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Francisco C0NESA
Centro Superior de Estudios Teológicos
Alicante. España
fsconesa@gnnail.conn
Resum en: Con el fin de exponer la com prensión Abstract: The paper begins with th e study o f D ei
de la revelación presen te en el Concilio V aticano II, Verbum, stressing th e fact th a t revelation is th ere
se co m ien za con el estu d io de la constitución «De¡ u nderstood as G od’s self-com m unication: in th e
V erbum », su b ray an d o q u e la revelación es c o n c e ־ h u m a n history th a t has its culm ination in Christ,
bida c o m o a u to -co m u n icació n de Dios: en la his- God has en tered into a salvific dialogue with m an.
toria h u m a n a - q u e cu lm ina en C risto- Dios h a Our study follows with th e n atu re o f revelation in
querido estab lecer con el h om bre un diálogo de o th e r conciliar d o c u m e n ts (Lumen Gentium ,
salvación. S eg u id am en te se estu d ia la naturaleza G audium et Spes, Ad Gentes a n d D ig n ita tis
de la revelación en otros d o c u m e n to s conciliares Humanae). Finally, th e m ain acce n ts o f th e Council
(Lum en G en tiu m , G audium e t Spes, Ad G entes y are sum m arized.
Dignitatis h u m an ae). F inalm ente se resum en los
principales a c e n to s del Concilio.
Palabras clave: Revelación, De¡ Verbum, V aticano II. Keywords: Revelation, Dei Verbum , Vatican II.
La bibliografía sobre «Dei Verbum» es muy amplia. Elencos bastante eompletos se contienen en 1
-Cuevas GÁMEZ, D., «Placuit Deo in ma bonitate seipsum revelare». Génesis, historia y alcance teológi
COde «Dei Verbum» n° 2 (extracto de la tesis), Roma: Universitá Pontificia Salesiana ,ل و و ل4? ل-,
-Góm ez Fernández, r ., Revelación divinay comunión trinitaria. La relación entre Trinidad eco ;163
,// nómica y Trinidad inmanente en la Constitución Dogmática Dei Verbum del Concilio Vaticano
Madrid: P^Jicaciones de Facultad San Dámaso 2009
587
614-؛-,,O ’C o ll^ S , G., Retrieving Fun
damental Theology, London: G. Chapmann, 1993, 178-216. Entre los comentarios clásicos a la
-Constitución conciliar destacan B e tti, u . (ed.), Commento alia costituzione dogmatica sulla rivela
-zim e «Dei Verbum», Milano: Massimo, 1966; Dupuy, B. D. (dir.), La revelación divina, 2 vols.. Ma
drid: Taurus, 1970; LTeología
a to u r ede
llela, revelación,
r .. Salamanca: Sígueme 351-398
1979;,,
R atzin ger, J.j «Dogmatische Konstitution über die göttliche Offenbarung», L ThK II 497-583 ;
-SchÖKEL, L. A. y A r to la , A. M. (dirs.), La palabra de Dios en la histoña de los hombres. Comenta
rio temático a la constitución «Dei Verbum», Bilbao: Mensajero 1991 .,
La comisión teológica preparatoria elaboró cuatro esquemas, dos de los cuales trataban sobre la 2
-revelación: «D e fontibus revelationis» y «D e deposito fidei custodiendo» (cuyo capítulo IV abor
-daba la naturaleza de la revelación). El esquema «D e fontibus» fue presentado en la XIX Con
-gregación general, de 14 de noviembre de 1962. Los Padres Conciliares se mostraron insa
,tisfechos con el mismo, lo que dio lugar a que Juan ΧΧΙΠ lo retirara el día 21 de noviembre
encargando la redacción de un nuevo esquema a una «comisión mixta» especial. Esta comisión
-presidida por Ottaviani y Bea- redactó un nuevo esquema titulado «D e revelatione divina» (co-
