menos importante que el menor.

Por lo tanto Jesús, estaba diciendo, "Juan, viniste a servir como el más grande de
los profetas - fuiste a encontrar al Mesías, al Hijo de Dios. Has visto todo pero
has pasado por alto el punto principal, el núcleo de tu misión. No me has
reconocido y no has cumplido con las expectativas de Dios. Dios espera que
aparejes al Señor un pueblo apercibido. Has fallado".

Jesús dijo: "Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos
sufre violencia, y los violentos lo arrebatan". (Mat. 11:12)

Juan el Bautista fue elegido como el instrumento de Dios, destinado a ser el


principal discípulo de Dios, no por la "fuerza" sino por la providencia. Falló en
su responsabilidad, y Simón Pedro, por la fuerza de su fe, se ganó esta posición
central. Otros hombres más fuertes y más violentos en su fe que Juan el Bautista
pelearon sin descanso al lado de Jesús por la realización del Reino de Dios en la
tierra. Los hombres devotos que siguieron a Juan el Bautista no se convirtieron
en los 12 apóstoles y setenta discípulos de Cristo, como deberían haber sido. Si
Juan el Bautista se hubiera convertido en el principal discípulo de Jesús, los dos
juntos hubieran unido a toda Israel. Pero la verdad es que Juan el Bautista no
siguió al Hijo de Dios.
Un día los seguidores de Juan le preguntaron, "Rabí, mira que el que estaba
contigo de la otra parte del Jordán, de quien tu diste testimonio, bautiza, y todos
vienen a él". (Juan 3:26) Estaban preocupados. Mira toda la gente que va hacia
él, ¿y qué pasa contigo? Juan el Bautista respondió: "Es necesario que él crezca,
pero que yo mengüe". (Juan 3:30)

Generalmente los cristianos interpretan este mensaje como una prueba de la


personalidad humilde de Juan. Esta interpretación de sus palabras es incorrecta.
Si Jesús y Juan hubieran estado unidos, su destino hubiera sido crecer o caer los
dos juntos. Entonces, Jesús no podía aumentar su reputación mientras que
disminuía el prestigio de Juan. La disminución de su propio rol era lo que Juan
temía. Juan declaró una vez que el Mesías era aquel "... cuyo calzado yo no soy
digno de llevar..." (Mat. 3:11) Sin embargo, no siguió a Cristo aun sabiendo que
Jesús era el Hijo de Dios. Juan el Bautista fue un hombre sin perdón. Debería
haber seguido a Jesús.

Dios envió a Juan como un precursor del Mesías. Su misión estaba claramente
definida "... preparar al Señor un pueblo bien dispuesto". (Lucas 1:17). Pero por
la falla de Juan, Jesucristo no tuvo una base sobre la que comenzar su ministerio.
El pueblo no había sido preparado para recibir a Jesús. Por lo tanto Jesús tuvo
que salir de su casa a trabajar por sus propios medios, tratando de crear una base
sobre la cual la gente pudiera creer en él. No puede haber duda de que Juan el
Bautista falló. Fue directamente responsable de la crucifixión de Jesucristo.

Nuevamente podéis querer preguntarme con qué autoridad digo estas cosas. Yo
hablé con Jesucristo en el mundo de los espíritus. Y también hable con Juan el
Bautista. Esta es mi autoridad. Si en este momento no podéis determinar que mis
palabras son la verdad, seguramente descubriréis que lo son con el transcurso del
tiempo. Estas son verdades ocultas presentadas a vosotros como nuevas
revelaciones. Vosotros habéis oído hablar de la Biblia. Si creéis en la Biblia
debéis creer lo que estoy diciendo.

Por lo tanto debemos llegar a esta solemne conclusión: La crucifixión de Jesús


fue un resultado de la falta de fe humana. La más insigne y destructiva falta de fe
se encontraba en Juan. Esto significa que Jesús no vino para morir en la cruz. Si
Jesús hubiera venido para morir, no hubiera ofrecido esa trágica y angustiosa
oración en el jardín de Getsemaní. Jesús dijo a sus discípulos:

"Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.
Yéndose un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre
mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no como yo quiero, sino como Tú."
(Mat. 26:38-39)
Jesús oró así no una vez sino tres veces. Si la muerte en la cruz hubiera sido el
cumplimiento de la voluntad de Dios, Jesús hubiera rezado en vez de eso, "Padre,
es un honor para mí morir en la cruz por tu voluntad".

Pero Jesús rezó pidiendo que esa copa no pasara por él. Si su oración proviniera
de su miedo a la muerte, esa debilidad lo descalificaría como Hijo de Dios.
Sabemos de muchas muertes valientes de mártires a través de la historia cristiana
y aun en otras partes, gente que no sólo se sobrepuso a su miedo a la muerte sino
que también hizo de su sacrificio final una gran victoria. De tantos mártires,
¿cómo pudo ser Jesús el único que mostrara su miedo y su debilidad,
particularmente si su crucifixión era el momento glorioso de su cumplimiento de
la voluntad de Dios? Jesús no rezó de esa forma por debilidad. Creer algo así es
un ultraje a Jesús.

La oración de Jesús en el jardín de Getsemaní no vino de su miedo a la muerte o


al sufrimiento. Jesús hubiera estado dispuesto y pronto para morir mil veces si
eso hubiera sido la voluntad de Dios. El agonizó junto a Dios en el jardín y le
hizo una petición final, porque sabía que su muerte causaría sólo la prolongación
del designio divino.

Jesús quería vivir y cumplir con su misión primaria. Es un trágico error el creer
que Jesús rezaba por un poco más de vida terrenal debido a la fragilidad de su
alma humana. Nathan Hale, en la lucha por la independencia americana, pudo
decir en el momento de su ejecución, "Lamento tener una sola vida para dar por
mi país". ¿Creéis que Jesucristo era menos que Nathan Hale? No. Nathan Hale
era un gran patriota, pero Jesucristo es el Hijo de Dios.

Pensad en esto. Si Jesús vino a morir en la cruz, ¿no necesitaría él un hombre que
lo entregara? Sabéis que Judas es el discípulo que traicionó a Jesús. Si Jesús
cumplía la voluntad de Dios con su muerte en la cruz, entonces Judas debería ser
glorificado por ser quien hizo posible la crucifixión. Judas hubiera ayudado a la
voluntad de Dios. Pero Jesús dijo de Judas: "A la verdad el Hijo del Hombre va,
según está escrito de él; mas, ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre
es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido". (Mat. 26:24) Judas
se mató.

Además si Dios hubiera querido que su Hijo fuera crucificado, no necesitaba


4000 años para preparar al pueblo elegido. Hubiera sido mejor enviar a Jesús a
una tribu salvaje, donde lo hubieran matado más rápidamente, y la voluntad de
Dios se hubiera cumplido más rápidamente.
Debo deciros nuevamente. Era la voluntad de Dios que el pueblo aceptara a
Jesús. Por eso Dios luchó en esperanza y angustia para preparar la tierra fértil
para la semilla celestial del Mesías. Por eso Dios estableció su pueblo elegido en
Israel. Por eso Dios envío profeta tras profeta para despertar al pueblo de Israel
para que se preparara para el Señor.

Dios les advirtió y los castigó, los convenció y los rezongó, los presionó y los
atormentó porque quería que su pueblo aceptara a su Hijo. Un día le preguntaron
a Jesús, "¿Qué debemos hacer para poner en practica las obras de Dios?
Respondió Jesús y les dijo, ésta es la obra de Dios, que creáis en el que El ha
enviado". (Juan 6:28-29) Israel hizo justo lo que Dios había luchado por evitar.
Rechazó al que El había enviado.

Jesús tuvo un propósito durante los tres años de su ministerio publico: la


aceptación. No podía cumplir con su misión de otra forma. Desde el primer día
predicó el Evangelio para que la gente pudiera escuchar la verdad y aceptarlo
como Hijo de Dios. La palabra de Dios debería haber hecho que lo aceptaran. Sin
embargo, cuando Jesús vio que la gente no lo recibiría sólo por la palabra de
Dios, comenzó a realizar obras poderosas. Esperó que la gente lo reconociera por
sus milagros.

"Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, que no
están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es
el Cristo, el Hijo de Dios; y para que creyendo, tengáis vida en su nombre". (Juan
20:30-31)

Jesús dio la visión a los ciegos y curó a los leprosos. Curó a los heridos y bendijo
a los sordos con la audición. Resucitó a los muertos. Hizo estas cosas sólo porque
quería ser aceptado. Sin embargo la gente decía de él, "Este no echa fuera los
demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios". (Mat. 12:24)

¡Qué situación tan descorazonadora! Jesús pronto vio que era inútil tratar de
ganarse la aceptación de la gente. En su desesperación los castigó. "¡Generación
de víboras! ..." (San Mateo 12:34) No escondió su enojo sino que explotó de ira.
"¡Ay de ti Corazón! Ay de ti Betsaida!. Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran
hecho los milagros que han sido hechos en vosotras, tiempo ha que se hubieran
arrepentido en cilicio y en ceniza". (San Mateo 11:21). Y lloró cuando se
acercaba a la ciudad de Jerusalén. " ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los
profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar tus
hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!" (San
Mateo 23: 37)
¿Quién entendió el corazón destrozado de Jesús? Dijo: "¡Oh, si también tu
conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está
encubierto de tus ojos". (San Lucas 19:42) Para ese entonces Jesús sabía que no
había ninguna esperanza de evitar la muerte. Sin embargo oró a Dios en
Getsemaní y oró a Dios en la cruz: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has
desamparado?" (San Mateo 27:46)

Así, Jesús murió en la cruz, no para cumplir su última esperanza, no por los
planes originales de Dios, sino por la voluntad de la gente pecadora. Cristo está
destinado a regresar desde entonces. Regresará para consumar su misión en la
tierra. La humanidad debe esperar su segunda llegada para lograr la salvación
completa del mundo.

