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II COLOQUIO INTERNACIONAL DE JÓVENES

INVESTIGADORES DE LITERATURA
HISPANOAMERICANA
“ESCRIBIR LA FRONTERA: ITINERANCIAS Y
SUJETOS ERRANTES EN LA LITERATURA
HISPANOAMERICANA”

UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID


24 Y 25 DE ABRIL DE 2014

1
Paul BAUDRY (baudry@hotmail.com)
UNIVERSITÉ PARIS-SORBONNE
(Breve) historia del margen en Julio Ramón Ribeyro.

De espaldas a las exigencias del género-éxito de la modernidad, la novela del boom


latinoamericano, sintiendo una afinidad atemporalidad por los clásicos franceses y en
particular decimonónicos, se sabe que el peruano Julio Ramón Ribeyro (1929-1994) ha
sido ampliamente excluido del canon contemporáneo. Su presencia en las antologías e
historias literarias, antes invisible, ha sido el fruto de un gesto de militancia crítica por
parte de estudiosos americanos y europeos que se han esforzado por extraerlo de ese
margen ora voluntario ora involuntario para darle cabida en las preocupaciones
centrales de la postmodernidad. Opacado por la figura tutelar de Mario Vargas Llosa y
por su timidez proverbial, Ribeyro supo hacer del margen y por consiguiente de la
frontera una morada: literariamente dentro del Perú e históricamente fuera,
ninguneado por la crítica latinoamericana pero altamente visible en los manuales
escolares de su país, cultor de la pureza del cuento pero defensor de la heterodoxia
genérica en Prosas apátridas (1975), nuestro autor estuvo confrontado desde siempre
a un in-between socioliterario y estético. Sin embargo, consideramos que la relación
entre la marginalidad del autor y la marginalidad como tema de escritura ha sido
superficialmente evocada puesto que no ha desembocado en una (breve) historia del
concepto de margen que permita pensarlo como un paradigma transversal y
operatorio a la hora de evaluar el conjunto −aquí inseparable− de vida y obra en
Ribeyro. En efecto, ¿cuál es la rentabilidad literaria del margen o, dicho de otra
manera, por qué se vive y escribe mejor al filo de la navaja? ¿Y de qué manera Ribeyro
revierte el proceso de su marginalización histórica para convertirlo en un capital
semántico para la construcción de su obra? Del hecho marginal (es excluido del boom
por factores circunstanciales) a la marginalidad como proyecto (renuncia
progresivamente al exitismo y a la novolatría), Ribeyro transforma la frontera en una
marca de autor, en un biografema. En ese sentido, nuestra ponencia plantea tres ejes
complementarios que articulan, primero, un inventario de las metáforas críticas que
han sido utilizadas para explicar-por-la-imagen la exclusión de Ribeyro del canon del
boom y que revelan tanto su posicionamiento fronterizo como los esfuerzos
académicos por valorizarlo; segundo, un análisis del giro estético e ideológico que
Ribeyro opera tras la toma de conciencia de este relegamiento para convertirlo en
signo de una identidad propia o “escritura diferencial” (Garbatzsky) en el campo
literario latinoamericano de la segunda mitad del siglo XX; y tercero, la correlación de
los dos puntos anteriores con la plasmación de figuraciones de la marginalidad que
ficcionalizan la problemática de un canon excluyente en la diégesis ribeyriana.

Paul Baudry es profesor doctorando en la Universidad de la Sorbona. Reside actualmente en París donde
ejerció también como periodista y traductor. Es autor de varios artículos de crítica literaria publicados
en Francia, Perú, Holanda y Estados Unidos sobre literatura latinoamericana y en particular sobre Julio
Ramón Ribeyro (1929-1994). Actualmente, su investigación doctoral está abocada a reconstruir el
discurso normativo de Ribeyro e indagar en el problema de la modernidad a través de sus ensayos,
diarios, entrevistas y correspondencia.

2
Carlos BELLO (unidentificated.user@gmail.com)
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID
Libertinaje y desborde: el exilio interior de Mario Levrero.

Dentro del marco de contorno de represión y censura impuesto por la dictadura


uruguaya (1973- 1985), la producción de Mario Levrero vivió su particular punto de
fuga. Su autodenominada “trilogía involuntaria” –conformada por La ciudad, El lugar y
París (escritas entre 1966 y 1970)– daba paso en 1973 a la escritura de Caza de conejos
y de Nick Carter se divierte mientras el lector es asesinado y yo agonizo, textos que,
considero, orillan su línea de filiación –desde la tradición kafkiana– hacia la literatura
del absurdo.
Hermosamente raro, grotescamente bello y filiado con aquella tradición de la
ruptura de la tradición de la ruptura, Caza de conejos es humor dando saltos, grieta de
fuga lógica que, trozada la frontera entre lo real y lo onírico, se va girando
argumentalmente en espiral para impedir el avance. Así, la historia se dice y se
desdice, los episodios se espejean y contraponen, y el narrador nos sitúa en un bosque
arquetípicamente europeo en el que conejos y guardabosques y cazadores juegan una
narración, entrañable y helada, en la que todos buscan a su otro para matarlo y en la
que, en su retorno fractal, las víctimas pasan a ser victimarios para pasar a ser víctimas
para pasar a ser victimarios.
Concebida, en cambio, como excéntrico regocijo imaginativo, atravesada por
recurrentes pasajes oníricos pornográfico-sadistas y presentada como una disparatada
parodia de la literatura pulp, Nick Carter… se carcajea de las convenciones narrativas,
subvierte géneros populares y dinamita la verosimilitud. Firmada no como Mario
Levrero sino como Jorge Varlotta (como es bien sabido, el nombre completo del autor
era Jorge Mario Varlotta Levrero), Nick Carter… funciona como una novela de narrador
esquizoide, dividido entre el uso de la primera y de la tercera persona que también se
dirige a sí mismo e interpela, en clave existencialista, al lector.
Valiéndose de la cuestión planteada por Fernando Aínsa, “hasta dónde la
marginación es una vocación deliberadamente asumida o es el resultado de un sistema
que expulsa hacia sus bordes, (…) expulsión que ha sido flagrante en el período de la
dictadura que viviera Uruguay” (Aínsa, 2002: 132), la ponencia girará sobre la
producción circunscrita al momento de la irrupción dictatorial por parte de un
narrador al que, en palabras de Jesús Montoya Juárez, “la dictadura agravó y cronificó
muchas de sus fobias y sus miedos” (Montoya Juárez, 2013: 47).

Carlos Bello es alumno del Máster en Literatura Hispanoamericana 2013/14 de la Universidad


Complutense, además de Licenciado en Periodismo (Universidad Carlos III, Madrid) y Máster en
Creación Literaria (Universitat Pompeu Fabra, Barcelona). Ha desarrollado su profesión periodística en el
diario económico Cinco Días (2007-2008) y El País (2008-2011). Recientemente ha visto publicada su
primera novela (Al final muere. VI Premio La Nunca, Ediciones Oblicuas, 2013).

3
Fernanda Elisa BRAVO HERRERA (fernandabravoherrera@conicet.gov.ar)
UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA / CONICET
Narrar la memoria y los exilios. Viaje e inmigración en Mar de olvido de Rubén
Tizziani.

El objetivo de este trabajo es analizar en la novela Mar de olvido (Emecé, 1992) del
argentino Rubén Tizziani las narraciones, tensionadas entre la memoria y el olvido, del
viaje de inmigración de una familia de italianos a la Argentina y, a partir de ese relato
polifónico, obliterado, en elipsis y metonímico, rearmar no solo la historia de la
inmigración familiar que interesa a tres generaciones de la misma, sino también el
proceso de formación identitaria que incide en cada uno de los sujetos que narran y las
diversas representaciones y configuraciones del “viaje” por la memoria y el olvido. En
esta novela, el viaje, en sus movimientos pendulares y con una valencia colectiva,
comprende desplazamientos y recorridos por una memoria fragmentada y en tensión
dialógica con el olvido. Los verdaderos sujetos y protagonistas de esta novela
metatextual son, entonces, las varias y contradictorias narraciones del horizonte del
viaje, fundamentalmente discursivo, tendiente a reformular una historia que permita
definir una identidad deshilachada en los múltiples exilios y desplazamientos. El
desarraigo conforma el núcleo complejo que activa y modeliza la narración, declinada,
no obstante el imperativo de la memoria, en la tensión del olvido “implacable” que,
como la memoria y el mismo ejercicio narrativo, posee una función semiótica e
interpretativa de los signos y de la misma palabra, ordenando el caos de la existencia y
el transcurrir del tiempo y los espacios. El discurso narrativo del viaje se vuelve sujeto y
la inmigración deviene pre-texto de indagación identitaria que evidencia el proceso de
configuración y construcción a partir del relato y de la misma narración. El viaje se
conforma como un peregrinaje especular y circular, marcado por las tensiones
fundacionales y definitorias de la partida, el desarraigo, los múltiples exilios, el
imposible regreso. La narración del mismo, con sus variadas facetas, abre posibilidades
de reflexión metatextual y metanarrativas que proponen un viaje por el mismo hacer-
literario.

Investigadora del CONICET (Argentina). Licenciada en Letras por la Universidad Nacional de Salta.
Magister en Conservación y Gestión de Bienes Culturales, Magister Científico Cultural de II Nivel en
Literatura Comparada y Traducción del Texto Literario y Doctora en Literatura Comparada y Traducción
de Textos Literarios por la Universidad de Siena.

4
Elisa CAIRATI (cairati.elisa@gmail.com)
UNIVERSITÀ DEGLI STUDI DI MILANO
Más allá de la frontera: la literatura peruana de la migración.

