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Los Miliequivalentes
Los Miliequivalentes
unidades fórmulas (en el caso de los electrolitos y demás iones) presentes en una unidad de peso o
volumen (en este caso, Litro) que son efectivos en una reacción quimica, a esto se le llama concentración
En medicina se aplica este concepto, ¿te has preguntado si hay más de144 mEq/L de sodio en el cuerpo?
acuerdate de de lo que te hable arriba y relacionalo con los estragos que ocasiona en el sitema renal y el
circulatorio... reacciones quimicas ¿o no?.
Con respecto a lo que te has dado cuenta de lo de la conversión a mmol/L, cambian debido a las
valencias (numero de electrones que se encuentra en la capa más externa de un átomo de un elemento)
de los iones por ejemplo, el Na+ de valencia 1+, lógicamente su concentración de mEq/L será igual a la
de mmol/L, pero ¿para el ión Ca2+?, fíjate que tiene valencia 2+ y eso quiere decir que sus
concentraciónes en unidades de mEq y mmol no serán las mismas, por la valencia del ión Ca2+. en este
caso debes multiplicar o dividir con la valencia del electrolito para saber, si vas a pasar de mEq a mmol, la
concentración del ión Ca2+, debes multiplicar x 2... y asi para muchas sustancias orgánicas necesarias
para nuestro organismos que como son complejas ya otros medicos y farmacéuticos se encargaron de
hacer esa tarea de sacar factores de conversión pero no está de más que lo sepas, es fundamental para
la nutrición enteral y parenteral, sobre todo ésta última.
Todo proceso, físico o químico, implica una transferencia de energía, entre el sistema y su medio
ambiento (bueno, no todos, los adiabáticos no). por ejemplo, cuando el hielo se funde, para eso necesita
absorver cierta cantidad de calor desde el medioambiente. esta cantidad de calor, intercambiada entre el
sistema y su medioambiente, medida a presión constante es la entalpía (H). Para el caso que mencioné
(la fusión del hielo) este calor absorvido por el hielo para transformarse en agua líquida es la entalpía de
fusión (Hf).
En química, para evaluar la espontaneidad de una reacción en ciertas condiciones se recurre al concepto
de energía libre de Gibbs (G) que queda definida como
Como vemos es una expresión que contempla las dos variables termodinámicas: La energética a tarvés
de la H y la espontaneidad, a através de la S.
Sólo si la variación de G es menor a 0 se trata de una reacción química espontánea en esas condiciones.
Si no fuera así, no quiere decir que esta reacción no va a suceder nunca, sino que no lo va a hacer en
esas condiciones, pero, si se varía alguna propiedad del sistema como su T entonces podría llegar a ser
espontánea en esas nuevas condiciones.
Físicamente se dice que la G es el máximo trabajo útil que puede realizar el sistema.
Ley de Fick
La ley de Fick es una ley cuantitativa en forma de ecuación diferencial que describe diversos casos
de difusión de materia o energía en un medio en el que inicialmente no existe equilibrio químico o térmico.
Recibe su nombre del médico y fisiólogo alemán Adolf Fick (1829-1901), que las derivó en 1855.
En situaciones en las que existen gradientes de concentración de una sustancia, o de temperatura, se
produce un flujo de partículas o de calor que tiende a homogeneizar la disolución y uniformizar la
concentración o la temperatura. El flujo homogeneizador es una consecuencia estadística del movimiento
azaroso de las partículas que da lugar al segundo principio de la termodinámica, conocido también como
movimiento térmico casual de las partículas. Así los procesos físicos de difusión pueden ser vistos como
procesos físicos o termodinámicos
En el caso particular del calor, la ley de Fick se conoce como ley de Fourier y se escribe como
(1b)
Tomando la ley de conservación integral para la especie c, y aplicándole a esta última el teorema de
Stokes se tiene:
(2a)
Combinando el resultado anterior (2a) con la ley de Fick (1a) resulta la ecuación de difusión o segunda
ley de Fick:
(3a)
Si existe producción o destrucción de la especie (por una reacción química), a esta ecuación debe
añadirse un término de fuente en el segundo miembro.
Ley de Fourier[editar]
La conducción térmica está determinada por la ley de Fourier, que establece que el flujo de transferencia
de calor por conducción en un medio isótropo es proporcional y de sentido contrario al gradiente de
temperatura en esa dirección. De forma vectorial:
donde:
donde:
: es la difusividad térmica,
Conductividad térmica[editar]
La conductividad térmica es una propiedad intrínseca de los materiales que valora la capacidad de
conducir el calor a través de ellos. El valor de la conductividad varía en función de la temperatura a la que
se encuentra la sustancia, por lo que suelen hacerse las mediciones a 300 K con el objeto de poder
comparar unos elementos con otros.
