Está en la página 1de 18

SALA PENAL COLEGIADA “C” DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DEL

TRIBUNAL SUPERIOR ESTADO.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -


DE JUSTICIA
DURANGO, DURANGO, A CATORCE DE AGOSTO DE DOS MIL
DIECISIETE.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

VISTOS el toca de apelación número 29PCA/2017 C.N.P.P., siete


copias certificadas de audio y video en formato DVD y anexos que se
acompañan, con motivo de la causa penal número 1734/2015 C.N.P.P.,
que se instruyó contra ****-****-****, por la comisión del delito de
FRAUDE GENÉRICO, previsto y sancionado por los artículos 210 y 212
fracción IV del Código Penal del Estado de Durango, en agravio de ****-
****-****, para resolver sobre el RECURSO DE APELACIÓN interpuesto
por la agente del Ministerio Público, así como por el querellante, contra
la SENTENCIA ABSOLUTORIA de fecha veintidós de mayo de dos mil
diecisiete, pronunciada por el Tribunal de Enjuiciamiento del Primer
Distrito Judicial del Estado, integrado por los señores Jueces CARLOS
ENRIQUE GUZMÁN ****-****-**** (presidente), YESIKA LILIANA
RAMOS RODRÍGUEZ (redactora) y ÁLVARO RODRÍGUEZ ALCALÁ
(relator), y

R E S U L T A N D O:

ÚNICO. Con fecha veintidós de mayo de dos mil diecisiete, el


Tribunal de Enjuiciamiento del Primer Distrito Judicial del Estado,
absolvió a ****-****-****, de la acusación formulada en su contra por
la comisión del delito de FRAUDE GENÉRICO, previsto y sancionado por
los artículos 210 y 212 fracción IV del Código Penal del Estado de
Durango, en agravio de ****-****-****.

Inconforme con dicha determinación, la agente del Ministerio


Público, licenciada ****-****-****, así como el querellante ****-****-

1
**** interpusieron el recurso de apelación y expresaron los agravios
correspondientes, sin que el defensor particular o la sentenciada dieran
contestación a los mismos.

Una vez que el testimonio de apelación quedó debidamente


integrado, fue remitido a la sub-administración de este Tribunal de
segunda instancia, quien en el momento procesal correspondiente,
emitió auto de admisión, quedando integrado el Tribunal de Apelación
por los señores Magistrados JUAN ANTONIO RAMOS RENTERÍA
(presidente), JESÚS JULIÁN RODRÍGUEZ CABRAL (redactor) y
FRANCISCO LUIS QUIÑONES RUIZ (relator) y, previos los tramites de ley,
en atención a lo dispuesto por el artículo 479 del Código Nacional de
Procedimientos Penales, procede a emitir la resolución que hoy se
pronuncia; y

C O N S I D E R A N D O:

PRIMERO. COMPETENCIA.
Esta Sala Penal de Segunda Instancia, es legalmente competente
para resolver sobre el recurso de apelación, conforme a los artículos 105
y 111 de la Constitución Política del Estado, toda vez que se resolverá
una controversia de naturaleza jurídica, sometida al conocimiento de
esta Sala Colegiada, aplicando la normatividad establecida en la
legislación común en vigor, y en el área territorial del Estado de
Durango; 3, 5 fracción I y 24 fracción I de la Ley Orgánica del Poder
Judicial, ya que se trata de un recurso de apelación contra una
resolución de un Tribunal de Enjuiciamiento de este Primer Distrito
Judicial; artículo 20 fracción I, así como el artículo 468 fracción II del
Código Nacional de Procedimientos Penales, en virtud de que fue
interpuesto en contra de una sentencia definitiva.

2
SEGUNDO. INTERPOSICIÓN DEL RECURSO.
TRIBUNAL SUPERIOR El recurso de apelación fue presentado en tiempo y forma, pues la
DE JUSTICIA
agente del Ministerio Público lo interpuso por escrito el cinco de junio
de dos mil diecisiete, en tanto que el querellante lo hizo el día seis del
mes y año referidos, lo que realizaron dentro de los diez días hábiles
siguientes al en que les fue notificada la resolución recurrida (veintitrés
y veinticuatro de mayo de este mismo año, respectivamente),
expresando los agravios correspondientes de conformidad con lo
dispuesto por el artículo 471 del Código Nacional de Procedimientos
Penales.

