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Gerhard Kruip

Dietmar Müßig
Raphael Zikesch
(editores)

EL NEO-EXTRACTIVISMO EN BOLIVIA
Oportunidades
Riesgos
Sostenibilidad
Dietmar Müßig, Gerhard Kruip, Raphael Zikesch (eds.)
El Neo-Extractivismo en Bolivia. Oportunidades, Riesgos, Sostenibilidad
399 p.; ilus; 21x16 cm (Colección “Miscelánea”, 1)
ISBN: 978-99974-343-2-6
D.L.: 2-1-3386-18
[Bolivia / Neo-Extractivismo / Ecología / Economía / Problemas sociales]

© Gerhard Kruip, Dietmar Müßig, Raphael Zikesch, 2019


© Instituto de Misionología, Facultad de Teología “San Pablo”
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Primera edición: enero 2019
Imágenes de la tapa: Cerro Rico de Potosí, 2018 (Dietmar Müßig)
Diseño Gráfico y diagramación: Noemi M. Balboa Cañizaca
Printed in Bolivia – Impreso en Bolivia
ÍNDICE
PREFACIOS..............................................................................................9
Del arzobispo Edmundo Abastoflor......................................................9
Del obispo emérito Norbert Trelle......................................................11
INTRODUCCIÓN...................................................................................13
1.  Extractivismo y ética social. Algunas herramientas de teoría
  moral e introducción a las contribuciones de este libro.................13
2.  Condiciones del extractivismo en América Latina.........................31
3.  Breve historia de la minería en Bolivia..........................................67
¿BOLIVIA, UN ESTADO RENTISTA? EL PESO ECONÓMICO
DEL NEO-EXTRACTIVISMO...............................................................97
4.  ¿Extractivismo como modelo de desarrollo? Los problemas
  económicos del neo-extractivismo.................................................97
5.  El desarrollo de la renta petrolera estatal entre 2006 y 2016 ....... 115
6.  Bolivia, un país de tradición minera............................................131
PROBLEMAS ECOLÓGICOS DEL
NEO-EXTRACTIVISMO.....................................................................159
7.  El caso del litio.............................................................................159
8.  Explotación de oro y otros metales pesados................................177
PROBLEMAS SOCIALES Y POLÍTICOS DEL
NEO-EXTRACTIVISMO.....................................................................189
9.  En el subsuelo. Los niños y adolescentes en las minas de
  Potosí............................................................................................189

5
Dietmar Müßig, Gerhard Kruip, Raphael Zikesch (eds.)

10.  Impacto social y político de las cooperativas mineras en


  Bolivia........................................................................................207
11.  La estabilidad del Rentier State Bolivia con respecto a la
   renta estatal de materias primas entre 2006 y 2016...................225
NEO-EXTRACTIVISMO Y COSMOVISIÓN ANDINA.....................259
12.  El ciclo mítico del extractivismo en Bolivia..............................259
13.  La devoción al Tío en las minas.................................................283
14.  Extractivismo, antropocentrismo y derechos para la tierra.
   El Papa Francisco y el Vivir Bien..............................................305
CAMINANDO HACIA LA SUPERACIÓN DEL
NEO-EXTRACTIVISMO.....................................................................341
15.  Los derechos humanos y la madre tierra a la sombra del
   neo-extractivismo en Bolivia.....................................................341
16.  Extractivismo y lucha social: El instrumento de los
   Derechos Humanos....................................................................363
RECOMENDACIONES........................................................................383
17.  Alternativas al neo-extractivismo en Bolivia.............................383
INFORMACIÓN SOBRE LAS/OS AUTORAS/ES.............................395

ILUSTRACIONES

Ilustración 1: Peso de la minería en las exportaciones de Bolivia


      en el periodo 1952-1985....................................................79
Ilustración 2: Aporte de la COMIBOL a las exportaciones
      nacionales...........................................................................80
Ilustración 3: Evolución del PIB minero y de su aporte al PIB
      nacional..............................................................................88

6
ÍNDICE

Ilustración 4: Producción de concentrados de minerales expresadas


       en toneladas métricas de metal (toneladas métricas
       finas)...................................................................................89
Ilustración 5: Valor de la producción de minerales de Bolivia ............... 90
Ilustración 6: Regalías mineras pagadas por los diferentes actores ........ 91
Ilustración 7: Impuestos pagados por el sector minero............................92
Ilustración 8: Personal empleado en el sector minero.............................94
Ilustración 9: Proporción de la PEA empleada en minería......................94
Ilustración 10: Evolución de la producción de plomo y cobre en
      Bolivia............................................................................179
Ilustración 11: Evolución de la producción de oro en Bolivia .............. 183
Ilustración 12: Consumo de mercurio por países...................................184

TABLAS

Tabla 1: Participación de COMIBOL y COMSUR por la explotación


    de la mina Colquiri de COMIBOL arrendada a COMSUR ....... 84
Tabla 2: Regalías mineras por departamentos de Bolivia........................92
Tabla A: Desarrollo del Producto Interno Bruto y los exportaciones
     en Bolivia entre 2005 y 2016..................................................117
Tabla B: Desarrollo de la renta petrolera estatal y sus cinco
     componentes en Bolivia entre 2003-2016................................126
Tabla A: Producto Interno Bruto Minero 2006-2015.............................156
Tabla B: Cantidad y valor de exportación de minerales 2006-2015 ..... 156
Tabla C: Renta minera por tipo de recaudación 2006-2015..................157
Tabla 1: Indicadores económicos, presupuesto general del Estado
     (PGE) consolidado y la renta estatal de materias primas
     entre 2006 y 2016 en Bolivia...................................................229

