Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Para entender el crack debemos retroceder una época. En 1919 los Estados
Unidos habían emergido como primera potencia tras la Primera Guerra Mundial.
Estados Unidos estaba viviendo una etapa de su historia muy gratificante y
placentera que creían duraría para siempre. Eran “los elices años 20”. Las fábricas
americanas producían productos para la vieja Europa.
Para costear la guerra el Estado había emitido unos bonos llamados “bonos
libertad”. Si pagabas por dichos bonos el Estado te devolvería el precio de los
bonos con intereses. Por primera vez los ciudadanos vieron que podían obtener
rentabilidades interesantes por sus ahorros.
Así, Charles Mitchell, presidente del National City Bank, viendo que se acababa de
crear un público con tendencia a invertir decidió sacar al mercado bonos
corporativos o acciones y le dijo a la gente que eran inversiones fiables y con poco
riesgo.
En esta expansión de crédito tuvo mucha culpa la recién creada Reserva federal
en 1922, bajando los tipo de interés a niveles históricamente bajos, hinchando una
burbuja inflacionista e iniciando una borrachera bursátil.
La bolsa en aquel entonces era un mercado en el que solo invertían expertos, muy
restringido al público, y se acomodaba como un mercado competitivo rigiéndose a
las leyes de oferta y demanda. En este punto el mercado especulativo se abrió a
todo el mundo, todo el mundo quería su tajada.
Mitchell abría agencias de corretaje por todo el país, eran lugares donde se podían
invertir en bolsa, se actualizaban los valores a cada segundo y era necesario
acudir para poder comprar o vender. Allí se te proporcionaba un papel para dar
validez a tu compra o venta, y este debía ser conservado. Y llegó al alcance de
todo tipo de personas en Estados Unidos. La gente estaba estancada.
Se creó un mercado alcista que parecía que no bajaría nunca. En los años 20 se
llegaban a obtener grandes beneficios con un capital pequeño. La situación se
embellecía aún más por la venta de acciones a crédito. Si querías comprar
acciones pedías dinero prestado a un tipo de interés muy bajo, total en un
mercado alcista al vender vas a recuperar tu dinero y al final salías ganando.
Para el medio día, los principales jefes de los bancos se reunieron para intentar
solucionar la situación. La reunión incluyó a Thomas W. Lamont, actuando como
representante de JP Morgan Chase, Albert H. Wiggin, representante de Chase
National Bank, escogen a Richard Whitney vicepresidente de la Bolsa de Nueva
York (NYSE) para actuar en su nombre. Para palear la debacle inyectan dinero en
una serie de valores que se suponían fiables, los que se conocen como “blue
chips”. El multimillonario John D. Rockefeller hace lo mismo con esperanza de que
cambie la tendencia. Lo consiguieron, la bolsa empezó a subir.
Una intervención en los valores por parte de gente poderosa había logrado revertir
la sangría de precios. Invirtieron grandes sumas de dinero para remontar los
valores y volver a generar confianza en los inversores. El mercado remontó,
incluso los periódicos anunciaban “la crisis de la Bolsa ha pasado”. Pero esta
inyección de confianza no fue suficiente.