TERCERO. ADMISIÓN Y TRÁMITE DEL RECURSO.


Con fecha siete de julio de dos mil diecisiete, este Tribunal de
segunda instancia, admitió el recurso de apelación y en virtud de que los
apelantes no solicitaron la celebración de la audiencia en los términos
del artículo 476 del Código Nacional de Procedimientos Penales, se
procede a dictar la presente resolución.

CUARTO. ALCANCE DEL RECURSO.


Los conceptos de agravios formulados por los disconformes en
este recurso de apelación, serán estudiados en relación directa e
inmediata con los fundamentos contenidos en la sentencia de fecha
veintidós de mayo de dos mil diecisiete, los que forzosamente deben
contener no sólo las disposiciones legales que el apelante considera
infringidas, sino que, además, deben señalar los conceptos por los
cuales se estima cometida la infracción.

En ese tenor, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 461


del Código Nacional de Procedimientos Penales, el Tribunal de Alzada, al
asumir jurisdicción, sólo se encuentra constreñido a pronunciarse
respecto a los agravios formulados por los apelantes, debiendo reparar

3
de manera oficiosa, las actuaciones en las que advierta violación de
derechos fundamentales de las partes procesales, por lo que esta Sala,
únicamente se circunscribirá a analizar los agravios esgrimidos por los
inconformes en su expresión relativa, sin extenderse a examinar
cuestiones no planteadas en sus exposiciones o más allá de los límites
de este recurso, a menos que se trate de un acto violatorio de Derechos
Humanos.

En ese propio contexto, de conformidad con lo dispuesto por el


párrafo segundo del artículo 1º de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, se procede a dictar la presente resolución de
acuerdo al principio pro-persona, mismo que debe ser aplicado de
manera obligatoria por toda autoridad jurisdiccional.

Una vez que este órgano jurisdiccional de segunda instancia, ha


realizado el análisis del registro del audio y video que se incorporó al
toca del presente recurso, consistentes en siete discos compactos
certificados, relativos a la audiencia de juicio oral de fecha veintisiete de
abril de dos mil diecisiete, continuada los días tres y nueve de mayo del
mismo año; a la audiencia de alegatos de clausura y a la diversa
audiencia de lectura de sentencia, celebradas respectivamente los días
quince y veintidós de mayo de este año; la resolución escrita y anexos
que se acompañan, así como los agravios expresados por los
recurrentes, este órgano jurisdiccional, llega a la firme convicción, de
que en el caso a dirimir, no existe acto de autoridad alguno que
implique violaciones a los derechos humanos que afecten a las partes
procesales.

QUINTO. EXPRESIÓN DE AGRAVIOS.


La agente del Ministerio Público, al interponer el recurso de
apelación expresó los agravios que obran agregados de la foja 12 a la 27
del toca en que se actúa, en tanto que los formulados por el querellante

4
obran a fojas 28 a la 43, los cuales se dan por reproducidos como si se
TRIBUNAL SUPERIOR insertaran a letra, toda vez que no existe disposición legal alguna que
DE JUSTICIA
obligue a su transcripción, lo cual además se apoya, en lo conducente,
en la jurisprudencia número 2a./J. 58/2010, emitida en la Novena
Época, materia Común, por la Segunda Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, consultable en la página 830, Tomo XXXI, Mayo de
2010 del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, de rubro:
“CONCEPTOS DE VIOLACIÓN O AGRAVIOS. PARA CUMPLIR CON LOS
PRINCIPIOS DE CONGRUENCIA Y EXHAUSTIVIDAD EN LAS SENTENCIAS
DE AMPARO ES INNECESARIA SU TRANSCRIPCIÓN.”

SEXTO. ESTUDIO DE FONDO Y RESOLUCIÓN.


Los agravios expresados por los recurrentes, es decir, por la
agente del Ministerio Público y por el querellante ****-****-****, se
contestaran de manera conjunta, toda vez que se aprecia que fueron
rendidos en los mismos términos.

Dichos motivos de inconformidad resultan infundados, tal como


se verá a continuación:

La agente del Ministerio Público y el querellante ****-****-****,


básicamente hicieron valer como agravios que el Tribunal de
Enjuiciamiento al emitir la sentencia recurrida, valoró incorrectamente
los órganos de prueba; que no fundó ni motivó su decisión; y que
contrario a lo considerado por el órgano jurisdiccional, a su juicio, se
encuentra acreditado el engaño como elemento constitutivo del delito
de FRAUDE GENÉRICO que le fue imputado a ****-****-****.

