REVISTA CUBANA DE PSICOLOGÍA Vol. 16. No.

1,1999

LA INTEGRACIÓN EN PSICOTERAPIA:
ALGUNAS REFLEXIONES DESDE
LA PERSPECTIVA HISTÓRICA DEL DESARROLLO
DE LA CIENCIA PSICOLÓGICA
Odalys Roche Chávez, Facultad de Psicología, Universidad de La Habana

RESUMEN
En el articulo se presentan; partiendo del análisis de la tendencia creciente a la búsqueda de modelos
integrativos en la práctica psicoterapéutica en el momento actual y recorriendo las diferentas etapas por
las que han transitado sus estudios de efectividad; algunas reflexiones en torno a la Integración en
Psicoterapia como una necesidad de la praxis, fuerza motriz del desarrollo histórico de la ciencia
psicológica, la que le demanda niveles más profundos de integración del conocimiento acumulado, desde
su disciplina general.

ABSTRACT
Some reflections about in Psychoterapy as a need of the praxis, essential force of the historical
development of the Psychological Science, are presented in this article from the analysis of the actual
tendency in locking for integrative models in psychoterapy practice at present as well as the different
stages through its studies of effectiveness.

INTRODUCCIÓN EL ESTADO ACTUAL DE LA PRACTICA

En el desarrollo de nuestro trabajo intentaremos
dar respuesta a la interrogante de si es, o no
"pertinente" un enfoque integrativo en Psicoterapia.
El conocimiento de hacia dónde vamos es
importante en tanto nos orienta en la selección del
cómo lograr nuestro objetivo y permite a nuestros
lectores acompañar nuestra lógica en la reflexión
respecto a esta apasionante interrogante.
Empezaremos por el final, o lo que es lo mismo,
por el momento presente del desarrollo de la
práctica psicoterapéutica, intentando hacer uso del
método inverso de conocimiento que retoma
Vygotski (1991) de los fundadores del Marxismo: "El
camino resulta más fácil de comprender cuando se
conoce su final; éste es además el que da sentido a
cada etapa particular". (Vygotski, L; 1991; p. 262).
Este principio orientador es también válido para
seguir nuestras reflexiones.
PSICOTERAPÉUTICA: LA INTEGRACIÓN
COMO TENDENCIA PREDOMINANTE
En el momento presente del desarrollo de la
práctica psicoterapéutica se hacen cada vez más
complejas y heterogéneas las condiciones en las
que se lleva a cabo esta actividad profesional. Al
respecto Albarrán (1991) plantea: "...en años
recientes, la actitud popular hacia la psicoterapia,
está teniendo un cambio sustancial. La mayoría de
las personas que acuden al psicoterapeuta, no lo
hacen por trastornos emocionales severos, sino
debido al sufrimiento de problemas asociados con la
vida cotidiana, por el bombardeo de estímulos,
cambios sociales, rompimientos familiares, etc.; y en
parte por el deseo de explorar nuevos tipos de
interacción." (Albarrán, H.; 1991, p. 119) El autor
apunta a los crecientes cambios en el orden social y
a su repercusión sobre el modo de ser concebida la
relación Salud-Enfermedad, lo cual aumenta el
spectrum y el gradiente de profundidad de las

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problemáticas ante las cuales se enfrenta
profesional en la práctica terapéutica.
Las cada vez más complejas exigencias de la vida
a la práctica profesional han provocado también un
movimiento en ascenso hacia la búsqueda de
estrategias interventivas más complejas que
permitan abordar el cambio en toda su diversidad.
Es en respuesta a estas exigencias que a partir de
la década del setenta comienza a expresarse una
tendencia a la integración en Psicoterapia
caracterizada, a grandes rasgos, por la
implementación de estrategias más complejas,
enriquecidas por elementos (técnicas, estilps
terapéuticos, etc.) provenientes de más de un
sistema psicológico. Ejemplos de esta tendencia
integrativa son los movimientos ecléctico e
integrativo, propiamente dicho. Norcross, Arkowitz
(1991) expresaron al respecto: "A pesar de que,se
han aplicado varias calificaciones a este movimiento
-eclecticismo, integración, convergencia, pluralismo,
raprochment, prescripcionismo- sus metas son
realmente similares. La integración psicoterapéutica
se caracteriza por la insatisfacción con las
aproximaciones de las escuelas singulares y una
derivación consecuente a mirar más allá de los
límites entre escuelas para ver qué se puede
entender de los otros caminos o ideas acerca de la
psicoterapia y el cambio conductual (Norcross,
Arkowitz. Citados por Machín, R.; 1996; p. 81) Un
ejemplo del interés creciente en este movimiento es
que, según Jensen, Bergin and Greaves (1990),
investigaciones en Norteamérica aportaron que
entre el 59 y el 72% de los clínicos declaraban el
uso del eclecticismo técnico, que es integración en
el plano de la práctica (Jensen, Bergin and Greaves,
en Norcross y Newman, 1992; Norcross y Arkowits,
in press; Lazarus, 1992. Citados por Machín, R.;
1996; p. 86)
No solamente las condiciones del desarrollo social
más general, promovido por el desarrollo de la
ciencia y la técnica, favorecen el crecimiento del
movimiento integrativo; sino que las condiciones
particulares, propias de cada país, expresiones
singulares de este desarrollo social, también lo
hacen posible.