Gunter Silva Passuni (Chanchamayo, 1976) y Daniel Alarcón (Lima, 1977) comparten la
misma condición de escritores de nacionalidad peruana y papeles anglosajones. Dos
jóvenes autores, que actualmente residen, respectivamente, en el Reino Unido y en
Estados Unidos, cuya obra se caracteriza por la incursión en la complejidad del sujeto
migrante a través del cuento, configurado como recurso para una caleidoscópica
refracción de las múltiples facetas del mismo migrante y de la experiencia migratoria
en sí.
En sus colecciones de cuentos, respectivamente Crónicas de Londres (Atalaya
Editores, Lima, 2012) y War by Candlelight: Stories (New York, HarperCollins, 2005),
Silva Passuni y Alarcón enfocan esta subjetividad de frontera, y desde la frontera, en su
doble estatuto epistemológico: lo de emigrado y lo de inmigrado. Esta doble dinámica
es el centro de los estudios de Sayad Abdelmalek (La doppia assenza. Dalle illusioni
dell'emigrato alle sofferenze dell'immigrato, Raffaello Cortina Editore, Milano, 2002)
quien codifica este desdoblamiento del sujeto migrante precisamente como paradigma
de una doble ausencia: ausencia y recuerdo cristalizado en la tierra natal, y ausencia e
invisibilidad, tanto social como política, en la nueva patria adoptiva. La "experiencia
transmigráfica" (Daniel Mesa Gancedo, Novísima relación. Narrativa Amerispánica
actual. Edtudio, selección y materiales complementarios, Letra Última, Zaragoza, 2012)
es decir el proceso de subjectivización, reelaboración y reescritura de la experiencia
migratoria, se configura por lo tanto como única posibilidad de ubiquidad y
recomposición cultural de un sujeto en tránsito, irreparablemente subalterno y
caracterizado por una "síntesis no dialéctica de su identidad" (Antonio Cornejo Polar,
"Una heterogeneidad no dialéctica: sujeto y discursos migrantes en el Perú moderno",
Revista Iberoamericana, Vol. LXII, N. 176-177, Julio-Diciembre 1996, pp. 837-844).
El objetivo del trabajo que proponemos es, por lo tanto, establecer una serie de
correspondencias entre los cuentos de las arriba mencionadas colecciones de Gunter
Silva Passuni y Daniel Alarcón. A partir del paradigma de la doble ausencia establecido
por Sayad, el análisis se propone indagar las huellas de esta dinámica, entre sofocantes
ausencias e irrealizadas presencias, en su representación literaria. Asimismo, se
reflexionará acerca de tres aspectos importantes en la economía textual de la
literatura de la frontera en el amplio panorama de la literatura latinoamericana
contemporánea, y específicamente peruana: el problema de la lengua, el recurso del
género del cuento, y la ficcionalización de la experiencia migratoria como narrativa
auto-ficcional. Finalmente, el estudio pretende demonstrar como la literatura permita
sobrepasar la frontera, física, cultural, geográfica o ideológica, creando un espacio de
intercambio, destinado a la reformulación de las cuestiones identitarias. Así, aunque el
sujeto migrante no logre solucionar su condición dialéctica y errática, la literatura sí
posibilita la conexión entre sus experiencias esquizofrénicas y bifrontes, generando
nuevas cartografías literarias y nuevas literaturas "posautonomas" (Josefina Ludmer,
Aquí América latina. Una especulación, Eterna Cadencia, Buenos Aires, 2010).

Elisa Cairati es doctoranda en Lenguas, Literaturas y Culturas Extranjeras por la Università degli Studi di
Milano, donde está realizando su tesis doctoral centrada en el fenómeno híbrido del periodismo
narrativo en Perú. Se ocupa de literatura hispanoamericana y en particular de aspectos literarios,

5
culturales y antropológicos relativos a Perú. Ha participado en congresos académicos nacionales e
internacionales y conferencias en Europa y América Latina y ha publicado varios artículos, trabajos,
reseñas y entrevistas en revistas y publicaciones académicas sobre los temas relativos a sus líneas de
investigación. Forma parte del comité editorial de las revistas Altre Modernità, revista de estudios
literarios y culturales, y Tintas, cuadernos de estudios ibéricos e iberoamericanos, de la Università degli
Studi di Milano. Es miembro de la Asociación Italiana de Estudios Iberoamericanos AISI y de la
Asociación de Jóvenes Investigadores de la Literatura Hispánica ALEPH.

6
María Valeria CANELAS JAIME (valeriacanelas@gmail.com)
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID
El viaje al mar en Felipe Delgado de Jaime Saenz: una peregrinación al territorio
perdido.

Dentro de la producción literaria del escritor boliviano Jaime Saenz (1921-1986), su


novela Felipe Delgado (1979) constituye una pieza clave. Por otra parte, la importancia
de ésta dentro de la literatura boliviana es innegable. En este sentido, podemos
señalar que recientemente ha sido elegida como una de las quince novelas
fundamentales en la literatura de este país. A grandes rasgos, la novela relata los
acontecimientos en la vida de Felipe Delgado desde la muerte de su padre hasta la
desaparición –o muerte, según se vea– del propio protagonista. Esta ponencia se
centrará en uno de los episodios clave de la narración que involucra los ejes temáticos
del viaje y del exilio. En éste el protagonista viaja desde La Paz hasta Antofagasta
(Chile) para conocer el Océano Pacífico. Una vez en la ciudad chilena, Delgado
atraviesa profundos cuestionamientos sobre la patria y sobre el ser mismo. Estos
confluyen en un episodio de delirium tremens que lleva al protagonista al borde de la
muerte. Posteriormente, Delgado retorna a La Paz llevando consigo una botella de
agua de mar para realizar con ella una ofrenda en la tumba de su amada, Ramona
Escalera, recientemente fallecida. Finalmente, por un error que éste atribuye al
destino, se bebe el contenido de la botella.
Es importante señalar que Antofagasta formó parte del territorio boliviano
hasta el inicio de la Guerra del Pacífico (1879-1883). Este conflicto significó la pérdida
para Bolivia de la salida al mar. En este sentido, la identidad boliviana se construye a
partir de la evocación constante de este territorio, de forma muy similar a la que un
exiliado construye su experiencia cotidiana a partir de la imposibilidad de volver a su
tierra. En el caso del país andino, podríamos hablar de un exilio al revés, en el cual el
ser boliviano en su totalidad ha sido expulsado de un territorio que considera suyo. De
este modo, podemos decir que el mar se percibe en el imaginario como una suerte de
territorio mítico. En el caso de Felipe Delgado, el viaje que realiza es percibido por éste
como una búsqueda trascendental e identitaria y como un retorno al lugar perdido, al
espacio exiliado. En este sentido, el viaje del personaje de la novela tiene un
movimiento doble que se materializa al cruzar la frontera: por un lado, ir hacia el mar
en territorio extranjero y por otro, volver a la tierra perdida y repropiársela, de manera
simbólica, mediante la acción de llevar el mar en una botella a la tumba de su amada.
La reapropiación se acentúa si atendemos al hecho de que, finalmente, Delgado
termina bebiéndose el mar e incorporándolo a su propio cuerpo.

María Valeria Canelas Jaime (La Paz, 1984). Licenciada en Historia por la UNED. Actualmente se
encuentra cursando el Máster de Literatura Hispanoamericana de la Universidad Complutense de
Madrid.

7
Cynthia CARGGIOLIS ABARZA (Cynthia.CarggiolisAbarza@rub.de)
RUHR-UNIVERSITÄT BOCHUM
“El rebozo de caramelo”: Bordados de la memoria infantil en Caramelo de Sandra
Cisneros.

Al ritmo del ganchillo, de la aguja y con hilos de colores se cosen, tejen y bordan
rosetones de recuerdos de infancia durante un viaje desde Chicago hasta la Ciudad de
México. En la novela Caramelo o puro cuento (2002) de Sandra Cisneros se borda y
entreteje la historia de tres generaciones desde la memoria infantil: una narración
familiar que surge del margen, desde el espacio del sujeto fronterizo. Estamos ante
una narradora infante quien nos expone un tapiz bordado en el que se intercalan
lúdica e intertextualemente fragmentos literarios y populares que translucen
contextos culturales mexicanos y chicanos. Son aquellos espacios narrativos
transfronterizos, transculturales y transnacionales del recuerdo de un sujeto migrante-
infante, Lala, que se plasman en una escritura del juego polifónico y rítmico de
canciones populares por medio de una imagen textil, un chal bordado por las mujeres
de la famila, “El rebozo de caramelo”. El objetivo de esta ponencia es estudiar
precisamente esta tela -al revés y al derecho- a modo de metáfora y metonimia
narrativa cuyo diseño cosido y tejido trasluce tensiones imaginarias desde la voz de la
infante-protagonista en y desde lo popular, entre ambos mundos híbridos -el mexicano
y el chicano-, entre el aquí y el allá, entre el mundo adulto y el del infante. La novela de
Cisneros acentúa una polifónica doble marginalización por medio de su protagonista-
niña: una voz fronteriza descentrada por los saberes de la otredad -pues el niño y la
infancia son siempre narrados por otros-, y el de las artes femeninas, las manualidades
-desplazadas culturalmente a los espacios de bordes-, ambos se insertan en “El rebozo
de caramelo” de Cisneros, un artefacto textil de memoria en tanto un desecho de la
modernidad, que vincula el espacio presente y pasado de una infancia bordada y tejida
por saberes de abuelas.

Cynthia Carggiolis Abarza (Santiago de Chile, 1973), docente de Lengua, Cultura y Literatura
Latinoamericana de la Ruhr-Universität Bochum, Alemania. En esta institución realiza estudios de
doctorado en Filología Románica (Español), título provisorio de su tesis: “Imaginación textil y la trama
del género en el texto latinoamericano” (director de tesis: Prof. phil. Alfons K. Knauth).