7
Dietmar Müßig, Gerhard Kruip, Raphael Zikesch (eds.)

Tabla 2: Sharing of Rents entre 2006 y 2016: transferencias


     directas y subvenciones y su proporción en la renta estatal de
    materias primas........................................................................230
Tabla 3: ¿Cuál es el problema más grande en Bolivia? (2006-2015) ... 232
Tabla 4: Confianza de los bolivianos en la policía y en la
     administración pública entre 2006 y 2015...............................232
Tabla 5: Confianza de los bolivianos en el presidente y en el
     gobierno entre 2006 y 2015.....................................................233
Tabla 6: Political Terror Scale y Freedom of the Press para Bolivia
     entre 2006 y 2016.....................................................................235
Tabla 7: Exportaciones y Participaciones de la renta estatal de las
     materias primas en el PIB, en el Presupuesto General del
     Estado (PGE) consolidado y en los ingresos corrientes del
     Sector Público No Financiero (SPNF) entre 2006 y 2016
    en Bolivia.................................................................................240
Tabla 8: Desarrollo de ingresos tributarios del Gobierno Central
     (GC) de Bolivia entre 2006 y 2015..........................................241
Tabla 9: Gastos e indicadores del sector educativo boliviano entre
    2006 y 2016.............................................................................243
Tabla 10: Gastos e indicadores del sector salud en Bolivia entre
    2006 y 2016.............................................................................245
Tabla 11: Gastos de los sectores productivos y de infraestructura en
     Bolivia entre 2006 y 2016........................................................247
Tabla 12: Ingresos, egresos, déficit global, crédito interno y externo
     neto del SNPF y reservas internacionales netas del BCB
     en Bolivia entre 2006 y 2016...................................................249

8
PREFACIOS
Del arzobispo Edmundo Abastoflor

Debemos cuidar y labrar la tierra, no explotarla ni destruirla.


Vivimos una época de profundos cambios que nos demandan una adecuada
lectura de los nuevos signos de los tiempos, ante una situación de crisis
global que no sólo implica lo económico, social o político, sino que
también es ambiental, energética, alimentaria, del modelo de desarrollo,
así como del modo de vida que hemos asumido.
Un modelo de desarrollo que ha basado su crecimiento en la explotación
irracional de los recursos naturales, un modelo económico basado en un
creciente consumismo que ha profundizado la situación de pobreza y
desigualdades en el mundo.
Requerimos espacios como el que acompaña esta publicación, resultado
de investigaciones científicas, comparadas y analizadas desde la academia,
en procesos de interacción y en una reflexión compartida desde la fe, el
compromiso cristiano, e iluminada por el Magisterio de la Iglesia y en
especial la Encíclica Laudato Si’.
Esta publicación refleja un proceso de intercambio vivido entre dos
realidades distintas como son las de Alemania y Bolivia, proceso empeñado
en el cuidado del planeta y la búsqueda de alternativas al extractivismo,
fruto del modelo de desarrollo imperante hoy y cuyas consecuencias
estamos viviendo. El Papa Francisco nos recuerda que debemos contribuir
a la búsqueda de un modelo de desarrollo distinto, donde el ser humano
en armonía con la Creación sea la base para encontrar opciones de salida
hacia un desarrollo humano integral, sostenible y sustentable.

9
Dietmar Müßig, Gerhard Kruip, Raphael Zikesch (eds.)

Confiamos en que las experiencias reflejadas en la publicación sean


un aporte valioso al pensamiento social de la Iglesia Católica y una
contribución a este debate constructivo para un mejor futuro, tanto para
nosotros como para las nuevas generaciones.

Edmundo Abastoflor
Arzobispo de La Paz (Bolivia)

10
Del obispo Norbert Trelle

Un seminario-taller sobre la temática de la minería y el extractivismo en


Bolivia. Uno se podría preguntar: ¿Qué tiene que ver esto con Alemania?
¿Por qué tendría que ser un tema de la Iglesia? ¿Y para qué gasta dinero
una fundación de la diócesis de Hildesheim en tal cosa?
Durante mi último viaje a Bolivia tuve la oportunidad de visitar también el
Cerro Rico de Potosí. Las condiciones en las cuales los mineros trabajan allí
me conmovieron mucho. Sin embargo, muchos de los mineros no tienen
otra posibilidad más que esta labor para dar a sus familias el pan de cada
día. Muy parecida es la situación del gobierno en nuestro país hermano.
Para tener los ingresos necesarios, Bolivia depende de la exportación de
materias primas. Pero un valor añadido o un progreso tecnológico no se
logran de esta manera. Por eso parece difícil un desarrollo sostenible. Más
bien existe el peligro de que, una vez más, sean los pobres los que tengan
que pagar la cuenta.
Por otro lado, la casi insaciable codicia de las naciones industrializadas,
causa, en los países del sur, una explotación cada vez más despiadada de
los recursos naturales, lo que ocasiona daños ecológicos de gran escala.
A pesar de una muy buena legislación del medio ambiente, muchas veces
en la práctica no se respetan estas leyes. De tal modo que en la región de
Potosí la mayoría de los ríos están envenenados debido a las sustancias
químicas que salen de la minería. Y así sufren los seres humanos, los
animales y toda la naturaleza.
En su encíclica Laudato si’, el Papa Francisco nos llama a escuchar tanto
el grito de los pobres como el grito de la naturaleza asediada. Estos dos
sujetos no se pueden separar, según el Papa. Escuchar este doble grito es
parte de nuestro cuidado de la casa común, que tenemos que asumir como
11
Dietmar Müßig, Gerhard Kruip, Raphael Zikesch (eds.)

cristianos y cristianas. Por eso nos comprometimos, hace ya algunos años,


por el cuidado de la creación de Dios mediante la Hermandad que nos
une con las hermanas y los hermanos en Bolivia. En el marco de este
compromiso, un seminario como el que se documenta en esta publicación,
tiene mucho sentido. Quedé impresionado por la manera en la cual las y los
estudiantes bolivianos y alemanes han trabajado de manera cooperativa.
En conjunto elaboraron charlas que, además de ser presentadas en La
Paz, fueron reproducidas por escrito tanto en español como en alemán.
Durante este proceso aprendieron los unos de los otros, y mostraron cómo
esta Hermandad se puede hacer tangible.
Entonces, en este trigésimo primer año de nuestra Hermandad con Bolivia,
deseo que esta publicación encuentre mucho interés de los lectores. Y
sobre todo ¡muchas personas que se comprometan por el cuidado de la
creación de Dios!

