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Rosario,
Visto, en Acuerdo de la Sala “A” integrada, el
expediente n° FRO 11327/2020 caratulado “PEYRANO, MARCOS
LISANDRO c/ PROVINCIA DE ENTRE RIOS s/AMPARO COLECTIVO”, (del
Juzgado Federal n° 2 de la ciudad de Rosario, Secretaría B),
de los que resulta que:
1) Vinieron los autos a conocimiento de este
Tribunal en virtud del recurso de apelación y conjunta nulidad
en subsidio a la revocatoria interpuesta por Marcos Lisandro
Peyrano, contra la resolución del 13 de julio de 2020 que
declaró la incompetencia del Juzgado Federal nro. 2 de Rosario
para entender en la causa.
Concedido el recurso de apelación y elevados los
autos a la Alzada, por sorteo quedaron radicados en esta Sala
“A”. Ordenado el pase al Acuerdo, quedó la causa en estado de
resolver.
2) Se quejó el recurrente de la incompetencia
declarada. Expresó que a la luz de la jurisprudencia de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación, el Juzgado Federal
nro. 2 de la ciudad de Rosario resulta competente. Que la
C.S.J.N. como intérprete de la Constitución Nacional,
estableció ciertos requisitos para intervenir con competencia
“originaria y exclusiva” en un proceso.
Estimó que la sentenciante erró al afirmar que “se
trata de una causa civil”. Expuso que tanto la doctrina como
la jurisprudencia han coincidido en señalar que “causas
civiles” son aquellas que versan sobre cuestiones de derecho
común. Citó precedentes del máximo tribunal que moldearon ese
concepto y que sentaron las bases sobre el punto.
Señaló similitudes del caso con el leading case
“Barreto” del 2006, en cuanto no sólo se demanda a la provincia
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vecina como consecuencia de omisiones en torno al poder de


policía ambiental que le compete, sino que expresamente la
propia ley 25.675 establece en su artículo 3 que es “DE ORDEN
PUBLICO” y que estas dos cuestiones invalidan la posibilidad
de remitir los presentes a la C.S.J.N. Enumeró posteriores
antecedentes de Corte con criterio restrictivo en materia de
competencia originaria.
Manifestó que no basta entonces con que se demande
a una provincia vecina para dar paso a la competencia
originaria de la Corte Suprema, sino que deben sumársele otros
elementos fundamentales que no se cumplen en el caso.
Se agravió de lo resuelto cuando se afirma que “se
tratan supuestos problemas ambientales compartidos por más de
una jurisdicción”. Expuso al respecto que el daño ambiental
denunciado y sobre el cual se exige una reparación se registra
y produce en la ciudad de Rosario. Adujo que ello es muy
distinto del probable perjuicio ambiental producido a los
humedales y ecosistema de las islas del delta del Paraná
(compartidas en cuanto a jurisdicción entre las provincias de
Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires), desde que no existe un
daño interjurisdiccional en cuanto a que abarca distintas
jurisdicciones. Reiteró que la lesión sólo se produce en
Rosario.
Destacó que el único elemento que coadyuva a hablar
de posible interjurisdiccionalidad existente en el caso es que
la generación de ese daño (por actos y omisiones) se de en la
provincia de Entre Ríos.
Adujo que, sin perjuicio de que el origen del hecho
dañoso se genere en otra provincia, y su domicilio en esta
jurisdicción, resulta evidente que corresponde que intervenga
el juzgado en cuestión, tanto por la materia, por el territorio
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y por las personas.


Transcribió el artículo 32 de la ley 25.675 y citó
jurisprudencia que estimó aplicable.
Seguidamente se quejó de que no se haya tomado
intervención y resuelto lo peticionado como tutela preventiva,
violentándose expresamente lo previsto en la propia ley 25.675
y el espíritu del principio precautorio reconocido
expresamente.
Expuso que el artículo 32 citado autoriza al juez
incluso a intervenir “de oficio” ante cualquier tipo de medida
que pueda mitigar o evitar el daño ambiental.
Reprochó que no puede invocarse una cuestión
procesal o aún de conflicto de competencia entre jueces para
denegar otorgar la tutela necesaria frente al daño ambiental.
Puntualizó que el juicio iniciado en la
jurisdicción de la ciudad de Paraná, Entre Ríos, está dirigido
contra los dueños de los campos incendiados y apunta a la
reparación o remediación de un daño que calificó de “TOTALMENTE
DISTINTO” al reclamado en esta acción, esto es, el daño
ocasionado al hábitat y sistema ecológico de los humedales de
las islas del delta del río Paraná. Siendo que en esta acción
se reclama el producido a los habitantes de Rosario no existe
coincidencia ni en el objeto ni en los sujetos activos y
pasivos de ambos procesos.
Citó doctrina, jurisprudencia y noticias
periodísticas que estimó pertinentes.
Efectuó reservas constitucionales.
El Dr. Aníbal Pineda dijo:
1°) Marcos Lisandro Peyrano en el marco del art.
43 de la Constitución Nacional, de las previsiones de la Ley
de Amparo Nº 16.986, y de lo prescripto por la ley 25.675 en
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lo pertinente (Ley General del Ambiente), interpuso recurso de


