Está en la página 1de 1

“La naturaleza de la impermanencia no es vista solamente en su forma más burda como la

muerte de cada ser vivo, la destrucción de todo lo construido y la dispersión de todo lo


acumulado, sino como la omnipresente naturaleza de todo fenómeno en el mundo. Todo
cambia momento a momento, instante a instante. Cuando decimos una palabra, esta sale
y nunca vuelve. Parece estar ahí, pero cuando tratamos de sujetarla ya se perdió. Todo
fenómeno es de esa naturaleza, cambiando sutilmente instante a instante. No hay nada
que pueda durar, nada en el mundo que tenga estabilidad alguna o habilidad alguna para
mantenerse más allá de un instante. Se dice entonces que todo fenómeno es como una
nube en el cielo en constante movimiento y cambio, desapareciendo y reapareciendo,
pero realmente nunca capaz de hacer durar o mantener su propia naturaleza. No hay
nada en el mundo que pueda hacer eso. Entonces se dice que el mundo es como un
espectáculo con muchas apariencias y sonidos diferentes, pero sin estabilidad o realidad
tras bambalinas. Solo es un acto. Entender la impermanencia en sus dos formas, la burda y
la sutil, nos conduce a realizar que el mundo es como un sueño o una ilusión. Cuando
soñamos vemos y escuchamos muchas cosas, sentimos muchas cosas. Parecen muy
reales, pero cuando despertamos, todo se fue. Si buscamos la realidad de las casas, la
gente, los eventos, todos ya se fueron, como un pájaro cruzando en el cielo – cuando ya
voló, no hay remanente, no deja trazo, nada a lo que agarrarse. Entonces, debido a su
impermanencia, todos los fenómenos son como eso, aparecen como, o parecen ser reales,
pero un momento después ya desaparecieron. Nada queda de lo que fue antes. Si vemos
nuestras vidas hasta ahora, si miramos al pasado, lo que hicimos años atrás o el año
pasado o ayer, ya no está, es completamente como un sueño. Cuando vemos la naturaleza
del presente, realizamos que las cosas no existen de la forma que parecen existir. No hay
absolutamente nada en todas esas apariencias que sea firme o duradero.”

La práctica de Mahamudra, SS. Drikung Kyabgon, Chetsang Rinpoche.

También podría gustarte