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PARTE I
“La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor”
(Proverbios 15:1)
La comunicación en la Familia
PARTE II
“Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis
como debéis responder a cada uno” (Colosenses 4:6).
Una de las tareas difíciles de los padres es cerciorarse de que su hijo los esta
atendiendo antes de tratar de decirle algo. Si el niño esta ocupado con sus
juguetes o sus amigos, es probable que no pueda oír la voz de sus padres, de
manera que, para que la comunicación sea buena, asegúrese de que sus hijos
lo están escuchando con toda atención. Para comunicar en la forma debida,
necesita hablar clara y distintivamente, con un mínimo de emoción en la voz.
Es mucho mas fácil responder a un mensaje claro y firme. Esto es verdad no
solo en los casos de comunicación entre padres e hijos, sino también entre
esposos.
La comunicación en la familia
PARTE III
“La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor”
(Proverbios 15:1).
Cuando un padre o un hijo optan por utilizar palabras ofensivas que hieren y
entristecen al que las recibe, su comunicación ha dejado de ser eficaz. La
sabiduría y el conocimiento necesario para un buen intercambio de ideas
deben cultivarse en el hogar, Las familias que no los cultivan, hacen mal.
Están privando a los niños y a los jóvenes de esa instrucción que necesitan
para tener éxito en la vida. Es mas, la palabra correcta, dicha en el momento
oportuno ¡que buena es! Así lo declara Salomón (Proverbios 15:23). El
escritor de los Proverbios también declara que como “manzana de oro con
figura de plata es la palabra dicha como conviene”, toda una obra maestra del
arte creador de Dios (Proverbios 25:11).
La comunicación en la familia
PARTE IV
Por que hay familias cuyos integrantes no pueden comunicarse con eficacia
entre si? He aquí algunas razones posibles:
Algunos tienen temor de ser rechazados. Temen que sus ideas y opiniones no
sean aceptadas por los demás, por lo que no quieren expresarlas.
Algunos no creen que hablar les sea de alguna utilidad. Quizá hayan intentado
en el pasado hacer oír sus pensamientos y sentimientos y los hayan rechazado
y criticado. Por este motivo, no tienen intención alguna de tratar de hacerlo
nuevamente, pues lo creen inútil.
En otros casos lo que ocurre es que las personas están muy absortas con
numerosas preocupaciones y no tienen tiempo de comunicarse entre si. Su
vida es una rueda continua de actividades y afanes y les quedan muy pocas
energías y tiempo para desarrollar las relaciones interpersonales.
Algunas parejas comparten muy pocas cosas o intereses, así que tienen muy
pocos temas de los cuales hablar. Cada uno vive su propia vida y no le interesa
involucrarse ni siquiera en detenerse a saber lo que ocurre en la vida de los
otros miembros de la familia.
La comunicación en la familia
PARTE V
La participación de las cosas que cada uno posee, siente o piensa, es una
forma eficaz de iniciar la comunicación. Mientras mas abiertos y francos sean
los miembros de una familia y mas se comuniquen libremente las cosas, mejor
será la corriente de comunicación que habrá en el hogar.
Jesús dice que una persona habla del “tesoro” de su corazón. Esto significa
que todo lo que sale del corazón ha sido depositado allí a medida que han ido
teniendo lugar las experiencias de la vida. De manera que, en realidad, son las
palabras las que revelan lo que en esencia es una persona. Ya se trate de
mensajes claros y deliberados o bien los deslices de la lengua, estos son
indicadores de los verdaderos sentimientos (Proverbios 23:7; Lucas 6:45).
Pablo nos amonesta a que no permitamos que ninguna palabra o mensaje
corrupto salga de nuestra boca. Debemos procurar que nuestras palabras sean
edificantes y que sirvan para llevar gracia a los demás. Es mas, nos
recomienda también que nuestros dichos sean sazonados con sal: palabras
sazonadas con la disciplina y el razonamiento adecuado, sin necesidad de
maldecir ni de jurar (Mateo 5:37; Santiago 3: 1-12). En todas las
circunstancias, los padres deben tratar de buscar ejemplo en la vida de Cristo
para reforzar las palabras de corrección o de aliento que les dirijan a sus hijos.
Las palabras sazonadas con sal son vivas y coherentes entre si.
La comunicación en la familia
PARTE VI
“El hombre se alegra con la respuesta de su boca; y la palabra a su tiempo,
¡cuan buena es!” (Proverbios 15:23) “¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de
acuerdo?” (Amos 3:3)
Los esfuerzos por vivir en armonía dentro de la familia son tarea de toda la
vida. Hay muchas maneras de ver y juzgar las cosas e interpretar los mensajes.
Ponga a cuatro personas en diferentes esquinas a observar el mismo
acontecimiento y tendrá versiones diferentes.
Un consejo muy útil es usar el pronombre “yo” al dar nuestro mensaje, para
identificarnos con el. Eso nos hace responsables de lo que estamos diciendo y
sintiendo. Claro esta que para eso necesitamos la franqueza necesaria para
poder compartir con los demás lo que sentimos o pensamos realmente. La
comunicación en el hogar cristiano debe ser un modelo de sinceridad, claridad
y apertura entre los demás.