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La locura de don Quijote de la Mancha:

«El destino de don Quijote es creer(se) en los libros, hacerse vida en los libros y hacerlos realidad
en la única realidad posible: la propia existencia. Fue esta decisión la que hizo que se enfrentara,
sin miedo, a la autoridad, e incluso desafiar a las leyes, en pos de su concepción de la libertad y la
justicia. Una concepción arraigada en los libros: su único credo»

Sabemos que don Quijote es una historia en la que la libertad, el honor y la virtud, la
independencia, el ahínco por creer en los propios ideales y, sobre todo y el amor por los libros
marcaron un punto culminante en la narrativa y el pensamiento para todo lo que habría de llegar
después.

No obstante, un tema fundamental dentro de la obra es la locura. La locura de don Quijote, que
nace gracias a la excesiva lectura de los libros de caballerias, tiene como fin una crítica a dichos
libros, pero más allá de hacer una crítica, Cervantes intenta introducir una cultura de la lectura; o
sea que, por medio de la relación locura-libros, nos incita a abrirnos a la lectura, ya que esta nos
permite, de algún modo viajar, a través de la imaginación a los lugares más inhóspitos; y es que,
desde el primer momento del relato se hace presente una inquebrantable fe en los libros, ese
instrumento atemporal que acompaña a la humanidad desde tiempos remotos y que, sin duda, es
una de las armas más eficaces contra el totalitarismo y el pensamiento único. Esa locura, por
medio de la imaginación, nos permite vivir impermeables de la realidad, así sea por momentos. El
fin al que quería llegar Cervantes, era que con cada libro que uno lee, uno tiene la posibilidad de
sumergirse en un espacio que nos llena de locura, una locura vital, esa locura que se hace
necesaria para la existencia humana.

Sabemos que la locura no es un recurso estilístico de Cervantes, sino toda una loa al poder que los
libros pueden ejercer en nuestro ánimo, en nuestras ideas y concepciones del mundo. Tan es así
que, después de haber quemado la mayor parte de ellos, su ama, su sobrina y amigos han de
recurrir a una nueva historia para hacer comprender a don Quijote que sus libros han sido víctima
del embrujo de un malévolo hechizador: don Quijote sólo atiende a una realidad en la que la
imaginación acompañada de la locura cumple un papel rector. No le sirve el escenario cotidiano,
no repara en los hechos, sino en su capacidad para seguir ideando y recreándose en quien quiere
ser.

La “locura” que rige el pensamiento y el comportamiento de Alonso Quijano, nos propone que su
única realidad es su fantasía, la que han impulsado sus inseparables libros, la que ha constituido su
imaginación, pero a veces, no es fácil decidir si don Quijote está cuerdo o bien loco, o simplemente
es un “entreverado loco lleno de lúcidos momentos". Estos intervalos de locura y cordura nos lleva
a pensar que la locura del Quijote es una “falsa locura”, ya que esa locura, es una locura ficticia y
literaria, propia de la inmensa imaginación de Cervantes, y digo propia de Cervantes porque se
puede entender que Cervantes quería hacer una crítica social, esto se entiende cuando nos
contextualizamos en la época de Cervantes, que es la transición del renacimiento al barroco, y en
la cual la inquisición se estaba en su época dorada. Ya localizados temporalmente, podemos decir
que esa locura era autológica, aunque podía ser un uso patológico de la razón, ya que Alonso
Quijano perdió la cordura, más no su razón, al menos razonaba patológicamente, pero a la vez
brillantemente. Su manera de razonar se remite a la caballería.
Volviendo a la idea de que Cervantes utilizó una falsa locura en don Quijote, Alonso Quijano puede
ser un cuerdo que interpreta el papel de loco, todo esto con el fin de ampliar su libertad (ya que
en esa época a los locos se les eximía de responsabilidades, y por ende podían hacer cosas que si
las hacía una persona cuerda, sufriría los castigos de la época), este ampliamiento de libertad por
medio de la locura, para justificar sus actuaciones y de alguna manera no ser castigado, lo
podemos entender, cuando imaginamos la época ya descrita anteriormente (la inquisición) , y al
saber que no se podía expresar libremente, logró utilizar al Quijote como un método de expresión,
que a la vez tiene que verse inmerso en la locura, para que sea más difícil de entender, y así no
corra el riesgo de las consecuencias de la inquisición, Y así, la locura en literatura sirve también
para exponer con libertad las opiniones críticas sin miedo a la censura.

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