En nuestro país, por ejemplo, existieron
condiciones particulares que movieron a la práctica
psicoterapéutica hacia este enfoque más integrativo.
Zaldívar (1989) expresa: "...hemos defendido el
criterio de que la práctica psicoterapéutica exige a
el quienes la ejercen, el conocimiento y dominio de
más de una técnica o método de tratamiento, sobre
todo en las condiciones de nuestro país que por
resultar gratuito, el servicio que se presta a la
población es masivo y por lo mismo la variedad de
situaciones y de personas que los terapeutas deben
atender, necesariamente imponen a los mismos
cierta flexibilidad en su proceder, que en la práctica
sólo es posible mediante la tenencia de recursos
psicoterapéuticos variados que puedan ser utilizados
según las necesidades de los pacientes o
consultantes." (Zaldívar, D.; 1989; p. 7-8)
Como podemos apreciar a partir de estos
ejemplos, las condiciones sociales en las cuales se
lleva a cabo el ejercicio de la Psicoterapia le
imponen determinadas exigencias a este campo
profesional. Esto condiciona que uno de los criterios
integrativos más difundidos por la literatura científica
en artículos, manuales, textos científicos, es el que
atiende a la integración desde el punto de vista de la
unidad en la práctica de los aportes principales de
las distintas escuelas psicoterapéuticas, priorizando
el criterio funcional de efectividad.
Refiriéndose a la necesidad de una formación
psicoterapéutica inscrita en un modelo integrativo,
que responda a las necesidades de la intervención,
Zaldívar (1991) expresa: "...lo anterior sólo es
posible a partir de la negación dialéctica que,
aprovechando los aspectos positivos de los aportes
anteriores en toda la historia de la psicoterapia,
permita una síntesis de este pensamiento que
cristalice en algo superior..."(Zaldívar, D.; 1991; p.
11)
El autor distingue las particularidades del enfoque
ecléctico y el integrativo, propiamente dicho, que se
inscriben dentro de este movimiento integrativo. Al
parecer la distinción entre uno u otro enfoque radica
en la toma de conciencia por parte del profesional,
del marco conceptual que soporta la sistematización
de las estrategias y técnicas que asume de cada
sistema terapéutico. Al respecto expresa: "Esto
significa la adherencia a una posición o enfoque que
hemos definido como "enfoque integrativo" en
psicoterapia y que como lo veo, consiste en la
intención e intento de unificar varias posiciones que
incluso aparecen como antagónicas, en un todo
coherente, valiéndonos de un marco conceptual que
cumpla la función de darle sentido a los elementos
que se integran y de lo cual debemos obtener un
resultado totalmente nuevo." (Zaldívar, D.; en
impresión)
22
 Es en gran medida lógico que el criterio técnico de
integración tenga muchos afiliados porque desde el
ejercicio profesional responde la ciencia a las
demandas de la realidad donde se desarrolla y a
partir de esta práctica, la propia ciencia se
desarrolla. El principio del desarrollo de la ciencia a
partir de la práctica explica la relación entre Ciencia
y Profesión. Al respecto Vygotski (1991) expresa:
"Este nuevo enfoque nos lleva a que la realidad
determina nuestra experiencia; que la realidad
determina el objeto de la ciencia y su método, y que
es totalmente imposible estudiar los conceptos de
cualquier técnica prescindiendo de las realidades
representadas por esos conceptos. (Vygotski, L;
1991; p. 289) El Enfoque Sistémico y el Movimiento
de Terapias Breves son expresiones particulares de
esta integración en la práctica.
En el nivel de integración con fundamento en la
utilidad práctica, algunos autores incluyen también
otros criterios de integración: el clínico, relacionado
con los problemas del paciente/cliente, la
Psicopatología, la Psicoterapia y los aspectos
relacionados con las actitudes y la relación
terapéutica y el estratégico, que concibe la
integración desde la elección de las estrategias
específicas de intervención para el logro de los
objetivos terapéuticos establecidos en el nivel
clínico. (Poch, J.; Talam, A.; Castillo, J.; Maestre, F.;
1991)
Se reconoce también en el presente intentos de
integración en otros niveles: meta-teórico o
epistemológico y teórico. El nivel epistemológico
implica una toma de partido frente al conocimiento
de la realidad, implica al modo en particular en que
se accede a ese conocimiento y necesita el
establecimiento de modelos lógicos que permitan
explicar los datos del nivel de la- praxis a paTtir de
referentes meta-teóricos. El nivel teórico por su
parte implica la búsqueda de elementos comunes,
presentes en los diferentes sistemas teóricos,
acerca del funcionamiento psicológico del ser
humano.
