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UNIVERSIDAD LIBRE DE COLOMBIA


FACULTAD DE DERECHO
INSTITUTO DE POSTGRADOS
ESPECIALIZACIÓN EN
DERECHO LABORAL Y SEGURIDAD SOCIAL
Artículo de investigación

DE LA PENSIÓN ESPECIAL DE VÍCTIMAS DEL CONFLICTO ARMADO A

PRESTACION ECONOMICA PERIODICA

“Entre el constitucionalismo progresista y el institucionalismo regresivo”

POR

Carlos Andrés Viuche Fonseca

Germán Alfonso Baquero Villalba

Docente asesor:

DAVID GARCÍA VANEGAS

BOGOTÁ D.C.

2019
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UNIVERSIDAD LIBRE

DIRECTIVAS NACIONAL Y SECCIONAL

PRESIDENTE NACIONAL
JORGE ALARCÓN NIÑO
VICEPRESIDENTE NACIONAL
JORGE GAVIRIA LIÉVANO
RECTOR NACIONAL
FERNANDO D´JANON RODRÍGUEZ
CENSOR NACIONAL
ANTONIO JOSÉ LIZARAZO OCAMPO
SECRETARIO GENERAL
FLORO HERMES DE SAN JOSÉ GÓMEZ PINEDA
PRESIDENTE SECCIONAL
JULIO ROBERTO GALINDO
RECTOR SECCIONAL
JESÚS HERNANDO ÁLVAREZ MORA
DECANO FACULTAD DE DERECHO
FERNANDO SALINAS SUAREZ
DIRECTORA (E) INSTITUTO POSTGRADOS
NOHRA PARDO POSADA
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Resumen

La presente investigación tiene como objetivo general determinar si la modificación de la

pensión especial de víctimas del conflicto armado a prestación económica periódica afecta

derechos constitucionales de las víctimas y, en ese sentido, es inconstitucional o no.

Se proponen los siguientes objetivos específicos. En primer lugar, plantear un desarrollo

histórico y legal de dicha prestación económica. En segundo lugar, considerar la línea

jurisprudencial trazada por la Corte Constitucional en torno a la naturaleza jurídica de dicha

pensión, mostrando el concepto, los requisitos, los medios probatorios y demás elementos

necesarios para entender esta prestación. Finalmente, el documento desarrolla una reflexión

acerca de la modificación que se genera a esta prestación con la reciente expedición del Decreto

600 del 6 de abril de 2017.

La hipótesis de trabajo será que el Decreto 600 es inconstitucional toda vez que vulnera

preceptos constitucionales como el principio de prohibición de regresión en materia de Los

Derechos Económicos Sociales y Culturales (DESC) y el principio de proporcionalidad

desarrollados por la jurisprudencia constitucional.

Palabras claves

Víctimas, pensión especial, requisitos.

Abstract

The general objective of this investigation is to determine whether the modification of the

special pension for victims of the armed conflict to periodic economic benefits affects the

constitutional rights of the victims and, in that sense, is unconstitutional or not.


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The following specific objectives are proposed. First, to propose a historical and legal

development of said economic benefit. Second, consider the line of jurisprudence drawn up by

the Constitutional Court regarding the legal nature of said pension, showing the concept,

requirements, means of proof and other elements necessary to understand this benefit. Finally,

the document develops a reflection on the modification that is generated to this benefit with the

recent issuance of Decree 600 of April 6, 2017.

The working hypothesis will be that Decree 600 is unconstitutional since it violates

constitutional precepts such as the principle of prohibition of regression in the matter of

Economic and Social Rights and Cultural (ESCR) and the principle of proportionality developed

by constitutional jurisprudence.

Keywords

Victims, special pension, requirements.

Justificación

Desde el enfoque del Derecho laboral se ha evidenciado el garantismo, respeto y

protección de los Derechos constitucional y legalmente establecidos, esto con el fin de garantizar

la ampliación progresiva a los habitantes de la Seguridad Social y la protección del trabajador.

Las personas que sin ser partícipes del conflicto armado interno se vieron afectadas por

ataques terroristas, minas antipersonales, entre otras y se vieron afectadas en su salud de esta

manera la legislación les otorgaba la posibilidad de ser beneficiarios de una pensión especial de

víctimas el conflicto armado siempre que se cumpliera con unos requisitos dentro de los cuales

se encontraba haber sido calificado por la junta de invalidez con un porcentaje igual o superior al

50% de pérdida de la capacidad laboral, demostrar su condición de víctima como consecuencia

del conflicto armado y que no cuente con la posibilidad de acceder a una pensión.
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Sin embargo, con la expedición del Decreto 600 del 6 de abril de 2017, se generó la

transformación en este caso en cuestión de “pensión” a “prestación”, siendo más proteccionista

hablar del término “pensión”, así mismo del respeto a los derechos sociales que están sujetos al

principio de progresividad y no regresividad dentro de los límites de la sostenibilidad del

sistema.