Así pues, para sostener la primera de sus afirmaciones,


argumentaron que el Tribunal de Enjuiciamiento al emitir la sentencia
absolutoria dejó de observar lo establecido por los artículos 68, 259,
265, 359 y 402 del Código Nacional de Procedimientos Penales; que al

5
dejar de valorar debidamente cada uno de los medios probatorios de
manera libre y lógica, no justificó ni explicó adecuadamente su
valoración con base en la apreciación conjunta, integral y armónica de
los elementos probatorios; que de haberlo hecho se habría llegado a la
convicción de que se acreditó la conducta ilícita atribuida a la
sentenciada; y que la forma en cómo se resolvió no permite que
cualquier persona de conocimiento promedio, pueda conocer la forma
en que fueron valorados los órganos de prueba y cuál fue el camino
lógico que se siguió para llegar a la conclusión sostenida en la sentencia
recurrida.

Dicho agravio resulta INFUNDADO toda vez que el Tribunal de


Enjuiciamiento para llegar a su conclusión en el sentido de que no se
encuentra acreditado el delito de FRAUDE GENÉRICO imputado a la
sentenciada, consideró el contenido de los medios de prueba
desahogados en la audiencia de debate, consistentes en las
declaraciones del querellante ****-****-**** y de las testigos ****-
****-****, ambas de apellidos ****-****-****, así como el testimonio
de la perito ****-****-**** y, después de ello, resolvió que de tales
manifestaciones no se advierte que por parte de ****-****-****,
mediara una actitud mendaz o engañosa, para que se pudiera actualizar
el primer elemento integrador del delito de FRAUDE consistente en el
engaño, lo cual resolvió bajo la motivación siguiente:

... pues no se acredita que haya realizado esas maquinaciones, así como
que, al momento de la realización de la conducta, la acusada hubiera
actuado con dolo penal, consistente en la voluntad maliciosa de engañar a
la víctima, es decir, que la acusada tenga la intención de cometer la acción
típica prohibida por la ley, esto para engañar al ofendido y de esta manera
provocar en la misma, la determinación de un acto de disposición
patrimonial en beneficio de la acusada y en perjuicio de la víctima, siendo
necesario comprobar por el Ministerio Público, que desde el inicio la
acusada tuviera la intención de defraudar, es decir, de no cumplir con lo
ofrecido al C. ****-****-**** (sic) ****-****-****, pues inclusive debe
decirse que el ofendido conoció a la acusada por medio de su cuñada, quien
refiere conocer de tiempo antes a la acusada y sabía de la existencia de su
caja de ahorro en la cual distintas personas recibían sus beneficios y que

6
por algunas de ellas supo que ya no estaba cumpliendo con pagarles sus
intereses, lo que permite advertir que no existía esa intención de engañar al
TRIBUNAL SUPERIOR ofendido, máxime que el mismo señala que antes de los hechos sabía de
DE JUSTICIA comentarios que la caja estuvo funcionado bien, lo que seguramente atrajo
su deseo y voluntad para ingresar a la misma. Lo anterior es así, pues debe
decirse que la parte ofendida decidió ingresar por sí misma a la caja de
ahorros, ya que le interesaron los beneficios que como inversionista recibía,
de lo cual no se advierte que la acusada realizara acción alguna para
coaccionar su ingreso a la caja de ahorros. Aunado a ello debe decirse
inclusive, que la acusada entregó un título de operaciones (pagaré)
instrumento de pago el cual no se basa necesariamente en una garantía de
préstamo, ya que dicho documento resulta ser autónomo y lo único que
garantiza es el monto por el cual se suscribe y acepta por las partes
intervinientes, entonces al entregar dicho pagaré, la acusada otorga una
garantía por el dinero recibido, y el hecho de que a la fecha de la
presentación de la querella no haya devuelto esa cantidad, así como los
intereses pactados, no quiere decir que tal incumplimiento tenga el
carácter penal que la fiscalía le otorgó.

