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172 ARISTÓTELES MAGNA MORALIA 173

La relación entre el que ha trabajado y el que no ha trabajado Por otra parte, también es justa la reciprocidad, aunque no
será la misma que entre lo mucho y lo poco; la relación entre el como decían los pitagóricos, pues aquéllos creían que era justo
que ha trabajado y lo mucho será la misma que entre el que no recibir como castigo lo mismo que uno había hecho. Pero esto
ha trabajado y lo poco. Es claro que también Platón hace uso en no es posible en relación con todas las personas. Porque no es
La república de esta justicia proporcional46. En efecto, el cam­ justo lo mismo en un siervo que en un hombre libre, ya que si
pesino —dice— produce trigo, el arquitecto hace una casa, el un siervo golpea a un hombre libre no es justo que sea golpeado
tejedor una túnica, el zapatero calzado. De este modo el campe­ por ello en la misma medida, sino mucho más. De modo que la
sino proporciona trigo al arquitecto y el arquitecto una casa al justicia recíproca consiste asimismo en la proporcionalidad.
campesino, y de forma semejante se relacionan todos los de­ Pues la misma relación de superioridad que el hombre libre tie­
más, de tal manera que los productos que elaboran ellos mis­ ne con respecto al esclavo es la que se establece entre el castigo
mos los intercambian con los que hacen los otros. Y en ello y la agresión. Y de forma parecida funcionará la relación entre
consiste la proporción: del mismo modo que el campesino se un hombre libre y otro. No es justo, efectivamente, si uno le
relaciona con el arquitecto, así también el arquitecto con el salta un ojo a otro, que el único castigo que reciba el agresor sea
campesino, y de manera semejante se da esta misma proporción que le arranquen un ojo, sino que debe recibir una pena mayor,
en las relaciones de unos con otros en el caso del zapatero, del acorde a la proporción; y puesto que aquél fue el primero que
tejedor y de todos los demás. Y esta proporción es la que sostie­ comenzó y cometió injusticia, ha sido injusto por ambas razo­ 1194b

ne el régimen político. De modo que parece que lo justo es lo nes, de modo que también estas ofensas han de guardar propor­
proporcional. Pues lo justo sostiene los regímenes políticos: lo jus­ ción con el castigo47, y es justo que reciba un castigo mayor a lo
to es lo mismo que lo proporcional. que hizo.
Pero, puesto que el arquitecto estima en más su obra que el Puesto que lo justo se dice en muchos sentidos, habrá que
zapatero y el zapatero debía intercambiar sus productos con el ar­ definir qué tipo de justicia es la que estamos considerando.
quitecto, pero no era posible recibir una casa a cambio de unos Hay un tipo de justicia, según dicen, del siervo con respecto
zapatos, entonces se pensó en utilizar algo con lo que todo esto al amo y del hijo con respecto al padre. Lo justo en estos casos
pudiera ser adquirido, es decir, la plata, a la que denominaron parece que sólo tiene en común con la justicia política el nom­
dinero; y en hacer el intercambio entre ellos pagando cada uno bre (pues la justicia que estamos examinando es la justicia polí­
el precio de cada cosa, manteniendo de este modo unida la co­ tica). Pues ésta reside sobre todo en la igualdad (los ciudadanos
munidad política. son, efectivamente, algo así como compañeros que tienden a
Puesto que lo justo se da en estas cosas y en las menciona­ ser semejantes por naturaleza, aunque se diferencien por su ca­
das con anterioridad, la justicia que atañe a estas cosas tendrá, rácter), pero en el hijo no parece que haya ninguna justicia con
merced al hábito, un impulso acompañado de elección en este respecto al padre ni en el siervo con respecto al amo, como
ámbito y respecto a estas cosas.
47 Conjeturamos que éste sea el sentido de hóste análo/>on kaí la adiké-
46 C f. P l a t ó n , L a r e p ú b lic a , 369b-370a. m a ta .

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