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innovadoras
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DANIEL VILLAVICENCIO*
Durante los últimos lustros la tendencia a la reorganización de los factores
productivos en las empresas, con altas tasas de incorporación de tecnología, ha
estado acompañada por nuevos modos de relación interempresarial que
sustituyen a las formas corporativas y jerarquizadas otrora predominan- tes en
la organización industrial. Lo que unos autores llama-
ronespecia/izaciónflexib/e,otrosposfordismoyalgunosmás nuevo paradigma
tecnoeconómico representa, a fin de cuen-
tas, la capacidad que las empresas adquieren tanto para hacer nuevos usos del
elemento tecnológico y el componente so- cial de los procesos de producción
cuanto para desarrollar nuevos vínculos con el entorno socioeconómico.
Actualmente se reconoce que la competitividad de las em- presas ya no se
relaciona sólo con su tamaño,factor alcual se asociaba la capacidad para
obtener grandes volúmenes de producción, realizar cuantiosas inversiones en
bienes de ca- pital, emprender costosas estrategias de comercialización o
reducir los costos de la mano de obra, sino que depende bá- sicamente de las
capacidades tecnológicas, la organización flexible de los factores productivos y
la activid'ld.'
Algunas empresas pequeñ as y medianas (EPYM) se han co n- vertido en
precursoras activas de las nuevas formas de orga-
l . OCDE, Las nuevas tecnologías en la década de los noventa. Una estrategia
socioeconómica, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Madrid, 1990, 203
pp.
* Profesor investigador de la Maestría en Economía y Gestión del Cambio
Tecnológico de la Universidad Autónoma Metropolitana
XochimilcoymiembrodellnstitlltolntemacionalparaelDesarro- llo de
Tecnologías de Lyon, Francia.
nizaciónindustrial.Elpapeltradicionaldeesosestablecimien- tos como
productores de bienes con bajo contenido tecnológico y alta utilización de
mano de obra se ha modificado, como lo evidencia el surgimiento de pequeñas
y medianas empresas innovadoras. No se trata de una tendencia generalizada,
pero en algunos países y ciertas ramas industriales operan EPYM con
capacidad para incorporar tecnologías productivas y de gestión avanzadas,
emplear trabajadores calificados y reali- zar innovaciones de distinto alcance
en los productos o pro- cesos fabriles.
Habida cuenta de que las EPYM constituyen un amplio sector de la industria, lo
mismo en las naciones avanzadas que en
desarrollo,resultainteresantereflexionarsobrelascondicio- nes en que se llevan a
cabo los procesos de aprendizaJe tec- nológico que permiten el desempeño
innovador de algunas de esas unidades productivas, cuyas características
estructu- rales contrastan con las de las grandes empresas (escasa ca-
pacidadfinanciera,bajosvolúmenesdeproducciónenseries cortas y
heterogeneidad tecnológica, entre otras). Desde el
momento en que el conocimiento tecnológico pasó a ser la nueva ventaja
competitiva de las empresas, el desarrollo de
capacidadesdeacumulacióneinnovacióntecnológicarepre- senta el principal reto
para las EPYM en su intento por man- tenerse como actores del desarrollo
industrial.
El objetivo de este trabajo es examinar el aprendizaje tecno- lógico y el
comportamiento innovador en las empresas pe- queñas y medianas, proceso
colecti vo que incluye a diversos actores dentro y fuera de las empresas2
En la primera parte
El aprendizaje colectivo
Desde la perspectiva de la sociología del trabajo; los debates más recientes
sobre la calificación de la mano de obra y los cuadros técnicos confluyen en la
idea de que se trata de pro- cesos sociales y colectivos de adquisición de
conocimientos y, sobre todo , capacidades de aprendizaje.Y Se pueden carac-
terizar dos tipos. Uno corresponde a los procesos institucio- nales de
enseñanza-aprendizaje (la escolarización y la for- mación continua), en el que
los individuos adquieren co- nocimientos de diversa índole. El otro se refiere
a procesos más amplios vinculados con las trayectorias de socialización de los
individuos, en donde adquieren conocimientos y ex- periencias de carácter
práctico. En los primeros se adquiere un cuerpo de conocimientos
sistematizados, mientras que en los segundos se trata del aprendizaje de
capacidades de inter- pretación y acción en un entorno específico, como el de
la organización del proceso productivo.
La complejidad de la faceta tecnológica, organizativa y so- cial del proceso
productivo ha orillado a un esfuerzo por dar mayor contenido al concepto
mismo de aprendizaje tecnoló- gico. La noción de aprendizaje sobre la
marcha (learning by doing, learning by using) era suficiente antes para
explicar la conformación del conocimiento tácito que complementaba el saber
sistematizado, en el ámbito de procesos de trabajo estandarizados. La relación
rutinaria entre los individuos y los objetos tecnológicos, se planteaba,
permitía el incremen- to del conocimiento que se reflejaba en la operación
precisa y en la solución puntual de problemas técnicos. Cabe recor- dar que se
trataba de un modelo de organización productiva
basado en la amplia división del trabajo, una brecha entre concepción y
ejecución, y un control sistemático de ambas.