Proposiciones problémicas

Interrogativa

¿La modificación de la pensión especial de víctima de conflicto armado a prestación

económica periódica, afecta los derechos constitucionales?

Afirmativa

La omisión legislativa en la que incurrió el Congreso al obviar la justificación y

explicación del cambio de la pensión especial de víctima de conflicto armado es violatoria de

preceptos constitucionales.

Negativa

El cambio realizado en la naturaleza jurídica del derecho de pensión que tenían las

víctimas del conflicto armado a prestación económica periódica afecta a dicha población.

Categorías

Conflicto armado del estado colombiano; Normas jurídicas; Fondo de solidaridad

pensional; pensión mínima legal; Derecho a una pensión especial; Pensión especial continua

vigente; Victimas tienen derecho; Omisión legislativa relativa; Prohibición de regresión;

Principio de proporcionalidad; Colpensiones; Prestación humanitaria periódica; Principio de

progresividad; Principio de no regresión; Justificación razonable; Personas que se encuentran en

una situación de “desigualdad manifiesta”; Presupuestos teóricos y filosóficos; Estado


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constitucional; Prestación económica periódica; Inconstitucionalidad del Decreto 600;

Competencia de la corte constitucional; Competencia del Consejo de Estado; Referendo

constitucional

Desarrollo

Marco histórico

En el marco del conflicto armado el Estado colombiano, por intermedio del Legislativo,

decide crear una serie de normas jurídicas para intentar controlar el fenómeno antes mencionado.

En ese sentido se expidieron, entre otras, la Ley 40 de 1993, conocida como “ley antisecuestro”,

que reguló como tipo penal el secuestro simple y el secuestro extorsión (Estatuto nacional contra

el secuestro).

Por otro lado, se emite la Ley 104 de 1993 debido al aumento del conflicto armado del

año 1992, el gobierno se vio en la necesidad de buscar mecanismos que dispusieran de ayuda a la

población afectada por el accionar de grupos al margen de la ley, llego a tal punto la violencia

que para el 8 de noviembre de 1992, se declaró estado de conmoción interior con el cual se

pretendía contrarrestar la violencia de los grupos armados contra la población civil y el estado

(Colombia, 1993), durante la vigencia del anterior se dictó medidas integrales de atención a las

víctimas del conflicto armado.

Por medio del decreto 444 de 1993 se buscó brindar atención hospitalaria y humanitaria

a las víctimas, así mismo como pretendió brindarles apoyo económico para la reparación de los

daños causados por el conflicto armado (decreto 0444 de 1993), con el objetivo de que estas

medidas fueran adoptadas de forma permanente se presentó el proyecto de ley Nro. 40 de 1993 y

de allí se expidió y aprobó la ley 104 de 1993 que determinó en su artículo 45, parágrafo

segundo por medio del cual dispone que las personas que sufran una disminución igual o
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superior al 65% de pérdida de su Capacidad De Pérdida de Capacidad Laboral, podrán ser

beneficiarios de una pensión mínima siempre que no cuenten con más posibilidades de atención

en salud y pensión.

Esa normatividad marca el punto de inicio y la opción de que aquellas víctimas que

estando dentro de dichas circunstancias pudieran adquirir el derecho a una pensión especial. Tal

y como se puede observar, se determinaron de forma clara y taxativa los siguientes requisitos: a)

ser víctima del conflicto armado, b) tener una disminución de su capacidad física desde un 66%

calificada por el Fondo de Solidaridad Pensional, c) carecer de otras posibilidades pensionales y

d) de atención en salud (ley 104, 1993), a partir de esta normatividad se buscó implementar un

modelo institucional que asumió el Fondo de Solidaridad y Emergencia Social en cabeza de la

Presidencia de la Republica con el fin de coordinar la financiación de los programas de víctimas ,

entre los que estaba responsabilizarse de la pensión de civiles víctimas del conflicto armado los

cuales carezcan de otra posibilidad pensional.