La coexistencia de estos niveles de integración es
coherente, desde el referente de la lógica interna del
desarrollo de la ciencia en la relación entre las
disciplinas particulares y la Psicología General. Al
respecto Vygotski (1991) expresa: "Hemos visto que
ninguna ciencia se limita simplemente a acumular
material, sino que la somete a un tratamiento
multiforme y multigradual, que permite agrupar y
generalizar ese material, creando teorías e hipótesis,
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que ayuden a interpretar con mayor amplitud la
realidad y que la ilustran con hecho particulares
aislados. La ciencia general continúa la tarea de las
ciencias particulares. Cuando el material ha
alcanzado el grado máximo de generalización
posible en la ciencia particular en cuestión, la última
generalización sólo puede tener lugar fuera de sus
límites, mediante comparaciones con una serie de
ciencias próximas. Eso es lo que hace la ciencia
general. Su única diferencia con las ciencias
particulares consiste en que realiza el trabajo sobre
la base del realizado por una serie de
ciencias"(Vygotski, L; 1991; p. 288) El autor enfatiza
en el salto necesario que se produce al interno de
una ciencia por la acumulación de datos desde sus
disciplinas particulares, que sólo pueden encontrar
explicariones más generales desde una disciplina
integradora, la disciplina General. Desde esta
perspectiva está perfectamente justificado el
movimiento de los criterios integrativos desde la
praxis hasta aquellos más generales y explicativos.
A expresión del mismo autor: "La relación entre la
ciencia general y las teorías, leyes, hipótesis y
métodos de las ciencias particulares es la misma
que la que existe entre éstas y los hechos de la
realidad que estudian."(Vygotski, L.; 1991; p. 288)
Hasta aquí presentamos el estado actual de la
práctica terapéutica, donde es emergente la
tendencia al ejercicio de una práctica integrativa.
Proponemos ahora un análisis a la inversa, desde el
proceso interno del desarrollo de la Psicoterapia
como esfera aplicada del saber científico.
LOS ESTUDIOS DE EFECTIVIDAD
DE LA PSICOTERAPIA EN EL MARCO
DEL DESARROLLO DE LA CIENCIA
PSICOLÓGICA
En los inicios del desarrollo de la Ciencia
Psicológica se fueron delimitando los tres grandes
sistemas explicativos de nuestro objeto de estudio:
El Psicoanálisis; el Conductismo, con base en la
Reflexología Pavloviana y el Sistema Humanista,
con fundamento en la Filosofía Existencialista. Cada
uno de estos sistemas no sólo construyó conceptos
esenciales para nominalizar a nuestro objeto de
estudio, sino que elaboró prinicipios explicativos
para comprenderlo. Un valioso ejemplo es el que
cita Vygotski (1991) respecto al desarrollo del
Psicoanálisis como sistema conceptual: "Las ideas
del psicoanálisis nacieron de descubrimientos
específicos en el campo de la neurosis; se
estableció inequívocamente el hecho de que la
sexualidad se oculta en una serie de actividades y
bajo formas que con anterioridad no se
consideraban eróticas. Paulatinamente, este
descubrimiento concreto, respaldado por el éxito de
su aplicación terapéutica y con la autoridad que ello
le confería (es decir, sancionado por la veracidad de
su práctica) se traspasó a una serie de campos
adyacentes, como la psicología de la vida cotidiana
o la psicología infantil, además de adueñarse de la
totalidad de los enfoques teóricos sobre la neurosis.
En la confrontación disciplinar, esta idea se impuso
sobre las más lejanas ramas de la psicología;
sosteniéndose que con ella se podría estudiar la
psicología del arte o la psicología de los pueblos,
Pero el psicoanálisis estaba rebasando con ello los
límites de la psicología: la sexualidad se
transformaba-en el principio metafísico de una serie
de ideas metafísicas, el psicoanálisis se
transformaba en ideología, la psicología se
transformaba en metapsicología. El psicoanálisis
dispone de su propia teoría del conocimiento y de su
propia metafísica, de su sociología y de su
matemática. El comunismo y el tótem, la Iglesia y la
obra de Dostoievski, el ocultismo y la publicidad, el
mito y los inventos de Leonardo da Vinci no son sino
sexo disfrazado y enmascarado". (Vygotski, L;
1911; p. 274-275) El ejemplo que acabamos de
presentar habla por sí mismo acerca de la extensión
de los grandes sistemas teóricos en Psicología más
allá de los dominios de nuestra ciencia.
Cada sistema psicológico sostuvo una concepción
diferente del hombre, una concepción de la relación
entre la normalidad y la patología, una toma de
partido respecto a la determinación de lo psíquico,
una concepción de ciencia, de los métodos de
conocimiento científico, una filosofía del hombre y la
ciencia. El autor encuentra también las respuestas al
por qué esto sucede en el desarrollo de una ciencia."