amparo colectivo ambiental en representación de todos los
habitantes de la ciudad de Rosario, Provincia de Santa Fe,
tendiente a la obtención de una tutela preventiva de daño
colectivo, de recomposición y/o de reparación del perjuicio
del daño ambiental ya producido, todo ello según el derecho a
la vida, a la salud y al goce de un medio ambiente sano,
equilibrado y apto para el desarrollo humano consagrados en
nuestra Carta Magna Nacional, leyes nacionales en materia de
protección de la salud, Ley 25.675, y Código Civil y Comercial
de la Nación.
Fundó su acción en el acto lesivo consistente en
la omisión de la demandada en cuanto daña, restringe, altera
y amenaza los derechos y garantías tutelados por el
ordenamiento jurídico de todos los habitantes de Rosario, al
no cumplirse con la propia normativa provincial en cuanto a la
prevención de los focos ígneos y de evitarlos, sobre todo
cuando consideró que ello afecta a una provincia vecina y, más
precisamente, a todos los habitantes de una ciudad importante
y populosa como Rosario.
Peticionó como medida cautelar urgente “a.- La
prohibición de cualquier autorización administrativa de quema
de malezas o de provocación de fuegos por cualquier causa en
la zona de islas ubicada frente a la costa de la ciudad de
Rosario y cuya cabecera se ubica en la ciudad de Victoria,
Entre Ríos; b.- La conformación de una comisión conformada por
representantes de ambas provincias (Santa Fe y Entre Ríos) y
por la Municipalidad de Rosario y de Victoria, con control
ciudadano garantizado por la participación efectiva del actor
y las entidades ambientalistas debidamente inscriptas que
decidan sumarse en base a un llamado público a realizarse,
quien se encontrará dedicada al control y prevención de la
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generación de focos ígneos en la zona antes indicada. La


comisión emitirá un informe bimensual a este juzgado sobre la
tarea realizada.”.
Asimismo, solicitó que la orden judicial que sea
emitida incluyera una sanción expresa en caso de incumplimiento
de la medida ordenada, la que peticionó que sea instrumentada
a través de una multa equivalente a la máxima prevista en el
ordenamiento entrerriano para quemas clandestinas (15.000
sueldos mínimos de empleado público provincial, categoría
inicial del escalafón general de planta permanente) cuyo
producido irá a un fondo especial para atención y remediación
de daños ambientales.
2°) Corrida vista al Fiscal Federal a cargo de la
Fiscalía Federal nro. 3 de Rosario sobre la competencia,
dictaminó que, prima facie y dentro del ámbito cogniscitivo
propio de la cuestión, correspondía entender a la competencia
originaria de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
3°) El objeto de la acción aquí entablada, por
derecho propio en su carácter de afectado y habitante de esta
ciudad de Rosario, pero también en nombre y representación de
todos los vecinos de la ciudad de Rosario, consiste en: “...la
obtención de una tutela preventiva de daño colectivo, de
recomposición de daño ambiental colectivo y/o de reparación de
daño ambiental colectivo ya producido. Todo ello según el
derecho a la vida, a la salud y al goce de un medio ambiente
sano, equilibrado y apto para el desarrollo humano consagrados
en nuestra Carta Magna Nacional, Leyes nacionales en materia
de protección de la salud, ley 25.675, Código Civil y Comercial
de la Nación...” (pto. II de la demanda).
Luego, al momento de ampliar los fundamentos de su
demanda y al apelar, el amparista expuso que en su demanda se
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había puesto de manifiesto “...que pueden escindirse sin