 Posteriormente, se emite la Ley 241 de 1995 que prorrogó la ley 104 de 1993 teniendo

como objetivo principal postergar las políticas de convivencia ciudadana y en la búsqueda de la

paz, como reacción a los daños causados contra los civiles, en el marco del conflicto armado, se

asumió la responsabilidad de proteger las personas que se vieran inmersas directamente en razón

de acciones de grupos armados; comparada con la norma anterior, aumentó la posibilidad que un

grupo mayoritario de la población pueda ser sujeto de esta pensión. Lo anterior porque la

normatividad en mención reguló el tema

Por medio de la ley en comento se estableció que, si una persona sufre una pérdida de

capacidad laboral del 50% o más tendrán derecho a la pensión de invalidez, conforme a lo

establecido en el sistema general de pensiones colombiano reformado en el año 1993 a través de


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la ley 100, donde se puede evidenciar que hay una diferencia frente a las calificaciones y

porcentajes establecidos como requisito en las dos prestaciones, generando una desigualdad

frente al acceso a este beneficio

Se tiene entonces que los requisitos son los mismos, pero se disminuye del 66% al 50% la

pérdida de capacidad laboral, situación favorable para quienes posean legitimación en la causa

activa, con esta ley se ve un gran avance con relación a la seguridad social, progresivo y que

tiene una vocación de permanencia.

Dos años más tarde, el Congreso desarrolla la Ley 418 de 1997 que deroga a su vez la

Ley 104 de 1993, ya que las condiciones relacionadas con el ordenamiento público y las causas

que justificaban su existencia habían variado y habían asumido otra connotación, sin que esto

implicara que se superaran estos presupuestos , regulando los mismos requisitos que la norma

anterior, pero dándole una vigencia de dos años más, definiendo claramente que para poder

acceder a la pensión por invalidez de víctimas deben tener: condición de víctima como

consecuencia del conflicto armado, acreditar perdida de la capacidad laboral igual o superior al

50% y acreditar que carece de cualquier otra opción de acceder a una pensión (Ley 418 de

1997).

Siguiendo esta línea se expide la ley 548 de 1999, la cual extendió los efectos de la ley

418 de 1997 por tres años más argumentando la convicción en los instrumentos brindados por la

ley eran necesarias para lograr la paz ya que generan equidad, entre estos se identificó la pensión

para víctimas de la violencia además de no modificar ningún requisito para su obtención y deja

claro que sigue vigente.

Posteriormente se emite la Ley 782 de 2002 por medio de la cual se prorroga por 4 años

más en esta ocasión la hace extensiva a menores de edad e incluyendo a otras poblaciones
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afectadas incluyendo términos como “masacres” y “ ataques indiscriminados” favoreciendo de

esta manera a las víctimas que hubiesen sufrido más de 50% o más de pérdida de capacidad

laboral, aclarando que este diagnóstico debe estar basado en el manual único para la calificación

de invalidez donde se contempla a favor de la víctima una pensión mínima legal vigente teniendo

que demostrar para su obtención que carece de otras opciones pensionales y de salud (Ley 782 de

2002), esta pensión será otorgada por el fondo de solidaridad pensional, establecido en el artículo

25 de la ley 100 de 1993 y a su vez la reconocerá el Instituto de Seguros Sociales, entonces

siguió surtiendo efectos.

Con la expedición de la ley 797 de 2003, en la cual se aumentaron los requisitos para

acceder a la pensión en la cual se aumentaron las semanas a las personas que no pertenecieran al

régimen de transición en donde claramente dice que para acceder al reconocimiento de la

pensión no se podrá sustituir requisitos (Ley 100 de 1993). razón por la que algunas entidades

consideraron tácitamente derogado el artículo 46 de la ley 418 de 1997, aun así la Corte

Constitucional ha concluido que esta ley no derogo la pensión asignada para víctimas de la

violencia, ya que el objeto de las prestaciones es diferente, además de que la causa que las

origina no son comparables y las leyes que las establecieron fueron creadas con un propósito

diferente y materias diferentes.

A través de la expedición del acto legislativo 01 de 2005 se le realizaron reformas al

artículo 48 de la Constitución Política, y se estableció que, para adquirir el derecho a la pensión

es necesario cumplir a cabalidad con la edad, tiempo de servicio, semanas cotizadas o el capital y

donde aclara que a partir de la expedición de dicho acto legislativo no habrán regímenes

especiales ni exceptuados a parte de la fuerza pública (Acto Legislativo 01, 2005), en

consecuencia de lo anterior, algunas entidades consideraron que es improcedente conceder


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pensiones sin el mínimo de los requisitos exigidos por el Sistema General de Pensiones,

considerando que sería una violación a las normas específicas y vulneraria la Constitución

Política.  

En el 2006 aparece la Ley 1421 la cual prorroga por un periodo de cuatro 4 años más las

leyes mencionadas anteriormente. Hasta este punto se podría afirmar que la pensión especial para

víctimas del conflicto estaba vigente en el ordenamiento y por ende producía plenos efectos

jurídicos.

El problema surge de la última norma mencionada, es decir, de la Ley 1421 de 2006, toda

vez que no prorrogó y guardo silencio respecto al artículo 46 de la Ley 418 que reconocía la

prestación analizada.

