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Poesía

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Este libro es gratuito, prohibida


su reproducción y venta.
ÍNDICE

Miguel de Cervantes R ubén Darío E pifanio Mejía


Saavedra
21_ Canción de 36_ Historia de una
5_ ¿Quién menoscaba la noche en el mar tórtola
mis bienes?
22_ Sonatina
José María R iva s Gro o t
Franc isco de Quevedo 37_ ¿Qué es dolor?
Gustavo Adolf o Bécquer
7_ A una nariz * 24_ Tu pupila es azul,
Definición del amor
y cuando ríes * ¿Qué es Gregorio Gutiérre z Go n zá le z
8_ Miré los muros poesía? * Por una mirada, 38_ Aures
de la patria mía *
un mundo
Desde la torre
25_ Asomaba a sus ojos Candelario Obes o
una lágrima * Los 40_ Canción del pescador
Pedro Calderón De La Barca Cancion del boga
suspiros son aire y van *
10_ La vida es sueño al aire * Volverán las ausente
12_ A la s flores * oscuras golondrinas
A la muerte José Asunc ión Silva

*** *** *** Amado N ervo 42_ Los maderos


Sor Juana I nés de La Cruz
26_ En paz de San Juan
13_ Al que ingrato, me 27_ A leonor 44_ La voz de las cosas
ministe rio de E d ici ó n y se le cci ón Prim era edició n, 2016 deja * Con el dolor de la
cu ltu ra de colom b i a I v á n H e r n ández mortal herida
Miguel de Unamuno Porf irio Barba Ja co b
Ma r ia na Ga rcés Có rdoba Material de
Mi ni stra d e Cultu ra Coor d i n a dor a e ditor i al distribución gratuita. 28_ ¿Qué es tu vida, alma 45_ Futuro
Lope de Vega
Los d erech os d e esta ed ició n , mía? * De vuelta a casa
L a u ra P é re z 15_ Las mañanicas
ministe rio de
in cl uyend o l a s il ust ra cio nes , 29_ El cuerpo canta Julio Flórez
del mes de mayo * 36_ Resurrecciones
educ ación naci on a l I lustr ador a
co rres p o nd en al Min ister io d e
A mis soledades voy
30_ Hay ojos que miran,
Cul tura ; el p er m is o p a ra su
Yane t h Gi ha  Sil va na G i raldo rep ro d ucció n f ís ica o d ig ital se
hay ojos que sueñan
o t o rg a r á ú n ica m ente en l os ca s os José Eustasio Rive ra
Mi ni stra d e Ed ucaci ó n Jorge Manrique
en qu e n o h ay a á n im o d e l ucro. Federico Garc ía Lorca 47_ Cantadora sencilla
Comité e d itor i al 17_ Coplas por la
A grad e ce m os s ol i ci tar e l pe r m is o
31_ Preciosa y el aire * La gentil calentana
Co nsu e l o Gaitán muerte de su padre
I v á n H e r n ández
escr i bi e n d o a:
(fragmento) 32_ Arbolé arbolé *
literaturaylibro@mincultura.gov.co
J o rge Or la ndo Mel o Es verdad *
M o is é s Me l o José Martí 33_ Canción de jinete *
18_ Versos Sencillos Nana *
20_ Cultivo una rosa 34_ Canción china
blanca * Dos patrias en Europa *
tengo yo Romance sonámbulo
¿Quién menoscaba mis bienes?

¿Quién menoscaba mis bienes? ¿Quién mejorará mi suerte?

5 * Miguel de Cervantes Saavedra


Desdenes. La muerte.
¿Y quién aumenta mis duelos? Y el bien de amor, ¿quién le alcanza?
Los celos. Mudanza.
¿Y quién prueba mi paciencia? Y sus males, ¿quién los cura?
Ausencia. Locura.
De ese modo, en mi dolencia De ese modo, no es cordura
ningún remedio se alcanza, querer curar la pasión,
pues me matan la esperanza, cuando los remedios son
desdenes, celos y ausencia. muerte, mudanza y locura.

¿Quién me causa este dolor?


Amor.
¿Y quién mi gloria repugna?
Fortuna.
¿Y quién consiente en mi duelo?
El cielo.
De ese modo, yo recelo
morir deste mal extraño,
pues se aumentan en mi daño
amor, fortuna y el cielo.
A una nariz Definición del amor

Érase un hombre a una nariz pegado, Es hielo abrasador, es fuego helado, 


érase una nariz superlativa, es herida que duele y no se siente, 
érase una nariz sayón y escriba, es un soñado bien, un mal presente, 
érase un peje espada muy barbado. es un breve descanso muy cansado. 

7 * Francisco de Quevedo
Érase un reloj de sol mal encarado, Es un descuido que nos da cuidado, 
érase una alquitara pensativa, un cobarde, con nombre de valiente, 
érase un elefante boca arriba, un andar solitario entre la gente, 
era Ovidio Nasón más narizado. un amar solamente ser amado. 

Érase un espolón de una galera, Es una libertad encarcelada, 


érase una pirámide de Egipto, que dura hasta el postrero paroxismo; 
las doce tribus de narices era. enfermedad que crece si es curada. 