Norbert Trelle
Obispo emérito de Hildesheim (Alemania)

12
INTRODUCCIÓN
1.  Extractivismo y ética social. Algunas
herramientas de teoría moral e introducción a las
contribuciones de este libro
Gerhard Kruip
Raphael Zikesch

Un país como Bolivia, rico en recursos naturales, podría ser no solo un


país rico, sino también tener una población viviendo en prosperidad. Pero
no es así. Al contrario, la experiencia histórica muestra, que muchas veces
las poblaciones de los países que tienen muchos recursos naturales, no
viven bien. ¿Entonces, la riqueza en recursos naturales significa pobreza
de la mayoría de la gente? Analizar detalladamente los factores que
contribuyen a tales efectos negativos no es fácil. Pero nos parece muy
claro, que no se trata de un automatismo, para decirlo así, “natural”, sino
que son consecuencias de determinadas maneras de construir una sociedad,
de hacer política, de manejar una economía, de acumular o de distribuir
riquezas, de invertir o de consumir etc. –todo eso pasa, además, dentro de
un contexto internacional cada vez más globalizado–. El extractivismo y
sus efectos son resultados de acciones humanas y no de procesos naturales,
y por eso, lo que se pone sobre la mesa, son cuestiones de justicia.

13
Dietmar Müßig, Gerhard Kruip, Raphael Zikesch (eds.)

1.  La pluralidad de “las justicias”


Pero ¿que es justicia?1 Todos tenemos intuiciones sobre lo que nos parece
justo, y sobre todo lo que nos indigna por ser injusto. Sin embargo, no es
tan fácil aclarar lo que exactamente entendemos por justicia y cuáles son
los criterios para distinguir lo justo de lo injusto. En general, se puede
decir, que la justicia es la voluntad de dar a cada uno lo que es suyo. Pero
no siempre es fácil determinar “lo que es suyo”. Obviamente depende de
la situación y de las personas afectadas. Ya desde nuestros mundos de vida
diaria tenemos intuiciones muy claras, que hay que aplicar distintas reglas
de justicia según el tipo de relación que se da en determinada situación.
Por ejemplo, sabemos bien que ante la ley todos tienen que ser iguales
y que todos los ciudadanos deben tener el mismo derecho al voto en las
elecciones para los representantes políticos. Pero en cuanto a las notas
en las escuelas, colegios o universidades estamos convencidos que no
sería justo darles a todos las mismas notas. En este caso aplicamos una
regla no de igualdad sino de proporcionalidad entre el mérito y la nota.
En cambio, si se trata de ayudar a gente con necesidades especiales, por
ejemplo a enfermos o a personas con discapacidades, no nos orientamos
en los principios de igualdad o de proporcionalidad sino en el principio de
la justicia según las necesidades.
El hecho de esta pluralidad de dimensiones de justicia, es decir el
hecho de que la justicia no significa lo mismo en situaciones diversas,
ya se conoce desde los principios de la reflexión filósofica sobre tales
problemas. En los conceptos tradicionales, por ejemplo en Aristóteles y
Tomás de Aquino, se distinguen justicia legal o justicia del bien común
(iustitia legalis), cambio justo (iustitia commutativa) y distribución justa
(iustitia distributiva). Mientras el cambio justo se aplica a la relación
entre particulares (individuos o grupos), la distribución justa se refiere
a la responsabilidad de la comunidad en su relación con los particulares

1 Para mayor información véase Höffe 2001, Mieth/Goppel/Neuhäuser 2016 y Fischer/Kruip


2007.

14
1.  Extractivismo y ética social. Algunas herramientas de teoría moral e
introducción a las contribuciones de este libro

y, al revés, la justicia legal o justicia del bien común concierne la


responsabilidad de los individuos o grupos particulares en su relación con
la comunidad.
Es una característica importante de la (post-)modernidad, que ya no
podemos recurrir a conceptos de justicia sustancial, como si pudiéramos
saber de antemano cuales podrían ser las instituciones justas de la sociedad.
Solamente en discursos reales entre todos los afectados posibles y en
discursos contextualizados es posible acercarse a lo que, por lo menos para
un cierto período, puede ser considerado por justo.2 Por eso necesitamos
procedimientos para tales discursos y para tales procesos de decisión, lo
que implica una justicia de procedimientos como uno de los requisitos más
importantes para la justicia en tiempos modernos. En un sentido amplio
podemos llamar a esta justicia de procedimientos “justicia política”. Una
de las consecuencias de esta pluralidad de dimensiones de la justicia es
que no podemos, como muchas veces se hace3, identificar justicia con
igualdad. Una tal identificación se puede entender muy bien, sobre todo
en países como los latinoamericanos, donde hay mucha gente que vive en
miseria o extrema pobreza a pesar de que, en los mismos países, haya una
élite viviendo con muchas riquezas. ¿Pero es precisamente la desigualdad
el problema o más bien el hecho de que la mayoría ni siquiera tiene lo
mínimo para vivir?
Lo que sí está muy claro es que tales juicios morales no se deducen
simplemente de observaciones empíricas. No hay una conclusión directa
entre un hecho empírico y un juicio moral. Como nos muestra la teoría de
la argumentación de Toulmin4, junto con datos sobre la situación (“data”)
se necesita una norma moral o un valor (“warrant”), para llegar a una
conclusión, que se debe hacer. A su vez, esta norma o este valor tienen su
fundamento en sistemas más amplios de valores o una específica teoría