Al comparar los principios organizativos del fordismo con los del sistema
japonés de gestión, Gjerding considera que en el primero había una lógica de
sistema cerrado opuesta a una más abierta en que la anticipación de problemas
se con- vierte en el marco dinámico del aprendizaje, en detrimento de un
marco más estable y rutinarioH1En un trabajo compa-rativo de una
empresajaponesa fabricante de televisores con una francesa se llega a
conclusiones semejantes.11 Una com- paración similar entre el modelo
japonés y el estadounidense se presenta en el trabajo de Arturo Lara Rivera
que se publica en esta edición.
Sin duda, el modelo fordista ha perdido vigencia en favor de un modelo
donde la ejecución rutinaria de tareas se remplaza por actividades de
descodificación de lenguajes, interpreta- ción de diagramas, observación de
signos, comprensión de fenómenos, deducción de procesos y vigilancia
activa, entre otras. Asimismo, las fases de concepción y diseño tienden a
integrarse con la parte operativa del proceso productivo. Las estrategias de
movilidad funcional de operadores, técnicos e ingenieros en las empresas
japonesas,12 o de acercamiento espacial entre ellos,13 constituyen un buen
ejemplo.
El esfuerzo de interpretación de los procesos de aprendizaje
tecnológicohapermitidoelaborardiversastipologías 1 Cual- .~
quiera que sea la nomenclatura, todas ellas muestran que el aprendizaje
tecnológico es cada vez menos un proceso dis- continuo e individual y se
trata más bien de un proceso acu- mulativo, continuo, interactivo y social. Es
un proceso que se puede estudiar tanto desde la perspectiva de las con-
tingencias internas de la empresa, referentes a la interacción de individuos
que pertenecen a áreas distintas y ejecutan funciones diferentes,15 cuanto
desde el ángulo de las contin- gencias externas correspondientes a la
interacción con pro- veedores, clientes e inc1uso competidores.
Las pequeñas y medianas empresas innovadoras
Freeman y Pérez plantearon el surgimiento de un nuevo para- digma
tecnoeconómico, basado en la incorporación del sa- ber tecnológico al
proceso productivo. La idea central es que este conocimiento se ha
convertido en el nuevo factor clave del cambio tecnológico y en ventaja
competitiva para las empresas. Ambos autores afirman que los cambios en la
es- tructura industrial se basan en la difusión y el uso de infor- mación y
conocimiento tecnológico, particularmente de la electrónica, la cual se ha
transformado en tecnología genéri- ca, concapacidad de arrastre sobre otras
ramas industriales y conpotencialparatransformarlaorganizacióndel trabajo,la
del proceso productivo y el sistema técnico-industrial. 17
Tal enfoque converge de alguna manera con el de la especia- lización
flexible,18 pues también pone en relieve el surgimien- to de nuevas prácticas
y formas de organización de las em- presas; cambios cualitativos y
cuantitativos en el uso de las habilidades de la mano de obra; nuevos patrones
para la in- versión nacional y foránea, y nuevos tipos de pequeñas em- presas
innovadoras que se integran en ramas y sectores pro- ductivos también
novedosos.
La tecnología al servicio de pequeí1as unidades produ ctoras
¿De qué manera las nuevas tecnologías son potencialmente provechosas para
las EPYM? Una de las debilidades de estas empresas es suescasa capacidad
financiera para invertir,sobre todo en tecnología. En el paradigma anterior, el
de la metal- mecánica, la inversión en nueva tecnología resultaba onero- sa
tanto por el costo como porque entrañaba modificaciones importantes en las
líneas de producción: un cambio en el diseño del producto implicaba, por lo
general, la sustitución total de una cadena de montaje por otra. Con el cambio
tec- nológico se pretendía acelerar el tiempo de fabricación o incrementar el
volumen de producción.
Las nuevas tecnologías, al contrario, se caracterizan por su grado de
asociación o complementaridad que permite flexi- bilidad,cambios menos
costosos y coexistencia con tecnolo- gíasmadurasodegeneracionesanteriores.
Paraunapequeña empresa resulta más factible adaptar dispositi vos de
programación numérica a sus máquinas herramientas y modificar así
continuamente las características del producto que inver- tir en tantos equipos
como productos diferenciados se requie- ran. De cierta manera, la
heterogeneidad tecnológica en las EPYM ha dejado de ser un obstáculo para
convertirse en base estructural para la adopción de nuevas tecnologías.
