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Profesora: María Carolina García

Por: Camila Labraña Quiroz

TRIBUNAL DE JUICIO ORAL EN LO PENAL DE COPIAPO

RUC : 0810004865-6 , RIT : 133-2008 , Condena: Homicidio Simple, en grado


consumado; Robo en lugar no destinado a la habitación(Absuelto)

HECHOS: El acusado HERNAN PATRICIO MARTINEZ VILLEGAS, el día 9 de mayo del


2008, a las 10:00 am, junto a la víctima ERASMO DEL CARMEN ROJAS, de 34, años de
edad concurren al sector del Fundo las Terrazas, con el objeto de sustraer del predio uvas
para pasas, concurren por una alambrada que no estaba destinado para ese paso, donde
una vez que ingresan al predio, a las 11:30 hrs aprox, el acusado tiene una discusión con
la víctima, debió a una deuda que tendría con él, sobre el negocio de la sustracción y
venta de uvas, a raíz de esta discusión es donde el acusado, agrede con golpes de puño
en el rostro y la cabeza a la víctima, lo que una vez recae al suelo aprovecha demás de
patearle la cabeza, posterior a MARTIN VILLEGAS, se retira del lugar, pero Erasmo del
Carmen lo sigue, para resolver la discusión, pidiéndole disculpas, frente a esto el
acusado reacciona enfurecido aún más, donde vuelve a golpearlo en el rostro y la cabeza
a la víctima, retirándose del lugar, dejándolo malherido en el suelo, en el cual logra salir a
la carretera para pedir ayuda, una vez que hace parar un vehículo es recogido para
auxiliarlo, llevándolo al sector km 15 de la RUTA C-35, Fundo las Terrazas, luego de que
se consigue bajar, cae al suelo, empezando a convulsionar y perder el conocimiento,
donde es el mismo vehículo quien lo lleva al hospital regional de Copiapó, en cual el
medico que intervino quirúrgicamente, le detecta muerte cerebral, a raíz de los reiterados
golpes que recibió por el acusado, por lo que la muerte biológica era inminente.

La causa de muerte del paciente fue un traumatismo cráneo encefálico, incorporado


en el Certificado de defunción de Erasmo Rojas Tabilo, que da cuenta que falleció el
día 10 de marzo de 2008, en el Hospital Regional de Copiapó.

ASPECTOS DOCTRINARIOS DEL DELITO DE HOMICIDIO: Que el delito de homicidio,


correspondiente al artículo 391 N° 2, del Código Penal, en su tipo objetivo, está integrado
por la descripción de la conducta prohibida, acción u omisión, que consiste en la actividad
destinada a matar a otro; por el resultado, que la muerte de una persona y la relación de
imputabilidad objetiva de esa muerte a la conducta realizada por el agente o bien, como
se ha dicho, una relación de causalidad. La conducta implica causar el resultado muerte a
otro, y por ende, en el homicidio simple a diferencia del calificado, no tiene importancia la
forma o manera de causar la defunción, lo prohibido es causar una muerte, y por ello, es
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un delito de medios abiertos y de resultado. El otro elemento del tipo objetivo es la


posibilidad de atribuir el resultado a la acción realizada por el sujeto activo, lo que implica,
que se debe imputar el resultado muerte a una conducta dada, y ha de determinarse que
el agente está en una relación de causalidad con esa conducta, y además, esta
imputación debe ser objetiva, y esto último implica determinar si el resultado muerte es la
consecuencia de la vulneración de una norma de prohibición, como es el de no matar, que
contempla el ordenamiento penal, en defensa de la vida humana. Además, se exige la
concurrencia de un elemento subjetivo, que está dado por el dolo directo o eventual y, por
último, que la antijuridicidad no se encuentre eliminada por causa o motivo justificante de
la realización de la conducta.

Faz subjetiva del delito de homicidio. Que el tipo subjetivo del homicidio, requiere de un
comportamiento dirigido que es la de privar de la vida a otra persona, pero esa voluntad
puede asentarse en diversas alternativas de curso de acción y al efecto puede enderezar
su actuar en las siguientes formas: 1° Puede tener como fin determinante la provocación
de la muerte (dolo directo: Por ejemplo, odia a su enemigo y pretende matarlo). El dolo
directo en el homicidio, implica que el agente debe desear, con mayor o menor grado de
probabilidad, de que ocurra la muerte de la víctima, la que es consecuencia irremediable
de su actuar. 2°. Prevé el resultado como posibilidad, pero frente a su eventual ocurrencia
queda indiferente anímicamente por su interés preferente en realizar la acción que se ha
propuesto (dolo eventual)

