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Actividad

1. De acuerdo a lo leído explica qué quiere decir el título del texto


2. ¿Qué es la quinina y cuál es su importancia en el desarrollo del
texto?
3. Explique la siguiente frase “La quina curó una fiebre y provocó
otra que resultó mortal para ella” a partir de los
elementos de la lectura y otros que quisieras consultar
4. ¿qué problemática(s) se genera(n) cuando una especie como la
quina es declarada en extinción
5. Consulta otra planta que haya tenido una historia similar a la de
la quina y que hoy esté en vía de extinción o
extinta totalmente.
6. Realiza un texto de mínimo 600 palabras en donde expliques
a) Qué enseñanza te deja el texto
b) ¿Cuál es la importancia de conservar la biodiversidad de un país,
de acuerdo con el ejemplo de la quina en el Perú?
7. Aunque la historia narra el descubrimiento de la quina por parte
de los europeos, son los indios peruanos quien
descubren primero sus poderes sanadores. ¿Por qué siempre que
hablamos de ciencia, el conocimiento empírico de las
comunidades indígenas no es tenido en cuenta o se niega su
validez? ¿Por qué crees que no se menciona?
DESARROLLO
1 . Según lo que yo leí el titulo del texto trata de que el coronavirus
tuvo que tomar una condensa de la quinina para su corona que es
el aspecto “Físico" de el Coronavirus (Covid – 19)
2 . La Quinina: la quinina es un alcaloide natural, blanco y cristalino,
con propiedades antipiréticas, antipalúdicas y analgésicas
producido por algunas especies del género Chinchona. Tiene un
sabor muy amargo. Es un estereoisómero de la quinidina, derivado
de la quinolina, su importancia en el texto es que esta quinina es
muy buena para la cura de la fiebre que fue utilizada mayormente
en la segunda guerra mundial para curar la fiebre de los soldados
para que pudieran seguir en batalla
3 .La frase “La quina curó una fiebre y provocó otra que resultó
mortal para ella” Significa que la quinina curo una problemática que
ha tenido el mundo desde hace años pero también Ocurre algo si se
intoxica con esta corteza que es la sensacion de mareos, Dificultad
en la audicion, Zumbidos, Disfonía y si se consume alta dosis se
genera hasta la muerte
4 . Si se extinguiera una planta Que tenga los mismos beneficios
de la quina seria algo fatal porque los productos o plantas
medicinales son las que mayor efectividad tienen en cuanto a
curacion de enfermedades como la malaria o la fiebre.
5 . Las Rubiáceas: Rubiaceae es una familia cosmopolita,
pero con mayor presencia en las regiones
tropicales y subtropicales. Es una de las
más diversas al nivel mundial, ya que ocu-
pa el cuarto lugar después de Asteraceae,
Orchidaceae y Poaceae, con alrededor de
10.700 especies (Mabberley, 1987). Al-
gunas especies se extienden hacia regio-
nes templadas y aún frías, pero están com-
pletamente ausentes en la región ártica.
En las regiones templadas predominan
especies de hábito herbáceo, en tanto que
en los trópicos se hallan preferentemente
arbustos y árboles de bajo porte y algunos de ellos gigantes.
6 . La enseñanza que me deja el texto es que la quina tiene un
beneficio enorme en cuanto la curación de enfermedades como la
malaria, la gripe y además tiene beneficios en cuanto el control de
la nueva pandemia Coronavirus (Covid-19) los beneficios de la
quina son excelentes ya que cura la fiebre y los síntomas de gripe,
que esta planta quina fue utilizada en la segunda guerra mundial
para aplicársela o dársela a los soldados de la guerra para que se
curaran de fiebre para que pudieran seguir en guerra y que sigan
sirviendo para los países en guerra esta enseñanza que nos deja el
texto es una información mas porque por mi parte yo no sabia nada
sobre la existencia de esta planta medicinal en sus propiedades
curatorias frente a la pandemia mundial Coronavirus (Covid-19) En
1638, en Malacatos, Loja, un misionero jesuita que había
enfermado de paludismo fue asistido por al cacique lugareño Pedro
Leyva -como muchos indígenas había adoptado el apellido de su
encomendero-, quien le dio a beber una infusión de sabor amargo
que a los pocos días lo sanó. Fue el episodio de descubrimiento de
la quina o cascarilla, un poderoso febrífugo conocido
ancestralmente por los paltas como remedio para las “fiebres
intermitentes”, según la denominaban los españoles. Los jesuitas
enviaron muestras de la cascarilla a Lima con el requerimiento de
enviarlas a la botica del Vaticano, a fin de verificar su efectividad y
posibles usos. Coincidió que doña Francisca Enríquez de Rivera,
condesa de Chinchón, esposa del Virrey, se encontraba casi
agónica aquejada de la misma dolencia. El suministro del brebaje
del “polvo lojano” le permitió recuperarse de forma milagrosa.