problemas las dos pretensiones insertas en la misma: por un
lado la del resarcimiento puro del daño moral causado a los
rosarinos; y por otro la de la tutela preventiva del daño,
urgente e impostergable, la cual no admite la dilación natural
que implicaría remitir los autos al Superior Tribunal, con
tiempos mucho más dilatados para la toma de decisiones”.
Concluyó que, respecto de la primera resultaba clara la
inexistencia de “causa civil” que justificara la intervención
originaria de la Corte.
En relación a ello nuestro Máximo Tribunal en la
causa “Mendoza”, discriminó la pretensión de los accionantes
en 3 grupos: 1) el resarcimiento de la lesión de los bienes
individuales sufrido por los vecinos afectados, donde se
buscaba resarcir la incapacidad sobreviniente alegada, gastos
médicos y por nueva radicación, desvalorización locativa de
los inmuebles, etc. (resarcimiento a los daños infringidos a
las personas y su patrimonio como consecuencia indirecta de la
agresión al ambiente); 2) la defensa del bien de incidencia
colectiva, configurado por el ambiente (resarcimiento del daño
infringido al medio ambiente); y 3) su recomposición.
Concluyó la Corte que, por su naturaleza y objeto,
no todas correspondían a su competencia originara
(considerando sexto), sino sólo dos de ellas (considerando
séptimo). Excluyó así de su competencia originaria, la
pretensión que tenía por objeto la indemnización de los daños
individuales que los demandantes invocaban sufrir en sus
derechos patrimoniales y extramatrimoniales.
No obstante el criterio señalado por la Corte
Suprema en el precedente “Mendoza”, del escrito de demanda
aquí interpuesta, más precisamente del objeto de la acción de
amparo en la presente causa, no surge clara la pretensión del
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amparista en relación a la reparación del daño a las personas


y a sus bienes.
Por lo cual, en principio no es posible dividir
las pretensiones procesales del actor, como lo hiciera nuestro
Superior Tribunal en la referida causa “Mendoza”.
4°) La Corte Suprema de Justicia de la Nación,
tiene jurisdicción para entender en todas las cuestiones en
las que esté involucrada la competencia federal (arts. 116 y
117 de la Constitución Nacional). Su misión –entre otras- es
proporcionar a los ciudadanos garantías imparciales para sus
reclamaciones y juicios en los que actúen los estados
provinciales y procede en razón de las personas cuando actúa
una provincia; embajadores; ministros plenipotenciarios y
delegados en legaciones extranjeras cónsules, vicecónsules
extranjeros en las causas promovidas por su actuación pública;
y personas que componen legación extranjera y sus familiares
(Silvia B. Palacio de Caeiro. “Competencia Federal Civil –
Penal”. La Ley, 1999. pág. 108 y ss).
En cuestiones ambientales, nuestro Máximo
Tribunal, en un reciente fallo del 4 de junio de 2020, sostuvo:
“2°) Que esta Corte ha reconocido la posibilidad de que la
acción de amparo, de manera general, tramite en esta instancia,
siempre que se verifiquen las hipótesis que surtan la
competencia originaria prevista en los arts. 116 y 117 de la
Constitución Nacional (reglamentados por el art. 24, inc. 1°,
del decreto-ley 1285/58) porque, de otro modo, en tales
controversias, quedarían sin protección los derechos de las
partes en los supuestos contemplados en el art. 43 de la
Constitución Nacional y por la ley 16.986 (Fallos: 312:640;
313:127 y 1062 y 322:1514). 3°) Que en los procesos referidos
a cuestiones ambientales la competencia originaria procede si
es parte una provincia y la causa reviste naturaleza
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exclusivamente federal, para lo cual es necesario que se