8
Lise DEMEYER (lisedemeyer@hotmail.fr)
UNIVERSITÉ DU LITTORAL
De reyes e hipopótamos, palacios y madrigueras: las propuestas de Yuri Herrera y
Juan Pablo Villalobos para narrar el mundo narco de la frontera norte.

En 2004, Yuri Herrera publica su primera novela, Trabajos del Reino. Esta novela se
enmarca directamente en la tradición literaria mexicana de la literatura de frontera, y
en una corriente en pleno auge, la mal nombrada narcoliteratura. No obstante, el
joven escritor elige cuidadosamente no reutilizar los marcos aparentemente
establecidos: no propone una novela negra, tampoco posmoderna. Dentro de un
ámbito medieval, mediante una alegoría, y recurriendo a características propias de un
cuento infantil (pero sólo en apariencia), Yuri Herrera interroga el mundo del narco de
forma transversal, y la frontera geográfica se hace pretexto para explorar múltiples
fronteras (textuales, relacionales, morales). Este trabajo se interesará en particular en
la manera en que el espacio geográfico se convierte en una construcción en abismo de
otros planteamientos más ontológicos. La frontera no sólo es un espacio en esta
novela, es un soporte, un punto de partida a una reflexión más completa sobre lo que
induce (en particular en las Artes). La novela propone en efecto múltiples lecturas, y el
mundo narco de la frontera norte mexicana, es, según el propio autor, un universo
idóneo para estudiar en realidad los vínculos paradójicos y polémicos del Arte con el
poder (en la actualidad pero también de forma atemporal).
En 2010, Juan Pablo Villalobos publica su primera novela, La fiesta en la
madriguera. Los vínculos tanto estéticos como éticos que mantiene con Trabajos del
Reino son evidentes. Tampoco en ella se sitúa claramente la acción, pero en ambas
novelas, recocemos sin problema el paisaje de la frontera norte mexicana. En estas dos
novelas también, observamos que la elección de la focalización es fundamental, ya que
la candidez del protagonista (un artista en la novela de Yuri Herrera, un niño en la de
Juan Pablo Villalobos) sugiere de forma elocuente las limitaciones y la absurdidad de la
situación violenta en el México del narcotráfico. En el caso de Juan Pablo Villalobos, el
humor vuelve a demostrar su calidad intrínseca (muchas veces olvidada en los tiempos
democráticos) de fuerza subversiva.
La frontera es un espejismo. El Rey (capo de la droga), en los dos casos, encarna
el poder absoluto pero intercambiable. El Artista pasa significativamente de la
ceguedad a la clarividencia. El niño también, recorre el mismo trayecto, a lo largo de
un aprendizaje autodidacta. En estos textos perfectamente milimetrados (como un
cuento de Cortázar o de Quiroga), lo que importa es la emancipación del héroe,
luchando contra la aparente predestinación funesta del lugar (la frontera).
Sendas novelas deben estudiarse y luego compararse, porque ambas
introducen un planteamiento ético en una corriente literaria (la narcoliteratura),
tachada habitualmente de morbosa y oportunista. En herederos de Aristóteles, Yuri
Herrera y Juan Pablo Villalobos, apuestan, como cualquier gran escritor, en el poder
trastornador y revelador de la literatura frente a la verdad establecida.

Doctora por la Universidad de Sevilla y la Universidad de Rouen (Francia). La tesis, Las fronteras en la
obra de Carlos Fuentes, ha sido premiada por el accésit del premio Nuestra América y será publicada en
el año 2014 por el CSIC. Trabaja sobre la literatura de fronteras y la narcoliteratura. Es profesora e
investigadora en la Universidad "Littoral Côte d'Opale" en Francia.

9
Angela DI MATTEO (di.matteo.an@gmail.com)
UNIVERSITÀ DEGLI STUDI ROMA TRE
Las múltiples fronteras de un desubicado: de viaje con Augusto Monterroso.

“No me ubico”: con esta frase memorable - que a lo mejor Monterroso nunca escribió
sobre aquel legendario muro de la calle de Comayagüela en Ciudad de Guatemala – se
puede sintetizar toda la complejidad de la vida del escritor, en continuo
desplazamiento de un espacio a otro, sea éste físico, literario o ideal. Juego de
palabras lanzado contra la represión de la dictadura del general Jorge Ubico, esta
máxima se convirtió pronto en la metáfora que siempre representó la condición de
Monterroso, imposible de clasificar como ciudadano, intelectual y hombre.
Nacido en Tegucigalpa en 1921, de madre hondureña y padre guatemalteco,
transcurrió sus primeros quince años entre los dos países, hasta quedarse con su
familia en Ciudad de Guatemala en 1936. En 1944, a causa de su actividad política
contra el régimen dictatorial, fue detenido hasta que consiguió escapar de la cárcel y
pedir asilo en México. Cuando estalló en Guatemala la Revolución de Octubre, fue
elegido por la Junta Revolucionaria para un cargo menor en el consulado guatemalteco
de México. En 1953 el mismo gobierno le envió a La Paz, en Bolivia, como Cónsul y
Primer Secretario de la Embajada de Guatemala. Cuando el régimen democrático de su
país fue finalmente depuesto por los Estados Unidos en 1954, Monterroso renunció a
sus cargos diplomáticos y partió al exilio, esta vez en Santiago de Chile, hasta regresar
a México en 1956.
El movimiento perpetuo del escritor, quizá condenado a no conocer fin,
coincide paralelamente con sus desplazamientos literarios, que lo ven ubicarse y
desubicarse a la vez dentro y fuera de clasificaciones y corrientes. La crítica todavía no
se ha decidido sobre si colocar su producción en la literatura guatemalteca o mexicana,
y eso parece no tener mucha importancia ya que, como dice Villoro, “las fronteras
literarias son mucho más flexibles que las de los agentes de migración” (Villoro en Van
Hecke 2003).
Biografía, novela, cuento y fábula forman parte de su gran repertorio sin desentonar
entre ellos, sino creando una sinfonía multiforme y equilibrada que no es mera
experimentación de estilo, sino más bien la tangible representación de las múltiples
expresiones monterrosianas.
Las fronteras que Monterroso ha ido superando a lo largo de su vida y de su
producción van más allá de las coordinadas espaciales o de género. Leer a Monterroso
significa leer a la literatura entera de Occidente, desde los antiguos pensadores latinos
y griegos hasta los peligrosos laberintos de Borges. El escritor se eleva de su hic et nunc
circunstancial y establece un diálogo constante con los demás autores de todos los
tiempos, estableciendo su modus ubicandi en la intertextualidad geográfica, literaria y
trans-literaria. Desarrollando nuevos espacios de conexión, Monterroso traza nuevas
rutas, que siguen cambiando y evolucionando de manera impredecible, porque
Monterroso existe en Monterroso y su ubicación está en sus libros, o dondequiera que
lo vea su lector.

Angela Di Matteo (Novara, Italia, 1986) es becaria de doctorado en Estudios Euro-Americanos en la


Università degli Studi Roma Tre (Roma, Italia) y es socio del Centro de Estudios Americanistas “Circolo
Amerindiano” Onlus y de la Asociación Italiana de Estudios Iberoamericanos AISI. Licenciada en 2012 en
Literatura y Traducción Intercultural con una tesis en Lengua y Literatura Hispanoamericana titulada

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“Juan José Arreola y Augusto Monterroso: las ovejas negras de América Central”, es periodista y ha sido
Project Manager en la agencia de traducciones Logos Group (Modena, Italia). Actualmente su proyecto
de investigación se focaliza en el análisis de la representación de la Virgen de Guadalupe en el teatro y la
literatura mexicana de finales del siglo XX

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Tomás ESPINO BARRERA (tespinob@gmail.com)
UNIVERSIDAD DE GRANADA
Vivir en otra lengua: el “bilingüismo latente” en la literatura hispanoamericana
contemporánea.

La antología de narrativa latinoamericana escrita en Europa Vivir en otra lengua (2010)


resulta de especial relevancia en el panorama literario actual puesto que lleva al
primer plano algunas de las características de la literatura contemporánea, como son
el cuestionamiento de la identidad a través del intercambio con el otro y la relación de
la identidad con el lenguaje.
Como señala Esther Andradi en la introducción, los autores de esta antología,
muchos de ellos exiliados, «permanecen en el país que los acogió y tienen en común la
continuidad de la escritura en lengua materna, ejercicio que suelen combinar en parte
con la lengua aprendida». Entre los autores de la antología destacan el chileno Omar
Saavedra Santis, radicado en Alemania, la argentina Rosalba Campra, que se trasladó a
Italia, y la mexicana Adriana Díaz Enciso, residente en Inglaterra.
El objetivo de nuestro trabajo consiste en, partiendo de una base teórica que
incluye estudios sobre bilingüismo en literatura, el exilio literario y la literatura de
inmigrantes, analizar los relatos que componen esta antología para tratar de encontrar
características comunes, tanto temáticas –la pérdida de identidad, el diálogo
intercultural, la búsqueda de reconocimiento en el país de origen– como estilísticas y
estructurales –barbarismos, citas en lenguas extranjeras, abundancia de prolepsis y
analepsis– estableciendo relaciones entre estos ámbitos para así intentar conformar
una visión de conjunto de los rasgos definitorios de la literatura hispanoamericana
escrita fuera del ámbito lingüístico hispano.
La pérdida del contacto con la lengua materna es un factor fundamental para
todo escritor y puede llegar a convertirse en una obsesión. Llorens sostiene que el
deterioro del idioma materno es una fuente de angustia para el escritor, «cuya razón
de vida parece inseparable de la lengua», sobre todo en la medida en que este
desgaste puede acabar convirtiéndose en una barrera para el regreso.
En efecto, los escritores que han perdido el contacto con su lengua materna
tratan de lograr el reconocimiento en su país de origen, no siempre con éxito. Tal y
como sostiene Steiner, a partir del romanticismo, el escritor es considerado como el
personaje que mejor encarna el genio de la lengua materna, la cual se presenta a su
vez cristalización de la cosmovisión de una nación. Por ello, la idea de un escritor
apátrida, de frontera, resulta subversiva.
La situación en la que viven los escritores que continúan escribiendo en su lengua
materna pero que han aprendido la lengua del país de acogida es definida por Claudio
Guillén como bilingüismo latente, la «condición propia de la persona culta y viajera,
obligada por su vocación literaria a efectuar un tajo en su ser interior cuando escribe».
Es de suponer que, para los escritores de esta antología, esta situación, ejerza una
notable influencia sobre el desarrollo de su obra y se manifieste en un conjunto de
rasgos temáticos, estilísticos y estructurales compartidos.