Con base en dicha argumentación, el Tribunal de Enjuiciamiento


reiteró, que no se demostró que la acusada desde el momento del
acuerdo con el querellante tuviera la dañada intención de incumplir con
lo pactado, y que por ende, no existen elementos probatorios de que
actuara con mentiras, argucias, maquinaciones y dolo para engañar o
aprovecharse del error de quien se dice víctima, elementos que adujo se
requieren para configurar el delito de FRAUDE, que consecuentemente
no allegaron pruebas que apoyaran tal afirmación.

De lo anterior, se infiere que el Tribunal de Enjuiciamiento


consideró de manera individual cada una de las testimoniales referidas,
en tanto que atendió al contenido de dichas declaraciones y, con
posterioridad, las valoró de manera libre y lógica como lo ordena el
artículo 359 del código adjetivo penal nacional, pues debido a ello es
que llegó a la determinación resuelta y que se refirió en la anterior
transcripción, a la cual se remite por economía procesal.

Aunado, a que de conformidad con el artículo 402 del Código


Nacional de Procedimientos Penales el Tribunal de Enjuiciamiento
valoró y sometió a la crítica racional las pruebas desahogadas en juicio,
lo que lo determinó a concluir en la forma en que lo hizo; ahora bien,

7
dicho numeral permite que el tribunal de enjuiciamiento, en su
motivación se permita la reproducción del razonamiento utilizado para
alcanzar las conclusiones a que llegare en la sentencia, razón por la que
a pesar de ser repetitivo en sus argumentos decisivos, dicha reiteración
no le causa agravio alguno a los recurrentes, pues éstos se
inconformaron en el sentido de aducir que la autoridad jurisdiccional
resolvió el debate con la sola repetición de afirmaciones dogmáticas,
vagas e imprecisas, manifestación que a consideración de este resolutor
es infundada por los motivos expuestos en la presente sentencia.

Además, una vez que esta Sala analizó la reproducción de los


atestos en mención, coincide con el órgano jurisdiccional de primer
grado que la declaración del querellante ****-****-****, los atestos de
****-****-****, ambas de apellidos ****-****-**** y el testimonio de
la perito ****-****-**** no permiten establecer razonablemente que
desde el momento en que la sujeto activo acordó con el pasivo su
ingreso para ahorrar en la caja de ahorro estaba decidida a no cumplir
con lo que ofreció en conjunto con diversa persona.

Por lo que, si bien las pruebas no se apreciaron conforme era el


interés de los recurrentes, no significa que por ello se hayan violentado
las reglas de su debida justipreciación, tal y como lo dispone la
jurisprudencia emitida en la Novena Época por el Segundo Tribunal
Colegiado en Materia Penal y Administrativa del Segundo Circuito,
visible en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo IV,
octubre de 1996, página 441, que a la letra dice:

PRUEBAS, SU CORRECTA APRECIACIÓN NO IMPLICA EL QUE SE LES


OTORGUE LA EFICACIA PRETENDIDA POR LOS OFERENTES. Si la
autoridad responsable no hizo alusión específica a alguna de las pruebas
consideradas por la defensa como de descargo, pero que en realidad
son irrelevantes por no desvirtuar a aquellas que sirvieron para la
configuración del hecho típico y de la culpabilidad del agente, tal
omisión no representa una violación de garantías, pues los medios de
prueba aportados al proceso pueden ser analizados ya sea en forma

8
individualizada o en su conjunto; razonando en cada caso los motivos
que justifiquen el otorgamiento del valor convictivo que les
TRIBUNAL SUPERIOR
corresponda, no obstante que ese estudio sólo incida sobre aquellas
DE JUSTICIA
constancias esenciales o fundamentales en función de su irrefutabilidad,
ya que si el juzgador no asigna a determinadas pruebas el valor
demostrativo pretendido por su oferente, esto no significa que se
dejaran de tomar en cuenta por parte de la autoridad al momento de
emitir su juicio.

Además, la afirmación de los inconformes en el sentido de que


cualquier persona de conocimiento promedio, no podrá conocer la
forma en que fueron valorados los órganos de prueba y cuál fue el
camino lógico que se siguió para llegar a la conclusión emitida en la
sentencia recurrida, resulta ser una apreciación subjetiva al carecer de
sustento alguno que la pruebe, además que contrario a ello la sentencia
recurrida expone la decisión del Tribunal de Enjuiciamiento con base en
la apreciación conjunta de las pruebas que fueron desahogadas durante
la audiencia de juicio, tal y como quedó establecido con antelación.

