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ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO

Magistrado ponente

STC3515-2020
Radicación n.° 11001-22-03-000-2020-00294-01
(Aprobado en sesión virtual de veintisiete de mayo de dos mil veinte)

Bogotá, D.C., veintisiete (27) de mayo de dos mil veinte


(2020).-

Decide la Corte la impugnación formulada frente al


fallo proferido el 4 de marzo del año en curso por la Sala
Civil del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Bogotá dentro de la acción de tutela promovida por Jorge
Ramiro Galeano Clavijo contra el Juzgado Treinta y Uno
Civil del Circuito de la misma ciudad y Juan Iván Rivera
Zamora, trámite al que fueron vinculadas las partes y los
intervinientes del juicio declarativo a que alude el escrito
inicial.

ANTECEDENTES

1. El promotor del amparo reclama la protección


constitucional de sus derechos fundamentales al debido
proceso, a la defensa, al acceso a la administración de
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justicia, al trabajo y al «núcleo familiar», presuntamente


conculcados por la autoridad jurisdiccional accionada, al
haber ordenado la entrega del inmueble objeto del proceso
reivindicatorio que Juan Iván Rivera Zamora promovió en su
contra.

Por tal motivo, pretende que por esta vía se acceda a la


protección rogada, para que se ordene al Juzgado Treinta y
Uno Civil del Circuito de esta capital, «abste[nerse] de efectuar
los lanzamientos», y «decret[ar] la Nulidad de todas las actuaciones del
proceso (…) hasta el auto admisorio de la demanda inclusive,
ordenando notificar en debida forma al demandado».

2. Para respaldar sus quejas expone en compendio y


en lo que interesa para la resolución del presente asunto,
que toda vez que no se perfeccionó la medida cautelar de
inscripción de la demanda, y el inmueble ubicado en la
»carrera 25A No. 5ª-85 (…) siempre [lo] ha habitado junto a su familia»
y sus arrendatarios, dice, no había lugar a ordenar su
emplazamiento, tal y como lo realizó el demandante al
interior del asunto referido en líneas anteriores, quien
aseveró que el bien se encontraba «desocupado».

Refiere que agotado el respectivo trámite procesal, el


Despacho convocado no solo profirió sentencia acogiendo
las pretensiones de aquél, sino que, inobservando que el 13
de enero pasado formuló la nulidad de todo lo allí actuado
por indebida notificación, el día catorce siguiente comisionó
al Juzgado Treinta y Dos Civil Municipal de la misma
ciudad la diligencia de entrega del predio, circunstancias

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todas éstas que, asegura, vulneran las garantías superiores


invocadas.

RESPUESTA DE LOS ACCIONADOS Y VINCULADOS

a. El Juez Treinta y Uno Civil del Circuito de esta


capital, luego de memorar las actuaciones que ha conocido
dentro del juicio reivindicatorio aludido precisó, en suma,
que el actor «en ningún momento ha solicitado (…) la suspensión o
aplazamiento de la diligencia de entrega ordenada desde el 1 de agosto

de 2019», a más que la comisión criticada se libró con

anterioridad a que éste alegara la invalidez de todo lo


actuado.

b. La Titular del Juzgado Treinta y Dos Civil


Municipal de esta ciudad alegó, su falta de legitimación en la
causa por pasiva, pues «únicamente conoce de la comisión (…) y en
ese sentido su competencia se ve restringida a los términos de la
providencia que decretó tal diligencia, tal como lo disponen los artículos
39 y 40 del C.G.P.».

LA SENTENCIA IMPUGNADA

El Juez constitucional de primera instancia desestimó


la salvaguarda suplicada por prematura e incumplir con el
requisito de la subsidiariedad, pues «el actor ya promovió el
incidente respectivo (…) siendo indispensable que la autoridad
accionada resuelva la misma y, si es del caso, acuda a los remedios
procesales previstos en los artículos 318 y 321 del C.G. del P., lo que en
estricto rigor no ha acontecido».

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LA IMPUGNACIÓN

El actor recurrió el anterior fallo, señalando similares


argumentos a los expuestos en el escrito inicial.

CONSIDERACIONES

1. Respecto de la procedencia de la acción de tutela


frente a decisiones judiciales, por vía jurisprudencial se le
ha reconocido un carácter eminentemente excepcional y
subsidiario, de acuerdo con el cual, dicha protección sólo
puede abrirse paso cuando se establezcan tres situaciones,
a saber: la ausencia de mecanismos judiciales para
atacarla, la prontitud del reclamo, y, la existencia de causal
de procedencia del amparo, es decir, cuando la acción u
omisión del funcionario judicial carece de fundamento
objetivo y responde más a su capricho o voluntad, valga
decir, sea el producto de su arbitrariedad.

2. En el asunto que concita la atención de la Corte,


se observa que lo pretendido a través de este mecanismo
especial por el señor Jorge Ramiro Galeano Clavijo, es que
se ordene al Juzgado Treinta y Uno Civil del Circuito de
Bogotá, suspender la diligencia de entrega comisionada en
proveído del 2 de septiembre del año pasado al Juzgado
Treinta y Dos Civil Municipal de la misma ciudad, en el
marco del proceso reivindicatorio que Juan Iván Rivera
Zamora promovió en su contra, pues según su dicho, fue
indebidamente notificado del auto admisorio de la aludida
controversia.