El aprendizaje tecnológico en las empresas pequeíias y medianas
En una publicación reciente de la OCDE se argumenta que la competitividad
de las EPYM descansa en varios factores: el papel del dirigente-propietario; la
capacidad para obtener y utilizar la información científica y tecnológica
adecuada; la calidad y flexibilidad de la organización interna, y la im-
portancia de la inversión material fundada en tecnologías apropiadas .19
Desde una perspectiva más analítica, determinar las ca~·acte rísticas, las
condiciones y los procesos que hacen innovado- ras a las EPYM exige estudiar
cómo se articulan y combinan aquellos factores. Lo importante es analizar las
formas de generación, intercambio y difusión de la información y los
conocimientos que permiten desarrol lar la capacidad de apren- dizaje
tecnológico de la empresa, así como las relaciones es- pecíficas que mantiene
ésta con un entorno que facilite o re- fuerce la acumulación tecnológica y la
innovación.
Si antes se diferenciaba a las EPYM de las grandes empresas con base en el
tamaño (número de empleados, montos del capital invertido o volumen de la
producción), en la literatu- ra económica reciente se plantea que la distinción
central radica en las formas organizativas de los factores de pobla-
ción.EnlasEPYM,aunquenoesposiblehablardeunmodelo único de relaciones
sociales y de gestión en el proceso pro- ductivo (pueden ser paternalistas,
autoritarias, fami liares, colectivistas o de otra naturaleza), un rasgo común es
que se organizan como redes de relaciones casi personales entre los actores. A
la luz de ellas se pueden analizar los flujos circu-
latoriosdelainformaciónydelconocimientopertinentespara
operar el equipo y solucionar las contingencias técnicas20
A menudo el empresario constituye el núcleo de la red en las
EPYM,puessueletenerunaformaciónprofesionalmayorque el resto del personal.
Se encarga de la administración y de- cide las estrategias empresariales. Por su
posición, además, el empresario puede tomar la iniciativa en cuanto a los cam-
bios y adaptaciones en los equipos y procesos de producción, la compra de
nueva tecnología y el desarrollo de un nuevo producto. El dinamismo del
empresario y su predisposición al cambio tecnológico representa, sin duda, un
factor importante para la innovación en las EPYM, pero no es condi- ción
suficiente.
Existen casos en que las adaptaciones y mejoras en los equi- pos y procesos
son impulsados por los operadores o respon- sables del mantenimiento. Ellos
adquieren un conocimiento p r e c i s o d e l f u n c i o n a m i e n t o d e l e q u
i p o . C o n e l ti e m p o ll e g a n a conocer los puntos débiles de las
máquinas que operan o reparan: qué pieza tiende a romperse, qué mecanismo
suele bloquearse, etc. La interacción constante con los objetos tec- nológicos
les permite concebir mejoras a los componentes y mecanismos de
funcionamiento, los cuales pueden conver- tirse en innovaciones. Este proceso
de aprendizaje, que algu-
nos autores denominan adaptativo,21 no es fruto de una estra- tegia
explícita de ID y por tanto carece de formalización. Corresponde al
conocimiento tácito acumulado de los acto- res y su expresión depende del tipo
de gestión de las relacio- nes ~ociales imperante en la empresa, es decir, de la
capaci- dad del dirigente empresarialpara reconocerlo y valorizarlo.
La innovación en las empresas pequeíias y medianas
Como se ha visto, la innovación constituye un proceso am- plio y dinámico que
engloba diferentes funciones y se con- creta en resultados diversos, desde la
adaptación de la ma- quinaria y herramienta (por la falta de capacidad para
invertir en capital) hasta la adquisición y eldominio de tecnología de punta,
como la microelectrónica o la robótica.
Con base en una encuesta en 284 establecimientos del estado de Nueva York,
Bozeman y Link clasifican diversas activi- dades para la innovación en las
EPYM: adquisición de cono- cimiento tecnológico en el desarrollo de nuevos
productos o procesos; adopción de nueva tecnología en el proceso pro-
ductivo, e introducción de productos innovadores como ~s trategia
competitiva22 Una encuesta aplicada a 80 EPYM de varias ramas
industriales de la región industrial de Lyon, Francia, compruebaque laactividad
innovadorase manifiesta en diversas maneras en los diferentes sectores
industriales,23 como se aprecia en el cuadro.
Muchas de esas empresas producen para nichos específicos, ya sea de un
mercado regional muy localizado o de uno am- plio que incluye a varios países
europeos y norteamericanos.
