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ORACIÓN INICIAL

ORACIÓN AL ESPIRITU SANTO


CARDENAL VERDIER
Oh Espíritu Santo, Espíritu Santo,
Amor del Padre, y del Dame agudeza
Hijo, Inspírame siempre para entender,
lo que debo pensar, capacidad para retener,
lo que debo decir, método y facultad para
cómo debo decirlo, aprender,
lo que debo callar, sutileza para interpretar,
cómo debo actuar, gracia y eficacia para hablar.
lo que debo hacer, Dame acierto al empezar
para gloria de Dios, dirección al progresar
bien de las almas y perfección al acabar.
y mi propia Santificación. Amén.
ORACIÓN INICIAL
V. Ven, Espíritu Santo, Llena los corazones de tus fieles
R. y enciende en ellos el fuego de tu amor.
V. Envía, Señor, tu Espíritu.
R. Que renueve la faz de la Tierra.

Oh Dios,
que llenaste los corazones de tus
fieles con la luz del Espíritu
Santo; concédenos que,
guiados por el mismo Espíritu,
sintamos con rectitud y
gocemos siempre de tu consuelo.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
CURSO BASICO PARA LA PREPARACION DE MINISTROS
EXTRAORDINARIOS DE LA COMUNION

LO QUE LA IGLESIA CREE

LO QUE LA IGLESIA VIVE


III. LOS MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS

IV. LOS MANDAMIENTOS DE LA IGLESIA

V. LOS MANDAMIENTOS LUCES EN EL CAMINO

LO QUE LA IGLESIA CELEBRA


LO QUE LA IGLESIA VIVE
3.LOS MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS
ANTIGUO EL DECÁLOGO EN LAS SAGRADAS ESCRITURAS
NUEVO
TESTAMENTO TESTAMENTO
Ex 34, 1-5  

Mt 19, 16-19

Dt 4, 13.10

Mt 5, 17
Ex 20, 1-17 Ley que hemos heredado
Dios regala los diez nosotros, los cristianos, que
mandamientos a su pueblo también somos el pueblo de
Israel tras ser rescatados de Dios. Pero esto es algo que
Egipto y ser constituidos entendemos mal, en primer
como su pueblo. Así pues, los lugar, porque la idea de ley
diez mandamientos que tenemos nosotros no es
constituyen la ley de Dios DEUTERONOMIO 30, 1 la misma que tenía el pueblo
para el bien de su pueblo. de Israel.
LO QUE LA IGLESIA VIVE
3.LOS MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS

¿QUÉSE ENTIENDE
POR LEY?
LO QUE LA IGLESIA VIVE
3.LOS MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS
TERCERA PARTE

LA VIDA EN CRISTO

SEGUNDA SECCIÓN

LOS DIEZ MANDAMIENTOS

No 2052

2056  La palabra “Decálogo” significa literalmente “diez palabras” (Ex  34,


28 ;  Dt  4, 13; 10, 4). Estas “diez palabras” Dios las reveló a su pueblo en la
montaña santa. Las escribió “con su Dedo” (Ex 31, 18), a diferencia de los otros
preceptos escritos por Moisés (cf Dt 31, 9.24). Constituyen palabras de Dios en
un sentido eminente. Son transmitidas en los libros del Éxodo (cf Ex 20, 1-17) y
del Deuteronomio (cf Dt 5, 6-22). Ya en el Antiguo Testamento, los libros santos
hablan de las “diez palabras” (cf por ejemplo, Os 4, 2; Jr 7, 9; Ez 18, 5-9); pero
su pleno sentido será revelado en la nueva Alianza en Jesucristo.
LO QUE LA IGLESIA VIVE
3.LOS MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS
EL DECÁLOGO EN LA TRADICIÓN DE LA IGLESIA
2064  Fiel a la Escritura y siguiendo el ejemplo de Jesús, la Tradición de la
Iglesia ha reconocido en el Decálogo una importancia y una significación
primordiales.

2065  Desde san Agustín, los “diez mandamientos” ocupan un lugar


preponderante en la catequesis de los futuros bautizados y de los fieles. En el
siglo XV se tomó la costumbre de expresar los preceptos del Decálogo en
fórmulas rimadas, fáciles de memorizar, y positivas. Estas fórmulas están
todavía en uso hoy. Los catecismos de la Iglesia han expuesto con frecuencia
la moral cristiana siguiendo el orden de los “diez mandamientos”.

2066 La división y numeración de los mandamientos ha variado en el curso de


la historia. El presente catecismo sigue la división de los mandamientos
establecida por san Agustín y que ha llegado a ser tradicional en la Iglesia
católica. 

LO QUE LA IGLESIA VIVE


3.LOS MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS
EL DECÁLOGO EN EL MAGISTERIO ACTUAL DE LA IGLESIA

HOMILÍA DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II

Los diez mandamientos no son una imposición arbitraria de un Señor tirano. Fueron
escritos en la piedra; pero antes fueron escritos en el corazón del hombre como ley moral
universal, válida en todo tiempo y en todo lugar. Hoy, como siempre, las diez palabras de la
ley proporcionan la única base auténtica para la vida de las personas, de las sociedades y
de las naciones. Hoy, como siempre, son el único futuro de la familia humana. católica. 