Algunas de las sentencias de la Corte Constitucional sobre el tema van a plantear

precisamente este interrogante ¿continua vigente en el derecho colombiano la pensión especial

para víctimas? Para la jurisprudencia constitucional el hecho que el legislador haya omitido sin

dar, como diría Alexy, “razones suficientes” para ello (Alexy Robert, 2010), no puede constituir

esta omisión una expulsión del sistema normativo de la pensión estudiada, máxime cuando se

trata de normas relacionadas con derechos constitucionales y de derecho internacional

humanitario.

Se entiende que las leyes son normas jurídicas dictadas por el Congreso y que poseen

algunas características como la generalidad y la abstracción, por su parte los decretos con fuerza

de ley los describe el Consejo de Estado como aquellos “constitucionales autónomos” que son

actos jurídicos que tiene la potestad de expedirlos la rama ejecutiva en razón de sus atribuciones

explicitas y que les fueron brindadas por la Constitución para cuando no exista ley previa o
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norma con fuerza de ley que reglamente la materia, y deja claro que tampoco son ley (Corte

constitucional de Colombia, Sentencia C 951, 2014 MP Martha Victoria Sáchica Méndez).

Por lógica jurídica se infiere que, así como existen derechos con fuerza, es posible

deducir también la existencia de decretos sin fuerza de ley, lo cual reviste una importancia al

momento de establecer cuál es la jurisdicción que posee competencia para resolver los problemas

jurídicos relacionados con estos decretos, toda vez que el artículo 237 de la Constitución

establece como atribuciones del Consejo de Estado conocer “las acciones de nulidad por

inconstitucionalidad de los decretos dictados por el Gobierno Nacional, cuya competencia no

corresponda a la Corte Constitucional” esto indica que prima facie los decretos con fuerza de ley

son de competencia de la Corte Constitucional, mientras que los decretos sin fuerza de ley son de

competencia del Consejo de Estado.

No obstante lo anterior, la misma Corte Constitucional ha sostenido que la función de

control de constitucionalidad que tengan relación con decretos y actos que sean generales sin

fuerza de ley, si bien es cierto que la competencia esta otorgada tanto a la Corte Constitucional

como al Consejo de Estado, pero nunca resulta fácil determinar cuándo un decreto se encuentra

establecido o no dentro de los numerales del artículo 241 de nuestra carta de derechos (Sentencia

C-049/12 MP Mauricio González Cuervo).

Por ello, es competente el Consejo de Estado mediante acción de nulidad por

inconstitucionalidad, de acuerdo a lo establecido en el artículo 135 de la Ley 1437 de 2011

(Código de Procedimiento Administrativo y de los Contencioso Administrativo) donde se

expresa que los ciudadanos pueden interponer esta acción contra decretos que tengan carácter

general que hayan sido promulgados por el Gobierno Nacional y el cual la revisión no sea de

pertenencia de la Corte Constitucional de acuerdo a lo enunciado en los artículos 237 y 241


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corresponda, ya sea por infracción directa a la Constitución o porque los actos de carácter

general fueron expedidos por organismos diferentes al gobierno nacional, en el parágrafo del

artículo en mención específica que el Consejo de Estado no estará limitado a manifestar una

decisión a los cargos formulados de la demanda, por ende podrá basarse en la declaración de

nulidad por violación de la constitución y pronunciarse en las sentencias que a su criterio

conforman unidad normativa con aquellas demandadas que declare nulas por

inconstitucionalidad.

Dejando de lado la discusión, ya que el Decreto 600 no está dentro de los contemplados

en las competencias ordinarias de la Corte Constitucional, ni dentro de las “competencias

especiales o atípicas”, bajo el entendido que no se trata de un decreto que versa sobre Acto de la

autoridad electoral de declaración de aprobación de un Referendo constitucional, Actos de

particulares gestores de una iniciativa popular para el trámite de una ley convocatoria de un

Referendo constitucional, Decretos que convocan a sesiones extraordinarias al Congreso de la

República, Decretos y las resoluciones adoptadas en cumplimiento de lo dispuesto en un acto

legislativo, Acuerdos internacionales simplificados que se ocupan de regular materias propias de

un tratado internacional (Sentencia C-049, 2012 MP Mauricio González Cuervo).

Teniendo en cuenta lo anterior, se discutirán dos posiciones: una de tipo teórico,

tendiente a la construcción de argumentos que muestren la inconstitucionalidad del Decreto 600

ya que este es violatorio de preceptos y derechos constitucionales ya mencionados; acá toma

importancia nociones como el constitucionalismo progresista o lo que la profesora italiana

Susana Pozzolo (1998) en la década de los 90 llamó “neoconstitucionalismo”; según esta

ideología, teoría o metodología el constitucionalismo, vía jurisprudencia, especialmente por

intermedio de las cortes constitucionales en aquellos países que han implementado el modelo de
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control concentrado de constitucionalidad, como España, Alemania, Italia, Colombia, y otros,

promueven como pilar esencial del estado la defensa de los derechos fundamentales y/o de los

principios.