Licenciado en Traducción e Interpretación y en Teoría de la literatura y Literatura comparada por la


Universidad de Granada. En la actualidad realiza una tesis sobre el bilingüismo literario en la narrativa
europea del exilio en la misma universidad.

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Alice FAVARO (favaroalice@hotmail.it)
UNIVERSITÀ CÀ FOSCARI DI VENEZIA
Cuentos del exilio de Antonio Di Benedetto.

El exilio es el desarraigo, la no pertenencia de quien lo sufre que se encuentra, como lo


dice la palabra destierro, brutalmente privado de su tierra, raices, pasado. Según Julio
Cortázar se trataría de una “condición anómala del escritor”, de una constante en la
realidad y en la literatura latinoamericana. El exilio, junto con la desaparición, puede
ser interpretado en estos casos como el resultado de la violencia y del terror
instaurados en América Latina con las dictaduras militares. Se trató de un verdadero
genocidio cultural, de la tentativa del total aniquilamiento, de la represión del
pensamiento, de la producción artística y de la viveza intelectual de la izquierda y de
las minorías culturales. Se difunde un clima de terror en que la memoria colectiva se
tiñe de fantasías de persecución, represión, muerte, pérdida y se introduce en el
lenguaje la palabra “desaparecido”. La literatura busca entonces modalidades “otras”
de expresarse para evitar la censura y la persecución e intentar construir un sentido de
lo que ocurre, explicar la situación de “miedo fundado”.
Por lo que respecta Argentina, es sobre todo a partir del último cuarto del siglo
XXI que el exilio gana visibilidad. Se empieza a reconocer el destierro como una
consecuencia de la acción del terrorismo de estado, como fenómeno que tuvo efectos
como el desarraigo, la pérdida de identidad, la ruptura, como un proceso colectivo, una
forma de escapar de la represión y de la política de exterminio cultural puesta en
práctica por los militares.
Se considera interesante a tal propósito el estudio de Cuentos del exilio (1983),
una compilación de cuentos del escritor argentino Antonio Di Benedetto, exiliado en
España en 1977, que es el producto de su período de detención y desarraigo. Di
Benedetto (1922- 1986) estuvo detenido un año y 7 meses, desde el 24 de marzo de
1976 hasta el 3 de septiembre de 1977. El estado de desarraigo en que se encontraba
el narrador, está testimoniado por la presencia, al final de cada texto, de distintos
lugares en que fueron escritos.
La compilación de cuentos presenta algunos tópicos frecuentes en la tradición
de la literatura fantástica argentina que se insertan en el marco de la obra de Di
Benedetto como por ejemplo el juego de duplicaciones de los personajes, las
proyecciones del yo, los espejos, la mirada; es decir aquel fantástico que se concibe
como “deseo utópico de una realidad que la vida cotidiana niega”, como la tentativa
del hombre de explicarse los extraños fenómenos que suceden en su entorno. Los
Cuentos del exilio, como fueron escritos durante el período de reclusión y destierro del
autor, son el producto más directo y representativo de su situación y su urgencia
aunque se trate de ficciones. De hecho son narraciones sobre la pérdida, el desarraigo,
el desajuste existencial. Encierran todos un desengaño de fondo, una insatisfacción y
amargura que se desarrolla en las narraciones a través de diferentes motivos. La visión
negativa que caracteriza los relatos, junta con el sentido de soledad, la imposibilidad de
huir del destino preestablecido, la reclusión que se manifiesta a través del sueño del
prisionero y del personaje que sueña estar enterrado vivo en el ataúd del padre; la
obsesión por el pasado, el miedo al olvido, el sentido de culpa y voluntad de expiación
y penitencia al mismo tiempo, constituyen los ejes centrales de sus narraciones e
inevitablemente están conectados con la posición que asume el autor con respeto a su

13
obra, casi como si a través de la literatura intentase exorcizar sus angustias y
encontrase en el acto mismo de la escritura la posibilidad de una catarsis.

Alice Favaro, nació en Venecia, es actualmente doctoranda en la Escuela de Doctorado en Lenguas,


Culturas y Sociedades Modernas en la Universidad Ca’ Foscari de Venecia. Se ha licenciado en Lenguas y
Literaturas Hispanoamericanas en la misma universidad. Su campo de estudio se centra en las
transposiciones de literatura a historieta y en las intersecciones entre los dos medios, con una atención
particular por la literatura argentina. Colabora en la organización de eventos e iniciativas literarias. Ha
compilado las actas del congreso internacional “Fuera del mundo” y editado artículos sobre Renato
Pestriniero, Hugo Pratt, Emilio Salgari, Antonio Di Benedetto y sobre las mediaciones entre poesía y
cómic. Colabora en el 'Laboratorio per lo studio letterario del fumetto' y forma parte del grupo de
estudio del LISaV, Laboratorio Internazionale di Semiotica a Venezia. Ha participado en el “Segundo
Congreso Internacional sobre Historieta y Humor Gráfico. Narrativas gráficas: Lenguaje entre El Arte y El
Mercado”, que ha tenido lugar en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires (26-29 de septiembre de 2012).

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Lorena FERRER REY (lorena.ferrer@uam.es)
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MADRID
La escritura insílica de Diamela Eltit en Jamás el fuego nunca.

Resumen: El exilio puede, en ocasiones, revertirse para pasar a ser un insilio, una
emigración interior —“hacia las capas más profundas del alma”, según lo describiría
Hannah Arendt en Eichmann en Jerusalén— que no requiere de desplazamientos ni del
traspaso de fronteras. El exiliado puede, en ocasiones, volcarse hacia sí mismo para
refugiarse de un entorno que le es hostil, replegarse hasta no ocupar más espacio que
el de una cama, el de un cuerpo, el de una célula.
Diamela Eltit reconoce su condición de escritora insílica cuando declara: «No ha sido
simple ni menos fácil. Pertenezco al conjunto de escritores chilenos que vivió en el país
durante toda la dictadura de Pinochet y como una acción de salvataje cultural
constituimos el "inxilio" o exilio interior». Y esta escritura, volcada hacia el interior y de
raigambre marcadamente política, es la que aflora en Jamás el fuego nunca (2007),
donde la voz narrativa construida por Eltit va entretejiendo un cronotopo, cuanto
menos, conflictivo. En esta novela, la primera y hasta el momento única de la autora
que ha sido publicada en España (Periférica, 2012), el tiempo se dilata y se torna
caótico, llegando en ocasiones a su plena anulación, mientras que el espacio se
condensa entre las cuatro paredes del cuarto que comparten los dos protagonistas y,
todavía más, en los confines del cuerpo de la narradora, para quien el forzoso encierro
—por más compartido que sea— equivale al aislamiento personal y la incomunicación.
¿De qué manera la particular poética del espacio y la confusa temporalidad presentes
en Jamás el fuego nunca establecen paralelos con la experiencia vivida por la autora?
¿Puede considerarse que hay en ella un decir insílico, plasmado en la subjetividad de la
voz narrativa que la sustenta? ¿Dónde podría residir la correspondencia entre la
literatura de exilio y este, su fraternal reverso?

Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Madrid y en Teoría de la Literatura y


Literatura Comparada por la Universidad Complutense de Madrid, actualmente compagina algunas
asignaturas del grado de Filosofía en la UNED con la investigación académica freelance. Cursó un
semestre en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y, a partir de entonces,
decidió encaminar sus trabajos, principalmente, hacia la literatura hispanoamericana del siglo XX.
Algunos de ellos han aparecido en publicaciones especializadas (Voz y letra, Cuadernos de Aleph, Anales
de Literatura Hispanoamericana, Dicenda) y ha participado en varios congresos de jóvenes
investigadores, entre ellos la primera edición del CIJILH.

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Daniela HERNÁNDEZ GALLO (daniela.hernanz@gmail.com)
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID
Diario de un viaje (1950-1960): libro vanguardista y transgresor de géneros.