2  Cf. Kruip 1997.


3  Cf. el título –no el contenido– del libro Barker 2000.
4  Cf. Toulmin 2003.

15
Dietmar Müßig, Gerhard Kruip, Raphael Zikesch (eds.)

moral (“backing”). Este esquema de Toulmin ayuda a distinguir, en donde


exactamente reside el desacuerdo, cuando hay uno: los participantes del
discurso pueden distinguirse por la manera, en que ven la situación, o
pueden tener diferentes normas, un caso que a su vez puede darse dentro
de un mismo sistema de normas o puede depender de distintos trasfondos
teóricos o culturales. Por eso, cualquier juicio moral tiene que defenderse
con referencia a la situación en la cual se quiere actuar, a las normas
aplicadas y al trasfondo teórico o cultural de estas normas.
2.  Dos teorías útiles de justicia
En lo que sigue proponemos dos conceptos básicos de justicia, que
pueden ayudar a solucionar algunos problemas y tener una opinión ética
justificable sobre el extractivismo.5
El primer concepto que presentamos, el contractualismo, ya tiene una
larga tradición. Hay dos líneas fundamentales en esta tradición teórica:
primero un contractualismo que parte de situaciones reales, con individuos
reales e intereses particulares, que llegan a ciertos convenios y tienen
carácter moral (la línea de Hobbes); y segundo un contractualismo con
situaciones de partida (estados primitivos) idealizados (la línea de Locke,
Rousseau, Kant, hasta Rawls). Los dos formulan una “moral mínima”
que no puede incluir todas las convicciones morales de la mayoría de las
personas, especialmente a toda la tradición ética cristiana. Sin embargo,
sociedades modernas pluralistas nunca van a corresponder a conceptos
éticos maximalistas. Ya es mucho si se llega a un acuerdo de un mínimo
de reglas morales comunes. El primer concepto, que trata de llegar a una
reconstrucción económica de la moral, no toma el “punto de vista moral”,
el segundo lo incluye en sus premisas con sus idealizaciones (por ejemplo
en el “velo de ignorancia” de Rawls). Solamente el segundo alcanza la
inclusión de todos de manera equitativa. La ventaja del primero consiste
en que no es necesario exigir motivaciones morales, porque del convenio

5  Para lo que sigue véase entre otros Kruip 2007.

16
1.  Extractivismo y ética social. Algunas herramientas de teoría moral e
introducción a las contribuciones de este libro

todos salen ganando. Solamente bajo la condición de una “win-win-


situation” se llega al acuerdo.
El primer concepto muchas veces argumenta referiendose al famoso
“dilema de los prisioneros”.6 Por ello se entienden situaciones sociales,
en las cuales el resultado de una acción depende también de acciones de
otros, y eso de tal manera, que solamente se llega a un buen resultado para
todos si todos colaboran, dejando de lado sus intereses particulares a corto
plazo. Ese concepto se llama así, porque hay una narración “clásica”, que
sirve para ejemplificar esas situaciones. Imagínense que dos criminales
robaron en un banco, pero no había testigos ni se halló el dinero, solamente
se encontraron las armas sin que se pudiera probar que realmente fueron
utilizadas para el robo. En esta situación, a los criminales se les puede
castigar por haber tenido armas ilegales, con una pena de un año de cárcel,
por ejemplo. Si en cambio confesaran haber cometido el robo, se les
podría castigar por ello con ocho años de cárcel. Para llevarles a confesar
su crimen, se les ofrece la posibilidad de deponer como testigo principal,
dejando así en libertad a dicho testigo, pero castigando al otro, que no
confiesa, con diez años de cárcel. ¿Qué pasa, si los dos criminales no
pueden negociar entre ellos, para ponerse de acuerdo sobre la opción que
van a tomar? Para los dos, lo mejor sería no confesar e ir a la cárcel por un
año, pero desde la perspectiva individual, para cada uno es más interesante
la situación de la cooperación explotada, en la cual uno confiesa, depone
como testigo principal, mientras el otro no confiesa. Aún en el caso de
que el otro también confiese, es mejor confesar también, para evitar ir a
la cárcel por diez años. Así, teniendo que actuar independientemente, los
dos criminales confiesan y van a la cárcel por ocho años, un resultado que
habrían podido evitar si se hubieran puesto de acuerdo para callarse.
Esta narración demuestra, que en tales “dilemas de los prisioneros” las
dos partes salen ganando si cooperan, pero el interés particular ofrece

6 Para más detalles: Axelrod 1986 y Homann/Pies 1991. Una buena introducción general a la
teoría de juegos nos ofrece Holler/Illing 2000.