La regularidad del camino que con sorprendente
constancia recorren las ideas más diversas está
poniendo naturalmente de manifiesto que este
camino está predeterminado por la necesidad
objetiva de un principio explicativo y precisamente
porque este principio hace falta y no existe es por lo
que algunos principios parciales ocupan su puesto.
La psicología se ha dado cuenta de que para ella es
cuestión de vida o muerte hallar un principio
explicativo general y se aferra a cualquier idea,
aunque sea falsa."(Vygotski, L.; 1991p. 277)
Como podemos deducir a partir de este análisis,
cada sistema psicológico se erigió como "La
Ciencia", reduciendo lo psíquico a la porción de la
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subjetividad que había aislado, sistematizando un
conjunto de leyes acerca de su funcionamiento. Pero
la propia parcialidad de cada sistema psicológico
justificó la necesidad histórica del desarrollo de
nuevos sistemas psicológicos. Al principio unos
sistemas trataban de imponerse a los otros por
lograr la hegemonía en la Ciencia, confrontando sus
principios explicativos como hegemónicos. Claro
está, los científicos encaraban esta lucha, porque
"La ciencia existe sólo en las personas. Cada
proyecto científico tiene su comienzo creativo, su
proceso y su conclusión en una o varias personas."
(Rogers, C ; 1961)
Cada sistema psicológico no sólo defendió una
concepción del hombre, una concepción del
desarrollo psíquico, de su proceso de formación,
sino que también cada sistema psicológico
desarrolló su sistema terapéutico para la corrección
de las desviaciones de este desarrollo (o desarrollo
patológico). En la relación dialéctica entre teoría y
práctica, ambas se desarrollaron, se enriquecieron,
se perfeccionaron como sistemas, uno más
orientado a la explicación (la teoría) y otro más
orientado al cambio (la práctica).
Refiriéndose a la rivalidad entre los diferentes
sistemas psicológicos Vygotski (1991) expresó: "La
tendencia a generalizar e integrar los conocimientos
se transforma así en una tendencia a explicarlos, y
el carácter de integración del concepto generalizador
lo transforma en principio explicativo, porque
explicar significa establecer una conexión entre
varios hechos o vario grupos de hechos, explicar es
referir una serie de fenómenos a otra, explicar
significa para la ciencia definir en términos de causa
[...] Hay una tendencia a establecer un principio
explicativo unitario y a que este actúe desde fuera
de los límites en que ha nacido la ciencia,
convirtiéndose de ese modo en un principio
explicativo, no ya de las categorías de la realidad a
las que se refería en un principio, sino del sistema
global de la realidad, y no sólo de la ciencia en que
surgió sino del sistema científico en su totalidad.
Esta tendencia estaría en el origen de la rivalidad
interdisciplinar por conseguir la supremacía. El
hecho de que exista un concepto generalizador y, al
igual que se da una pugna entre las disciplinas por
conseguir ese concepto generalizador también se
dará irremisiblemente una pugna por hacerse con el
principio." (Vygotski, L; 1991; p. 268-269) El autor
continúa expresando: "... tanto la generalización del
concepto como el principio generalizador crean la
ciencia general, pero sólo si uno y otro van unidos, si
se dan a la vez. Del mismo modo, la psicopatología
no sólo ofrece el concepto generalizados del
inconsciente supone explicar totalmente -a partir de
la sexualidad- el mundo que estudia la
psicología."(Vygotski, L; 1991; p. 269)
Pero la ciencia no se encierra sólo en sus
elaboraciones teóricas, sino que desarrolla sus
métodos de conocimiento de la realidad que trata de
explicar, sus estrategias para apropiarse de esa
realidad, para incursionar en la práctica desde sus
modelos explicativos; es en este proceso que se
desarrollan sus instrumentos y métodos de
investigación.
Reflejo en la práctica y en la metodología de la
rivalidad entre los diferentes sistemas psicológicos y
expresión de un momento particular del desarrollo
de nuestra ciencia es la acumulación de datos a
partir de las investigaciones que tratan de probar la
efectividad de unos sistemas terapéuticos sobre
otros.
Precursores de estas investigaciones son los
trabajos de Eyseneck (1952) que se cuestiona la
eficacia de la psicoterapia y ello, a expresión de
algunos autores dio inicio a "lo que podríamos llamar
el boom de la investigación en psicoterapia, el que
aún continúa."(Krause, M.; 1992) Las
investigaciones de Eysenck impregnaron de un poco
de escepticismo a los practicantes de la Psicoterapia
al hallar que no había evidencia de que la
psicoterapia con neuróticos fuera más efectiva que
la no realización de tratamiento, no obstante se
estimuló durante una década a investigadores y
clínicos eminentes a que compartieran hallazgos,
experiencias, estrategias de investigación, bajo el
patrocinio de la Asociación Americana de Psicología
y el Instituto Nacional de Salud Mental.