Por ello algunos llaman a lo acotado “constitucionalismo principialista”, que arremete

contra el positivismo jurídico, refiriéndose a que los derechos constitucionalmente establecidos

no deberían estar basados en las reglas sino en los principios relacionados con el conflicto, por

ende, se debería hacer una ponderación en vez de una subsunción y esta práctica social será

confiada específicamente a la actividad que hacen los jueces, tribunales y los operadores

jurídicos (Ferrajoli Luigi, 2010). Los derechos fundamentales para este esquema están protegidos

por muros de contención que no admiten modificación, alteración, sustracción, derogación o

retrocesos por parte de particulares o del mismo Estado.

Otra de tipo jurídico o procesal, la cual busca una acción que tome medidas sobre este

Decreto regulador de la prestación o beneficio.

Línea jurisprudencial de la Corte Constitucional

En virtud del artículo 241 de la Constitución Política donde se le confía a la Corte

Constitucional la protección y el respeto a la supremacía de nuestra carta magna , para el caso en

concreto aplicara los numerales 4,5,7 y 8 donde específicamente se le da la potestad para decidir

sobre las demandas de inconstitucionalidad que presentan los ciudadanos contra leyes, decretos

con fuerza de ley, decretos legislativos, proyectos de ley y proyecto de leyes estatutarias ya sea

por su contenido material o vicios de forma (Constitución Política de Colombia).

En materia jurisprudencial se ha desarrollado el tema de la siguiente manera:

A través de la Sentencia T-684 de 2016 (MP María Victoria Calle Correa) se estudió la

situación de una mujer víctima de una atentado terrorista con una motobomba en el 2003 que le
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causó una pérdida de capacidad laboral de 58.71% por medio de la que se concede la tutela de

los derechos fundamentales invocados pero, teniendo en cuenta la SU 587 de 2016 (MP Luis

Guillermo Guerrero Pérez), se otorgó la facultad a Colpensiones de recuperar las sumas contra

la fiducia o la forma de administración financiera que cree el Fondo de Solidaridad Pensional

(Sentencia T-684, 2016. MP María Victoria Calle Correa).

En la sentencia T-399 de 2015 M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado, se estudió el caso del

señor Miguel Ariza, incluido en el Registro único de víctimas por tortura y desplazamiento

forzado e incluido en el SISBEN, quien solicitó a Colpensiones se le reconociera la pensión de

invalidez para víctimas del conflicto armado por perdida visual total bilateral, debido a que no

contaba con los recursos, solicitó a la personería distrital de Barranquilla para que oficie a la

Junta Regional de Calificación de Invalidez para que le realizara una valoración de su pérdida de

capacidad laboral, petición que negada tanto por la EPS de régimen subsidiado como por la Junta

Regional de Invalidez, invocando en la Tutela sus derechos a condiciones dignas y al mínimo

vital, solicitó que se ordene a la entidad responsable para que se determine su pérdida de

capacidad laboral.

Ya en estudio del caso en concreto, la Corte Constitucional determinó que no es de

competencia de esta reconocer la pensión, ya que para eso se encuentra la jurisdicción Laboral,

pero en este caso se evidencia que se le debe brindar una especial protección al quejoso y

manifiesta que en muchas ocasiones la jurisdicción a cargo no brinda los medios adecuados que

se solicitan para el reconocimiento de la pensión ya que les impone asumir costos así no puedan

soportarlos debido a su situación económica, ya en el estudio del caso en concreto observa que

no existe una norma especial que regule la entidad a cargo de hacer la valoración de quienes

tienen la intención de acceder a la pensión de invalidez para víctimas del conflicto armado por
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ende se ve en la necesidad de acudir a disposiciones de carácter general para identificar cual es la

entidad obligada.

La Corte Constitucional en este caso concluyó inicialmente que la tutela es procedente

para abordar el derecho de valoración de la perdida de la capacidad laboral como prueba para

solicitar la pensión para víctimas del conflicto armado, además afirmó que la pensión de víctimas

aún se encuentra vigente, teniendo en cuenta que esta prestación no ha tenido una regulación

integral, por ende, se acude a normas generales; por último, para el caso en estudio, se determinó

que es obligación de la EPS de régimen subsidiado- CAPRECOM realizar la calificación de la

pérdida de capacidad laboral (Sentencia T-399, 2015 MP Gloria Stella Ortiz Delgado).