17
Dietmar Müßig, Gerhard Kruip, Raphael Zikesch (eds.)

incentivos muy fuertes para no cooperar, lo que da un resultado mucho


peor en comparación con el resultado en caso de cooperación. En la
realidad social muchas veces se dan tales situaciones, por ejemplo cuando
se trata de bienes públicos (seguridad pública, medio ambiente limpio,
etc.).7 Todos sacan provecho de ellos y la vida se volvería muy difícil, si
no los hubiera. Pero cada uno saca más provecho utilizando los bienes
públicos sin contribuir a su producción, mientras los otros, sí, contribuyen.
Son estructuras nocivas para la sociedad, porque ofrecen incentivos para
la no-cooperación, para la explotación de la buena voluntad de los otros.
Muchas reglas morales tienen este carácter de un convenio o contrato que
a largo plazo sirve a todos, por eso, todos lo aceptan por interés propio. De
esta manera, se puede mostrar, que por lo menos muchas reglas morales
se pueden fundamentar recorriendo a intereses particulares, sin que los
participantes en el contrato deban tener una motivación propiamente
moral. Solamente se les exige la inteligencia de entender que podrían
salir ganando aceptando estas reglas morales. En muchos conflictos y
situaciones actuales, ya sería mucho, si cada una de las personas, por lo
menos siguieran sus intereses particulares poniéndose de acuerdo sobre
reglas que sirvieran a todos.
Sin embargo hay casos, en los cuales esta argumentación lleva a
resultados, que no convencen desde un punto de vista moral. ¿Qué pasa
si no correspondiera a los intereses de los países ricos que los países
pobres también se desarrollaran? ¿Qué pasa si los pobres no tuvieran
el poder de por lo menos amenazar a los ricos? ¿Cual sería el resultado
de la negociación si una de las partes no tuviera un poder suficiente de
negociación? Está muy claro que, en última instancia, el contractualismo
no puede evitar de manera sistemática acuerdos asimétricos o contratos
de sometimiento o de explotación. Además, solamente contando con una
motivación egoísta, ninguno estará dispuesto a luchar en favor del cambio

7 Cf. Olson 1992. Hay un discurso muy actual sobre bienes públicos a nivel global, véase por
ejemplo Helferich/Heinrich-Böll-Stiftung 2012; World Economic Forum 2015. También:
http://www.bienescomunes.org/.

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1.  Extractivismo y ética social. Algunas herramientas de teoría moral e
introducción a las contribuciones de este libro

de una situación que se parece al dilema de los prisioneros. Para cambiar


estas estructuras parece necesario que haya personas con una motivación
claramente ética y no solamente económica.8 Por eso, hay que dar un paso
más y presentar otro modelo ético, que nos lleva a resultados que encajan
mejor dentro de nuestras intuiciones morales.
Al filósofo estadounidense John Rawls (1921-2002) corresponde el
mérito de haber reanimado la discusión ética sobre cuestiones de justicia
en la filosofía práctica desde los años setenta del siglo pasado. En todo el
mundo su “Teoría de la Justicia”9 se ha discutido muchísimo y muchos
siguen utilizando sus conceptos. Rawls propone hacer un experimento
mental, imaginándose que los miembros de una sociedad, antes de vivir en
ella, se reunen en una situación original para discutir y decidir las reglas
fundamentales para su futuro convivir. En esta asamblea constituyente,
donde hay que llegar a un consenso entre todos, no solamente todos tienen
el mismo derecho a hablar y a votar, sino también se encuentran bajo un
“velo de ignorancia”.10 Eso quiere decir, que –en el experimento mental–
no conocen la posición social que van a ocupar en la futura sociedad. No
saben, si serán obreros o empresarios, negros o blancos, mujeres o varones,
ricos o pobres. El velo de ignorancia tiene un efecto muy importante para
la calidad moral de los consensos a los que se llega. Confrontado para
emitir una propuesta de regla de justicia, cada quien se pregunta qué
significaría esta regla para él en los distintos casos, y tratando de evitar
las consecuencias malas. Este velo obliga a todos los participantes de la
asamblea a ponerse en los lugares de todos los otros, tomando así un punto
de vista moral, es decir, independiente de los posibles intereses egoístas
de individuos particulares. Normas injustas, que beneficiarían solamente
a algunas partes, no podrían aceptarse bajo este velo de la ignorancia,
porque los participantes de la asamblea saben, que podrían estar en el
lugar de un perjudicado y por eso no aceptarán tal norma.

8  Cf. mi crítica a la postura de Homann en Kruip 1995; cf. también Schramm 1997.
9  Rawls 1985. Cf. Hinsch 2002.
10  Ibíd., 29.

19
Dietmar Müßig, Gerhard Kruip, Raphael Zikesch (eds.)

Según la argumentación de Rawls los participantes de la asamblea llegarían


a dos principios de justicia, un principio de igualdad y otro de diferencia.
El primero exige un sistema de máximos derechos y libertades iguales para
todos. Pero el segundo, que se refiere a la distribución de bienes materiales,
no exige la igualdad. Si la desigualdad por un sistema de estímulos lleva a
una productividad más alta de la cual pueden sacar provecho también los
pobres, entonces todos en esta situación original aceptarán un principio
de diferencia. El segundo principio es el siguiente: “Las desigualdades
económicas y sociales han de ser estructuradas de manera que sean para:
a) mayor beneficio de los menos aventajados, de acuerdo con un principio
de ahorro justo, y b) unidas a los cargos y funciones asequibles a todos, en
condiciones de justa igualdad de oportunidades”.11
Se puede leer este principio de la diferencia como una versión filosófica
de la opción por los pobres.12 Les da a los pobres un derecho a veto
con respecto a este tipo de desigualdades. Nos parece muy claro que
las desigualdades extremas, por ejemplo en Bolivia, no benefician a los
pobres, por eso, según Rawls, no pueden ser justificadas ante ellos y no
son justas.
Se puede imaginar bien que todos aceptan la desigualdad hasta tal punto
que esta es tan grande, que ya no sirve a los más pobres. Si nos movemos
en un eje que va desde la igualdad total (en que todos tienen bienes del
mismo valor) hasta la desigualdad extrema (en que uno posee todo,
mientras los otros no poseen nada), hay un punto entre los dos extremos,
en que los bienes de los pobres llegan al máximo posible. Pero si se mueve
más allá de este punto, aumentando la desigualdad, la parte de los pobres
empieza a bajar. Llamemos este punto el punto “D” (de “diferencia”).
Aplicando la teoría de Rawls al análisis de sociedades concretas, sería
necesario saber, si esta sociedad en cuanto a la desigualdad existente en
ella, se encuentra del lado del punto “D”, en el que la parte de los pobres

