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Apocalipsis
Apocalipsis
La Evolución no es la respuesta
Prólogo: El desarrollo de una bactería
En el añ o 2075 el mundo había avanzado. La tecnología no era como la conociamos, todo había evolucionado: La
vida de las personas dependía de má quinas, se viajaba en transporte de autos y trenes voladores, el tener un
aparato electró nico no era moda, era prioridad. Todo en lo absoluto había evolucionado, todo a excepció n de la
humanidad. Tal vez el ser humano hizo evolucionar todo, pero... ¿Qué hay de él? Ese ser que se convirtió en dueñ o
de su misma forma de vivir su vida, quedó atrá s de lo evolutivo. Un día todo eso cambiaría, cuando un científico; el
responsable de que la humanidad viviera en tal comodidad, se diera cuenta de que no todo había evolucionado.
Este científico comenzó sus estudios sobre un ser humano, analizando todo acerca del mismo, y todos esos
estudios lo llevaron a crear una fó rmula, la cual cambiaría la vida de las personas de porvida convirtiendo toda esa
fó rmula en una sustancia inyectable, pero trá gicamente todo salío mal. Al momento de extraer aquella sustancia, la
má quina produjo un error haciendo que todo el laboratorio explotara, convirtiendo esa sustancia en una bacteria.
Dicha bacteria se bifurcó y una parte de ella se exparció por todo el mundo contagiandolo al mismo tiempo. Al
momento de contagiar al mundo, todo cambió ; Esa bactería contaminó a las personas, algunas no aguantaron su
reacció n a su genetica y murieron, otras lograron adaptarse al sistema de la bactería evolucionando habilidades
especiales y el resto de las personas no puedieron evolucionarse y se convirtieron en criaturas raras y deformes.
Todo el mundo se vió contaminado, el cielo pasó de ser un azul claro llamativo a ser un rojo sangre intenso,
decorado con nubes de color gris. El aire ya no era fresco, con tan solo respirarlos se sentía un vapor en tus
pulmones. Mientras que la otra parte de la bacteria se contuvo y se apricionó a si misma, transformando todas sus
moleculas en una célula virus que fue llamada “Cromoica”. Está se convirtió en un ser extrañ o, imposible de
describir con palabras simples. Esta criatura aterrada por su apariencia decidió esconderse para ocultarse de aquel
ojo desconocido que alguna vez fue llamado ojo humano.
La humanidad se había adaptado a su nueva forma de vida. A los que se les llamaría personas, el adaptarse a tener
habilidades sobrehumanas no había tardado ya tenían una nueva visió n para ver un nuevo mundo. Las personas
que evolucionaron se vieron obligadas a adaptarse a sus nueva genetica ya que no volverían a ser las mismas
personas que fueron antes aunque es muy difícil conseguir sobrevivientes ya que las criaturas raras y deformes
han acabado con la mayoría de la població n sobreviviente.
Cap. 1: Identidad desconocida
Despierto
Inexplicablemente no sé dó nde estoy. Veo a mi alrededor y veo que estoy acostado en una cama con sabanas
blancas, también puedo notar que estoy vendado casí por todo el cuerpo, mi ropa estaba toda rasgada y llena de
sangre quizá s debido a las héridas.
Observo má s allá y noto que me encuentro en una casa desconocida, era algo moderna pero con decoraciones
antiguas: Ventanas hechas con madera, de las que colgaba una tela algo rasgada de color azul celeste. Piso hecho de
madera só lida y en las paredes colgaban cuadros de la era del renacimiento.
De pronto. El anciano era de cabello canozo, los ojos grises, de estatura baja y vestido con una tunica blanca con
líneas azules y doradas, má s o menos pisando los 70 añ os.
Anciano: ¡Oh! Veo que ya despertaste. Debo admitir que tienes mucha suerte, por poco y no sobrevives
Chico(Confundido): Disculpe pero... ¿Quién es usted? Y... ¿Quién soy?
Anciano: Era de esperarse que no recordaras tu nombre, recibiste un fuerte golpe en la cabeza y perdiste
mucha sangre, tienes suerte de estar vivo. Yo soy Kimoura Maru
Chico: ¿Como llegué hasta acá ?
Maru(Anciano): Te encontré tirado en el suelo del bosque, te encontré muy mal hérido y me sorprende que
tu sangre no atrajo a las criaturas. Al encontrarte ahí decidí traerte hasta acá desde entonces duraste 3 días
inconciente
Chico: Gracias señ or Kimoura, pero tengo que irme
El chico intento levantarse de la cama, pero debido a sus héridas se encontraba muy debilitado e inmediatamente
cayó al suelo. El chico se sentía cansado y no podía levantarse. El anciano rá pidamente ayudó al chico a levantarse
y de inmediato lo colocó en la cama.