Es elevada en metales y en general en cuerpos continuos, y es baja en los gases (a pesar de que en ellos
la transferencia puede hacerse a través de electrones libres) y en materiales iónicos y covalentes, siendo
muy baja en algunos materiales especiales como la fibra de vidrio, que se denominan por
eso aislantes térmicos. Para que exista conducción térmica hace falta una sustancia, de ahí que es nula
en el vacío ideal, y muy baja en ambientes donde se ha practicado un vacío elevado.
En algunos procesos industriales se trabaja para incrementar la conducción de calor, bien utilizando
materiales de alta conductividad o configuraciones con un elevado área de contacto. En otros, el efecto
buscado es justo el contrario, y se desea minimizar el efecto de la conducción, para lo que se emplean
materiales de baja conductividad térmica, vacíos intermedios, y se disponen en configuraciones con poca
área de contacto.
0,04-
Acero 47-58 Corcho Mercurio 83,7
0,30
0,03-
Aire 0,02 Fibra de vidrio Níquel 52,3
0,07
Alumini
209,3 Ladrillo 0,80 Plata 406,1-418,7
o
372,1-
Cobre Madera 0,13
385,2
El coeficiente de conductividad térmica (λ) expresa la cantidad o flujo de calor que pasa a través de la
unidad de superficie de una muestra del material, de extensión infinita, caras planoparalelas y espesor
unidad, cuando entre sus caras se establece una diferencia de temperaturas igual a la unidad, en
condiciones estacionarias. La conductividad térmica se expresa en unidades de W/m·K (J/s · m · °C).
final del tubo, moviéndose desde una zona de mayor presión a una de menor presión. El flujo o caudal
depende directamente del gradiente o diferencia de presión entre esos dos puntos e inversamente de la
rozamiento o fricción entre las propias moléculas del fluido y entre éstas y las moléculas de la pared del
tubo.
La velocidad con la que circula la sangre en el interior de un tubo es directamente proporcional al flujo e
El flujo o caudal (volumen/minuto) se define también como el volumen circulante por un segmento
En condiciones fisiológicas el tipo de flujo mayoritario es el denominado flujo en capas o laminar. El fluido
se desplaza en láminas coaxiales o cilíndricas en las que todas las partículas se mueven sin excepción
paralelamente al eje vascular. Se origina un perfil parabólico de velocidades con un valor máximo en el
En determinadas condiciones el flujo puede presentar remolinos, se dice que es turbulento. En esta forma
de flujo el perfil de velocidades se aplana y la relación lineal entre el gradiente de presión y el flujo se
Para determinar si el flujo es laminar o turbulento se utiliza el número de Reynolds (NR), un número
bifurcaciones, con valores por encima de 400, aparecen remolinos locales en las capas limítrofes de la
turbulencias no es deseable por el riesgo que tienen de producir coágulos sanguíneos, se pueden utilizar
como procedimientos diagnósticos, ya que mientras el flujo laminar es silencioso, el turbulento genera
La resistencia no puede medirse directamente por ser una magnitud compuesta, pudiendo obtenerse de
la ecuación inicial al establecer un gradiente de presión entre dos puntos y medir el flujo que se establece:
(mmHg. min/ml, URP → unidad de resistencia periférica hemodinámica).
Su magnitud depende de las dimensiones del tubo por donde circula el fluido, de su viscosidad y del tipo
La resistencia periférica total es la suma de las resistencias vasculares. Los vasos sanguíneos en el
sistema vascular constituyen una red en la que determinados segmentos se sitúan en serie y otros en
5.2.2 Viscosidad
Uno de los factores que determina la resistencia al movimiento de los fluidos son las fuerzas de
rozamiento entre las partes contiguas del fluido, las fuerzas de viscosidad.
La viscosidad (η) se define como la propiedad de los fluidos, principalmente de los líquidos, de oponer
resistencia al desplazamiento tangencial de capas de moléculas. Según Newton, resulta del cociente
entre la tensión de propulsión (τ) o fuerza de cizalladura y el gradiente de velocidad (Δν) entre las distintas
capas de líquidos.
Los fluidos newtonianos u homogéneos son los que muestran una viscosidad constante, como el agua, o
las soluciones de electrolitos; por el contrario, los fluidos no newtonianos, o heterogéneos, presentan una
viscosidad variable, es el caso de la sangre que se modifica dependiendo de las dimensiones del tubo y
células y plasma, las primeras son las responsables principales de la viscosidad sanguínea, y tanto el
hematocrito como la velocidad del flujo y el diámetro del vaso modifican la viscosidad de la sangre. A altas
velocidades, la viscosidad disminuye al situarse las células preferentemente en el eje central del vaso.