configure la interjurisdiccionalidad prevista en el art. 7°,
segundo párrafo, de la Ley General del Ambiente 25.675, que
dispone que la competencia corresponderá a los tribunales
federales cuando "el acto, omisión o situación generada
provoque efectivamente degradación o contaminación en recursos
ambientales interjurisdiccionales".” (C.S.J.N., Competencia
FCB 1168/2018/CS1-CS3 “Gahan, Juana María y otros c/ Córdoba,
Provincia de s/ amparo ambiental”).
“Asimismo, esta Corte ha delineado los criterios
que se deben tener en cuenta para determinar la procedencia de
dicha competencia federal en razón de la materia ambiental y
estableció, en primer término, que hay que delimitar el ámbito
territorial afectado, pues, como lo ha previsto el legislador
nacional, debe tratarse de un recurso ambiental
interjurisdiccional (Fallos: 327:3880 y 329:2316) o de un área
geográfica que se extienda más allá de la frontera provincial.
Es decir, que tiene que tratarse de un asunto que incluya
problemas ambientales compartidos por más de una jurisdicción
(doctrina de Fallos: 330:4234; 331:1312; 331:1679).”
(C.S.J.N., Competencia FCB 1168/2018/CS1-CS3 “Gahan, Juana
María y otros c/ Córdoba, Provincia de s/ amparo ambiental”).
A su vez, nuestro Máximo Tribunal de la Nación ya
declaró su competencia originaria y exclusiva para entender en
una causa con similar objeto al de autos, donde la
Municipalidad de Rosario -representada por su entonces
intendente- inició una acción de amparo contra las provincias
de Entre Ríos y Buenos Aires “...a fin de que cese el daño
ambiental producido por las quemas de pastizales que se
realizaban de manera indiscriminada, reiterada y sistemática,
en las islas del Río Paraná” (CSJ 853/2008 “Municipalidad de
Rosario c/ Entre Ríos, Provincia de y otro s/ amparo daño
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ambiental”).
Vale resaltar también que el daño invocado no sólo
se produce en Rosario, como adujo el amparista, sino que es de
público conocimiento que el padecimiento de los incendios de
las islas es sufrido por los vecinos de las distintas ciudades
y provincias linderas.
Por todo ello, surge clara la competencia de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación para entender en esta
causa por vía de la instancia originaria prevista en el
artículo 117 de la Constitución Nacional.
Así, en concordancia con lo dictaminado por la
Fiscal Federal a cargo de la Fiscalía Federal nro. 3 de
Rosario, tratándose de un amparo ambiental tendiente a la
tutela del daño infringido al medio ambiente y su
recomposición, donde se encuentra corroborada la contaminación
de un recurso interjurisdiccional, corresponde la intervención
originaria de la C.S.J.N. “...toda vez que es parte una
provincia y la causa reviste un manifiesto carácter federal,
ya que se trata de un supuesto de problemas ambientales
compartidos por más de una jurisdicción”.
5°) Vale señalar que no procede la prórroga de la
jurisdicción a favor de los tribunales inferiores.
Así lo tiene dicho la doctrina que se cita por
compartir: “La competencia originaria es improrrogable cuando
una provincia sea sustancial y nominalmente parte en el juicio
y la materia discutida se funde en el derecho federal.”(pág.
133 de la obra citada).
Por todo lo expuesto, corresponde confirmar la
incompetencia del Juzgado Federal N° 2 de Rosario para
intervenir en la presente causa y en consecuencia, remitirla
a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
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6°) No obstante ello, las islas en cuestión forman


la Región del Delta del Paraná, compuesto por un inmenso
humedal que alberga una importante diversidad biológica y
configura un ecosistema vulnerable que merece ser urgentemente
protegido a fin de evitar un mayor daño al medio ambiente de
la región.
Como lo ha señalado nuestro máximo tribunal:
“...en el particular ámbito de las demandas encuadradas en las
prescripciones de la Ley General del Ambiente, la
interpretación de la doctrina precedentemente enunciada debe
efectuarse desde una moderna concepción de las medidas
necesarias para protección del medio ambiente, pues el art. 4°
de esa introduce en la materia los principios de prevención
del daño ambiental y de precaución ante la creación de un
riesgo con efectos desconocidos y por tanto imprevisibles
(Fallos: 339:142; 340:1193). Es a la luz de estos principios
que debe interpretarse el último párrafo del art. 32 de la Ley
General del Ambiente en cuanto en él se dispone que en
cualquier estado del proceso, aun con carácter de medida
precautoria, podrán solicitarse medidas de urgencia, que el
juez también podrá disponer sin petición de parte, aun sin
audiencia de la parte contraria, prestándose debida caución
por los daños y perjuicios que pudieran producirse (Fallos:
339:142).” (C.S.J.N., Fallo del 02/07/2020, en CSJ
3570/2015/1/1/RH1 “Asociación Civil Protecc. Ambiental del Río
Paraná Ctrol. Contam. y Restauración del Hábitat y otro c/
Carboquímica del Paraná S.A. y otro s/ incidente de medida
cautelar”).
Si bien, el magistrado a cargo del Juzgado Federal
N° 2 de Paraná, en fecha 01 de julio de 2020 dictó medidas
cautelares sobre las islas en cuestión, estas disposiciones
son distintas a las solicitadas por el aquí amparista.
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Por lo cual, atento que es de público conocimiento


el daño ambiental que provocan los incendios en las islas
vecinas, corresponde emitir pronunciamiento respecto de las
medidas cautelares peticionadas a fin de que los principios de
protección y prevención no resulten meras garantías o
declaraciones formales, sino realmente eficaces y operativas.
Las cautelares dispuestas por el colega de Paraná
si bien resultan necesarias, no fueron suficientes para evitar
nuevos incendios en el Delta del Paraná. Por lo cual, debemos
valorar si urge dictar nuevas disposiciones complementarias de
las determinadas por dicho magistrado Federal de Entre Ríos
Si bien (como regla) los jueces deben abstenerse
de dictar medidas precautorias cuando el conocimiento de la
causa no sea de su competencia, en virtud de la prescripción
legal contenida en el art. 196 del Código Procesal, existen
supuestos excepcionales donde son procedentes las medidas
necesarias para salvaguardar derechos violados sin perjuicio
de la declaración de incompetencia por vía incidental (ver
Corte Suprema de Justicia de la Nación - Fallos 300:432).
Este mismo criterio fue seguido por esta Sala “A”
–con anterior composición- en el expte. nro. 3417-C caratulado
“Pieza separada en autos “CAMAL, Nélida c/ BBVA BANCO FRANCES
s/ ORDINARIO”, mediante Acuerdo del 19 de junio de 2007, a
contrario sensu.
En igual sentido, se ha resuelto que "...si el juez
decide declararse incompetente de oficio, ello no constituye
un obstáculo para que se expida sobre la procedencia de la
medida precautoria solicitada en la demanda, puesto que el
art. 196 del CPC tácitamente admite su dictado. Máxime en
aquellos supuestos en los cuales la demora de su remisión al
juez competente, puede tornar ilusorio el derecho que se
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pretendía cautelar...” (CCMP 97397 RSI-242-96 “Lauletta” res.