Maru: Aun no puedes irte. Está s muy hérido, cuando cruzes esa puerta en cuestió n de segundos será s
deborado por las criaturas que se encuentran allá afuera. Te recomiendo que esperes a recuperarte y ya
después podrá s irte si eso deseas. Por ahora solo descansa
Chico: De acuerdo
Maru: Como tu recuperació n va a ser algo lenta, necesitas un nombre así que te llamaré Saiki ¿Te parece?
Chico: Si gracias señ or Kimoura
¡Días después! Saiki (El chico) se había recuperado y Maru (El anciano) le había regalado algo de ropa ya que la
anterior estaba toda rasgada imposible de usar: Una camiseta negra con un sueter negro, pantaló n roto por las
rodillas negro, unos guantes de dedos rotos y botines negros. En el transcurso de la recuperació n de Saiki, Maru era
el que se encargaba de todo y muy amenudo salía de la casa sin decir a donde iría. Una noche Saiki junto con Maru
estaban sentados frente a la chimenea del lugar mientras hablaban.
La vista de Saiki se volvió borrosa y una imagen vino a su mente. Se trataba de una casa ya abandonada, se notaba
por la pudrició n de sus paredes y el desmantenimiento de su exterior.
¡Al día siguiente! Saiki despierta y Maru estaba sentado dormido a un lado de la cama.
Saiki: Señ or Kimoura –Despertandolo- Señ or Kimoura
Maru(Despertando): ¡Ah! ¿Que sucede? ¡Ah Saiki ya despertaste?
Saiki: ¿Qué sucedió ?
Maru: Tuviste un pequeñ o transe, te mareaste y te desmayaste, pero antes de quedar inconciente dijiste
algo, algo sobre una casa
Saiki: ¿Casa? –Recordando- ¡Esa casa! Señ or Kimoura ¿Qué cree que signifique?
Maru: Tienes que ir allá . Debido a que no recuerdas nada, tal vez esa casa sea tu hogar o fue un lugar que
visitaste antes de perder la memoria. Así que si es un recuerdo eso tiene un significado en tu pasado
Saiki(Frustrado): Señ or Kimoura tengo que ir allá , no se como llegar pero tengo que ir
Maru: Entiendo tu frustració n Saiki, pero guarda la calma. Primero tienes que prepararte para las criaturas
que está n allá afuera y yo te entrenaré
Saiki: Gracias señ or Kimoura
Maru: Comenzaremos mañ ana, por ahora solo descansa
¡2 Años Después!
Después de dos añ os, Maru entrenó duramente a Saiki, enseñ andole a defenderse de esa tales criaturas de las que
tanto hablaba, le enseñ ó como utilizar armas de fuego y armas blancas. Ya Saiki podía defenderse por su cuenta y
ya estaba preparado y ya había llegado el día en el que Saiki partiría a emprender su viaje para descubrir quién era.
Saiki: Gracias por todo señ or Kimoura, si no fuera sido por usted yo ya estaría muerto. Le debo mucho
señ or –Inclinandose mostrando gratitud-
Maru: No me agradezcas niñ o
Saiki: Bueno señ or Kimoura, ya me tengo que ir
Maru: No tan rá pido
Maru fue directo a su armario y con solo precionar un botó n, este volteo convirtiendose en una estante de armas de
las cuales coge algunas.
Maru: Te acompañ are hasta que estés lejos para evitar a las criaturas
Saiki: De acuerdo
Estos empacaron algunas armas y comenzaró n a correr. Al principio todo se mantuvo tranquilo cuando de pronto
de entre los á rboles salieron una criaturas raras: Con forma humanoide, extremidades largas y garras filosas, su
rostro era confuso y deforme, solo se nota el inmenso hó sico.
Maru comenzó a dispararles a las criaturas apuntandoles en la cabeza para perforarles el crá neo. De pronto una
criatura se coloca enfrende de Saiki y este rá pidamente coge su espada y se arrastra por debajo de la criatura y le
corta la cabeza por la espalda y siguío corriendo, y a lo lejos una manada de esas criaturas se dirigían hacia ellos y
Saiki saca una arma y les comienza a disparar y estas impactaban en el pecho de las criaturas pero está s no le
hacian nada.
Maru: Recuerda tu entrenamiento, tienes que apuntar a la cabeza. De otro modo no podrá s acabar con ellos
–Mientras les disparaba a otras criaturas-
Saiki: De acuerdo –Disparando-
Saiki logró acabar con las criaturas y siguío corriendo. Luego de un largo camino huyendo de las criaturas, en
frente de ellos se aproximaba una inmenso peñ azco, pero las muchas criaturas aun los perseguían.
