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Un cerebro cambiante
Una inteligencia holística
Esto sí, esto no: principios y neuromitos
Cada llave, un nuevo color
La maldición del currículum
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Referencias
Un cerebro cambiante
¡Ponte a prueba! ¿Cuán inteligente serías tú, lector o lectora, si mañana viajaras solo
a un país extranjero, desconocido por ti en cuanto a idioma, cultura, costumbres,
horarios… y tuvieras que dar una conferencia, ante una gran audiencia, sobre las
ventajas que tiene la variedad Caprinus Comatus para la dieta de los asistentes?
Con un enfoque similar, son numerosos los artículos que hablan del predominio
del hemisferio derecho o del izquierdo en nuestro cerebro: en las personas en que
predomina el hemisferio derecho se antepone la fantasía, la creatividad, la
emoción; y en las que predomina el hemisferio izquierdo prevalece la lógica, el
orden, la razón. Si consideramos el constructo del cociente intelectual tradicional,
esto puede llevarnos a deducir que el hemisferio izquierdo es el listo y el derecho
el tonto. No lectores, no puede ni debe ser así.
La repercusión que desde hace unos años están teniendo las investigaciones en
neurociencia ha facilitado que proliferen preceptos, pautas o principios que no
siempre están sujetos a evidencias científicas ni contrastadas, sino que en
ocasiones forman parte de la literatura popular y/o de metodologías de enseñanza
no evaluadas desde un punto de vista neuroeducativo. Un neuromito es una falsa
creencia o mala interpretación de la neurociencia.
Siguiendo los principios del apartado anterior, podemos conocer las llaves que
abren al cambio, al aprendizaje, a la transformación inteligente de nuestro cerebro.
Entendemos que estas llaves, en educación, posibilitan nuevas y cuantiosas
conexiones sinápticas, aumentan las áreas cerebrales interconectadas; en
definitiva: dan más color a nuestra paleta plástica (el cerebro). ¿Cuáles son esas
llaves?
Por supuesto que estas metodologías pueden combinarse entre sí; y por supuesto
que NO debemos concebirlas como la losa que entierra a la clase magistral del
docente. La exposición clásica es útil para introducir un nuevo tema, centrar el
objeto de aprendizaje que es relevante, aclarar conceptos, resolver dudas… pero de
ninguna manera debería utilizarse de forma exclusiva ni predominante.
Utilizo esta expresión del profesor Joselu, en su artículo con el mismo nombre “La
maldición del currículum”, porque muchos lectores docentes se sentirán limitados
por los preceptos legales que impone la Administración educativa, ya sea estatal o
autonómica.
Incluso tenemos una norma, a nivel estatal, que apuesta por las metodologías
activas y contextualizadas. Es la Orden ECD/65/2015, de 21 de enero, por la que se
describen las relaciones entre las competencias, los contenidos y los criterios de
evaluación de la Educación Primaria, la Educación Secundaria Obligatoria y el
Bachillerato. Entonces… ¿debemos o no utilizar las llaves del aprendizaje?
¿Podemos o no hacerlo? ¿Queremos o no? Supongo que se trata de confiar más en
nuestra autonomía como docentes.
Estamos asistiendo a una crisis del sistema educativo actual, crisis que podemos
apreciar en señales como: estrés docente, aumento de fracaso y abandono
escolar, movimientos de protesta de colectivos sociales, cambios continuos en
leyes educativas por falta de consenso político, nuevas demandas del mundo
sociolaboral que no se cubren desde la educación formal, etc.