Érase un naricísimo infinito, Este es el niño Amor, éste es su abismo. 


muchísima nariz, nariz tan fiera, ¡Mirad cuál amistad tendrá con nada 
que en la cara de Anás fuera delito. el que en todo es contrario de sí mismo!
Miré los muros Desde la torre
de la patria mía

Retirado en la paz de estos desiertos,


Miré los muros de la Patria mía,  con pocos, pero doctos libros juntos,
si un tiempo fuertes, ya desmoronados,  vivo en conversación con los difuntos
de la carrera de la edad cansados,  y escucho con mis ojos a los muertos.
por quien caduca ya su valentía. 
8 * Francisco de Quevedo

Si no siempre entendidos, siempre abiertos,


Salíme al campo; vi que el sol bebía  o enmiendan, o fecundan mis asuntos;
los arroyos del hielo desatados,  y en músicos callados contrapuntos
y del monte quejosos los ganados,  al sueño de la vida hablan despiertos.
que con sombras hurtó su luz al día. 
Las Grandes Almas, que la Muerte ausenta,
Entré en mi casa; vi que, amancillada,  de injurias, de los años vengadora,
de anciana habitación era despojos;  libra, oh, gran don Josef, docta la Imprenta.
mi báculo, más corvo y menos fuerte; 
En fuga irrevocable huye la hora;
vencida de la edad sentí mi espada,  pero aquella el mejor cálculo cuenta
y no hallé cosa en que poner los ojos  que en la lección, y estudios nos mejora.
que no fuese recuerdo de la muerte.
La vida es sueño

Sueña el rey que es rey, y vive


con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
10 * Pedro Calderón De La Barca

prestado, en el viento escribe,


y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Qué hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?

Sueña el rico en su riqueza,


que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.

Yo sueño que estoy aquí


destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
A las flores A la muerte Al que ingrato, me deja Con el dolor de
(Décimas) la mortal herida

Estas, que fueron pompa y alegría Al que ingrato me deja, busco amante;
despertando al albor de la mañana, ¡Oh tú, que estás sepultado  al que amante me sigue, dejo ingrata; Con el dolor de la mortal herida,
12 * Pedro Calderón De La Barca

a la tarde serán lástima vana en el sueño del olvido,  constante adoro a quien mi amor maltrata, de un agravio de amor me lamentaba,

13 * Sor Juana Inés de La Cruz


durmiendo en brazos de la noche fría. si para tu bien dormido,  maltrato a quien mi amor busca constante. y por ver si la muerte se llegaba
para tu mal desvelado!  procuraba que fuese más crecida.
Este matiz, que al cielo desafía, Deja el letargo pesado,  Al que trato de amor, hallo diamante,
iris listado de oro, nieve y grana, despierta un poco, y advierte  y soy diamante al que de amor me trata, Toda en su mal el alma divertida,
será escarmiento de la vida humana: que no es bien que desa suerte  triunfante quiero ver al que me mata, pena por pena su dolor sumaba,
¡tanto se emprende en término de un día! duerma, y haga lo que hace  y mato al que me quiere ver triunfante. y en cada circunstancia ponderaba
quien está desde que nace  que sobraban mil muertes a una vida.
A florecer las rosas madrugaron, en los brazos de la muerte. Si a éste pago, padece mi deseo;
y para envejecerse florecieron: * si ruego a aquél, mi pundonor enojo: Y cuando, al golpe de uno y otro tiro,
cuna y sepulcro en un botón hallaron. La juventud más lozana de entrambos modos infeliz me veo. rendido el corazón daba penoso
¿en qué paró?, ¿qué se hizo? señas de dar el último suspiro,
Tales los hombres sus fortunas vieron: Todo el tiempo lo deshizo Pero yo, por mejor partido, escojo:
en un día nacieron y expiaron; y anocheció su mañana, de quien no quiero, ser violento empleo; no sé por qué destino prodigioso
que, pasados los siglos, horas fueron. la muerte siempre es temprana que, de quien no me quiere, vil despojo. volví a mi acuerdo y dije: ¿qué me admiro?
y no perdona a ninguno: ¿Quién en amor ha sido más dichoso?
goza del tiempo oportuno,
granjea con tu talento,
que aquí dan uno por ciento
y allí dan ciento por uno.
Las mañanicas
del mes
Las de
mañanicas A mis soledades voy
mayo
del mes de mayo (Fragmento)

En las mañanicas Sale el mayo hermoso A mis soledades voy,


del mes de mayo con los frescos vientos de mis soledades vengo,
cantan los ruiseñores. que le ha dado marzo porque para andar conmigo
retumba el campo. de céfiros bellos. me bastan mis pensamientos.
   
En las mañanicas, Las lluvias de abril No sé qué tiene el aldea
como son frescas, flores le trajeron: donde vivo y donde muero,

1 5 * Lo p e d e Ve g a
cubren ruiseñores púsose guirnaldas que con venir de mí mismo
las alamedas. en los rojos cabellos. no puedo venir más lejos.
   