nocido como «textus prior»), en el que incorporaba un amplio proemio sobre la naturaleza de la
-revelación, tomado del anterior esquema «D e deposito fidei custodiendo». Este esquema no lie
gó a ser discutido en la segunda sesión del Concilio (29 de septiembre-־de diciembre 1963), aun 6
que recibió numerosas enmiendas de los padres, que supusieron un enriquecimiento del texto. El
-tercer esquema «D e divina revelatione» -que fue conocido como «tex^s emmendatus»- fue dis
-cutido del 30 de septiembre al 2 de octubre de 1964 (caps. 1 y 2). Con las aclaraciones y obser
vaciones, se elaboró el cuarto esquema («denuo emmendatus»), que mantenía la estructura del
anterior, con unas pocas variantes y adiciones. El texto fue presentado y finalmente discutido en
la Congregación General del tercer período del Concilio, inaugurada el 14 de septiembre de
Con los «modi» presentados la comisión té c n ic a elaboró el último esquema, entregado a .1964
-los Padres el 6 de novembre, y finalmente aprobado el 18 de novembre y promulgado ese mis
-mo día por Pablo VI (cfr. B e tti, u ., «Cronistoria della costituzione dogmatica sulla divina rive
,»lazione», en B e tti, u . [ed.], Commento alia costituzione dogmatica sulla rivelazione «Dei Verbum
.Ruiz, G., «Historia de la constitución Dei Verbum», en S c ^ E L , L. A. y^TOEA, A. M ;33-67
dirs.]. La palabra de Dios en la historia de los hombres, 45-151; ScHELKENS, κ .. Catholic Theology of [
Revelation on de Eve ofVatican
//. A Redaction History ofthe Schema «Defontibus revelationis 1960]- «
Boston: Brill ,] 1962 2010(.,
366 SCRIPTATHEOLOGICA/VOL. 4 5 /2 0 1 3
LA NATURALEZADE LA REVELACIÓN SEGÚN EL CONCILIO VATICANO II
1. L a r e v e l a c i ó n d i v i n a e n l a C o n s t i t u c i ó n D o g m á t i c a
« D et V e r b u m »
3 Seckler llama la atención de que hemos pasado de un paradigma « te ó r ico -in s^ tiv o » al para-
digma que enfoca la revelación como «autocomunicación personal» (cfr. Seckler, m ., «II con-
cetto di riv^azione», en Kern, w ., Po׳EEME¥ER, H. J- y Seckler, M. [eds.]. Corso di teologiafon-
damentale, vol. n , Brescia: Queriniana, 1990, 66-94).
4 Cfr. Comenta Lorizio que se ha pasado de un horizonte sapiencial a un «horizonte agápico» (Lo-
RIZIO, G.J «La dimensión trinitaria de la revelación». Estudios trinitarios 41 [2007] 285-320).
-rio» tiene sentido aseendente, orienta haeia el origen, hacia lo que los hom
.bres podemos eonoeer de Dios
Es importante subrayar que el Dios que se autocomunica no es un ser
-abstracto sino el Dios Trinitario5. Si el Concilio Vaticano I acentuaba el ca
-rácter teocéntrico de la revelación, el segundo Concilio Vaticano tiene parti
cularmente presente el aspecto trinitario. La revelación es entendida como
-una serie de intervenciones de las tres divinas personas, un sucederse de en
-cuentros personales de Dios Padre con la humanidad, por medio de la vida te
rrena del Hijo y a través de la presencia del Espíritu Santo. Cada una de las
-personas obra se ^ n lo que es en el seno de la Trinidad. El Padre tiene la ini
ciativa; Él es quien envía al ثﺀ£ ﻫﺰcomo revelador de su designio de amor y es
quien da testimonio a favor del Hijo y de su misión. El Hijo es la revelación
-suprema del Padre, la Palabra del Padre, que cumple su voluntad y puede ini
ciar a los hombres en la vida de hijos. El Espirita Santo, en esta revelación, da
