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VICTOR BULMER-THOMAS La historia econdémica de América Latina desde la independencia Ub . ere ann ener BR VICTOR BULMER-THOMAS Traduccién de Monica UTRILLA DE NEIRA La historia-econémica — de América Latina desde la Independencia 330098 “BS5h f Ze 0 ta MmeAlen es ab Caera ae eps We ) “2 sy FONDO DE CULTURA ECONOMICA so MEXICO Primera edicién en inglés, 1994 Primera edici6n en espafiol, 1998 Se prohibe la reproduccién total o parcial de esta obra ~incluido el disefio tipografico y de portada—, sea cual fuere el medio, electrénico o mecénico, sin el consentimiento por escrito del editor. Titulo original: The Economic History of Litin America Since Indepenilence ISBN 0-521-36872-3 (nistica) Publicado en inglés por The Press Syndicate of the University of Cambridge, ‘The Pitt Building, Trumpington Street, Cambridge CB2 IRP D.R. © 1994, Camsrince Universrry Press D. R. © 1998, Fonvo pe Cuitura Economica Carretera Picacho-Ajusco, 227; 14200 México, D. F. ISBN 968-16-5131-6. Impreso en México Para el 30% que recibe 5%: un rayo de esperanza; para el $%-que recibe 30%: una advertencia PREFACIO.. oe Cualguier autor cuya obra abarque toda-América-Latina-se-enfrenta-a~~"" una serie de dificultades, y éstas se complican cuando el periodo cubre casi dos siglos. Por ello no es de sorprender que relativamente.pocos es- tudios pretendan abarcar la historia econémica de América Latina des- de la Independencia, pese a que hay una bibliografia cada vez ms volu- — minosa sobre los progresos’ dé” paises" provincias én particular Sin embargo, lo que hace necesaria y factible una nueva historia econémica para toda la regién es la penetracién al nivel subregional. Desde Chile hasta México una nueva generacién de.especialistas-se-ha valido-de las técnicas m4s avanzadas para llegar a las fuentes primarias y ampliar nuestro conocimiento sobre toda una gaia de‘problemasy—- Cualquier historia econémica de América Latina requiere un enfoque multidisciplinario, lo cual entrafia el riesgo de ofender la sensibilidad de esos estudiosos que prefieren trabajar dentro de los limites de una tnica disciplina. Por ser representante de la Ultima generacién a la que se alenté a trasponer esas barreras, he tenido-la-oportunidad-de basarme en una inmensa bibliografia que abarca economia, historia econémica, historia, politica, sociologia, antropologfa y relaciones internacionales. Como editor del multidisciplinario Journal of Latin American Studies, desde 1986, he gozado del privilegio tinico de. tener acceso a las nuevas investigaciones realizadas en este Ambito antes de que se difundieran. Un libro como éste no se puede escribir sin acumular muchas deudas. Aguf sélo puedo mencionar unas cuantas. Rosemary Thorp y Laurence Whitehead me ensefiaron las limitaciones de un enfoque estrecho en economia. Leslie Bethell me dio ja oportunidad de trabajar con historia- dores de la monumental Cambridge History of Latin America. El difunto Carlos Diaz-Alejandro —quien casi con certeza hubiera escrito este libro de no haber sido por su muerte prematura— y José Antonio Ocampo me demostraron cémo los economistas profesionales podian ayudar a com- prender la economfa de América Latina en el siglo xux. Y, Finalmente, ten- go una deuda especial con todos los estudiantes que asistieron a mis con- ferencias y clases sobre la historia. econémica. de América. Latina. .Su reaccién fue, a menudo, la prueba ultima de cudl era —o no— el modo aceptable de presentar ideas nuevas y hacerlas comprensibles a los gru- pos que probablemente integraran la mayorfa de los lectores de este libro. I. EL DESARROLLO ECONOMICO LATINOAMERICANO: PANORAMA GENERAL LA EXPRESION “América Latina”, al parecer acufiada en 1856 por el co- lombiano José Marfa Torres Caicedo,! al principio tuvo una importancia casi exclusivamente geografica: se referia a todos los paises indepen- dientes, al sur del rio Grande, en que se hablaba, predominantemente, un idioma derivado del latin (espafiol, portugués, francés). En este senti- do original, las Gnicas caracteristicas comunes a los