En la década del 60 comenzaron a estudiarse
algunas variables relacionadas con el proceso de la
Psicoterapia, tales como la incidencia de la empatia,
la consideración positiva incondicional y la
autenticidad personal sobre los resultados de la
terapia (apoyadas en las concepciones de Cari
Rogers). Como conclusión estos estudios sugieren
que las características del terapeuta no son
suficientes para el resultado positivo en la terapia,
aunque podían ser necesarios para algún tipo de
terapia como la Terapia Centrada en el Cliente.
Posteriormente, en el año 1966 los estudios de
Paul Gordon comparaban la efectividad de la terapia
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de INSIGHT y la desensibilización sistémica en el
tratamiento de la ansiedad de hablar en público. Con
las investigaciones de Paul Gordon la pregunta ¿Es
efectiva la Psicoterapia?, que había cambiado desde
las investigaciones de Eysenck y los estudios
posteriores por la interrogante: ¿Cómo lias actitudes
del terapeuta descritas por Rogers inciden en la
efectividad de la Psicoterapia?, es sustituida por una
nueva interrogante: Qué tratamiento, administrado
por quién, es más efectivo, para qué paciente y en
qué circunstancias?
Aunque los resultados de esta interrogante no
fueron concluyentes, su principal valor radicó en que
incitaron el desarrollo posterior de investigaciones
más rigurosas en la metodología y la especificación
teórica.
Bajo la orientación de esta interrogante se
desarrollaron importantes investigaciones como la
de Sloane y sus colaboradores en 1975 que
comparaban la efectividad de la terapia conductual,
la analítica y el tratamiento de mínimo contacto o por
lista de espera; trataban de encontrar las similitudes
y las diferencias entre ambas terapias, así como
investigar el efecto de la experiencia y los atributos
del terapeuta sobre los resultados de la psicoterapia,
además de intentar establecer qué tipo de problema
o paciente podrían ser diferencialmente apropiados
para cada tipo de psicoterapia. Aunque esta
investigación recibió algunas críticas referidas a
imprecisiones metodológicas, no pudo demostrar la
existencia de diferencias significativas entre los
resultados de cada estrategia terapéutica; tampoco
encontraron diferencias significativas en los
resultados atendiendo a las variables del terapeuta
investigadas (experiencia y atributos del terapeuta);
al parecer tampoco encontraron una relación muy
significativa entre el tipo de terapia, el tipo de
problema y la mejoría obtenida con la intervención.
Esta importante investigación es expresión de
cómo el centro del análisis se iba moviendo hacia el
hallazgo de similitudes en el efecto de las diferentes
terapias. En la misma década, investigaciones
realizadas por Yalom y sus colaboradores (Yalom, I.;
1986) con terapeutas de grupos procedentes de
distintas orientaciones teóricas, hallaron similitudes
en los resultados obtenidos por estos terapeutas, las
que explicaron desde los estilos de coordinación del
grupo terapéutico, no sujetos a ninguna escuela
terapéutica en particular. Los autores encontraron en
esta investigación que los jefes de estilo
"proveedor", que ofrecían significado y cuidado a los
miembros del grupo fueron los más eficaces en
lograr resultados positivos elevados, con poco
riesgo; con lo cual el autor concluye que los buenos
terapeutas, se parecen más entre sí, aunque
provengan de distintas escuelas que los terapeutas,
competentes y menos competentes, pertenecientes
a una misma escuela. (Yalom, I.; 1986)
Como podemos apreciar, se produce un
corrimiento hacia la búsqueda de factores comunes,
inespecíficos, a los que atribuir los resultados
positivos de la terapia (Patterson, 1989: Citado por
(Poch, J.; Talarn, A.; Castillo, J.A.; Maestre, F.J.;
1991). Esta nueva perspectiva ocupa un lugar
central en la investigación en Psicoterapia durante la
década de los ochenta. Al respecto Krause Jacob
(1992) expresa: "La idea de estudiar los factores
inespecíficos, sin embargo, no es nueva. Ya en
1961, Frank escribía en su libro Persuasión and
Healing acerca de efectos terapéuticos comunes a
todas las formas de terapia, incluyendo dentro de
éstas incluso intervenciones de la medicina popular
y de tipo mágico. Con base en el análisis de las
similitudes de estas formas de intervención, Frank
generó una serie de hipótesis en torno a los factores
o variables que pudieran ser responsables de estos
efectos generales. A pesar de esto, durante los
siguientes años, la investigación en torno a la
efectividad de las psicoterapias y, luego, en la
búsqueda de efectos y factores de cambio
específicos."(Krause, Jacob, M.; 1992)
Al explicar las causas de la renuncia (o ignorancia)
a estas investigaciones la autora expresa: "Que las
hipótesis de Frank no hubieran sido tomadas lo
suficientemente en serio como para ser
investigadas, sin duda se relaciona con que el
"efecto ¡nespecífico" se equiparó a la "ausencia de
efectos". Esto último resulta comprensible sobre la
base de la pertenencia de los investigadores a
escuelas terapéuticas específicas, es decir, aceptar
efecto ¡nespecífico hubiera significado una amenaza
para las enseñanzas de las propias escuelas, las
cuales postulaban relaciones causa-efecto entre
técnicas y resultados. Los supuestos efectos y
factores inespecíficos habrían puesto en duda estas
relaciones causales." (Krause Jacob, M.; 1992)
A nuestro juicio es el propio desarrollo de la
ciencia, la que todavía no había avanzado lo
suficiente en el desarrollo de cada sistema
conceptual explicativo de nuestro objeto de estudio,
el que no se encontraba lo suficientemente maduro
para permitir dar el salto hacia un nivel explicativo de
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mayor generalidad y esto marcaba una "correlación"
en la comunidad científica no favorable a la
integración.