del 2-IV-1996 ), es decir que aun cuando la cautelar hubiere
sido decretada por un juez incompetente, en principio, resulta
válida siempre que haya sido dictada con arreglo a los
requisitos de admisibilidad y fundabilidad previstos por el
ordenamiento ritual para la medida de que se trate (CCQL 6817
RSI-341-3 “Pascolo de Alleva” res. del 15-XII-02).
En el presente caso sometido a estudio, se advierte
que en el sub-lite se dan razones de urgencia atendibles para
dejar de lado la regla fijada en el artículo 196 del C.P.C.C.N.
ya que se configuran las excepcionales circunstancias
referidas por la Corte Suprema para conceder medidas cautelares
urgentes en función de que el juicio de ponderación al que
obliga la aplicación del principio precautorio, exige al juez,
cuando haya peligro de daño grave e irreversible, impedir la
degradación al medio ambiente y la afectación del derecho a la
salud de los habitantes.
Entiendo que en el caso se configuran situaciones
de emergencia que imponen fijar disposiciones precautorias
para evitar un mayor daño ambiental.
Esta lesión al medioambiente obliga a tomar
medidas judiciales rápidas y preventivas, aun cuando éstas no
resulten suficientes para combatir el fuego, apagar los
incendios o neutralizar el daño provocado.
Vale resaltar que la protección del medio
ambiente, antes que medidas judiciales exige políticas de
prevención de los Poderes Legislativos y Ejecutivos
Provinciales y Nacionales sostenidas en el tiempo y que tengan
por objeto principal la “prevención”, en especial de parte de
quienes son los titulares de los recursos naturales
(provincias).
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No obstante, ante este estado de situación es


necesario actuar judicialmente, a fin de garantizar el acceso
a la justicia y la tutela judicial efectiva.
Al respecto, nuestro más alto tribunal ha
entendido que: “El derecho de ocurrir ante un órgano judicial
en procura de justicia, consagrado en el artículo 18 de la
Constitución Nacional no se encuentra satisfecho con la sola
previsión legal de la posibilidad de acceso a la instancia
judicial sino que requiere que la tutela judicial de los
derechos en cuestión resulte efectiva; esto es, que sea
oportuna y posea la virtualidad de resolver definitivamente la
cuestión sometida a su conocimiento, tal como lo reconocen los
tratados internacionales con jerarquía constitucional a partir
de 1994 (artículo 75, inc. 22), como ser, la Convención
Americana sobre Derechos Humanos (artículos 8 y 25.2.a) y al
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (artículo
14.1).” (Fallos:337:530 “Pedraza”).
El reconocimiento de status constitucional del
derecho al goce de un ambiente sano, así como la expresa y
típica previsión atinente a la obligación de recomponer el
daño ambiental constituyen una positiva decisión del
constituyente de 1994 de enumerar y jerarquizar con rango
supremo a un derecho preexistente (C.S.J.N., Fallo del
23/02/2016, “Recursos de hecho deducidos por el Fiscal General
Federal de Tucumán y por la actora en la causa Cruz, Felipa y
otros c/ Minera Alumbrera Limited y otro s/ sumarísimo”).
Estos principios en cuestión, no configuran una
mera expresión de buenos y deseables propósitos, sino la
necesidad real de intentar evitar la propagación de un daño al
medio ambiente.
Así, cito por compartir que: “El art. 32 de la Ley
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General del Ambiente califica al acceso como irrestricto sin


