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RESUMEN
La definición aristotélica del hombre como animal político (zoon politikon) no está exenta de
posibles interpretaciones, entre ellas la de que sólo dentro de una polis puede el ser humano
ser feliz. A partir del caso de la philia tal y como aparece, sobre todo, en los libros VIII y
IX de la Ética a Nicómaco y en relación con la figura del spoudaios que aparece también en
ambos libros, propongo una lectura ‘política’ de la Ética a Nicómaco. Entiendo por ‘lectura
política’ una lectura en la cual el hilo conductor y motivo fundamental de la ética es, antes
* Este artículo fue presentado como ponencia invitada en la II Jornada del Seminario
Permanente «Grecia y Alemania»: El legado de Grecia en la Filosofía Alemana en la Universidad
de Málaga el 12 de mayo de 2017. Quiero agradecer a los profesores Juan José Padial, Javier
Hernández Pacheco, Jesús de Garay, Cristóbal Holzapfel y Manuel Barrios sus valiosas
observaciones. Por último quiero transmitir también mi agradecimiento a Sergio Clavero por
su ayuda a la hora de pulir la interpretación de Hegel que se hace aquí; no obstante, la exégesis
que se hace, con los errores que pueda haber, corre por entero a mi cargo.
© Contrastes. Revista Internacional de Filosofía, vol. XXII-Nº2 (2017), pp. 37-49. ISSN: 1136-4076
Departamento de Filosofía, Universidad de Málaga, Facultad de Filosofía y Letras
Campus de Teatinos, E-29071 Málaga (España)
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que la investigación acerca de las condiciones necesarias para lograr la felicidad individual,
una que versa sobre el carácter idóneo del buen hombre (spoudaios) y del buen ciudadano. En
segundo lugar, establezco algunos paralelismos entre esta lectura y la interpretación hegeliana
de algunas ideas aristotélicas. Concluyo que la omisión de un tratamiento pormenorizado de
la philia en la ética-política de Hegel implica una diferencia fundamental en el abordaje que
ambos autores hacen de la filosofía práctica.
PALABRAS CLAVE
PHILIA, AMISTAD, POLIS, EUDAIMONIA, SPOUDAIOS, VIRTUDES, ESTADO.
ABSTRACT
The Aristotelian definition of man as a political animal (zoon politikon) is not exempt from
possible interpretations, including that only within a polis can the human being be happy. From
the case of the philia as it appear, above all, in books VIII and IX of Nicomachean Ethics and
in relation to the figure of spoudaios that appears also in both books, I propose a ‘political’
reading of Nicomachean Ethics. I understand by ‘political reading’ a conception in which the
guiding thread and fundamental motive of ethics is, rather than research into the necessary
conditions to attain individual happiness, one concerning with the ideal character of the good
man (spoudaios) and of the good citizen. Secondly, I make some parallels between this reading
and the Hegelian interpretation of some Aristotelian ideas. I conclude that the omission of a
detailed treatment of the philia in Hegel’s ethics-politics implies a fundamental difference in
the approach that both authors make of the practical philosophy.
KEYWORDS
PHILIA, FRIENDSHIP, POLIS, EUDAIMONIA, SPOUDAIOS, VIRTUES, STATE.
I. Introducción
La investigación sobre la virtud de la philia o amistad ocupa un lugar
principal en la Ética a Nicómaco y en otros tratados de la filosofía práctica
aristotélica como la Política y la Retórica. Aristóteles considera que la posesión
de dicha disposición habitual tiene una importancia capital tanto para la felici-
dad del individuo como para la de la polis; mientras la philia teleia o amistad
en sentido pleno forma parte del carácter de la persona virtuosa o spoudaios,
en el caso de la polis es la philia politike el tipo de relación intersubjetiva a
la que debe aspirar la mejor constitución o régimen político. Así como para
Aristóteles la ética tiene una función protréptica además de científica, es decir,
pretende, por así decir, no quedarse en mera teoría sino fomentar la práctica
de las virtudes; por su parte la política se encarga de averiguar cómo proceder
para que la polis sea un lugar adecuado para ese ejercicio de las excelencias
humanas. En este sentido para Aristóteles hay una conexión esencial entre el
ideal de la excelencia humana y qué tipo de polis es la que actualiza tal ideal
del mejor modo posible. A su juicio la mejor polis posible es aquella en la que
3 «El hombre feliz necesita amigos» (δεῖ ἄρα τῷ εὐδαίμονι φίλων), (EN VIII 4 1169b 22).
4 Como afirma Barker en la introducción a su célebre comentario de la Política de
Aristóteles en cuatro volúmenes: «Aristóteles, después de haber tratado la moralidad en sus Éticas
como una ‘disposición’ del individuo, en la Política se encarga de la moralidad como ‘forma de
vida’ o sistema organizado del comportamiento, que funciona en una comunidad política que
produce al mismo tiempo dicha ‘disposición’ mediante el gobierno, las leyes y la educación, y
se ocupa con energía de que un círculo amplio de personas, metidos en una red de relaciones,
puedan ejercitar dicha disposición y respirar esa forma de vida», Barker, 1968, p. xxxv. Esta
traducción así como las que en adelante son mías a no ser que se indique lo contrario.
mantiene que es la polis la que está al servicio del ejercicio de las virtudes y
no al revés. Con el fin de explicar este principio quisiera traer a colación la
exégesis de dos filósofos políticos conocidos por su neoaristotelismo, a saber:
Eric Voegelin y de Leo Strauss.