En flujos laminares que se desarrollan en tubos cilíndricos, se pueden deducir las relaciones entre la
intensidad del flujo, el gradiente de presión y la resistencia o fuerzas de fricción que actúan sobre las
capas de envoltura.
La Ley de Poiseuille (o de Hagen-Poiseuille) es una ecuación hemodinámica fundamental en la que se
establece:
Debido a que la longitud de los vasos y la viscosidad son relativamente constantes, el flujo viene
determinado básicamente por el gradiente de presión y por el radio. De la ecuación representada, destaca
el hecho de que el radio al estar elevado a la cuarta potencia, se constituye como el factor más
importante. Si suponemos un vaso con un flujo de 1 ml/seg al aumentar el diámetro dos veces el flujo
pasa a ser de 16 ml/seg, y si el diámetro aumenta cuatro veces el flujo pasará a ser 256 ml/seg . Por esta
relación se puede justificar el papel preponderante que los cambios en el radio del conducto juegan en la
La ecuación de Poiseuille está formulada para flujos laminares de fluidos homogéneos con viscosidad
constante, sin embargo, en los vasos sanguíneos estas condiciones no siempre se cumplen; si la
velocidad del flujo es alta o si el gradiente de presión es elevado, se pueden generar remolinos o
turbulencias que modifican el patrón del flujo. Al producirse turbulencias se necesitarán gradientes de
La pared de los vasos sanguíneos está formada por una capa de células epiteliales, el endotelio, y
A través de la pared vascular se mide una diferencia de presión entre el interior y el exterior, denominada
presión transmural. La presión intravascular se debe a la contracción cardíaca, así como a la distensión
elástica de la pared. La presión exterior es la presión hidrostática de los líquidos intersticiales y presenta
un valor próximo a cero. Si la presión exterior es superior a la del interior, el vaso se colapsará.
La presión transmural (según la ley de Laplace para cilindros huecos de extremos abiertos) dependerá del
radio del cilindro "r"; del espesor de la pared "e"; y de la tensión parietal T o fuerza por unidad de longitud.
Siendo Pi – Po la presión transmural (Pt), o diferencia de presión entre el interior del vaso y el exterior; r el
radio del vaso y, e, el espesor de la pared vascular. La tensión parietal se mide en N/m. Así a igual
presión, la tensión parietal será tanto mayor cuánto mayor sea el radio y cuánto más delgada sea la
pared.
Las propiedades elásticas o de distensibilidad de los vasos sanguíneos dependen, tanto del número,
como de la relación entre las fibras elásticas y colágenas que forman parte de su pared. Si se compara a
la altura del mismo segmento vascular sistémico, las arterias son de 6 a 10 veces menos distensibles que
las venas.
La capacidad de deformación y recuperación de un vaso puede medirse como la relación entre los
cambios de volumen y presión en el interior del mismo. Esta propiedad se conoce con el nombre de
elastanza (ΔP/ΔV) o bien su inverso, la complianza (ΔV/ΔP). Cuando un vaso posee una pared fácilmente
deformable su su complianza grande. Las arterias son vasos de complianza media a presiones
fisiológicas; sin embargo, a presiones elevadas se vuelven rígidos y con complianzas cada vez menores.
Las venas son vasos que aunque menos deformables que las arterias presentan una gran capacidad a
presiones bajas de acomodar volúmenes crecientes de sangre. Esto es debido a su morfología, ya que al
pasar de secciones elípticas a secciones circulares incrementan su volumen., de ahí que sean descritos
como vasos de capacitancia. En el rango de volúmenes y presiones fisiológicos del sistema vascular, las
venas sistémicas son unas diez veces más distensibles que las arterias.
El volumen de sangre situado en cada uno de los segmentos del árbol circulatorio no es equitativo. De los
mayor el 75% se sitúa en el sistema venoso, descrito ya como sistema de capacitancia o reservorio.
La velocidad de la sangre depende del área total transversal de cada sección analizada. Así en aorta y
grandes arterias, aunque el flujo es pulsátil la velocidad es alta (20cm/s), va disminuyendo a nivel de las
arteriolas alcanzando su valor más bajo en los capilares (0,03 cm/s), este valor permite que haya tiempo
suficiente para los intercambios que han de realizarse en esta sección. En las venas se alcanzan
velocidades menores que en el mismo segmento arterial debido a que la sección transversal venosa