11  Ibíd., 340-341.


12  Cf. Lois 1986; Pixley/Boff 1986.

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1.  Extractivismo y ética social. Algunas herramientas de teoría moral e
introducción a las contribuciones de este libro

todavía puede aumentar con la desigualdad, o, al contrario, del otro lado


del punto “D”, donde la parte de los pobres disminuye con la creciente
desigualdad. El primero de los casos ofrece posibilidades muy buenas para
mejorar la situación de los pobres, porque se puede avanzar mejorando
también la situación de los ricos, mientras en el segundo caso, solamente
se puede mejorar la situación de los pobres quitándoles algo a los ricos.
Esta cuestión, de qué lado de “D” una sociedad se encuentra, solamente se
puede responder discutiendo medidas concretas de lucha contra la pobreza
en relación con sus efectos probables para los otros grupos de la sociedad.
En muchos casos, ayudando a los pobres, también se mejora la situación
de las clases medias o altas, por ejemplo, porque baja la criminalidad,
aumenta la productividad del trabajo, se crean nuevos mercados y se
mejora la competitividad de la economía nacional a nivel internacional.
Pero también hay situaciones, más difíciles a resolver, en las cuales los
ricos tienen que renunciar a algunas ventajas para que la situación de los
pobres realmente pueda mejorar.
Fuera de esta problemática de la justicia distributiva y de la aplicabilidad
del principio de diferencia hay que insistir en el primero de los dos
principios, el que exige una igualdad de derechos fundamentales para
todos. En muchos países del mundo, también en América Latina, hay que
admitir, que ni siquiera estos derechos fundamentales son garantizados.
Y mucho se podría ganar en favor de los pobres, si por lo menos se les
garantizara este mínimo de derechos. Eso sobre todo si tomamos en cuenta
la idea de la justicia participativa, que ultimamente ha sido perfeccionada
por Amartya Sen y Martha Nussbaum con su “capabilities approach”.13
Ellos analizan que no solamente son un problema para la justicia las
desigualdades en cuanto a los ingresos, sino sobre todo las desigualdades
que se refieren a las “libertades reales”, a las “chances de realización de
los derechos”. Si a los pobres les falta el conocimiento de sus derechos,
si les falta la capacidad de utilizarlos, si les faltan los recursos sociales,

13  Nussbaum (2007); cf. Sen (1999).

21
Dietmar Müßig, Gerhard Kruip, Raphael Zikesch (eds.)

mentales y materiales para hacerlo, entonces el hecho de tener algunos


derechos fundamentales no les sirve mucho. Para cumplir con el primer
y más importante principio de Rawls, es necesario que todos tengan
un mínimo de recursos, para que dispongan de las chances y disfrutar
realmente de los derechos que de manera abstracta siempre han tenido.
Así, fuera del principio de diferencia, se tiene que establecer un principio
de un cierto mínimo sociocultural para sobrevivir con dignidad, que es aún
más importante. Garantizar este mínimo ya sería un paso muy importante
hacia una justicia que realmente incluya a todos. Lo mejor sería crear
justicia en el acceso al sistema de educación, lo cual probablemente será
la “cuestión social” más importante del siglo XXI.14
3.  Justicia ecológica y sostenibilidad15
Acerca de los problemas ecológicos que muchas veces van acompañados
por el extractivismo, hay que tener claro que los criterios de justicia entre
miembros de la sociedad humana del presente, no bastan para llegar a un
juicio ético adecuado. Si un daño ecológico tiene repercusiones negativas
directas a algún miembro o grupo de la sociedad humana, todavía puede
ser tratado con las reglas del cambio justo: si no se puede evitar, tiene que
ser recompensado. Pero cuando los daños ecológicos afectan sociedades
futuras, el horizonte tiene que ser amplificado hacia el futuro. Tenemos
que extender la justicia sincrónica hacia una justicia diacrónica, o sea una
justicia intergeneracional. Se puede describir esta última con el principio
de la sostenibilidad que según la formulación clásica en el informe
Brundtland implica “un desarrollo que satisface las necesidades del
presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones”.16
En el caso de recursos renovables, esto significa solamente utilizar tal
cantidad de recursos que pueden ser renovados por la naturaleza durante

14 Cf. Heimbach-Steins/Kruip 2003.


15  Para el siguiente párrafo véase Kruip 2017.
16 El informe en español se encuentra en http://www.un.org/es/comun/docs/?symbol=
A/42/427. La definición está en la 23.

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1.  Extractivismo y ética social. Algunas herramientas de teoría moral e
introducción a las contribuciones de este libro