-poder y eficacia a la palabra, transformando el corazón del hombre. Este mis
-mo Espíritu ayuda a interiorizar la revelación, a aplicarla en la vida y a actúa
.lizarla constantemente en la Iglesia
Esta orientación ttinitaria está presente desde las primeras líneas de la
Verbum», al recoger
constitución
el texto«De
de ل؛-Jn 1,2-3 que, según se
ñala De Lubac, «contiene en embrión, quasi in nuce, todo cuanto se dice en el
capítulo I» 6. Con más claridad se expresa el carácter trinitario de la revelación
-en el n. 2 de «Dei Verbum»: «por Cristo, la Palabra hecha carne, y con el Es
-píritu Santo, pueden los hombres llegar hasta el Padre y participar de la natu
-raleza di^na». Es un texto que presenta la intervención de cada persona divi
,na según su especificidad: el Padre origina el movimiento de la revelación que
.por medio de Cristo, nos abre hacia la comunión con El en el Espíritu
5 Sobre este tema es de interés: GÓMEZ Fernández, r .. Revelación divina y comunión trinitaria. La
relación entre Trinidad económica y Trinidad inmanente en la Constitución Dogmática Dei Verbum del
Concilio Vaticano //, Madrid: p^licaciones de Facultad San Dámaso, 2009; S1LANES, N ., «Trini-
dad y revelación en la “Dei Verbum”», Estudios Trinitarios 17 (1983) 143-214.
6 D e Lt^AC, H., «Comentario al preámbulo y capítulo primero», en D upuy, B. D. (dir.), La reve-
lación divina, vol. 1, Madrid: Taurus, 1970, 185.
esta revelación, Dios inasible (cíir. Col 1,15; 1 Tim 1,17), movido de amor, ha-
bla a los hombres como amigos (cfir. Ex 33,ll;Jn 15,14-15), trata con ellos (cfir.
Bar 3,38) para invitarlos y recibirlos en su compañía» (n. 2). Se destaca así el
elemento dialógico y presencial de la revelación: Dios rompe su silencio y se
dirige a los hombres, buscando 1 ؟encuentro con ellos («habla», «conversa»)
im itándolos a la com unión con El.
La revelación tiene un carácter esencialmente interpersonal: Dios se pre-
senta como un «té», como un ser personal que sale de su misterio y se comu-
nica al hombre. El Dios de طrevelación no habla en tercera persona, sino que
se dirige al ser humano como un tu. Para ilustrarlo, la Constitución alude a la
relación de Dios con Moisés (Ex 33,11) y de Jesús con sus discípulos (Jn 15,14־
15). Algunos Padres Conciliares veían excesivo afirmar que Dios se dirige a los
hombres «como amigos», teniendo en cuenta el conjunto de طrevelación bí-
blica y sugerían que se dijera «como hijos». El Concilio mantuvo el término
«amigo», apoyándose en los textos citados. La revelación es un verdadero diá-
logo de amistad, una comunicación profimda mediante la cual Dios sale al en-
cuentro del hombre?.
Se trata de un diálogo de salvación, cuya meta es que el ser humano re-
tome a Dios. El Concilio subraya en numerosas ocasiones el carácter salvífico
de la revelación divina. Ya en el proemio se dice -recurriendo a una expresión
de san Agustín8- que se expone la doctrina sobre la revelación, para que el
mundo, con el anuncio de la salvación «oyendo crea, y creyendo espere, y es-
perando ame» (DV 1). Y la mencionada cita de 1 Jn en el mismo proemio nos
ayuda a comprender que la revelación tiene como fin la comunión. «Y esta co-
munión nuestra es con el Padre y con su Hijo Jesucristo» (1,3). N o se puede
disociar la manifestación con que Dios se nos descubre y el don de طcomu-
nión que nos ofrece.