Saiki comenzó a correr má s fuerte y al momento de saltar, presionó fuertemente las rodillas y pego un gran salto,
pero una de las criaturas salta con él y cuando estos llegan al otro lado Saiki cae mal y la criatura le cae encima y
esta fue a golpearlo con su brazo en la cara, pero Saiki rá pidamente la aparta y el brazo de la criatura traspasa el
suelo. Saiki flexiona las piernas y patea a la criatura en el pecho derribandolo y cuando la criatura se levanta para
atacarlo Saiki le dispara con su armas en la cabeza perforandosela. Después de eso Saiki se mantuvo alerta, pero
ese lado del peñ azco se notaba que era tranquilo así que Saiki solo comenzó a caminar. Mientras no muy lejos un
chico corría desesperado de una criatura. El chico tenía cabello negro y ojos grises, vestía con una camiseta verde
oscuro, una chaqueta de farmacia, pantaló n negro y zapatos negros con verde militar, junto con él llevaba un
pequeñ o bolso gris. El chico seguía corriendo pero la criatura ya casi lo iba alcanzando, cuando de pronto el chico
tropieza con una piedra haciendo que este cayera lastimandose la pierna izquierda. Y cuando la criatura le brinca
encima una bala es disparada e impacta con la cabeza de la criatura matandolo. El chico asustado ve de donde
venía la bala resultando ser Saiki.
Kei: ¡Oye espera! ¿Por qué no vienes conmigo? Mi clan estará feliz de tenerte con nosotros, ademá s estoy
en deuda contigo me has salvado la vida
Saiki: Lo siento amigo, pero viajo solo
Saiki siguió caminando pero Kei lo iba a seguir pero al momento de hacerlo debido a lastimarse la pierna izquierda
cae al piso llamando la atenció n de Saiki.
Saiki: Cierto que no puedes caminar. De acuerdo te llevaré con tu clan, pero solo te llevaré no me uniré a
ustedes
Kei: Gracias
Saiki apoyó a Kei en su hombro y comenzaron a andar en direcció n a la base del clan de Kei. Cuando llegaron era en
un especie de bunque oculto entre un montó n de arbustos, estos los apartaron y entraron. Cuando entraron
estaban todos los integrantes del clan de Kei sentados esperando y uno de ellos se encontraba tirado encima de
una manta en el suelo gritando de dolor. En lo que los integrantres del clan lo ven, una chica perteneciente al clan
rá pidamente se levanta y fue a abrazarlo.
Chica: ¡Kei nos tenías preocupados! ¿Por qué tardaste tanto? ¿Qué te paso? –Sentando a Kei en el suelo-
Kei: Tranquila Mina, estoy bien. Un Noide me había perseguido pero llegó él y me salvó
Saiki: ¡Que hay!
Kei: Hola amigo, ¿Como sigues? Traje algo para poder curarte eso
Kei le rompió la camiseta al chico y en el pecho este tenía una enorme hérida, se notaba que había perdido mucha
sangre, el chico se encontraba palido y sus labios estaban secos.
Kei: Mina mete esto en agua caliente –Entregandole la hierva- Toru consigueme agua no tan caliente,
también necesito un trapo limpio y algo que funcione como venda
Saiki: Yo tengo algo parecido –Revisando en su mochila-
Al momento de Saiki revisar su mochila todos los integrantes del clan lo apuntaron con sus armas.
Saiki: Que desconfianza –Sacando un royo de venda y una trapo blanco limpio- Ten
Kei: Gracias
Toru(Integrante): Aquí está el agua
Kei agarro el trapo y lo metió en el agua y los exprimió dejandolo humedo y con este empezó a limpiar la hérida y el
chico comenzó a gritar con má s fuerza.
Después de limpiarle la hérida Kei lavó el trapo y lo coloco encima de la hérida y la ató con la venda en el pecho del
chico.
Kei le dió de beber al chico del agua con la hierva y lo arrecostó . ¡Más tarde!
Saiki: Bueno Kei ya me voy, me alegro que hayas podido salvar a tu amigo
Kei: No puedes irte así, ya es de noche y los Noides son má s letales a esta hora. Quedate y si quieres
mañ ana te podrá s ir
Natsu: Dejalo que se vaya si quiere morir es su decisió n no la nuestra
Kei: Natsu no podemos hacer eso, tu alguna vez lo dijiste nos ayudamos entre nosotros
Mina: Kei tiene razó n Natsu, gracias a él Kei no murió y nos ayudo a salvar a Ozoku
Saiki: No se preocupen por mi estaré bien –Yendose-
Natsu: ¡Espera!... Puedes quedarte
Kei: Gracias Natsu
Los chicos se sentaron frente a un barril de metal utilizandolo como fogata y comenzaron a conversar.