el mismo tiempo. En el caso de recursos no renovables, una sostenibilidad


estricta solamente es posible, si nadie utiliza el recurso. Si se usa a pesar de
ello, es necesario recompensar a las futuras generaciones por esta pérdida,
dejándole una tecnología más eficiente u otros bienes (por ejemplo una
mejor infraestructura o más capital humano) que les permita tener la
misma utilidad con menos recursos (normalmente llamado “sostenibilidad
débil”). Está claro que el concepto de sostenibilidad es un concepto
antropocéntrico. No toma en cuenta daños provocados a la naturaleza sin
efecto retroactivo a la sociedad humana presente o futura. No conoce un
valor intrínseco de la naturaleza. Pero junto con un principio de precaución
se llega a demandas ecológicas muy exigentes. Hay que preservar la
naturaleza, porque todavía no conocemos suficientemenete los sistemas
ecológicos entrelazados y por eso no podemos prever suficientemente
todas las posibles repercusiones. Además, no conocemos las preferencias
de las futuras generaciones y no sabemos qué uso podrán sacar de aquellas
partes de la naturaleza que hoy todavía nos parecen inútiles.
4. Extractivismo
Si no vemos razones para decir que extraer recursos naturales para el
uso humano sea malo en sí, tenemos que acercarnos a un juicio moral
ponderando las ventajas y desventajas de tal actividad. El juicio depende
de las consecuencias que la extracción de recursos tiene para la sociedad
presente y para las sociedades futuras. Lo importante es esforzarse
realmente para tomar en cuenta los efectos positivos y negativos para
todos los posibles afectados, entre ellos la población local, la región,
la nación e incluso el planeta y eso no solamente a corto plazo, sino
también a largo plazo, es decir para las futuras generaciones. Además no
es suficiente considerar solamente efectos económicos, ni tampoco pasar
por alto las consecuencias a nivel político, social y cultural. En ciertas
condiciones, la riqueza de recursos naturales no renovables puede ser una
maldición para diferentes dimensiones de la sociedad (inglés: resource

23
Dietmar Müßig, Gerhard Kruip, Raphael Zikesch (eds.)

curse17). Generalmente hablando la extracción de recursos puede ser


moralmente legítima si hay una ventaja considerable para una mayor
cantidad de personas, si se reducen al mínimo los efectos negativos a
corto y a largo plazo, si hay una indemnización adecuada por los efectos
negativos que no se pueden evitar, y si los efectos positivos son claramente
más abundantes en comparación con los efectos negativos. También hay
que distinguir entre desventajas que afectan bienes económicos más
facilmente recompensables y la violación de derechos fundamentales
como por ejemplo el derecho a la vida o el derecho a la salud.
No existe un algoritmo matemático para tales consideraciones. Por eso,
no pueden ser legítimos si solamente se hacen por expertos, aun cuando
éstos sean expertos de ética. Para llegar a decisiones legítimas se necesita
un proceso equitativo de evaluación, de toma de decisiones y de control
dentro de un sistema democrático y dentro de un Estado de derecho.
Por eso, se puede decir que la extracción de recursos naturales sin estas
presuposiciones por lo menos parece moralmente problemática. No se
puede hacer una reflexión ética sobre el extractivismo sin reflexionar
también sobre las estructuras democráticas del Estado, sobre las leyes su
implementación y control, la responsabilidad de las empresas (nacionales
y extranjeras), la conciencia y la organización de los afectados, e incluso
la gobernanza global.
5.  Las contribuciones de este libro
Las contribuciones que publicamos en este libro son parte de los resultados
del seminario internacional e interdisciplinario “Neo-Extractivismo y
Cosmovisión Andina. Análisis desde la Ética Social Cristiana”, organizado
entre la Fundación Jubileo de La Paz, la Hermandad de la Diócesis de
Hildesheim y la Iglesia Católica de Bolivia del 30 de julio al 14 de agosto

17 Según Michael L. Ross, el resource curse es “[...] the adverse effects of a country’s natural re-
source wealth on its economic, social, or political well-being.” Cf. Ross 2015, 240. Para más
detalles véase Manzano 2015.

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1.  Extractivismo y ética social. Algunas herramientas de teoría moral e
introducción a las contribuciones de este libro

de 2016.18 Durante 14 días nos reunimos en el Instituto Superior Ecuménico


Andino de Teología (ISEAT) en La Paz para discutir ponencias preparadas
por 8 estudiantes alemanes y 9 estudiantes bolivianos sobre la problemática.
Conforme al tema hicimos excursiones a las minas históricas de Milluni
por debajo del Huayna Potosí y de Pulacayo, visitamos el Salar de Uyuni,
donde se planea extraer el litio y entramos al Cerro Rico en Potosí.
Está claro que en estas reflexiones no podemos presentar un análisis extenso
sobre todos los aspectos de la problemática. No todos los participantes del
seminario pudieron entregar un artículo, como lo habíamos concebido. Así
faltan aspectos importantes como por ejemplo los problemas ecológicos de la
extracción de hidrocarburos o los problemas de salud de los que trabajan en
las minas. Pero sí pensamos poder contribuir a una reflexión muy importante
para el futuro de Bolivia y de otros países con semejantes desafíos.
En un primer capítulo introductorio Rodrigo Corzo García presenta las
condiciones políticas y culturales del extractivismo en América Latina y
sobre todo en Bolivia. Propone una definición de “neo-extractivismo”,
explica su trasfondo histórico desde los tiempos de la colonia y de la
independencia, el contexto de los “nacionalismos económicos” y del
“neoliberalismo” para finalmente enfocar la “cultura rentista” como una de
las condiciones más importantes del neo-extractivismo. Héctor Córdova
presenta una breve historia de la minería en Bolivia, enfocando sobre
todo la extracción de metales como plata, oro, zinc, estaño, plomo, cobre,
wolfram y otros. Explica la importancia que ha tenido y sigue teniendo
esta minería de metales para la economía y el empleo en Bolivia.19

18 Agradecemos muchísimo las ayudas financieras que recibimos de la Fundación Justitia et


Participatio de la diócesis de Hildesheim, de Adveniat, de la Universidad de Maguncia y del
Programa Promos del DAAD.
19 Héctor Córdova entre otros puestos ha sido Viceministro de Minería y Metalurgia (2010-
2011) y Presidente Ejecutivo de la COMIBOL (Corporación Minera de Bolivia) (2011-
2012). En sus dos contribuciones nos facilitó informaciones de primera mano, por lo cual
aceptamos sus artículos que, en algunos casos, no tienen las referencias necesarias para
documentar todas las fuentes utilizadas.

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Dietmar Müßig, Gerhard Kruip, Raphael Zikesch (eds.)

