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Civilización caral
Datos
Índice
1Ubicación geográfica
2Cronología
3Características generales
4Descubrimiento
5El Área Norcentral Peruana, territorio formativo de la civilización andina
6Caral, cuna de la civilización andina
7Manifestaciones culturales
o 7.1Organización económica
7.1.1Pesca
7.1.2Agricultura
7.1.3Comercio
o 7.2Organización Política
o 7.3Organización Social
o 7.4Arte
7.4.1Arquitectura
7.4.2Escultura
7.4.3Música
7.4.4Ornamentación personal
o 7.5Ciencia
7.5.1Matemática
7.5.2Astronomía
7.5.3Sistema de registro (quipus)
7.5.4Medicina
o 7.6Tecnología
7.6.1Tecnología constructiva
7.6.2Tecnología agrícola
7.6.3Tecnología textil
o 7.7Religión
8Fin de Caral
9Véase también
10Notas y referencias
11Bibliografía
12Enlaces externos
Ubicación geográfica[editar]
El área de desarrollo e influencia de la civilización caral, llamada área norcentral
peruana, es de 400 por 300 km, y comprende los valles de la costa
(Santa, Nepeña, Sechín,
Culebras, Huarmey, Fortaleza, Pativilca, Supe, Huaura, Chancay y Chillón), los
callejones serranos de Huaylas y Conchucos junto con el altiplano de Junín, y las
cuencas de los ríos Marañón, Huallaga y las cabeceras del Ucayali en la selva.
En toda esta área destaca claramente el valle de Supe, ubicado en la provincia de
Barranca, departamento de Lima, donde en apenas 40 kilómetros desde el mar, se
han identificado 20 asentamientos de esta civilización, 1 cuyas extensiones van de
0,16 hectáreas hasta casi 80 hectáreas.2 Ocho de ellos son los de mayor tamaño,
entre los que destaca nítidamente por su complejidad la ciudad sagrada de Caral,
de la que deriva el nombre de la cultura. Fue, sin duda, la capital de la región. Los
otros asentamientos con construcciones monumentales son Pueblo Nuevo, Cerro
Colorado, Allpacoto y Llapta (en la margen derecha del Supe); y Lurihuasi, Miraya
y Chupacigarro (en la margen izquierda).3 En el litoral cercano a la
desembocadura del Supe destaca Áspero, que fue según todos los indicios la
ciudad pesquera de Caral.4
Hasta antes del descubrimiento de esta cultura, ya se conocía la existencia de
diversos asentamientos precerámicos a lo largo de esa área norcentral peruana, a
partir de los cuales se había planteado la existencia de organizaciones sociales de
nivel jefatural. Destacan los de La Galgada, en el callejón de los Conchucos,
Piruro en el Marañón, Huaricoto en el callejón de Huaylas, Kotosh en el
Huallaga, Las Haldas en Casma, Los Gavilanes en Huarmey, Áspero en
Supe, Bandurria y Río Seco en Huaura y El Paraíso en el Chillón.
Cronología[editar]
En la cronología arqueológica, la civilización caral corresponde al
denominado Arcaico Tardío (antes Precerámico Tardío), llegando hasta
el Formativo Inferior, aproximadamente de 3000 a 1800 a. C.5
Esa antigüedad se ha confirmado a través de múltiples fechados radio
carbónicos realizados en los Estados Unidos.6
El hallazgo de Caral cambió así los esquemas que hasta entonces se tenían sobre
el surgimiento de las antiguas civilizaciones en el Perú y la América en general.
Anteriormente se consideraba a Chavín de Huántar como el foco cultural de más
vieja data en el Perú, con un máximo de 3200 años de antigüedad (1200 a. C.).7
Características generales[editar]
Aunque en lugares como Valdivia, en Ecuador, se producía cerámica desde 4000
a. C., en Caral no se utilizó; de allí viene la denominación de precerámica, aunque
la doctora Ruth Shady, su descubridora, prefiere hablar de acerámica (sin
cerámica), pues al disponer los antiguos pobladores de Caral de una gran
cantidad de mates (cucurbitáceas) que usaban como recipientes, no necesitaban
de la alfarería.8
El logro más impactante de esta primera civilización fue la construcción de
extensas ciudades, con edificios monumentales, construidos de una manera muy
ingeniosa con piedra, barro y materiales vegetales, en cestos tejidos y cerrados
con dimensiones y pesos muy variados (shicras) pero bastante homogéneos para
facilitar las labores de acuerdo a la fortaleza física de sus albañiles y
constructores. Las formas predominantes son las pirámides escalonadas, las
plazas circulares o semicirculares hundidas en los frentes, con escaleras que
daban acceso a la cima, donde se observan habitaciones y espacios para rituales
y ceremoniales.91011
La evidencia arqueológica muestra también una significativa producción agrícola
de algodón para redes de pesca y prendas tejidas en técnica torzal, 12 así como
muy sofisticadas expresiones de arte musical en la confección de flautas con
figuras incisas de animales míticos que sugieren un carácter religioso. 13
Las diferencias de tamaño entre los asentamientos y sus edificios evidencian
jerarquía entre las poblaciones que los ocuparon, e incluso la existencia de una
organización política que hizo posible su construcción.