Por otro lado, debe decirse que si bien es cierto le asiste la razón a
los recurrentes en el sentido de que el Tribunal de Enjuiciamiento no
señaló cuáles son los artículos de la ley que tomó en cuenta para su
determinación, en relación con el rubro de valoración probatoria,
también lo es que no obstante la nula manifestación expresa por parte
de dicho Tribunal en el sentido de que aplicó el artículo 359 del Código
Nacional de Procedimientos Penales en relación con los atestos
desahogados en la audiencia de debate a efecto de valorarlos, dicha
disposición, se desprende fue aplicada, en tanto que el Tribunal de
primer grado precisamente por aplicación de la lógica, que contempla el
numeral referido, fue que llegó a la determinación de considerar que el
engaño como elemento constitutivo de delito no se acreditó, pues
después de reproducir dichos atestos y apreciarlos de manera conjunta,
se llegó a la conclusión emitida.

9
Asimismo, se considera que el Tribunal de Enjuiciamiento sí
ponderó las pruebas desahogadas en el juicio de manera libre y lógica,
atendiendo a la sana critica, observando las reglas de la lógica formal,
por dicha razón, concluyó que las mismas no lograron demostrar el
engaño por parte de ****-****-**** para con el querellante ****-
****-****, pues de las pruebas desahogadas en juicio se demuestra que
el querellante decidió ingresar por sí mismo a “la caja de ahorro” por
interesarle los beneficios que como inversionista recibiría, que lo hizo
porque “la caja” le fue recomendada por su cuñada, quien a su vez
manifestó ante el tribunal que conocía “la caja” con anterioridad y que
la misma funcionaba muy bien, que de lo anterior no se advierte que la
acusada realizará acción alguna para coaccionar el ingreso de ****-
****-**** a la caja de ahorro, pero sobre todo que de los medios
probatorios desahogados en juicio oral no existía elemento de
convicción de que desde que se acordó el ingreso del ahora querellante
a dicha “caja de ahorros” la acusada tuviese la dañada intención de
incumplir con lo pactado, por lo cual resulta evidente que el fallo
apelado, se encuentra debidamente justificado, dado que, contrario a lo
aducido por los recurrentes, el mismo está debidamente fundado y
motivado en derecho, en virtud de que el tribunal primigenio otorga
razonamientos e inferencias lógicas que lo llevaron a determinar el
porqué considera que se llega a la conclusión de no establecer la
existencia del elemento engaño como primer elemento constitutivo de
delito, argumentos que plasmó e incluso reiteró, y condujeron a tomar
la decisión del fallo correspondiente, por lo que no existe razón jurídica
para considerar que la sentencia recurrida carezca de la motivación y
fundamentación que toda resolución debe contener.

Apoya lo anterior la jurisprudencia emitida en la novena época por


el Cuarto Tribunal Colegiado del Primer Circuito, tesis I.4o A. J/43, tomo

10
XXIII, mayo de 2006, consultable en el Semanario Judicial de la
TRIBUNAL SUPERIOR Federación y su Gaceta, en la página 1531, que es del siguiente texto:
DE JUSTICIA

FUNDAMENTACIÓN Y MOTIVACIÓN. EL ASPECTO FORMAL DE LA


GARANTÍA Y SU FINALIDAD SE TRADUCEN EN EXPLICAR, JUSTIFICAR,
POSIBILITAR LA DEFENSA Y COMUNICAR LA DECISIÓN. El contenido
formal de la garantía de legalidad prevista en el artículo 16
constitucional relativa a la fundamentación y motivación tiene como
propósito primordial y ratio que el justiciable conozca el "para qué" de
la conducta de la autoridad, lo que se traduce en darle a conocer en
detalle y de manera completa la esencia de todas las circunstancias y
condiciones que determinaron el acto de voluntad, de manera que sea
evidente y muy claro para el afectado poder cuestionar y controvertir el
mérito de la decisión, permitiéndole una real y auténtica defensa. Por
tanto, no basta que el acto de autoridad apenas observe una motivación
pro forma pero de una manera incongruente, insuficiente o imprecisa,
que impida la finalidad del conocimiento, comprobación y defensa
pertinente, ni es válido exigirle una amplitud o abundancia superflua,
pues es suficiente la expresión de lo estrictamente necesario para
explicar, justificar y posibilitar la defensa, así como para comunicar la
decisión a efecto de que se considere debidamente fundado y motivado,
exponiendo los hechos relevantes para decidir, citando la norma
habilitante y un argumento mínimo pero suficiente para acreditar el
razonamiento del que se deduzca la relación de pertenencia lógica de
los hechos al derecho invocado, que es la subsunción.