El Diario del escritor colombiano Jorge Gaitán Durán (1925-1962) es un libro de viajes
que fue publicado inicialmente como la segunda parte del poemario Si mañana
despierto (1961). Sumergido en el fragmento y la mezcla de géneros el lector que se
embarca con el autor en el barco “Isigny” sabe de entrada que las descripciones, los
acompañantes y los temas irán variando conforme pasan las letras. Muchos
fragmentos se publicaron en la Revista de la Universidad de los Andes y en la revista
Mito, por lo que en ocasiones el vocabulario y el estilo cambia drásticamente ya que su
intención es la divulgación y educar la conciencia. De esta manera, es posible
encontrarse con ensayos académicos, descripciones, pensamientos, ideas, testimonios,
un cuadro de costumbre, narración o prosa poética.
Quizás lo que más llama la atención estructuralmente es que a pesar de ser un
diario de viajes con los meses, a veces días y lugares que visita no tiene el lenguaje
íntimo prototípico de un diario personal, sino que son sensaciones fragmentarias más
testimoniales. Muchos de los fragmentos son también apuntes para versos, una forma
de llamarse la atención a sí mismo y de recordar que debe incluirlos en sus poemas.
Otra característica es el predominio de autocitas y autonotas. Gaitán Durán no
duda en hacer referencia a sus libros y a los libros que lee o en añadir notas a pie de
página aclaratorias, bibliográficas o con una reflexión o corrección posterior al
momento que un fragmento fue escrito.
Ahora bien, el Diario presenta rasgos vanguardistas no sólo por romper con las
fronteras de géneros, «Sospecho que la diferencia entre poesía y prosa es hoy menos
trascendental de lo que se cree.», también por su carácter visual. Además de ser un
escritor muy pictórico, dedica páginas del diario a hablar de pintores como Picasso, El
Bosco o el Greco y de cuadros que le impresionan. La presencia del cine también es
palpable, los fragmentos son secuencias, fotogramas, incluso hay una propuesta de
argumentos sueltos que pueden servir de guión para un corto cinematográfico. Gaitán
Durán disfruta haciendo de comentarista de arte, penetra en los cuadros, pero también
dedica algunas páginas a escritores. Dedica una especial atención a artistas rupturistas
como Sade, Moliere, Kafka, Picasso, El Greco, El Bosco, Filipo Lippi, Van Gogh, Tolouse
Lautrec, Pasolini y conversaciones profundas con Vicente Aleixandre sobre la
relatividad de la crítica o el fetichismo alrededor de Machado son una muestra de una
especial atención a lo rupturista, de visión vanguardista.
Dentro de este “género del Yo” que son los diarios, el libro de Gaitán Durán es
un viaje de búsqueda de lo exótico, de lo desconocido, pero también es un viaje de
retorno al mundo interno personal, una mezcla que hace del Diario un libro
vanguardista fuera de las vanguardias.

Daniela Hernández Gallo (Bogotá, 1983). Becada por el Convenio del Banco Santander Central Hispano y
la Universidad de Salamanca se licencia por esta universidad en Filología Hispánica. Posteriormente
realiza sus estudios de doctorado en la Universidad Complutense de Madrid y se doctora en junio de
2012 con la tesis El silencio musical en la literatura. Carlos Obregón Borrero y Jorge Gaitán Durán.
Actualmente trabaja como redactora de contenidos web y profesora de español para extranjeros.

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Dovile KUZMINSKAITE (dovile.kuzminskaite@gmail.com)
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID
Amanda Berenguer: géneros entretejidos.

Resumen: El libro Composición del lugar de la poeta uruguaya Amanda Berenguer se


publicó en 1976 y se compone de poemas gráficos. Este tipo de poesía en el contexto
de la literatura uruguaya de la época es ligeramente fronterizo debido principalmente a
dos razones: por una parte, a su escasa cultivación (en la poética de la generación de
45 predomina la cotidianidad, la expresión íntima, es decir, el discurso simplificado,
que incluso a veces se encuentra rozando lo trivial) y, por otra parte, implica
hermetismo: la poesía visual, por su dificultad expresiva, (teniendo en cuenta el
problema de la relación entre referente y referido, el de la lectura seguida y sin
interrupciones y la complejidad de construir y, por lo tanto, de recibir un mensaje)
queda difícilmente accesible al amplio público. La poesía visual siempre implica un
ruptura entre la praxis del arte (es decir, su necesidad de comunicar unos ciertos
valores, especialmente importantes en el ámbito latinoamericano, caracterizado por la
búsqueda de la identidad) y su valor puramente estético (el lema vanguardista del arte
por el arte). Por otra parte, este tipo de poesía puede resultar más sugerente, porque
aborda dos sensaciones a la vez: lo visual (gracias a sus características pintorescas) y lo
mental (las connotaciones semánticas del cuerpo verbal). El eje problemático que
surge hablando sobre este tipo de literatura (incluso aquí se podría cuestionar si el
término literatura es el más apropiado para denominar este tipo de obra) es que, en
primer lugar, existe una dificultad para colocarla en el canon de un cierta práctica
artística (lo literario opuesto a lo visual), porque, debido a las características ya
mencionadas, es un género fugaz que se escapa tanto de lo típicamente literario como
de lo pintoresco: la recién mencionada dificultad de encontrar un lugar para la poesía
visual, la deja en el margen de la práctica artística. En segundo lugar nos encontramos
con el problema de la presencia de este tipo de poética en Uruguay en los años 80: la
poesía gráfica (visual), normalmente asociada con los movimientos vanguardistas
europeos, se introduce en Uruguay posteriormente, y es interesante observar cómo se
adapta y qué tipo de reacción evoca esta práctica ajena al contexto propio
latinoamericano. Utilizando poesía visual, Amanda Berenguer participa en dos
procesos: por una parte, los de la apertura cultural, y, por otra parte, los de la apertura
genérica: la aplicación de un género tan contradictorio rompe con los tópicos y
arquetipos de cómo tiene que ser la literatura (sobre todo la latinoamericana) y dota
de mayor flexibilidad a la hora de pensar sobre el factor del estancamiento genérico.

Dovile Kuzminskaite (23.03.1990, Vilnius, Lituania) estudió filología lituana y español como lengua
extranjera en la Universidad de Vilnius (Lituania). Ahora estudia máster en literatura hispanoamericana
en la Universidad Complutense de Madrid.

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Jonatán MARTÍN GÓMEZ (jonatanmartin87@hotmail.com)
UNIVERSIDAD DE GRANADA
Mutantes con alas: Barajas de Alejandra Zina.

Resumen: El conjunto de la producción literaria latinoamericana de los últimos años


viene marcado por los términos de transculturalidad, transterritorialidad,
desplazamiento o tránsito, entre otros muchos, desde los que se escribe en un ir y
venir siempre entre lo fijo y lo móvil. La tensión entre lo uno y lo diverso, entre lo local
y lo global, ha acabo por crear una vía intermedia que pretende sobrevolar las
fronteras para defender la idea de una América Latina más global, híbrida y urbana.
Nuestra propuesta viene a analizar la novela de la joven escritora argentina Alejandra
Zina titulada Barajas, en la que justamente se pueden observar esos síntomas en los
que se plantea una forma de identidad que se define a través del viaje, la mutación y el
tránsito. Significativamente, nuestra protagonista es azafata de vuelo y es
precisamente en mitad de un vuelo en el que las cosas se complican cuando hace
repaso de su vida y su identidad fragmentada y transcultural. Esa facilidad para
traspasar fronteras se observa también en cómo la recepción de diferentes formas del
mediascape hace posible un nuevo tipo de discurso narrativo que investiga nuevos
géneros, medios y soportes y que se opone por primera vez a los modelos de la
narrativa consagrada de finales de siglo. La sólida formación audiovisual de Alejandra
Zina condiciona su manera de narrar desde una mirada más fractal, mutante y
transmedial.
Asistimos así en Barajas a un magnífico ejemplo de la culminación final de la radical
deconstrucción del sujeto que empezó con la posmodernidad, donde « la tarea de ser
sujeto se presenta ahora más libre, sin las restricciones que imponía antes la fidelidad
a una sola etnia o nación» (García Canclini 2004: 162). Por eso el alter ego de Caro es la
“Chica Halcón”, una mutante con alas que sobrevuela el mundo entero libremente.

Jonatán Martín Gómez (Granada, 1987). Licenciado en Filología hispánica y en Teoría de la literatura y
literatura comparada por la Universidad de Granada y Máster en Estudios latinoamericanos. Ha
participado en varios congresos internacionales y en proyectos de investigación interuniversitarios.
Actualmente trabaja como profesor de español y de cultura hispánica en Tallinn (Estonia) mientras
desarrolla su investigación doctoral centrada en transculturalidad y transmedialidad en las generaciones
McOndo y Nocilla.

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Almudena MARTÍNEZ DÍAZ-CACHO (almardica@gmail.com)
UNIVERSIDAD DE CASTILLA-LA MANCHA
Identidad y diáspora en la novela El sueño de América de la escritora Esmeralda
Santiago.

Este trabajo está dedicado a la obra El sueño de América (1996) de la escritora


puertorriqueña Esmeralda Santiago. Su obra se encuadra dentro de la denominada
literatura poscolonial que, sobre todo, a partir de los años 70 y 80 inaugura una línea
de creación narrativa de mano de autores que comparten una misma historia de
colonización, desterritorialización y dominación, como es el caso de la propia
Esmeralda Santiago, quien en esta novela da voz a una limpiadora puertorriqueña
obligada a emigrar a los EEUU. Este viaje forzoso constituye un viaje interior de
construcción de su “yo”. En un mundo cambiante y globalizado, la ruptura entre
identidad cultural y territorio es cada vez más evidente; esto es especialmente cierto
para los sujetos que habitan en las tierras fronterizas, que viven de cruzarlas -
trabajadores emigrantes, nómadas, etc. -, o que traspasan la frontera de forma más
permanente como los emigrantes, exiliados, refugiados o expatriados. En estos casos,
la separación entre cultura y espacio geográfico define al sujeto (James Ferguson y
Akhil Gupta, 2008). Esto es precisamente lo que sucede con Esmeralda Santiago y con
el personaje de América, ambas convertidas en sujetos híbridos y biculturales, cuyas
identidades se encuentran fragmentadas entre dos espacios geográficos - Puerto Rico
y EEUU- y constantemente sumidas en la encrucijada entre la asimilación cultural y la
marginación. Aunque América se resistirá a la asimilación, y mantendrá aquellos rasgos
culturales que considera irrenunciables para su identidad -como son la lengua o los
hábitos alimenticios-, cambiando solamente aquellos valores tradicionales que en
Puerto Rico la mantenían en una posición subalterna respecto al varón dominante, lo
cierto es que, en este contexto de la diáspora, escritora y protagonista deben re-
construir y re-definir su identidad más allá de, o tal vez en torno a la laceración
producida por la fricción existente entre dos culturas tan diferentes. En esta línea, en
las últimas décadas del siglo XX se ha despertado un creciente interés por una mayor
teorización del espacio dentro de la teoría posmodernista y feminista en autoras como
Gloria Anzaldúa, Biddy Martin, Caren Kaplan o Chandra Talpade Mohanty que se
replantean el concepto de “comunidad” y de “hogar”. Ambos conceptos cobran una
especial significación en esta novela. En primer lugar, esto se debe a que la especial
situación política y social de Puerto Rico, con la mitad de la población viviendo en la
Isla y la otra mitad en los EEUU, obliga a los puertorriqueños a reconstruir el concepto
de “comunidad” con sujetos que, tanto dentro como fuera de la Isla, se encuentran en
una situación subalterna de dominación extranjera, la cual contrarrestan potenciando
la identidad cultural a falta de una identidad nacional. En segundo lugar, el “hogar” se
configura como el único espacio físico y simbólico posible para construir las
identidades y desarrollar las trayectorias vitales de mujeres como América. Por tanto,
en esta novela están presenten los rasgos temáticos característicos de estos escritores
de la diáspora que, como Esmeralda Santiago, han tenido que constituir su
puertorriqueñidad fuera de Puerto Rico.

