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EFESIOS 3

¡Yeey! Que feliz amanecí al comprender lo que hemos aprendido hasta hoy, ayer
en la noche me puse a meditar en ello, no se imaginan cuanta paz inundó mi
corazón. ¿A ti también te paso lo mismo? No me cabe duda que sí.
 
Ahora sí, iniciemos con la guía de hoy.
Pablo en el versículo 6 de este capítulo, nos damos cuenta que comienza
enumerando beneficios que ahora disfrutamos al ser parte de la familia de Dios,
los cuales son:
Gozamos de la herencia de Dios
Formamos parte del mismo cuerpo, y
Disfrutamos de sus promesas
 
Se acuerdan que ayer estudiamos como Dios nos acercó a él, ahora el autor de
esta carta esta mencionando los beneficios que nos dio ahora, al tener acceso al
Padre.
Entre la más importante herencia que nos dio Dios, es nuestra salvación, también,
nos hizo parte de su familia, de su linaje escogido, por ello ahora somos linaje
escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que
proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz
admirable. (1 Pedro 2:9)
Además, nos hizo disfrutar de sus promesas, y ¡cuales son estas?
Nos dio su paz, su cuidado, nos prometió nunca dejarnos, nos prometió
bendición, proveernos en nuestras necesidades y mucho más.
Todas estas promesas nos hacen vivir confiadas, sin temor al mañana, porque
tenemos la certeza que él las cumple.
 
Continuando con la lectura de hoy, nos hemos dado cuenta que Pablo, en el v.1 y
13 menciona que está preso y le pide a la iglesia que no se preocupe por su
sufrimiento.
Como ya hemos visto desde los primeros versículos de la carta, él se mantiene en
oración y alaba a Dios, lo cual nos da una gran perspectiva de la confianza segura
que él tenía en la soberanía y poder de Dios.
 
Muchas veces cuando nosotros pasamos problemas o circunstancias que nos
afectan, no tomamos la actitud adecuada, y le pedimos a Dios que nos quite esa
circunstancia negativa de nuestra vida, sino no podremos estar satisfechas, sin
embargo, es necesario comprender que muchas veces Dios permite ciertas
vicisitudes en nuestra vida para enseñarnos, y para demostrarnos que aun ahí
Dios sigue en control.
Por ello si la circunstancia no cambia, CAMBIA TU ACTITUD hacia ella, cambia la
queja por gratitud, la tristeza por alegría, y el lloro por alabanza a Dios.
Te darás cuenta que todo a tu alrededor mejorará.
Ella dice no al enemigo construyendo diariamente una relación con él. Es aquella
que vive de acuerdo a la palabra de Dios, y pide que Dios la ayude a parecerse más
a él, en carácter, pensamiento, comportamiento y palabra, para poder así venir a
ser reflejo de la bondad de Jesús a los demás. Por eso, hoy estamos aquí, para
trabajar contigo y motivarte a construir una relación diaria con Dios, para que así
descubras el propósito para el cual fuiste diseñada, lo cual te va a permitir
disfrutar cada día de tu vida, y lo más importante, es que alegraras el corazón de
Dios. Por ello cuando tengamos un problema, pidámosle a Dios que nos ayude a
resolverlo según su voluntad, y que en el proceso nos ayude a cambiar nuestro
corazón y perspectiva.
 
Ahora, siguiendo con la segunda parte de este capítulo, nos encontramos, ante un
versículo que comienza con la frase: Por esta razón… (v.14)
¿De qué estaba hablando aquí? Pues, haciendo un recuento de los versículos
anteriores, Pablo pedía a los efesios que no se desamine al pensar que él está
sufriendo, por ello él nos dice en el pasaje de hoy, que se acerca en oración a Dios
pidiendo que sean fortalecidos por medio del espíritu, en lo íntimo de su ser para
Cristo habite en sus corazones.
 
¿Alguna vez nos hemos sentido tan desanimados o preocupados por algo que
nuestro familiar o amigo cercano está pasando? Yo creo que sí, pero ahora,
tenemos un ejemplo de cuál debe ser nuestra actitud a tomar
de acuerdo a ello, y es:
Llevar todas nuestras cargas y preocupaciones en oración, arrodillándonos en la
roca sólida que es Cristo, para que nos fortalezca y nos anime con su espíritu
Santo, y more la paz de Dios en nuestros corazones.
 
Ahora, según v.17, El amor, es el suelo en el cual debemos hundir nuestras raíces,
ahí debemos cimentarnos y arraigarnos, ya que solo así nos mantendremos
unidos y fuertes, para poder comprender cuan ancho, largo, alto y profundo es el
amor de Cristo.
¡Qué increíble! Oír estas palabras me hacen suspirar de alegría.
Lean una vez más el v.19 y 20. Nuestro padre quiere que conozcamos ese amor
que sobrepasa todo entendimiento para poder ser llenas de su plenitud. ¡Yo
quiero eso! Y ¿cómo podemos lograrlo? Arraigándonos en el amor, cimentando
todas nuestras acciones en amor, es decir, nuestro pensar, hablar, y
comportamiento, debe estar enraizado en Dios, porque Dios es amor. (1 Juan 4:8)

Que grato es saber, y poder ver descrita una vez más el poder de Dios en esta
carta. Cristo es aquel que puede hacer muchísimo más de todo lo que nosotros
podamos imaginar o pedir. ¡Cuán grande es Dios! Y sus propósitos para con
nosotros son perfectos, más altos de los que nosotros podemos imaginar, por ello,
podemos confiar en Dios, teniendo la certeza que sus planes son mucho mejor
que los nuestros. Él tiene grandes cosas preparadas para ti, solo déjate usar por él.

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