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Gutierrez Escudero Antonio La Colonizacion Francesa en Norteamerica en El Siglo XVII
Gutierrez Escudero Antonio La Colonizacion Francesa en Norteamerica en El Siglo XVII
LA COLONIZACIÓN FRANCESA EN
NORTEAMÉRICA EN EL SIGLO XVII
Aunque la mayoría de las compañías francesas que a finales del XVI trata-
ron de obtener el monopolio del comercio de pieles no cumplieron con el compro-
miso de llevar familias a Canadá, contribuyeron a dar entrada en escena a la
principal figura del siglo XVII, Samuel Champlain. Nacido en Brouage hacia 1567
en el seno de una familia de tradición marinera, sirvió en el ejército antes de
emprender viaje a América por vez primera en 1603 (se presta a dudas, pese a que
él mismo lo afirme, que navegase hasta las Antillas y México bajo mando español).
Hombre profundamente religioso, experto marino, persona muy activa, atraído
por el Nuevo Mundo (realizó una serie de dibujos de las plantas, animales e
indígenas de los lugares recorridos, de los cuales levantó mapas de escrupulosa
exactitud no superados en medio centenar de años), Champlain fue autor de relatos
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. GOlFOOE
S. lORENZO
OctANO ATLÁNTICO
Los viajes de Samuel Champlain. Fuente: Atlas Histórico Cultural de América, tomo 1I, p. 422, Las
Palmas, 1988, de Morales Padrón, Frallcisco.
boración con los británicos fue fundamental, muchas veces, para que éstos alcanzasen
la victoria en los enfrentamientos armados que ambas potencias europeas mantuvieron
en suelo americano.
Luego de regresar a Francia en busca de ayuda, Champlain retorna a América
en 1610. Un año después sigue las huellas de Cartier y llega, aguas arriba del San
Lorenzo, hasta la actual Montreal donde establece un fortín. De 1613 a 1615 realiza
diversas exploraciones hacia el Suroeste, remonta e! río Otawa, llega al lago
Nipissing y a continuación alcanza la bahía Georgiana, la extensión septentrional
de! lago Hurón. En este último lugar pasó una invernada con los indios hurones que
le sirvió para fortalecer los lazos amistosos y conseguir que actuasen de enlace, en
e! comercio de pieles, entre los franceses situados en Montreal y los indígenas que
tendían trampas en todo el ámbito de los Grandes Lagos -este tráfico tan productivo
fue interrumpido varias veces por las emboscadas de los irdqueses, especialistas en
ataques por sorpresa a poblados y flotillas de piraguas huronas que transportaban
la carga peletera.
Champlain había sido e! primer europeo en llegar a los Grandes Lagos y el
primero en entrever las enormes posibilidades de! territorio, pero sus esfuerzos por
consolidar la colonización no se vieron correspondidos. A la escasez de emigrantes
se unió, e! 19 de julio de 1629 y luego de un año de asedio, la toma de Quebec y
la prisión de Champlain por los ingleses a causa de! estallido de la guerra entre
Francia e Inglaterra. Al mismo tiempo, un caballero escocés, sir William Alexander,
ocupaba e! abandonado Port-Royal y rebautizaba aquella porción de tierra con e!
nombre de Nueva Escocia.
Tres años permaneció Champlain prisionero de los británicos. El 29 de marzo.
de 1632, por e! Tratado de Saint-Germain-en-Laye, Carlos I de Inglaterra devolvía
a Francia tanto Quebec como la Acadia a cambio de una compensación económica.
Champlain consigue que Riche!ieu le nombre gobernador de la Compañía de los
Cien Asociados (Cent Associés) y regresa al Canadá con más colonos para reorganizar
e! país, afianzar e! establecimiento de Quebec y fundar un nuevo puesto en Trois-
Rivieres. Incluso idea un llamado «sistema señorial» por el cual se conceden tierras
a nobles y grandes señores comprometiéndoles a llevar a sus expensas emigrantes
entre quienes se distribuirían los lotes de terreno en calidad de arrendatarios.
Champlain, sin embargo, no logra ver el desarrollo de un territorio cuyos
inicios de progreso fueron lentos, con una población dispersa y sin cohesión, y una
colonización que padeció demasiados titubeos. El día de Navidad de! año de 1635
moría en Quebec su fundador, Champlain. En su testamento aconsejaba a sus
sucesores que prosiguieran la penetración hacia e! Oeste, que mantuvieran la
amistad con los indios hurones y montañeses y todas las tribus aliadas de Francia,
y que a ser posible llevasen a cabo su sueño más preciado, izar la bandera con las
flores de lis en las costas de! océano Pacífico. Años después de! fallecimiento los
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indígenas recordaban con admiración a la persona que había sabido dejar la impronta
de su lealtad a la Corona, fe en las creencias religiosas y su disposición humanitaria
hacia todos, y con cuya muerte se cerraba un nuevo capítulo en la historia del
Canadá.
llevarían rápida y directamente al Mar del Sur. A fin de probar tal hipótesis
encarga a un trampero, Louis Jolliet, que investigue.