En la sentencia C-767 de 2014 MP Jorge Ignacio Pretelt Chaljub, que se basó en la

demanda por inconstitucionalidad del artículo 1º de la ley 1106 de 2006 y la ley 1421 de 2010,

por presuntamente vulnerar los artículos 13, 48 y 94 de la Constitución Política, ya que

presuntamente se incurre en una omisión legislativa al no contemplar la prórroga de las medidas

de asistencia a las víctimas del conflicto armado. La sala plena de este tribunal señaló, primero,

que la omisión realizada por el legislador de no haber ampliado la vigencia de la vigencia de la

pensión de víctimas del conflicto armado ocasionó que se desconociera postulados de la

Constitución, específicamente la ampliación progresiva de los derechos económicos, sociales y

culturales, los deberes del Estado Social de Derecho y lo relacionado con la igualdad material.

De acuerdo con lo anterior, continúa la sentencia en comento, se ha generado en el

ordenamiento jurídico un vacío normativo que vulnera una población con debilidad manifiesta,

de aquí deriva la necesidad de que se dicte una sentencia integradora que incluya lo omitido por

el legislador y que estén en concordancia con nuestra carta de derechos.


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En segundo lugar, dicho fallo declaró exequibles los artículos 1º de la Ley 1106 de

2006 y 1º de la Ley 1421 de 200, dejando claro que para acceder a la pensión de invalidez que

será de un salario mínimo legal vigente, las víctimas del deben haber sufrido más del 50% de su

pérdida de capacidad laboral, demostrar su condición de víctima como consecuencia del

conflicto armado y que no cuente con la posibilidad de acceder a una pensión, lo que se busca

con esta medida es incluir en el Sistema de Seguridad Social a las personas vulnerables que se

vieron inmersos en los siniestros de la guerra y que por este motivo les haya causados entre otros

perjuicios una afectación a su desempeño laboral.

Por último, dicha Corporación se pronunció acerca de que la pensión de invalidez

debe ser ampliada de manera progresiva además se realizó la aclaración de que el legislador solo

podrá realizar regresión cuando hay una justificación suficiente para hacerlo en pro de los

Derechos, para el caso de estudio la Corte no encontró razones de peso para no prorrogar las

garantías establecidas a las víctimas desde el año 1994 las cuales han sido sujetos de especial

protección. (Sentencia C-767, 2014. MP Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.)

A través de la sentencia T-469 del 2013 M.P. Luis Ernesto Vargas Silva, se estudió el

caso del señor Gilberto Arbeláez Insuasti, quien fue víctima de una mina antipersonal atribuida

al grupo armado ilegal FARC, el señor Gilberto era el sustento de su esposa y tres hijos además

de ser calificado por la junta de invalidez con un 56.15%, no cotizaba salud y no tenía otra forma

de obtener otro tipo de pensión, solicitando al Ministerio de la Protección Social que se le

reconozca la pensión de invalidez para víctimas del conflicto armado, pretensión que le fue

negada ya que esta entidad consideró que la norma que garantiza esta prestación está derogada.

Para este caso, la Corte dejó claro que los derechos económicos sociales y culturales

son de carácter progresivo y para los cuales existe una prohibición de regresividad, ante
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cualquier retroceso se presumirá como inconstitucional, para el caso en concreto se evidencia

que con el desconocimiento de esta norma se está vulnerando el mínimo vital de una persona que

se encuentra en estado de vulnerabilidad ya que sufre de una discapacidad laboral.

Por ende, dado el carácter progresivo de la pensión de invalidez para las víctimas del

conflicto interno por parte de la Corte Constitucional sigue vigente, a pesar de que el legislador

en su potestad no haya cumplido su obligación de prorrogarla, por este motivo amparó las

pretensiones del señor Arbeláez basado en que los Derechos sociales no se puede predicar su

derogatoria sin que haya una justificación de peso por parte del legislador.

Mediante la sentencia T-463 de 2012 M.P. Jorge Iván Palacio, el señor Jorge María

Ballesteros Melo quien en ocasión de un atentado terrorista camino a su trabajo le ocasionó una

pérdida de capacidad laboral del 51.44%, que dejó secuelas tanto psicológicas como físicas, a

pesar de cumplir todos los requisitos para obtener la pensión de invalidez para las víctimas del

conflicto armado la cual fue negada por el ministerio de protección social-fondo de solidaridad

pensional y por el Instituto de Seguros Sociales, por este motivo el actor manifestó que estaban

desconociéndole lo establecido en el artículo 13 y 48 de la Constitución Política, violando así su

derecho a una vida digna.