A lo largo del capítulo primero de «Dei Verbum» se insiste de diversos
modos en que la revelación tiene como finalidad la salvación. El fin de la re-
velación es que podamos «llegar hasta el Padre» (DV 2, la terminología evo-
ca Ef2,18), hacernos «participar de la naturaleza divina» (DV 2, cita de 2 Pe
7 Esta concepción de la revelación está inspirada en la Ene. Eccksiam Suam de Pablo VI (6-VIII-
1964). Así comienza el n. 27: «La revelación, es decir, la relación sobrenatural instaurada con la
humanidad por iniciativa de Dios mismo, puede ser representada en un diálogo en el cual el Ver-
bo de Dios se expresa en la Encamación y, por lo tamo, en el Evangelio».
8 San Agustín , De catechizandis rudibus IV, 8 (PL 40, 316).
9 Cfr. Lanza , s., <<“G€stis verbisque”. Feconditá di una formula», Lateranum 61 (1995) 315-344؛
F raues,J., «La fórmula “gestis verbisque inter se connexis” y su reeepeión. A los euarenta años
de la Dei Verbum», Revista Española de Teología 66 (2006) 489-513.
١ ٥Cfr. O ’C o llin s , G., Retrieving Fundamental Theology, ¿ondon: G. Chapmann, 1993, 54.
12 El Catecismo de la Iglesia Católica, cuando explica las etapas de la revelación distingue la reve-
lación en el origen y la revelación a N oé, que expone con detenimiento (nn. 56-58). Sin embar-
go, esta fase de la revelación con N oé no aparece mencionada en el Concilio.
ción divina, quien revela es Dios, el cual envía a su Hijo -el mediador- y, ز-un
to ل.Hijo, al Espirita Santo
De Jesucristo se dice que «habla las palabras de Dios» y «realiza la obra
-de salvación que el Padre le encomendó». El misterio de la encamación se en
cuentra en el centro del e n t u m i e n t e revelador. Por ser el Hijo encado por
el Padre, Cristo habla las palabras de Dios. Nadie podría contar las cosas del
-Padre sino el que es su Palabra. Gracias a la relación de intimidad con el Pa
,dre, puede «contar la intimidad de Dios» (n. 4). Por eso dirá la Constitución
inspirándose en el cuarto evangelio, que «quien ve a Jesús ve al Padre» (n 4 ;.
cfr. Jn 14,9). Jesucristo es el Verbo, imagen de Dios inasible, que lo representa
tal cual es; su ser remite constantemente al Padre, dándonos a conocer su ros-
٥٠٠. La Palabra eterna del Padre ha sido enviada a los hombres, ha habitado
entre ellos, para contarles los secretos de ط-vida íntima de Dios. La humani
-dad de Cristo es la epifanía en la que resplandece Dios. De esta manera, sien
do cri^ c^ trica, la constitución «Dei Verbum» no es cristomonista: Cristo
.no habla por su propia cuenta; su función es la de revelador del Padre
-Junto con el aspecto revelador, «Dei Verbum» hace referencia inmedia
-tamente al aspecto redentor. Dios se revela -como hemos señalado- para co
municar su vida al hombre. El revelador supremo es también el salvador, que
consuma ط-obra redentora cumpliendo la voluntad del Padre. El n. 4 sinteti
za este plan salvífico en dos aspectos: liberar a los hombres del pecado y la
muerte (aspecto negativo) y resucitar a ط.)vida eterna (elemento positivo
-Es un tema en el que ha insistido ^rtic^arm ente F1S¡CHELLA, R., La rivelazione: evento e credi 14
bilitá, Bologna: Dehoniane 1985 ,ل, 7 ل- ل-Sobre Cristo revelador se puede consultar IZQUIER .77
Teología DO,
fundamental,
C., Pamplona: Eunsa 89-101
1998.,,
15 Ésta es la ^ rs^ ctiv a que subraya Latourelle, r ., Teología de la revelación, Salamanca: Sigue-
me, 1979, 368; Idem, Cristo y la Iglesia, signos de salvación, s^amanea: Sígueme, ل7ل و.
16 Cfr. génesis y discusión de este texto en Biord C astillo, r ., La resurrección de Cristo como reve-
loción. Análisis del tema en la teologíafundamental a partir de Dei Verbum, R©ma: Gregoriana, 1998.