En el momento actual del desarrollo de la
Psicología como ciencia, en el campo aplicado de la
Psicoterapia, las investigaciones continúan
apuntando a la búsqueda de los factores
inespecíficos. Algunas investigaciones se
circunscriben más a los factores o variables que
tienen que ver con el desempeño del terapeuta,
otros enfatizan más en las variables del paciente;
algunas ponen mayor énfasis en la relación entre las
variables del terapeuta y las variables del paciente y
otras se circunscriben más a la calidad de la relación
propiamente dicha.
Algunos autores como Beutler y Mac Nabb (1989)
sistematizan importantes investigaciones que
estudian el efecto de las características fijas del
terapeuta (origen étnico, sexo, disciplina profesional)
sobre los resultados de la terapia y concluyen que
ninguna de estas variables ejercen una fuerte
influencia en el carácter de la relación terapéutica o
en su impacto. (Beutler, L.E.; Mac Nabb, C ; 1989)
Los mismos autores sintetizan también un
importante número de investigaciones acerca del
papel de la credibilidad y la atracción del terapeuta y
concluyen a partir de estos estudios que: "La
investigación psicológica sugiere generalmente que
esos que se perciben expertos y que inspiran
confianza (es decir, los que tienen credibilidad)
producen una mayor influencia sobre la actitud y la
conducta, con sus posibles cambios, que los poco
expertos. (Aronson, turner, Carbmith, 1963; Bergin,
1962: Citados por Beutler, L.E.; Mac Nabb, C ;
1989)
Al estudiar las investigaciones acerca de la
atracción del terapeuta expresan: "Ai igual que la
credibilidad, la atracción interactúa de forma
compleja con aspectos de la similaridad
interpersonal." (Beutler, L.E.; Mac Nabb, C ; 1989)
Finalmente plantean: "Podemos concluir que tanto
la atracción como la credibilidad (que incluyen la
especialización y la confianza) son catálisis que si
no afectan el resultado directamente, precipitan las
condiciones que faciliten el logro de un objetivo
terapéutico."(Beutler, L.E.; Mac Nabb, C ; 1989)
Otros componentes de la credibilidad también son
estudiados por estos autores, ellos son: La
confianza y la especialización, que según refieren
pueden influir en la mejoría del paciente a lo largo
del tratamiento. (Barak, La Crosse, 1975: Citados
porBeutler, L.E.; Mac Nabb, C; 1989)
Los autores estudian además un gran número de
investigaciones dedicadas a la búsqueda de los
posibles efectos sobre los resultados de la
Psicoterapia de aquellas condiciones tales como: la
empatia, la aceptación y la consideración que ofrece
el terapeuta al paciente en el espacio de la terapia, y
encuentran que dichas investigaciones tienen
muchas críticas metodológicas e interpretativas en
su contra, al carecer estas variables, anteriormente
mencionadas, de confiabilidad, en tanto puede variar
de momento y de paciente. (Beutler, Johnson,
Neville, Workman, 1973: Gurman, 1973: Citados por
Beutler, L E.; Mac Nabb, CE.; 1989)
Un intento más integrador es el definido por Frank
en la década de los ochenta (Frank, J.D.; 1982:
Citado por Poch, J.; Talarn, A.; Castillo, J.A.;
Maestre, F.J.; 1991), que anteriormente analizamos
que no había marcado una tendencia en la década
de los años 60. El autor trabaja centrándose en la
aportación a la relación terapéutica de las
características personales de cada uno de los
integrantes de la relación: paciente/cliente y
terapeuta, y sistematiza elementos comunes a todas
las psicoterapias desde la perspectiva del paciente
algunos de los cuales enunciamos a continuación:
1. El paciente llega a la psicoterapia con una visión
distorsionada de sí mismo y de los otros.
2. Durante la terapia recibe una explicación que le
ayuda a ordenar sus experiencias y le proporciona
una perspectiva alterna de sí mismo y del mundo,
que le permite cambiar significativamente algún
aspecto de su vida, reforzado también por la
vivencia de nuevas experiencias emocionales
correctivas y por la observación de cómo su visión
distorsionada de él y de los otros se manifiesta en
sus experiencias cotidianas.