paises de América Latina eran su ubicacién en el hemisferio occidental y el origen de sus jenguas. En muchos aspectos las diferencias entre los paises fueron con- sideradas tanto o m4s importantes que lo que tenfan en comin. Estas diferencias —de tamafio, poblacién, raza, recursos naturales, clima o nivel de desarrollo— siguen siendo muy importantes, pero tam- bién se ha vuelto claro que las repiblicas se mantienen unidas por mu- chas cosas, aparte de la geografia y el lenguaje. La experiencia colonial compartida, como divisiones de los imperios espafiol y portugués, fue decisiva al forjar los destinos econémicos y politicos de Jas nuevas rept blicas después de la Independencia. El patrén de desarrollo del siglo xix, basado en la exportacion de riquezas naturales a los paises industrializa- dos, reforz6 esta sensacién de compartir un pasado. Vemos asf que la expresién “América Latina” tiene sentido, y que los factores comunes son mas poderosos que los que unen a los paises de Africa, Asia o Europa. Ademés, el ntimero de miembros del “club” lati- noamericano ha sido bastante estable desde la Independencia, con rela- tivamente pocos ingresos 0 egresos como resultado de cambios de fron- teras, secesién o anexién; de hecho, en-los ultimos 150 afios los Himites de los estados latinoamericanos, aunque a menudo hayan sido causa de conflicto interestatal y no hayan cesado por completo,? han cambiado mucho menos que las fronteras de Europa, Africa y Asia. Los paises de América Latina son las diez reptblicas de América del Sur (con exclusion de las tres Guayanas), las seis reptiblicas de América Central (incluyendo a Panamé, pero excluyendo a Belice), México, ' Véase Bushnell y Macaulay (1988), p. 3. ? Las principales disputas fronterizas Gncluyendo los limites maritimos) atin vigentes son las siguientes: Guatemala y Belice; Colombia y Venezuela; Venezuela y Guyana; Ecua, dor y Pert. La prolongada disputa territorial entre Argentina y el Reino Unido por las Islas Malvinas sigue sin resolverse. HW 12 EL DESARROLLO ECONOMICO LATINOAMERICANO Cuba, Reptiblica Dominicana y Haiti: un total de 20.-El espafiol es el len- guaje principal eri 18 reptiblicas mientras que el portugués predomina en Brasil, y el kréyol (derivado del francés) en Haiti. Grandes enclaves de la poblacién de México, Guatemala, Ecuador, Pert, Bolivia y Para- guay atin hablan lenguas indigenas; y el inglés es la lengua materna de numerosas minorias de toda la region. Puede ofrse hablar japonés en las calles de Sio Paulo, Brasil, donde al menos un millén de habitantes es de ascendencia japonesa, y hay importantes colonias de origen chino en muchas de las reptiblicas. Puerto Rico, que fue colonia espafiola hasta 1898, fue anexado por Estados Unidos y es un estado libre asociado con este pafs.> Aunque sin duda fue parte de América Latina en el siglo xix, a menudo se lo exclu- ye de ella en el siglo xx; esta decisién les parece drAstica a muchos, pe- ro ha resultado justificada por su patrén de desarrollo muy diferente, como resultado de su relacién especial con Estados Unidos. Por ello, en este libro Puerto Rico aparecer4 en los estudios del siglo x1x, pero con menor frecuencia en los andlisis del siglo xx. En contraste, Panama no fue considerado un pats latinoamericano en el siglo xix porque atin for- maba parte de Colombia. Su secesi6n en 1903, fomentada por el presi- dente estadounidense Theodore Roosevelt, condujo a la independencia. Por ello se lo incluye en la lista de las republicas latinoamericanas del siglo xx.4 . La mayor parte de los paises latinoamericanos se independiz6 de los gobernantes europeos en el decenio de 1820.5 Los relatos de la época, de latinoamericanos y extranjeros por igual, estaban Hlenos de entusiastas informes sobre las perspectivas de la regidn cuando Espafia y Portugal perdiesen sus monopolios comerciales y de otros tipos. Los niveles de vida eran bajas, pero no mucho mas que en América del Norte; proba- blemente estaban en el mismo rango qile gran parte de Europa Central, y tal vez eran mas elevados que en los paises recién descubiertos de las antipodas. Se pensaba que sdlo se necesitaba capital y mano de obra ca- lificada para aprovechar los recursos naturales del vasto interior inex- plorado de América Latina, y tener acceso ilimitado a los ricos mercados de Europa Occidental. 