Ríense las fuentes Los que eran amantes Ni estoy bien ni mal conmigo;
tirando perlas amaron de nuevo mas dice mi entendimiento
a las florecillas y los que no amaban que un hombre que todo es alma
que están más cerca. a buscarlo fueron. está cautivo en su cuerpo.
   
Vístense las plantas Y luego que vieron Entiendo lo que me basta
de varias sedas, mañanas de mayo, y solamente no entiendo
que sacar colores cantan los ruiseñores, cómo se sufre a sí mismo
poco les cuesta. retumba el campo. un ignorante soberbio.
 
Los campos alegran De cuantas cosas me cansan
tapetes varios, fácilmente me defiendo;
cantan los ruiseñores pero no puedo guardarme
retumba el campo. de los peligros de un necio.
 
Coplas por la
muerte de su padre
(fragmento)

I XVI XXVI
Recuerde el alma dormida, ¿Qué se hizo el rey don Juan? Amigo de sus amigos,
avive el seso y despierte Los infantes de Aragón ¡qué señor para criados
contemplando ¿qué se hicieron? y parientes!
cómo se pasa la vida, ¿Qué fue de tanto galán, ¡Qué enemigo de enemigos!
cómo se viene la muerte  qué fue de tanta invención ¡Qué maestro de esforzados
tan callando, como trajeron? y valientes!
cuán presto se va el placer, Las justas y los torneos, ¡Qué seso para discretos!
cómo, después de acordado, paramentos, bordaduras ¡Qué gracia para donosos!

17 * Jorge Manrique
da dolor; y cimeras, ¡Qué razón!
cómo, a nuestro parecer ¿fueron sino devaneos? ¡Qué benigno a los sujetos!
cualquiera tiempo pasado ¿qué fueron sino verduras ¡A los bravos y dañosos,
fue mejor. de las eras? qué león!

II ¿Qué se hicieron las damas,


Nuestras vidas son los ríos sus tocados, sus vestidos,
que van a dar en la mar, sus olores?
que es el morir; ¿Qué se hicieron las llamas
allí van los señoríos de los fuegos encendidos
derechos a se acabar de amadores?
y consumir; ¿Qué se hizo aquel trovar,
allí los ríos caudales, las músicas acordadas
allí los otros medianos que tañían?
y más chicos, ¿Qué se hizo aquel danzar,
y llegados, son iguales aquellas ropas chapadas
los que viven por sus manos que traían?
y los ricos.
Versos Sencillos
(Fragmento)

Yo soy un hombre sincero


De donde crece la palma,
Y antes de morirme quiero
Echar mis versos del alma.

Yo vengo de todas partes,


Y hacia todas partes voy:
Arte soy entre las artes,
18 * José Martí

En los montes, monte soy.

Yo sé los nombres extraños


De las yerbas y las flores,
Y de mortales engaños,
Y de sublimes dolores.

Yo he visto en la noche oscura


Llover sobre mi cabeza
Los rayos de lumbre pura
De la divina belleza.
Cultivo una rosa blanca Dos patrias tengo yo

Cultivo una rosa blanca, Dos patrias tengo yo: Cuba y la noche. 
En julio como en enero, ¿O son una las dos? No bien retira 
Para el amigo sincero Su majestad el sol, con largos velos 
Que me da su mano franca. Y un clavel en la mano, silenciosa 
Cuba cual viuda triste me aparece. 
Y para el cruel que me arranca ¡Yo sé cuál es ese clavel sangriento 
El corazón con que vivo, Que en la mano le tiembla! Está vacío 
Cardo ni oruga cultivo Mi pecho, destrozado está y vacío 

21 * Rubén Darío
cultivo la rosa blanca. En donde estaba el corazón. Ya es hora 
20 * José Martí

De empezar a morir. La noche es buena 


Para decir adiós. La luz estorba 
Y la palabra humana. El universo 
Habla mejor que el hombre. 
Cual bandera 
Que invita a batallar, la llama roja 
De la vela flamea. Las ventanas  Canción de
Abro, ya estrecho en mí. Muda, rompiendo  la noche en el mar
Las hojas del clavel, como una nube 
Que enturbia el cielo, Cuba, viuda, pasa...
¿Qué barco viene allá?
¿Es un farol o una estrella?
¿Qué barco viene allá?
Es una linterna tan bella
¡y no se sabe adónde va! ¡Es Venus, es Venus, es Ella!
Es un fanal y es una estrella
¡Es Venus, es Venus la bella! que nos indica el más allá,
¿Es un alma o es una estrella? y que el Amor sublime sella,
¿Qué barco viene allá? y es tan misteriosa y tan bella,
Es una linterna tan bella... que ni en la noche deja la huella
¡y no se sabe adónde va! ¡y no se sabe adónde irá!
Sonatina

La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa? Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
Los suspiros se escapan de su boca de fresa, ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color. ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
La princesa está pálida en su silla de oro, Y están tristes las flores por la flor de la corte;
está mudo el teclado de su clave sonoro; los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor. de Occidente las dalias y las rosas del Sur.