Sin embargo, es discutible que el éxito de las EPYM se en- cuentre en función del nicho
respectivo por no ser éste renta- ble para las grandes empresas o tratarse de un sector
tradicio- nal.24 LaencuestaaplicadaenLyonmostróquealgunasEPYM participantes en nichos,
con sólo uno o dos competidores europeos. realizaban poca actividad innovadora. No
obstan- te, varias compitenenelcampo internacionalensectores bajo
eldominiotradicionaldegrandesempresasyeldesarrollode innovaciones les ha permitido
mantenerse en el mercado.
Es claro que el sector de actividad determina en gran medida la labor innovadora y sus
alcances, tanto de las EPYM cuanto de las grandes empresas.
Pero no todas las empresas de un mismo sector tienden a ser innovadoras, como tampoco las
que presentan característi- cas similares en sectores diferentes. Ya se apuntó que las
características internas de las EPYM permiten desarrollar procesos de aprendizaje
tecnológico<' innovación;queda por analizar de qué manera sus vínculos con el entorno
inciden en dichos procesos.
Las redes de empresas pequeñas y medianas
Tradicionalmente el sector de las EPYM se ha considerado desde el punto de vista de sus
capacidades para generar em- pleo o contribuir al producto industrial, tanto en los países de
la OCDE como en los de menor desarrollo económico. Duran- te los años ochenta el interés
por estudiar a esas empresas aumentó en razón de las dificultades de las grandes para sos-
tenerelnive!deempleoengranpartedelospaísesdeEuropa Occidental. Este fenómeno no es
exclusivo de las naciones desarrolladas; se presenta lo mismo en las naciones de indus-
trialización reciente del Sudeste Asiático que en América Latina. Sin embargo, debido a la
incertidumbre económica persistente en los últimos años, los niveles de empleo o pro-
ducción de las EPYM se han mantenido e incrementado en la medida en que el sector ha
desarrollado una capacidad de acumulación tecnológica que le permite elevar su desempe-
ño económico.
Los ejemplos son numerosos. Con el surgimiento de los dis- tt·itos industriales de la llamada
''Tercera Italia", los sistemas productivos locales en Francia, Alemania y el Reino Unido, el
··valle del Silicón·· en Estados Unidos o las redes de em- presas en Japón, Corea o Taiwán.
desde los años setenta se apreció un cambio en la organización industrial de esos países. Las
EPYM comenzaron a incorporar tecnologías de punta en los procesos productivos, a
modificar estructuras orga- nizativas internas y a buscar nuevos vínculos con el entorno
socioeconómico, de suerte que constituyeron una vía de res- tructuración industrial que
puede competir en algunas ramas con las grandes empresas. Esto se relaciona
estrechamente con el carácter de las innovaciones tecnológicas durante los últimos
lustros, en particular en la industria electrónica, la robótica y la informática, así como con
la relevancia que el conocimiento y la información tecnológica cobraron en las estrategias
de restructuración industrial y el desempeño de
las empresas.
Es abundante la literatura económica y sociológica que de- muestra empíricamente la
importancia de la incorporación de tecnología flexible en los procesos productivos, así
como el desarrollo de nuevas formas de gestión social en las em- presas; en muchas
predominaba la mano de obra poco califi- cada, pero el núcleo del proceso productivo
(con tecnologías flexibles) estaba en manos de un reducido grupo de trabaja- dores
altamente calificados.25 También abundan los trabajos sobre el desempeño económico
de empresas como resultado de nuevas formas de organización entre ellas en ciertas re-
giones del planeta. Los estudios muestran la integración de grupos de empresas
especializadas en diferentes actividades de un mismo sector industrial, incluyendo las
actividades de servicios y comercialización. Para muchos autores las nue-
vas relaciones entre las empresas representaron un paradigma de vinculación "flexible", a
veces por medio de mecanismos no institucionales y con relaciones de competencia en
mer- cados regionales, pero con el desarrollo de formas de coope- ración ante mercados
más amplios (nacionales o extranjeros).
Las redes de subcontratación
No pocas veces se considera que el caso de Japón es para- digmático, pues el desempeño
económico de algunas ramas de su industria (automotores, electrónica, robótica e infor-
mática, entre otras) se sustenta fundamentalmente en las in- novaciones en la
organización interna de las empresas y en las relaciones entre ellas. Las redes entre
compañías grandes y pequeñas, por ejemplo, se construyen a partir de un nuevo tipo de
relaciones de subcontratación26 Las operaciones tra- dicionales en que una gran empresa
confiaba tramos del pro- ceso productivo a una pequeña con menores costos de algu-
25. La lista de autores es muy larga, pero se pueden mencionar como ejemplo los trabajos del
Laboratoire d'Économie e Sociologie du Travail de Aix-en Provence, o de l grupo Économie des
Change- ments Techniques de Lyon, en Francia. Véase también OCDE, Flexibilidad y mercado
de trabajo. El debate actual, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Madrid, 1987, y D.
Segrestin, Socio- logie de l'entreprise, Armand Colin, París, 1992, 223 pp.