Jolliet había nacido en Quebec en 1645: cursó estudios con los jesuitas y a punto
estuvo de ingresar en la orden para ser un misionero más. Su vocación religiosa se
trocó a última hora por la de explorador, recorriendo los Grandes Lagos en busca
de yacimientos de cobre. En mayo de 1673 parte Jolliet con un grupo de cinco
franceses y veintiún indígenas, uniéndoseles poco más tarde el Padre Marquette. Al
principio siguen idéntica ruta que Nicolet, atraviesan el lago Míchigan, llegan a
Green Bay y se encaminan por tierra al río Wisconsin, que descienden. El 17 de
junio desembocaban en el tramo superior de un caudaloso río al que bautizaron con
el nombre indígena de Mississipi (<<gran río»). Continuaron la navegación aguas
abajo durante 1.100 kilómetros más hasta la confluencia con el Arkansas. Aquí, un
ataque de los indios y la proximidad al territorio de los españoles les hizo volverse.
Por otro lado ya habían conseguido sus propósitos, pues la penetración efectuada
demostraba que los cursos fluviales conducían al golfo de México y no al Pacífico.
No existía, en consecuencia, un paso a través del continente que comunicase ambos
océanos.
Aunque con menos resonancias, también se realizaban expediciones en otras
direcciones. Hacia el Norte, el padre jesuita Albanel y el soldado Denis de Saint-
Simon llegan a la bahía James, en 1671, a través del río Saguenay y el lago Saint-
Jean. El Oeste era recorrido por exploradores, tras pasar la barrera rocosa que
separaba al lago Superior de las grandes llanuras, en lucha con unas vías fluviales
salpicadas de cascadas, rápidos y obstáculos, que establecieron contacto con tribus
desconocidas. En 1678, Daniel Greysolon du Lhut y su hermano La Tourette
montan el primer puesto comercial en el lago Nipigon y en la desembocadura del
río Kaministikwia, yen 1688 Jacques de Noyon llega directamente al lago Pluie y
efectúa intercambios con los indígenas del lugar. Transcurrirían aún muchos años
para superar esta inicial etapa de penetración, pero ya se había indicado el camino
a seguIr.
~celente conocedor de protegidos por fuertes que cubrirían los principales pasos. Las comunicaciones
estaban garantizadas por las rutas fluviales alternativas y trayectos terrestres rela-
»licias recibidas de unos tivamente reducidos.
ras pasar por los lagos La Salle organiza una expedición compuesta por cuatro embarcaciones, una.
lesciende hasta llegar a compañía de soldados y colonos, y navega directamente desde Francia al golfo de
¡le. La negativa de sus México para levantar en la parte baja del Mississipi un primer fuerte «desde donde
Montreal no sin antes podamos controlar el continente». Era el año de 1684 y los viajeros parecen estar
tocados por el infortunio, pues casi alcanzado su destino diversas circunstancias
:ia los Grandes Lagos y (falta de entendimiento entre La Salle y el comandante de la flotilla que les
~ que es el primero en transportaba, y el todavía escaso conocimiento del lugar ) les lleva a desembarcar
aando de Soto). La falta 400 millas más al Oeste, en las costas de la bahía de Matagorda, en Texas.
sí como frustran poste- Ignorantes de dónde se encontraban, los franceses se encaminan tierra adentro,
tebía de transcurrir casi construyen una empalizada de protección en una sabana p:óxima al río Garcitas,
establecen contacto con la tribu de los indios cenis que les ayudan a sobrevivir, e
y Marquette decidieron intentan orientarse y encontrar una vía fluvial que les remonte hasta el Illinois. La
De. Para ello lo envió a búsqueda está llena de desgracias y de extravíos en la maraña de esteros y laguMs
~I rey Luis XIV; de su de la zona hasta que el 19 de marzo de 1687, en un paraje cercano a Navasota
una serie de fuertes en (Texas), La Salle es asesinado por dos de sus compañeros amotinados de una partida
en el país, el monopolio exploratoria que él capitaneaba. Se ponía fin, de momento, al establecimiento de
el permiso de explorar la colonia de Luisiana en el Sur, una pretensión quizá todavía prematura pero que
tendría continuación años más tarde.