RESOLUCION DEL TRIBUNAL ORAL EN LO PENAL DE COPIAPO

Por lo que todo lo anteriormente expuesto en esta consideración, el TOP de Copiapó


llevan a descartar la pretensión que tuvo la defensa durante el juicio que es de estar en
presencia de un delito preterintencional, fundado en que sólo hubo un dolo de lesionar,
ello considero el tribunal, que no es así por cuanto concordando los sentenciadores con el
Ministerio Público. Se utilizaron golpes de forma reiterada un numero de 13 en total y con
gran fuerza necesaria en su cráneo, lesionando su cerebro, con gran compromiso vital,
los que en definitiva después vendría a hacer el arma empleada para producir la muerte
subsecuente, además de su actuación, huye del lugar, aceptando el curso causal de su
propósito inicial, sin prestarle la ayuda necesaria o asistencia mínima para evitar un mal
mayor, concluye por tanto los magistrados que el sujeto Martínez Villegas efectuó las
agresiones ya mencionadas, con un dolo de matar a la víctima, por lo que su conducta no
tuvo sólo por objeto lesionarla sino causarle su muerte, en definitiva debe admitirse que
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el imputado obró con dolo eventual ya que no podía menos que saber que con su acción
podía causar la muerte, considerando los detalles anteriormente como se efectuó el acto.

QUINTO TRIBUNAL DE JUICIO ORAL EN LO PENAL DE SANTIAGO,

ROL UNICO:1500655088-3, RIT: 195-2016, Condena: Homicidio calificado, en grado


de frustado.

Hechos: El día 09 de julio de 2015, aproximadamente a las 07:00 horas, mientras la


víctima doña Olga Inés Valenzuela Aránguiz, se encontraba durmiendo en su domicilio,
ubicado en Pje. Dakar Nº 3375, comuna de Maipú, específicamente en su dormitorio,
ubicado en el segundo piso de dicho inmueble, llega hasta el lugar, el acusado ANTONIO
SEGUNDO BARRIA HUENULEF, también llamado “El Toño”, quien prestaba servicios
como trabajador en dicha casa, habitando la misma, dispone de una viga de madera para
posteriormente proceder a golpear en la cabeza en varias ocasiones, a su empleadora, la
víctima antes individualizada, ocasionándole con ello: traumatismo cráneo-encefálico
severo, con pérdida de conciencia, lesiones de carácter clínicamente graves, que
hubieran resultado mortales de no mediar socorro oportuno, confirmado por el ,informe
médico, emanado del Servicio Médico Legal.

ANALISIS DE LOS SENTENCIADORES PARA EL FUNDAMENTO DE SU FALLO.

Sin perjuicio de la naturaleza de las lesiones, existieron una serie de antecedentes que
permiten advertir la conducta homicida del acusado:  En primer lugar, el elemento
utilizado para agredir a la víctima, tal como confirma el perito Valenzuela Aránguiz, la
afectada fue golpeada con un elemento contundente tipo romo, compatible con el que se
exhibe en las fotografías que presento la defensa de la querellante, el que corresponde a
un trozo de madera el que quedó impregnado de sangre. En efecto, el medio empleado,
denota la búsqueda de un elemento de grandes dimensiones capaz de trasmitir una
fuerza importante, que revela la intención de dar muerte a la afectada.  En segundo
lugar, la afectada recibió reiterados golpes, tal como lo señalan los funcionarios policiales
al describir la fotografía exhibida, no se trató de un solo golpe, pues las machas rojizas
por proyección dan cuenta del efecto latigazo de diversos ataques (incluso dentro de las
imágenes presentadas, se ve las manchas en las paredes, cama, y en el arma homicida).
Todo lo cual manifiesta la intención homicida que imbuía a Barría Huenulef al momento de
atacar a su patrona.  En tercer lugar, la intensidad o fuerza que aplicó el acusado al
momento de propinar los golpes, devela la intención homicida, pues tenía tal energía que
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logró desgarrar y romper las diversas capas que cubrían el cerebro de la afectada, hasta
llegar a fracturar su cráneo.  Por último, el mismo acusado es quien dar a conocer los
hechos a Jonathan Castañeda y a Carabineros de Chile, indica que habría matado a su
patrona, quien sería la víctima en este caso.