3 Acerca de Ia historia de Puerto Rico y su peculiar estatus constitucional véase Carr (1984). La preferencia de su pueblo por su posicidn de estado libre asociado fue confirma- da por un referéndum de noviembre de'1993. 4 Sobre la secesién de Panama de Colombia y su fundacién como repiblica indepen- diente véase Lafeber (1978). 5 Las excepciones son las siguientes: Haitf conquisté su independencia de Francia en 1804; Uniguay se cred en 1828 como Estado amortiguador entre Argentina y Brasil; Repit- blica Dominicana se independizé de Haiti en 844, Cuba conquisté su independencia de Espafia en 1898, y ya hemos mencionado ef caso especial de Panama (véase la nota. 4). EL DESARROLLO ECONOMICO LATINOAMERICANO Casi dos siglos después ese suefio atin no se ha realizado. Ninguna de las veinte repUblicas de América Latina puede considerarse desarrolla--"-"— da, y algunas siguen siendo extremadamente pobres. En todas ellas encuentran ciertos reductos de riqueza, que no ocultan la privaciény las estrecheces que sufren los habitantes mas pobres de la regién. Aunque América Latina no se cuenta entre las regiones mas pobres del mundo, su nivel ha sido alcanzado hoy por ciertas partes-de-Asia que casi'coms guridad tuvieron niveles de vida mucho mas bajos durante todo el siglo xix.° Los logros latinoamericanos en materia de literatura, pintura, md- sica y cultura popular han ganado una justa admiracién en todo el mun- do, pero ésta es apenas una compensacién parcial ante la ji i de salvar la enorme brecha que existe entre él desarrollo econémico de la region y el de los pafses avanzados. El desarrollo econdémico suele medirse con toda una serie de indica- dores; los mas comtinmente empleados son el producto interno-bruto: - (p18) y el producto nacional bruto (PNB) per capita.’ Otros indicadores son la esperanza de vida al nacer, el consumo de’calorias ‘por cabeza, la mortalidad infantil, el nimero de teléfonos por cada mil habitantes, etc, Casi con cualquier indicador América Latina aparece a medio camino entre los pafses desarrollados (pp) de América del Norte y Europa Occi- dental, y los pafses mds pobres del Africa subsahariana y del sur de Asia (véase cuadro 1.1). El Banco Mundial clasifica a todas las reptblicas lati- noamericanas como “de mediano ingreso”, con excepcién de Haiti, Hon- duras y Nicaragua, que son clasificadas como “de bajos ingresos”; pero esto no puede ocultar el hecho de que en 1990 el png per capita en la re- gidn sdlo era una décima parte del correspondiente a los pp.8 La falta de éxito econémico no significa estancamiento. Por el contra- rio, en América Latina el cambio ha sido rapido, y esto puede verse so- bre todo en la tasa de urbanizacién. La expansion demografica se ha centrado en las ciudades, en parte como resultado de la emigracién in- ternacional, en el siglo xix, y de la emigracién rural-urbana, en el xx. * As{, como puede verse en el cuadro 1.2, hoy América Latina es predomi- * Bjemplos de ello son Corea del Sur y Taiwan. En 1990 incluso Malasia habia superado a casi todas las republicas latinoamericanas en materia de ingreso per capita (véase World Bank, 1992, cuadro 1.1), 7 Bl pin se refiere al producto neto generado por factores de produccién, sin tomar en cuenta si gon residentes. El pw ajusta la cifra del pa para el ingreso del factor neto que se paga en el extranjero. La diferencia puede ser importante en algunas repiiblicas latinoa- mericanas como resultado, por ejemplo, de la presencia de companias de propiedad ex- ranjera, 5 Las comparaciones internacionales del pxs dependen en gran medida de la eleccién del tipo de cambio. Otras comparaciones (basadas, por ejemplo, en la paridad del poder adquisitivo), sugieren una brecha menor, aunque la diferencia sigue si i adgutsive) sugieren una que Ia diferencia sigue siendo considerable.

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