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Neoliberalismo

educativo

RECURSOS EDUCATIVOS
Enrique Javier Díez Gutiérrez

Neoliberalismo
educativo
Educando al nuevo sujeto
neoliberal
Colección: Recursos educativos
Serie: El diario de la educación
Título 5: Neoliberalismo educativo. Educando al nuevo sujeto
neoliberal

Primera edición: febrero de 2018

©   Enrique Javier Díez Gutiérrez


©   de esta edición:
Ediciones OCTAEDRO, S.L.
C. Bailén, 5 – 08010 Barcelona
Tel.: 93 246 40 02
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ISBN: 978-84-17219-23-9
Depósito legal: B. 3.840-2018

Diseño y producción: Editorial Octaedro


Diseño de la cubierta: Tomàs Capdevila

Impresión: Ulzama

Impreso sobre papel ecológico, certificado FSC

Impreso en España – Printed in Spain


Las cadenas ya no están en nuestros
pies, sino en nuestras mentes.
Prólogo

Lunes por la mañana. Cuando entro por la puerta de la Facul-


tad para ir a dar clase, tengo que sortear infinidad de mupis
publicitarios que han invadido, como las flores en primavera,
los espacios públicos de nuestra universidad. Letreros lumi-
nosos que anuncian las excelencias de diversas entidades
bancarias, expositores publicitarios de los más diversos pro-
ductos se convierten en una suerte de carrera de obstáculos
que tengo que salvar para poder llegar a las aulas. Y como yo,
todos los estudiantes se ven sometidos a esta sobreestimula-
ción mañanera que les inunda y les indica ya qué priorida-
des destacan en la nueva universidad «estilo Bolonia», donde
el espacio público de educación superior se comercializa al
mejor postor.
Lunes por la tarde. Voy a la biblioteca central de la Uni-
versidad para recoger un libro. Cuando saco el carnet que
me identifica como miembro de la comunidad universitaria,
vuelvo a ser consciente, una vez más, de que es una tarjeta
de una entidad bancaria. Sí, de esas instituciones asociadas
a la especulación financiera que nos ha arrastrado a esta cri-
sis, de esas entidades acostumbradas a ser rescatadas con
el dinero público, mientras dan suculentas indemnizacio-
nes, prejubilaciones y créditos a sus directivos. Y la propia
Universidad está «presidida» en su espacio central y más
emblemático por un banco «empotrado» en nuestro campus:
el banco patrocinador. Aunque nos preguntamos qué patroci-

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nio ha hecho, cuando nuestros gobernantes les han regalado
«generosamente» a fondo perdido más de 40 000 millones de
euros que nunca nos devolverán. Cuántas cosas se podrían
hacer en la Universidad con esos miles de millones, nos pre-
guntamos muchas veces.
Martes por la mañana. Llego al edificio del Centro de
Tecnología de la Universidad para impartir una clase. Pero
no está el conserje, y nos encontramos esperando casi cien
personas para empezar las clases (los prometidos grupos pe-
queños del plan Bolonia se han quedado en estos grupos). Me
recuerdan que ya no hay conserje, que el servicio lo privatizó
la Universidad y que ahora lo realiza «uno de seguridad» de
una empresa privada, y me explican que esto mismo se ha
hecho con buena parte de los servicios de la Universidad.
Cuando llega, nos dice que no da abasto a todo, que además
le mandan a hacer fotocopias y un sinfín de tareas anexas
que, aunque no son de su puesto de trabajo, se ve obligado a
realizarlas para que no le echen, y le es imposible duplicarse.
Ya hemos perdido más de 20 minutos en la espera. Ante las
reclamaciones que se presentan al gerente sobre las condicio-
nes laborales y las consecuencias para la docencia que con-
lleva la privatización de este servicio, la única contestación
es, de nuevo: «no hay alternativa» y «así nos sale más barato»
(siempre nos preguntamos quién es ese «nos» al que le sale
más barato y a costa de qué y de quiénes). Pero parece ser
que el criterio que rige ahora la Universidad es el económico.
Miércoles por la tarde. Un alumno me comenta en tutoría
que ha pedido una beca Erasmus, pero que la Universidad le
exige, para poder optar a ella, pagar 35 euros en un examen
de inglés. Un examen que se lleva a cabo mediante un sis-
tema informático. Se indigna porque ahora haya que pagar
aparte los exámenes. Se indigna porque ya le han anunciado
que van a duplicar las segundas matrículas. Me dice que, si
ahora la segunda matrícula vale sobre 85 euros, va a pasar
a 500 euros, y la tercera, que ahora es de 120, pasará a unos
1000 euros. Me espeta que está trabajando para poder pagar-

