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Borrar no puedo

Nota: Entra una joven representando a la Escuela Sabática, con hojas blancas manchadas.

Escuela Sabática: Hace casi 365 días que recibí este regalo. Cuando lo abrí, solo había en
él hojas blancas de papel, con una nota que decía: “Feliz año nuevo”, y añadía: “Hoy tu
vida comienza como esas blancas hojas, y se mantendrán como tú lo determines, y así
terminaba la escritura. Yo tomé aquellas hojas y las fui llenando con las acciones de mis
miembros. Cuantas cosas buenas puse!, pero otras que no quisiera que estuvieran aquí
ahora, puse tiempo perdido, falta de alabanzas a Dios, descuido en el estudio diario,
irreverencia, falta de fervor misionero, descuido en la oración, indiferencia, falta de
responsabilidad, sueño espiritual. ¡Ah! ¡Cuánto quisiera borrar todo esto y llamar a mis
miembros y amigos visitantes a exaltar y alabar el nombre de Dios, quiero poner la
alabanza y exaltación a Dios por sus bondades, aun quedan unas horas de este año que
pasará a la eternidad.

Año viejo: (entra con su bastón, saluda) Escuela Sabática, ¿Qué te pasa que te veo tan
preocupada? Ya estoy para partir, no volveré jamás, pero no quiero que estés así.

Escuela Sabática: Estoy triste porque quisiera volver atrás, a aquella ocasión cuando me
entregaste estas páginas completamente blancas, pero mira, por mucho que quiero borrar
nuestras malas acciones, no puedo.

Año Viejo: No lo lograrás, el tiempo no vuelve atrás, yo me voy, pero quiero dejarte alegre
y feliz.

Escuela Sabática: ¿Y cómo lo lograrás?, pues borrar no puedo esto de mis páginas, la
angustia por esto me consume, estoy totalmente afligida, el tiempo no vuelve atrás.

Año viejo: No vuelve atrás el tiempo, pero la alegría sí vuelve a tu vida, porque las cosas
viejas pasaron, y te vas a sentir feliz. Te escuché cuando hablabas revisando las páginas, te
oí decir que llamarías a tus miembros y amigos, para alabar y exaltar el nombre de Dios.
Hazlo, estaré contigo las horas que aun quedan. Alaba a Dios, porque él ha sido tu
ayudador. El ha sido quien te ha colmado de bendiciones. El te ha permitido reunirte aquí
cada sábado. El es quien te ha dado vida durante mi estancia, el es quien te ha sustentado
con el bien de la tierra, el es quien borrará de esas páginas tus faltas, el es quien te ayudará
a caminar seguro en el nuevo año que ya toca a tus puertas. Yo me voy, pero antes de partir
te ayudaré a realizar tus propósitos. Vamos, anímate, reúne a tus miembros, alaba y exalta
el nombre de Dios, que la alabanza a Dios no falte en tu vida. Reúne a tus miembros, yo te
acompañaré.

Escuela Sabática: Pues alabemos todos el nombre de Dios cantando con gozo mis queridos
miembros y visitas con el himno: Alabadle. (himno 4)

Año viejo: Escuela Sabática. Haz uso cada día de la alabanza y como un tesoro de poder te
dejo también la oración. Ella te ayudará a derribar grandes montañas, a pasar por ríos
tempestuosos, que no te arroyarán, si la usas, te prometo que estará cada día contigo, y sé
despedirme de ti cuando te encuentres con Jesús en la celeste Sión.

Oración:

Año Viejo: Escuela Sabática, ahora sí me voy, pero dejo contigo cuatro regalos más que te
ayudarán a triunfar.

(Entran los muchachos (Alabanza, oración, esperanza, fé, paz y amor)).

Esperanza: Soy la esperanza. Quiero estar a tu lado, quiero estar a tu lado, sin mi tu vida no
tendría sentido, pues cuando el hombre estaba sumido en la oscuridad del pecado, yo la
esperanza, vine a llenar la vida con la promesa de que Jesús vendría a este mundo a rescatar
a la humanidad caída, no me abandones en el año que está por comenzar, llénate de mí y
serás feliz.

Fe: Soy la fe, un regalo precioso para el nuevo año, no me dejes a mi todo. Muchos son los
que me pierden de vista, pero recuerda que sin fe es imposible agradar a Dios, por mí
muchos alcanzaron reinos, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, hicieron
justicia, alcanzaron promesas, se hicieron fuente en las debilidades y el tiempo. Me faltaría
para decirte lo que puedes hacer conmigo, si yo moro dentro de ti, alcanzarás las primesas
prometidas.