El jardín puebla el triunfo de los pavos-reales. ¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
22 * Rubén Darío

23 * Rubén Darío
Parlanchina, la dueña dice cosas banales, Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
y vestido de rojo piruetea el bufón. en la jaula de mármol del palacio real,
La princesa no ríe, la princesa no siente; el palacio soberbio que vigilan los guardas,
la princesa persigue por el cielo de Oriente que custodian cien negros con sus cien alabardas,
la libélula vaga de una vaga ilusión. un lebrel que no duerme y un dragón colosal.

¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China, ¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
o en el que ha detenido su carroza argentina (La princesa está triste. La princesa está pálida)
para ver de sus ojos la dulzura de luz? ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¿O en el rey de las Islas de las Rosas fragantes, ¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe
o en el que es soberano de los claros diamantes (La princesa está pálida. La princesa está triste)
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz? más brillante que el alba, más hermoso que abril!

¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa "¡Calla, calla, princesa -dice el hada madrina,
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa, en caballo con alas, hacia acá se encamina,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar, en el cinto la espada y en la mano el azor,
ir al sol por la escala luminosa de un rayo, el feliz caballero que te adora sin verte,
saludar a los lirios con los versos de mayo, y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
o perderse en el viento sobre el trueno del mar. a encenderte los labios con su beso de amor!"
Rima XIII Rima XXI Rima XXX Rima LIII
Tu pupila es azul, ¿Qué es poesía? Asomaba a sus ojos Volverán las oscuras
y cuando ríes una lágrima golondrinas

¿Qué es poesía?, dices mientras clavas


Tu pupila es azul, y cuando ríes, en mi pupila tu pupila azul. Asomaba a sus ojos una lágrima Volverán las oscuras golondrinas
su claridad süave me recuerda ¿Que es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? y a mi labio una frase de perdón; en tu balcón sus nidos a colgar,
24 * Gustavo Adolfo Bécquer

25 * Gustavo Adolfo Bécquer


el trémulo fulgor de la mañana Poesía… eres tú. habló el orgullo y enjugó su llanto y otra vez con el ala a sus cristales
que en el mar se refleja. y la frase en mis labios expiró. jugando llamarán.
Tu pupila es azul, y cuando lloras Rima XXIII Yo voy por un camino, ella por otro; Pero aquellas que el vuelo refrenaban
las transparentes lágrimas en ella Por una mirada, un mundo pero al pensar en nuestro mutuo amor, tu hermosura y mi dicha a contemplar,
se me figuran gotas de rocío yo digo aún: «¿Por qué callé aquel día?» aquellas que aprendieron nuestros nombres,
sobre una violeta. Y ella dirá: «¿Por qué no lloré yo?» ésas… ¡no volverán!
Tu pupila es azul, y si en su fondo Por una mirada, un mundo; Volverán las tupidas madreselvas
como un punto de luz radia una idea, por una sonrisa, un cielo; de tu jardín las tapias a escalar
me parece en el cielo de la tarde por un beso… ¡yo no sé Rima XXXVIII y otra vez a la tarde, aún más hermosas,
¡una perdida estrella! qué te diera por un beso! Los suspiros son sus flores se abrirán.
aire y van al aire
Pero aquellas cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
¡Los suspiros son aire y van al aire! y caer como lágrimas del día….
¡Las lágrimas son agua y van al mar! ésas… ¡no volverán!
Dime, mujer: cuando el amor se olvida
¿sabes tú adónde va? Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar,
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.
Pero mudo y absorto y de rodillas,
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido…, desengáñate:
¡así no te querrán!
En paz A leonor

Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, Vida, Tu cabellera es negra como el ala


porque nunca me diste ni esperanza fallida, del misterio; tan negra como un lóbrego
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida; jamás, como un adiós, como un «¡quién sabe!»
porque veo al final de mi rudo camino Pero hay algo más negro aún: ¡tus ojos!
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje la miel o la hiel de las cosas, Tus ojos son dos magos pensativos,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas: dos esfinges que duermen en la sombra,
cuando planté rosales, coseché siempre rosas. dos enigmas muy bellos... Pero hay algo,
26 * Amado Nervo

27 * A m a d o N e r v o
Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno: pero hay algo más bello aún: tu boca.
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Tu boca, ¡oh sí!; tu boca, hecha divinamente
Hallé sin duda largas las noches de mis penas; para el amor, para la cálida
mas no me prometiste tan sólo noches buenas; comunión del amor, tu boca joven;
y en cambio tuve algunas santamente serenas... pero hay algo mejor aún: ¡tu alma!

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz. Tu alma recogida, silenciosa,


¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz! de piedades tan hondas como el piélago,
de ternuras tan hondas...
Pero hay algo,
pero hay algo más hondo aún: ¡tu ensueño!
El cuerpo canta

El cuerpo canta;
¿Qué es tu vida, alma mía? De vuelta a casa la sangre aúlla;
la tierra charla;
la mar murmura;
¿Qué es tu vida, alma mía?, ¿cuál tu pago?, Desde mi cielo a despedirme llegas el cielo calla
¡Lluvia en el lago! fino orvallo que lentamente bañas y el hombre escucha.
¿Qué es tu vida, alma mía, tu costumbre? los robledos que visten las montañas
¡Viento en la cumbre! de mi tierra, y los maíces de sus vegas.