condiciones, sin limitaciones, sin reservas y completo,
inclusive temporalmente, y esto implica la eliminación de todos
los obstáculos, cargas o exigencias —incluido lo concerniente
a la competencia— que pudieren regir para otro tipo de
procesos, sin que puedan erigirse vallas de ningún tipo o
especie que de cualquier manera restrinjan la amplitud del
criterio así legislado, siendo intrascendente discutir en cada
caso, si tales limitaciones pueden o no ser sorteadas por el
litigante.” (Alicia Morales Lamberti: “Concentración
territorial de competencias y amparo ambiental colectivo”,
artículo publicado en La Ley, Derecho Ambiental, 10/03/2017).
El principio de prevención de daños y la protección
constitucional que merecen el derecho a la vida, a la salud y
a un medio ambiente sano, impone la necesidad de intentar
evitar que el daño se reitere, se propague o que sea mayor.
Las medidas cautelares que se disponen en la
presente causa resultan complementarias a la dictada por el
Dr. Daniel Alonso en fecha 01 de julio de 2020 dentro de los
caratulados “ASOC. CIVIL CON PERSONERÍA JCA. CUENCA RIO PARANÁ
Y OTRO C/ BAGGIO RUFINO, PABLO Y OTROS S/ EXPEDIENTES CIVILES”
Expte. nro. FPA 2427/2020.
A su vez, entiendo que no existe la posibilidad de
sentencias contradictorias con las dictadas por el Juez de
Paraná, desde que las disposiciones de este tipo no causan
estado en atención a su carácter provisional (art. 202 y ss
del CPCCN) y se complementan con las ordenadas por el
mencionado magistrado de Entre Ríos.
7°) Tratándose de una medida cautelar deben
encontrarse reunidos sus dos requisitos básicos -verosimilitud
del derecho y peligro en la demora- los que se hallan
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íntimamente vinculados entre sí, de manera tal que a mayor


verosimilitud del derecho cabe no ser tan exigente en la
gravedad e inminencia del daño, y viceversa (Fallo de la
C.S.J.N. "Bulacio Malmierca Juan c/ B.N.A. s/ medida cautelar",
del 24/08/93).
En el marco de protección especial enunciado en
los considerandos precedentes, encuentro acreditado la
verosimilitud del derecho del amparista.
También tengo por configurado para la procedencia
de la medida cautelar el requisito de peligro en la demora
atento que es notorio el perjuicio que se causa al ecosistema
del humedal y al medio ambiente en general, y a todos los
ciudadanos de la jurisdicción al respirar, producto de la
inhalación de cenizas, los que se advierten en forma objetiva
y deben ser protegidos preventivamente.
8°) Corresponde aclarar que las medidas cautelares
que aquí se disponen no están orientadas a lograr extinguir o
controlar los incendios que padecen las islas (tarea en la
cual trabajan distintas dependencias de los Poderes Ejecutivos
Provincial y Nacional) sino a evitar y prevenir nuevos focos
ígneos y buscar el desarrollo sustentable del Delta del Paraná.
A su vez, se aclara que se dictan en el marco de
provisionalidad característica de toda medida cautelar, con lo
cual podrán ser modificadas o prorrogadas en todo o en parte
por nuestro Máximo Tribunal Superior (art. 202 y ss del
C.P.C.C.N.) una vez recepcionada la causa en esa instancia.
Respecto al pedido de conformación de una comisión
integrada por representantes de ambas provincias (Santa Fe y
Entre Ríos), por las Municipalidades de Rosario y de Victoria,
por Organizaciones No Gubernamentales y por el amparista, se
advierte que la región objeto de este amparo ya fue afectada
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en 2008 por similares incendios de pastizales que


comprometieron más de 170.000 ha de su territorio, y donde el
humo llegó a las ciudades de Rosario y Buenos Aires.
Según se desprende del Fallo dictado en la causa
CSJ 853/2008 “Municipalidad de Rosario c/ Entre Ríos, provincia
de s/ amparo daño ambiental” del 11/12/14 considerando 8° y
ss; de las noticias periodísticas e información recolectada en
la web de libre acceso; y de
www.ambiente.gov.ar/?idarticulo=10287, frente a ese escenario
de conflicto interjurisdiccional ambiental que involucraba de
manera directa a Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe, los
Gobernadores de esas provincias, el Ministro del Interior de
la Nación, el Jefe de Gabinete de Ministros y el Secretario de
Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, suscribieron
la Carta Intención que instituye el “Plan Integral Estratégico
para la Conservación y el Desarrollo Sostenible de la Región
Delta del Paraná (PIECAS)”, el que fue publicado en el año
2014, luego del dictado de distintas resoluciones y actas sobre
medidas de acción y criterios fijados respecto de las políticas
ambientales del territorio que atendían a la instalación de un
proceso para el logro del desarrollo sostenible para la región.
Al respecto, la Corte Suprema de Justicia en un
fallo dictado el 16/07/2020 dijo que: “La experiencia ha
demostrado que estos organismos constituyen un ámbito adecuado
para la construcción de la confianza que es necesaria para
poder generar soluciones a los problemas compartidos, que sean
aceptables para todas las partes y, en su caso, para prevenir
y/o solucionar posibles conflictos que se susciten (causa
"Buenos Aires, Provincia de c/ Santa Fe, Provincia de", Fallos:
342:2136 y sus citas).” (C.S.J.N. fallo del 16/07/2020 CSJ
243/2014 “La Pampa, Provincia de c/ Mendoza, Provincia de s/
uso de aguas”).
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Surge de la referida causa CSJ 853/2008 y de la