Mucha gente puede preguntar, ¿qué hay de las profecías en el Antiguo


Testamento sobre la muerte de Jesús en la cruz?" Soy consciente de esas
profecías, como la de Isaías, cap. 53. Debemos saber que hay dobles profecías en
la Biblia. Un grupo profetiza el rechazo y la muerte de Jesús; los otros, como
Isaías, Cap. 9, 11 y 60, profetizan el ministerio glorioso de Jesús cuando la gente
lo acepta como el Hijo de Dios, el Rey de Reyes. Por ejemplo: "Porque un niño
nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su
nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Lo
dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre
su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora para
siempre ..."(Is. 9:6-7).

Esta es la profecía del Señor de la gloria, de Jesús como el Rey de Reyes y el


Príncipe de la Paz. Por otro lado podemos leer: "Ciertamente llevó él nuestras
enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por
herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por
nuestros pecados; el castigo de nuestra paz sobre él, y por su llaga fuimos
nosotros curados". (Is. 53:4-5) Esta es la profecía del Cristo sufriente. Es
realmente la profecía de la crucifixión.

Entonces, ¿por qué Dios profetizó en dos formas contradictorias en la Biblia? Es


porque tiene que tratar con nosotros, seres humanos caídos, en sus designios. Y la
gente es mala e indigna de confianza y tiene capacidad de traición.

De una forma Dios nos teme y Satanás también nos teme: por nuestra capacidad
de traicionar. Dios es la bondad absoluta y nunca cambia su posición; Satanás es
la maldad absoluta y tampoco cambia de posición. En este aspecto Dios y
Satanás son similares. Sin embargo, nosotros somos una mezcla del bien y del
mal. Estamos entre Dios y Satanás y tenemos la capacidad de cambiar. Por lo
tanto somos impredecibles. Un día una persona puede profesar su fe en Dios y
desear servirlo; al día siguiente, la persona puede blasfemar contra Dios, unirse
con Satanás y convertirse en su esclavo.

Ya que Dios no sabía como respondería la gente a su providencia para el Mesías,


no tenía otra elección que predecir dos resultados contradictorios, profecías
dobles, cada posibilidad dependiendo de las acciones humanas. La fe de las
personas era el factor determinante de cual de las dos profecías se cumpliría.

En el caso de Jesús, si la gente demostraba fe, uniéndose a él, entonces sería


aceptado. La realización completa de la profecía del Señor de la gloria resultaría
entonces. Por otro lado, si la gente no tenía fe en él y rechazaba al Mesías cuando
viniese, inevitablemente la segunda profecía, la del Cristo sufriente, se cumpliría.

Y la historia demuestra que no había suficiente fe en Jesús cuando vino. Por lo


tanto la profecía del Señor sufriente se hizo realidad en vez de la profecía del
Señor de la gloria. La crucifixión y la historia del Cristo sufriente se convirtieron
así en historia. En la religión del Antiguo Testamento, el sacerdote tenía la
autorización de matar a la ofrenda, ponerla sobre el altar y pedirle a Dios que la
aceptara. Debe haber alguien que corte la ofrenda en dos partes y la ponga en el
altar para que Dios la pueda aceptar. El Sacerdote de todos los Sacerdotes fue
Jesús. Se supone que él debía poner a toda la nación de Israel, la nación elegida,
en posición de sacrificio. Debía sacrificar a toda la nación; y la nación no debería
haber protestado, estando en la posición de ofrenda. Pero lo hicieron y su falta de
fe en él hizo que Jesús muriera en su lugar como ofrenda.

Dios no es una persona que quiera el derramamiento de sangre. Pero para salvar a
la humanidad caída, Dios tuvo que hacerlo. Porque si Jesús como ser humano
derramaba su sangre, Dios tenía una condición razonable para restaurar a la
humanidad. Por eso se vio forzado a enviar a Jesús a la cruz.

La Biblia no proporciona muchos datos de la vida de Jesús antes de su ministerio


publico, con excepción de la historia de su nacimiento y unos relatos de su niñez.
¿Nunca os habéis preguntado por qué? Durante treinta años, Jesús vivió en el
rechazo y la humillación. Hubo muchas circunstancias que apenaron y
angustiaron a Jesús. Era una persona incomprendida en su sociedad y aun entre
su propia familia. Nadie, absolutamente nadie, lo trataba como el Hijo de Dios.
Ni siquiera se le tenía el respeto normal otorgado a cualquier hombre. Su
sociedad lo ridiculizaba. El corazón de Dios estaba muy acongojado por la vida
de Jesús. Si yo revelara sólo algunas de las situaciones de congoja y de tristeza en
la vida de Jesús, esa oscura figura, el hombre de Nazaret, no sólo estaríais
impresionados sino que os pondríais a llorar de tristeza.
Dios no quiso que la humanidad conociera la tragedia, la realidad de la
humillación de Jesús. La muerte de Jesús no fue su voluntad ni su culpa. La
muerte de Jesús fue un asesinato. Nuestra salvación en el Cristianismo no
proviene de la cruz, sino de la resurrección.

Sin la resurrección, el Cristianismo no tiene poder. El Jesús resucitado trajo


nueva esperanza, nuevo perdón y un nuevo poder de salvación. Por lo tanto
cuando ponemos nuestra fe en el Cristo de la resurrección y nos unimos a él,
llega nuestra salvación. La gran declaración de Jesús fue que él era el Hijo
unigénito de Dios. ¿Qué es un Hijo engendrado? El es el descendiente, el único
que es objeto o recipiente del amor de Dios. Jesús proclamó que vino en la
posición de esposo de toda la humanidad, pero también se colocó en un nivel
horizontal, relacionándose con todos como vecino, maestro, hermano y amigo.
Cuando leemos la Biblia es obvio que Jesús es el tronco de la verdad y del amor
de Dios.

Jesús conocía el corazón de Dios y cuando fue crucificado dijo: "Oh Dios mío,
Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" La crucifixión causó un gran dolor al
corazón de Dios; Dios lo había enviado como Su Hijo unigénito y Dios deseaba
que fuera el centro de Su única familia, única sociedad, única nación y mundo.
Esa era la esperanza de Dios. Cuando perdió esa esperanza debido a la rebelión y
a la falta de fe de la gente, Dios deseó enviar a otro Mesías, un segundo hijo a la
tierra. ¿Una vez que Dios ha concebido Su voluntad, puede abandonarla sólo por
la situación en la tierra?

Jesús no podía abandonar la voluntad de Dios ofendiéndose por la oposición que


se le hacía. Jesús por cierto no podía abandonar su misión en ese momento
odiando a la gente. Era un verdadero hombre porque vivía perfectamente la vida
de Dios. Era un Dios andante, el fruto de la verdad de Dios. No existía separación
alguna entre Dios y Jesús, y como nadie puede destruir a Dios, nadie puede
destruir a Jesús. La crucifixión no fue su destrucción. Dios manifestó el poder de
la resurrección para que el mundo viera que Jesús nunca fue destruido.

El Cristianismo tiene padres espirituales. Jesús está en la posición de padre


espiritual y el Espíritu Santo en la posición de madre espiritual. Por lo tanto, la
tradición cristiana ha consistido en negar el mundo físico. Con Jesucristo y el
Espíritu Santo trabajando juntos podemos limpiar nuestros pecados y se nos da la
resurrección a nivel espiritual. Después de la crucifixión de Jesús, el fundamento
cristiano sólo podía ser espiritual, aunque Dios inicialmente pretendía un
fundamento físico también.
Hoy muchos cristianos ponen énfasis exclusivamente en la salvación por la
sangre de Cristo. ¡Cuán equivocado es eso ante los ojos de Dios! En la Biblia está
registrada la historia de una prostituta que fue condenada a muerte e iba a ser
apedreada. Jesús dijo a las personas que estaban allí reunidas. "El que esté libre
de pecado que tire la primera piedra". Todos dejaron sus piedras. Luego de que
todos se habían alejado avergonzados, Jesús habló a la mujer acusada diciéndole,
"Nadie te ha condenado. Yo tampoco te condeno. Ve y no peques más".

¿Qué significa esto? Por sus propias palabras Jesús ofreció el perdón. Aun antes
de que Jesús hubiera derramado una gota de sangre, había perdón de los pecados.
Nadie tenía que esperar que Jesús muriera. Existía este camino de salvación al
aceptar el mundo de Jesús incluso en ese momento. Eso está en la Biblia. El no
dijo, "te perdonaré y te salvaré, pero espera hasta que me muera en la cruz".