29 * Miguel de Unamuno
28 * Miguel de Unamuno

¿Cómo tu vida, mi alma, se renueva?, Compadeciendo mi secura, riegas


¡Sombra en la cueva!, montes y valles, los de mis entrañas,
¡Lluvia en el lago!, y con tu bruma el horizonte empañas
¡Viento en la cumbre!, de mi sino, y así en la fe me anegas.
¡Sombra en la cueva!
Madre Vizcaya, voy desde tus brazos
Lágrimas es la lluvia desde el cielo, verdes, jugosos, a Castilla enjuta,
y es el viento sollozo sin partida, donde fieles me aguardan los abrazos
pesar la sombra sin ningún consuelo,
y lluvia y viento y sombra hacen la vida. de costumbre, que el hombre no disfruta
de libertad si no es preso en los lazos
de amor, compañero de la ruta.
Hay ojos que miran, Preciosa y el aire
hay ojos que sueñan

Su luna de pergamino  Su luna de pergamino  Preciosa, llena de miedo, 


Hay ojos que miran, -hay ojos que sueñan, Preciosa tocando viene,  Preciosa tocando viene.  entra en la casa que tiene, 
Hay ojos que llaman, -hay ojos que esperan, por un anfibio sendero  Al verla se ha levantado  más arriba de los pinos, 
Hay ojos que ríen -risa placentera, de cristales y laureles.  el viento que nunca duerme.  el cónsul de los ingleses. 

31 * Federico García Lorca


Hay ojos que lloran -con llanto de pena, El silencio sin estrellas,  San Cristobalón desnudo, 
30 * Miguel de Unamuno

Unos hacia adentro -otros hacia fuera. huyendo del sonsonete,  lleno de lenguas celestes,  Asustados por los gritos 
cae donde el mar bate y canta  mira la niña tocando  tres carabineros vienen, 
Son como las flores -que cría la tierra. su noche llena de peces.  una dulce gaita ausente.  sus negras capas ceñidas 
Mas tus ojos verdes, -mi eterna Teresa, En los picos de la sierra  y los gorros en las sienes. 
Los que están haciendo -tu mano de hierba, los carabineros duermen  Niña, deja que levante 
Me miran, me sueñan, -me llaman, me esperan, guardando las blancas torres  tu vestido para verte.  El inglés da a la gitana 
Me ríen rientes -risa placentera, donde viven los ingleses.  Abre en mis dedos antiguos  un vaso de tibia leche, 
Me lloran llorosos -con llanto de pena, Y los gitanos del agua  la rosa azul de tu vientre.  y una copa de ginebra 
Desde tierra adentro, -desde tierra afuera. levantan por distraerse,  que Preciosa no se bebe. 
glorietas de caracolas  Preciosa tira el pandero 
En tus ojos nazco, -tus ojos me crean, y ramas de pino verde.  y corre sin detenerse.  Y mientras cuenta, llorando, 
Vivo yo en tus ojos -el sol de mi esfera, El viento-hombrón la persigue  su aventura a aquella gente, 
En tus ojos muero, -mi casa y vereda, *** con una espada caliente.  en las tejas de pizarra 
Tus ojos mi tumba, -tus ojos mi tierra. el viento, furioso, muerde.
Frunce su rumor el mar. 
Los olivos palidecen. 
Cantan las flautas de umbría 
y el liso gong de la nieve. 

¡Preciosa, corre, Preciosa, 


que te coge el viento verde! 
¡Preciosa, corre, Preciosa! 
¡Míralo por dónde viene! 
Sátiro de estrellas bajas 
con sus lenguas relucientes. 

***
Arbolé arbolé  Es verdad Canción de jinete

Arbolé arbolé  «Vente a Sevilla, ¡Ay qué trabajo me cuesta En la luna negra  Caballito negro. 
seco y verdé.  muchacha».  quererte como te quiero! de los bandoleros,  ¿Dónde llevas tu jinete muerto? 
La niña no los escucha.  cantan las espuelas. 
La niña del bello rostro  Por tu amor me duele el aire, La noche espolea 
32 * Federico García Lorca

33 * Federico García Lorca


está cogiendo aceituna.  Cuando la tarde se puso  / el corazón Caballito negro.  sus negros ijares 
El viento, galán de torres,  morada, con luz difusa,  y el sombrero. ¿Dónde llevas tu jinete muerto?  clavándose estrellas. 
la prende por la cintura.  pasó un joven que llevaba 
rosas y mirtos de luna.  ¿Quién me compraría a mí ... Las duras espuelas  Caballito frío. 
Pasaron cuatro jinetes,  este cintillo que tengo del bandido inmóvil  ¡Qué perfume de flor de cuchillo! 
sobre jacas andaluzas  «Vente a Granada, y esta tristeza de hilo que perdió las riendas. 
con trajes de azul y verde,  / muchacha».  blanco, para hacer pañuelos? En la luna negra, 
con largas capas oscuras.  Y la niña no lo escucha.  Caballito frío.  ¡un grito! y el cuerno 
¡Ay qué trabajo me cuesta ¡Qué perfume de flor de cuchillo!  largo de la hoguera. 
«Vente a Córdoba, La niña del bello rostro  quererte como te quiero!
/ muchacha». sigue cogiendo aceituna,  En la luna negra,  Caballito negro. 
La niña no los escucha. con el brazo gris del viento  sangraba el costado  ¿Dónde llevas tu jinete muerto?
  ceñido por la cintura.  de Sierra Morena. 
Pasaron tres torerillos 
delgaditos de cintura,  Arbolé arbolé 
con trajes color naranja  seco y verdé. Nana
y espadas de plata antigua. 