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LA NATURALEZADE LA REVELACIÓN SEGÚN EL CONCILIO VATICANO II
18 El actual proemio de la Constitución, que fue redactado después de la segunda sesión conciliar
por el P. Umberto Betti y revisado por p. Smulders, recoge algunas intuiciones importantes del
Concilio (cfr. T estaferri, E, Laparola viva. Commento teológico alia Dei Verbum, Assisi: Cittadella
Editrice, 2009, 50).
19 Cfr. Ratzinger,J., «Kommentar zum I Kapitel Dei Verbum», LThK (ZVK) II, 504.
* ٠Pié-Ninot haee notar que la expresión vox viva Evangelii procede de Lutero y fue introducida
por Congar (P!É-NiNOT, s., «U n motivo “luterano” en Dei Verbum 8: la viva vox Evangelii», Re-
vista Catalana de Teología 29 [2004] 445-454).
21 Sobre esta concepción vid. C0NESA, F., «Caminar hacia طplenitud de la verdad», en Izquier-
DO, C. (ed.), Escatologíay vida cristiana, Pamplona: Publicaciones de la Universidad de Navarra,
2002,185-194.
2. L a r e v ela c ió n d iv in a e n o t r o s d o c u m e n t o s d e l C o n c il io
22 s©bre este tema vid. O ’C ollins, G., Retrieving Fundamental Theology, London: G. ^ ap m an n ,
1993, 73-76. También presenta una visión global P feiffer, η . en su tesis de habilitaeión: Gott
offenbart sich. Das Reifen und Entstehen des Offenbarungsverständnisses im ersten und zweiten vatica-
nischen Konzil, Franklbrt: Peter Lang, 1982.
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LA NATURALEZADE LA REVELACIÓN SEGÚN EL CONCILIO VATICANOn
SC ^C T A T H E O L O G IC A /V O L . 4 . 2 0 1 3 / ؟ 385
FRANCISCO CONESA
ción del plan de Dios. Un poco más adelante se dirá que la Iglesia ha sido «en-
viada por Cristo para manifestar y comunicar la caridad de Dios a todos los
hombres y pueblos» (AG م(ﻫﻞ
En el texto citado de AG 8 se subraya además la conexión de la Palabra
de Dios y la naturaleza humana, tema que hemos visto presente en «Gaudium
et Spes». Hay una continuidad entre las más hondas inquietades del hombre
y el mensaje del Evangelio. La razón es que Cristo es principium y exemplar de
una humanidad nueva, idea que conecta con lo dicho en GS 22.
2. El sentido cristológico de طrevelación está presente en diversos luga-
res del decreto misionero. En el n° 3 se explica que el envío del Hijo supone
que Dios entra en طhistoria humana «de modo nuevo y definitivo» (novo et
definitivo modo). La misión de Cristo se resume en este número con el binomio
palabras y obras (a Dominopraedicatum est velactum). En el n° 12 se dice que, a
través de la caridad de los cristianos «empieza a manifestarse el misterio de
Cristo, en el que apareció el hombre nuevo que fue creado según Dios (cfr. Ef
4,24), y en el que se revela el amor de Dios». La actividad de los cristianos con-
tribuye a hacer actual la revelación, cuyo centro es «el misterio de Cristo».
Como en D V 2, el corazón de طrevelación es descubrir el amor de Dios.
25 O ’C^iins trae a colación s e 7 en el que se diee que «cuando en la Iglesia se lee la Sagrada Es-
critura, es El mismo (Cristo) quien habla». Para el autor «este pasaje nos anima a desarrollar una
teología de la revelación con la clave en la auto-comunicación de Cristo y su presencia salvífica»
(O’Collins, G., Retrieving Fundamental Theology, 67). Pero la importancia que concede al texto
está en conerión con su acentuación de la revelación como acontecimiento presente. Por su par-
te, en la declaración Nostra aetate sólo aparece el término «revelación» para referirse al Antiguo
Testamento. Aunque contiene elementos para elaborar la relación entre revelación y religiones,
no se ocupa explícitamente de ella. Sobre el tema vi¿. CONESA, E., «La relación entre la revela-
ción cristiana y las religiones», en IZQt^ERDO, C. (ed.), Teología fundamental Temas y propuestas
para el nuevo milenio, Bilbao: Desclée de Brouwer, 1999, 181-245.