26. M. Aoki, op. cit.
nos factores, como la mano de obra, se remplazan por las subcontrataciones de
especialidad, en las que una parte de la producción se desagrega hacia pequeñas empresas
especiali- zadas en fabricar componentes de un mismo producto final.
Ambos ti'pos de subcontratación entrañan relaciones entre las empresas. Sin embargo,
existe un cambio cualitativo: mien- tras que en la subcontratación tradicional se puede
hablar de un beneficio exclusivamente económico para las partes (re- ducción de costos
para la gran empresa y aseguramiento de períodos vitales para la pequeña), en la
subcontratación de especialidad existe además un beneficio de tipo organizativo y
tecnológico.27 Para integrarse en una red las EPYM deben especializarse en algún
segmento de la producción, pero tam- bién reorganizar su estructura productiva interna,
incorporar
una parte importante de las innovaciones tecnológicas tanto en la gestión como en la
producción y adoptar prácticas de justo a tiempo y de calidad total.En este tipo de
relaciones el subcontratante, la gran empresa, puede intervenir como au- ditor o consultor
de las EPYM subcontratistas28 La gran em- presa, al rodearse de una red de EPYM a las
que confía una parte de la producción, puede flexibilizar su estructura inter- na en el
proceso de producción.
Gran parte del éxito de las empresas niponas proviene de las innovaciones organizativas
que configuraron el sistema ja- ponés de gestión , caracterizado por la ligera organización
interna y la agilidad en la fabricación2 9 La filosofía de justo a tiempo o la de calidad
total,junto con las prácticas de cero tiempo de aprovisionamiento, cero defectos, cero
existencias, cero papel, cero descomposturas y readecuación del espacio físico,
constituyeron los elementos de una estrategia global de las empresas para reducir los
costos y reorientar la orga- nización productiva conforme a las demandas de los clientes y
el mercado.
El recorte de los tiempos de aprovisionamiento, la disminu- ción de las existencias y el
aprovechamiento máximo del espacio físico fueron posibles por la integración
tecnológica y organ izati va de redes de EPYM subcontratistas. Así como la producción
de las grandes empresas se organizó con base en las necesidades del cliente, las EPYM
subcontratistas de- bieron organizar la producción para responder puntualmente a las
demandas de la gran empresa subcontratante. Esta exi- gencia implicó el desarrollo de
capacidades de aprendizaje que permitieron incorporar innovaciones tecnológicas. Para
formar parte de la red de subcontratistas, una empresa peque-
Muchos empresarios, que han tenido gran éxito al llevar a la práctica esta
estrategia mental, no encuentran razón para no seguir usándola en todo tiempo o
circunstancia, siendo a veces reacios a adoptar formas alternativas o a aceptar que
otros, que no sean ellos mismos, puedan señalarles diferentes enfoques.
En la gestión cotidiana de la empresa se generan problemas del "día a día ", que
ocupan lugar preeminente en la marcha de las operaciones de esta.
Estos problemas consumen la mayor parte del tiempo y ocupan la más alta
prioridad de los trabajadores (Ejecutivos o empleados), impidiéndoles ver otros
aspectos tal vez más importantes para la supervivencia de la organización, pero en
los que dicha importancia no es evidente por sí misma, como en los operativos,
sino que requieren de un esfuerzo especial de análisis y reflexión para su
detección.
Más aún, se requiere un enfoque diferente para sobrevolar las circunstancias
cotidianas y, desde lo alto, avizorar un panorama más amplio y general.
Es la transición de la visión cortoplacista a la del mediano y largo plazo.
Aquí es bueno hacer dos reflexiones, por una parte, no es bueno mezclar estrategia
con operatividad porque ambas caminan en tiempos diferentes y la presión por
lograr resultados de corto plazo puede afectar la calidad de la visión del largo
plazo.
Sin embargo, si se ha de contratar servicios para desarrollar la visión estratégica,
es bueno asegurarse de que los resultados aterricen, porque el otro extremo, el
"vuelo" sin descenso, tampoco es recomendable. Entonces , ¿cómo lograr
resultados terrestres sin comprometer la calidad del desarrollo de la visión
estratégica? La respuesta se encuentra en la metodología a seguir, es decir, en la
estructuración de un proceso que vaya de lo más general a lo más particular y
donde no haya contradicción, sino más bien colaboración, entre los dos enfoques.
¿QUE ES EL PLANEAMIENTO?
RESUMIENDO:
MISION Y VISION
Acompañemos a hacer un ejercicio intelectual. A lo largo de los siguientes párrafos
le pediremos que vaya desarrollando los temas que trataremos.
Al final, si la suerte y su paciencia nos acompañan, es posible que tengamos algo
parecido a un esquema estratégico elemental para su empresa ( o para usted
mismo.
