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Dano Moral PDF
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17/06/2011
623-2009
DOCTRINA
El monto a pagar en concepto del daño moral ocasionado por un ilícito penal, debe ser
establecido por el Juez de conformidad con su comprensión integral del caso. Además,
dicho funcionario debe representarse las circunstancias de la víctima al momento del
hecho y tomar en cuenta las condiciones socioeconómicas de quien se considera
afectado y del obligado al resarcimiento. Lo anterior, para evitar compensaciones
económicas desproporcionadas o incobrables. En el presente caso, tratándose de la
similitud de condiciones entre el sindicado y las víctimas, en las que se percibe que
pertenecen a un estrato social de clase media, corresponde fijar montos que sean
adecuados a la realidad y condiciones de dichas personas.
Se tiene a la vista para resolver el recurso de casación por motivo de fondo interpuesto
por el procesado FERNANDO JOSÉ LUARCA GIL, con el auxilio del abogado Edgardo
Enrique Enriquez Cabrera, defensor del Instituto de la Defensa Pública Penal. Se
presenta contra la sentencia dictada por la Sala Segunda de la Corte de Apelaciones del
ramo Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente, el once de septiembre de dos
mil nueve, en el proceso penal que por el delito de homicidio culposo se sigue contra el
interponente. Acusó el Ministerio Público a través del Fiscal Manuel Antonio Lemus
Flores. Intervienen como querellantes adhesivas y actoras civiles: Stephanie Christine
Andrews Lottman y Marta Aracely Duarte Flores. La primera actúa con el auxilio de los
abogados Edwin Eberto Ortega Estrada, quien también es su mandatario judicial con
representación, y José Adolfo Flamenco Jau; la segunda a través de su mandatario
judicial con representación Bilgai Natanael Santizo Ochoa.
I. ANTECEDENTES:
A) Del hecho acreditado: El dieciséis de junio del dos mil cuatro, a las catorce horas con
cuarenta y cinco minutos, en el carril perimetral de la Universidad de San Carlos de
Guatemala, lado derecho, frente al edificio S guión diez, dirigiéndose de oriente a
poniente, el procesado piloteaba el vehículo marca Honda en compañía de las señoritas
Stephanie Christine Andrews Lottmann y Carmen María Palmieri Duarte. Al pilotar el
sindicado en forma imprudente y/o negligente chocó violentamente contra un poste de
alumbrado eléctrico, circunstancia que provocó que la señorita Palmieri Duarte sufriera
trauma cráneo encefálico y trauma abdominal, que causaron su fallecimiento,
instantáneamente. Del mismo impacto la señorita Andrews Lottmann, resultó con varias
lesiones que le imposibilitaron trabajar, y le provocaron varias cicatrices visibles, en
diferentes partes de su cuerpo. B) Del fallo de primer grado: El Tribunal Sexto de
Sentencia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente, declaró al procesado
Fernando José Luarca Gil autor del delito de homicidio culposo, condenándolo a la pena
de tres años de prisión, concediéndole el beneficio de suspender condicionalmente la
ejecución de la pena durante el tiempo de la condena. En cuanto a las reparaciones
civiles consideró que la muerte de Carmen María Palmieri Duarte, es un daño irreparable
que provoca daños morales, especialmente a su núcleo familiar, por el sufrimiento que
ocasiona la pérdida de un ser querido en tan fatales circunstancias cuando su expectativa
de vida era diferente por la edad que tenía la víctima. El sufrimiento en este caso no
necesita ser probado, porque es inherente a la persona humana, por esa razón los
juzgadores, accedieron a fijar en concepto de reparación del daño moral ocasionado, con
base en lo comprende el artículo 119 del Código Penal, inciso 2). Se le condenó a pagar
a favor de la actora civil Marta Araceli Duarte Flores, la cantidad de un millón de
quetzales. Por la otra afectada consideraron que la acción imprudente del procesado, ha
ocasionado daños morales que originó daños irreparables en la anatomía de Stephanie
Christine Andrews Lottman, especialmente porque a consecuencia del percance
automovilístico, ella quedó con impedimento en una pierna, para caminar, lo que pudimos
observar los jueces en audiencia de debate, por lo que para resarcir el daño moral que
ocasiona esa afección física se impone la cantidad de veinte mil ciento setenta y siete
quetzales con treinta y seis centavos, por deducible del seguro médico. Doscientos mil
quetzales en concepto de resarcimiento por el daño moral ocasionado. C) Del recurso de
apelación especial: El sindicado presentó recurso de apelación especial por motivo de
fondo, denunciando inobservancia de los artículos 122 del Código Penal y 1648 del
Código Civil. Argumentó que el tribunal de sentencia incurre en error al condenarlo al
pago de responsabilidades morales por la muerte de Carmen María Palmieri Duarte. De
conformidad con el artículo 1648 del Código Civil, debió corresponder a las perjudicadas
probar los daños sufridos como consecuencia del acto ilícito, y en este caso, con las
pruebas obtenidas, no se acreditó los daños ni la cuantía de los mismos ocasionados a
las ofendidas, por lo que no debió condenársele al pago de un millón de quetzales y
doscientos mil quetzales a favor de cada una de las afectadas. El error denunciado
consiste en que se desconoce en base a qué pruebas se orientaron los jueces para fijar
dichas cantidades, por lo que existió arbitrariedad e injusticia. Lo correcto debió ser que
al pronunciarse sobre la responsabilidad civil, se hubiera observando el artículo 1648 del
Código Civil, el cual debió ser aplicado supletoriamente según refiere el 122 del Código
Penal. El tribunal debió advertir que las actoras civiles no acreditaron documentalmente
los daños morales y la cuantía de los mismos. Solicitó que se declare procedente el
recurso y se anule el numeral V de la parte resolutiva de la sentencia y en consecuencia
se anule lo relativo a la condena por responsabilidades civiles. D) De la sentencia del
tribunal de alzada: La sala estimó que en el caso de análisis, se condena por daño moral
causado como extensión de la responsabilidad civil derivada del delito, por el cual se
condena al procesado, según lo previsto en el artículo 119 del Código Penal. La
naturaleza culposa del ilícito no exime de la reparación del daño moral causado, por ello
cuando el apelante invoca inobservancia del artículo 122 del referido código, en lo relativo
a la remisión de leyes civiles para las cuestiones previstas en la ley penal, no se advierte
que exista el agravio señalado, pues el artículo 1648 del Código Civil, se refiere a la
posibilidad de ofrecer prueba para desvirtuar la presunción de culpa, pero en el presente
caso la sentencia no fue dictada con base en presunciones, fueron pruebas directas las
que permitieron acreditar los hechos y responsabilidad del imputado. En virtud de lo
considerado, el recurso analizado no debe ser acogido y así debe resolverse. Con base
en estas consideraciones la sala declaró sin lugar el recurso planteado.
Para la diligencia señalada el interponente Fernando José Luarca Gil, con el auxilio del
abogado Edgargo Enrique Enriquez Cabrera, defensor del Instituto de la Defensa Pública
Penal; el Ministerio Público a través del fiscal Vielmar Bernaú Hernández Lemus y el
abogado Bilgai Natanael Santizo Ochoa, reemplazaron su participación oral mediante la
presentación de alegatos por escrito, sustentando las argumentaciones correspondientes
en relación al interés mantenido en el proceso.-
CONSIDERANDO
LEYES APLICABLES
POR TANTO:
La Corte Suprema de Justicia, Cámara Penal, con base en lo considerado y leyes citadas,
al resolver DECLARA: I. Procedente el recurso de casación por motivo de fondo
interpuesto por el procesado FERNANDO JOSÉ LUARCA GIL, con el auxilio del abogado
Edgardo Enrique Enriquez Cabrera, defensor del Instituto de la Defensa Pública Penal. II.
Casa la sentencia emitida por la Sala Segunda de la Corte de Apelaciones del Ramo
Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente, el once de septiembre de dos mil
nueve. III. Se modifica la parte resolutiva de la sentencia emitida por el Tribunal Sexto de
Sentencia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente, de fecha veinte de mayo de
dos mil nueve en su numeral romano V), el cual queda de la siguiente forma: “V) Con
lugar las acciones reparatorias promovidas por las actoras civiles, las cuales se fijan: a
favor de Marta Araceli Duarte Flores, la cantidad de un doscientos mil Quetzales como
resarcimiento al daño moral ocasionado por la muerte de su hija Carmen María Palmieri
Duarte. A favor de Stephanie Christine Andrews Lottman, la cantidad de veinte mil ciento
setenta y siete Quetzales con treinta y seis centavos, por daños patrimoniales,
relacionados con el pago del deducible del seguro médico que cubrió los gastos de
hospitalización, y la cantidad de cincuenta mil Quetzales en concepto de resarcimiento
moral.” IV) Notifíquese y con certificación de lo resuelto, devuélvanse los antecedentes a
donde corresponda.