3. B a l a n c e y perspectivas
26 Esta perspectiva se eneontraba en Pablo VI, Ene. Ecclesiam mam (6-VHI-1964), n. 29. El Con-
cilio habló también tie los milagros en LG 5, AG 12 y, como hemos visto, D V 4 .
27 L atourelle, r ., voz «L ei Verbum. Π: comentario», en Latourelle, r ., Eisichella, r . y P ié-
N inot , s. (dirs.), Diccionaño de Teología Fundamental, Madrid: Paulinas, 1992, 277.
28 Un paso en este sentido lo da Benedicto XVI, Ex. Ap. Verbum Domini, 7, donde, siguiendo las
propuestas del Sínodo, se refiere a la analogía de la Palabra de Dios.
^ P ^ r a E O L O I C A / V O L . 4 5 /2 0 1 3 389
FRANCISCO CONESA
-claves del Concilio Vaticano II. Téngase en cuenta que el primer concilio Va
a tratado sobre la revelación sin hacer ninguna mención ticano
explícita
haby؛
directa a Jesucristo (excepto por la cita de Heb ل,ل Dei Verbum» subraya» (.
-que Jesucristo es la manifestación perfecta del Padre por ser el Verbo encar
.nado, ^ d a su persona es el gran Signo que atestigua y confirma la revelación
-Esta revelación acontece en sus obras y palabras alcanzando su punto culmi
.nante en el misterio pascual
Por ser cristocé^ica, la revelación es trinitaria. La revelación es un .7
acto de auto-co^nicación por el que Dios se revela como Padre, a través del
-Hijo -icono y figura del Padre- invitando por el Espíritu a entrar en su mis
-terio. Esta dimensión trinitaria de la revelación será desarrollada en posterio
.res reflexiones de la teología y el magisterio
El carácter definitivo de la revelación en Cristo no es incompatible .8
-con mía comprensión dinámica de la misma. Dios sigue «hablando» a los hom
bres precisamente en la transmisión viva del acontecer de la revelación que en
-el acontecimiento de Cristo llegó a su perfección dentro de la historia. Aun
-que el carácter eclesial de la revelación no es desarrollado, se incide en la mi
.sión de la Iglesia como sierva y transmisora de la Palabra de Dios recibida
Aunque es un tema que no fue explicitado en «Dei Verbum», otros .9
-» documentos conciliares -y sobre todo la constitución «Gaudium et Spes
presentan la conexión entre la revelación y las búsquedasy deseos de¡ hombre. Lo
que enseña la revelación coincide con la experiencia humana (cfr. GS 13(,
con los deseos más profundos del corazón humano» (GS 21) porque Dios ha»
-llamado desde el inicio al hombre a la comunión. El ser humano, por su par
.te, está abierto a ese diálogo con Dios
-En la comprensión de la revelación, el Concilio no olvida la perspec .10
-tiva escatológica. La recepción de la revelación dada en la historia, nos hace mi
-rar al futuro, a la gloriosa manifestación de Nuestro Señor (cfr. DV 4), cuan
do veremos al Verbo cara a cara (cfr. D V 7). Al final de los tiempos el misterio
del Señor Resucitado se manifestará «en todo su esplendor» (LG 8). Como
-Iglesia, caminamos hacia la meta, esperando la manifestación futura de los hi
jos de Dios (cfr. LG 48), la consumación de la revelación, cuando su cumplan
plenamente las palabras de Dios (DV8(.
b) Perspectivas
Esta reflexión conciliar sobre la revelación ha sido fuente de inspiración
para muchas ideas que la teología ha desarrollado con posterioridad. N o debe
Bibliografía
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