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La fascinante teoría del color de

Goethe
 4 julio 2020

 ESTIMULANTE

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Johann Wolfgang von Goethe (1749 - 1832) fue un poeta, novelista, dramaturgo
y científico alemán, contribuyente fundamental del Romanticismo, movimiento
al que influyó profundamente. En palabras de George Eliot fue «el más grande
hombre de letras alemán... y el último verdadero hombre universal que
caminó sobre la tierra».
Dentro del inestimable legado que nos dejó el genial Goethe se encuentra su
estudio sobre la reacción del ojo en relación al color, que afirma que cada
color es un grado de la oscuridad.
 
Ilustración de Goethe sobre su teoría de color
 
La teoría de los colores de Goethe, además de ser un exquisito tratado que
describe lo indescriptible (la sensación que nos produce algo), nos sugiere que
experimentamos el mundo desde un cúmulo de reacciones primitivas que,
generalmente, damos por sentado. Goethe publicó este tratado sobre la
naturaleza, la función y la psicología de los colores en 1810, y aunque en su
momento fue descartado por la comunidad científica, permaneció como
objeto de gran interés para filósofos, artistas y físicos, incluyendo a figuras
como Schopenhauer y Wittgenstein.
Uno de los puntos más controversiales de Goethe fue la refutación de las ideas
de Newton acerca del espectro de color. Para el alemán, la oscuridad es un
ingrediente activo en lugar de una mera ausencia de luz. “El color en sí mismo
es un grado de la oscuridad”, escribió. Esta aseveración vino a cambiar el
mundo a un nivel metafísico y figurativo, indicando que la oscuridad es algo
vibrante que existe todo el tiempo y la luz solo es una manera de poder “verla”
ante nuestros ojos en sus distintas manifestaciones de color. Que los colores
existan independientemente de la luz, sugiere que hay un mundo de
fenómenos latentes, podamos o no percibirlo.
Al igual que describir un sabor, describir la intimidad de un color es uno de los
ejercicios más difíciles e intrigantes que podamos imponernos. Y además de
que Goethe logró, por momentos, transmitir su entendimiento del esquivo
lenguaje del color, sus descripciones son lo más cercano a una poética del
espectro.
 
Amarillo
Este es el color más cercano a la luz. Aparece en la más mínima mitigación de
la luz, ya sea por medios semi-trasparentes o por el débil reflejo de superficies
blancas. En experimentos prismáticos se extiende sola y vasta en el espacio de
luz, y mientras los dos polos se mantienen separados el uno del otro, antes de
mezclarse con azul y producir verde, se puede ver en su máxima pureza y
belleza. […]
En su más alta pureza siempre carga con él la naturaleza del brillo y tiene un
carácter sereno, alegre, suavemente excitante.
 
Azul
Así como el amarillo siempre va acompañado de luz, lo mismo puede decirse
del azul, que trae con él un principio de la oscuridad.
Este color tiene un peculiar y casi indescriptible efecto en el ojo. Como tono es
poderoso, pero esta en el lado negativo, y en su máxima pureza es algo así
como una negación estimulante. Su apariencia, entonces, es una especie de
contradicción entre la excitación y el reposo.
Mientras el alto cielo y las lejanas montañas parecen azules, una superficie
azul parece retirarse de nosotros.
Pero así como nos dejamos llevar por un objeto amable que vuela de nosotros,
así amamos contemplar el azul; no porque avance hacia nosotros, sino porque
nos jala a seguirlo. […]
La apariencia de objetos vistos a través de un vidrio azul es sombría y
melancólica.
 
Rojo
El efecto de este color es tan peculiar como su naturaleza. Transmite una
impresión de gravedad y dignidad, y al mismo tiempo de gracia y atracción.
 
Verde
El ojo experimenta una distintiva impresión de gratitud hacia este color. […] El
observador no tiene ni el deseo ni el poder de imaginar un estado más allá de
él.
 
Por Aleph

Regalos para la gran minoría


 
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