Desde entonces se comenzó a llamar popularmente “cinchona” a la
quina, nombre que un siglo después adoptaría en la nomenclatura
botánica universal. Se extraía de la corteza del quino -de ahí su
nombre-, un árbol con tupida fronda en forma de paraguas, donde
contrastan sus hojas de intenso verdor con hermosas flores
rojiblancas. Solía encontrarse en manchones que podían divisarse a
distancia por el movimiento inconfundible de su ramaje ante las
ráfagas de viento, en montañas que fluctuaban entre 1 800 y 2 500
msnm. Su introducción como fármaco fue lenta debido a
escepticismos y prejuicios que prevalecían en la época. Sin
embargo, las distintas provincias jesuíticas en América recibieron
instrucciones para su uso medicinal en la década de los 40 del siglo
XVII. El célebre Oliver Cromwell, Lord Protector de Inglaterra,
falleció de malaria en 1658, resistiéndose como buen protestante a
tomar el remedio que era conocido como “la corteza de los jesuitas”.
Consciente del tabú prevaleciente, el modesto boticario londinense
Robert Talbor preparó su antídoto, asegurando que era distinto al
de los odiosos curas, y fue tal su éxito que fue nombrado Médico
Real de Carlos II en 1672. Solo después se conocería que era la
misma pócima con vino blanco para disimular su amargor natural. Al
inicio se explotaron las montañas de Cajanuma y Uritusinga en el
valle del Malacatos, ampliándose con posterioridad a Vilcabamba.
El corte se hacía en verano, en los meses de agosto y septiembre,
toda vez que la cascarilla debía ser secada en tendales. La lluvia y
la humedad la descomponían anulando sus propiedades curativas,
con el riesgo de pudrirse durante el prolongado viaje a los centros
de consumo. Aunque con el procesamiento adecuado podía
permanecer almacenada largo tiempo, lo cual favorecía la tendencia
especulativa del mercado. Hacia la década de 1650 se efectuaron
los primeros embarques con destino a París y Roma, aunque su
consumo se intensificaría cuando las potencias europeas
comenzaron a desarrollar la capacidad agropexportadora de sus
colonias tanto en América como en Asia y África, demandando el
remedio antipalúdico como protección para el creciente número de
trabajadores. Hubo dos etapas de ‘boom’ de la quina: la primera
hacia la segunda mitad del siglo XVIII; la siguiente un siglo más
tarde, cuando se había logrado extraer su principio activo, la
quinina, y Holanda e Inglaterra habían desarrollado exitosamente
plantaciones en Extremo Oriente. Empero, durante dos siglos su
explotación fue exclusivamente silvestre en los Andes ecuatoriales.
Al agotarse el recurso en la zona de extracción lojana, su frontera
se fue ampliando al descubrirse otras variedades que podían ser
aprovechadas. La original era la cascarilla anaranjada,
característica definida por el color del envés de la corteza; luego fue
la roja que se puso de moda hacia 1740, siendo considerada como
el non plus ultra. Las áreas de cosecha se fueron extendiendo al
norte hacia Cuenca, donde se encontró la variedad amarilla, y
también en Alausí, Chimbo y Riobamba. Lo propio rumbo al sur, en
Guancabamba y Ayabaca, en la provincia de Jaén, donde se obtuvo
además las denominadas “crespillas” negra y blanca. Al inicio los
peones contratados por los comerciantes efectuaban la tala del
árbol para extraer la corteza del tronco y las ramas principales.