Duérmete, niñito mío, 


que tu madre no está en casa; 
que se la llevó la Virgen 
de compañera a su casa.
Canción china en Europa Romance sonámbulo

La señorita  Los caballeros  Verde que te quiero verde.


del abanico,  están casados,  Verde viento. Verdes ramas.
va por el puente  con altas rubias,  El barco sobre la mar
del fresco río.  de idioma blanco.  y el caballo en la montaña.
34 * Federico García Lorca

Con la sombra en la cintura,


Los caballeros  Los grillos cantan  ella sueña en su baranda,
con sus levitas,  por el Oeste.  verde carne, pelo verde,
miran el puente  con ojos de fría plata.
sin barandillas.  (La señorita,  Verde que te quiero verde.
va por lo verde).  Bajo la luna gitana,
La señorita  las cosas la están mirando
del abanico  Los grillos cantan  y ella no puede mirarlas.
y los volantes  bajo las flores.  ***
busca marido.  Verde que te quiero verde.
(Los caballeros,  Grandes estrellas de escarcha
van por el Norte). vienen con el pez de sombra
que abre el camino del alba.
La higuera frota su viento
con la lija de sus ramas,
y el monte, gato garduño,
eriza sus pitas agrias.
Pero ¿quién vendrá? ¿Y por dónde...?
Ella sigue en su baranda,
verde carne, pelo verde,
soñando en la mar amarga.
Historia de una tórtola ¿Qué es dolor?

Joven aún, entre las verdes ramas ¿Preguntas qué es dolor?.. Un viejo amigo
de secas pajas fabricó su nido; Inspirador de mis profundas quejas,
la vio la noche calentar sus huevos, Que se halla ausente cuando estás conmigo,
la vio la aurora acariciar sus hijos. Que está conmigo cuando tú te alejas.

Batió sus alas y cruzó el espacio,

37 * José María Rivas Groot


buscó alimento en los lejanos riscos,
trajo de frutas la garganta llena
y con arrullos despertó a sus hijos.
36 * Epifanio Mejía

El cazador la contempló dichosa...


¡y sin embargo disparó su tiro!
Ella, la pobre, en su agonía de muerte
abrió sus alas y cubrió a sus hijos.

Toda la noche la pasó gimiendo


su compañero en el laurel vecino;
cuando la aurora apareció en el cielo
bañó de perlas el hogar ya frio.
Aures

De peñón en peñón turbias saltando Allí, a la sombra de esos verdes bosques


Las aguas de Aures descender se ven; Correr los años de mi infancia vi;
La roca de granito socavando Los poblé de ilusiones cuando joven,
Con sus bombas haciendo estremecer. Y cerca de ellos aspiré a morir.
   
Soñé que allí mis hijos y mi Julia...
38 * Gregorio Gutiérrez González

Los helechos y juncos de su orilla ¡Basta! las penas tienen su pudor,


Temblorosos, condensan el vapor; Y nombres hay que nunca se pronuncian
Y en sus columpios trémulas vacilan Sin que tiemble con lágrimas la voz.
Las gotas de agua que abrillanta el sol.  
  Hoy también de ese techo se levanta
Se ve colgando en sus abismos hondos, Blanco-azulado el humo del hogar;
Entretejido, el verde carrizal. Ya ese fuego lo enciende mano extraña,
Como de un cofre en el oscuro fondo Ya es ajena la casa paternal.
Los hilos enredados de un collar.  
  La miro cual proscrito que se aleja
Sus cintillos en arcos de esmeralda Ve de la tarde a la rosada luz
Forman grutas do no penetra el sol, La amarilla vereda que serpea
Como el toldo de mimbres y de palmas De su montaña en el lejano azul.
Que Lucina tejió para Endimión.  
  Son un prisma las lágrimas que prestan
Reclinado a su sombra, ¡cuántas veces Al pasado su mágico color;
Vi mi casa a lo lejos blanquear, Al través de la lluvia son más bellas
Paloma oculta entre el ramaje verde, Esas colinas que ilumina el sol.
Oveja solitaria en el gramal!  
  Infancia, juventud, tiempos tranquilos,
Del techo bronceado se elevaba Visiones de placer, sueños de amor,
El humo tenue en espiral azul... Heredad de mis padres, hondo río,
La dicha que forjaba entonces el alma Casita blanca...Y esperanza, !adiós!
Fresca la guarda la memoria aún.
 