3. Al final del proceso psicoterapéutico, el paciente
ha aumentado su autocomprensión y presenta
menos conflictos relaciónales, lo que se traduce en
una disminución de los síntomas.
Desde la perspectiva del terapeuta:
1- El terapeuta es un "curador" que cuenta con
reconocimiento social, con credenciales que lo
legitiman para desempeñar esa función.
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2- Tiene un esquema racional a partir del cual ofrece
una explicación a los síntomas del paciente.
3- Durante el proceso terapéutico muestra una
actitud de comprensión y respeto hacia la paciente.
4- Refuerza los intentos del paciente cambiar,
manteniendo una postura de congruencia y
aceptación positiva incondicional.
Desde la relación los autores sintetizan:
1- La relación terapéutica consiste en una relación
interpersonal de ayuda y de carácter emocional
entre una persona con una problemática y un
experto.
2- El experto proporciona un contexto donde puede
producirse el cambio.
3- En este contexto se lleva a cabo un "ritual^ o
técnica), razonable y probablemente efectiva, que
implica la participación activa tanto del paciente
como del terapeuta, bajo la creencia de que ese es
el medio para restaurar la -salud del paciente.
(Sintetizado por Poch, J.; Talam, A.; Castillo, J.A.;
Maestre, F.J.; 1991)
Muchas críticas se le señalan a este enfoque, y al
parecer todas enfatizan en dificultades de carácter
meta-teórico o epistemológico: La no existencia de
un lenguaje común que permita a los terapeutas de
distintas orientaciones explicar lo que hacen, la
relación entre la teoría que sustenta a la práctica
terapéutica, las estrategias y las metas que
dependen de esas posiciones teóricas, la
concepción del ser humano que sustenta la
concepción del cambio que tiene el terapeuta y el
papel que asume dentro de la relación. Es decir, en
esencia, el problema se mueva ahora hacia el nivel
del cómo conocemos la realidad, desde el cual las
distintas concepciones teóricas pueden ser
analizadas en tanto: formas diferentes de conocer
una misma realidad.
LA INTEGRACIÓN COMO NECESIDAD
HISTÓRICA DEL DESARROLLO DE LA
PSICOLOGÍA COMO CIENCIA
Hemos regresado entonces al comienzo de
nuestro problema: la ciencia psicológica ha
acumulado un número considerable de datos desde
el nivel de la praxis, en el que ya se trabaja desde
un modelo integrador de conocimientos porque
ningún sistema teórico es válido por sí solo para
explicar y abordar, profesionalmente la complejidad
de nuestro objeto de estudio. ¿Será entonces el
tiempo de los cambios revolucionarios en el modo,
hasta ahora predominante, de conocer la realidad
compleja que estudiamos?: La Subjetividad.
¿Estarán dadas las condiciones necesarias para
este salto epistemológico? Los datos acumulados
son ya los suficientes para este cambio en el modo
de aproximamos a la realidad compleja que nuestra
ciencia intenta explicar?
Sólo el propio desarrollo de la ciencia puede decir
si ya es el tiempo; al respecto Vygotski (1991)
expresó: "De suerte que la unidad es lo que
determina el papel, el sentido y el significado de
cada dominio aislado, no sólo determina el contenido
de la ciencia, sino también la forma explicativa a
adoptar, el principio de generalización que con el
tiempo, a medida que evoluciona la ciencia, se
convertirá en su principio explicativo." (Vigotsky, L;
1991; p. 268). En su análisis, refiriéndose a la
necesidad de la integración en la ciencia añade:
"...este camino está predeterminado por la
necesidad objetiva de un principio
explicativo..."(Vigotsky, L.; 1991; p. 277)
Para que nos aproximemos también a la etapa de
la integración en la ciencia tiene que existir, a
nuestro juicio, por parte de la comunidad científica,
la comprensión acerca de esta necesidad histórica;
así como la intencionalidad, desde el ámbito
particular de trabajo en que el psicólogo desarrolla
su actividad científica, de contribuir a esta
aproximación, porque recordemos que "La ciencia
existe sólo en las personas."(Rogers, C; 1961)
En el campo de la Psicoterapia, un grupo de
autores, ya mencionados con anterioridad (Poch, J.;
Talam, A.; Castillo, J.A.; Maestre, F.J.; 1991) luego
de sistematizar diferentes posiciones integradoras,
proponen un marco integrador desde el paciente.
Los autores expresan que la concepción del
paciente respecto a su dolencia se expresa en
diferentes niveles, en relación a ello expresan: La
forma como el paciente concibe la realidad
constituye su nivel epistemológico y ésta
determinará la explicación que él le de a sus
problemas, esta explicación configura su nivel
teórico, el que a su vez tiene implicaciones en las
relaciones con quienes le rodean (nivel clínico). Ante
estas dificultades en las relaciones con su entorno el
paciente elaborará un plan de acción para resolver
su problemática (inscrito en su nivel estratégico) y
llevará a cabo un conjunto de acciones para
superarlas (su nivel técnico).