Jesús abría el camino de la salvación para todos a través de la Palabra de Dios. El


plan de salvación de Dios no requería el derramamiento de sangre. La salvación
significa que el Jardín del Edén estará aquí en la tierra, con hombres, mujeres y
familias. Lo que necesitamos es la consumación viviente, realizando el amor de
Jesús y no la alienación, la sangre y la muerte.

Muchos cristianos de hoy no lo comprenden. Predican la resurrección, pero la


resurrección no significa que los cuerpos van a levantarse nuevamente. Ese es un
concepto equivocado. La muerte vino cuando los seres humanos se apartaron de
Dios, por el mal uso del amor de Dios. Los cuerpos humanos permanecieron
vivos después de la caída. La resurrección significa aceptar la palabra de Dios
para convertirse en poseedor del amor de Dios. Suponed que Jesús aparece aquí.
¿Querríais tener solo la salvación espiritual que provino del derramamiento de
sangre o querríais tener la salvación viviente de cuerpo y alma? ¿Querríais el
espíritu y el cuerpo restaurados conjuntamente por el Jesús viviente?

Entonces, ¿hasta qué punto deberíamos ser como Jesús? Tenéis que alcanzar el
punto donde seáis uno en cuerpo y alma con Jesús. Por eso estableció la
condición del sacramento: los cristianos deben sentir que están comiendo el
cuerpo y bebiendo la sangre de Jesús. Deben sentir la vida y el amor de Jesús
más que ninguna otra cosa cuando comen el pan y cuando beben el vino, deben
sentir realmente que están bebiendo su sangre. Sin ese sentimiento, la salvación
no puede comenzar. Ese fue el método de Jesús para hacer que la humanidad
pasara del mundo de Satanás al de Dios, uniéndose así con el creyente a través de
la experiencia verdadera. Significa que Satanás es eliminado y que la humanidad
está adherida a Jesús, una consumación con el resultando en un cuerpo y en una
sangre, es decir una humanidad. Entonces podemos sentir esa unidad. A partir de
ese punto, la persona recibe el amor y la vida de Dios. Pero el Cristianismo tiene
además la visión de la gente obteniendo la salvación total, tanto a nivel espiritual
como a nivel físico. Con el Cristianismo tal como está ahora, no podemos ser
salvados en ambos niveles Por eso Jesús debe venir nuevamente: y sólo por la
misión del Segundo Advenimiento podemos obtener la salvación física,
cumpliendo la profecía del Señor de la gloria.

Ya que la profecía del Cristo sufriente se hizo realidad en el tiempo de Jesús, la


profecía del Señor de la gloria ha quedado incumplida. Y ésta es la profecía que
se cumplirá en el momento del Señor del Segundo Advenimiento.

Por favor, pedid en vuestras oraciones que os guíen en estos temas. Pedid a
Jesucristo o a Dios. Si Jesús hubiera vivido y cumplido su misión primaria de
traer el Reino de Dios a la sierra, el Cristianismo nunca hubiera sido lo que es
hoy. El propósito de la venida de Jesús fue la salvación del mundo. El pueblo
elegido iba a ser el instrumento de Dios. Sin embargo, la salvación no era sólo
para el pueblo elegido de Dios. Para todos los hombres sobre la tierra, Jesús es el
salvador. Es el salvador de toda la humanidad. Como Jesús dejó este mundo
prematuramente, también nos dejó la promesa de su segunda venida.

Los cristianos son los segundos israelitas, pero el Mesías aun no ha llegado. En el
mundo cristiano no hay una base nacional porque no hay ninguna nación elegida
por Dios a nivel físico. Si comparáis a los primeros israelitas con los segundos
israelitas, el mundo cristiano, ¿cuáles tienen mayor valor? La nación de los
primeros israelitas, aunque pequeña en territorio, tenía soberanía tanto a nivel
físico como espiritual y en ese sentido era más grande que la segunda nación
israelita, que en el nivel espiritual ha cubierto a casi todo el mundo pero no ha
podido establecer algo como una nación a nivel físico.

¿EI Mesías debería venir solo al mundo cristiano o a todo el mundo? Lo que debe
hacer Dios, junto con los cristianos, es cubrir todo el mundo tanto a nivel
espiritual como físico. A la luz de eso ¿pensáis que el Mesías vendrá en cuerpo o
sólo en espíritu? En el mundo ideal que vamos a construir seremos liberados del
pecado tanto a nivel espiritual como físico, bajo la guía de Dios como nuestro
Padre. El Señor debe venir nuevamente en cuerpo para cumplir su misión de
salvar al mundo físico. Si viene en las nubes del cielo, espiritualmente, no puede
cumplir su misión de restaurar todo el mundo tanto a nivel físico como espiritual.
El problema es el pecado y la corrupción de este mundo y no del Cielo.

¿Cómo vendrá el Señor en el Segundo Advenimiento? Nuestra posición como


cristianos es exactamente paralela a la posición de los ancianos, escribas y
sacerdotes en el tiempo de Jesús. En aquellos días, la gente estaba esperando que
llegara Elías y el Mesías en las nubes del Cielo. ¿Por qué pensaban así? ¿Por qué
tenían esa creencia?

Simplemente estaban siguiendo la profecía de la Biblia escrita en Daniel 7:13,


"Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí en las nubes del cielo vería uno
como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron
acercarse delante de él".

Por el gran profeta Daniel, la gente tenía toda la razón de esperar al Mesías sobre
las nubes del cielo. Los cristianos están esperando la llegada del Señor en la
misma forma hoy, en las nubes del cielo. Juan dijo: "... muchos engañadores han
salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien
esto hace es el engañador y el anticristo". (II Juan 7). La Biblia dice que mucha
gente negaba la aparición de Jesucristo en cuerpo. Y Juan condenó a esa gente
como el anticristo. Pero no olvidemos la profecía del Antiguo Testamento de la
venida del Hijo de Dios en las nubes del Cielo.

A menos que sepamos toda la verdad, nosotros, como la gente de la época de


Jesús, somos víctimas de las palabras de la Biblia.

La gente hace dos mil años esperaba la llegada del Señor en las nubes del cielo,
asó cuando llegó Jesús en cuerpo, fue muy difícil aceptarlo. En ese momento
había discusiones entre los discípulos de Jesús y los piadosos de Israel. "Bueno,
si Jesús es el Hijo de Dios, ¿cómo aparece como un hombre? ¡Imposible! ¿Cómo
puede ser Hijo de Dios?, lo conocemos. Es el hijo de José, el hijo de María?
¿Cómo puede ser el Hijo de Dios? El Hijo de Dios debe venir en las nubes del
Cielo". ¿Cómo podían aceptar a Jesús? ¿Sobre qué bases? Los que creían en la
palabra del Antiguo Testamento y no en el espíritu, podían confundirse.

Entonces, ¿cómo aparecerá el Señor en los últimos días? Estamos en una


situación exactamente paralela a la del tiempo de Jesucristo. Si nos convertimos
en esclavos de la letra del Viejo Testamento, en vez de ser libres en el espíritu del
Nuevo Testamento, cometeremos el mismo delito que cometieron los ancianos,
los escribas y los fariseos hace dos mil años.

Entonces, puedo preguntar ¿qué haríais vosotros si el Señor volviera a la tierra no


en las nubes del cielo sino como hombre en cuerpo? ¿Qué haríais? Os digo, el
Señor en el Segundo Advenimiento aparecerá como Hijo del Hombre de carne y
hueso. Lo primero que podéis querer decir es "Reverendo Moon, usted es un
hereje". Pero escuchad. Es importante saber de que lado estará Dios y como Dios
cumple su plan. No es importante si un hombre o sus opiniones se consideran
heréticos o no. No importa como yo veo al mundo y como vosotros veis al
mundo. Sólo importa como Dios ve al mundo.

Y en la visión de Dios nuevamente encontramos una profecía doble con respecto


a la venida del Señor del Segundo Advenimiento. En el Apocalipsis 1:7 se
profetiza la llegada del Señor en las nubes, sin embargo, I Ts. 5:2 dice: "Porque
vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la
noche". Hay entonces dos profecías opuestas. ¿Qué haremos? ¿Simplemente
eligierais la profecía que os resultara más conveniente?

Quizás el Señor aparecerá con mucho ruido en las nubes del Cielo porque la
profecía lo dice. Pero por otro lado, el Señor puede aparecer como un ladrón en la
noche. Si viene en las nubes, seguramente no puede pasar inadvertido como un
ladrón. El espectáculo de su llegada en las nubes despertaría una tremenda
atención. No puedo imaginarme como una cosa así puede ser ocultada.

Entonces, ¿cuál es la verdad? Tenemos ante nosotros una cuestión crucial. ¿Cuál
es la verdad? Cuando veamos los signos de los Ultimos Días, la Biblia nos
exhorta a meternos en un cuarto obscuro y rezar. ¿Cómo sabremos cuando es?
Los ángeles no lo saben. Jesús dijo que ni siquiera el Hijo del Hombre podría
saber cuando iba a llegar ese día. Solo Dios sabe cuando será. Por eso tenemos
nuestra respuesta de Dios. No estoy diciendo que debáis creerme. No, sólo estoy
revelando lo que sé que es verdad, pero debéis verificar esa verdad con Dios.