Canción del pescador Cancion del
boga ausente

Ahí viene la luna, ahí viene,


Con su lumbre y claridad; Qué triste que está la noche,
Ella viene y yo me voy La noche qué triste está;
A pescar... No hay en el cielo una estrella
¡Remá, remá!
Triste vida es la del pobre
40 * Candelario Obeso

Cuando el rico goza en paz; La negra del alma mía,


El pobre en el monte suda, Mientras yo briego en la mar,
O en la mar. Bañado en sudor por ella,
¿Qué hará? ¿Qué hará?
El rico poco se esfuerza
y nunca le falta nada, Tal vez por su zambo amado
Todo lo tiene donde mora Doliente suspirará,
Por demás. O tal vez ni me recuerda...
¡Llorá! iLlorá!
El pobre no descansa nunca
Para poderse alimentar; Las hembras son como todo
Hoy carece de pescado, Lo de esta tierra desgraciada;
Luego de sal. ¡Con arte se saca el pez
Del mar, del mar!...
No sé yo la causa de esto,
Yo no sé sino aguantar Con arte se ablanda el hierro,
¡Esta condición tan dura Se doma la mapaná...
Y desgraciada...! ¿Constantes, firmes? iLas penas!
No hay más, no hay más...
Ahí viene la luna, ahí viene
A darme su claridad... Qué oscura que está la noche,
¡Su luz consuela las penas La noche qué oscura está;
De mi amada! Asi de oscura es la ausencia.
¡Bogá, bogá!...
Los maderos de san juan

¡Aserrín! Los de Roque, alfandoque


¡Aserrán! ¡Triqui, triqui, triqui, tran!
Mañana cuando duerma la Anciana, yerta y muda,
Los maderos de San Juan lejos del mundo vivo, bajo la oscura tierra,
piden queso, piden pan, donde otros, en la sombra, desde hace tiempo están,
los de Roque del nieto a la memoria, con grave son que encierra
42 * José Asunción Silva

43 * José Asunción Silva


alfandoque, todo el poema triste de la remota infancia
los de Rique cruzando por las sombras del tiempo y la distancia,
alfeñique ¡de aquella voz querida las notas vibrarán!
¡Los de triqui,
triqui, tran! Los de Rique, alfeñique
¡Triqui, triqui, triqui, tran!
Y en las rodillas duras y firmes de la Abuela,
con movimiento rítmico se balancea el niño Y en tanto en las rodillas cansadas de la Abuela
y ambos agitados y trémulos están; con movimiento rítmico se balancea el niño
la Abuela se sonríe con maternal cariño y ambos conmovidos y trémulos están,
mas cruza por su espíritu como un temor extraño la Abuela se sonríe con maternal cariño
por lo que en lo futuro, de angustia y desengaño mas cruza por su espíritu como un temor extraño
los días ignorados del nieto guardarán. por lo que en lo futuro, de angustia y desengaño
los días ignorados del nieto guardarán.
Los maderos de San Juan
piden queso, piden pan. ¡Aserrín!
¡Triqui, triqui, ¡Aserrán!
triqui, tran! Los maderos de San Juan
piden queso, piden pan,
Esas arrugas hondas recuerdan una historia los de Roque
de sufrimientos largos y silenciosa angustia alfandoque
y sus cabellos, blancos, como la nieve, están. los de Rique
De un gran dolor el sello marcó la frente mustia alfeñique
y son sus ojos turbios espejos que empañaron ¡Triqui, triqui, triqui, tran!
los años, y que ha tiempos, las formas reflejaron ¡Triqui, triqui, triqui, tran!
de cosas y seres que nunca volverán.
La voz de las cosas ¡Si aprisionaros pudiera el verso,
fantasmas grises, cuando pasáis,
móviles formas del Universo,
¡Si os encerrara yo en mis estrofas, sueños confusos, seres que os vais, Futuro
frágiles cosas que sonreís, ósculo triste, suave y perverso
pálido lirio que te deshojas, que entre las sombras al alma dais,
rayo de luna sobre el tapiz si aprisionaros pudiera el verso Decid cuando yo muera... (¡y el día esté lejano!):
de húmedas flores, y verdes hojas fantasmas grises cuando pasáis! Soberbio y desdeñoso, pródigo y turbulento,
que al tibio soplo de mayo abrís, en el vital deliquio por siempre insaciado,
si os encerrara yo en mis estrofas, era una llama al viento...
pálidas cosas que sonreís!
Vagó, sensual y triste, por islas de su América;

45 * Porfirio Barba Jacob


44 * José Asunción Silva

en un pinar de Honduras vigorizó su aliento;


la tierra mexicana le dio su rebeldía,
su libertad, su fuerza... Y era una llama al viento.

De simas no sondadas subía a las estrellas;


un gran dolor incógnito vibraba por su acento;
fue sabio en sus abismos, y humilde, humilde, humilde,
porque no es nada una llamita al viento...