Para resolver lo anterior inicialmente se pronunció la corte haciendo referencia a los

requisitos previos para la pensión que exige la ley 100 de 1993, que incluye los aportes al

Sistema de Salud, riesgos profesionales y pensión, situación muy diferente a los requisitos que

exige la pensión de víctimas de la violencia debido a que el objeto estipulado en la ley 418 de

1997 fue aplacar los impactos ocasionados por el conflicto interno, cuestión diferente con la ley

100 que tiene como fin beneficiar a los trabajadores activos que realizan aportes y generan una

relación laboral.
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La Corte advirtió además, que esa omisión por parte del Legislador era una medida

regresiva y contraria a los postulados constitucionales, pues por tratarse de un derecho que debe

cubrirse progresivamente, el Congreso no podía dejar de prorrogar las medidas, sin justificación

válida para ello.

Enfatizó la sentencia que la situación que motivó la adopción de medidas tendientes a

proteger a la población civil que sufre las tragedias del conflicto, todavía permanece, así que aún

es necesario proteger y atender a quienes asumen una carga del conflicto que no tienen la

obligación de soportar, por lo tanto, como decisión manifestó que la pensión objeto de estudio

continuaba produciendo efectos, en consecuencia, reconoció la prestación al accionante además

realiza una aclaración sobre el procedimiento que se debe adelantar al momento que se realice la

reclamación y fija posición en la que manifiesta que la omisión del órgano legislativo, sea

justificación para que el Estado colombiano omita la protección que se le debe a las personas que

se encuentran en situación de una especial protección, lo anterior teniendo en cuenta que son

víctimas de conflicto colombiano, esto siempre que subsistan las razones que motivaron que

dieron origen a la misma (Sentencia T-469 de 2012 MP Jorge Iván Palacio.)

El Gobierno tomó la decisión de regular la materia con el objeto de volver concreta las

disposiciones abstractas del artículo 48 de la Ley 418 de 1997, emitiendo, entonces, el Decreto

600 de 2017, por el cual se reglamenta la prestación humanitaria periódica para las personas

víctimas del conflicto armado con base al artículo 46 de la ley 418 de 1997 y aclara la entidad a

cargo de la financiación, este Decreto incorpora algunas modificaciones que conllevan a plantear

inconstitucionalidad. Lo anterior debido a que:

Si partimos de la idea que los principios son mandatos de optimización que se deben

cumplir en la medida de lo posible, lo que identifica no su rigidez, sino su posibilidad de


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interpretación, cuando hablamos de “pensión” y “prestación” se hace necesario hablar de las

diferencias que estas expresiones denotan, la pensión por su parte ofrece ventajas como una

treceava mesada, incrementos pensionales y hasta la prescripción trienal, (salvaguardara a las

personas de las contingencias de la misma vejez, o de la pérdida de capacidad), mientras que la

prestación no pasa de ser un monto de dinero mensual que busca generar algún tipo de

motivación y que no se ajusta a proteger y amparar todas las contingencias que la pensión está

dirigida a cautelar.

Esta investigación tiene como eje de estudio determinar la situación en la que se

encuentran a través del desarrollo jurisprudencial la población que ha sido beneficiaria de la

prestación económica por ser víctima del conflicto de la violencia Esto puede ser útil para que las

instituciones encargadas de dar apoyo a la población y brindar soluciones frente a la

desprotección en la que se pueda llegar a estar inmersa

La importancia de esta investigación entonces se dirige a poner en conocimiento del

lector las problemáticas económicas que se pueden presentar en un futuro en el núcleo familiar

de la población denominada como víctima de conflicto armado, lo anterior debido a que este

beneficio al dejar de ser una pensión como venía denominándose afecta gravemente los derechos

que se han logrado jurisprudencialmente a esta población.

Conclusiones

En Colombia no se está cumpliendo con el respeto íntegro del principio de progresividad

y no regresividad en materia de derechos sociales (pensiones), tampoco se está realizando un

trato diferencial con aquellas personas que siendo Víctimas del conflicto armado sufrieron graves

perjuicios a su salud y vida digna, se evidencia que con la entrada en vigor del Decreto 600 de
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2017, así mismo se debería considerar la excepción de inconstitucionalidad para salvaguardar

estos derechos.

El cambio de la expresión “pensión” a “prestación” es un cambio en la naturaleza

jurídica de la prestación social, pues de tener un origen pensional a tener un origen posiblemente

de transitoriedad. Dicho cambio no es tan garantista para las víctimas del conflicto armado

interno.

En este evento consideramos que, si bien no es absoluta la aplicación de un principio,

(por su carácter interpretativo) este debe estar sujeto a ciertos límites que en ocasiones responden

a parámetros económicos, sin embargo, esta no puede ser una excusa para garantizar la

progresividad de la prerrogativa ya lograda para las víctimas del conflicto armado.

En otras palabras, si bien en un inicio se les dio una pensión, que se está transformando

en prestación, estaríamos en la posibilidad que el legislador más adelante (por medio de su

facultad de libertad legislativa) decidiera eliminar aquellas prestaciones que generan gasto

público por el mero hecho de ser tan solo una prestación, estos riesgos no son posibles de

permitir en un Estado Social de Derecho que vela por la “progresividad” de los derechos, y aun

más de la progresividad en materia de seguridad social.