La mayoría de los cristianos de hoy no saben qué posición tienen. Simplemente


creen en Jesús y aceptan las palabras de la Biblia. Piensan que alguna vez Jesús
vendrá en las nubes del Cielo y que todos los verdaderos cristianos serán
elevados al Cielo. De alguna forma se reunirán con Jesús. Eso es horrible, vacío.
La religión no está allá arriba en la estratosfera.

Estoy atestiguando que el Señor no puede aparecer en esa forma sobrenatural.


Jesucristo no puede volver de esa forma porque la obra de Dios debe ser aquí en
la tierra. La misión del Mesías es una misión física, realista. Como hombre debe
surgir desde el fondo de la miseria humana. Debe llegar a la nación más
miserable y elevar el estatus humano desde la esclavitud a la posición de
sirvientes, a la posición de hijos adoptivos, a la posición de hijos directos,
construyendo físicamente el Reino de Dios aquí en la tierra. Esa es la misión del
Mesías.

En los Ultimos Días dice la Biblia, no creáis a cualquiera, no me creáis a mí, y no


creáis a nadie sólo por su estatus oficial en una iglesia o sociedad. Los líderes
famosos no os darán necesariamente la guía que Dios quisiera para vosotros. El
Cielo está tan cerca y podéis ser elevados tan alto por el espíritu que podríais
hablar con Dios y recibir la respuesta directamente de El si sois lo
suficientemente sinceros.

Hay muchos ministros en América, muchos sacerdotes. ¿Cuántos de ellos


realmente están escuchando la vez de Dios? Estos oídos nuestros no significan
mucho, ni estos ojos sirven a ningún objetivo útil, a menos que tengamos oídos
espirituales y ojos espirituales. Jesús dijo: "El que tiene oídos para oír, oiga" (San
Mateo 11:15) y dijo a sus discípulos, "Mas bienaventurados vuestros ojos, porque
ven; y vuestros oídos porque oyen". (San Mateo 13:16) No se refería a los
órganos en el sentido físico.

Cuando uséis vuestros sentidos espirituales y escuchéis la Palabra de Dios,


encontrareis Su dirección y Su guía. Pero no es fácil convertirse en ciudadano del
Reino de los Cielos. Es muy difícil para un extranjero convertirse en ciudadano
de los Estados Unidos. Cuanto más difícil es retirarnos de nuestra vida corrupta y
transferirnos al Reino de los Cielos. Pero podemos lograrlo.

Sabemos que aun después de que Adán y Eva cayeran en el Jardín del Edén, se
podían comunicar directamente con Dios. ¿Creéis que desde los días del Antiguo
Testamento y del Nuevo Testamento, Dios por alguna razón se ha vuelto sordo y
mudo? No, Dios está vivo y hoy podemos hablar directamente con El. Los
Hechos de los Apóstoles dice que en los últimos días, "... vuestros hijos y
vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos
soñarán sueños ..." (Hechos 2:17) Debemos saber la verdad. Debemos saber
cómo lograr ser ciudadanos del Reino de Dios. Debemos saber cuándo vendrá el
Señor y cómo llegará.

Miremos la Biblia y aclaremos como aparecerá el Señor del Segundo


Advenimiento. En Lucas 17:20-21, los Fariseos preguntaron a Jesús cómo
vendría el Reino de Dios. Contestó: "El Reino de Dios no vendrá con
advertencia; ... el Reino de Dios, está entre vosotros". Jesús luego dijo a sus
discípulos: "Tiempo vendrá cuando deseareis ver uno de los días del Hijo del
hombre y no lo veréis". Pero si el Señor viene en las nubes, ¿cómo podemos no
verlo? Sin embargo el Apocalipsis 1:7 dice "...todo ojo le verá, y los que le
traspasaron ..." ¿Qué puede significar esto? ¿Por qué podemos no verlo? La única
forma en que podemos perdernos ese día es si miramos en una dirección y el
Señor aparece por otra dirección en forma completamente inesperada, como lo
hizo Elías en la época de Jesús. Esta es la razón por la cual podríais no ver al
Señor en su segunda venida.
Otra predicción misteriosa fue hecha por el propio Jesucristo. Declaró sobre el
Señor en su segunda venida: "Mas primero es necesario que padezca mucho, y
sea desechado por esta generación". (San Lucas 17:25) Si Cristo en su segunda
venida apareciera sobre las nubes del Cielo, ¿quién lo negaría? Nadie le causaría
sufrimiento ni dolor. La única manera en que esta profecía se puede cumplir es si
la gente espera su llegada de las nubes y él aparece de repente como un humilde
hombre. ¿Creéis que los líderes cristianos de hoy cometerían el mismo error que
los sacerdotes, los escribas y los ancianos cometieron en la época de Jesús? ¡Sí!
Bien pueden negarlo y rechazarlo, porque la forma de su venida seria muy difícil
de aceptar para los líderes cristianos. Sin embargo, en esta forma se cumpliría la
Biblia. Primero padecerá y será reprobado por esta generación.

Jesús hizo una vez una pregunta muy importante "... cuando venga el Hijo del
hombre, ¿hallará fe en la tierra?" (San Lucas 18:8). ¿Cómo nos afecta esa
pregunta hoy, cuando la fe cristiana cubre la faz de la tierra? Es porque aun hoy
tenemos fe, puede ser una fe equivocada, una creencia que espera que el Señor
debe venir en las nubes del Cielo. Hay pocos hombres y mujeres en la tierra con
la fe necesaria para aceptar al Hijo del Hombre que aparezca en cuerpo. Si ésta
no fuera la situación, no se cumpliría la profecía de la Biblia que estamos
discutiendo. Por favor notad que Jesús no dijo que no habría creyentes, sino que
dijo que no habría fe. Jesús también dijo:

"No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el
que hace la voluntad de mi Padre que está en los Cielos. Muchos me dirán en
aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre y en tu nombre echamos
fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les
declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad". (San Mateo
7:21-23). Esta profecía no puede realizarse si su segunda venida es en las nubes
del Cielo.

En el momento del Segundo Advenimiento, la gente gritará nuevamente: "Señor,


Señor". Al mismo tiempo pueden estar tratando de crucificar al Mesías si aparece
en forma diferente de lo que se espera. Entonces serán los peores obradores de
maldad.

Esta es la Biblia. Los que verdaderamente tienen ojos verán. Los que
verdaderamente tienen oídos oirán. A través de la historia, Dios ha enviado a sus
profetas antes del tiempo de cumplimiento. El advierte a la gente de Su plan. No
importa cuan devota es la fe cristiana hoy, no importa cuantos millones de
personas pertenecen a las iglesias cristianas, ellos, sus líderes y su mundo
declinarán si no aceptan al Señor, aparezca como aparezca. Este fue el trágico
destino de Israel y del Imperio Romano cuando negaron a Jesucristo, sin tener en
cuenta su probidad.

Por lo tanto debemos estar preparados para un nuevo mensaje. Jesucristo no vino
a repetir la Ley de Moisés. Así como Jesús se reveló a través de la nueva
expresión de la verdad, el Señor en el Segundo Advenimiento se revelará a través
de la verdad de Dios para nuestra época. Esa verdad no será simplemente una
repetición del Nuevo Testamento. Los primeros ascendientes perdieron el Reino
de Dios en la tierra. Satanás invadió el mundo y sedujo a Eva y Eva arrastró a
Adán dejando a Dios solo y separado de Sus hijos. Toda la humanidad ha sufrido
por lo tanto, el cautiverio del mal. Dios debe establecer por lo tanto un nuevo
linaje para la humanidad, para comenzar una nueva historia. La obra de Dios es
la restauración siempre en la dirección opuesta a la pérdida original. Esto
significa que Dios debe primero encontrar a Su Adán perfeccionado, un Adán
que en lugar de traicionar a Dios, sea uno con Dios. Y luego Adán debe restaurar
a su esposa a la posición de Eva. El Adán perfeccionado y la Eva perfeccionada
unidos podrán vencer a Satanás y expulsarlo del mundo. De esta forma los
primeros ascendientes justos de la humanidad comenzaran una nueva historia.

El primer comienzo de Dios fue alfa. Este fue invadido por el mal, así que El
restaurará al mundo en omega. Jesús es llamado el ultimo Adán en I Cor. 15:45.
Dios quería bendecir a Adán y a Eva con el matrimonio cuando estuvieran
perfeccionados. Como pareja celestial, podrían tener hijos de Dios. Esta vida no
se realizó en el jardín del Edén. Por eso Jesús vino en la posición de Adán. Dios
tuvo la intención de encontrar a la verdadera esposa y que Jesús se casara. Los
Padres Verdaderos de la humanidad se hubieran consagrado en la época de Jesús
y podían haber vencido y cambiado la historia de maldad del mundo. Como Jesús
no logró plasmar esa esperanza después de dos mil años él vuelve a la tierra
como hombre para completar la misión que cumplió sólo parcialmente. Se
establecerá el Reino de los Cielos en la tierra en ese momento.

