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Viktor Frankl El hombre en busca de destino

BIO: Frankl, filósofo y psiquiatra, estuvo tres años en Auschwitz, Dachao y otros dos campos de concentración. Sus padres,
su hermano y esposa murieron trabajando en campos de concentración o fueron enviados a las cámaras de gas. Todos, salvo
una hermana, perecieron. Padeció hambre, frío, dolor.

<<Los que estuvimos en campos de concentración recordamos a los hombres que iban de
barracón en barracón consolando a los demás, dándoles el último trozo de pan que les
quedaba. Puede que fueran pocos en número, pero ofrecían pruebas suficientes de que al
hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas —la
elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias— para decidir su propio
camino.

Y allí, siempre había ocasiones para elegir. A diario, a todas horas, se ofrecía la oportunidad
de tomar una decisión, decisión que determinaba si uno se sometería o no a las fuerzas que
amenazaban con arrebatarle su yo más íntimo, la libertad interna; que determinaban si uno
iba o no iba a ser el juguete de las circunstancias, renunciando a la libertad y a la dignidad,
para dejarse moldear hasta convertirse en un recluso típico.

Visto desde este ángulo, las reacciones mentales de los internados en un campo de
concentración deben parecemos la simple expresión de determinadas condiciones físicas y
sociológicas. Aun cuando condiciones tales como la falta de sueño, la alimentación
insuficiente y las diversas tensiones mentales pueden llevar a creer que los reclusos se veían
obligados a reaccionar de cierto modo, en un análisis último se hace patente que el tipo de
persona en que se convertía un prisionero era el resultado de una decisión íntima y no
únicamente producto de la influencia del campo. Fundamentalmente, pues, cualquier hombre
podía, incluso bajo tales circunstancias, decidir lo que sería de él —mental y espiritualmente
—, pues aún en un campo de concentración puede conservar su dignidad humana.
Dostoyevski dijo en una ocasión: "Sólo temo una cosa: no ser digno de mis sufrimientos" y
estas palabras retornaban una y otra vez a mi mente cuando conocí a aquellos mártires cuya
conducta en el campo, cuyo sufrimiento y muerte, testimoniaban el hecho de que la libertad
íntima nunca se pierde. Puede decirse que fueron dignos de sus sufrimientos y la forma en
que los soportaron fue un logro interior genuino. Es esta libertad espiritual, que no se nos
puede arrebatar, lo que hace que la vida tenga sentido y propósito.

[…] … ser conscientes de que en nuestras manos tendremos la libertad de elegir la forma en
la que afrontamos estas circunstancias dejando a un lado la desesperación y el abandono ya
que lo único que no tiene solución es la muerte, todo lo demás se puede superar. Esta libertad
de elección nos permite sobre todo decidir cómo vivir esos momentos difíciles a los que nos
enfrenta la vida de vez en cuando, tomando las riendas para dar los pasos necesarios para
superarlos, como lo hacían los presos que en el campo de concentración decidían ir de
barracón en barracón consolando a los demás presos en vez de abandonarse a la
desesperación y dignificar de esta forma su existencia.

El talante con el que un hombre acepta su ineludible destino y todo el sufrimiento que le
acompaña, le ofrece la singular oportunidad –incluso bajo las circunstancias más adversas-
de dotar a su vida de un sentido más profundo. Esa libertad interior, que nadie nos puede
arrebatar, es la que confiere a la cada existencia una intención y un sentido, y en esa decisión
personal reside la posibilidad de atesorar o rechazar la dignidad moral que cualquier
situación difícil ofrece al ser humano para su enriquecimiento interior.>>

1
En cada problema que enfrentamos hay una enseñanza y una oportunidad de crecimiento.
……
Un día del año 1943, Víktor, desnudo y solo en una húmeda habitación destartalada, tomó
conciencia de lo que es la “libertad última”, esa sensación que sus carceleros nazis no podían
quitarle. Ellos podían controlar su ambiente, hacer lo que quisieran con su cuerpo, pero en su
interior, él podía decidir de qué modo podía afectarle lo que estaba viviendo. Entre lo que
sucedía y la respuesta, estaba su libertad: su pequeño-gran poder de elegir su respuesta. En
medio de la terrible experiencia de desgarro humano, Víctor se veía a sí mismo dando
conferencias después de haber sido liberado del campo de concentración. En el aula
imaginaria, frente a sus alumnos se auto-describiría y expondría qué había aprendido del ser
durante su tortura. A través de su disciplina mental, emocional y ética, usando la memoria y
la imaginación ejerció su libertad interior. Los nazis tenían más libertad exterior, muchas
opciones entre las cuales poder elegir su ambiente. Víctor tenía libertad interior: poder
interno para ejercitar sus opciones. […] Este comportamiento significa hacernos responsables
de nuestras vidas. Nuestra conducta es consecuencia de nuestras decisiones, no de nuestras
condiciones.
..
Cuenta Frankl que una joven mujer, ante la evidencia de su muerte cercana en el barracón del
campo de concentración le dijo: “Aquel es el único amigo que me queda en esta soledad”. Y
le señaló la rama de un castaño con dos brotes en flor que se veía desde su cama, por la
ventana. “A menudo le hablo a ese árbol”, le dijo. Frankl, atónito y sin saber cómo encajar
sus palabras, le preguntó con cierta ansiedad: ¿Y le contesta? “¡Sí! Me dice: Estoy aquí, yo
soy la vida, la vida eterna”, respondió ella.

“La unicidad y singularidad que diferencia a cada individuo… se fundamentan en su trabajo


creador y en su capacidad de amar. Cuando se acepta a una persona como un ser irrepetible,
insustituible, entonces surge en toda su trascendencia la responsabilidad que el ser humano
asume ante el sentido de su existencia.”

Sin ninguna duda, el ser humano es un ser finito y su libertad exterior limitada. No se trata,
pues, de pensar que no existen circunstancias inevitables, insalvables, ineludibles o
inmutables. No somos totalmente libres (en sentido externo). Pero tenemos la libertad para
adoptar una postura personal frente a esas circunstancias. El ser humano no se limita a existir,
sino que decide cuál será su existencia, en qué se convertirá en el minuto siguiente. Por esa
misma razón, todo ser humano posee la libertad para cambiar a cada instante. Y la […] la
responsabilidad (para hacerlo o no hacerlo).
Gandhi (XX): “Ellos no pueden quitarnos nuestro auto-respeto, si nosotros no se lo damos”.
Lao Tse (VI a.C): “La felicidad nada tiene que ver con la riqueza y la condición social, sino que es un asunto de
armonía interna”. (HELENISMO: la felicidad no depende de lo externo, sino del ánimo interno)

Cuestiones:
1. Explica la diferencia entre ‘libertad interior’ y ‘libertad exterior’
2. Explica la relación entre libertad y responsabilidad
3. ¿En qué se basa la “unicidad y singularidad que diferencia a cada individuo”?
4. Piensa en una circunstancia “insalvable” O inevitable. ¿Cómo la enfrentas? O, ¿cómo
te gustaría enfrentarla?
5. ¿Es importante saber qué circunstancias son ineludibles y cuáles se pueden cambiar?
Justifica tu respuesta
6. Pon un ejemplo de “a) disciplina mental/emocional y b) ética”

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