y fuertes (Frontenac y
•
miento detallado de los
R. Tras cuatro años de Inicios de colonización en Luisiana: Pierre le Moyne
21taron las deserciones,
¡.metra en el cauce del La muerte de Colbert en 1683 supuso el inicio de un período de estancamiento
::on las tribus indias que e indiferencia en la política de colonización y exploraciones en América por parte
la desembocadura en el de Francia. Sólo a finales de la centuria parecen reavivarse de nuevo los deseos. Un
él llamó Colbert) y sus canadiense de Montreal, Pierre le Moyne, señor de Iberville, descendiente de una
icamente la parte de los familia de Dieppe, retoma en unión con su hermano, el señor de Bienville, los
¡Waches y las Montañas planes de La Salle. Ambos proyectan ocupar Luisiana definitivamente y proceder
lCés Luis XIV. Quedaba a un reconocimiento más detallado del territorio.
lS y económicas para la En 1698, en un par de fragatas, parten de Brest, se dirigen al golfo de México
ltacia el Oeste. y se dedican a explorar el delta del Mississipi. En 1699 llegan hasta las puertas de
a solicitar nueva ayuda, la bahía de Pensacola, pero los españoles se les han adelantado e impiden un posible
ontenac dificultaban sus establecimiento. La contrariedad no arredra a los franceses que buscan otro empla-
-la Luisiana y autorizado zamiento y lo encuentran en un lugar cercano a la actual ciudad de Biloxi, a unos
:omo primer paso de su 100 kilómetros al Oeste del gran río. Es la primera colonia gala fundada en las
5 y el resto de la región costas del golfo que para prosperar necesitaba del apoyo deJa metrópoli, pues no
asentamientos humanos en balde hispanos y británicos mostraban interés por la zona; los primeros ya
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Población
veinte colonos, es decir, muy escasa población para un desarrollo ordenado del país.
En 1627, el cardenal Richelieu intenta dar un impulso a la emigración al
Canadá y acuerda con la recién constituida Compañía de la Nueva Francia, o de
los Cien Asociados, que a cambio del monopolio perpetuo del comercio de pieles
y de la cesión de toda la colonia a título de señorío, debía de situar unos cuatro mil
colonos en aquellas tierras en un período de quince años, y abastecerlos de todo lo
necesario. Por desgracia, la rivalidad entre Francia e Inglaterra paraliza el proyecto.
La guerra surgida entre ambas naciones supone la interrupción del traslado de
familias, la captura de Quebec en 1629, la ocupación de Port-Royal por el escocés
Alexander e incluso la prisión del propio Champlain, su.cesos todos ellos que ya
fueron señalados.
La firma de un tratado de paz en 1632 devuelve a Francia los territorios
ocupados y permite a Champlain regresar a Canadá reiniciando el traslado de
familias. A fin de fomentar la emigración se promete la concesión de grandes
extensiones de tierras a quienes llevasen colonos a su cargo, se alzan mercados de
pieles, se refuerza el envío de misioneros y se crea una nueva Compañía de Notre
Dame de Montreal, por iniciativa de Jérome de la Dauversiere y M. Olier, que
encarga a Paul de Chomédy de Maisonneuve la fundación de una población en 1642
con el nombre de Ville-Marie, en el lugar donde hoy se asienta la actual Montreal.
Pese a estos esfuerzos los resultados no fueron muy halagüeños, pues hacia 1660 el
número de habitantes no alcanzaría la cifra de 2.000, repartidos especialmente a lo
largo de la cuenca del río San Lorenzo y con máxima concentración en tres lugares
precisos: Quebec, Trois-Rivieres y Montreal.
La atención de las Compañías estuvo más centrada en el comercio de pieles que
en el de la colonización, y los campesinos y artesanos franceses no encontraban
suficientes alicientes como para aventurarse a marchar a Canadá. Además, la
ideología política de Luis XIV basada en el principio Un roi, une loi, une foi fue
también de aplicación en las colonias ultramarinas e impidió que grupos de protes-
tantes galos marchasen a ellas a cambio de garantizarles la tolerancia religiosa,
contribuyendo al aumento demográfico. No obstante, sí se observa un cambio
sustancial a partir de 1663, cuando Nueva Francia pasa a depender directamente de
la Corona, una vez alcanzada por el rey su mayoría de edad y con la entrada en
escena del ministro Colbert. Aún con muchas dificultades, el crecimiento poblacional
entra en una fase de incremento progresivo de tal manera que a principios de la
década de los setenta ya había unos tres mil quinientos habitantes blancos.
El desarrollo de la política poblacional se basó en la aplicación de una serie de
medidas: diversificación de la producción económica que hiciera más atractiva la
emigración a los agricultores metropolitanos, junto con el suministro de herramien-
tas, semillas y provisiones; cesión de tierras a soldados des!TIovilizados en concepto
de pensión (así se hace con gran parte de los 1.200 hombres del Regimiento de Ca-
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Estructura político-económica
La Iglesia
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