Todos estos antecedentes anteriormente mencionados dan cuenta que se cumple con el
primer requisito, ya que evidencian la conducta homicida que movía al acusado en su
actuar. El segundo requisito, que se produzca la muerte del afectado, consistente en que
se produzca el cese total e irreversible de sus funciones vitales (respiratorias y
circulatorias). La acción de Barría Huenulef, reseñada precedentemente es la que causó
el resultado que pudo ser fatal y que en definitiva no se causó por causas
independientes de la voluntad de él, ya que en este caso la afectada fue hospitalizada
rápidamente, donde tuvo una favorable evolución (ya que los propios médicos le
diagnosticaron un 90% de probabilidades de morir). Es decir, el imputado realizó actos
tendientes a darle muerte a la afectada, por cuanto la agredió con un trozo de madera de
gran tamaño, en variadas ocasiones en su cabeza, las que le ocasionaron múltiples
lesiones de pronóstico grave, que le habría ocasionado la muerte de no mediar socorros
oportunos y eficaces. El tercer requisito consiste en determinar si dicha acción, es
imputable a un tercero, teniendo presente los hechos acreditados en el juicio, es posible
concluir que el resultado de las lesiones ha sido objetivamente imputable a la acción
del acusado quien usó para ocasionarlas un trozo de madera de gran tamaño, sin que se
haya producido el deceso de la afectada, pero por causas independientes a su voluntad.
Que el elemento subjetivo susceptible de análisis, se desprende de una serie de indicios,
que concatenados permiten asegurar que, en la especie, la intención de darle muerte a la
afectada existía y se radica fundamentalmente en los testimonios que se presentaron, que
dan cuenta del elemento utilizado -un trozo de madera-, la cantidad de golpes propinados,
su intensidad, así como la conducta inmediatamente posterior del acusado. Si sólo
hubiese querido lesionarla no le habría ocasionado las múltiples lesiones señaladas y,
menos aún, con la intensidad y casi brutalidad que se ejecutaron que incluso lograron
esparcir parte del cuero cabelludo de la víctima en la habitación.

En conclusión, en cuanto a los elementos subjetivos del delito de homicidio, cabe señalar
que los magistrados estiman y expresan concluyendo en los fundamentos de la sentencia
que el acusado actuó con dolo directo de matar, ya que existió de su parte la conciencia
y la voluntad para realizar el tipo penal de homicidio. En relación al elemento subjetivo del
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tipo referido a la calificante, objetivamente se dio la situación de indefensión ya sea que la


víctima que se encontraba dormida. Estos hechos, como ya lo señala, a juicio del tribunal,
se encuadrarían dentro del tipo penal de homicidio calificado del artículo 391 Nº 1 del
Código Penal, circunstancia primera de alevosía. Este delito se encuentra en grado de
ejecución frustrado, ya que no se produjo el resultado buscado por el acusado por
razones ajenas a su voluntad.

COMPARACION Y ANASALIS DE AMBOS CASOS PRESENTADOS.

En ambos casos, existe el delito de homicidio, en consecuencia, de lo que se ha


expuesto, concurren el aseguramiento y facilidad en la ejecución del delito desde el punto
de vista objetivo y subjetivo, es así como en ambos fallos los jueces los han declarado,
para dictar su sentencia, sin embargo, en relación con el dolo de matar, desde la
perspectiva subjetiva, en el primer caso, el tribunal declara que concurrió el dolo eventual
en el momento de realizar el delito, muy diferente al segundo caso, por cómo se ejecutó el
hecho, considerando que fue frustrado en este último, ya que no concurrieron todos los
elementos del tipo penal, uno de esos elementos, es que se produzca el deceso de la
persona, el dolo directo en este caso, es claro, ya que la persona, como se señala
anteriormente, golpea reiteradamente, proyectándose esa sangre incluso a las paredes,
en un punto delicado del cuerpo que es la cabeza, y además manifiesta el mismo cuando
concurre los carabineros que la había matado, para que en este contexto fuera dolo
eventual, no tendría que haber realizado el acto con armas tan contundentes como el que
ocupo, además de la fuerza que ejecuto, en puntos tan delicados del cuerpo humano, y
mucho menos estando la victima dormida, para efectuar el delito, a diferencia del primer
caso, que fue dolo eventual, realizo golpes con puños y patadas,(un total de 13) en
diferentes partes del cuerpo de la víctima ,cara, cabeza, abdomen, en tres ocasiones,
donde el mismo tribunal señala que el acusado ataco para herir asumiendo que podía
causar la muerte, ya que en el transcurso mientras realizaba la acción homicida, no se
detuvo, causando un menor número de golpes al haberlo caer al suelo o haberlo socorrido
después de la acción, diferente habría sido en el caso si hubiera concurrido dolo directo,
desde el punto vista subjetivo, el acusado en el acto tendría la consciencia y voluntad
ejecutar el tipo penal de homicidio, incluso tomando otros elementos como un arma, un
bate, con las características suficientes, para acabar con la vida, y con la intensidad en
puntos delicados, como es la cabeza, que es lo que ocurriría en el segundo caso, son las
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diferentes circunstancias que permiten determinar y diferenciar ambos tipos de dolo en el


acto de homicidio, y como lo han afirmado los mismos jueces.

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