página web de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo
Sustentable de la Nación que el mencionado Plan Integral
Estratégico para la Conservación y el Desarrollo Sostenible de
la Región Delta del Paraná (PIECAS) sobre las islas en
cuestión, tiene por objeto la preservación del humedal del Río
Paraná y el aprovechamiento sostenible.
No obstante su creación en 2008, de la información
recolectada en la web se observa que no se profundizó su
operatividad, pese al acuerdo inicial de las tres
jurisdicciones involucradas.
Por lo que, es necesario instar a las
jurisdicciones en conflicto al fortalecimiento y
profundización del plan integral PIECAS, a hacer operativos
los lineamientos y recomendaciones allí establecidos y dotarlo
de recursos suficientes para cumplir con los objetivos
dispuestos en su creación.
Ahora bien, en relación a la pretensión cautelar
(pto. XIV b.-), atento existir un ámbito multijurisdiccional
de discusión sobre la política de medioambiente y desarrollo
sustentable del territorio en cuestión, no corresponde hacer
lugar a esta medida solicitada.
Sin perjuicio de ello, se sugiere dar mayor
intervención a las organizaciones civiles locales con
conocimiento en el territorio en el marco del PIECAS.
9°) En relación a la otra pretensión cautelar
(punto XIV a.- del escrito de demanda), se ordena a la
Provincia de Entre Ríos y a la Municipalidad de Victoria (Entre
Ríos), por el término de seis (6) meses, la suspensión de
cualquier autorización administrativa de quema controlada de
malezas en la zona que comprende el Delta del Río Paraná,
Poder Judicial de la Nación
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territorio que resulta objeto del Plan Integral Estratégico


para la Conservación y el Aprovechamiento Sostenible de la
Región Delta del Paraná (PIECAS).
10.a) A su vez, a fin de dar tutela efectiva a las
garantías enunciadas en el considerando sexto, de conformidad
con lo dispuesto por el artículo 204 del C.P.C.C.N. y por el
artículo 32 de la Ley 25.675 que permite dictar medidas
cautelares aun de oficio, se ordena al Ministerio de Medio
Ambiente de la Nación (a través del Plan de Parques Nacionales)
y al Ministerio de Seguridad de la Nación (a través del Plan
de Manejo del Fuego) que, por el término de seis (6) meses,
establezcan, coordinen y garanticen un “sistema permanente de
control preventivo” en las islas del Delta de Paraná con el
objetivo de detectar de forma temprana quemas o pequeños focos
de incendio y controlarlos o neutralizarlos antes de que se
propaguen o descontrolen.
A tal efecto se sugiere patrullaje diario dentro
del humedal por medio de aviones hidrantes; o la ubicación de
faros o puestos fijos de control en puntos estratégicos que se
desprendan de un mapeo de la zona que se deberá confeccionar
a tales fines sobre los lugares históricos de incendios; o un
monitoreo satelital diario y permanente de la zona; o cualquier
otra medida alternativa a estas que resulte eficaz a tales
efectos de prevención y detección temprana de incendios.
La medida aquí ordenada sólo podrá ser
transitoriamente interrumpida por parte de los organismos
requeridos si un siniestro ambiental (o de otra naturaleza) en
otra jurisdicción del país requiera la utilización de los
recursos materiales y humanos aquí involucrados.
10.b) Requerir al Ministerio de Medio Ambiente de
la Nación (a través del Plan de Parques Nacionales) y al
Poder Judicial de la Nación
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Ministerio de Seguridad de la Nación (a través del Plan de


