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Victoriosa
Cada uno de los doce espías que fue enviado a la Tierra Prometida por Josué, vio lo
mismo que el resto. Pero diez volvieron diciendo: “…el pueblo que habita aquella tierra
es fuerte, y las ciudades muy grandes y fortificadas… éramos nosotros, a nuestro
parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos” (Números 13: 28,33b).
Causaron tal pánico que el pueblo quería apedrear a Moisés, elegir un nuevo líder, y
volver a la esclavitud de Egipto. ¡Increíble!
¡Pero ese no fue el caso de Caleb! Se nos dice que “…hubo en él otro espíritu…”
(Números 14:24).
Años más tarde, cuando Josué estaba dividiendo la Tierra Prometida entre las tribus,
Caleb dio un paso adelante y dijo:“…he aquí, hoy soy de edad de ochenta y cinco años.
Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió… Dame, pues, ahora este
monte, del cual habló el Señor aquel día… Josué entonces le bendijo, y dio a Caleb… a
Hebrón por heredad” (Josué 14:10b-13).
(5) Se mantuvo joven de espíritu aun cuando su cuerpo envejecía. ¿Te describe esto a ti?
Escucha: “…los ojos del Señor contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor
de los que tienen corazón perfecto para con Él” (2 Crónicas 16:9).
¡Dios te quiere mostrar lo que puede hacer en ti, por ti, contigo y a través de ti! ¿Le
vas a dejar?