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COVID – 19: Fiestas y Alcohol en tiempos de Pandemia

El mundo ha cambiado desde que estamos encerrados en nuestras casas, el sentimiento por
salir de esta “pesadilla” en la que vivimos es compartido por muchas personas, son
sinsabores que las personas jamás imaginaron en lo más recóndito de sus cabezas, y
muchos miran por la ventana todos los días con esa esperanza. Sin embargo, dicha
esperanza puede estar disfrazada por un desenfreno de continuar un parte de la vida que
muchos jóvenes y adultos dejaron atrás; el consumo de alcohol y las fiestas. Patrones que
están arraigados en la cultura latinoamericana y que llevan siendo una tradición desde
tiempos inmemorables no se han tratado de eliminar con la llamada evolución humana.

Fiestas como la de Cumbayá el 20 de junio de 2020, muestran un ejemplo claro de que la cultura
latinoamericana no puede dejar ese impulso por festejar. Fuente: elcomercio.com

No podemos culpar a la sociedad por querer salir a festejar, estas tradiciones son llevadas
cada año y tampoco podemos culpar por buscar la desinhibición en medio de estas épocas
oscuras. De hecho, el consumo de alcohol está totalmente naturalizado en nuestro país y si
podemos nombrar las estadísticas mostradas por el Instituto Nacional de Estadísticas y
Censos (INEC) en el año 2014, más de 900 000 ecuatorianos consumen alcohol, el 89,7%
es de hombres y el 10,3%, de mujeres. La mayoría lo hace a partir de la adolescencia. De
los 912 000 ecuatorianos que consumen bebidas alcohólicas, el 2,5% es de jóvenes de entre
12 y 18 años (INEC, 2014). Cifras que están lejos de la realidad, porque se estima que han
crecido a maneras colosales durante estos años, la cultura está allí, es una cultura bebedora.
Ciertamente, las personas esperan los fines de semana para iniciar estas conductas
desenfrenadas: salir a bailar, beber, fumar e incluso drogarse. El patrón de conducta se ha
visto por una persona en el transcurso de su vida, manteniéndose como un hábito sano
culturalmente y socialmente bien recibido. Existen etiquetas que premian a la persona que
más festeja y desaprueban a otros que no lo hacen, llamándoles “aburridos”. Caemos en un
falso estereotipo que muestra lo socialmente “correcto”, la verdad no es así, son
pensamientos y fundamentos que han quedado impregnados en nuestra memoria a manera
de “leyes” que se deben seguir al pie de la letra para aprobar o desaprobar a otras personas.
Con la perspectiva social y cultural de la mano ¿Es necesario observar los pensamientos
del ser humano que lo inician con la bebida?
La respuesta es afirmativa, el ser humano como se ha mencionado antes es un ser
meramente social, no puede vivir alejado de la sociedad pues parte de su madurez
psicológica depende del contacto con las personas. Entonces, al encontrarse con una
sociedad con la cual no puede oponerse aparece un fenómeno interesante de la psicología
social llamado Conformidad, que lo hace iniciarse en la bebida con pensamientos tales
como: “Si los demás lo hacen, debe ser lo correcto” o “Nadie se ha muerto por beber un
copa más”; reflejan esa necesidad por continuar con el grupo de personas que lo han
llevado a iniciarse con la bebida, manifestando la conducta cuando esta con las personas y
manteniéndose como un hábito de creencia normalizada.
Por otro lado, muchas veces la sociedad no impone pensamientos sobre las creencias que
tenemos acerca del consumo del alcohol, pues muchos de nosotros tratamos de justificar las
conductas erróneas que realizamos aun cuando tengamos la certeza de que son malos. En
psicología esto se llama, disonancia cognitiva, término atribuido por el psicólogo Leon
Festinger en el año 1957 y lo nombra como la facultad que tenemos de justificar las