Manejo del Fuego) informe bimestral sobre la actividad
desarrollada en cumplimiento de lo dispuesto en el considerando
10.a de la presente.
10.c) Instar a las Provincias y al Estado Nacional
que integran del Plan Integral Estratégico para la Conservación
y el Aprovechamiento Sostenible de la Región Delta del Paraná
(PIECAS) a profundizar y fortalecer dicho plan integral. A tal
efecto, se sugiere hacer operativos los lineamientos y
recomendaciones allí establecidos y dotarlo de recursos
suficientes para cumplir con los objetivos dispuestos en su
creación, a fin de lograr un desarrollo sostenible de las
islas.
10.d) Requerir a los Poderes Ejecutivos de las
Provincias de Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires y al Poder
Ejecutivo Nacional informe bimestral sobre las actividades
desarrolladas en el plan integral PIECAS.
A tal fin deberán librarse los oficios
correspondientes, debiendo cumplimentarse en lo pertinente lo
dispuesto por la Ley 22.172.
11°) Con relación a la contracautela, teniendo en
cuenta la valoración efectuada respecto de la verosimilitud
del derecho, la naturaleza y finalidad de la cautelar otorgada,
y que la acción colectiva no puede estar sujeta a restricciones
de índole económica para su presentación, estimo justa la
caución juratoria (art. 32 de la Ley 25.675 y art. 199 del
C.P.C.C.N., párrafo tercero), la que se tiene por cumplimentada
con la interposición de la demanda, atento la problemática
ambiental en cuestión y la urgencia del caso, conforme criterio
de esta Cámara Federal de Apelaciones, Sala “A” (ver Acuerdo
del 21/05/18, en el expediente Nro. FRO 32396/2017, caratulado:
Poder Judicial de la Nación
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“INGANO, MIRTA SUSANA c/ INSSJP s/ AMPARO LEY 16.986”, al que


remito en lo pertinente).
Es mi voto.
El Dr. Fernando L. Barbará dijo:
Adhiero parcialmente al voto del Dr. Aníbal Pineda
en cuanto comparto, en lo sustancial los argumentos de la parte
pertinente, de modo que suscribiré los puntos I) y II) de la
resolutiva propuesta, este último restringido al considerando
9), y el III) en lo relacionado con los precedentes, así como
que la contracautela sea meramente juratoria.
Es mi voto.
El Dr. José Guillermo Toledo dijo:
Que, por compartir en lo sustancial sus
fundamentos y conclusiones, voto adhiriendo al voto del Dr.
Pineda.
En tal sentido, y en apoyo de lo sostenido por el
distinguido colega que me precediera en el voto, no puedo dejar
de señalar la grave situación que viene padeciendo la ciudad
de Rosario y zonas aledañas desde hace mucho tiempo –al menos
doce años- por el humo que recurrentemente produce la quema
que prima facie se aprecia como intencionada, indiscriminada
e irresponsable de los campos de las islas del Paraná que se
encuentran en territorio de la provincia de Entre Ríos. Cuyos
autores, puede apreciarse tanto de lo que surge de la causa
como del hecho notorio de estas quemas, actúan evidentemente
en forma clandestina y han visto lógicamente facilitado su
accionar por la falta de los controles estatales
correspondientes. Sujetos éstos que han venido gozando, por lo
demás, hasta ahora de impunidad, lo cual ha permitido así, la
reiteración de estos actos ilícitos.
Cabe destacar también que este humo produce
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inmensos daños al medioambiente y serios problemas de salud


para la población, que se encuentra en total estado de
indefensión, sin que hasta el momento dicho accionar ilegal
haya podido ser neutralizado ni por el Estado Nacional ni por
la Provincia de Entre Ríos –donde se producen estos hechos-,
cuyas autoridades tienen el deber de adoptar todas las medidas
tendientes a ello en virtud de expresas disposiciones
constitucionales y legales.
Por tal motivo, sin perjuicio de la incompetencia
que aquí se declara, estimo pertinente el dictado de las
medidas cautelares propuestas por el voto que lidera este
acuerdo, dado la gravedad de la situación, por el señalado
daño al medio ambiente y a la salud pública de la población,
las que deberán ser diligenciadas en forma urgente por los
organismos públicos competentes.
Así voto.
Atento al resultado del Acuerdo que antecede,
SE RESUELVE:
I) Confirmar la incompetencia del Juzgado Federal N° 2 de
Rosario para intervenir en la presente causa y en consecuencia,
remitirla a la Corte Suprema de Justicia de la Nación. II)
Hacer lugar parcialmente a la medida cautelar peticionada y en
los términos del art. 204 del C.P.C.C.N. ordenar las medidas
descriptas en el considerando noveno y décimo, en los términos
allí establecidos. III) Oficiar a tal fin a los juzgados
pertinentes, poderes, organismos y dependencias involucradas,
conforme lo ordenado en los considerandos noveno y décimo. IV)
Insertar, hacer saber, comunicar en la forma dispuesta por
Acordada nº 15/13 de la C.S.J.N., y oportunamente elevar la
presente causa a la Excma. Corte Suprema de Justicia de la
Nación.
Poder Judicial de la Nación
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ms-med

JOSE GUILLERMO TOLEDO ANIBAL PINEDA FERNANDO LORENZO BARBARA


JUEZ DE CÁMARA JUEZ DE CAMARA JUEZ DE CAMARA
(en disidencia parcial)

Ante mi

Eleonora Pelozzi
Secretaria de Cámara

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