Primero debemos describir lo que nuestra empresa es. Señale el giro principal del
negocio, su ámbito, su penetración en el mercado, sus expectativas y las de sus
asociados y trabajadores y, finalmente, su proyección en la sociedad. A esto se le
conoce como la Misión de la empresa. Puede ser un párrafo de unas pocas líneas o
una descripción de una página o más. Todo es al gusto del cliente. Nuestra
recomendación es que sintetice, que sea breve y ponga en el mínimo espacio todos
los temas que mencionamos anteriormente y que constituyen la descripción de lo
que su empresa es.
Una vez que logró la anterior descripción, muy pegada a la realidad y a lo que
acontece en nuestra empresa hoy, pasemos al momento de los sueños. Pasemos a
describir la Visión.
Describa en otro párrafo sus sueños acerca de su empresa. Ponga lo que usted
desearía lograr en un largo plazo (diez años estaría bien), no importa que ahora
pudiera parecer disparatado o exagerado. Todo vale cuando se desarrolla esta
imagen de lo que nuestras más caras aspiraciones anhelan íntimamente. No hay
lugar para la timidez o la humildad cuando desarrollamos la Visión de nuestra
empresa. Adelante.
Siguiendo con el ejercicio, analice ahora las cosas desde dos posiciones diferentes.
Primero comience pensando en los factores internos a su empresa, aquellos sobre
los que tiene potestad para intervenir directamente modificándolos o reforzándolos.
A estos los llamaremos potencialidades (o Fortalezas) y debilidades.
Haga dos listas, una con aquellas cosas en las que su empresa está bien, en las que
es fuerte y otra lista con las cosas en las que su empresa no está bien,
que deben mejorarse o cambiarse porque constituyen verdaderas debilidades que
atentan contra el logro de los objetivos y el cumplimiento de la Misión.
A continuación haga lo propio pero meditando sobre los factores del entorno,
aquellos sobre los que no tiene capacidad de para actuar, que pertenecen al medio
que interactúa con nuestra empresa.
Nuevamente, haga dos listas, una de ellas identificando aquellos que pueden ser
aprovechados en provecho de nuestra empresa, si se toman las medidas
adecuadas. Estas son las Oportunidades. La otra lista prepárela con aquellos
aspectos del entorno amenazadoramente y pueden hacernos daño si no actuamos
oportunamente, estos son los Peligros (Amenazas, Riesgos.
Estas cuatro listas son un análisis autocrítico de la mayor importancia para fijar
derroteros en la forma más consecuente con lo que podemos y no podemos realizar
(análisis interno) y con las cosas que podemos aprovechar o las que pueden
amenazar nuestros logros (análisis externo). Puede ubicarlas en páginas separadas
pero, si caben, es preferible que debida la página en cuatro partes y coloque en
ellas las listas, en una sola página.
Podemos complementar este análisis incorporando las características
fundamentales de las fuerzas centrales de la competitividad, es decir, aquellos
factores o segmentos del mercado que determinan nuestro negocio en el terreno de
la competitividad y nuestra relación con ellas.
Identifiquémoslas en forma específica y señalemos cómo afectan a nuestro
negocio, en forma clara y muy escueta.
El análisis no estaría completo si no incorporamos el "día a día", es decir, la
relación de los principales problemas que nos afectan hoy y que comprometen el
logro de los Objetivos. Identifíquelos, lístelos, concéntrese sólo en los principales
problemas, no se repita ni redunde, vuelque, concreta pero eficazmente, su visión
de las principales situaciones que están obstaculizando la marcha de su negocio.
CERRANDO EL CIRCULO
Un esquema es el de partir por los Objetivos y, por cada uno de ellos, identificar
acciones que coadyuven a su logro.
Luego hay que pasar a la determinación de las acciones que ampararán el logro de
las primeras acciones identificadas y, finalmente, a la determinación de medidas
cuantitativas del logro de estas diversas acciones (métricas).
Estas medidas cuantitativas tienen que ver con factores numéricos y con aspectos
temporales (qué lograr - numéricamente- y cuándo).
Use uno y sólo uno, el que estime más conveniente, y prepare su cartera de
proyectos o Metas.
Sólo dos ideas centrales a este respecto. Primero, debe haber un Comité de alto
nivel, que se reúna lo estrictamente indispensable para verificar avances, manejar
los retrasos e incorporar, priorizadamente, los nuevos proyectos, así como un
equipo responsable de la administración del Plan, que prepare los informes de
situación para las sesiones del Comité coordinando con los responsables de las
actividades del Plan para la obtención de la información relativa a sus proyectos.
Segundo, este manejo debe ser ligero y no agobiante. El uso de herramientas de
software apropiadas es fundamental y para ellos es recomendable contar con un
esquema de red que permita manejar de la manera más conveniente y distribuida
toda la cambiante información del Planeamiento.
