Nuestro planeta en toda su extensión, atraviesa una crisis climática, el calentamiento global de la tierra, producto de la deforestación, la contaminación, la sobreexplotación de los recursos, la quema, las altas temperaturas, la escasez del agua, de los alimentos, en fin el deterioro provocado por el hombre, ha traído consecuencias nefastas y ha alterado drásticamente la vida en el mundo. Por ello, hoy debemos visionar la tierra que queremos, comprometiéndonos para no enfermar mas a nuestra madre tierra; por el contrario debemos reflexionar con prontitud y consciencia de mejorar, cuidar, reparar, respetar, proteger y restaurar sus ciclos vitales, de auxiliar para que sane, para que continúe aumentando la vida que en ella se alberga y se reproduce.
En vista de este panorama y esta radiografía, nosotros los humanos
debemos contribuir a restablecer el equilibrio natural de nuestro ecosistema, debemos elevar los niveles de consciencia , para comenzar a cambiar de actitud y respetar el entorno donde vivimos, como expresa Fraga (2020), hay que repensar el modo de interactuar con la naturaleza, dejar las cosas mejor de cómo estaban o de cómo las encontramos, estilo de vida que nos favorece a todos, a los que estamos y a las próximas generaciones, brindándoles la oportunidad de disfrutar un planeta con condiciones optimas de vida.
El mundo vive un momento histórico con la llegada del coronavirus, que
viene a empeorar la situación, generando condiciones adversas con graves efectos, con un impacto global económico sin precedentes, que pone en riesgo los avances de desarrollo. ¿Entonces qué hacemos? , ante este fenómeno, dejar la inconsciencia a un lado, y tomar la consciencia de enfrentar con madurez para aprehender o reaprender, para convivir con el dolor y la incertidumbre, para planificar las acciones que minimicen los riesgos a lo que estamos sometidos, porque el mundo exige un nuevo orden económico, político, social, familiar, cultural, afectivo, institucional, organizacional; alertas a cualquier cambio y dispuestos al permanente cambio, para ir al ritmo de los hechos que nos permitan ordenar las ideas y tener la actitud apropiada para emprender este nuevo camino de vida en todos los aspectos, pero conscientemente de que nuestras acciones y decisiones positivos contribuirán a mejorar nuestra calidad de vida y del mundo, de la mano orientadora de Dios que estará siempre a nuestro lado.
Atendiendo el discurso de Fraga (2020), puntualiza que la “Noción Ecológica,
tiene que ver con el estudio de la casa y la casa tiene que ver con ese hábitat de profundo equilibrio, entendiendo que no se está solo, que pertenecemos a un grupo de personas y a un grupo de elementos vivos que dependen de nuestras acciones”. Definición que nos invita a reflexionar sobre el compromiso y responsabilidad individual y colectiva para lograr el mejoramiento de la situación global para enaltecer, evolucionar y transcender en la consciencia social, que redundan en cambios culturales fundamentales para transformar las sociedades que contribuyen al desarrollo. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Fraga C; Ser consciente, Cápsula 88, (2020),
https://www.youtube.com/watch?v=Btd5wdv7CY0 Domínguez A y Yáñez J; “El Inconsciente: Una Mirada sobre su Historia y sus Retos Actuales” Universidad Nacional de Colombia, Colombia (2011).