Referencias

Doctrinal

Alexy, R. (2010). Derechos Sociales y Ponderación. México. Fontamara.

Ferrajoli, L. (2010). Constitucionalismo Principalista y Constitucionalismo Garantista. En Doxa,

Cuadernos de Filosofía del Derecho, volumen 34, paginas 15-53. Alicante, España.

Editorial Marcial Pons, Departamento de Filosofía del Derecho, Universidad de Alicante.


21

Legis, Editorial. (2018). Constitución Política de Colombia. Bogotá, Colombia. Legis.

Pozzolo, S. Traducción Vilajosana, J. (1998). Neoconstitucionalismo y especificidad de la

interpretación. Alicante, España. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2005. Notas de

reproducción original: Edición digital a partir de Doxa: Cuadernos de Filosofía del

Derecho. Actas del XVIII Congreso Mundial de la Asociación Internacional de Filosofía

Jurídica y Social (Buenos Aires, 1977), núm. 21, vol. II (1998), pp. 339-353

Jurisprudencial

Corte Constitucional. (2012) Sentencia de constitucionalidad C-049, 7 de febrero de 2012. MP

Mauricio González Cuervo.

Corte Constitucional. (2012). Sentencia de revisión de fallo de tutela T-469, 22 de junio de

2012. MP Mauricio González Cuervo.

Corte Constitucional. (2013). Sentencia de revisión de fallo de tutela T-469, 23 de julio de 2013.

MP Luis Ernesto Vargas Silva

Corte Constitucional. (2014). Sentencia de constitucionalidad C-951, 4 de diciembre de 2014.

MP Martha Victoria Sáchica Méndez

Corte Constitucional. (2014). Sentencia de constitucionalidad C-767, 16 de octubre de 2014. MP

Jorge Ignacio Pretelt Chaljub

Corte Constitucional. (2015) Sentencia de revisión de fallo de tutela T-399, 30 de junio de 2015.

MP Gloria Stella Ortiz Delgado

Corte Constitucional. (2016). Sentencia de revisión de fallo de tutela T-684, 2 de diciembre de

2016. MP María Victoria Calle Correa

Normativa

Colombia
22

Constitución Política de 1991

Acto legislativo 01 del 25 de julio de 2005 “Por el cual se adiciona el artículo 48 de la

Constitución Política”.

Ley 100 de 1991

Ley 104 del 30 de diciembre de 1993 “Por la cual se consagran unos instrumentos para la

búsqueda de la convivencia, la eficacia de la justicia y se dictan otras disposiciones”.

Ley 1421 del 21 de diciembre de 2010 “Por medio de la cual se prorroga la Ley 418 de

1997, prorrogada y modificada por las Leyes 548 de 1999, 782 de 2002 y 1106 de 2006”.

Ley 1437 del 18 de enero de 2011 “Por la cual se expide el Código de Procedimiento

Administrativo y de lo Contencioso Administrativo”.

Ley 241 del 26 de diciembre de 1995 “Por la cual se prorroga la vigencia, se modifica y

adiciona la Ley 104 de 1993”.

Ley 40 de 1993 “Por la cual se adopta el estatuto nacional contra el secuestro y se dictan

otras disposiciones”.

Ley 418 del 26 de diciembre de 1997 “Por la cual se consagran unos instrumentos para la

búsqueda de la convivencia, la eficacia de la justicia y se dictan otras disposiciones”.

Ley 548 del 23 de diciembre de 1999 “Por medio de la cual se prorroga la vigencia de la

Ley 418 del 26 de diciembre de 1997 y se dictan otras disposiciones”.

Ley 782 del 23 de diciembre de 2002 “Por medio de la cual se prorroga la vigencia de la

Ley 418 de 1997, prorrogada y modificada por la Ley 548 de 1999 y se modifican algunas de sus

disposiciones”.
23

Ley 797 del 29 de enero de 2003 “Por la cual se reforman algunas disposiciones del

sistema general de pensiones previsto en la Ley 100 de 1993 y se adoptan disposiciones sobre los

Regímenes Pensionales exceptuados y especiales”.

Decreto 444 del 8 de marzo de 1993 Ministerio de Gobierno “Por el cual se dictan

medidas de apoyo a las víctimas de atentados terroristas” .

Decreto 600 del 6 de abril de 2017 “Por el cual se adiciona al título 9 de la parte 2 del

libro 2 del Decreto 1072 de 2015 un capítulo 5° para reglamentar la prestación humanitaria

periódica para las víctimas del conflicto armado, de que trata el artículo 46 de la Ley 418 de

1997, y su fuente de financiación”.

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