Según Voegelin la ciencia de los asuntos humanos –tal y como Aristóteles
la llama, ἡ περὶ τὰ ἀνθρώπεια φιλοσοφία– puede subdividirse a su vez en dos
«ciencias especiales», a saber: la ciencia de las excelencias humanas por un lado,
y la ciencia legislativa –en el sentido de nomos– por otro lado.5 Ahora bien,
este esquema de la ciencia de los asuntos humanos no hace sino recoger lo que
Aristóteles considera como dos momentos necesarios de la existencia humana,
a saber: la formación del carácter de la persona individual y las instituciones
necesarias para que tal formación sea posible. Esto tiene una consecuencia
concreta para el estudio de los asuntos humanos en su dimensión política, a
saber: del mismo modo que la felicidad individual debe ser estudiada por el
investigador de asuntos éticos, así el investigador de los asuntos políticos com-
parte con el primero la importancia de la eudaimonia y añade a esta perspectiva
la función de que esta no sea solo individual sino colectiva, es decir, política.
A juicio de Voegelin las nociones que conectan ambos tratados –a los
que habría que añadir pasajes significativos de la Retórica– son las de philia,
eudaimonia y spoudaios. Considera que el spoudaios o persona de carácter
excelente es la figura que integra de manera más completa el ideal que es
necesario realizar para que no sólo el sujeto individual actualice y desarrolle
su naturaleza de la manera más excelente posible, sino que dicho crecimiento
redunde en beneficio de toda la comunidad. Pues solo el spoudaios es capaz de
amigos en sentido pleno (teleia), ya que este no solo actualiza su ser individual
sino que en la medida en que cultiva su carácter de una determinada manera y
en una dirección política, promueve también la felicidad de la polis.6
Del mismo modo que para Aristóteles no es posible la felicidad individual
sin polis y una constitución o régimen (politeia) adecuado, tampoco es posible
la eudaimonia de la polis sin que el carácter de sus ciudadanos sea excelente
(spoudaios). Por lo tanto, la función de la ética en cuanto ciencia no es sólo
de investigación sino que también tiene carácter protréptico, es decir, exhorta
y promueve la práctica de la virtud como el fin al que debe aspirar cualquier
hombre y cualquier ciudadano. Aquí surge de nuevo la relación intrínseca entre
5 Afirma que: «el spoudaios es el hombre que realiza al máximo las potencialidades de
la naturaleza humana, que formó su carácter en la realización habitual de las virtudes éticas y
dianoéticas, el hombre que en su más completo grado de desarrollo es capaz de bios theoretikos.
Por lo tanto, la ciencia de la ética en el sentido aristotélico es un estudio del tipo del spoudaios,
Voegelin 1957, p. 83.
6 Dice Voegelin: «la philía aristotélica, el núcleo experiencial de verdadera comunidad
entre hombres buenos», Voegelin 1957, p. 85.
7 «Lo que propiamente llamamos voluntad (Willen) contiene en su interior los dos
momentos precedentes. En un primer momento el yo es, en cuanto tal, pura actividad, la
universalidad que permanece consigo misma; pero esta universalidad se determina y al hacerlo no
queda consigo, sino que se pone como otro y deja de ser universal. Lo tercero es ahora que en su
limitación, en ese otro, esté consigo misma, que al determinarse permanezca sin embargo consigo
ciona las razones que hacen necesario este desarrollo (p.e. el descubrimiento
de la conciencia subjetiva del individuo) de la polis griega al estado moderno.
V. Aristóteles y Hegel están de acuerdo en parte
Una vez hemos llegado al apartado final del artículo queda por dilucidar
la cuestión de hasta qué punto y en qué sentido Aristóteles y Hegel están o no
de acuerdo.
A partir de la interpretación hecha en este texto de las relaciones entre
ética y política no parece aventurado decir que tanto Hegel como Aristóteles
reconocen la necesidad de que las instituciones políticas sirvan como marco
para la adquisición y práctica de las virtudes. En el caso concreto de la philia
al ser una virtud per se social y comunitaria la polis es el locus en el cual se
dan las condiciones necesarias para que se produzca ese tipo de relación inter-
personal. Ahora bien mientras que Hegel considera que la amistad per se no es
una de las figuras o momentos necesarios de la eticidad –lo son la familia, la
sociedad civil y el Estado– sino que permanece encerrada en el terreno de la
moralidad, para Aristóteles la philia politike constituye el fin que han de buscar
los legisladores y gobernantes como un bien intrínseco de la mejor polis y del
carácter del buen ciudadano.