Almudena Martínez Díaz-Cacho es de la provincia de Ciudad-Real, tiene 32 años, posee dos licenciaturas
en Filología Hispánica por la Universidad de Castilla-La Mancha (2005) y en Antropología Social y Cultural
por la Universidad Complutense de Madrid (2010). También tiene Máster en Investigación en Letras y

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Humanidades (2011). Ahora está haciendo el doctorado por la Universidad de Castilla-La Mancha (2013)
dedicado al estudio de las masculinidades en la obra del escritor brasileño Jorge Amado. Tiene
experiencia en investigación en etnoliteratura y experiencia profesional en la enseñanza de la lengua y
la literatura española e hispanoamericana como primera y segunda lengua. Fue profesora lectora de
español en la Universidad Estadual de Ceará (Brasil) durante 3 años. Actualmente trabaja en la
Fundación General de la Universidad de Castilla-La Mancha.

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Mariana MORAES MEDINA (amoraes@alumni.unav.es)
UNIVERSIDAD DE NAVARRA
Peregrinos de La Habana: viaje y epifanía en Ezequiel Martínez Estrada y María Rosa
Oliver.

A partir de 1959, año de triunfo de la Revolución Cubana, un nuevo destino de viaje se


incorporaba al horizonte de la “peregrinación política”, como denominó por Paul
Hollander a la “gira reverencial por los países políticamente atractivos” (1981, ix). La
espacialización de la utopía en territorio latinoamericano motivó el viaje a Cuba de un
gran caudal de militantes e intelectuales del mundo entero, deseosos por contemplar
las realizaciones de la Revolución. Sus crónicas y memorias de viaje, concebidas en el
fragor de la Guerra Fría, fueron valiosas herramientas de contacto intercultural y
testimonios de una realidad y alteridad altamente politizadas.
Teniendo este marco como punto de partida, proponemos un estudio de las
experiencias cubanas de dos escritores argentinos, Ezequiel Martínez Estrada y María
Rosa Oliver, que tuvieron en común el haberse desplazado desde el ala liberal y elitista
de la cultura, hacia posturas críticas y comprometidas que los integraron a redes
intelectuales de izquierda.
Martínez Estrada obtuvo el premio de la Casa de las Américas por su ensayo
Análisis funcional de la cultura en 1960. Tras ese primer contacto con la Revolución
pasa a residir en Cuba para encargarse de la Dirección del Centro de Estudios
Latinoamericanos y preparar un estudio sobre la vida y obra de José Marti. Del tiempo
que vivió en La Habana nos quedan discursos, artículos y ensayos reunidos en el libro
En Cuba y al servicio de la Revolución Cubana (1963).
Por su parte, María Rosa Oliver viajó a Cuba en 1964, convocada como jurado del
concurso literario anual de la Casa de las Américas. Por entonces era ya una
reconocida intelectual de izquierda, que había recibido el Premio Lenin de la Paz en
1958. El testimonio en el que basamos nuestro estudio forma parte de un material
inédito −posiblemente la continuación de sus memorias− que quedara inconcluso al
momento de su muerte.

Es Profesora de Literatura por el Instituto de Profesores Artigas y Licenciada en Letras por la Universidad
de Montevideo. Sus áreas de interés son la literatura de viaje y la historia de los intelectuales en
Hispanoamérica. Actualmente es candidata al Doctorado en Literatura Hispánica y Teoría de la
Literatura de la Universidad de Navarra con una investigación sobre la narrativa de viajes de Victoria
Ocampo, Ezequiel Martínez Estrada y María Rosa Oliver.

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Mónica OJEDA FRANCO (monalisa1517@gmail.com)
UNIVERSIDAD CARLOS III DE MADRID
Pornoerótica hispanoamericana: subversión en la narrativa de mujeres en el exilio.

Desde la mirada reivindicativa, si se prefiere, de literaturas poco promocionadas y, por


lo tanto, poco leídas —salvo en reducidos grupos académicos—, abordaré el tema de
la escritura “pornoerótica” de mujeres hispanoamericanas en el exilio durante los años
ochenta —época de caída de las dictaduras militares y, por lo tanto, de crítica a la
censura, de apertura a debates de género y de exploración literaria por parte de
mujeres—. Mi propósito es indagar en la ubicación de este tipo de escritura con
respecto al canon continental y, a través de una lectura política de Lo impenetrable
(1984) de Griselda Gambaro, Amatista (1989) de Alicia Steimberg, La nave de los locos
(1984) de Cristina Peri Rossi y “Cambio de armas” (1982) de Luisa Valenzuela,
plantearme las siguientes preguntas: ¿Cuál es la diferencia entre erotismo y
pornografía? ¿De qué hablamos cuando hablamos de escritura de mujeres? ¿Qué
significa una literatura “pornoerótica” escrita por mujeres en países sometidos por
dictaduras militares? ¿Qué cambios paradigmáticos propulsó una escritura de este tipo
en el imaginario social de la época? ¿Qué clase de contra-representación implica la
doble marginalidad de una literatura que roza la obscenidad y que, además, es
producida por un sexo encasillado en el “eterno femenino” y, por lo tanto, en la
pasividad y en la banalidad? ¿Qué mecanismos literarios ejerce esta escritura para
subvertir la noción cortazariana del “lector hembra” y el canon establecido por los
escritores del Boom?

Guayaquil, 1988. Licenciada en Comunicación Social con mención en Literatura y Máster en Creación
Literaria. Profesora y escritora, actualmente reside en Madrid, donde cursa un segundo máster en
Teoría y Crítica de la Cultura en la Universidad Carlos III. Ha sido antologada en Emergencias. Doce
cuentos iberoamericanos (Candaya, 2013), con prólogo de Jorge Carrión y epílogo de Juan Villoro, y ha
obtenido el Premio Alba Narrativa 2014 con la novela La desfiguración Silva.

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José Antonio PANIAGUA GARCÍA (jantopagar@usal.es)
UNIVERSIDAD DE SALAMANCA
Infringir la frontera: el espacio narrativo en Lumpérica de Diamela Eltit.

La bibliografía crítica dedicada al estudio de Lumpérica (1983) de Diamela Eltit se


concentra, en su mayor parte, en el debate y análisis de los discursos de nación,
política, sexualidad, género y lenguaje. Sin embargo, todas estas categorías, a su vez,
no podrían articularse si no dispusieran de un espacio narrativo consecuente sobre el
cual enunciarse. En consecuencia, una de las preguntas más atractivas que pudieran
plantearse en torno a esta obra tendría que ver con el modo en el que la diégesis
afecta al concepto de espacio (latinoamericano).
Para responder a esta pregunta, he decidido servirme de los apartados “2” (pp.
36-48) y “3” (pp. 49-65) de Lumpérica. Esta obra concreta lo que hasta entonces fue un
proyecto colectivo de Diamela Eltit en su calidad de integrante del grupo CADA en
Santiago de Chile junto a Raúl Zurita, Lotty Rosenfeld, Juan Castillo y Fernando Balcells.
Las operaciones de apropiación del espacio urbano que llevaron a cabo entre finales
de los años setenta y el año 1983 manifiestan el temprano interés de esta autora por la
performance como procedimiento de reterritorialización.
El proceso de escritura de Lumpérica, simultáneo a estos años de militancia,
demostró que la preocupación de Diamela Eltit iba encaminada a la conformación de
una territorialidad metafórica que aumentase la sensación de control individual. Este
proyecto se articula a partir de la historia de su protagonista, L. Iluminada, una
pordiosera de los barrios de Santiago que, en el ocaso, llega hasta la plaza pública y,
vigilada por una cámara y otros seres marginales, todos bajo el amparo de la luz de un
cartel luminoso, efectúa una serie de ejercicios experimentales que solo detendrá la
llegada del nuevo día.
La oposición que construye esta narración entre la plaza pública y una sala de
interrogatorios, respectivamente los capítulos ‘’3’’ y ‘’2’’ que analizaré, responde a una
dialéctica espacial que certifica un proyecto de dimensiones topológicas opuestas. Esta
rivalidad frontal sistematiza un alegato articulado en la colonialidad que inunda dichos
emplazamientos. Creo indispensable reconocer esta obra, además, como herramienta
de articulación de una nueva fenomenología de la imagen del espacio público.
La singular réplica de Lumpérica al discurso colonial, que integra en el espacio
nuclear solamente a unos pocos individuos, supone una inflexión en los procesos de
definición epistemológica, cuya protesta consiste en poblar la plaza pública,
infringiendo, por un lado, la frontera de higienización de su clase social para dinamitar
el sistema establecido desde dentro y, por otro lado, cuestionando las fronteras de la
lógica del pensamiento oficial. Desde esta perspectiva, esta obra devendría argumento
encaminado a la descolonización del poder y el saber, para efectuar un debate acerca
de la modernidad y su dialéctica, al mismo tiempo que ahonda con mayor
conveniencia en la especificidad coyuntural de América Latina.