Además, la falta de cita del precepto legal aplicable en cuanto a la


valoración de las pruebas desahogadas durante la audiencia de debate,
no es en sí mismo sinónimo de falta de fundamentación toda vez si bien
es cierto es una deficiencia lo importante es que la actuación de los
juzgadores tenga sustento en la ley, y en el caso concreto aun cuando el
Tribunal de Enjuiciamiento no citó expresamente el artículo
correspondiente a la valoración de los medios de prueba se advierte que
su valoración se hizo conforme lo establece el artículo 359 del Código
Nacional de Procedimientos Penales, esto es de manera libre y lógica
indicando las razones y convicciones que derivadas de dichos medios
probatorios se generaron en ellos para alcanzar las conclusiones
contenidas en la resolución jurisdiccional, por tanto, dicho proceder no
viola el contenido del artículo 16 constitucional como lo hicieron valer

11
los formulantes de agravios. Además, reponer el procedimiento para la
sola cita del numeral utilizado para la valoración de los medios
probatorios, a consideración de quien resuelve entrañaría una
denegación de justicia, pues vulneraría el principio de mayor beneficio,
pues en nada beneficiaría a las partes tal reposición con ese único fin,
pues como se explicó si bien es cierto no se cita textualmente el
numeral aplicado al valorar los medios de prueba desahogado durante
la audiencia de debate, del contenido de la sentencia analizada se
advierte que tal valoración se hizo de conformidad con el artículo 359
del Código Nacional de Procedimientos Penales, que a la letra dice:

Artículo 359. Valoración de la prueba


El Tribunal de enjuiciamiento valorará la prueba de manera libre y lógica,
deberá hacer referencia en la motivación que realice, de todas las pruebas
desahogadas, incluso de aquellas que se hayan desestimado, indicando las
razones que se tuvieron para hacerlo. La motivación permitirá la expresión del
razonamiento utilizado para alcanzar las conclusiones contenidas en la
resolución jurisdiccional. Sólo se podrá condenar al acusado si se llega a la
convicción de su culpabilidad más allá de toda duda razonable. En caso de
duda razonable, el Tribunal de enjuiciamiento absolverá al imputado.

Sirve de apoyo al anterior razonamiento, el criterio sustentado


desde la Séptima Época por la entonces Tercera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación Época, visible en el Semanario Judicial de
la Federación, Volumen 97-102, Cuarta Parte, Materia(s): Común, página
237, que señala:

SENTENCIAS, FALTA DE CITA DE PRECEPTOS LEGALES EN LAS. EFECTOS. Si los


razonamientos vertidos en la parte considerativa de la sentencia reclamada
son jurídicos, y sólo se omitió citar los preceptos aplicables para fundarlos, es
claro que la inconstitucionalidad que de esa sentencia se estableciera en el
amparo, fundada exclusivamente en dicha falta de cita, entrañaría una
flagrante denegación de justicia, ya que se haría perder un litigio a quien lo
tenía ganado ante la autoridad de instancia, por actos que ni siquiera le son
imputables, puesto que la falta de cita de los preceptos aplicables es
imputable a la Sala, pero no a la parte que obtuvo.

En diverso argumento los recurrentes hicieron valer que el


elemento constitutivo de delito consistente en el engaño se acredita

12
plenamente; para sostener su postura, hicieron valer que no se trató de
TRIBUNAL SUPERIOR un simple préstamo de dinero, sino del ofrecimiento al querellante de
DE JUSTICIA
entrar a una “caja de ahorro”, que consecuencia de ello ****-****-****
entregó la cantidad de cien mil pesos y que lo hizo porque fue
convencido de que dicha caja estaba legalmente registrada y porque se
le dijo que su dinero se encontraba seguro y a la disposición, que por
dicha cantidad recibió un documento de los denominados pagaré y que
lo anteriormente referido lo corroboraron las testigos ****-****-****,
ambas de apellidos ****-****-****, a juicio de los disconformes, dichas
circunstancias acreditan el engaño por parte de ****-****-**** para
con el querellante.

