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1 CARACTERIZACIQN DE LA ESCUELA El discurso sobre 1a escuela podria set inacababl pedagogia ha hecho de ella su objeto privilegiado. Sin embargo, mas alla de tendencias, metodologias y teorias escolares, lo que nos interesa ahora es tmicamente ver a ;, sin forzar demasiado la palabra.! Por de pronto, se entiende que Jajésexelayesiiunajins:) uanmummentteaniantemedueniiie. © decir, un medio creado expresamente para cumplir alguna funcién pedagé- gica. Esta caracterizacién es, no obstante, insuficiente, Ha- bria que precisar, de entrada, qué tipo de funcién o de finalidad educativa se propone; a qué aspecto —o as- pectos— del proceso educativo general atiende preferen- femente, Se sucle decir —entendemos que con razén— gue la_escuela debe proporcionar una educacién inte- eralbcuelup solo debe ter instroctluassino famblén forme. tiva, que glia de cen ie ocuparse sélo de Jo intelectual sino aten- der también a las demds dimensiones del ser humano (es- téticas, morales, afectivas, fisicas, sociales)» A pesar de todo ello, consideramos que Ia sicion de habilidades y aptitudes intelectuaies,, Estd, sin embargo, no niega que 1a escuela pueda atender a otros 1. Como es sabido, la etimologfa, en este caso, aunque pue- de dar lugar a muy interesantes especulaciones,” no colabora ‘mucho al propdsito.indicado, El otigen etimo\Ggico de sescuc- lap eg el término griego oxo (skiiolé) que teria un significado semejante al de la palabra latina otium, es decir, al de el socio» actual, En Roma, schoia tenfa ya significados préximos fa los que hoy le damos a «escuela»: lugar en que se desarrolla Ia ensefianza, docirina que se ensefia, y conjunto de discipulos que siguen tina doctrina, 19 formativos 0 no deba pretender una educacion integral. ae | “¢Br cualquier caso, no es nuestra intencién proseguir sfPesta clasica discusién Sobre los cometidos de la escue- la, ni queremos caracterizar a la misma a partir de su dimensién funcional y teleoldsiea. Y no porque ello no sea i i feriza preferentemen- importante, sino porque lo que caracteriza preferent te a la escuela creemos que est en otra linea. Lo_que, ingue sramente a la Es por esto que més nos interesa aqui caracterizar a ja escuela tal y como formalmente se nos presenta, que de- sentrafiar las funciones que cumple? _ “Ast pues, partieado de considerar a institucic intencional. ¥ a fica eae inientaremos una aproximacidn fenoménica a la misma vacri ‘iferenciaria de otros medios educativos que pue- dan ser también intencionales y especificos. Se trata de como esto es, que incluya sus diferentes tipos, modelos y va NeOjnizds una de las mejores definiciones de escuela, en Ja linea descriptiva que proponemos, sea atin Ia de Al fonso X el Sabio en sus Partidas: «Estudio es ayunta: miento de maestros et de escolares que es fecho en algunt logar con voluntad et con entendimiento de aprender los saberes»? En esta definicién estén, implicitos 0 explicitos, casi todos Ios aspectos a partir de los cuales caracteriza- mos a la escuela, a saber: i i i cio espec «Realidad colectiva>; «Ubicacién en un espacio espe fico»; «Actuaciéa en unos limites temporales determins~ dos>; «Definicién de los roles de docente y discente>; «Pre- determinacién y sistematizacién de contenidos; «Forma de aprendizaje descontextualizado.» aemenyt eee clei amma, mn ss ee siuntoreee see ree eae enseftanza, Barcelona, Montesinos Ed., 1980. é a eT i acta cee nike Sot Kakapa sith a i 20 Realidad colectiva Decia Comenio de (a¥@SeHlE? que cra aniWGdUGHtOHe? Gamma de Ia juventud> y Ia defendia como tal por la - ejemplaridad, Ja emulacién y la ayuda mutua que la s tuacion colectiva posibilita como recursos para Ia ense- fianza.$ Mucho’ antes que él, Quintiliano habia ya resaltado Jas ventajas de la ensefianza en comin’ Pero aparte y por debajo de las virtudes educativas que el ccti comporia, es también un principio de economia el que da lugar a Ja escuela; a la escuela como mecanismo que per- mite ensefiar a muchos a la vez. Para que «pueda instruir- se toda la jtventud (a no ser aquella a quizn Dios negé el entendimiento)»? es por lo que Comenio se propone resol. ver el problema de «cémo un solo preceptor, puede ser suficiente para cualquier niimero de discipuloss.* El mode- Jo del preceptor, ayo 0 pedagogo doméstico no sirve cuan- do dejan de ser muy pocos quienes lian de instruirse. La historia de la pedagogia escolar (a nivel técnico: organizativo’ y didéctico) es la historia de cémo se va or ganizando el espacio, las relaciones, los roles, el material... para hacer eficaz la ensefianza colectiva. Aquellas «escue- Jas» tipo corral, que muestran algunas pinturas de los si- glos' xvi y xvii, en Jas que el maestro s6lo ensefia a un alumno a la vez, mientras los demas vagan y alborotan por ‘el eaula» sin rendimiento instructivo ninguno, serdn trans- 4. Contno, J. A., Diddetica Magna. Citamos segin la ver- sign de 8. Lantz Piixz, Madrid, Ed. Reus, S.A, 17, 2* ed, Pag. 5. «¥ aunqueno faltardn padres que puedaa dedicarse com: pletamente a la ensefianza de sus hijos, es mucho mejor que Se eduque ta juveniud reunida, porque el fruto y la salistaccion del trabajo ¢s mayor cuando ‘se toma el ejemplo y el impulso de los demas, Es naturalisimo hacer lo que otros hacen, it adonde vemos que van los demas y seguir a los que van ‘cle- Tante, como. adelantarse a los que ros siguen.» CoMENrO, J. A., op. cit, pag. 74. 6, GuintnmaNo, M. F., Instituciones oraiorias, 1, 1, cap. I, Madrid, Libreria y Casa Ed. Hernando, 1942, trad, 1. Ro: Griguez y P. Sandier, tomo 1, pag. 40 y ss. de la versi6n uillizada, 7. Commo, J. A. op. cit, pag. 91. 8 Tbidem, pag. 74 5. Por ciemplo, «El maestro de escuclas, 1662, de A. van Sata 16101685), ne] Museo del Louvre; ¥ de J. Sten (1636 1619)

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