Los cristianos están buscando a Dios sólo en su pensamiento, muy vagamente,


sólo a nivel espiritual. Tienen la esperanza de ir a vivir al mundo espiritual y
glorificarlo exclusivamente sin importar el mundo físico. Claro que el verdadero
Reino de Dios en la tierra, será tanto a nivel físico como espiritual. Cuando Jesús
oró en Getsemaní, rogó a Dios una y otra vez que pasara aquel vaso de él, porque
sabía muy bien que si moría en la cruz, no se cumpliría la voluntad de Dios al
nivel espiritual y al nivel físico. En los tiempos del Antiguo Testamento, cuando
los israelitas elegidos por Dios se preparaban para recibir al Mesías, formaron
una nación tanto a nivel espiritual como físico. Pero cuando vino Jesús sólo pudo
cumplir su misión a nivel espiritual, en consecuencia, queda el aspecto físico que
el Señor deberá lograr en el Segundo Advenimiento, para así realizar el Reino de
Dios en la tierra tanto en el aspecto físico como en el aspecto espiritual.

La pregunta es ¿quién va a cumplir la voluntad de Dios a nivel físico? Es natural


que el Señor en la segunda venida, venga representando a Jesús y deba cumplir
con esa misión, así como Jesús vino como el Mesías representando a Adán. Jesús
fue el segundo Adán y el Señor en el Segundo Advenimiento será el tercer Adán.
Este Mesías deberá obrar de acuerdo con las bases establecidas por Jesucristo, así
que hará a nivel físico lo que Jesús hizo a nivel espiritual.

La nueva historia de bondad comenzará así. Con la verdad de Dios y con los
Verdaderos Padres de la humanidad, un nuevo alfa comenzará en la historia de
Dios y continuará hasta la eternidad. El ideal de Dios es restaurar a la primera
familia perfectamente centrada en Dios en la tierra. Con este modelo como
centro, esta familia adoptará al resto del mundo. Seremos como ellos, y la
primera familia celestial se extenderá, multiplicándose en el Reino de Dios en la
tierra a nivel tribal, nacional y mundial.

El Reino de Dios será verdadero y tangible. Jesús entregó a Pedro las llaves del
Reino y dijo "... y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo
que desatares en la tierra será desatado en los cielos". (San Mateo 16:19) Asé que
el logro en la tierra debe preceder al cumplimiento en el Cielo; el Reino de los
Cielos se logrará primero en la tierra. En este momento solo un espacio
intermedio en el mundo espiritual está abierto. Se llama "Paraíso". Jesús y sus
discípulos viven en el Paraíso y aun ellos no pueden entrar en el Reino de los
Cielos hasta que sea establecido en la tierra. Una razón para esto es que el Reino
de los Cielos no es para individuos sino para la familia de Dios, para el padre, la
madre y los verdaderos hijos de Dios.

Si en el mundo Cristiano la gente se apega a las antiguas tradiciones, ¿pueden ir


con el Mesías al mundo de la nueva dimensión? Hasta el momento, la gente se ha
sentido segura creyendo en Cristo sólo en la creencia están arraigados a la
creencia. Pero cuando Jesucristo aparezca nuevamente no sólo deben creer en él,
sino que deben seguirlo. Si recibierais a Jesucristo, ¿querría él que vosotros
simplemente lo aceptarais como el Cristo y creyerais en él, o querría que lo
conocierais, comprendierais su corazón y lo siguierais? El querría que lo
conociéramos y lo entendiéramos en su corazón. E incluso querría que actuarais
en lugar de él, haciendo lo que él dijera. El Señor no aparecerá milagrosamente
en las nubes del cielo, porque Dios envía a su Hijo para restaurar las cosas que se
perdieron en la tierra. ¿La humanidad preferiría recibir un Mesías que viniese
dramáticamente en una nube, sin enseñar ni ser todo lo que Jesús fue, o un
Mesías que viniera normalmente pero que pudiera trasmitir todos esos
conocimientos valiosos? Por cierto, valoraríamos el segundo tipo de Mesías.

Hasta ahora, la mayoría de las personas pensaba en el Cristianismo en términos


de su grupo, su propia nación, pero de ahora en adelante, nuestro enfoque debe
ampliarse, alcanzando a todo el mundo. El enfoque de nuestro pensamiento debe
ampliarse para así alcanzar a todo el mundo. En el seno de la iglesia Cristiana
debemos tratar problemas del mundo que trasciendan los limites nacionales para
poder recibir cosas de nueva dimensión. Incluso debemos crear una nueva
dimensión de cultura. El Señor en el segundo advenimiento viene para todo el
mundo, para la salvación de todo el mundo. Entonces los que lo siguen, deben
recibir su idea y pensar en términos del mundo, no del individuo. Si Jesús
estuviera aquí, ¿se sentiría contento cuando viera que se crearon numerosas
denominaciones cristianas? El Cristianismo surgió a partir de su enseñanza que
fue una y no muchas. Entonces ni Dios ni Jesús se sienten contentos cuando ven
muchas denominaciones cristianas en desacuerdo. Dios no envió a Jesús para
crear tantas denominaciones cristianas. Entonces cuando Jesús ve que hay tantas
denominaciones creadas a partir de el, debe sentirse responsable de ese hecho.
Entonces si aparece un grupo de personas que piensa en la salvación del mundo
entero y trabajan por ese objetivo, Jesús estará contento con eso y vendrá a
ayudarnos y Dios también vendrá a ayudar a ese grupo. La gente puede no
conocer los datos y detalles de ese grupo, pero como la voluntad de Dios se
manifiesta en ese grupo, tanto Dios como Jesús actuarán a través de ese grupo, en
el grupo.

Creo que mi mensaje es absolutamente simple y claro. Dios pretendió comenzar


la historia de la bondad con Adán y Eva; pero cayeron. Dios se esforzó para
restaurar la historia y comenzar de nuevo con Jesucristo. Pero la gente de su
época no tuvo fe y no le dio su oportunidad. Por lo tanto la promesa del retorno
de Jesús se cumplirá. El Mesías está destinado a venir a la tierra como el Hijo del
Hombre en cuerpo. Viene como el tercer Adán. Tendrá una esposa y a través de
ella, traerá el día más feliz del matrimonio celestial, referido como la "Cena de
las Bodas del Cordero" en el libro del Apocalipsis. Cumplirán el rol de Padres
Verdaderos. Se establecerá el verdadero linaje de Dios y se podrá entonces lograr
literalmente el cielo en la tierra.

La base para el Mesías tiene que ser el Cristianismo porque el Cristianismo es la


única religión que entiende que la verdadera naturaleza de Dios es la de Padre.
Jesús fue el único hombre que se llamó a sí mismo el Hijo unigénito de Dios.
Ninguna otra religión se basa en tal enseñanza. Jesús fue realmente el Mesías
porque Dios era su Padre y el era su Hijo unigénito. Por lo tanto la religión que
fundó debe ser la base para la segunda venida del Mesías, cuando se cumplirá el
amor original. Centrada en el amor original, el Cristianismo crea la familia divina
del Padre, del Hijo, hermanos y hermanas unidos en Cristo, este concepto de
familia tenía que ser lo principal del designio de Dios hasta el momento de su
total cumplimiento.

El Cristianismo tenía que convertirse en la religión más divulgada del mundo


porque Dios tiene un plan para cumplir su designio a través de ella.
Desgraciadamente, el Cristianismo tradicional fue mal conducido por poseer una
teología incorrecta. Existen muchas ideas erróneas como que Jesús vino sólo a
morir. Asimismo, muchos cristianos se contentan con preocuparse sólo por su
salvación individual, sin tener en cuenta los asuntos de este mundo, por su propio
pequeño cielo. El concepto de ser salvado sólo por la fe es una visión parcial,
además de tener fe, se debe cumplir con el amor para ir al cielo. Sin el poder del
amor, la persona no puede separarse del vínculo satánico.

Por esta razón, Dios prometió a la humanidad que el segundo Mesías vendría
como representante de su amor original, trayendo la liberación del vinculo
satánico. ¿Cómo podéis reconocer al segundo Mesías? El Mesías enseñará este
principio punto por punto, deletreándolo. La Biblia promete que cuando llegue el
fin del mundo, ya no se nos enseñará por medio de símbolos y parábolas, sino
que aprenderemos directamente del Padre (San Juan 16:25). De eso se tratan las
enseñanzas de la Unificación, eso es lo que estáis recibiendo.

La relación entre el esposo y la esposa se encuentra en el corazón del


Cristianismo. En sentido espiritual, las iglesias cristianas deberán prepararse con
la actitud de una esposa. Cuando llegue el Mesías al final de los tiempos, será el
esposo viviente que toda la humanidad deberá recibir. Aunque tal vez hayamos
entendido este concepto, no asumimos nuestra responsabilidad. La voluntad de
Jesús y la voluntad de Dios han sido muy mal representadas durante 2.000 años.
Las iglesias no han cumplido con la voluntad de Dios. En consecuencia, tiene
que surgir un Cristianismo nuevo como preparación para la venida del Mesías y
las iglesias actuales que se han desviado de la voluntad de Dios deberán
revitalizarse. Debe surgir ese Cristianismo verdadero. ¿Qué forma debe tomar ese
nuevo Cristianismo?