acciones negativas, un ejemplo claro se manifiesta cuando una persona sabe que tomar
alcohol o fumar es perjudicial para la salud, pero encierra esas creencias con una
justificación razonable como: “me ayuda a relajarme”, “una copa más no hace daño”, “me
ayudará a conseguir pareja”, etc.
También existen ciertas distorsiones cognitivas acerca de la bebida que se convierten en
mitos que pueden llevar graves consecuencias. Uno de ellos abarca el hecho de creer que
las consecuencias de la bebida te van a afectar solo a ti, nada más lejos de la realidad. El
consumo de bebidas alcohólicas te afecta a ti y a tu entorno más cercano, puede ser un daño
colateral que puede terminar llevando a consecuencias mayores como la violencia y un
reflejo de peligros colaterales como el manejar bajo los efectos del alcohol.
Fuente: twitter.com
La madrugada del 11 de julio de 2020, las imágenes anteriormente vistas reflejan una
problemática actual. La cultura no es lo que influye, los latinoamericanos solo somos vistos
como personas que festejan hasta la más mínima acción que nos pasa. Sin embargo, estas
fotos fueron tomadas en Inglaterra justo después de la apertura de los bares locales, no es la
cultura, creo que es la dominación de los impulsos lo que nos lleva a tomar decisiones
apresuradas y riesgosas. No existe vacuna contra el COVID-19 y aun así estas personas
decidieron salir a las calles a beber, demostrando algo que para mí puede denominarse
como “vergüenza de la especie”, es verdad que no se puede juzgar, pero en estos tiempos,
lo antes visto no es sensato, solo nos muestra un retroceso de pensamiento, siento que
estamos en la Edad media cuando la gente seguía teniendo fiestas durante la peste negra.
Ya no somos solo nosotros, es el mundo, aun no podemos saber que está pasando en otras
naciones, pero esto puede ser un ejemplo claro de lo que pasará una vez que la humanidad
haya sido vacunada contra un virus que nos ha detenido. Habrá una fiesta masiva llena de
bochorno que pueda desencadenar efectos adversos o la humanidad puede que haya
aprendido de todo esto y busque la sensatez en sus actos, solo el tiempo lo dirá y aún tengo
la esperanza de que podamos aprender de lo acontecido en este año,
Manejados en la actualidad cercana, se presenta una temática interesante sobre esta
discusión, pues creo que beber no es malo, las conductas que se expresan en medio de esta
emergencia por preservar nuestras vidas es lo que lo envuelve como una cadena de actos
maliciosos contra la salud del ser humano. Abstengámonos de los deseos mundanos por el
momento, busquemos razón para preservar nuestro bienestar y el de las personas que nos
rodean, nuestra vida puede continuar si nosotros actuamos con mesura en estos tiempos, la
paciencia es una virtud que debemos manejarla como una herramienta optima, no podemos
dejarnos vencer por una satisfacción momentánea.
Espero que esta reflexión haya servido de algo, gracias por leer.
Fuentes:
Elzo, J. (dir) et al (2009): Las culturas de las drogas en los jóvenes y fiestas. Vitoria,
Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco.
Kassin, S., Fein, S. & Markus H.R. (2009). Psicología Social. Mexico D.F. CENGAGE
Learning.
Festiger, L.(1975). Teoría de la Disonancia Cognitiva. Madrid, Instituto de Estudios
Políticos.
Enlaces de Interés:
https://www.eluniverso.com/noticias/2020/06/22/nota/7881018/semaforo-rojo-quito-
registro-147-fiestas
https://www.elcomercio.com/actualidad/fiesta-cumbaya-quito-emergencia-
coronavirus.html
https://www.paho.org/ecu/index.php?option=com_content&view=article&id=1208:mayo-
14-2014&Itemid=972#:~:text=Seg%C3%BAn%20la%20%C3%BAltima%20estad
%C3%ADstica%20del,a%20partir%20de%20la%20adolescencia.

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