Paz: Soy la paz, quiero estar siempre a tu lado, no me desprecies por circunstancias
efímeras de la vida, la dulzura mía puede inundar tu vida como el perfume más costoso,
quiero estar a tu lado para el próximo año, pues una vida sin paz es como un mar
tormentoso en el cual no se ve la bonanza. Jesús me dejó en este mundo para que tú hagas
uso de mí.

Amor: Soy el amor, la vida sería triste sin mí. Por medio de mí puede lograr los deseos
más maravillosos en tu vida en el próximo año. Recuerda que el que no ama, no conoce a
Dios, pues Dios me reveló con una hermosa promesa de amor para la humanidad, pues por
Amor Dios entregó lo más grande que tenía el cielo, a Jesús. Mantenme muy dentro de ti,
pero no encerrado como en un cofre oscuro para que nadie me vea, imparte amor y
recibirás amor. Riega tu vida y la de los que te rodean con la suave lluvia del amor.

Todos: Escuela Sabática, te deseamos “Feliz Año Nuevo”.

Memorias: Recordando: Parece que fue ayer.

Promosión: Mary

Especial: Lily y Loidy.

Misionero: Frank, misionero de confianza que ayude a las iglesias a ejercer la fe y la


confianza en Dios
Lección: (Leonel) Estudiando la palabra de Dios encontraremos múltiples motivos para
exaltar el nombre de Dios por sus misericordias.

Especial
Oración

Memorias: “Parece que fue ayer”.

Un año ha transcurrido velozmente, parece que fue ayer cuando enero, con sus noches
claras y frías y su firmamento lleno de estrellas, nos anunciaba el comienzo de un nuevo
año lleno de aspiraciones y esperanzas. Parece que fue ayer cuando febrero nos recordó
que con su llegada arreciaban los vientos y soplaban con más frecuencia, el frío se hacía
más crudo, se resecaba la campiña y se recordaba el amor.
Marzo nos anunció su renacimiento, sus brisas agradables, el reverdecer de sus hierbas que
anuncia la llegada de la primavera.
Abril se abrió ante nosotros con un manto verde, dejando caer las primeras lluvias que dan
vida a las plantas, la primavera desborda su plenitud en cada tallo y rama, preparando todo
para darle paso al mes de mayo, donde florece la naturaleza se alegra con el trino de las
aves y la dulce fragancia de las flores inunda el ambiente, llenando el corazón del hombre
de fe y amor.
Parece que fue ayer cuando Junio apareció rompiendo la monotonía, el trueno retumbaba,
el relámpago refulgía, las aves huían a sus nidos, los ríos se precipitaban enturbiados por
las rápidas corrientes y en ese largo correr aparecieron Julio y Agosto, brindando su calor,
la tranquilidad de sus aguas, su cielo lleno de cúmulos saturados de sol. Parece que fue
ayer, y septiembre apareció con sus diversos contrastes, lluvia y viento seco, calor y brisote,
luz y sombra, tormentas tropicales, ardor en los campos y frutos maduros que regocijaron el
corazón del hombre.
Parece que fue ayer cuando octubre apareció con sus huracanes desatando sus furias,
inundaciones devastando sembrados, segando vidas, golpeando con furiosas marejadas
invernales, y en esa agitación de octubre apareció noviembre, trayendo vientos intensos, su
temperatura fresca y agradable, sus días cortos y sus largas noches para unos alegría, para
otros desvelo. Noches que nos llevaron al mes de diciembre, donde florece la campiña con
sus blancas campanillas, salpicadas por el rocío de la mañana y entretejidas con los rayos
del sol que anuncian la paz a cada corazón. Paz que llega al corazón del hombre
recordándole el nacimiento de un niño que redimiría la raza caída para una eternidad donde
los días, meses y años no se contarán.
Parece que fue ayer cuando cada miembro de la Escuela Sabática comenzaba un año que ya
termina, ¿cómo fue tu registro de estudio diario, puntualidad y asistencia.?
Para el relato misionero del programa.

-¿Qué haremos con el viaje a Waukon, Sra. White? –preguntó Josías Hart.
-Iremos, -replicó ella con confianza. –Sí, -dijo él, -iremos si el Señor hace un milagro.