El nuevo Cristianismo debe ser la más alta forma de religión, adaptándose


perfectamente al criterio de la religión verdadera de Dios. Los cristianos deben
cumplir tanto los designios del Mesías como los de Dios. Para hacerlo deben
elevarse a la posición del Mesías y literalmente salvar al mundo. Su actitud debe
ser: "por el mundo debo convertirme en sacrificio", "por Dios puedo sacrificar a
mi Iglesia Cristiana". Centrarse en Dios significa absoluta obediencia, nosotros
los cristianos debemos lograr la unidad entre Dios y la humanidad en la realidad
aquí en la tierra. Como Adán y Eva restaurados, debemos ir más allá del
cumplimiento en el Jardín del Edén; para restaurar su fracaso debemos hacernos
superiores en la obediencia, en la confianza y en el amor. Para ello debemos ir
más allá del limite de nuestras vidas.

Cuando Jesús ascendió al cielo, trajo al Espíritu Santo que es la madre espiritual.
Eva dio nacimiento a hijos pecadores, pero el Espíritu Santo viene a darnos el
renacimiento espiritual. A través del poder del amor, un padre y una madre crean
nueva vida y lo mismo sucede en el proceso del renacimiento. Cada persona debe
volver al lugar del origen y nacer de nuevo, comenzando como cuerpo, sangre y
hueso en el Padre. Así que deben volver al cuerpo de Jesús en una vida sin
pecado, de sacrificio. Si amáis a Jesús y sabéis que es vuestro Padre espiritual ,
entonces debéis querer entrar en su corazón y nacer de nuevo como su cuerpo y
su sangre. Ese es el deseo que debéis tener.

A través de la vida de sacrificio podéis volver al origen, a la misma fuente de


vuestra vida. Una vez fuisteis carne y hueso de vuestro padre y de vuestra madre.
Si amáis tanto a Jesús que nada más en este mundo os importa, podréis entregarle
totalmente vuestro corazón y vuestra alma. En ese momento vendrá el Espíritu
Santo y os dará el renacimiento, entonces renaceréis como hijo o hija espiritual
de Jesús. Ese es el proceso del renacimiento en el Cristianismo. Es la esencia del
Cristianismo, pero elevará a la persona sólo al nivel de hijo o hija adoptivo.

No fuimos creados sólo con un espíritu sino que tenemos un cuerpo. El ultimo
paso que nos queda es volver a nacer, no solamente en espíritu, sino en cuerpo y
espíritu conjuntamente. El cuerpo de Jesús es necesario para ese propósito y él
debe regresar como persona viviente. Hasta ahora, el Cristianismo sólo ha
ofrecido la oportunidad del renacimiento del espíritu. Ahora en la nueva era
cuando Jesús vuelve como el segundo Mesías, se nos dará el poder de renacer
también en Cuerpo. Cada persona necesita este renacimiento físico antes de ir al
mundo espiritual. Además, el requisito para entrar al Reino de Dios en el cielo es
que seáis elevados a la categoría de hijos e hijas de Dios, amando al mundo como
lo ama Dios.

No podemos dudar que el Cristianismo hoy está en crisis. Es una crisis paralela a
la de la época de Jesús, en que las instituciones religiosas establecidas fallaron al
Hijo de Dios. En el mundo actual la tradición se ha transformado en un obstáculo
y las religiones no tienen forma de avanzar, sus disciplinas o tradiciones
anteriores son demasiado estrechas para abarcar al mundo. Por eso es que la
juventud está tan rebelde en su búsqueda de una atmósfera más abierta. Cuando
observamos el desequilibrio y la contradicción entre el mundo laico y el
religioso, sólo podemos concluir que si Dios está involucrado con este mundo,
entonces ha llegado el momento de que tome alguna actitud extraordinaria,
revolucionaria, para cambiar totalmente la concepción de la religión.

Dios debe concebir alguna religión universal. Porque el mundo está pronto, ya es
tiempo que Dios inspire una religión así. Sin esta religión, el mundo actual no
puede tener ninguna esperanza para el futuro. Dios debe tener una solución para
el mundo laico y el mundo religioso conjuntamente ya que es responsable de
ambos. ¿Qué camino tomaremos? Tenemos que cambiar o primero el mundo
laico o primero el mundo religioso. Por cierto que las religiones deben
mostrarnos el camino a través del surgimiento de una religión universal.

El primer problema que plantea esta revolución religiosa es la resolución de la


división y el antagonismo religiosos. ¿Querría Dios que todas las personas
religiosas se unieran? El objetivo universal de la humanidad es la hermandad del
mundo - la familia humana. Un nuevo movimiento religioso con esa visión y ese
objetivo debería comenzar.

Las personas religiosas son siempre un problema para los que están en el poder.
Dios es siempre su objetivo. Por ello pueden ir más allá de las fronteras
nacionales, raciales y culturales. Son personas con las que es imposible tratar
porque el sentido aceptado del juicio no se aplica a ellos. A través de la historia,
las soberanías siempre se han sentido amenazadas por nuevos grupos religiosos.
Son personas difíciles de tratar porque no pueden ser controladas. Decirles "los
mataremos" no constituye una amenaza para ellos. Contestarán: "Háganlo".

Por lo tanto, a medida que surgieron nuevas religiones a lo largo de la historia,


los gobiernos generalmente se opusieron a ellas. Siempre quisieron liquidarlas
antes de que crecieran demasiado. Una nación soberana se ocupa solamente de la
integridad de su territorio, pero las personas religiosas van más allá de los limites
de la nación. Las personas religiosas no se preocupan de si existe un enemigo al
lado. Incluso pueden abrir la puerta del campo enemigo. Esto preocupa a los
gobiernos . Los gobernantes de las naciones siempre consideran a las personas
religiosas como un gran problema.

E incluso hoy la juventud está buscando valores espirituales. No existe otro modo
de que puedan encontrar lo que quieren. Además, el interés creciente en la
religión se refleja en el aumento de inscripciones en las escuelas religiosas. Esta
es una indicación de que las personas que no pudieron encontrar soluciones laicas
están volviendo atrás para buscar una vida religiosa. Hace mucho que predije que
esto sucedería y que el año 1976 sería el punto culminante en la historia de los
Estados Unidos. A partir de ahí, la búsqueda de soluciones espirituales más que
materiales para los problemas de esta nación se intensificará. Reconocemos esta
crisis en nuestra época y también podemos ver el día brillante de la nueva
esperanza.

Estamos realmente viviendo una época extraordinaria en la historia humana.


Estamos en una posición de salvar y liberar a Jesucristo y finalizar su angustia.
Podemos estar en una posición incluso de liberar a Dios. Somos los que podemos
asegurar a Dios Su felicidad, Su alegría, Su paz. Vamos a liberar el corazón de
Dios de Su angustia y de Su tristeza. Y al hacerlo liberaremos a toda la
humanidad de su carga y de su tristeza. Finalmente podremos eliminar a todo el
mundo satánico de este mundo.

Sobrellevamos nuestra cruz como seres vivientes. En nuestra situación sería


posible quejarnos. Pero debemos ir más allá de eso. Debemos realizar un milagro
y éste debe ser tal que sin morir, podamos lograr ese objetivo - éste es el milagro.
Si tenéis esa fe, ese compromiso, entonces cuando os vais, Dios está con
vosotros. Su poder es vuestro. Dios ha estado conmigo cuando he tenido esta
intención, esta fe, y este amor. Dios me acompañó en cada paso cuando recorrí
mi camino. En igual forma, Dios estará con vosotros.

Esta es la época del despertar espiritual. Quiero que abráis los ojos y los oídos
para percibir la verdad. En esto consiste mi esperanza: que compartiendo este
mensaje con vosotros, podamos unirnos para prepararnos para el día glorioso de
la llegada del Señor. Consideremos el Dios de la Historia, comprendamos al Dios
de la Providencia y unámonos al Dios viviente en nuestras propias vidas.

La critica más importante que me hacen los Cristianos es que yo me presento


como el Señor del segundo advenimiento. Pero nunca he dicho eso. Se crearon
rumores como ése. Los cristianos han estado esperando todos estos años la
segunda venida, en consecuencia deberían tener la amabilidad de venir a
averiguar por sí mismos si nuestros adeptos poseen una razón válida para
extender un rumor así. Si lo hubieran hecho seriamente, el Cristianismo no se
encontraría en la situación en que se encuentra. Algunos cristianos sostienen que
somos herejes. Pero os digo que ésta no es una herejía común. Soy un
superhereje a sus ojos, y lo más asombroso es que Dios quiere a este superhereje.

Desde que Jesús murió han nacido niños en este mundo. Aunque son hijos del
pecado, son hijos de Dios y necesitan ser restaurados, pero no ha existido un
árbol de la vida del que puedan descender físicamente. El fin del mundo se
aproxima no sólo para los cristianos, sino para todas las personas del mundo. La
nueva historia de Dios comenzará con la llegada del Señor. Benditos aquellos
que lo vean y lo acepten. La esperanza del Cristianismo consiste en reconocer,
recibir y aceptar al Señor en el segundo advenimiento. Nos ha llegado la
oportunidad a todos. La mayor oportunidad que se nos pueda presentar a lo largo
de toda nuestra vida se nos ha presentado ahora. ¡Os ruego que seáis humildes y
sintáis esta gran nueva esperanza!