José Antonio Paniagua García (Plasencia, 1990) es licenciado en Filología Hispánica (2008-2012) por la
Universidad de Salamanca. Cursó el Máster en Literatura Española e Hispanoamericana. Estudios
Avanzados (2012-2013) en la misma institución, donde actualmente trabaja en una tesis doctoral sobre
narrativa argentina y brasileña del siglo XX. En los años 2012 y 2013 ha ejercido la docencia como
profesor auxiliar de español para extranjeros en Cursos Internacionales, S.A. de Salamanca.

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Alba SAURA CLARES (albasaura@um.es)
UNIVERSIDAD DE MURCIA
Exilios e insilios en las dramaturgas argentinas de Teatro Abierto: Griselda Gambaro,
Diana Raznovich y Aída Bortnik.

Tras liberarse de la influencia dramática española, el teatro argentino se asentará


como tal finalizando el siglo XIX. Desde este momento, cada década del siglo XX ha
supuesto un nuevo escalafón en la consolidación de este arte en Argentina. De la
misma forma, cada uno de estos estadios ha debido enfrentarse a complejos procesos
políticos, aquellos que asolan la Historia argentina del siglo XX, con cuatro regímenes
dictatoriales y dos gobiernos personalistas y autoritarios. Ante la imposibilidad de un
estudio global de cada periodo, esta investigación se centrará en el exilio, como
temática y como elemento generador de determinadas formas dramáticas, en la obra
de tres dramaturgas durante la dictadura de Jorge Rafael Videla (1976 – 1983), el
último y quizás más feroz régimen de terrorismo de estado sufrido por el país
argentino. En esta época, las “listas negras”, que frenaban todo tipo de representación
artística contraria al régimen, y las persecuciones consiguientes, llevaron a Griselda
Gambaro, Aída Bortnik, Diana Raznovich y a otros de sus compañeros dramaturgos, en
la que quizás sea la generación teatral más fecunda para Argentina, al exilio. Sin
embargo, los años de dictadura y la represión, más allá de acallar las voces de estos
autores, oscureció sus textos, abrió la puerta a la metáfora y alegoría y sucumbió ante
las posibilidades expresivas que escapaban del ojo censor. Tanto en el tiempo del exilio
como a su retorno, en los años del decaimiento dictatorial, estas tres dramaturgas
nunca cesaron en su enfrentamiento continuo ante la censura e injusticia política. Por
ello, al regreso a su país se vieron abocadas a un exilio interior, con la doble vertiente
de ser un “insilio” político y femenino, pues a su enfrentamiento teatral contra la
dictadura se unió su deseo de reivindicación de igualdad entre hombres y mujeres, en
el ámbito artístico y social. Gambaro, Bortnik y Raznovich son las tres únicas mujeres
participantes en el importante acontecimiento conocido como Teatro Abierto (1981).
Ellas, desde tres estilos diversos - la Neovanguardia de Gambaro o las diferentes
concepciones realistas que separan los textos de Bortnik y Raznovich -, han visto
evolucionar su obra según los cambios sufridos por los acontecimientos políticos. La
censura artística y personal, más allá de apartarlas de lo artístico, generó una nueva
forma de expresión, distinta en cada una de ellas, y que buscaremos evidenciar a lo
largo de esta investigación, centrándonos en sus textos teatrales y dejando a un lado
otras representaciones artísticas o literarias (novela, cine, arte gráfico…). A esta
motivación, que busca analizar el exilio e insilio como motor temático y formal en estas
tres dramaturgas, se une la importancia que cada una de ellas representa en el teatro
argentino contemporáneo, donde hallaron un merecido reconocimiento teatral que las
sitúa entre los nombres más destacados no sólo de la escena, sino de la cultura
argentina de la segunda mitad del siglo XX.

Alba Saura Clares (1989) es estudiante del Doctorado en Artes y Humanidades de la Universidad de
Murcia, donde se licenció en Filología Hispánica en 2012 y presentó su Tesina de Licenciatura sobre Dos
poéticas dramáticas en Teatro Abierto: Griselda Gambaro y Roberto Cossa. En 2013 cursó los estudios
de Máster en Literatura Comparada Europea y fue becaria de Iniciación a la Investigación.

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María SOTO CARACENA (edimur86@hotmail.com)
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID
Acercamiento a la realidad animal en el viaje de El lazarillo de ciegos caminantes.

El lazarillo de ciegos caminantes ocupa un lugar destacado dentro de la literatura de


viajes del siglo XVIII tanto por la discusión acerca de las cuestiones relacionadas con su
autoría y otras muchas intrigas, que han conformado uno de los principales focos de
atención y estudio, como por las particularidades narrativas que encierra la obra.
El viaje que emprende el autor con el propósito de inspeccionar el sistema de
correos y postas entre Buenos Aires y Lima, encarna la crítica a las insuficiencias y
errores del sistema colonial, articulada a través de la identidad de las distintas etnias
que pueblan la travesía y la concepción del medio geográfico y natural como gran
fuente de producción e ingresos desaprovechada hasta el momento. En dicho medio, y
en su enunciación como realidad conocida o ignota, se centrará la ponencia,
analizando el bestiario que nos describe el autor, privilegiando los paralelismos que
pudieran existir con otros procesos de descubrimiento o descripción fáunica dentro del
discurso colonial frente a la perspectiva mercantil.

25
Camilo VARGAS PARDO (camilo.vargaspar@gmail.com)
UNIVERSITÉ PARIS-SORBONNE
Rɨño maɨrikɨ: "la fuerza femenina" en la poesía de Anastasia Candre Yamakuri

Resumen: En la ponencia propongo una lectura del poema Picante como el ají izɨrede-
jifijɨzoi de Anastasia Candre Yamakuri que busca reafirmar la literatura como un
escenario de diálogo intercultural. Esta poeta es oriunda del Amazonas colombiano y
se vincula al fenómeno de la poesía indígena contemporánea. Proceso en el que la
escritura ha jugado un rol decisivo en la construcción y re-significación de escenarios
de poder en el continente Americano. Hoy en día vemos en esta literatura el
reflorecimiento del arte verbal indígena, en el cual se trasmuta y se complementa la
escritura alfabética gracias a una estética especial que reconoce sus propias fuentes
orales.
Estamos frente a expresiones que escapan a una definición convencional de
literatura, cuya naturaleza fronteriza se nutre de tradiciones culturales y circuitos de
difusión diferentes a los de la cultura hegemónica, y produce así nuevas discusiones y
conceptos para nombrarla. Teniendo en cuenta que es una literatura que vive en la
frontera entre la oralidad y la escritura, entre el canto y la poesía, entre lo Occidental y
lo no Occidental, entre el español y las lenguas indígenas, entre el escritor y el
traductor, en fin, una frontera desde la que se abren numerosas preguntas y
discusiones que nos invitan a reflexionar desde el “aquí” y el “allá”, en un esfuerzo
constante por descentrar la mirada, teniendo en cuenta esto surgen entonces varias
preguntas: ¿Qué discusiones frente a la noción dominante de literatura abren estas
expresiones? ¿Qué alternativas metodológicas tenemos para abordar una literatura
que tiene profundas influencias de la tradición oral indígena? ¿Qué responsabilidad
tenemos como lectores frente a estas expresiones que buscan combatir una larga
historia de indiferencia e ignorancia frente a las sociedades indígenas? ¿Cómo ahondar
en el diálogo que proponen estos textos?
Con la intención de abrir la discusión a partir de estas preguntas, para la lectura
de este poema me valgo de los testimonios autobiográficos y del trabajo como
investigadora de Anastasia Candre Yamakuri, así como de trabajos etnográficos sobre
la cultura uitoto y de la teoría poscolonial de Walter Mignolo, todo como prisma de
análisis e interpretación. La intención es escuchar y dialogar con las voces que desde el
interior del Amazonas construyen su identidad y se apropian de una realidad y un
mundo con el que han convivido siempre.

Magister en Literatura de la Pontificia Universidad Javeriana (2008, cum laude) de Bogotá, Colombia,
donde también realizó sus estudios de pregrado en Estudios Literarios (2003). Actualmente cursa su
doctorado en el CRIMIC (Centre de recherches interdisciplinaires sur les mondes ibériques
contemporaines) de la Univeristé Paris – Sorbonne en opción co-tutela con el programa de Estudios
Amazónicos de la Universidad Nacional de Colombia. Ha trabajado como catedrático en diferentes
instituciones universitarias en Bogotá, tales como la Pontificia Universidad Javeriana, el Politécnico
Grancolombiano y la Universidad Piloto de Colombia, entre otras. Ha desarrollado investigaciones en el
campo de la didáctica de la lectura y la escritura académica, de la poesía colombiana y actualmente
adelanta su investigación para el doctorado sobre la literatura indígena en Colombia.

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Laura VERA MARTÍN (lauraveramartin@gmail.com)
UNIVERSIDAD DE GRANADA
La influencia del exilio en la escritura de Rosario Aguilar.

