Nació en Arpino, fue un Romano estadista, orador, abogado y filósofo, que se
desempeñó como cónsul en el año 63 a. C. Provenía de una familia municipal adinerada de la orden ecuestre romana, fundador de la ciencia del derecho y considerado el más importante filósofo, orador y estilistas de prosa romano, en su juventud frecuentó las escuelas de Atenas y Roma; brillante en todas las clases de la oratoria destacó también en el campo de las letras donde cultivó la filosofía, la retórica, la historia y el género epistolar; cumplió una sobresaliente carrera política al servicio de Roma y sus convicciones republicanas lo llevaron a vivir continuamente enfrentándose a los poderosos como Marco Antonio, contra quien pronunció las Filípicas y cuyos soldados habrían de decapitarlo en el año de 43 a. C.
Su influencia en el idioma latino fue inmensa: se ha dicho que la prosa posterior
fue una reacción o un regreso a su estilo, no solo en latín sino en idiomas europeos hasta el siglo XIX. Cicerón introdujo a los romanos a las principales escuelas de filosofía griega y creó un vocabulario filosófico latino distinguiéndose como un traductor y filósofo.
Cicerón es el primero en señalar la importancia que tiene la elección de profesión
en el desarrollo del joven y sostiene que el ideal educativo se halla en la formación del político-orador, quien, recuerda Dilthey “tiene que unir en sí la agudeza del dialéctico, las ideas del filósofo, la expresión del poeta, la memoria del jurista la voz y movimientos del actor trágico y, sobre todo, el ser un hombre de moral ejemplar”. El redescubrimiento de Petrarca de las cartas de Cicerón a menudo se acredita por iniciar el Renacimiento del siglo XIV en los asuntos públicos, el humanismo y la cultura romana clásica. Según el historiador polaco Tadeusz Zieliński, "el Renacimiento fue sobre todo un renacimiento de Cicerón, y solo después de él y a través de él del resto de la antigüedad clásica". La cima de la autoridad y el prestigio de Cicerón se produjo durante la Ilustración del siglo XVIII, y su impacto en los principales pensadores y teóricos políticos de la Ilustración como John Locke, David Hume, Montesquieu y Edmund Burke fue sustancial. Sus obras se encuentran entre las más influyentes de la cultura europea, y hoy todavía constituyen uno de los cuerpos más importantes de material primario para la escritura y revisión de la historia romana, especialmente los últimos días de la República romana
Algunas de sus obras son:
Tratado de la República (año 54 a.C.)
Tratado de las leyes (52) Tratado de la vejez (44) Tratado de la amistad (44) Los oficios o los deberes (44-43)