Ni el conocimiento, ni la posición, ni el poder económico, ni nada, nada puede


agradar a Dios tanto como vuestros corazones llenos de amor por Dios
solamente, que Lo harán llorar - eso solamente puede conmover Su corazón - si
podéis negaros a vosotros mismos, sacrificaros, y estáis dispuestos a confortar Su
corazón, Su corazón dolorido - sólo entonces, con lagrimas en los ojos, Dios
confiará en vosotros y os amará. Si estáis dispuestos a morir, si le decís a Dios
"cualquiera que sea el lugar que me tienes reservado para morir, allí me dirigiré y
estoy dispuesto a negarme a mí mismo, estoy dispuesto a morir por otras
personas por Tu causa", y si realmente os lanzáis a ese lugar dispuestos a
sacrificaros, entonces Dios podrá confiar en vosotros. En ese caso, estaréis en una
posición similar a la de Jesús, rezando en el jardín de Getsemaní: "Padre mío, si
no puede este vaso pasar por mi sin que yo lo beba, hágase tu voluntad". Y si vais
a actuar totalmente de acuerdo con la voluntad de Dios sólo entonces, El creerá
en vosotros. Aunque ha sido traicionado por tanta gente, cuando Jesús oró a Dios
diciendo: "Puedes hacer lo que te plazca conmigo, yo Te seguiré", entonces, Dios
le diría a gritos a Jesús: "Tu te me pareces, te restauraste a Mi imagen y
semejanza". Sólo en ese caso puede Dios confiar en la persona.

Aunque Dios pueda tener que perder a todo el mundo, a toda la nación, a toda la
tribu, a todo el clan, a toda la familia - si le queda una sola persona que tenga esa
actitud, esa devoción por el amor de Dios y unidad con Dios, Dios estará
complacido con esa persona, formando la base en el amor de Dios, Dios se
sentirá complacido con esa persona. A partir de esa persona, Dios puede ampliar
el espectro de Su amor y la esfera de Su amor abarcando al mundo entero
nuevamente.

En otras palabras, debemos parecemos a Dios en todos los aspectos. Si


analizamos o disolvemos a Dios quedará sólo una cosa y ella es el amor, el amor
de Dios. Debemos estar dispuestos a sacrificarnos por este gran amor. Aun si
tenemos que morir en el mar, morir en la montaña, morir en un profundo valle de
oscuridad, cualquiera sea el lugar en el que debamos morir; o si otras personas
nos matan por esta gran causa, debemos estar dispuestos a hacerlo, y esa será
nuestra determinación. Por esa razón Jesús dijo en la Biblia "El que quiera salvar
su vida, la perderá y el que esté dispuesto a perder su vida por mí, la salvará".

Espero que consideréis estas ideas seriamente y oréis a Dios. El os responderá.

 
EL CAMINO QUE ESTOY SIGUIENDO
20 de julio de 1984 (Antes de la partida para Danbury) 

¡Mi fe no cambiará vaya adonde vaya! Decir que vuestra fe no cambiará implica
decir que vuestra mentalidad no cambiará. Por la misma razón, el mundo que
quiero no cambiará tampoco, vaya adonde vaya, en cualquier parte del mundo,
mi vida será la misma.

Como no disponemos de mucho tiempo hoy, me gustaría daros una conferencia


breve y simple. La obra de Dios consiste en lograr la unidad. Si la caída no
hubiera tenido lugar, cada hombre y cada mujer hubiera experimentado la unidad
de la mente y del cuerpo. Entonces se hubiera logrado el ideal a través de la
unión del hombre y la mujer en el matrimonio.

Sin embargo, el mundo en que vivimos aun no ha logrado la unidad El inmenso


mundo no es nada más que la extensión de los hombres y mujeres considerados
individualmente. Casi ninguna persona puede afirmar que su mente y su cuerpo
están siempre unidos, entonces el mundo en que vivimos no es el mundo que
Dios quería. Es en cambio, el mundo de los pecadores.

Como no existen a nivel individual hombres ni mujeres perfectamente unidos en


mente y cuerpo, no existen familias que sean perfectas y tampoco existen
sociedades, naciones o mundo que sean perfectos. Toda vez que una persona
logra la unidad de cuerpo y mente, su relación con Dios será perfecta. Cuando
esos hombres o esas mujeres se unen, Dios se transforma en el sujeto o el centro
de esa pareja. Si una tribu determinada logra una unidad total, entonces Dios se
transformará en el centro de esa tribu en particular. En consecuencia , no importa
cuanto crezca la población, porque Dios quiere transformarse en el centro de
todos.

Cuando Dios se transforme en el sujeto y el centro de cada uno de los individuos,


se logrará el mundo unificado, tendremos a la nación unificada, a las
comunidades unificadas, a las tribus unificadas, a las familias y así
sucesivamente. ¿Creéis que a Dios le gustaría recorrer el mundo una vez que se
logre la unificación del mundo ? ¿O se contentaría con hacerlo en cualquier etapa
intermedia, tal vez a nivel de tribus o de naciones unificadas? ¿Qué creéis? Por
cierto que Dios esperaría para recorrer el mundo hasta que éste se encuentre
totalmente unificado. ¡Estoy seguro de que Dios está pensando en este momento
que el Reverendo Moon interpreta muy bien sus deseos!
¿Cuál es el camino que recorro? Mi misión ultima como hijo de Dios es lograr la
unidad de todo el mundo. Si no hubiera habido caída, Dios nunca hubiera tenido
problemas en visitar este mundo. Todas las personas hubieran logrado la
perfección y automáticamente hubieran dado la bienvenida a Dios. No hubiera
importado cuantos millones de personas hubieran nacido, todas habrían sido
incorporadas al mundo unificado.

Dios se ha esforzado tanto para lograr la unidad a nivel de familia, de clan, de


tribu, de nación, y del mundo. Y si Adán y Eva no hubieran caído, habrían creado
en forma automática esa familia, esa tribu, esa nación y ese mundo unificados. Si
esa hubiera sido la realidad, entonces Dios viajaría a todas partes regocijándose
por la unidad. Fuera donde fuera, estaría con su pueblo.

Debido a la caída se crearon barreras y divisiones a todos los niveles en todo el


mundo. Ahora Dios tiene que tratar con un mundo dividido y ésa es la tragedia
tanto de Dios como de la humanidad. Dios no es el centro de este mundo
compartimentado y dividido; en su lugar reina Satanás. Cada relación implica un
conflicto que se da en primer lugar en la mente y en el cuerpo de cada individuo.
Nadie ha podido eliminar las causas principales de los conflictos en este mundo.

Existen conflictos entre los hombre y las mujeres, entre familias, tribus y
naciones. Existe el conflicto entre Oriente y Occidente. Como paladín de la
división, Satanás sabe precisamente como dividir al mundo. En consecuencia,
debe aparecer un hombre divino que posea poderes para lograr la unidad y vencer
el poder de la división. Cuanto regocijo ello causaría a Dios.

Han existido muchos santos a través de la historia y siempre fueron unificadores .


Ante la adversidad siempre pudieron evitar la división. Entre todos ellos, el más
grande fue Jesucristo. Jesús fue el Hijo de Dios y vino a unificar el mundo con el
mayor poder de unificación nunca antes visto. Traía la unidad entre las razas y las
culturas. Podría haber logrado la unidad aun entre sus enemigos, las fuerzas de
Satanás que trataron de destruirlo. Quiero que entendáis que Jesús oró por sus
enemigos en la cruz porque su propósito y su misión más importantes eran lograr
la unidad entre todos.

Sin embargo, cuando Jesús cargaba la cruz, se encontró solo; sus discípulos no lo
apoyaron, la nación elegida no lo apoyó y el Imperio Romano tampoco. Estuvo
totalmente solo. Pero en la actualidad, ¿qué hace el Reverendo Moon? El
Reverendo Moon vino a traer la unidad a esta era moderna. Es un unificador, usa
todos los medios para lograr la unidad. Así, no importa lo que tengamos que
enfrentar, lo lograremos. Las fuerzas de Satanás tratan de dividir a los adeptos del
Reverendo Moon (Moonies) y tratan de dividir al Cristianismo, pero no lo
lograrán.

Todo el mundo está pendiente de la Iglesia de la Unificación, del Reverendo


Moon y de la Señora Moon. Muchas personas sienten curiosidad sobre la Señora
Moon y como reacciona ante lo que ha ocurrido recientemente. También se
preguntan si la Iglesia de la Unificación esta hecha trizas y no se encuentra
destruida. Pero muy por el contrario, la Iglesia de la Unificación se ha fortalecido
en estas circunstancias tan difíciles. Si mi esposa derrama lagrimas, éstas no son
lagrimas de tragedia ni de derrota, son las lagrimas de la unidad, lagrimas que
traerán esperanza para el futuro.

El método de Dios siempre ha sido ser golpeado y luego restaurar una y otra vez
a través de la historia. Así, podemos llorar algunas veces sabiendo que nuestras
lagrimas nos traerán gran determinación y esperanza, que nos permitirán lograr la
victoria final. Pero si nos volvemos derrotistas nunca seremos capaces de recibir
las bendiciones ultimas de Dios. Sólo serán merecedores de esas bendiciones
ultimas aquellos que sobrelleven el sufrimiento y nunca vacilen, aquellos que
continúen hacia adelante.

Aunque toda América se oponga al Reverendo Moon, nunca será derrotado.


Estoy dispuesto a recibir la bendición que va más allá que cualquier bendición de
este país. Crecemos día a día, hoy somos más grandes que ayer y mañana
seremos más grandes que hoy. Si Dios me indica un camino a seguir para que yo
logre la unidad de cuatro mil millones y medio de personas en este mundo, no
dudaré ni un instante en recorrer ese camino.