Una vez al año se puede hacer una revisión exhaustiva del Plan la que, si se ha ido
actualizando en forma periódica, puede ser muy sencilla, pero que permitiría
incorporar otros aspectos tales como la medición del logro de beneficios y el
impacto de los logros en las diversas áreas de la empresa y frente a la competencia.
En tanto se acepte que el futuro no está predeterminado, al menos no del todo, se pueden crear,
develar, descubrir, diseñar y hasta construir futuros más convenientes, más factibles y más
deseables. Para ello, el instrumento estratégico más pertinente es la planeación prospectiva.
Su misión es la elicitación de futuros, su evaluación y su jerarquización y selección, siendo para
ello una de sus instancias más importantes la anticipación de futuros diversos: posibles,
probables, lógicos, deseables, temidos, futuribles, etcétera.
La prospectiva se sostiene en tres estrategias esenciales : la visión de largo plazo, su cobertura
holística y el consensuamiento. Estas se conjugan armónicamente para ofrecer escenarios
alternativos (“¿hacia dónde ir?”), su evaluación estratégica (“¿por dónde conviene ir?”) y su
planeación táctica (“¿cómo?”, “¿cuándo?”, “¿con qué? y “¿con quién?”).
Antecedentes
A nadie escapa la trascendencia de las ancestrales profecías, algunas teñidas de misticismo y
otras de naturaleza pragmática. Todos, con seguridad, han escuchado o leído acerca de los
profetas griegos, egipcios, chinos o mayas; de Delfos, Nostradamus y de la Biblia; de los lectores
del Tarot, del asiento del café, del humo del cigarro, del vaso de agua, de las líneas de la mano y
de los huesitos de pollo; etcétera.
A lo largo de la historia han existido iluminados que se atrevieron a plantear profecías, muchas
de éstas sobre eventos que habrían de ocurrir de todos modos (enamoramientos, invasiones,
guerras, catástrofes naturales, ventas previas de las acciones, entre un sinnúmero). Muchos de los
elementos del pasado permitían que se visualizara el futuro, visto como destino, como algo
ineludible, como algo que ocurrirá inevitablemente. El hombre estaba sujeto a pensamientos y
sentimientos que le generaban esperanzas o temores, algunos más fundados y otros menos
fundamentados.
Ciertos autores de ciencia ficción plantearon visualizaciones de futuro, por ejemplo: Julio Verne
y Herbert G. Wells, ambos aportaron visiones de futuro que resultaron acertadas. Lo peculiar es
que autores como Wells, quien estuvo ligado al mundo de la ciencia, imaginó en sus novelas el
avión, los tanques y la bomba atómica; sin embargo, cuando le solicitaron pronósticos “serios”,
consideró que la transportación aérea no tenía futuro, que los tanques no serían una invención
razonable y que pasarían siglos antes de que las teorías de Einstein pudieran aplicarse para
dominar la desintegración energética de la materia. En el caso de Julio Verne, quien no tuvo
contacto estrecho con la ciencia, llaman la atención sus fantasías plasmadas en Vuelta al mundo
en ochenta días y De la Tierra a la Luna, por la capacidad creativa de acercamiento a un futuro
que en efecto sucedió, aunque no en la época predicha. La ciencia de ese entonces obligaba a ser
mucho más conservador en la creatividad de lo que la ficción literaria podía permitir.
Si bien, muchos de estos previsionistas no fueron en un principio más que novelistas creativos y
visionarios aficionados, en un cierto paralelismo se observa que, la fantasía contrasta con una
exacerbada imposición del método científico, destacando quizá Condorcet como el introductor
de este método en el campo de las predicciones de futuro. Lo llamativo aquí, es que se llegó a
creer en la ciencia a pie juntillas, sin una visión crítica. Se cree (acto de fe, de creencia) en
elementos de la ciencia como absolutamente certeros; prácticamente se llegó a endiosar la
ciencia. Por ejemplo: se consideró que las matemáticas, la más exacta, pura y libre de las
ciencias, no podrían equivocarse, que al utilizarlas se tendría seguridad y certeza. Hoy en día, se
confirma que el empleo de la ciencia de manera acrítica, pudiera conducir a conclusiones
equívocas.
Prospectiva
El planteamiento de ¿qué es la prospectiva? aproxima a una metodología o estrategia
metodológica que permitiría salirse de estos dos extremos comentados creencia a pie juntillas en
la ciencia y creencia a pie juntillas en elementos místicos ; por ejemplo: la ciencia, en una
época determinada, concluyó que el sol giraba alrededor de la tierra, pero con el avance de la
ciencia y de la capacidad de observación se llegó a conclusiones totalmente diferentes, es decir,
hubo un cambio de concepción sobre un mismo fenómeno, porque éste no ha cambiado: la tierra
sigue girando alrededor del sol. Estas visualizaciones del fenómeno a través de la ciencia
muestran que ésta ha cambiado, ocasionalmente
con graves tropiezos, con graves dificultades, incluso con algunos mártires.