Aunque al advertir la sistemática depredación, las autoridades
impusieron modalidades de corte acordes con la renovación del
recurso. Así se reguló el tajo a un tercio del tallo para permitir que
los retoños crezcan, obteniendo nuevo material al cabo de seis
años. También se podía descortezar sin derribar el quino, pero se
requería de cuidado y destreza porque con frecuencia se secaba. El
corte debía ser no más grueso de una pulgada y no menor al ancho
de una pluma. De un árbol grande se podían obtener dos o tres
arrobas, aun desechando el ramaje. Las principales propiedades de
la cascarilla que determinaban su valor eran color, consistencia,
olor, sabor y quiebre. Se la recogía en mantas para conducirla a
tendales de secado, luego de lo cual se la quebraba introduciendo
el polvillo y las astillas en cajones de madera, forrados con lienzo,
ajustados con tiras de cuero en el exterior y sellados con brea.
Estas petacas, que pesaban un quintal o quintal y medio, eran
transportadas a lomo de mula hasta los puertos de embarque. La
ruta más usada era la Loja-Piura-Paita, que continuaba vía marítima
a Callao para proseguir con destino a Cádiz, vía Cabo de Hornos o
Panamá. También se utilizaba como puerto alternativo Tumbes,
donde se conducía el producto por balsas hasta Guayaquil. Cuando
Cuenca comenzó a producir quina hacia 1775 se establecieron
centros de acopio en Balao, Naranjal y Yaguachi. Entre 1747 y
1778, los despachos de cascarilla al mercado europeo se
multiplicaron por 10; para entonces representaba el 28% de los
envíos desde el Puerto Principal, incrementándose hasta el 50% en
el año de 1787, rivalizando brevemente con el cacao. En Loja se
pagaba a los cosechadores a menos de real la libra (a ocho reales
la arroba), en Paita o Guayaquil los comerciantes la vendían a real
o máximo real y medio, en tanto que en Panamá valía cinco y
puesta en Cádiz entre 12 y 18 reales de plata. La Corona española
se empeñó en que el monopolio de este comercio beneficie
exclusivamente a sus súbditos, pero la falta de una flota mercante
determinó que su mayor parte se efectúe en buques ingleses y
holandeses surtos en el Caribe. De modo que por cada libra de
cascarilla que desembarcaba en la Península ibérica, dos o tres se
desviaban a otros destinos europeos. Ante la creciente importancia
de la quina, en 1768 se promulgó una Cédula Real disponiendo el
acotamiento de los bosques lojanos, bajo el justificativo de que
debían garantizar el suministro de la Botica de Su Majestad. Esto
suponía que donde se encontraran los árboles, sea en predios
particulares o comunales, pasaban a ser de propiedad del Rey, que
dispondría su explotación según estime conveniente. En 1785 se
haría extensiva dicha orden a la región cuencana. En realidad de
poco sirvió, toda vez que estaba tan arraigada la libertad comercial
que solo produjo una intensificación del contrabando, más aún
considerando que la extracción se efectuaba en zonas montañosas,
alejadas de los centros urbanos y sin posibilidad de control por
parte de la autoridad. La medida coincidió con el período de
declinación del ‘boom por la sobreexplotación de la cascarilla.
Humboldt, que visitó el país a inicios del siglo XIX, calculaba que en
1779 Loja sacaba 400 000 libras anuales pero que para la época de
su visita solo alcanzaba 11 000. Coincidiendo con el agotamiento
del recurso en Cuenca, en 1790 se inició el corte de quina en el
virreinato de Nueva Granada, donde se descubrieron bosques
vírgenes que vinieron a suplir la menguante producción del Austro
ecuatorial. Tal fue la bonanza que en Cartagena se cotizaba la libra
de quina a apenas medio peso, mientras hasta hace poco se había
pagado en Panamá un precio 10 veces superior. Aprovechando su
condición febrífuga, la quina tuvo una utilización médica más allá de
su empleo para combatir el paludismo.
7 . Para mi lo que mayormente pasa en estas cuestiones es que la
ciencia quiere tomar parte de los créditos del trabajo de los indios
que ya han descubierto las propiedades de plantas medicinales
pero por otra parte lo que hace la ciencia es volverlo publico para la
curación de enfermedades mayormente de siglos anteriores pero
los créditos se los lleva la ciencia porque ellos hacen medicamentos
acorde a los beneficios de plantas medicinales pero la mayoría de
razón la tiene los indígenas peruanos o indígenas de cualquier país.

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