Guardar los mandamientos significa ser fieles a Dios, pero también ser fieles a nosotros
mismos, a nuestra verdadera naturaleza y a nuestras aspiraciones más profundas. El
viento que aún hoy sopla en el Sinaí nos recuerda que Dios quiere ser honrado en sus
criaturas y en su crecimiento:  gloria Dei, homo vivens. 

CELEBRACIÓN DE LA PALABRA EN EL MONTE SINAÍ,

Monasterio de Santa Catalina, sábado 26 de febrero del 2000

LO QUE LA IGLESIA VIVE


3.LOS MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS
EL DECÁLOGO EN EL MAGISTERIO ACTUAL DE LA IGLESIA

HOMILÍA DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI

Los Mandamientos "son un signo del amor de Dios Padre; de su deseo de enseñarnos el
correcto discernimiento entre el bien y del mal, entre lo verdadero y lo falso, entre lo justo y
lo injusto".

Los Mandamientos de la Ley de Dios, precisa el Santo Padre, "son comprensibles para
todos y, precisamente, porque fijan los valores fundamentales en normas y reglas
concretas, cuando el ser humano las pone en práctica puede recorrer la senda de la
verdadera libertad (...) que conduce a la vida y a felicidad”.

Video mensaje proyectado el sábado en la Piazza del Popolo en Roma

8 DE DICIEMBRE DE 2012

LO QUE LA IGLESIA VIVE


3.LOS MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS
EL DECÁLOGO EN EL MAGISTERIO ACTUAL DE LA IGLESIA
HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO

CON LOS MANDAMIENTOS, DIOS NOS CUIDA Y PROTEGE: Así, desde el principio, el
Tentador, quiso engañar al hombre y a la mujer, haciéndoles creer que Dios no los amaba y
que era un déspota que les imponía leyes y normas para someterlos. Lo mismo quiere
hacernos creer también hoy a nosotros. Pero sabemos que Dios es un padre, que nos
quiere y sale a nuestro encuentro. Con los mandamientos, que contienen sus palabras, Él
nos cuida y protege de la autodestrucción, porque somos sus hijos, no sus súbditos. Vivir
como cristianos es pasar de la mentalidad de esclavos a la mentalidad de hijos.

El desafío, afirmó el Papa Francisco, es justamente entender los mandamientos no como una
imposición de un déspota que obliga, sino como una palabra que nos cuida y protege de la
autodestrucción. “El hombre está ante esta incertidumbre: ¿Dios me impone las cosas o cuida de
mí? ¿Los mandamientos son sólo una ley o contienen una palabra? ¿Dios es amo o Padre? ¿Somos
súbditos o hijos? Este combate, dentro y fuera de nosotros, se presenta continuamente: mil veces
debemos escoger entre una mentalidad de esclavos y una mentalidad de hijos”.

Audiencia General del miércoles 20 de junio de 2018.

LO QUE LA IGLESIA VIVE

PRIMER MANDAMIENTO:
“AMARÁS A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS”
LO QUE LA IGLESIA VIVE

SEGUNDO MANDAMIENTO:
“NO JURARÁS EL NOMBRE DE DIOS EN VANO”
LO QUE LA IGLESIA VIVE

TERCER MANDAMIENTO:
“SANTIFICARÁS LAS FIESTAS”
LO QUE LA IGLESIA VIVE

CUARTO MANDAMIENTO:
“HONRARÁS A TU PADRE Y A TU MADRE”
LO QUE LA IGLESIA VIVE

QUINTO MANDAMIENTO:
“NO MATARÁS”
LO QUE LA IGLESIA VIVE

SEXTO MANDAMIENTO:
“NO COMETERÁS ACTOS IMPUROS”
LO QUE LA IGLESIA VIVE

SÉPTIMO MANDAMIENTO:
“NO ROBARÁS”
LO QUE LA IGLESIA VIVE

OCTAVO MANDAMIENTO:
“NO DARÁS FALSO TESTIMONIO NI MENTIRÁS”
LO QUE LA IGLESIA VIVE

NOVENO MANDAMIENTO:
“NO CONSENTIRÁS PENSAMIENTOS NI DESEOS IMPUROS”
LO QUE LA IGLESIA VIVE

DÉCIMO MANDAMIENTO:
“NO CODICIARÁS LOS BIENES AJENOS”
LO QUE LA IGLESIA VIVE
4.LOS MANDAMIENTOS DE LA IGLESIA
La Iglesia es la comunidad donde el cristiano recibe y acepta la Palabra de Dios, la “Ley de
Cristo” (Ga 6, 2), y la gracia de sus sacramentos, con la guía del Magisterio, el cual, a través de los
llamados “Mandamientos de la Iglesia” ofrece orientaciones cuya finalidad es garantizar que los fieles,
por su propio bien espiritual, cumplan con lo mínimo indispensable en relación al culto, a la vida
sacramental, al esfuerzo moral y al crecimiento en el amor a Dios y al prójimo.

Los preceptos de la Iglesia son cinco:

1) Participar en la Misa todos los domingos y fiestas de guardar, y no realizar trabajos y actividades
que puedan impedir la santificación de estos días;

2) Confesar los propios pecados, mediante el sacramento de la Reconciliación al menos una vez al
año;

3) Recibir el sacramento de la Eucaristía al menos en Pascua;

4) Abstenerse de comer carne y observar el ayuno en los días establecidos por la Iglesia;

5) Ayudar a la Iglesia en sus necesidades materiales, cada uno según sus posibilidades.

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