En cambio, con los modelos matemáticos, econométricos, que en la actualidad son sumamente
apetecibles, es fácil darse cuenta que en una visión de estudio del futuro, estos modelamientos
pudieran provocar gravísimos errores y que no llevan tampoco a la conclusión absolutista de que
algo es exacto. Ante esta situación, emerge primero el campo de los estudios del futuro y dentro
de éstos el de la prospectiva. Se advierte entonces que, en las últimas décadas ha surgido en los
campos científicos un movimiento de anticipación que puede ser definido como el esfuerzo de
hacer probable el futuro más deseable. Esto es la prospectiva: la actitud de la mente hacia la
problemática del porvenir, y se la dimensiona como elemento clave de un estilo de planeación
más acorde con las circunstancias actuales.
La prospectiva, como opción metodológica, estudia y trabaja sobre el futuro, y, como ya se
menciona en la introducción, se apoya en tres grandes estrategias.
Primera: la visión de largo plazo
Dejando fuera los planteamientos de corto plazo (de uno a cinco años) donde las proyecciones
(no las prospecciones) han permitido avanzar de manera más o menos asertiva. La visión de
largo plazo tiene la extraordinaria ventaja de que prioriza el largo plazo sobre el corto plazo, esto
significa que para poder definir una estrategia, es decir, “el mejor camino”, lo más importante es
definir para dónde vamos. Para dónde vamos es materia de prospectiva, es el largo plazo, es lo
que se quiere alcanzar en el largo plazo; el mejor camino es materia de estrategia, ¿cuál es el
mejor camino para alcanzar ese largo plazo? En este sentido, el largo plazo es prioritario y
determinante sobre los cortos plazos, éstos se vuelven estratégicos para la conquista del largo
plazo.
A continuación se ilustran diversas visiones de largo plazo:
El estudio del futuro no es sólo útil para conocer el futuro, tiene un provecho
todavía mayor: conociendo el futuro se puede visualizar el presente (ver figura
Prospec2ti)v,aesto es, no sólo el futuro desde el presente sino el presente desde el futuro, lo
F1 cual enriquece las capacidades de conocimiento o de diagnóstico del pasado, del
desde el futuro presente, con elementos de diagnóstico desde el futuro. Hoy en día la literatura
F2
N
N
eestá saturada de estudios sobre el pasado la tendencia y la coyuntura; en cambio
F3 lo que no se ha hecho del todo es: ¿cómo se compara (algo) con los diversos
futuros en los que se pudiFe4ra encontrar? Y muy particularmente con respecto al futuro utópico
mejor de los futuros posibles. En ese caso la planeación estratégica estará en
F5 función no sólo del presente yfudtuerlibpleasado sino por sobre todo del futuro.
Bajo estas premisas, podemos construir un camino por seguir, una metodología prospectiva,
entendida como procedimiento que permite construir colectivamente escenarios futuros y
proponer anticipaciones sobre el cambio de tal manera que puedan evitarse tanto las tendencias
negativas como las catástrofes.
Metodología
La prospectiva representa así la habilidad para llevar a grupos humanos a tomar decisiones
relevantes que los lleven a alcanzar el mejor de los futuros posibles, enfrentando situaciones de
incertidumbre, de alta incertidumbre. En gran medida, dichas situaciones provienen en primera
instancia de considerar que los fenómenos estudiados requieren de una visión integral de largo
plazo y donde los actores sociales intervienen sensiblemente.
Desde el punto de vista metodológico, si bien existen múltiples técnicas y procedimientos que
han sido desarrollados y aplicados durante los últimos años, básicamente comprende procesos de
reflexión colectiva y comprometida para lograr un fin determinado en el largo plazo, a través de
escenarios secuenciados estratégicamente. En todo caso, la reflexión debe ser interactuada,
holística, inteligente y comprometida.
En el fondo, tal reflexión debe comprenderse casi literalmente: “re-flexión”, pensar iterativa e
interactivamente, y volver a hacerlo tantas veces como resulte pertinente. Estos ejercicios
repetitivos, holísticos y teleológicos (con un fin determinado a largo plazo) incluyen
necesariamente las aportaciones de la ciencia, la objetivización, la intuición, la imaginación y la
creatividad más inteligente y comulgada, entre conocedores, estudiosos y actores sociales.
En tanto se utilice la metodología prospectiva, su aplicación requiere de las tres etapas
siguientes: conocer, diseñar y construir, tal y como se muestra en el siguiente gráfico: