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Este constante cambio lo viven todas las personas, aunque cada una a su manera. La pubertad
suele comenzar entre los 8 y los 13 en niñas y entre los 9 y los 15 en los varones.
Tanto niños como niñas experimentan cambios similares, como el crecimiento del vello
púbico y el vello en las axilas. Crecen en estatura, los llamados estirones duran entre dos y
tres años. También otras partes del cuerpo, como los pies, crecen rápidamente. Todo esto
da a los púberes un aspecto de torpeza o incomodidad.
Los cambios hormonales pueden producir acné y una piel más aceitosa. Para ayudar a los
adolescentes en estos cambios no hay nada mejor que acudir a un dermatólogo,
enseñarles hábitos de higiene de la piel y comprar los productos adecuados para su piel.
También se empiezan a sentir más olores corporales normales, ya que las hormonas de la
pubertad estimulan las glándulas sudoríparas.
En los niños, cuando la pituitaria comienza a trabajar, las hormonas se dirigen a los testículos para
que comiencen a producir testosterona y espermatozoides. La testosterona es una de las
hormonas relacionadas con la masculinidad, necesarias para que se vayan produciendo otros
cambios en el cuerpo, como el crecimiento de la barba o el ensanchamiento de la espalda.
Los niños también cambian la voz, crecen sus genitales, y comienzan a tener erecciones y
poluciones nocturnas.
En las niñas, la pituitaria trabaja en los ovarios y produce estrógenos, necesario para que lleve a
lugar la primera menstruación. En general, esta comienza aproximadamente dos años después de
que el pecho comienza a desarrollarse.