Tal agravio deviene INFUNDADO, debido a que el sólo


señalamiento de ****-****-**** de que fue engañado y el dicho de sus
testigos ofertados para corroborar lo anterior, no acreditan tal aspecto,
pues en primer lugar debe decirse que el ofrecimiento aducido por los
recurrentes no existió como tal, toda vez que fue el querellante quien le
solicitó a su cuñada le hablara a “****-****-****” para que le explicara
el funcionamiento de la “caja”, razón por la que ésta acudió al domicilio
de ****-****-**** ****-****-**** y le comentó la forma de
funcionamiento de la citada “caja”; además, la circunstancia aducida por
el querellante en el sentido de que se le comunicó que la “caja” estaba
debidamente notariada y registrada, no es apta para demostrar el
engaño en tanto que se pondera que fue él quien tuvo la clara intención
de entrar a la “caja” debido a las buenas referencias que dijo tenía de
ella; asimismo, el hecho de que el querellante hubiese recibido un
pagaré por la cantidad de cien mil pesos, tampoco puede considerarse
como un medio para probar el engaño en tanto que constituye un título
de crédito que puede ser cobrable en la vía correspondiente; pero,
independientemente del ofrecimiento que refirió el querellante o de la
existencia legal o no de la supuesta “caja” o la entrega del pagaré, la

13
querella y las testimoniales de referencia, no demuestran que desde el
momento en que aquél pactó con ****-****-****, ésta tuviera la
evidente intención de no cumplir, lo que constituye el argumento toral
de la sentencia recurrida, conclusión a la que se llega si se considera, en
forma reiterativa, que el querellante decidió entrar por sí mismo a la
caja de ahorro después de que le solicitó a su cuñada lo contactara con
las personas que la manejaban por las buenas referencias que tenía de
la misma, por lo que, ante dichas circunstancias no sería lógico estimar,
que ****-****-**** tenía la intención de engañar a ****-****-****
para obtener un lucro consistente en la cantidad de cien mil pesos.

Además, debe decirse que durante la audiencia de juicio oral no


se desahogaron diversas pruebas que resultaran pertinentes para
determinar que el querellante fue engañado para entrar a la “caja” de
ahorro y entregar su dinero, pues las documentales que aducen los
recurrentes, a su juicio, acreditan el engaño, no deben considerarse en
virtud de que dicho órgano técnico se desistió de su desahogo, lo que
implica que no deben surtir ningún efecto legal.

Por todo lo anterior este tribunal de alzada considera que no le


asiste la razón a los recurrentes en el sentido de sostener que los hechos
que se analizan constituyen un delito, pues ante las afirmaciones que el
querellante y sus propios testigos hicieron, se desprende que se tratan
de hechos de carácter meramente civil en tanto que con dichas
testimoniales no quedó acreditado plenamente que al momento en que
****-****-**** pactó con el querellante ****-****-**** lo hubiese
hecho a sabiendas de que no iba a cumplir.

Asimismo, debe decirse que contrario a lo estimado por los


recurrentes, las pruebas desahogadas durante la audiencia de debate no
configuran la prueba circunstancial para acreditar el engaño, en tanto

14
que las mismas no permiten concluir de manera libre y lógica que la
TRIBUNAL SUPERIOR activo al momento de pactar los servicios de la “caja de ahorro” con el
DE JUSTICIA
ahora querellante ya tenía la intención de incumplir.

Aducen los recurrentes que les causa agravio que la sentencia


recurrida vulnera el apartado C del artículo 20 constitucional porque
considera que en dicho dispositivo legal se establecen importantes
derechos y garantías procesales de la víctima que le permiten
salvaguardar sus intereses de manera más efectiva, así como gozar de
una mayor certeza jurídica.

Dicho argumento deviene INFUNDADO en virtud de que los


recurrentes fueron omisos en dar argumentos lógicos jurídicos para
demostrar porqué los derechos del querellante fueron violados, pues no
basta que de manera dogmática hiciera tal afirmación y de manera
abstracta refirieran el artículo 20 constitucional, aunado a que durante
la audiencia de debate se desprende que se le hicieron conocer a ****-
****-**** por parte del Tribunal de Enjuiciamiento los derechos
contemplados en las fracciones I a VII del apartado C del artículo 20
constitucional y los que fueron conducentes los hizo efectivos durante la
audiencia referida.

Asimismo, aducen los inconformes que el tribunal de juicio oral


vulneró el “principio jurídico procesal” según el cual toda persona tiene
derecho a ciertas garantías mínimas tendientes a asegurar un resultado
justo y equitativo dentro del proceso; tal afirmación deviene
INFUNDADA en virtud que del análisis del audio y video, se acredita que
los sujetos del procedimiento penal, durante la audiencia de debate,
fueron tratados de manera igualitaria, respetándoseles sus garantías,
por lo que el hecho de que las pruebas desahogadas en audiencia de

15
debate, demostraran lo contrario a lo considerado por la representación
social en sus alegatos de clausura, no significa que el resultado del
juicio, en cuanto al dictado de la sentencia, haya vulnerado el debido
proceso.

En ese orden de ideas, se reitera, que con las pruebas aportadas


por la representación social, mismas con las que el tribunal de primer
grado, llegó a la conclusión de que no se estableció la existencia del
elemento engaño, que es lo esencial para la integración del delito de
FRAUDE GENÉRICO, de la narrativa del querellante y sus testigos no se
acredita que ****-****-**** desde un inicio hubiera tenido la intención
de no cumplir con lo que le ofreció a ****-****-****, por lo que, en
ningún momento se produjo en ésta una falsa representación de la
verdad, ya que incluso fue el propio querellante quien decidió entrar y le
solicitó a su cuñada que lo contactara con las personas indicadas para
lograr tal fin, observándose que no medió el engaño, sino que fue el
interés del sujeto pasivo de obtener un beneficio respecto a su ahorro,
por lo que, se reitera, las pruebas ofertadas por la representación social,
no son idóneos, pertinentes y suficientes para establecer
razonablemente que ****-****-**** actuó desde un inicio con la
dañada intención de engañar al querellante, pues lo anterior se deduce
precisamente de las pruebas desahogadas en juicio oral y que fueron
consideradas por el tribunal de primer grado, las cuales no configuran la
prueba circunstancial a través de la cual se logra acreditar tal extremo,
pues precisamente de la concatenación de los medios de prueba si bien
se demuestra que ****-****-**** transfirió cien mil pesos de su cuenta
bancaria a una caja de ahorro organizada por ****-****-****, también
lo es que no son aptas para acreditar la existencia del engaño, en tanto,
que fue aquél quien decidió entrar por sí mismo en virtud de tener
conocimiento que la “caja” funcionaba bien, por lo que incluso le solicitó
a su cuñada lo contactara con las personas indicadas.

16
Así pues, las pruebas referidas por la recurrente no permiten
TRIBUNAL SUPERIOR establecer que se ha cometido el delito de FRAUDE GENÉRICO, previsto
DE JUSTICIA
y sancionado en los artículos 210 y 212 fracción IV del Código Penal, en
agravio de ****-****-****, puesto que, según se explicó, no establecen
razonablemente el elemento que integra tal delito relativo al engaño, lo
cual hace innecesario analizar si se establecen o no los demás
elementos que también integran dicho delito.

De acuerdo con lo anteriormente expuesto, lo procedente es


confirmar la resolución venida en apelación.

Por lo anteriormente expuesto y con fundamento en los artículos


478 y 479 del Código Nacional de Procedimientos Penales, se:

R E S U E L V E:

ÚNICO. Se confirma la SENTENCIA ABSOLUTORIA de fecha


veintidós de mayo de dos mil diecisiete, dictada por el Tribunal de
Enjuiciamiento dentro de la causa penal número 1734/2015 C.N.P.P.,
que se instruyó en contra de ****-****-**** por el delito de FRAUDE
GENÉRICO, previsto y sancionado por los artículos 210 y 212 fracción IV
del Código Penal del Estado de Durango, en agravio de ****-****-****.

Notifíquese al Tribunal de Enjuiciamiento del Primer Distrito


Judicial del Estado que dictó la sentencia y, en términos de lo dispuesto
por el artículo 84 párrafo primero del Código Nacional de
Procedimientos Penales, personalmente a las partes, la presente
resolución.

17
Así lo resolvieron los Magistrados JUAN ANTONIO RAMOS
RENTERÍA (presidente), JESÚS JULIÁN RODRÍGUEZ CABRAL (redactor) y
FRANCISCO LUIS QUIÑONES RUIZ (relator) Integrantes de la Sala Penal
Colegiada “C” del Tribunal Superior de Justicia del Estado.-------------------

18

También podría gustarte