Descubrimiento[editar]
Los caralinos desarrollaron la actividad cinegética. En la imagen, vértebras de ballena azul usadas como
asientos.
Se ha planteado sobre Caral, que fue sede de una comunidad formada por varios
linajes y dirigida por los jefes o representantes de dichos linajes en donde uno de
ellos sería el Curaca principal y los otros sus contrapartes. Los Curacas de estos
linajes conducirían y organizarían la vida de los habitantes de las diversas
ciudades y pueblos contemporáneos a Caral como Áspero, Allpacoto, Miraya,
Kotosh y La Galgada entre otros. Todos ellos compartían una misma tradición y
formaron una amplia y bien organizada red de reciprocidad e intercambio. Caral
debió ser la cabeza de toda esta red.25
El factor de integración social y cultural que mantuvo unidos a los habitantes del
valle Caral-Supe ha de haber sido la religión, que quizá se utilizó como un medio
de cohesión y coerción. La religión en esa época fue la política del Estado para el
control de la población, de la producción de bienes y su circulación. Ello está
representado en los grandes monumentos de carácter religioso (las pirámides) con
sus plazas, atrios y altares del fuego sagrado en donde se llevaron a cabo las
diferentes festividades del calendario ceremonial, símbolo de su identidad cultural.
Las periódicas reuniones y actividades conjuntas como la renovación de las
pirámides permitían el reconocimiento del poder y fortalecían la identidad cultural.
Sin embargo, ello ha de haber gravitado de una manera no menos significativa en
la generación de lo que podríamos denominar una civilización de paz pues no se
observan ni se han encontrado armas ofensivas ni estructuras defensivas. En
cambio, parecería ser que el arte y el comercio fueron utilizados de manera
pródiga para mantener la producción económica de una manera activa y efectiva. 26
Todo lo anteriormente expuesto serviría de base para la ulterior civilización andina
en el caso de Wari, así como en los Quechuas del Cuzco, y están presentes en
Caral como los exponentes más antiguos de las principales instituciones peruanas
de la época prehispánica, tales como la reciprocidad (sistema de intercambio y
circulación de bienes y servicios), el calendario ceremonial (ligado a la producción,
el cultivo y la pesca) o la construcción y renovación de los templos e
infraestructura comunal, entre las más destacadas.
Manifestaciones culturales[editar]
Organización económica[editar]
La sociedad de Caral formaba parte de una red de sitios que se extendían y
articulaban a lo largo de la cuenca del río Supe. En esta red había asentamientos
costeros y otros ubicados en zonas más altas (sierra); entre todos ellos se dio un
intercambio de productos (comercio de trueque), siendo la Ciudad de Caral
evidentemente el centro de toda esa red. 27 Visto así, se vislumbra la importancia
que alcanzó la especialización, es decir, la aparición de grupos especializados en
determinadas actividades económicas.28
Pesca[editar]
La extracción de productos marinos (pescado y mariscos) fue la principal
proveedora de proteínas. Se desarrolló principalmente en la localidad costera
de Áspero, desde donde se repartía el producto marino hacia todos los
asentamientos del valle. Eran muy buenos pescadores y pescaban anchoveta.
Agricultura[editar]
Los hombres de Caral desarrollaron una agricultura intensiva en el valle de Supe.
Emplearon herramientas sencillas como palos y astas para cavar. Construyeron
también canales de riego muy simples que llevaban el agua del río hacia los
campos de cultivo. Las plantas alimenticias que cultivaron fueron: mate o
calabaza, achira, pacae, pajuro, maní, ají, guayaba, lúcuma, papa, pallar, camote,
frijol, palta y maíz. Y de especial importancia fue el cultivo del algodón, cuya fibra
aprovecharon en gran escala.29
Comercio[editar]
Los pobladores intercambiaban su producto mediante el trueque: los del litoral,
brindaban sus productos extraídos del mar (pescado y mariscos), los de los valles
costeños, algodón y frutas, y los de las zonas altas, sus productos agrícolas
(cultivos alimenticios) y de pastoreo (camélidos). El centro de toda esa red era
indudablemente la Ciudad Sagrada de Caral.
Es también evidente que dicha red se prolongó a lugares más lejanos, pues en la
zona de Caral-Supe se han hallado productos de la sierra (palos de lloque, plumas
de cóndor), la selva (congompe, pieles de primates, plumas de aves) y la costa
ecuatorial (spondylus). No solo intercambiaron productos materiales sino también
conocimientos y elementos culturales.30
Organización Política[editar]
Cada asentamiento estaría representado por una autoridad o curaca, además de
los principales de sus ayllus o grupos de familias; lo que constituiría el germen de
una forma gobierno que habría de prolongarse milenariamente en todas las
sociedades andinas. La clase dirigente se conformaba con recibir la tributación de
los habitantes, tanto en bienes como en prestación de servicios. 31