Esa noche la Sra White no durmió bien. ¡Si solamente la lluvia parara! Después de un rato
se levantó y se dirigió a la ventana y miró hacia fuera para ver que sucedía en el exterior.
Todavía seguía lloviendo y la nieve seguía derritiéndose. Se volvió nuevamente a la cama.
Oró porque el Señor, si quería que fuera a Waukon, hiciera algo para que la lluvia se
transformara en nieve. De tanto en tanto espiaba alrededor por la ventana. El Señor
contestó su oración. La lluvia paró y la temperatura se tornó más y más fría.

Temprano por la mañana comenzó a nevar. Nevó prácticamente toda la mañana y casi toda
la tarde. Con el correr de las horas había suficiente nieve depositada para que el trineo se
deslizara rápida y suavemente. Ahora podía ir a Waukon.

Se pusieron sus ropas más abrigadas. Se sentaron en el trineo, se arroparon con las pieles y
las mantas, tanto como les fue posible. Uno de los hombres se hizo cargo de las riendas y
partieron.

Viajaron durante varios días. Se detuvieron en distintos lugares para descansar y para que
el pastor y la Sra. White celebraran reuniones. Pero ninguno de ellos olvidó que su destino
era Waukon, y tan pronto como podían se volvían al trineo y continuaban el viaje.

Entonces comenzó a llover suavemente. Llovió más y más. Tanto que el agua derritió
nuevamente la nieve. Pero ellos continuaron con el viaje. El Sr. Hart y el Sr. Evert sabían
que muy pronto llegaría a un río muy ancho. Debían cruzarlo para llegar a Waukon. No
había puente para pasar, pero eso no los preocupó. El río estaría congelado y el hielo les
serviría de puente.

Pronto divisaron el río. Era realmente ancho. Tanto que la gente en la orilla opuesta
parecían manchitas pequeñas. Pero en lugar de la gran sábana blanca que esperaban
encontrar, vieron agua. La lluvia había derretido el hielo y la nieve de la superficie del río,
de manera que casi no se veía hielo. ¿Qué podían hacer? Debían cruzarlo.

-No debieran cruzarlo ahora, -les dijeron algunos a nuestros hermanos. No es seguro. Ha
llovido tanto que el hielo se ha debilitado y no tiene firmeza. Otra persona que estaba cerca
de ellos, haciendo un gesto con la cabeza les dijo: -Muchos equipos se rompieron a causa
de la poca firmeza del hielo. Algunos de los que trataron de cruzarlo, casi perdieron sus
vidas. Es arriesgado. Es mejor no usar el río por ahora.

Pero ellos debían ir a Waukon. Sabían que Dios quería que fueran. El Sr. Hart se puso de
pie en el trineo y señalando al ancho río en que el viento levantaba pequeñas crestas en la
superficie de las aguas oscuras, dijo: -Hemos llegado al Mar Rojo, ¿lo cruzaremos? –
Adelante, le dijo la Sra White, haciendo un gesto afirmativo con la cabeza. Debemos
confiar en dios.
-Debemos seguir, -dijo el Pr White, haciendo también una señal con la cabeza.

Cuidadosamente deslizaron el trineo sobre el río transformado en hielo, pero apenas se veía
por debajo las aguas. El agua y la nieve derretida salpicaban los lados del trineo. Se
podían oír los cascos de los caballos a medida que avanzaban por la frágil superficie helada.
Lentamente fueron adelantando. Nadie podía decir donde se hallaban los puntos débiles.
Nadie sabía qué les sucedería a continuación. Si el hielo se rompía, todos se ahogarían en
las oscuras aguas del río, pero siguieron adelante. ¡La distancia a la orilla opuesta era tan
larga! Mientras avanzaban sobre esa superficie tan peligrosa, cada uno oraba para que Dios
enviara a sus ángeles para que los cuidara y guiara los caballos.

A la distancia podían ver a la gente, como a pequeñas manchas. En la orilla opuesta


estaban esperando y observando. ¿Llegarían a allá?

Al fin llegaron a la otra orilla. Los caballos dieron otro paso más y pisaron tierra firme,
arrastrando consigo el trineo. ¡Estaban salvados!

El pastor White y su esposa habían salido con destino a Waukon como Dios les había
indicado, y a Waukon llegaron. Tuvieron la inmensa felicidad de ver a mucha gente que
aprendía del amor de Jesús, y a servirlo, porque se animaron a cruzar un puente de hielo, a
fin de “hacer mandados para Dios”.

Nosotros hemos salido para llegar a la Canaán celestial, no importa los obstáculos que se
presenten, pueden pasar los días, las semanas y los años, pero con la ayuda de Dios,
llegaremos. Angeles de Dios esperan por nosotros del otro lado del río. Que Dios les
bendiga y ayude a vencer los obstáculos en el nuevo año.

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