Cuando la Suprema Corte rechazó nuestra revisión del 14 de mayo, nunca vacilé
en preguntarle a Dios, "¿por qué camino deseas llevarnos ahora?" Desde
entonces, en los dos últimos meses muchos Cristianos han logrado la unidad.
Hoy recorro el camino del encarcelamiento y le pregunto a Dios: "¿Qué es lo
próximo que me deparas? Hágase tu voluntad y trae la unidad de toda la
humanidad centrada en los Padres Verdaderos". Sé que vaya donde vaya,
encontraré personas que me seguirán; los extraños me seguirán, aun más allá de
la Iglesia de la Unificación.

Cuando suba la colina, el mundo unificado me dará la bienvenida. Los miles de


millones de personas formarán una unidad. Existe un camino para que Dios
venga y habite con la humanidad. Por primera vez se logrará nuestra unidad con
Dios.
En consecuencia recorro el camino de la cruz con esperanza y el pensamiento de
una victoria total. Nos encontramos aquí juntos personas de culturas distintas y
de cinco colores diferentes de piel. Debéis uniros a medida que me seguís.
Vosotros padres con hijos debéis seguirme con toda vuestra familia unida. Todos
los miembros de todo el mundo debéis seguir unidos; ese es el único modo en
que podéis seguirme. Debido a este día tan importante existe gran esperanza de
lograr la unidad comenzando por los miembros de la Iglesia de la Unificación y
extendiéndose al resto de la humanidad. Debido a este día, la unidad será
realidad. Se volverá más y más importante.

Este es un día glorioso, victorioso e histórico. Por esa razón no quiero ser
despedido con lágrimas. Si las lágrimas os brotan espontáneamente, no deben ser
lágrimas de tragedia. Deben ser lágrimas de determinación que me digan:
"Confía en nosotros. Lograremos una victoria cien veces mayor en los días
venideros". Quiero que entendáis que si sentís tristeza en vuestros corazones hoy,
existe sólo una forma de aliviarla. El día en que vuelva podréis compartir
conmigo los miles de personas que lograron la unidad mientras yo estaba
ausente. Esa es la única forma en que seréis dignos de vuestras lágrimas.

Voy a prisión para lograr el propósito de la unidad. Desde la prisión me esforzaré


aún más para lograr una unidad mayor dentro del seno del movimiento de la
Unificación y de la comunidad Cristiana. También me esfuerzo por lograr la
unidad entre el movimiento de la Unificación, la comunidad Cristiana y otras
religiones. Ese es el propósito de mi ida a prisión hoy.

En consecuencia, mi deseo es que todos vosotros os unáis. A menos que poseáis


esa unidad interna, estáis haciendo una invitación para que venga el infierno.
Cuando estéis unidos, se os abrirán todas las puertas del mundo.

Cuando Jesús fue crucificado, fue al infierno primero y abrió todas las puertas
allí. Hoy llevo mi cruz, pero no moriré. Abriré las puertas del infierno como
persona viva. A partir de ello, la resurrección y el Pentecostés llegarán. Así es
como entiendo el significado del día de hoy.

El Dios viviente nunca muere. En consecuencia mi cruz sólo traerá la unificación


y la victoria. Las puertas de ciento veinte naciones se abrirán de hoy en adelante
dependiendo de como actuéis. Hoy me voy como paladín, para lograr la unidad
de toda la humanidad, así como la unidad del paraíso y la sierra.

Debéis heredar mi espíritu y mi tradición. Ello significa que debéis también


transformaros en unificadores, uniéndoos y ayudando a otros a unirse. Hasta
nuestras bodas múltiples como la de las seis mil parejas son ejemplos simbólicos
de mi esfuerzo para lograr la unidad de los pueblos de seis continentes que
poseen lenguas, culturas y colores de piel diferentes. Los miembros de la Iglesia
de la Unificación comparten todos el mismo sentimiento. Nuestro objetivo es
cumplir la voluntad de Dios Y la voluntad de Dios es lograr la unidad de todos
los pueblos. ¡Estamos en marcha para lograr ese objetivo!

El sufrimiento y la cruz no me dominarán. Enfrento todas las dificultades y las


venzo con mi determinación. Abro nuevos caminos hacia los horizontes de
esperanza y más allá hacia la victoria completa. Aún si llegara el momento de
renunciar a mi vida, renunciaré en nombre de la unidad de la humanidad.
Entonces, Dios me erigirá un monumento como paladín de la unidad. Por cierto
que cualquiera que muriera en esas circunstancias conmovería profundamente el
corazón de Dios. En consecuencia no os preocupéis.

Cuando Jesús llevaba su cruz, dijo a la gente que no llorara por él. Les dijo que
lloraran, en cambio por sus hijos, su propio pueblo, su nación y por el mundo.
Jesús podía ver la desgracia que amenazaba al mundo. Quiero que entendáis que
aunque pocas personas se encuentran hoy aquí, escuchándome, existen muchas
personas en todo el mundo que derraman sus lágrimas en oración, desahogando
sus corazones por la voluntad de Dios.

¿He peleado una batalla inútil? No, a medida que luchaba para lograr este sueño
aparentemente imposible, supe que el mundo entero se reuniría por fin alrededor
mío. De ahora en más podréis salir y gritar al mundo y se conmoverán todos los
corazones ... Se despertarán sus conciencias y podréis unir vuestros corazones a
los de ellos.

Trabajando para lograr mayores niveles de unificación, obtendremos éxitos


mayores . No declinaremos. En este momento me voy y vosotros permanecéis
aquí. En este momento os comprometéis a ser la fuerza catalizadora para lograr la
unidad del mundo. La Iglesia de la Unificación no está sola; existen muchas
personas y grupos que están de nuestro lado ahora. Ha llegado el momento en
que la gente dejara de burlarse y de despreciar a los adeptos de Moon. Ahora os
admirarán y reconocerán que tenéis un gran líder. Este es el momento para
nuestra unificación . Debemos ponernos de pie y esforzarnos en el logro de
nuestros objetivos.

Cuando amanezca, podremos ver el hermoso sol brillando en el este. Quiero que
entendáis que el amanecer se aproxima al mundo. Ahora los rayos del sol brillan
con más y más fuerza y marcharemos hacia adelante para siempre. Primero debe
brillar el sol del individuo; entonces el individuo hará brillar el sol de la familia,
luego el sol de la nación y por ultimo el sol del mundo y del universo. Esa es la
forma en que creceremos.

Así que no hay tiempo para descansar y por cierto que no tenemos tiempo para
llorar y sentimos desesperados. Sólo tenemos un camino para recorrer el camino
de la determinación y de la acción. ¿Por qué ello es así? Es así porque somos los
paladines y debemos liberar a Dios a través de la unificación. A partir de esa
liberación tendremos un dominio verdadero sobre la creación. A partir de ese
punto, el Reino de Dios en la sierra será una realidad. Lo sé con toda certeza. Ese
es el objetivo que quiero lograr hoy.

Hasta el momento hemos preparado un recipiente, ahora tenemos que preparar el


contenido del mismo la victoria de Dios. Estoy a la vanguardia de las líneas en
marcha que llevan ese contenedor. Yo simplemente marcho al frente de esa línea,
pero todos los que me siguen van en la misma dirección y persiguen los mismos
propósitos. Vosotros y yo tenemos la misma misión de obtener la unidad del
mundo. Esa es nuestra tarea. Abriré las puertas del infierno, en consecuencia
mientras lo hago, vosotros debéis cuidar del mundo. La unificación es vuestro
deber y objetivo sublime.

Quiero que entendáis que voy a prisión a nivel mundial esta vez. Ya he estado en
prisión pero a nivel individual, familiar y nacional. Este es mi destino. Jesús dijo
a las personas, si queréis seguirme, seguidme con vuestra cruz. Por lo tanto, si
queréis seguir al Reverendo Moon, debéis cargar la cruz universal. Una vez que
hayáis obtenido la victoria con la cruz universal, podréis venir a mi. Después de
que vosotros seáis victoriosos llevando vuestra propia cruz, entonces podré
abandonar la prisión. Quiero que entendáis eso.

Cuando me encontraba en prisión en Corea del Norte, mi madre fue a visitarme.


Camino cientos de millas a través de la península y cuando me vio se puso a
llorar muy fuerte. En ese momento, le grité a mi madre, llamándola por su
nombre en lugar de madre, "no soy sólo tu hijo. Solo me trajiste al mundo. Soy
un hijo de Dios - tu me trajiste al mundo, en consecuencia deberías ser tan grande
como tu hijo. No puedes ser cobarde o débil. Debes mirar hacia el futuro con
valor y darme coraje".

Hoy os digo lo mismo. Nunca os comportéis cobarde o débilmente. Debéis ser


orgullosos y valientes. Aun sin vuestro estimulo recorreré los caminos más altos
de un hijo de Dios. Así en lugar de venir a visitarme, salid al campo de batalla.
Salid y traed la unidad al mundo. No perdáis el tiempo en visitarme en la prisión
sino que traed la victoria para Dios en el mundo.
¡Ahora mostradme vuestra determinación poniéndoos de pie y dando tres hurras!

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