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Otesánek

Otesánek es un cuento de hadas checo creado por Karel Jaromír Erben (Miletín, República
Checa, 7 de noviembre de 1811 – Praga, id., 21 de noviembre de 1870), fue un escritor, historiador,
abogado, archivero, poeta, traductor, coleccionista de cuentos.
Había un hombre y una mujer que vivían al final del
pueblo en una cabaña en el bosque. Eran pobres, pero
todo lo que querían era tener un bebé. De vez en
cuando decían:
“¡Si tan solo tuviéramos un bebé!”
“Alégrate de que Dios no te lo haya dado”,
opinaban otras personas, “porque no tienes nada para
darle de comer”.
Y ellos decían:
“de lo poco que tenemos, comería nuestro bebé …
¡en caso de que tuviéramos uno! ”.
Una mañana, el hombre estaba en el bosque hachando leña, pateó unos
tocones y desenterró uno. En su imaginación le pareció que parecía como un
pequeño bebé: cabeza, cuerpo, manos, piernas … solo necesitaba moldearlo
un poco con el hacha para que sea redondo y liso, y cortar las raíces en las
manos y los pies para que parezcan dedos, y listo!
El hombre trajo el tocón a casa y le dijo a la mujer:
“Esto es lo que querías tener, un bebé de tronco. Si lo deseas, puedes
quedarte con él”.
La mujer, entusiasmada, se apresuró a envolvió al bebé en un edredón,
los acunó en sus brazos y le cantó: “ ¡Oye, dale, oye, Pequeño Otik!
De repente, el bebé en el edredón comenzó a moverse, sacudiendo la cabeza y gritando:
“¡Mamá, tengo hambre!”. La mujer no sabía qué hacer de alegría. Puso al bebé en la cama y
corrió a cocinar gachas (Las gachas son un plato sencillo que se elabora cociendo avena u otros
cereales o legumbres en agua, leche o una mezcla de ambas. Suelen servirse calientes en un
cuenco o plato).
Cuando la comida estuvo lista, Otesanek se lo comió todo y luego gritó de nuevo:
“¡Mamá, tengo hambre!”
Entonces la mujer le dio leche. Otesanek la bebió toda en un santiamén. Después siguió
gritando:
“¡Mamá, tengo hambre!”
La mujer se preguntaba qué podría darle de comer. Fue y trajo
una hogaza de pan del pueblo, la puso sobre la mesa en su casa, y
luego salió otra vez, poniendo el agua de la sopa al fuego. Cuando
salió de la habitación, Otesanek vio pan sobre la mesa, salió del
edredón, saltó al banco e inmediatamente se tragó el pan, y
volvió a gritar:
“¡Mami , tengo hambre!”
“Dios esté con nosotros, Otesánek, ¿no estás comiendo el
pan?”- dijo la madre.
“¡Dame de comer, mamá, o yo también te como!” Abrió la
boca, y antes de que la mamá se diera cuenta, ya se la había
tragado.
Pronto papá llegó a casa; y tan pronto como entró por la
puerta, Otesanek gritó:
“¡Papá, tengo hambre!”
Papá se sorprendió al ver la olla abandonada que hervía:
“¡Ay de ti! ¿Dónde está mamá? ”- le preguntó a Otesanek
“ ¡Me la comí y yo también te comeré a ti!”- respondió. Abrió la boca, y en un momento se
tragó a su padre. Pero cuanto más comía Otesanek, más quería comer.
No había nada en la cabaña que pudiera comer; entonces se encaminó al pueblo para ver si
conseguía algo para saciar su voraz apetito. Conoció a una niña campesina, que llevaba una
carretilla de trébol del campo.
“¡Debes haber comido mucho que tienes una barriga tan grande!”, dijo la niña con asombro.
Otesánek respondió:
“sí, comí gachas, leche, una barra de pan, a mamá, a papá, y ahora te comeré a tí!”¡
Dio un salto, y la chica con la carretilla desaparecido en su enorme panza. Luego se encontró
con un granjero que sacaba heno del prado. Otesanek se interpuso en su camino y los caballos se
detuvieron.
” ¿Sal de ahí, monstruo?” El campesino gritó, extendiendo su látigo.
Pero Otesánek no lo tuvo en cuenta y le dijo:
“Comi un plato de gachas, leche, una barra de pan, a mi mamá, a mi papá, una campesina con
una carretilla y ahora te comeré a ti!”
Y antes de que el agricultor se diera cuenta, Otesanek lo engulló con los caballos y el carro.
Entonces Otesánek continuó su camino. Luego se encontró con un hombre que llevaba una
piara a pastar en el campo. Otesanek los detuvo y se los tragó a todos.
Luego vio un perro llamado Vorisek y un pastor con un rebaño de ovejas.
“Cuando como tanto”, dice Otesanek, “¡tengo más hambre!”
Fue y los tragó a todos: el rebaño de ovejas, el pastor y el perro Vorisek. Luego continuó
caminando hasta llegar a un campo; una abuela estaba cosechando coles. Otesanek no lo pensó
dos veces: fue y comenzó a arrancar las cabezas de repollo y tragar.
“¿Qué haces aquí, Otesánek?”, Dijo la
abuela. “¡Has comido lo suficiente!” Otesanek le
sonrió y dijo: “Sí, comí: un pato de gachas, leche,
una hogaza de pan, a mi mamá, a mi papá, una
niña con un carro cargado de trébol, un granjero
con heno, un granjero con cerdos, un pastor con
ovejas, ¡y también te comeré! ”. Cuando quiso
tragarla, la abuela le dio con una azada en el
estómago y rasgándole el vientre. Otesánesk
cayó al suelo … estaba muerto.
¡Y ahora deberías haberlo visto! El perro
Vorisek saltó de su vientre, seguido del pastor y las ovejas. El chucho las juntó, el pastor silbó y
corrió a su casa. Entonces la piara salió corriendo de su vientre, un granjero saltó detrás de ellos,
golpeó un látigo y corrió tras el pastor. Luego salieron los caballos, arrastrando un carro de heno;
el granjero tiró de sus riendas, arengó a los caballos y también siguió al granjero al pueblo. Una
niña con un carro cargado de trébol siguió detrás de los demás, y un hombre y una mujer saltaron
del vientre, llevando una larga barra de pan bajo los brazos.

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