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3. Sin embargo, examinados los soportes adosados


al presente trámite y el informe de los Juzgados
convocados, se advierte que el amparo rogado no tiene
vocación de prosperidad, teniendo en cuenta lo siguiente:

3.1. Tal y como lo advirtió el a quo constitucional,


estando en trámite el incidente de nulidad que el accionante
formuló al interior del proceso reivindicatorio objeto de
revisión constitucional, con base en la causal 8ª del artículo
133 del C.G. del P., es decir, con los mismos argumentos
aquí expuestos, con el propósito de lograr la invalidez del
juicio, y por ende, la suspensión de la aludida diligencia de
entrega, no cabe duda que resulta presuroso reclamar
cualquier tipo de pronunciamiento al respecto, hasta tanto
la temática sea resuelta de forma definitiva por la autoridad
correspondiente, en la medida en que no puede acudirse
con éxito al amparo cuando están en trámite los
instrumentos ordinarios de defensa, pues ello riñe con el
carácter subsidiario y residual que lo caracteriza, no siendo
viable pretender reemplazar los senderos legales mediante
esta herramienta, dado que el Juez constitucional no puede
actuar como si lo fuera de instancia y tampoco puede
operar paralelamente con otras actuaciones, ni para
interferir en el procedimiento o adelantar su definición.

Sobre el ejercicio prematuro de esta acción


constitucional, se ha plasmado que « «resulta palmaria la
impertinencia del amparo deprecado, toda vez que el quejoso está
haciendo uso de otro medio de defensa judicial y debe esperar que la

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autoridad cuestionada profiera la respectiva determinación, en


atención a que no es admisible que el Juez de tutela se anticipe a una
decisión que por competencia debe adoptar el juzgador natural; por
tanto, el constitucional no puede invadir la competencia, despojando de
las atribuciones asignadas válidamente al funcionario de conocimiento
por el constituyente y el legislador, pues si fuera de otra manera,
desconocería el carácter residual de esta senda y las normas de orden
público, que son de obligatoria aplicación, con la consiguiente
alteración de las reglas preestablecidas y el quebrantamiento de las
prerrogativas de los intervinientes en tal causa» (CSJ STC1664-2020).

3.2. Adicionalmente téngase en cuenta, que de


resultar adversa la decisión que resuelva el citado incidente
de nulidad, el actor cuenta con los recursos de reposición y
de apelación de que tratan los artículos 318 y 321 del
Código General del Proceso, sino además, con la posibilidad
de interponer recurso extraordinario de revisión, de
conformidad a lo preceptuado en el artículo 354 ídem, alegando
la causal 7ª prevista en el artículo 355 ejusdem, para ventilar
ante la autoridad competente, claro está, siempre y cuando se
cumplan los presupuestos previstos por el legislador para el
efecto, por lo que, entonces, la solicitud de protección
también incumple con el presupuesto general de
procedibilidad de la subsidiariedad que la caracteriza,
comoquiera que, como esta Sala lo ha indicado en varias
ocasiones, a este mecanismo extraordinario puede acudirse
«siempre que el afectado no posea otro medio de defensa judicial para

obtener su restablecimiento» (STC1058-2020), ya que de otra

manera se convertiría en un medio para revivir las


oportunidades clausuradas, lo que terminaría cercenando
los principios del derecho procesal.

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En un caso de perfiles similares al presente, la Sala


precisó: «En efecto, el reclamo dispuesto en la tutela frente a la sentencia
que dictó el tribunal acusado y en consecuencia la orden de entrega del
bien, en punto a que, como atrás se dijo, no [fue] convocado a este proceso,
ni se [le] vinculó para ser escuchado como ocupante del mismo», es tema que
ha de aducirlo a través del recurso extraordinario de revisión (…), escenario
legalmente demarcado como el idóneo para plantear esa particular
desaprobación, de acuerdo al precepto 355-7º ibídem, independientemente
de su desenlace.

[…] De ahí que dimane, por añadidura, paladino que si el censor no


ha agotado los mecanismos de defensa que le brinda el ordenamiento
procesal, por intermedio de la querella constitucional no se puede
proveer la solución de una cuestión que corresponde dirimir al juez
natural, máxime cuando el fallo atacado se reviste de las
presunciones de legalidad y acierto que se habrán de resquebrajar

por la senda jurídica pertinente» (ídem).

3.3. Finalmente, resulta oportuno citar lo dicho por


esta Sala cuando se pretende por vía de tutela atacar una
diligencia de entrega, so pretexto del acaecimiento de un
daño irreparable: «tampoco es posible acceder al resguardo
solicitado como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio
irremediable, comoquiera que según ha advertido esta Corte, ‘en
principio, la práctica de una diligencia (…) no constituye un perjuicio
irremediable, en tanto que esa circunstancia, por sí misma, no es
demostrativa de que se vulneren los derechos fundamentales y,
además, tampoco impide al afectado procurarse otra vivienda para sí y
su familia. De hecho, ese tipo de medidas responde a órdenes legítimas
de autoridades jurisdiccionales que no pueden ser supeditadas al
ejercicio de la acción de tutela, porque en todo caso, el juez
constitucional no podría impedir que se cumplan los mandatos dictados

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por los juzgadores de instancia en ejercicio de sus atribuciones


legales’» (CSJ STC838-2020).

4. De este modo, y sin más razones por


innecesarias, se impone mantener el fallo refutado.

DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, en Sala de Casación Civil, administrando justicia
en nombre de la República de Colombia y por autoridad de
la Ley, CONFIRMA la sentencia objeto de impugnación.

Comuníquese telegráficamente lo aquí resuelto a las


partes, al a-quo y, en oportunidad, remítase el expediente a
la Corte Constitucional para su eventual revisión.

LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA


Presidente de Sala

ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO

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AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO

LUIS ALONSO RICO PUERTA

OCTAVIO AUGUSTO TEJEIRO DUQUE

FRANCISCO TERNERA BARRIOS

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