Para Aristóteles hay una conexión necesaria entre el fin del hombre y de
la polis, en ambos casos la eudaimonia y la philia son necesarias, como lo es
en definitiva la práctica de las virtudes. De esto sí que se hace eco Hegel en
parte cuando interpreta la filosofía práctica de Aristóteles como una relación
intrínseca entre ética y política, por ejemplo en los siguientes pasajes de sus Lec-
ciones de historia de la filosofía dedicados a la filosofía práctica del estagirita:
«Aristóteles se dio cuenta, más o menos claramente, de que la sustancia
positiva, la necesaria organización y realización del espíritu práctico es el Es-
tado, que es realizado por medio de la actividad subjetiva de tal modo que esta
encuentra en él su determinación. Por eso también ve en la filosofía política
toda la filosofía práctica y el fin del Estado como la felicidad general», (Hegel
1985, p. 315). «Como se ve, Aristóteles no considera como lo primario al indi-
viduo y sus derechos, sino que reconoce al Estado como lo superior en cuanto
a su esencia, como algo más alto que el individuo y la familia, ya que es aquél
precisamente el que constituye la sustancialidad de estos», (Hegel 1985, p. 316).
No obstante, la omisión de un tratamiento pormenorizado de la philia y
de sus repercusiones para el desarrollo del individuo y el todo social hacen
poco aristotélico el acercamiento hegeliano. Como se ha intentado hacer ver,
son varias las razones que se pueden aducir para dar sentido a esta carencia.
A esto se podría objetar al menos de dos maneras: (1) que Hegel no hace sino
desarrollar y completar lo que estaba implícito en la teoría aristotélica, como
defiende Goldstein; o que como afirma Williams (2) dicho tratamiento sí que
se encuentre en la teoría hegeliana pero solo de modo latente.
La primera objeción la he tomado del trabajo de Goldstein: Hegel’s Idea
of the Good Life. A juicio de Goldstein: «las virtudes morales aristotélicas en
último término responden a la demanda que la polis pide a sus ciudadanos para
asegurar la perpetuación de la ciudad en su naturaleza específica. Cuando Hegel
define la virtud como la reflexión ética del carácter, captura la virtud como uno
de los requerimiento de la polis como esto ya se dan en el espíritu humano. En
la especificación, en la forma de la honestidad, de esta adecuación del espíri-
tu humano a los requerimientos particulares de la comunidad se completa y
preserva lo esencia de la virtud moral de los griegos» (Goldstein 2006, p. 221).
No osbtante como ya hemos visto, y como afirma Strauss, para Aristóteles
es más bien la polis la que está subordinada al ejercicio de las virtudes y no
ocurre al revés como defiende Hegel.
La segunda objeción la he extraído del artículo de Williams: «Aristotle,
Hegel, and Nietzsche on Friendship». Williams cree ver una conexión esencial
en las propuestas aristotélica y hegeliana. Este interpreta que la philia tal y como
es entendida por Aristóteles puede relacionarse de manera directa al modo en
que se relacionan dos subjetividades que se reconocen mutuamente como seres
libres y autoconscientes,12 aunque matiza que: «el tratamiento aristotélico de
la philia tiene el defecto de ser inmediata, provinciana y abstracta» (Williams
2012, p. 68).
Aunque de hecho Aristóteles pone como una de las condiciones para ha-
blar de philia entre dos individuos que estos se reconozcan mutuamente como
amigos, también es cierto que dicho reconocimiento no funda la amistad. Más
bien es el carácter excelente del amigo y lo que se deriva de éste y del propio
(p.e., el buscar su bien antes que el propio) lo que establece una amistad plena
en sentido aristotélico. Por otra parte, la philia politike que se da entre con-
ciudadanos en la mejor polis también subordina la relación de reconocimiento
mutuo a la búsqueda del bien y la práctica de las virtudes.
En definitiva y por formularlo en modo interrogativo: ¿Bastaría con que
Hegel reconozca la necesidad de las virtudes para el desarrollo del individuo y
del Estado para mantener una continuación y no una desfiguración de la filosofía
práctica de Aristóteles? A mi juicio, la pérdida de la philia por el camino es
una carencia de la propuesta hegeliana siempre y cuando esta quisiera ser una
continuación de la especulación aristotélica.
12 «My thesis is that reciprocal recognition is the deep structure of intersubjectivity
inherent in spirit and Sittlichkeit. I hope to show not only that recirpocal recognition in Hegel’s
sense is the deep intersubjective structure of Friendship –the intersubjective tie that binds- but
also that Aristotle’s account of Friendship exhibits mutual recognition», Williams 2012, p. 55.
Líneas de investigación:
Filosofía Antigua, especialmente la filosofía teórica y práctica de Aristóteles. Historia de
la metafísica, Fenomenología, Antropología filosófica y ética.
Publicaciones recientes:
«¿Cuál es el método de la Ética?» en Auctoritas prudentium. Revista de la Facultad de De-
recho de la Universidad del Istmo (Guatemala), ISSN 2305-9729, Año VIII (2016), No. 14, 5-19.
«La filosofía de las matemáticas de Aristóteles», en Tópicos. Revista de Filosofía (52)
2017, 43-66.
«Homo capax Dei. La posibilidad del conocimiento teórico de Dios según L. Polo», en
Studia Poliana (19) 2017, 27-40.
Email: mmarti.1@alumni.unav.es