La escritora nicaragüense Rosario Aguilar es una figura paradigmática en el ámbito


cultural de su país, pero poco conocida fuera de Centroamérica. Durante la guerra de
desgaste a la que EEUU sometió indirectamente a Nicaragua, la escritora tuvo que
exiliarse con toda su familia en Costa Rica entre 1985 y 1990, ya que a pesar de que sus
ideas estaban de parte del Frente Sandinista de Liberación Nacional, que en ese
momento se encontraba en el poder, la situación social se volvió sumamente grave y
los movimientos de exilio se multiplicaron. Rosario Aguilar abarca en su obra la
temática política de forma directa, especialmente en dos de sus novelas: El guerrillero,
publicada en 1976, y Siete relatos sobre el amor y la guerra, publicada en 1986. En ellas
no sólo se posiciona ideológicamente, criticando aspectos tanto de las líneas
revolucionarias como de la Contra, sino que también proporciona una visión diferente,
más allá de la novela histórica pretendidamente objetiva. Aguilar entra a través de su
escritura en la piel de mujeres que han podido existir, historias verosímiles y reales de
mujeres que han vivido las diferentes fases de la revolución desde posiciones más
activas de lo que suele trascender en el relato hegemónico de la historia. Rosario
Aguilar escribe la frontera desde dos perspectivas. Por un lado, desde el punto de vista
de una literata que no ha tenido más remedio que huir con toda su familia, para
protegerla de unas consecuencias imprevisibles. Este aspecto se diferencia de manera
tácita en la evolución de la escritura de Aguilar entre una y otra novela: la primera,
escrita en Nicaragua en un ambiente tenso, pero más o menos seguro, admirada de las
historias que le iban llegando acerca de la guerrilla. La segunda novela, sin embargo,
mucho más madura, más grave si se quiere, reflexionando acerca de las consecuencias
reales o ficticias que finalmente ha llevado consigo la revolución sandinista, o sobre las
desavenencias a las que se ven sometidos los nicaragüenses por culpa principalmente
de la presión internacional, intransigente con un régimen que no acabó nunca de ser
aceptado como legítimo por parte de muchos gobiernos interesados en que así fuera.
El otro punto de vista desde el que podemos calificar la literatura de Rosario Aguilar
como literatura de frontera, es el hecho de que sus personajes, sus historias, dan voz a
un tipo de sujeto que suele estar marginado en las historias oficiales: las mujeres y sus
experiencias dentro del proceso revolucionario y post-revolucionario. Se trata de un
discurso en cierto modo subalterno, que se acerca a los márgenes de la historia para
mostrarnos esa otra parte que suele obviarse. Bien por el carácter propio de la
revolución sandinista, que incluyó de forma masiva a mujeres entre sus filas
guerrilleras y gubernativas, bien por el papel rompedor que ha tenido esta autora en
su país, siendo la primera mujer miembro de la Academia Nicaragüense de la Lengua,
su discurso se convierte en un magnífico ejemplo de la literatura escrita desde los
márgenes y desde el exilio. Se llevará a cabo el análisis breve de estas dos obras, y el
estudio concreto de la influencia del exilio y la experiencia vital de Rosario Aguilar en
su literatura.

Licenciada en Historia por la Universidad de Murcia, y en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada


por la Universidad de Granada. Máster en Estudios Latinoamericanos: Cultura y gestión, comenzando el

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doctorado en el programa “Lenguas, textos y contextos” en la Universidad de Granada. Trabajando
actualmente en el proyecto de difusión científica UGRmedia.

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Rafael VIDAL SANZ (rafaelvidalsanz@gmail.com)
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID
El refugio del lenguaje en Tengo miedo torero.

Todo poder genera una resistencia frente a él. Esta resistencia puede ser ejecutada a
través del acto, mediante el sabotaje, el terrorismo o cualquier conducta que aniquile
los símbolos del ejercicio del poder. Pero hay otra resistencia que no requiere del acto,
y que se manifiesta en su propia presencia dentro del espacio público. El escritor y
artista chileno Pedro Lemebel contrapone estas dos formas de resistencia en Tengo
miedo torero, su primera novela. Y, para ello, construye a dos personajes antitéticos
pero ambos en el margen del poder dictatorial de Pinochet: la del activista y la de la
travesti, La Loca del Frente. El primero es aceptado socialmente por su apariencia:
debe manifestar en la actividad la renuncia a la norma, y para ello, planea el atentado
contra Pinochet. Pero a Lemebel le interesa especialmente la travesti, un personaje
que es una mancha en la mirada social, un vacío para el que sólo caben categorías ya
adquiridas de masculino-femenino, pero que no valen en su designación real al sujeto.
La novela parte, así, de El beso de la mujer araña, de Manuel Puig, como hipotexto
argumental, y de él tomará también el juego del género en el lenguaje, pues en ella, el
personaje homosexual se designa a sí mismo con calificativos en femenino. Recoge,
además, esta destrucción de las categorías del lenguaje que ya está en El lugar sin
límites, de José Donoso, donde el lenguaje literario erige esa propio espacio sin límites,
donde se produce una continuidad masculino-femenino sin que suponga una barrera.
Y Lemebel lleva al extremo estos presupuestos: el narrador y los personajes disienten
en el género con el que abordan a la Loca del Frente, de modo que su identidad se
construye no en una categoría, sino en un flujo. Es en el desplazamiento entre
categorías masculinas y femeninas donde puede erigir la Loca del Frente un refugio y, a
la vez, una forma de resistencia, que no requiere de actos, sino de su propia irrupción
en la mirada del poder. Así, pretendo analizar esta construcción ambigua de la
identidad a través del lenguaje mediante las teorías de Judith Butler. Pero este
lenguaje del narrador es voluble, y se adapta a las múltiples voces de los personajes,
de modo que encontramos un lenguaje-cero que sirve como molde de distintas
visiones dentro del espacio de represión de la dictadura. Así, en una capa se
superponen lenguajes de poder y de resistencia, lenguajes del centro y las afueras, con
la misma recreación del fluir del pensamiento de Pinochet en contrapunto al de La
Loca del Frente. A través del lenguaje, Lemebel muestra las categorías que rigen la
sociedad y su subversión, y explicita la situación de sujetos inaprehensibles por el
poder como un vacío, un margen: están en un exilio interior o insilio, pero en el que
construyen su propio hogar.

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Yasmina YOUSFI LÓPEZ (yasminayousfi9@gmail.com)
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BARCELONA
Josefina Plá, el compromiso desde la frontera.

Josefina Plá (Isla de Lobos, 1903-Asunción, 1999), exiliada española republicana,


radicada en Asunción desde 1938, es una de las figuras esenciales de la literatura
paraguaya del siglo xx. Si bien participó en la renovación cultural de Paraguay a partir
de la década de los cuarenta, la trayectoria literaria de esta poeta, narradora,
dramaturga, ensayista e historiadora se define por su singularidad: su obra no se
entiende únicamente como “trasvase” -como ocurre con la mayoría de intelectuales
exiliados-, sino, principalmente, como un ejemplo del diálogo constante entre la
cultura literaria y la experiencia vital adquiridas en España y la cultura hispano-mestiza
e indígena paraguaya. Entre exiliados, pues, es considerada como una figura marginal
por no pertenecer al circuito cultural que entablaron en América Latina; entre
paraguayos, particular, por dotar a su obra de un perspectivismo que difícilmente
podía desarrollar un escritor nativo.
En Josefina Plá, el exilio es la frontera híbrida desde donde arranca su vida
como escritora, y solo desde esta frontera puede ser entendida su obra. No obstante,
Plá no escribe desde la perspectiva homérica del exiliado, que evoca la patria perdida y
anhela el regreso, ni siquiera lo hace desde una posición de alteridad con respecto a su
nuevo entorno, sino que, en su caso, el exilio es el lugar que le revela una situación
semiótica nueva, el encuentro entre los dos sistemas, el hispánico y el hispano-guaraní,
que manifestará literariamente. De esta manera, si analizamos su obra desde la
historia y crítica de la literatura paraguaya contemporánea, percibimos que se forja
desde un realismo crítico que no se rige por convicciones ideológicas, sino que es de
carácter estructural porque se origina gracias a la distancia a partir de la cual,
inevitablemente, la autora habla de la nueva realidad de la que forma parte. Así pues,
al escribir desde la frontera, la voluntad por asumir esta realidad se impregnará
siempre de una dimensión crítica que la llevará a tejer textos literarios en los que
denuncia, principalmente, el maltrato y la humillación que sufren las mujeres
paraguayas más vulnerables, las de origen indígena.
Acorde a la investigación que llevo a cabo para mi tesis doctoral, propongo un
estudio que analice algunos ejemplos de la narrativa breve de Josefina Plá como Jesús
meninho, Sisé, El perro o La mano en la tierra, escritos a partir de la década de los
cincuenta, que plantean las desdichas de las clases populares paraguayas. La distancia
que adquiere Josefina Plá en estos textos es lo que la diferencia de sus
contemporáneos paraguayos, pues la llevará a enfocar otros aspectos de la realidad
paraguaya a través, también, de su propio sistema expresivo. La dimensión crítica de
sus cuentos, expresada a través de una prosa de notable calidad estética, vigor
comunicativo y fina ironía, evidencian que, desde la frontera no solo observa, analiza e
intenta comprender sino que, además, ha asumido una postura comprometida con la
realidad que la rodea.

Yasmina Yousfi López (Alcoy, 1987), es licenciada en Periodismo y Filología Hispánica por la Universidad
de Valencia (2011). Ha cursado el Máster Oficial en Literatura Comparada y Estudios Culturales (2012)
de la Universidad Autónoma de Barcelona, donde además es becaria FPI en el Grupo de Estudios del
Exilio Literario (GEXEL). Su línea de investigación está centrada en la escena y la literatura dramática del

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exilio republicano de 1939 en Chile, Perú y Paraguay, principalmente. En la actualidad, desarrolla su tesis
doctoral sobre Josefina Plá, autora exiliada en Paraguay.

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