10 NEOLIBERALISMO EDUCATIVO
se los estudios, y me pregunta si lo único que sabe hacer mi
Universidad es «cobrar por todo, hasta por respirar». No se
me ocurre nada que responderle. Porque pienso que no solo
se está convirtiendo en una empresa que hace caja por todo,
sino que paga cada vez más precariamente a su profesorado,
privatiza y comercializa la propia entidad, su espacio público
y su conocimiento, y cada vez se hipoteca más en manos de
financiación privada, que impone sus logotipos y promueve
cátedras que responden a los intereses de quienes la patro-
cinan.
Todavía vamos a mitad de semana y me temo que esto
vaya a empeorar. Pero lo que más me ha llamado la atención
es que a nadie parece molestarle. Todos muestran una indife-
rencia que se me antoja cómplice o al menos desesperanzada.
El problema de fondo, me planteo, es que están ganando la
guerra económica porque han ganado la guerra ideológica.
Han colonizado nuestro pensamiento, nuestros deseos y es-
peranzas. Y esto es lo que fundamentalmente me aterra.
Por eso escribo este libro. Tratando de descolonizar a lo
largo de él mi propio imaginario teñido por una ideología
neoliberal que se infiltra en cada rincón y a cada momento,
y genera ya no rebeldía y contestación, sino hastío y desidia
en quienes la sufren más directamente. Buscando realizar un
ejercicio de deconstrucción de la ideología neoliberal en la
educación, pero también una llamada a la lucha por construir
otra educación y otra sociedad posibles, cuya llama sigue
brillando en el compromiso de tanta gente que aún mantiene
la esperanza y la lucha.

Prólogo 11
Introducción

No solo vivimos una guerra económica, donde el saqueo de


los recursos colectivos se perpetra desde los cómodos despa-
chos de Wall Street y el Ibex 35. Asistimos simultáneamente
a una guerra ideológica que impone imaginarios colectivos
afines al pensamiento dominante. Y el papel de los sistemas
educativos en la construcción de esta narrativa es determi-
nante para el lobby neoliberal.
Este relato doctrinal e ideológico se centra en cuestionar,
minimizar y recortar el papel del Estado y las responsabili-
dades de las instituciones públicas respecto a la protección
de lo que fueron los derechos sociales y la defensa de lo
común y público, y en reprimir cualquier forma de organiza-
ción colectiva que pueda desafiar ese «estado de las cosas».
Suele racionalizarse como «libertad» envuelta en el lengua-
je del individualismo «emprendedor», que convierte a las
víctimas en culpables de su suerte. Desregular, liberalizar
y privatizar se han convertido en los dogmas del programa
neoliberal.
Han tardado años, han gastado miles de millones en pro-
mover su doctrina, pero cada céntimo ha valido la pena.
Porque aplicaron la propuesta de Gramsci: si eran capaces
de controlar la mente de la gente, su corazón y sus manos
también serían suyos. De esta forma, el discurso neoliberal
es visto actualmente como la condición natural y normal de
la humanidad.

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El neoliberalismo es, en esencia, un capitalismo sin con-
templaciones. La expresión más reciente para describir la
eterna lucha de clases de esa minoría que se ha enriquecido
a costa de quienes mantienen constantemente sumidos en la
pobreza hasta límites genocidas, con el agravante del «pillaje
planetario» de las riquezas y los recursos de la naturaleza,
del conocimiento compartido y del esfuerzo colectivo que
son los «bienes comunes» de la humanidad.
Esta ideología se ha extendido como un virus por todos los
rincones del planeta, imponiendo la adoración unánime de
los valores de la sociedad neoliberal. Una monocultura que
maneja las mismas informaciones y noticias en todas partes.
Donde se ven las mismas películas, se conducen los mismos
automóviles, se imponen las mismas modas, se escuchan las
mismas canciones y se soportan los mismos anuncios publi-
citarios. En ellos se reflejan nuestros sueños y anhelos. Sus
imágenes dominan los sueños, y los sueños determinan las
acciones.
Pasado el tiempo de la conquista por la fuerza, llega la hora
del control de las mentes y las esperanzas a través de la per-
suasión. La «McDonaldización» es más profunda y duradera
en la medida en que el dominado es inconsciente de serlo.
Razón por la cual, a largo plazo, para todo imperio que quiera
perdurar, el gran desafío consiste en domesticar las almas.

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Índice

Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .9

Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

El mercado educativo neoliberal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15


Potenciar la «oferta» privada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
Libre elección neoliberal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
Financiar la demanda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
Comercializar la educación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
Patrocinar la escuela . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
Filantropía educativa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
Pedagogía neoliberal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
Esfuerzo y autoridad: claves pedagógicas . . . . . . . . . . . . 37
Las competencias y el emprendimiento
financiero. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
Nuevas «modas pedagógicas» . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
Reedición de viejos contenidos ideológicos . . . . . . . . . . 47
Gestión neoliberal educativa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
Gestión McDonald’s. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54
Dirección «eficaz» . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
Rankings estandarizados. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
Comercializar la educación superior. . . . . . . . . . . . . . . 61
Capitalismo académico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
Apropiación privada del conocimiento público . . . . . . . 66

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El nuevo sujeto neoliberal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
Ser «empresa de mí mismo». . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
La sociedad del interés individual . . . . . . . . . . . . . . . . . 76
La corrosión de la solidaridad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78
El neosujeto emprendedor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80

Otra educación es posible . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83


El derecho a la educación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
Educar para la universalidad, la humanidad, la
civilidad y la autonomía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
Sociedades educativas: el compromiso de toda la
«tribu» . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97

Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105

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