El segundo capítulo investiga la problemática económica de Bolivia como


Estado extractivista y rentista. Christopher Rohles discute la famosa tesis
del “síndrome holandés” insistiendo más en nuevas comprensiones de
tal “síndrome”: no es un automatismo de cualquier tipo de extracción
de recursos naturales, más bien, depende de condiciones económicas
y políticas que pueden cambiarse por medidas políticas y legislativas.
Raphael Zikesch analiza muy detalladamente el desarrollo y la generación
de la renta petrolera estatal entre 2006 y 2016. De allí se puede deducir
una gran dependencia del Estado boliviano de la extracción y la venta de
los hidrocarburos, que no son recursos renovables ni pueden alcanzar para
muchos decenios más. Magalí Condori Salas analiza de manera semejante
la renta de extracción de metales. Una de sus conclusiones muestra bien
que el Estado boliviano sí tiene la posibilidad de configurar una manera de
extracción que podría ser en beneficio de Bolivia:
La presencia de los recursos minerales no representa una bendición
o una maldición de forma intrínseca, todo lo que tenga que ver con su
funcionamiento y beneficios o perjuicios depende en gran medida de
la capacidad de los gobiernos, tanto para planificar el sector como
para la administración eficiente de los recursos provenientes y de las
consecuencias sociales, políticas, ambientales, culturales a las cuales
conlleva la explotación.20

Los problemas ecológicos del neo-extractivismo son el tema central


del tercer capítulo. Elisabeth Wagener nos presenta las implicaciones
ecológicas de la extracción del litio del salar de Uyuni y llega a un juicio
bastane crítico sobre ella. Héctor Córdoba explica las consecuencias
dramáticas de la explotación de oro y otros metales pesados, que muchas
veces carece de la atención necesaria al medio ambiente. Para una visión
más completa de la problemática ecológica hubiera sido necesario incluir
reflexiones sobre los efectos ecológicos de los hidrocarburos.

20  Texto en la página 151 de la presente publicación.

26
1.  Extractivismo y ética social. Algunas herramientas de teoría moral e
introducción a las contribuciones de este libro

El cuarto capítulo se dedica a los aspectos sociales y políticos del neo-


extractivismo. Aquí tampoco podemos abarcar todos los problemas, pero
sí algunos muy relevantes. Sarah Christ presenta la situación de los niños
y adolescentes en las minas de Potosí. Queda claro que todavía existen
formas de trabajo infantil que no corresponden ni siquiera a la legislación
muy liberal de Bolivia. El impacto social y político de las cooperativas
mineras en Bolivia es el tema de la contribución de Benjamin M. Gutiérrez
Herbas, que muestra claramente que las cooperativas no solucionan los
problemas del extractivismo, sino agravan en gran medida los daños
ecológicos e impiden una solución política a largo plazo. En su artículo
común Christopher Rohles y Raphael Zikesch investigan la estabilidad
del “rentier state” Bolivia con respeto a la renta estatal de materias primas
entre 2006 y 2016, basados en una serie de indicadores empíricos claves.
Concluyen que hay buenas razones para pensar que si en el futuro la
renta estatal de materias primas sigue tan baja, la disminuación de las
subvenciones y transferencias directas para gran parte de la población será
inevitable, lo que podría causar disturbios sociales y poner en peligro la
estabilidad del régimen político en Bolivia.
Para un análisis más profundo de la realidad boliviana es necesario
incluir los aspectos culturales. Bolivia está profundamente marcada por
las culturas de sus pueblos indígenas con su cosmovisión andina, que
es el tema del quinto capítulo de nuestra publicación. C. Augusto Díaz
Villanueva ofrece una perspectiva muy interesante relacionando los
mitos tradicionales de esta cosmovisión con diversos “mitos” actuales
legitimando la extracción de recursos naturales hoy. Edith Wittenbrink se
dedica a presentar un rito todavía muy popular en las minas, la veneración
del “Tío”. Dietmar Müßig discute el antropocentrismo presente en la
mayoría de los conceptos de sostenibilidad y de ética del medio ambiente;
además, defiende la posibilidad de hablar sobre “derechos de la tierra”
y valora el concepto del “Vivir Bien”, basando su argumentación en la
encíclica Laudato si’ del Papa Franciso.

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Dietmar Müßig, Gerhard Kruip, Raphael Zikesch (eds.)

Para superar el neo-extractivismo es sumamente útil reflexionar sobre


el tema de los derechos humanos. Esta es la perspectiva de Ana Lucía
Mamani Espinal y de Silvia Bodemer, quienes presentan el instrumento de
los derechos humanos como medio de una lucha en favor de otro modelo
de desarrollo. En consonancia con Dietmar Müßig, Ana Lucía Mamani
Espinal también insiste en los derechos de la “Madre Tierra”.
Por último, los editores presentan algunas recomendaciones para que
Bolivia pueda solucionar sus problemas en relación con la extracción
de recursos naturales. Como editores alemanes estamos conscientes de
lo difícil que es proponer soluciones desde fuera sin conocer a fondo y
desde dentro la historia, la situación actual y las condiciones culturales de
Bolivia. También durante nuestro seminario ya surgieron algunas ideas
para aumentar las chances futuras de este país. Cuando fueron propuestas
por los estudiantes alemanes, los participantes bolivianos muchas veces
reaccionaron diciendo que esas ideas a primera vista parecían buenas, pero
no sería posible realizarlas en Bolivia por razones de mentalidad, falta de
voluntad política o debido a condiciones económicas. Sin embargo, nos
parece útil por lo menos mencionarlas y, ¡ojala! discutirlas con calma,
sin arrogancia, pero también sin complejos de inferioridad. Si nuestro
libro contribuye a este intercambio interdisciplinario, internacional e
intercultural, ya estamos muy contentos.

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