Y supo cosas lúgubres, tan hondas y letales,


que nunca humana lira jamás, esclareció,
y nadie ha comprendido su trágico lamento...
Era una llama al viento y el viento la apagó.
Resurrecciones
Cantadora sencilla La gentil calentana

Algo se muere en mí todos los días;


la hora que se aleja me arrebata Cantadora sencilla de una gran pesadumbre, La gentil calentana, vibradora y sumisa,
del tiempo en la insonora catarata, entre ocultos follajes, la paloma torcaz de cabellos que huelen a florido arrayán,
salud, amor, ensueños y alegrías. acongoja las selvas con su blanda quejumbre, cuando danza bambucos entristece la risa...
picoteando arrayanes y pepitas de agraz. y se alegra el susurro de sus faldas de olán.
Al evocar las ilusiones mías,

47 * José Eustasio Rivera


pienso: “¡Yo no soy yo!” ¿por qué, insensata, Arrurrúúú... canta viendo la primera vislumbre; Es más clara que el agua, más sutil que la brisa;
la misma vida con su soplo mata y después, por las tardes, al reflejo fugaz, el ensueño la llena de romántico afán,
mi antiguo ser, tras lentas agonías? en la copa del guáimaro que domina la cumbre y en los llanos inmensos, a la luz imprecisa,
46 * Julio Flórez

ve llenarse las lomas de silencio y de paz. tras las garzas viajeras sus miradas se van.
Soy un extraño ante mis propios ojos,
un nuevo soñador, un peregrino Entreabiertas las alas que la luz tornasola, Siempre el sol la persigue, la sonroja y la besa;
que ayer pisaba flores y hoy... abrojos. se entristece, la pobre, de encontrarse tan sola; con el alma del río educó su tristeza
y esponjando el plumaje como leve capuz, al teñir los palmares el postrer arrebol.
Y en todo instante, es tal mi desconcierto,
que ante mi muerte próxima, imagino al impulso materno de sus tiernas entrañas, ¡Oh, daré mis caricias a su boca sonriente,
que muchas veces en la vida...he muerto. amorosa se pone a arrullar las montañas... y los vivos rubores borrarán de su frente
Y se duermen los montes... Y se apaga la luz. esa pálida huella de los besos del sol!
Títulos de la serie
LEER ES MI CUENTO

Leer es mi cuento 1 Leer es mi cuento 6 Leer es mi cuento 14


De viva voz Bosque adentro Romeo y Julieta
Relatos y poemas Cuentos de los Hermanos Grimm. William Shakespeare
para leer juntos (versión de Charles y Mary Lamb).
Leer es mi cuento 7
Selección de relatos y poemas de De animales y de niños Leer es mi cuento 15
antaño de los Hermanos Grimm, Cuentos de María Eastman, Rafael El patito feo
Charles Perrault, Félix María de Jaramillo Arango, Gabriela Mercedes Cuento de Hans Christian Andersen.
Samaniego, Rafael Pombo, José Arciniegas Vieira, Santiago Pérez
Manuel Marroquín, Federico García Leer es mi cuento 16
Triana, Rocío Vélez de Piedrahíta.
Lorca, Rubén Darío, Víctor Eduardo Meñique
Caro. Leer es mi cuento 8 Cuento de José Martí
En la Diestra de Dios Padre Leer es mi cuento 17
Leer es mi cuento 2 Cuento de Tomás Carrasquilla.
Con Pombo y platillos Poesía en español
Cuentos pintados de Rafael Pombo. Leer es mi cuento 9 Selección de algunos de los mejores
Ábrete grano pequeño poemas de la lengua española.
Leer es mi cuento 3
Adivinanzas de Horacio Benavides.
Puro cuento Leer es mi cuento 18
Selección de cuentos tradicionales de Leer es mi cuento 10 Cuentos de la selva
Hans Christian Andersen, Alexander El Rey de los topos y su hija Cuentos de Horacio Quiroga.
Pushkin, Joseph Jacobs, Oscar Wilde, Cuento de Alejandro Dumas.
Leer es mi cuento 19
los Hermanos Grimm. Leer es mi cuento 11 Cuentos de
Leer es mi cuento 4 Los pigmeos Las mil y una noches
Barbas, pelos y cenizas Cuento de Nathaniel Hawthorne. Selección de cuentos
Selección de cuentos de Charles Leer es mi cuento 12 de Las mil y una noches.
Perrault El pequeño escribiente Leer es mi cuento 20
y los Hermanos Grimm. florentino El diablo de la botella
Leer es mi cuento 5 Cuentos de Edmundo de Amicis. Novela breve de Robert Louis
Canta palabras Leer es mi cuento 13 Stevenson.
Selección de canciones, rondas, Don Quijote de la Mancha
poemas, retahílas y repeticiones Usted puede leer los libros
Capítulos I y VIII. Miguel de Cervantes.
de antaño. digitales de esta serie en:
www.maguare.gov.co/leeresmicuento
Leer es m i cu en to 1 7
Po e s ía e n e s p añ o l
***
En este libro están algunos de los poemas más hermosos de la lengua española.
En su mayoría fueron escritos por poetas que murieron hace muchos años; otros,
por poetas muertos hace poco. Creemos que los clásicos son siempre modernos.
Se dice, con razón, que cada lengua tiene su particular manera de sentir. Este libro
es una muestra de cómo se siente la vida en español, cómo sentimos el mundo en
su belleza y grandiosidad.

Yaneth Giha Mariana Garcés Córdoba


MINISTRA DE EDUCACIÓN M I N I S T R A D E C U LT U R A

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