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Algunas diferencias entre la psiquiatría y el psicoanálisis

Trabajo Final del Espacio de Psicoanálisis de la concurrencia en psiquiatría, Colonia


Psiquiátrica A. I. Freyre de Oliveros.
Docente: Ana Serra
Alumna: Victoria Eugenia Salas

Para este trabajo me propongo extraer algunas diferencias entre la psiquiatría y el psicoanálisis,
tomando como referencia bibliográfica principal el seminario 16º de Sigmud Freud, el cual se titula
precisamente Psicoanálisis y Psiquiatría. Este texto fue escrito entre los años 1916 y 1917 y
publicado, según hace referencia la edición, en mayo 1917, formando parte de las Conferencias de
Introducción al Psicoanálisis.
A propósito de la historia clínica que brevemente despliega, Freud plantea que tanto el psiquiatra
como el psicoanalista van a posar su mirada en el síntoma más importante de la paciente “el delirio
de celos”, su importancia radica en el intenso sufrimiento de la paciente y las dificultades que por
esto atraviesa la familia. Se podría decir que, en la caracterización sintomática, tal vez con algunas
diferencias en la denominación, ambos, psicoanalista y psiquiatra, llegan a la misma conclusión.
A partir de aquí toman rumbos diferentes, la mirada médica nos habla de trastornos psiquiátricos
con una base fisiopatológica aparente, tal vez hereditaria o genética, pronta a ser develada
definitivamente por la ciencia. Describe los síntomas con rasgos generales, los agrupa en
constelaciones y criterios, conformando así las categorías diagnosticas. A lo que puedo agregar,
llama la atención la vigencia de las apreciaciones de Freud, cuando aun hoy, descartando por
completo el contenido del deliro -digamos que solo para categorizar el tipo de delirio que se
manifiesta clínicamente- el médico psiquiatra “abandona en la estocada”.
El psicoanálisis, según Freud, va a plantear con respecto al sintoma, el sentido o el propósito, es
decir el por qué esta paciente construye un delirio celotípico y no de cualquier otro tipo. Debe
haber algo en la historia de esta paciente que permita esclarecer esta incógnita.
A partir de allí extraigo otra diferencia con el saber médico, no se trata de una manifestación donde
un individuo no puede adaptarse de manera adecuada a su medio, el síntoma para la medicina es
una manifestación de la ruptura del equilibrio medio interno- medio externo, un fracaso en el
esfuerzo de imponerse frente a la circunstancia que lo tensiona, agotándose los recursos y
mecanismos que mantienen al individuo dentro de los parámetros normales. Para el psicoanálisis en
cambio, encuentro que el síntoma habla de una defensa del sujeto, si se me permite decirlo así, la
traducción del significado del síntoma ha de develar los procesos psíquicos, las operaciones y los
significantes que se ponen en juego. No se trataría tampoco de una reacción individual a lo que
llamamos hoy por hoy en biología un “estresor”, se trata de un cuerpo subjetivo construido a través
de la relación con el otro, la mirada del otro.
En un momento de la conferencia, Freud propone “...quizá provenga de que los médicos se
comprometen muy poco con los neuróticos; oyen con tan poca atención lo que ellos tienen para
decirles que se han enajenado la posibilidad de extraer algo valioso de sus comunicaciones, y por
tanto hacer observaciones en profundidad.” En el terreno de la subjetividad hay mucho más para oír
que para ver, y aunque escuchar al paciente en toda practica médica es una herramienta fundamental
para arribar al diagnostico, se limita al interrogatorio en el empeño de buscar algunos indicios,
formular hipótesis diagnosticas, todo lo demás es “el ojo clínico”, la búsqueda de signos objetivos
de enfermedad. La teoría freudiana deviene de un campo clínico diferente, allí justamente en los
errores, omisiones, lapsus, sueños sin aparente importancia, es decir, todo lo que descarta la ciencia
positiva, se encuentra la tela con la cual se nutre el psicoanálisis. Para buscar el sentido del síntoma,
origen del sufrimiento del paciente va a escuchar “lo que tiene para decir”, el discurso del paciente.
Finalmente cito: “...Ahora caigo en la cuenta, señores míos, de que he hablado de cosas que ustedes
todavía no están preparados para comprender. Lo hice con el fin de comparar la psiquiatría con el
psicoanálisis. Pero hay algo que tengo derecho a preguntarles: ¿Han observado alguna
contradicción entre ambos?...” Me quedo con esto último porque invita a pensar la posibilidad de
una psiquiatría diferente, aun con el pequeño recorrido teórico que me atrevo analizar.

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