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La terapia es vista por estos autores como "una
interacción dialéctica entre los niveles del paciente y
del terapeuta..." (Poch, J.; Talam, A.; Castillo, J.A.;
Maestre, F.J.; 1991). Pero la intervención del
terapeuta siempre parte, a juicio de estos autores
del nivel estratégico-técnico, para dirigirse a
cualesquiera de los niveles del paciente. Lo que
nosotros consideraríamos una concepción
integradora de la subjetividad, que se configura en
diferentes niveles de estructuración de lo psíquico,
para ellos consiste en una concepción holística de la
persona que defiende que los problemas que se le
plantean al paciente se reflejarán simultáneamente
en sus distintos niveles de conocimiento de la
realidad, al margen de la conciencia que de ella
tenga y del nivel concreto en el que se centre su
demanda. "El trabajo terapéutico se insertará en un
nivel específico que coincidirá en un primer
momento con aquel en que se ha planteado la
demanda por parte del paciente, aunque no tienen
que limitarse a ese nivel sino que se integrarán en el
sistema del paciente concebido éste como una
organización jerárquica estructural." (Harter, 1990;
Rosenzweig, 1936; Ryle, 1982; Villegas, 1990:
Citados por Poch, J.; Talam, A.; Castillo J.A.;
Maestre, F.J.; 1991)
Los autores concluyen que hay dos líneas
fundamentales para la integración: Una centrada en
la práctica, que es la de los factores comunes y una
centrada en el nivel Metateórico o de la construcción
del conocimiento.
A nuestro modo de ver este problema, sólo es
posible una relación dialéctica entre los niveles del
paciente y los niveles del terapeuta, sin que el
terapeuta renuncie a su responsabilidad de proponer
un tipo de relación que redunde en el beneficio del
paciente y en el aumento de su bienestar subjetivo,
si el terapeuta tiene una claridad conceptual acerca
de sus propios niveles explicativos: acerca de la
concepción del desarrollo desde la que trabaja,
acerca de la concepción que tiene respecto a las
desviaciones del mismo, así como de su propia
inserción personal en el proceso de desarrollo de la
persona con la que interactúa.
La Psicoterapia como esfera aplicada está
demandando de la Psicología General la elaboración
de leyes y principios explicativos más generales de
su objeto de estudio. Necesita de una concepción
integradora acerca de lo psíquico, del lugar de los
determinantes en su formación, así como una
concepción acerca del modo de su conocimiento.
 Este conocimiento excede los límites de la
Psicoterapia como esfera aplicada, correspondiendo
a la ciencia general; pero la práctica no puede
esperar a que se desarrolle lo más completamente
posible la Psicología como ciencia, por el contrario,
el contacto con la práctica obliga a la Psicología a
reestructurar sus principios para responder a las
exigencias de la misma. A expresión de Vygotski
(1991): "...la práctica plantea las tareas y es el juez
supremo de la teoría, el criterio de verdad; dicta
cómo construir los conceptos y cómo formular las
leyes." (Vygotski, L; 1991'p. 356). La práctica no
puede esperar por el ideal de desarrollo de la ciencia
al que aspiramos porque: "La vida necesita de la
psicología y de su práctica y a consecuencia de ese
contacto con la vida es de esperar un auge en la
psicología."(Vygotski, L..; 1991; p. 359)
Estamos en condiciones de responder ahora a
nuestra interrogante: ¿Es pertinente un enfoque
integrativo en Psicoterapia? La respuesta sería: es
necesario, y esta necesidad se está expresando en
el momento presente del desarrollo de la
Psicoterapia como esfera aplicada de la Psicología.
Surge como un emergente de la práctica de la
Psicoterapia, para dar respuesta a las demandas
que enfrenta. El ideal de la ciencia para la
Intervención Psicológica sería el desarrollo de un
modelo integrador del cambio, desde la disciplina
general; pero sólo el principio de la práctica es
fuerza motriz de este desarrollo y expresará cuándo
están creadas las condiciones para ello. El
momento escapa de las voluntades particulares de
los hombres (los científicos), anque serán los
hombres sus principales protagonistas.
CONCLUSIONES
• La Psicología necesita de una concepción
integradora del desarrollo psíquico que permita
una mejor comprensión acerca del lugar de sus
determinantes y de las leyes del desarrollo
desviado.
• La Psicoterapia como esfera aplicada, está
demandando de la ciencia general una
concepción integradora acerca del cambio y del
papel del "otro" en el cambio.
• La Ciencia Psicológica y su hacer profesional
necesitan de una concepción filosófica del
hombre, más abarcadora y desde la perspectiva
humanista-existencial.
Como condiciones necesarias para: que se
produzca el "salto" hacia una verdadera integración
en Psicoterapia.

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